Siempre has sido tú

-Yo lo necesito más... Tengo que ponerme a prueba a mí misma sobre las iracundas tormentas que haces estallar en mi estómago... Suspiro, tengo que dejar de hablar así sobre ti y más cuando alguien podría escucharme.

A paso firme salí del baño para reencontrarme con Lincoln quien melancólico me esperaba en el sofá -¿Estás listo?, ¿Pasó algo?- le pregunté tratando de persuadirme a mí misma sobre mis acciones tan extrañas, creí que estaba haciendo un buen trabajo hasta que por alguna razón Lincoln tocó mi brazo con la punta de su dedo -¿Por qué estás tan tensa?- me preguntó desganado, yo solo le dije que no tenía problema alguno y de seguro estaríamos mucho mejor si comenzábamos a caminar hacia aquel lugar al que lo había invitado. La caminata era terrible, creí que podría alejarlo del dolor que había dentro de casa pero fuera de ella nada cambió, mis tontos nervios no me dejaban hablar, el solo hecho de verlo caminar me provocaban unas ganas inmensas de acercarme a él, fuera como fuera quería un abrazo o al menos tocar su mano, antes lo había hecho sin ningún problema pero ahora los murciélagos dentro de mi estómago revoloteaban al escuchar su voz, el aura gris de mi ser quería dejar pasar la estela blanca de luz que él emanaba de una forma tan dulce y gentil, para mí el verlo era como ver un tierno atardecer que sucumbe bajo la estrellada noche de luna llena, no podía hablar, necesitaba tener un contacto con él, sin duda su cabeza estaba perdida entre las nubes por lo que sería mucho más sencillo acercarme, me puse detrás de él mientras caminábamos por la calle y queriendo emular las bellas escenas de mis programas de vampiros (solo que sin la mordida y la sangre) me hice tropezar -oh no, me voy a caer- dije muy estúpidamente, hice como si tratara de alcanzarlo y aunque mi plan era que él me sostuviera de verdad terminé con la cara en el suelo, el golpe se escuchó y lo sacó de sus pensamientos, como todo un caballero me ayudó a levantarme extendiendo su mano, cuando la toqué aproveché para acariciar con mi pulgar sus dedos, quizá no lo sintió pero para mí ese audaz movimiento me hizo querer caerme de nuevo, me preguntó si estaba bien y ocultando mis emociones respondí con un sí, al estar seguro de mi bienestar dijo que no podría continuar con esto, me agradeció el intento de animarlo y me dejó con el aliento fugaz escapando de mis labios.

-No te vayas- le rogué jalando su camiseta desde sus espaldas.

-Por favor Lucy... No tengo muchas ganas de hacer algo, tal vez mis sentimientos me han traicionado pero un engaño así a mis espaldas... Duele mucho y yo... No sé cómo manejarlo- en silencio lo jalé hasta el final de la acera, me senté en el suelo palmeando a mi lado para invitarlo a sentarse, él se dejó llevar al igual que un zombie, se sentó conmigo y en un acto egoísta me rogué por reaccionar, pasé mi brazo por debajo de su cuello recargando su cabeza en mi hombro.

-Todo está bien... Todo está bien... No hay problema, tú no hiciste nada malo, encontraremos la forma de salir adelante, siempre cuento con tu apoyo Linc y voy a devolverte el favor cuando quiera y como quiera- de pronto comenzó a temblar, mi miedo de haber cometido algún error recorrió mis venas helando mi cuerpo, mi cerebro se desconectó un segundo, ese tiempo fue suficiente para que mi corazón tomara su lugar... -tú eres el chico más lindo, tierno y maravilloso que conozco, creo que cualquier mujer sería la más suertuda del mundo si tuviera tu corazón, solo ruego que lo cuide y lo proteja igual o más de lo que yo quiero hacerlo- en un intrépido movimiento besé su frente entregando mis dudas y barreras -si algún día alguien más llega a tu vida solo espero que seas capaz de quererte mucho más de lo que yo te quiero, eres mi héroe, tú eres la luna llena de esta vida llamada noche... Te quiero mucho Linc, por favor que esto no arruine tu bello corazón.

-Lu... Lucy... Yo...

-Sh, no hables Linc, si quieres llorar puedes hacerlo, estás en tu derecho, nadie dictaminó que los hombres no pueden sufrir por amor, tú me salvaste cuando lastimaron mi negro corazón, yo quiero reparar tu blanco amor con mi oscuro cariño.

-Es que Lucy...

-Tranquilo Linc nadie podría juzgarte si lloras conmigo, yo cubro tu espalda, ¿Lo recuerdas?

-¿Podemos regresar a casa?... Los dos juntos... Y... ¿Podrías quedarte conmigo?

-Si es lo que quieres no tengo problemas, solo no vayas a desperdiciar este día.

-¿Por qué?

-Porque regalarle un día de tu vida a alguien es lo más lindo que podemos dar, el tiempo no se detiene y otorgar un día es algo que no se puede igualar, hoy te doy un día de mi vida Linc, por favor aprovéchalo como quieras.

No podría seguir aguantando las ganas de sentir su calor, abrazarlo fue la más linda experiencia que haya vivido jamás, mucho mejor que pesadillas llenas de tragedias, mejor que noches en vela hablando con Edwin y mucho mejor que mis noches llenas de poemas, libros y ponys, su calor era todo lo que yo quería conmigo.

Regresamos a casa siendo ahogados en el tumulto de nuestro hogar -hogar dulce hogar, ¿No Lucy?- me dijo con una pequeña sonrisa, extraña de él porque no recordaba haberla visto antes pero solo le dije que al menos era un día tranquilo dentro de nuestros estándares. En su habitación él me pidió tomar asiento a los pies de su cama, lo hice y lo que él hizo después transformó mis sueños con un bello arcoiris en escala de grises por una semana... Él... Recostó su cabeza en mi regazo, mi habla se entorpeció y mi cerebro se fundió cuando tomó mi mano y la puso sobre su cabeza, acaricié su cabello y para hacerlo sentir mejor le dije lo increíble que era y que estaba orgullosa de él, no sonreí por el pavor de imaginar el gesto que de seguro estaba transformando mi serio rostro.

-Lucy... Esto es lo único que yo quería.

-¿Qué cosa Lincoln?

-Todo lo que acabas de hacer... Un día lindo, una persona que me quiere se siente feliz de mis logros, entiende por lo que estoy pasando y no se esfuerza en decir palabras bobas llenas de mentiras, sin embargo tomas mi mano, me dices que me quieres y me dejas desahogarme en tu regazo... Creo... Nah... Olvídalo.

-¿Qué pasa Linc?, De seguro quieres decir algo.

-No Lucy... Pensarás que soy raro...

-Tranquilo eso ya lo pienso.

-Jajaja ahora resulta que soy raro.

-Eres raro, pero eres un raro muy lindo.

¡Idiota! ¡¿Qué rayos acabas de decirle?! ¿Lindo? ¡¿Lindo?! ¡Lucy Loud eres una estúpida! De seguro debe de pensar que la rara soy yo, ¿Por qué dije eso? Soy una estúpida, estúpida, estúpida...

Todo lo que hice fue hablar en mi mente mientras me llamaba estúpida y golpeaba mi cabeza contra mi mano al estar sentada sobre su cama.

-Lucy...- él se levantó completamente serio, su rostro sin emociones me causó cierta envidia, emoción y nerviosismo, cerró la puerta de su cuarto desde dentro y se sentó a mi lado en la cama -tú eres muy escurridiza si se te pierde de vista, no vas a salir hasta que me respondas... ¿Qué fue lo que dijiste?

