-¡Ya! ¡Ya por favor! ¡No más! ¡No más!- miles de calvarios en una sola noche. El fuego abrasador de un lugar al que todos temen hace de las suyas sobre una pobre alma indefensa que no hizo nada, salvo nacer. Sus gemidos se escuchan fuertemente en el retumbar del infierno. Unos celebran por ello, mas otros lloran al escuchar que la apuesta ha caído de nuevo a favor de aquel que llaman...

-¡ZEBUTH, DEJA EN PAZ AL NIÑO! ¡PARA POR FAVOR!- grita desde el lugar más insólito de todos aquella triste alma con la que todo comenzó.

-¡NO!- el fuerte grito de aquel que sufre hizo silenciar al fuego mismo -¡YO PUEDO! ¡SÓLO NO TOQUES A...!

-¡¿A QUIÉN?! ¡A LONTHEITH! ¡A MICHELLE!

-¡A LUCY! ¡DEJA A LUCY! ¡SI TE LE ACERCAS...!

-¡OH DEJA DE ALARDEAR! Tú no tienes poder alguno aquí. Ni tú o cualquiera de los que piden por ti.

-No, no quiero que nadie pida por mí... Porque quiero hacer algo contigo.

-¿Qué cosa?

-Una apuesta.

-¡NO! ¡ESPERA PEQUEÑO, ESPERA!- miles de almas gritaban que se retractara, sabían que una apuesta con aquel ser inombrable sólo tenía una salida: la perdición misma de sus almas.

-¡No! Yo sé lo que hago.

-¿Crees que me puedes ganar a mí en una apuesta?

-No, sé que no puedo ganar, pero también te conozco, sé que no rechazarías una apuesta aquí en tu hogar.

-Te escucho pequeñín.

-Yo sé cuánto me ama mi familia. Ellos saben que justo ahora no estoy con ellos... Te apuesto mi alma a que en esta semana todos y cada uno harán al menos un gesto que les recuerde a mí. Por más diminuto que sea te apuesto a que lo harán. Si gano no te volverás a meter con Lucy ni con nadie más de mi familia.

-¿Y si no lo hacen? ¿Qué hay si yo gano?

-Te daré mi alma, seré tu lacayo hasta que la eternidad nos separe.

-Acepto la apuesta... Sólo si renuncias a algo... Algo que atesores más que un simple objeto.

-¿Prometes que cumplirás tu promesa?

-Lo prometo.

-Entonces... Yo... Te daré el dedo meñique de mi mano derecha una vez haya regresado a mi vida y a mi cuerpo.

-Tenemos un trato, cabeza de copo...

Aviso rápido:

¡Hey! ¿Creen que me había olvidado de esta historia? Pues no, es sólo que me vida ha sido un caos y sólo he podido darle tiempo al Lisacoln (que por cierto ya sólo le quedan pocos capítulos, les recomiendo que la vayan a leer), pero créanme que con esto quiero dar al menos señales de vida, prometo actualizar más seguido esta y las demás obras.

AJ se despide, buenos días, buenas tardes y buenas noches ¡No olvides sonreír!