-¿Yo..? Yo no... ¿Oíste eso? ¡Los espíritus me llaman! Podrían maldecirnos hermano, yo...- tomó mi mano colocando la suya sobre la mía y me detuvo antes de levantarme.

-Te lo dije Lucy, no vas a salir hasta que me respondas...- como un suspiro se acercó aún más a mi lado sin soltarme de la mano -verás... Hay unas cosas ridículas que me sucedieron el día que vi a Haiku que van desde lastimarme el pie pateando una roca hasta mi ebriedad que por suerte no resultó en un castigo... Lucy... Tengo que... Es que...

-Lincoln...- mi corazón quería salir de mi pecho y darle un abrazo, quería vestirlo de negro y salir al cementerio tomando su brazo con un pequeño picnic bajo los árboles en la noche estrellada y oscura, sentía que quería decirme algo, quería que lo dijera... Hasta que el destino destrozó mis deseos.

-¡Lincoln!- llegó Lola pateando la puerta, no pudo entrar pero rompió la inquietante atmósfera que había creado en mi cabeza.

-¡Ahora no Lola!- algo errático le contesto a nuestra hermana haciéndola enfurecer.

-¡Lori quiere hablar contigo! ¡Baja!

-¡No!

-¡Lincoln! ¡Baja ahora!

-¡Que no! ¡Estoy en medio de algo importante aquí!

-¡Le diré a papá!

-¡Lola dile a Lori que ahora no! ¡Estoy en algo importante!

-¡Vas a ver!

-¡Cinco minutos! ¡Dame cinco minutos y te hago trenzas francesas!

-¡Tienes siete!- escuchar a Lola y su voz chillona y agresiva me dieron el tiempo suficiente para tratar de huir así que tratando de irme intenté levantarme de la cama pero Lincoln sostuvo mi mano con tal delicadeza que habría sido sencillo soltarme pero mi corazón me pidió quedarme, mi cerebro indagó por observar su lindo rostro así que lo hice... En él una gran duda y miedo se dibujaban ante mí.

-Lucy... Por favor solo dímelo... Repite lo que acabas de decir.

-Pero no puedo.

-¿Por qué no?

-No es correcto.

-¿Por qué?

-No lo sé...

-Te dejaré ir si lo dices.

-¿Y qué hay de Lori?

-Lola nos dará siete minutos... Siete minutos en los que intentaré convencerte así que Lucy te pido que me dejes escucharte...

-Dije que eres raro...

-¿Y?

-Y que... Que eras... Yo... Yo...- sentí como el rubor de mis mejillas comenzaba a colorear mi rostro, alejé mi mirada de sus ojos pero él tomó mi barbilla alzando mi cara hacia la suya.

-Sé que está mal justo como me lo acabas de decir... Pero Lucy... Tú también eres linda... Muy linda... Tanto que no entiendo cómo es que nadie se da cuenta.

No supe cómo reaccionar, una parte de mí quiso salir corriendo y la otra... Digamos que ignoré por completo el instinto de huir... Regresé a su cama, recostando mi cuerpo sobre su gentil pecho quise sentir el cálido abrazo de su ser, su bello cariño que por siete minutos sería para mí, en este momento Haiku dejó de ser dueña de sus pensamientos, mi corazón aguantó lo más que pudo y haciendo círculos en su pecho con la punta de mi dedo índice olvidé mi historia... Negué el hecho de que él era mi hermano... Para mí... Él solo era el chico que volaba en mis pensamientos.

-¿De verdad?

-De verdad Lucy.

-Tú... Tú también...

-¿Que cosa Lucy?

-Tú también eres... Muy lindo...- sentí cómo se estremeció cuando le dije lindo y lo que sucedió después... Es el momento más mágico que haya vivido jamás.

-¿En verdad lo crees? Espero que no lo digas para hacerme sentir mejor.

-Si quisiera hacer eso te habría comprado algo.

-Supongo que si...

-¿Qué estamos haciendo?

-No sé... Pero me recuerda a la tarde en el parque...

-¿Cuál tarde?- traté de hacerme la boba fingiendo no recordar pero él me obligó a revivirla de la mejor forma posible volviendo el tiempo atrás...

Como un susurro secreto besó mi mejilla acariciando mi rostro con sus dulces labios.

-Li... Li... Li...

-Cuando Haiku me engañó lloré tanto que me ardieron los ojos pero cuando llegué con Sam un pensamiento de felicidad me inundó, fue tal que hasta ahora no desaparece, no sé a qué se deba no tengo idea de por qué pero... Creo que me gusta- no pude, traté de ignorar mis sentimientos pero... Fue inevitable... Besé su mejilla añorando el bello tacto de sus labios.

-¿Lucy... Qué haces?

-Yo... Ta... También quería recordarlo...

-Sé que sonará extraño pero... Veo que ninguno de los dos lo recuerda tanto... ¿Crees que...?- silencié su bobo intento de buscar un beso con mis labios posando una caricia sobre su mejilla.

-Yo tampoco lo recuerdo muy bien... ¿Me ayudas a recordar?

-Claro- un par de besos traviesos se escurrían por nuestros rostros, sentir sus lindos labios sobre mí me hacían temblar y sonrojarme; su cara me decía que tal vez algún sentimiento mutuo podría despertar, tenía la impresión de que era momento de hablar sobre lo que estaba pasando, acciones de ese tipo no eran normal entre hermanos y el hecho de que ambos lo buscábamos era aún más inverosímil de lo que cualquiera podría pensar.

-Lincoln... Respóndeme una cosa...

-¿Qué pasa Lucy?

-Dime... ¿Qué... Qué...?

-¡LINCOLN SAL DE AHÍ AHORA!- golpeando la puerta con fuerza Lori trataba de sacarnos de ahí, del miedo caí de espaldas en el suelo, Lincoln no sabía ni cómo reaccionar, nos miramos asustados y con su mirada me señaló la ventana, recordé inmediatamente la escalera que lleva al techo, apenada traté de escalar por su habitación para salir de ahí, lo logré pero lamentablemente mis nervios y mi adrenalina me jugaron en contra haciéndome subir hasta el techo y para cuando me dí cuenta Lori ya había entrado a su habitación.

-¡¿Qué te pasa Lori?!- enfadado, asustado y sorprendido Lincoln comenzó a recriminarle por entrar sin permiso y siendo sincera yo también quería arrancarle la cabeza.

-¡¿Qué te pasa a ti?! Literalmente Leni y yo acabamos de venir desde muy lejos para ayudarte, ¿Qué te tenía tan ocupado como para ignorarme?- escuchar a Lori preguntar aquello me hizo erizar la piel, tal vez Lincoln le diría todo y si eso pasaba por supuesto que ella tomaría cartas en el asunto, nos acusaría y a mí me mandarían a un psicólogo que para ser objetiva... Quizás si necesitase uno...

-Yo... Estaba... Viendo... ¿Porno?

-¿Qué?

-¿Qué?- me pregunté a mí misma, la bobada que acababa de decir solo podría significar una cosa para mí... Quería mantenerlo en secreto.

-Yo... Solo quería... ¿Distraerme?- fue la respuesta que Lori obtuvo de él, no podía verlo pero de haberlo hecho puedo apostar que para Lori verlo tan sudoroso debido a los nervios sin fijar la mirada hacia ella y temiendo por lo que pudiera decir le hicieron reconsiderar sus ideas.

-¡Eres un bobo! Escucha Ronnie está aquí y sé que tal vez no querrás verla pero por favor ella te quiere decir algo muy importante, créeme que te entiendo hermanito y sé que ella podría decirte algo que te haga sonreír.

-Lori... Agradezco mucho tus preocupaciones, te quiero y me gusta que me trates de animar al igual que Luna, Leni, Lily o Lu... Lu... Lucy... ¿Pero Ronnie Anne? No Lori, no y no, no quiero ni tampoco voy a escuchar algo que ella tenga que decir- mis oídos no me engañaron, ese pequeño trastabilleo me daba la razón, quería creer que algo en él también hacía estragos cuando pensaba en mí pero ¿Por qué querría que fuera así? Necesitaba respuestas, quería controlar mis propias aspiraciones y podría decir que hasta deseos. Tenía que seguir escuchando.

-Lincoln sé cuánto la detestas, está bien pero en serio ella ha cambiado, ha madurado y quiere ofrecerte una disculpa, le gustas y antes que ganar tu corazón con cosas innecesarias quiere volver a ser tu amiga, ¿No crees que eso sea malo o si?

-No lo sé... ¿No crees que evidentemente querría intentar tener algo conmigo?

-¿Y eso sería muy malo?

-¡Si! ¡Ella hizo trizas mi corazón! Y luego Haiku rompió mi alma... Tal vez no soy alguien que esté hecho para ser amado, las chicas terminan por aburrirse de mí... Si... Es cierto, las chicas siempre terminan por aburrirse de mí, solo soy un chico pasajero a quien nadie podría querer, aprender a tratar a otra persona nunca ha sido sencillo y mucho menos a un nerd bobo que solo piensa en niñerías. No Lori, no me quiero arriesgar a que ella me vuelva a pisotear, no quiero tratar a otra mujer... Ni a Ronnie ni a Haiku... Ni a otra más...

-Lincoln por favor has esto por mí, ella me ha estado rogando por meses y si sólo hablas con ella créeme que te dejará en paz, además, ¿Tienes algo mejor qué hacer?

-De hecho... No... No tengo algo mejor que hacer...

-Si bajas un par de minutos te prometo que haremos algo divertido.

-Pero no quiero.

-Por favor hermano, ¿Lo harías por mí? Un pequeño favorcito.

Suspirando pesadamente (tanto que me dieron celos) Lincoln le contestó: -de acuerdo Lori, bajaré enseguida pero por favor dame cinco minutos.

-¿Tan rápido terminas?

-¡Lori!

-Jajajaja solo estaba bromeando, un corazón roto no te permite quitarte el sentido del humor Linc; de acuerdo hermano tienes cinco minutos, te estaré esperando en la sala.

Desearía no haber escuchado esa conversación, Lincoln no quería tratar a otra chica, sé que aquel pequeño énfasis sobre intentar algo con alguna mujer era para mí, no quise escuchar más sobre la idea de distanciarme de él, traté de buscar una forma de bajar sin ser vista y el camino se abrió para mí.

-¿Fuiste tú Lupa?

-Yo también lo escuché mamá... Lo siento.

-No sientas nada, si no hay nada no puedes lamentar nada.

-Pero yo creí...

-Lupa justo ahora necesito pensar a solas, ¿Me concederías un poco de privacidad?

-Si mamá.

Mi pequeña activó aquella pequeña rampa inflable que Lisa había instalado para cuando Lincoln llegara tarde de casa de Clyde, en silencio me deslicé por ella llegando a la acera, estaba a punto de comenzar un melancólico viaje pero fui interrumpida por mis ocupaciones.

-Mamá.

-Lupa por favor...

-Es que tú me pediste que te recordara cuando faltaran dos días para el concurso de poesía...

-Pero creí que sería el quince.

-Mamá estamos a trece, no notaste el pasar de los días por estar con papá.

-Y ahora tengo que hacer un poema que todavía no empiezo.

-¿Aún estás a tiempo?

-Lo estoy si trabajo como es debido, sin distracciones y sin tonterías que me quiten inspiración.

-Mamá... ¿Estás muy triste verdad?- tal parecía que incluso Lupa era capaz de reconocer mi estado de ánimo que justo ahora estaba por los suelos.

-Más que triste... Estoy muy confundida Lupa, necesito ayuda de mí para encontrar la respuesta.

-Okay mamá, te dejo sola pero no...

-Puedes estar tranquila, no haré ninguna tontería.

-¿Estás segura?

-Claro, iré al cementerio para poder escribir en paz.

-Está bien mamá.

En silencio encaminé mi denso ser hacia el cementerio de la ciudad, tal vez el pensar en silencio me haría reconocer lo que estaba evitando por tanto, quizás el aceptar mis propios sueños me darían paz...

Una pequeña chica a la que le han roto las pocas esperanzas con las que el destino le ha hecho soñar camina tan lento al igual que una tortuga, sus pasos son los de un muerto y pareciera haber olvidado respirar, quiere pensar en hacer lo único que cree que le puede conceder paz interior pero a veces el hacer lo mismo una y otra vez no trae más que desgracias a un ritmo constante. En casa el pobre chico al que le han roto y sanado el corazón tampoco tiene la vida tan fácil.

-Diablos, por poco y Lori nos atrapa...- con toda la pena del mundo se asomó por la ventana, cerrando los ojos alzó la voz y dijo: -¡Lucy, la verdad es que yo te iba a decir que...!- al darse cuenta que su hermana no está por ninguna parte del techo él también sube para buscarla, sin ningún rastro piensa lo peor -de seguro te incomodé otra vez, creí que estabas de acuerdo en eso pero creo que solo estaba tratando de hacerme sentir mejor... Yo... Yo solo... Quería decir... Con toda la sinceridad de mi corazón... Que de no haber sido mi hermana... Creo... Que serías la chica perfecta y que sin duda... Yo... Quería pedirte una cita... Por tan extraño, raro y malo que suene he soñado mucho el mismo sueño en que vienes, tomas mi mano y me besas en la oscuridad del cine, no sabes cuánto quiero caminar hacia ti y pedir que salgas conmigo una sola vez... Tus lindos labios y tu pequeña boca son tan bonitos que si pudiera los compararía con los cometas que besan el cielo cada cientos de años...

-¡Lincoln! ¡¿Qué haces allá arriba?!- desde el suelo su ex novia le habla de una manera tan amigable que le recuerda solo a una amiga.

-¡Estaba tomando aire!

-¿Puedes bajar?

-¿Para qué? Ya te dije que no me gustas Ronnie, lo siento.

-No es eso, oh bueno si lo es pero esta vez es diferente te lo prometo.

-Lo siento Ronnie pero no me siento muy bien en este momento.

-Lo sé, Lori me contó lo que pasó con tu novia, lo lamento mucho pero justo por eso quiero hablar contigo, si bajas te invito un jugo.

-¿Prometes que no me harás nada malo?

-Lo prometo Linc, baja por favor.

Después de un vistazo tratando de buscar a Lucy sin buenos resultados y de un poco más de un minuto Lincoln y Ronnie comenzaron un pequeño paseo por la calle, extrañamente ella parecía más tranquila, su rostro reflejaba más emociones controladas y mucho más entendibles comparadas a la última vez en que se vieron.

-Así que... ¿Cómo sabe la cerveza?- preguntó Ronnie Anne para tratar de romper el hielo entre ambos.

-Mal, es amarga y te llena de gas el estómago pero después de un rato pareciera como si fuera un vaso de agua y estar borracho es como si tuvieras mucha sed.

-¿Quieres hablar de ello?

-No ahora Ronnie, no me siento muy bien, de hecho es la segunda vez que salgo.

-Caminar siempre hace bien, nunca sabes cuándo nos podríamos arrepentir de no haberlo hecho.

-Supongo que tienes un poco de razón.

-Está bien Linc sé que quieres que vaya al grano y eso haré. Tú me gustas y antes de que te alejes quiero decirte muchas más cosas. En primer lugar lamento mucho haberte lastimado cuando fuimos novios, nunca te ofrecí una disculpa directa y quiero hacerlo ahora, no importa si no me perdonas porque estás en tu completo derecho pero te ruego que lo pienses así que Linc lamento haberte lastimado de tantas formas que un simple lo siento jamás arreglará nada pero de todas maneras quiero que sepas que me arrepiento. Quiero también que me disculpes por lo del otro día, no debí de haberme comportado de esa manera con tu nueva novia ni mucho menos haberla lastimado, hice cosas en nombre del amor de las que me avergüenzo y por eso también quiero pedirte una sincera disculpa. Como último favor quiero que seas mi amigo, no estoy en mi derecho de pedirte que conserves nuestra amistad pero una amiga nunca te haría daño y eso es lo que quiero ser para ti, quiero que en mí veas un lindo apoyo de alguien que te quiere, no importa si no me amas de la misma manera en que yo te amo a ti pero tu cariño como amigo también es muy lindo justo igual que tú- tomando su mano con ternura Ronnie lo mira a los ojos regalando una muy bella sonrisa -mi mejor amiga me ayudó a ver todo lo que estaba haciendo mal; nunca podré regresar el tiempo y evitar el haberte engañado porque de hacerlo justo hoy estaríamos cumpliendo más de cuatro años de relación Linc pero eso es cosa del pasado, si te llego a gustar nuevamente quisiera que fuera conociendo a la nueva yo que hoy ha venido a verte. Entonces Linc, ¿Amigos?

Lincoln no sabía qué decir, sus lindas palabras removieron tantos recuerdos que justo ahora sí parecía ser una persona completamente diferente a la que los apedreó a él y a Lucy, tal vez ella iba a intentar algo, era muy seguro que tratará de llegar a su corazón en dónde claro una gran batalla interna se desataba dentro, pensó que debía de ponerla a prueba y eso hizo.

-¿De verdad quieres eso Ronnie?, ¿Qué tal si nunca me vuelves a gustar?

-Será mi error por haberte dejado ir pero de una vez te aviso que ésta chica no se rinde.

-Lo sé Ronnie... Entonces si es así quisiera pedirte un favor.

-¿Qué cosa Linc?

-Bueno que sean dos favores jaja. En primer lugar quiero que me respondas... ¿Cómo sabes cuándo alguien te gusta?

-Buena pregunta Linc, la verdad es que no tengo idea; un día tú y esa persona son grandes amigos, después se confían sus secretos, comparten algo que solo ustedes dos saben que tienen y por último cuando menos te das cuenta añoras tomar su mano, darle un lindo abrazo todo el día sintiendo el bello calorcito que su cuerpo te da, quieres besar sus labios hasta quedarte sin boca y quieres imaginar cómo sería su vida en un futuro viviendo juntos teniendo un hogar, una familia y hasta un hijo que será el fruto de su amor, muchas ilusiones como esas te llegan a la mente cuando estás enamorado de alguien, en mi caso a veces me pasa así contigo solo que no se lo vayas a decir a nadie.

-Tranquila... No lo haré.

Y entonces... Lincoln soñó despierto... Y quizás aquel fue el más lindo sueño que jamás tuvo o podría tener en su vida...




























-¡Hola amor, ya regresé!- dijo Lincoln entrando a su hogar de ensueño hablando con una mujer dentro de una cocina.

-¡Hola cariño! Oye creo que esto de la cocina cada vez se me da mucho mejor, tal vez para Halloween podríamos tener una verdadera fiesta con comida temática de sustos.

-De seguro que si solo espero que la comida no sea la que me coma a mí querida.

-Jajaja tranquilo te prometo que no a menos que Lisa les de vida.

-Eso espero, ¿Pero y las niñas?

-Están en su habitación aunque temo que...

-No me digas, de nuevo está enojada.

-Si, creo que de verdad lo quiere.

-Oye mi cielito ya hablamos de esto es mucha responsabilidad para ella y francamente no está lista para ello.

-Lo sé pero no dejo de pensar en que de verdad lo merece; ha sacado buenas calificaciones, es respetuosa y ayuda a su hermana, creo que podríamos pensarlo.

-No lo sé, ¿Tú qué piensas?

-Lo dudo pero también recuerdo los días en que colmillitos me hacía la vida más amena, por él estamos juntos mi príncipe de las sombras.

-Nunca me vas a dejar olvidarlo, ¿Verdad?

-No al menos en este plano.

-Te amo. ¡Ya sé! Llámala y dile que venga, tengo una gran idea.

Después de un rato hablando con la bella mujer que lo recibió llamando a una linda pequeña de cabellos blancos y un copete que cubre sus ojos baja de la planta del primer piso abrazándolo, llamándole papá llenando su cara de besos, los tres como familia toman asiento en el comedor.

-Escucha princesa mamá y yo hemos hablado y creemos que de verdad mereces tener un perrito, eres trabajadora, buena hija y muy bien portada pero nunca has cuidado a una mascota así que tenemos unas cuantas condiciones.

-¡Si! ¡Las que ustedes digan!- tomando la mano de la pequeña su madre fue la que habló.

-En primer lugar no puedes bajar de calificaciones, si lo haces el perrito se quedará en casa de alguna de tus tías.

Después Lincoln mismo fue quien continúo -tendrás que cuidarlo, alimentarlo y limpiar sus desastres, te quitaremos de encima el baño y las enfermedades.

-Y por último no tendrás un perrito- con ojos de cachorrito su pequeña pregunta la razón, Lincoln sentando a la niña en sus piernas le contesta con dulzura:

-Es porque como dijimos nunca has tenido una mascota y por eso empezarás con un pez que después de comer iremos a buscar, si lo cuidas bien por un poco más de un mes podrás tener un perrito, ¿Estás bien con eso cariño?

-Pero papá, ¿Qué va a pasar con el pez?

-Nosotros lo cuidaremos, nos haremos cargo de él o también podrías cuidarlo, como fuera nadie sale perdiendo.

-¡Entonces si! ¡Gracias ustedes son los mejores!- después de unos besos a sus padres la pequeña se fue con una sonrisa en el rostro, Lincoln volteó su mirada hacia aquella mujer hermosa y delgada -¿Pasa algo Linc?- tratando de ver sus ojos se acerca lentamente como si buscara un beso -oye no tienes que sentir pena- en un parpadeo aquella bella mujer le robó un rápido beso en los labios -delicioso y tierno como siempre- confundido sigue mirando hacia enfrente solo para que la borrosa vista que la cubría descubriera...























































-Es ella...

-¿Ella?- triste Ronnie pregunta lo que más teme -¿Acaso hay alguien más que te guste?

-¡Si! ¡Diablos creo que si! ¡No debería de ser así!

-¿Por qué?

-Solo no debería de ser así, es muy parecida a mi ex y tal vez por eso también podría ser pero dentro de mí algo me dice que no es así... Ronnie acepto tus disculpas, agradezco que seas sincera y también agradezco que quieras ser mi amiga pero ahora necesito irme, tengo que hablar con ella.

-Si... ¡Pero que quede claro Linc? Nada ni nadie va a evitar que te conquiste.

-Por cierto Ronnie quisiera que no me dijeras Linc, para mí ella es la única que quiero que me llame así, es como un lindo apodo por el que solo ella me puede llamar... ¡Tengo que irme! Gracias Ronnie y espero que nos veamos luego.

Sin despedirse correctamente Lincoln regresó a su hogar, sin haberse alejado tanto de ahí regresa en un santiamén viendo a Lana arriba del árbol, su pequeña hermana lo saluda desde las alturas con una tierna sonrisa.

-Lana no quiero sonar grosero pero, ¿Qué no te aterraban las alturas?

-Si pero quiero quitarme ese miedo, he estado subiendo desde hace un tiempo y de verdad que estar aquí arriba tiene sus ventajas, encontré un nido y quiero registrar la vida silvestre un poco más cerca, esta vez no quiero interferir.

-Muy bien Lana me alegro por ti, diviértete- antes de irse dió vuelta dando brincos en un pie -por cierto quisiera preguntarte algo, ¿Has visto a Lucy?- al preguntar sintió como la sangre de sus manos lo hicieron temblar, él solo pensar en ella revolvió su herido corazón provocando vergüenza en su persona.

-Nop, creo que puede estar en su habitación o en el sótano, ¿No crees?

-Creo que si, voy a buscarla.

-¿Para qué la necesidas?

-Tengo... Que hablar algo muy serio con ella.

-Suerte y que no te maldiga.

-¡Justo eso quiero!- sin darse cuenta muy emocionado le contestó a su hermana, necesitaba hablar con Lucy, para Lincoln fue obvio, no podía seguir negando lo que él quería sentir, aquellos lindos besos no eran coincidencia, esta vez sabía que había algo en Lucy que le llenaba de intriga, desde fingir su relación, aquel baile tanto en la escuela de su hermana como en el plano astral, sus anteriores vidas y el pequeño Lincoln que casi termina son indicadores de lo inevitable... Él desea con todas sus fuerzas cambiar su destino, detesta vivir en el mismo hogar que ella, necesita verla una vez más para decirle lo linda que es para él, pero... ¿De verdad eso es todo? Siente que algo falta, siente que tal vez es una pequeña emoción pasajera que tiene que resolver... Imagina a Lucy, su calor y el frío que siente con ella son tan extraños que deslumbran sus ideas, los sueños de sus vidas pasadas parecieran que lo forzan a quererla... Por eso necesita verla una vez más. Busca por toda la casa sin dar con ella, pregunta a todas desde Luan hasta Lily quien también le ayuda a buscar, ni en el ático ni tampoco en el sótano, no hay señal ninguna de la oscura hermana que siempre sabe cómo ocultarse -¡Ya sé!- se dice a sí mismo por haberle olvidado lo obvio -¡Lupa! Por favor busca a Lucy- hablando a su reloj pide saber el paradero de su hermana.

-Lo siento papá- le contesta con un tono triste y serio -mamá no quiere ver a nadie, en especial a ti.

-¿A mí? ¿Por qué?

-No puedo decirte pero sí que a veces eres bobo, deberías de pensar antes de hablar.

-¿Pero ahora qué dije?

-No puedo decirte papá, lo lamento pero justo ahora mamá no puede distraerse.

-¿Por qué? ¿Qué pasa Lupa?

-¿En serio lo olvidaste? ¡Ella te lo contó varias veces? ¡De verdad eres un tonto!

-¡Lupa no me hables así!

-Lo siento papá.

-Bien, ahora si no es mucha molestia por favor dime, ¿Qué olvidé?

-La competencia de poesía de mamá, tal vez estaba muy preocupada por ti y por eso no te habló más de ello, incluso a ella se le olvidó.

-¡No! ¡Diablos cómo pude olvidarme de eso!

-A veces eres un poco bobo papá, sin ofender.

-Claro, ¿Entonces no me dirás en dónde está?

-No, no esta vez papá, yo solo hablaré contigo de lo que quieras pero si vas a pedirle disculpas a mamá lo tendrás que hacer solo.

-Muy bien, creo que es justo.

-Por cierto papá, ¿Para qué la quieres?

-Me di cuenta de que... Que yo... Quiero a Lucy.

-¿Qué tanto papá?

-Mucho, creo que ella está dentro de mi corazón de una manera diferente.

-¿Por qué lo crees?

-Ella me ha ayudado desde siempre ya sea con nuestras hermanas, cuidando de ti, hablando conmigo y dándome una mano con cada chica que rompe mi corazón, no sé Lupa es solo que creo que la quiero.

-Creer no es lo mismo que estar seguros, ¿Papá no crees que sea algún tipo de apego a Haiku? No sé, ella te dió tantas experiencias por lo que sé y según un libro de psicología puede que inconscientemente estés atando el recuerdo de Haiku a Lucy.

-No, no Lupa.

-Papá no quiero hacerte dudar pero deberías de pensar un poco mejor las cosas o sino sólo seguirás lastimando a mi mamá, hasta ahora la has insultado, lastimado y agredido.

-Pero Lupa yo no creo que...

-Papá si tú me aseguras justo ahora que has olvidado a Haiku y que de verdad quieres ver a mamá de una manera tan especial tal y como dices yo misma te doy la ubicación exacta de mamá, dime papá, ¿Puedes?

-Yo... Yo...- lamentablemente Lincoln aún no había olvidado a Haiku, ¿Cómo lo haría? Ella le dió tantas primeras veces, fue su más linda relación hasta ahora y creer que se ha terminado simplemente le destrozan las emociones, Lupa le hizo ver que si pequeña emoción... Irremediablemente terminó por ser pasajera.

-Eso creí, papá si puedo darte un consejo mejor regresa a casa y juguemos un rato, busca a mamá hasta que sepas lo que sientes.

-Si Lupa, gracias.

-Gracias a ti por no lastimar a mamá una vez más...

-Pero Lupa déjame decirte una cosa... Yo la quiero, es mi hermana y nada me haría dejar de quererla es solo que me han sucedido tantas cosas que no sé ni qué puedo decirte, ¿Tú crees que deba de hacer algo?

-Si, alguien me dijo una vez que hay que hacer lo que nos hace felices aún si los demás están en contra, lo que sea que decidas yo estaré contigo.

-Gracias Lupa.

Aquel día Lincoln comenzó a sentir algo, una pequeña chica delgada de cabellos negros como la noche y ojos verdes como hojas en primavera a atravesado la barrera que tanto se ha negado por su historia, encerrado casi ha terminado al pequeño Lincoln que sin dudas es tierno a su manera. Durante la cena ninguno de los dos bajó por temor de verse cara a cara, el miedo de enfrentarse los aterró de tal manera que ni el hambre los hizo salir, sus hermanas les preguntaron una y otra vez por su estado pero ellos repetían una y otra vez que estaban bien, Lucy escribía en silencio dentro de su habitación metida en sus cobijas, escuchar sus sentimientos estampados en una hoja de papel le hacen llenar su cuaderno de lágrimas escurridizas que manchan el sosiego de su sufrimiento, no sabe cómo debería de sentirse cuando el chico que ocupa todo el día su mente le hace daño sin darse cuenta, le muestra cariño y se lo arrebata un segundo después, su poema va desde el amor no correspondido hasta un réquiem doloroso y crudo que haría llorar incluso al corazón de roca más duro y frío de todos; harta de llorar y pensar opta por solo llorar el resto del tiempo que le queda al caer la noche, no puede dormir y tampoco quiere escribir,  no quiere escuchar nada de nadie ni mucho menos del susodicho pero sus planes se vienen abajo cuando Lupa le llama para  hacerle saber que Lincoln le ha dejado un mensaje, ella le pide en repetidas ocasiones que lo borre pero la pequeña le ruega escuche el sonido de lo que su hermano le quiere decir, sin más opciones acepta escuchar y lo que oye sin duda alguna le devolvió una vez más la pequeña esperanza que poco a poco había construido:

-Hola Lucy, lamento tanto haberte lastimado y lamento aún más el nunca saber cómo lo hago... Y por eso... Yo... Quiero decirte que... A mí, yo, Lincoln Albert Loud... Por más extraño que se escuche... A mí... Me encanta tu voz y me gustan tus ojos, cuando duermes, cuando comes, tus lindas expresiones, cuando soñamos y cuando le jugamos bromas a tus enemigas y a las mías me hacen pensar en que eres una chica increíble... Yo quiero nombrarme como tu fan número uno y por estas y muchísimas razones más es que te quiero... Si tienes tiempo me gustaría hablar un poco después de tu concurso en el que prometo estar en primera fila con una rosa blanca en la solapa de mi traje, prometo ser el primero en felicitarte cuando bajes con el premio al primer lugar... Te quiere: Lincoln.

Al terminar el audio Lucy no hizo más que crear una pequeña, linda y nerviosa sonrisa que trató de ocultarse a sí misma acompañada de pequeñas lágrimas tanto de felicidad como de tristeza declarando su locura interna.

-¿Por qué me haces esto? ¿Qué no te he mostrado que contigo soy la persona más sincera que pueda existir? Sé que es egoísta pensar que podría hacernos felices encontrando la manera de callarme pero no puedo, ya no quiero guardar silencio, me he pasado toda la vida haciendo silencio pero ya no más, quiero que la oscuridad me abrace al mismo tiempo que tú lo haces, quiero que me hagas la promesa de nunca dejarme sola, aunque no sea una buena persona deseo pedirte esto; Solía pensar que era una tumba sin sentimientos pero a tu lado he vivido furias, dolores, alegrías y tantas primeras veces que me es imposible seguir negando el hecho de que tú... Tú... Tú me... ¡Aún no puedo decirlo!

Emocionada y temerosa se esconde una vez más dentro de sus cobijas. En un bello acto en aquella noche de luna llena ambos dicen:

-Te quiero, buenas noches y ojalá pienses en todo lo que nos ha pasado.

Lo que no saben es que... El destino se ha sellado...














































-No, no pueden hacerme esto, ¡Majestad usted sabe que nunca cometería tales actos! Por favor... No lo haga...

-Lo lamento mucho Lefhara pero este general dice que tú y tus hijos lo insultaron después de haberlo enfermado teniendo que ir incluso al médico real.

-¡Qué blasfemia! ¡El trató de hacerme suya y yo solo me defendí! Usted mejor que nadie sabe que mi esposo sigue vivo, ¡Debería de castigar a este bastardo y no a mí! - de un golpe aquella mujer terminó en el suelo mientras sangre escurría de sus labios.

-¡SILENCIO! ¡¿CÓMO TE ATREVES A DARLE ÓRDENES A TU REY?! Tal vez Lodius ha ayudado al reino en innumerables batallas pero eso no les da el derecho a violar la ley y aún menos en levantarle la voz a tu rey, además, muchos más te acusan de brujería, te han visto hacer rituales y hablarle a la nada en Luna llena, ¿Qué tienes que decir ante tales acusaciones?

-¡Mentiras! Yo no práctico la brujería, curo con hierbas que mi hermana y mi esposo siempre traen, ellos investigan para salvar vidas y yo experimento para averiguar si pueden ayudaros pero veo que nada de eso les importa, ¡Entonces bien! Solicito un juicio justo en presencia de su consejo siempre y cuando mi hermana y esposo puedan hablar en mi ayuda.

-Creo que no lo entiende mi querida y bella Lefhara, nosotros no venimos a llevarla a un juicio, solo se le ha venido a advertir sobre lo que se va a hacer, una acusación de brujería no se deja impune, he venido en persona para ver qué se haga justicia contra el gran general que usted y sus hijos han herido, me temo que la justicia ciega tendrá que ser ejecutada hoy mismo en mi presencia, lamento que termine así y lamento más tener que mentirle a Lodius, ¿Los rebeldes quizás? Si, ellos fueron los que le arrebataron la vida a usted y a sus hijos, su fuerza nos ayudará a conquistar las bases de esa gentuza que solo da mala cara a nuestras tierras.

-No, no pueden hacernos esto, ¡Dejen que mis hijos se vayan!

-Me temo que los hijos de una bruja no pueden salir libres de su juicio.

Dos días después... Lisher y Lodius han llegado a su destino solo para ver lo que el rey acababa de cometer.

-¿Qué ha pasado aquí?- Lodius no puede creer lo que sus ojos ven...

-Lodius... Yo... Lo lamento...- Lisher no puede llorar, el acto tan iracundo que observa es digno de un demonio.

Su familia, su esposa, su hija, hijo y un pequeño cuerpo no más grande que su antebrazo se encuentran calcinados superficialmente, todo indica que le han apagado antes de morir para perecer lenta y dolorosamente, aún son reconocibles pero sus vidas se han apagado, la muerte estuvo ahí y a juzgar por la triste noche que los abraza parece que hasta ella ha llorado, no tuvo tiempo para despedirse, nunca creyó que querer proteger a los que más amaba en el mundo se volvería imposible, cree que de haber muerto él sería mucho más fácil, una vida no se compara a la de toda su familia, su bella esposa, su linda hija, su fuerte hijo y el pequeño que murió antes de nacer, lazos rotos por el fuego y las llamas de infierno mismo, las lágrimas lo han abandonado al igual que su vida. Su amada parece sostener algo en la mano...

-El talismán... Tú... No lo acabaste Lefhara... Regresa, regresa para terminarlo, no puedes irte sin asegurarme que nos volveremos a ver en otra vida, por favor cariño, despierta... Despierta...

-Lodius...

-¡DESPIERTA! ¡MIS HIJOS DESPIERTEN! ¡ABRAN SUS OJITOS, ABRAN SUS OJOS Y DENLE UN ABRAZO A SU PADRE! ¡¡REGRESEN!! ¡POR FAVOR VUELVAN!!- tomando entre brazos el pequeño cuerpo que parece ser el de un bebé pega su cara hacia él envuelto en una clemente tristeza -mi bebé...  Tú debías de ser el descendiente más fuerte de los Kalt, más que tus hermanos, mucho más que yo... Mi bebé... Abre tus ojitos, mira el mundo, es hermoso... Por favor... ¡¡VIVE, VIVE POR FAVOR!! Por favor... No me dejen solo...- Lisher es la primera en llorar, el cuerpo inerte de su hermana y de sus sobrinos haces desplomar su alma, como médico del reino se culpa por no poder regresarles la vida, llorar es lo único que pueden hacer, todo el mundo se oscurece mientras que su vida se torna de gris.

-Lo siento... Siento haberme ido... Lamento haberos dejado solos- abrazando los cuerpos de su pequeña, de sus dos hijos varones y de su esposa llora a gritos, sus desgarradores gritos hacen llorar a toda Caledonia, sus lazos de sangre han muerto con el fuego, el barco de sueños que imaginó junto a su familia se ha hundido en la infinidad de la muerte misma, siente no haberles dado las riquezas que siempre merecieron. Su hogar destruido le lastima la poca esperanza que aún vivía dentro suyo y lo peor es que... No sabe qué hacer, la muerte más familiar le hace sentirse débil como las hojas marchitas de las rosas que tanto amó su esposa -gracias por este abrazo mis amores... Prometo llevármelo de recuerdo... Ustedes debían de ser los reyes del mundo porque mi mundo muere hoy con ustedes... Un padre no debería de enterrar a sus hijos... Este dolor... No tiene nombre...

Pasan horas llenas de llantos hasta que por fin termina de enterrar a su familia...

-Mi Lefhara diría que el atardecer es hermoso... Me gustaría que esto fuera un sueño.

-Si ella estuviera ahora me invitaría un vaso de agua fresca (sniff), me daría un abrazo y me diría enfadada que dejase de trabajar por al menos un segundo.

-Aún recuerdo la primera vez que la vida me permitió conocerla, fue en una tarde que ella paseaba mientras hablaba con los espíritus, fue entonces que divisé la más hermosa mirada que nunca jamás pude haber conocido, desde ese día al tratar de hablarle me mojaba con agua que sacaba del pozo, luego me arrojó flores invitando a mi persona a sentarme con ella junta al arrollo, yo le enseñé a mirar las estrellas y ella me mostró a hablar con la naturaleza, ella... Ella es... El amor de mi vida... Lisher...

-¿Si (sniff) Lodius?

-¿Me permite daros un abrazo?

-¡Si!- llenos de penurias ambos comparten el más trágico abrazo de sus vidas... Pasan horas abrazados junto a las cuatro tumbas dónde les dieron sepultura a una madre de tres hijos.

-¿Lisher, me permite dar un pequeño paseo? Si no regreso por favor siga su camino porque algo me dice que no estamos seguros aquí.

-Lodius por favor no cometa una barbarie.

-Barbarie será la que cometa contra el responsable de todo esto.

Sin fuerzas se aleja de las tumbas, quiere añorar el día en que vea a su bella hada del bosque bailar, sabe que solo una pequeña decisión lo llevará hacia ella...

Desde un acantilado Lodius observa las bellas tierras que tanto amó junto a Lisher, un salto basta para reunirse con su familia.

-Sin ustedes mi vida no vale- en las manos tiene los talismanes que su esposa muy humildemente talló para ambos -Lisher confío en que esto funcionará... Te veré en otra vida mi amor... Con cariño tu eterno enamorado, mis niños perdonen la cobardía de su padre que no pudo vengar su muerte...

Con los pies al borde del abismo con un suspiro se deja caer...

Su viaje... Ha llegado a su fin...

-¡Alto!- alguien lo detiene sosteniendo las ropas que trae puestas -no puede hacer esto.

-¡Déjame!- lucha con todas sus fuerzas para caer al vacío pero aquella figura que lo detiene no se mueve ni un suspiro.

-Tranquilo Lodius estoy para ayudar.

-¿Quién eres tú?

-Soy alguien que calló de muy lejos, un oportunista de muerte, ¡Solo considerarme tu mejor amigo!

-Ella era mi única amiga.

-Lo sé... Pero Lodius ¿Te dentarias a mi lado? Si no logro convencerte de vivir en menos de lo que imaginas yo mismo te veré irte en completo silencio- de la nada un par de sillas, té y pastelillos aparecen frente a Lodius, al igual que un muerto se sienta, pierde completamente sus modales y solo espera el momento para...

-Para salir corriendo al acantilado.

-¿Cómo lo...?

-Prometo que puedo sentir tu dolor, escucho lo que piensas y veo lo que sufres, tal vez no me entiendas pero mi amigo yo soy el único que te comprende y en realidad me gusta este sentimiento.

-¿Cómo puedes hacerlo?, ¿Y por qué ésta silla arde?

-Hace mucho frío en Caledonia y no quería charlar con tantas incomidades.

-¿Qué quieres?, ¿No ves que me han arrebatado todo?

-Lo sé... Por eso sentí cómo tu corazón me llamó y para serte sincero fui testigo de lo que aquí pasó.

-¡¿QUIÉN FUE?! ¡¿QUIÉN MATÓ A MI FAMILIA?!- enfurecido arroja lejos la mesa sobre la que comían, trata de tomar por el cuello a quien está frente a él pero al hacerlo su mano arde, en menos de un parpadeo una gran quemadura marcaba la palma de su mano.

-No, no, no, no, no, veo que no estás entendiendo, no soy alguien que sólo vendrá a atacarte, soy alguien amigable, si aceptas ser mi amigo tendrás lo que quieres.

-¿Qué sabrías tú sobre lo que deseo?

-Venganza.

-¿Y cómo podrías ayudar? ¿Sabes quién hizo esto?

-El rey y tu ex compañero, el general...

-Que atacó a Lisher en el baile...

-Exacto, el mismo.

-¿Y cómo podrías saber...?

-Sh... No hables, nos están observando...- Lodius no pudo escuchar nada, observó a su alrededor y lo más que vió fue una parada de aves alejándose a gran velocidad -¿Me dejarías mostrar que estoy de tu lado?

-Acepto pero si haces algo...

-No te preocupes, todo estará bien- aquel extraño, alto y delgado sujeto camina cerca de un árbol, parece solo mirar hacia arriba y soplar, nada fuera de lo común hasta que un soldado cae de las ramas completamente asustado.

-¡Hola mi amado!

-¡General Lodius!- dijo ignorando al sujeto que lo había descubierto -solo estaba aquí haciendo reconocimiento, rebeldes atacaron su hogar y es posible que muchos de ellos aún se mantengan ocultos.

-Lodius...- como si estuviese cantando su nuevo "amigo" lo llama -este hombre miente.

-¡Mentira general!- trató de defenderse aquel soldado -¡Este hombre miente!- colocando un solo dedo en su armadura dibuja una sonrisa en su rostro -de todas formas haré que hables, ¿Por qué no muestras lo que ocultas?

-¿De qué estás ha... Ha... Ha...? ¡Ahhhh! ¡SUÉLTAME! ¡¡ARDE, GENERAL AYÚDEME!!- sus gritos son tan fuertes que rompen los oídos de Lodius -¡LO HARÉ, DÉJAME IR!- al quitar el dedo de su pecho una gran marca roja quedó atravesando la armadura, de su bolsillo sacó lo que parecía solo un trozo de piel pero al verlo Lodius rompió en llanto, su esposa muy en el pasado intentó hacerle un par de telas que cubrieran sus manos, falló y Lodius para hacerla sentir mejor guardó las pieles con las que lo intentó.

-Te lo dije Lodius, este buen señor confirmaría nuestra amistad.

-¡POR EL REY!- con un pequeño cuchillo que hábilmente había ocultado en su armadura arremete contra su captor atravesando su pecho, sonriente cree haber ganado...

-¿En serio pelear por un tonto con corona?- sin la más mínima herida levanta con una mano al soldado y de un movimiento con un par de sus dedos le arranca la cabeza -¡Qué fastidio!

Terriblemente asustado Lodius comienza a temblar, quiere salir corriendo pero sus piernas no le responden, está seguro que su vida ha llegado a su fin.

-Puedes estar en paz Lodius no pienso hacerte daño.

-¿Qué eres tú exactamente?

-Soy como un espíritu con los que tanto hablaba Lisher... Pero yo soy un poco mejor que el resto.

-¿Solo un poco?

-Digamos que los espíritus que cagan tristes por el lugar son meros cerdos para mí.

-¿Qué quieres de mí? ¡¿Qué quieres de mí?!

-No sabes cuánto me alegra oír eso, verás tengo un pequeño juego que mostrarle "general", al decirte mi nombre tenemos que jugar Lodius, te he estado observando durante años y sé que alguien tan intrépido y temerario como tú es capaz de ser mi igual, quiero que nos tratemos mutuamente, tanto como los mejores amigos que somos.

-¿Si llevas viéndome tanto tiempo por qué no ayudaste a mi familia?, ¿No dices que somos amigos?

-No te confundas, mi ayuda solo es para ti porque solo tú puedes entregarle a un ser como yo algo.

-Lo sabía, ¿Qué quieres?

-Toda Escocia, un ser como yo con tierras en el mundo terrenal es lo mejor que podría pasarme, podría tener un lugar por el cual irme y llegar cada vez que yo quiera.

-¿Y crees que yo haré eso? ¿Cómo pretendes que lo haga?

-Muy fácilmente, si cierras un trato conmigo recibirás la fuerza de diez hombres, la inteligencia de mil  sabios y la astucia de cien aventureros.

-No lo quiero.

-¡Espera! Aún no te digo la mejor parte, cuando dejes de ser mi heraldo podrás ir a reunirte con Lisher en otra vida... Y no solo con ella sino que también podrán ver de nuevo a sus hijos, sus vidas futuras estarán unidas por toda la eternidad o hasta que rompan nuestro contrato.

-¿Y lo único que quieres es Escocia?

-No solo eso, lo demás vendrá solo, ¡Mira! Has tardado tanto que la luna roja nos divisa con su hermosa presencia- en el cielo lo que parece un eclipse lunar se alza en el cielo.

-Jamás había visto a la luna de ese color.

-Jamás le habías prestado atención, ¿Entonces Lodius?, ¿Tenemos un trato?





































































-¡LINKY!- tocando la puerta con fuerza y desesperación Lily grita por su hermano, asustado Lincoln abre la puerta y lo que ve lo deja asustado... Todas sus hermanas están fuera de sus habitaciones.

-¡Chicas!- asustado por el terrorífico sueño que acaba de tener trata de averiguar qué le sucede a sus hermanas.

-Lincoln- se dirige a él Lisa con una pequeña manta entre sus manos -un gran caso de histeria colectiva abruma nuestro hogar.

-¿De qué estás hablando Lisa?

-Todas... Tuvimos un terrible sueño, uno en el que un sujeto mira a su familia calcinada en Caledonia...

-No... No ustedes no... ¿Chicas, es verdad lo que dice Lisa?- asustadas y en shock ninguna se atreve a hablar para afirmar lo que dice su hermano, Lola tiene tanto miedo que en su desesperación se aferra con fuerza al brazo de su hermano -Lincoln es verdad... Yo también lo vi, como degollaron al otro caballero, la luna roja y la familia muerta... Tengo miedo.

-¿Lori, qué dices...?- corriendo hacia él su hermana mayor lo abraza mientras llora -yo también lo vi Lincoln... Puedo jurar que aún sigo sintiendo el calor de las manos de ese ser...

Con Lori inestable, Leni llorando y Luna temblando no le quedó a Lincoln de otra más que hacer lo que mejor sabe hacer... Ayudar a sus hermanas; el también muere de miedo por dentro, quiere encerrarse en la habitación de sus padres y nunca salir de ahí pero sus hermanas lo necesitan, tiene que ahogar su propio miedo por el bien de ellas, su voz tirita y sus piernas de gelatina no le permiten dar un paso enfrente.

-De... De acuerdo her... Hermanas... Haremos esto, todas regresen a su habitación por una almohada y cobijas, iremos a dormir a la sala, si tienen que ir al baño háganlo en parejas, Lori estará con Lily, Leni con Lisa, Luna con Lola, Luan con Lana y Lynn con... Con... Con Lucy, si necesitan algo díganme y trataré de traerles lo que sea que les haga sentirse mejor.

Lincoln entra con Lily y con Lisa a su habitación para hacerles compañía, ambas mueren del miedo al ser las más pequeñas -¿Por qué no hay luz?- preguntó Lincoln después de intentar encender el foco de la habitación.

-La luz se fue hace un par de minutos, ni Lori o Luna quisieron bajar...- respondió Lisa con su manta en la mano.

-Está bien hermanita- dijo besando su frente -yo las cuido, hay que salir y esperar a las demás.

Luego de unos minutos todas comienzan a bajar hacia la sala pero en secreto Lincoln toma el dedo meñique de Lucy con el suyo.

-¿Qué... Qué estás haciendo?

-Por favor Lucy ayúdame, yo también estoy aterrado y sólo tú entiendes lo que en realidad está pasando.

Gracias a la oscuridad nadie nota el tierno rubor que marcan sus mejillas, entre tinieblas Lucy suelta su meñique, él cree que lo ha rechazado, triste trata de alejarse, sin avisar Lucy toma su mano entrelazando sus dedos con los suyos, nervioso y emocionado voltea a verla atento, ella le responde:

-Si tú cubres mi espalda yo cubro la tuya... Yo... Eres muy especial para mí...

-Tú... También eres especial para mí.

-¿Crees que puedas abrazarme esta noche?

-No... ¿Crees que... Te puedo abrazar todas las noches de ahora en adelante?

-Eso sería lo más cercano a la felicidad.

-¡MIREN!- con terror Luan grita señalando el cielo nocturno, sin soltar la mano del otro ambos se asoman solo para ver:

-La... La... La... La luna... Lisa... ¿Por qué está roja?- con terror Lynn cae de rodillas abrazando a Lana.

-No... No lo sé... No había registros de algún eclipse lunar esta noche.

-¿Qué (sniff) qué hacemos?- pregunta a punto de llorar Luna, sin soltar la mano de Lucy Lincoln les responde:

-Lo que mejor sabemos hacer- mirando a Lucy dice: -ayudarnos entre nosotros.

Luego de un bello abrazo fraternal y unos minutos dialogando y moviendo muebles Lisa, Lily y las gemelas durmieron abrazadas en el sofá, Lori se sentó en el suelo teniendo a su lado a Lynn, Leni, Luan y Luna se abrazaron en el suelo al igual que Lincoln y Lucy.

Con un travieso y pequeño beso Lucy le desea terribles sueños a Lincoln, él sabe que en "idioma Lucy" eso significa: dulces sueños, él también le da un beso en la mejilla, le desea lindos sueños y con pena la abraza.

-Tengo miedo Linc.

-Yo también Lucy pero por alguna razón siento que contigo el miedo no es tan malo...

Y así el destino comenzaba a tener sus redes de dolor y sufrimiento... Porque a veces nuestro dolor recae en lastimar a los que más amamos...



































¡Aviso rápido!

¡Hola! Lamento mucho la poca actividad pero he hecho miles de cosas en este último mes, verán, para los que no sepan soy de nacionalidad mexicana y recientemente fui invitado al estado de Puebla para hacer estudios de campo sobre los dos volcanes más representativos de mi país (el Popocatépetl e Iztaccihuatl)

(Foto porque es hermoso (y muy frío) estar ahí xd)

Después fui a investigar sobre la fauna marina y el subsuelo en el estado de Guerrero

(Si se pone atención ahí verán un par de peces xd)

En fin, estuve ocupado (y un poco de fiesta) pero al fin obtuve las merecidas vacaciones que estuve buscando :') quiero decir que en este mes trataré de terminar el Lisacoln que lleva bastante tiempo esperando y espero llegar a la mitad con esta gran historia, quiero dar gracias por esperarme y sepan que nada me hace tan feliz como seguir con escribiendo estas magníficas historias.

Gracias por apoyarme y espero que la historia sea de su agrado...

Sin más quedo a sus órdenes y les mando mis mejores deseos!

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