Ayúdame
-¿Cuánto más va a tardar la banda de Luna?
-Tranquila Lola estas presentaciones son muy laboriosas de montar, podría decir que faltan unos veinte minutos más.
-¡Odio esperar! ¿Cuándo van a regresar Lucy y Leni con la comida?
Una tarde hermosa en un lindo club campestre, comidas gratis sólo si la banda demuestra que es capaz de estar en el escenario tan imponente que han preparado para ellos, una canción hermosa tanto como dolorosa, una familia que espera ver un gran espectáculo y una chica de cabellos negros que sostiene un par de pizzas junto a su hermana mayor que lleva refrescos para todos.
-¡No puedo esperar Lucy! Hoy me voy a la universidad ¡¿Puedes creerlo?!
-El conocimiento es lo más importante en estos días, podría decir que casi me alegra que hagas tu propio camino.
-¿Me extrañarás?
-Si pero no le digas a las demás o pinto tus vestidos de negro.
-¿Cuáles?
-Todos.
-¡No! Prometo no decir que me quieres.
-Gracias Leni... Oye... ¿Puedo preguntarte algo?
-¿Qué pasa?
-Quiero darle un regalo a alguien... Es una pequeña parte de mí para que cuide sus sueños, ¿Crees que...?
-¡Oh por Dios! ¡¿Quién es?! ¡Por que no me dijiste que tenías novio! ¡¿Es Albert verdad?!
-Espera Leni no digas eso.
-¿Oh, todavía no le declaras tu amor? Creí que ya eran pareja.
-Te digo que no es eso, no me gusta, no me podría gustar y no es Albert pero... A él le regalé mi primer beso y de hecho si no lo habías notado... Recorté dos centímetros mi falda para verme linda... ¿Crees que lo note? No es mucho y no quería parecer vulgar.
-¡Así que por eso rebajaste tu falda! Lucy eres muy dulce, demasiado para ser tú.
-No lo menciones.
-No lo haré, pero dime ¿Por qué me dices esto a mí?
-Porque tú eres la que mejor entiende el corazón de los demás, yo no, aunque quiera no comprendo no el mío y justo hoy espero a mi primer fan y su palabra, creo que una nueva versión de mí puede llegar con la muerte del alba al anochecer.
-No entiendo.
-Digo que creo que me hace una persona un poco menos peor de lo que soy.
-No digas eso hermana, no eres mala solo te falta sonreír.
-Todas las personas son malas, corrompibles y manipuladoras, tú, yo, nuestros padres así como cualquier otra; solo he dicho que el conocerle me hace pensar que quiero no ser tan mala.
-No lo entiendo.
-Lo siento, hablé con el pensamiento emanado de mis pensamientos erráticos.
-¿Te encuentras bien? No hablabas así desde hace un tiempo, detestaría irme sin haberte ayudado- la pureza de Leni siempre ha de sobresaltar mis expectativas si de comportamiento humano hablamos, a pesar de ser aquel estereotipo estadounidense de rubia tonta su corazón, pensamientos y acciones eran en son de caridad y quizá un poco de egoísmo falsamente enmascarado de una bella sonrisa que resplandece como una hermosa comunidad de fitoplancton creciente en el oeste del Pacífico. Con la cara más falsa que pude otorgarme al principio del día le hice saber que todo estaba bien, sin problema alguno que aquejara mis males y sobretodo para engañarme respecto a aquel molesto espacio que mi atormentada alma guardaba para el joven de cabellos blancos que se acogía dentro de mi propio hogar.
Un día soleado, niños jugueteando en los alrededores repletos de padres y adultos pretensiosos tratando de evidenciar quién es el que más dinero lleva dentro de los bolsillos, ¡Burguesía en su mayor esplendor! No podría describir tan testarudo ambiente y hostil día para mí, ¿Podría quejarme? Absolutamente no pues ésta actividad le daría dinero bien merecido a mi hermana al mismo tiempo que podría llenar mi estómago, parezco delgada pero dentro de los confines de mi hogar el salvajismo por pelear en cada rincón buscando apoderarse de un pequeño trozo de vivienda me han marcado a ser envidiosa con lo que he de llevarme a la boca cuidando quedar satisfecha cuando me es posible.
Mis padres tiernamente llevaron una cámara para documentar el acto de Luna y su banda, de hecho ella decía que de salir excelente podría en un futuro vivir de ello cosa que a mis padres no les hacía tanta gracia pues para ellos el terminar una carrera universitaria era mucho mejor que perseguir un sueño casi imposible de realizar y no es que fuera mala músico pero cualquier carrera artística fue hecha solo para los adinerados y poderosos, nuestra familia promedio no podría costear un error en la carrera musical de mi hermana y aunque ella lo entendía quería seguir persiguiendo sus sueños.
Como aún me sobraba el tiempo para apreciar la disculpa de Lincoln fui detrás de un edificio en completa soledad, hubiera llevado algún libro para distraerme pero quería darle la atención merecida a lo que habían hecho por mí, mi pequeña Lupa lo notó y quiso animarme alejando las ideas tormentosas con las que yo misma flajelaba mi mente, quizá no supiera hacerlo pero sus lindas intenciones me hacían desenvolverme con ella; cada día que pasaba me era más obvio verla como una niña que pedía mi guía, que me observaba y que sobretodo me quería, sin darme cuenta comencé a ver a Lupa como mi hija, de hecho a veces deseaba que fuese de carne y hueso para peinarla, darle un abrazo, verla crecer y hasta enfadarme en algún momento con ella, hablé en voz alta otra vez, cosa que me comenzaba a suceder muy seguido y que por supuesto mi pequeña notó.
-¿Puedo decirte algo mamá?
-Claro Lupa, suspiro.
-Creo que puedo hacerlo... Digo, transferir mi sistema a un organismo quizá no tan metálico pero así podría...
-Estar conmigo... ¿Por qué no lo has hecho?
-Porque podría perderme en cierto punto, quizá Lisa no quiera hacerlo pero así dejaría de tener tanto acceso remoto a los aparatos electrónicos, comenzaría a ser de cierta manera obsoleta pero viviría más como tú y como mi papá.
-Por esa razón dijiste eso el otro día, comprendo pero también tengo miedo, hoy que me he encariñado contigo temería perderte, no me importa si es en un reloj o alguien frente a mí, no puedo perder a mi pequeña.
-¿Eso es verdad mamá?
-Creí que podías usar el detector de mentiras para saberlo.
-Puedo usarlo pero quiero confiar en ti.
-Lo es, solo te he dicho la verdad.
-¿Y por qué no eres más sincera con papá? Lo he notado muchas veces mamá, tu corazón se acelera, tiemblas, te sudan las manos y hasta sé que has soñado con él dándote un abrazo ¿Por qué no lo haces mamá?
-Por miedo, no soy valiente como Lana o Lincoln que hacen las cosas que sienten, me da miedo que los demás sepan lo que siento al no ser correspondida como quisiera y lo peor es que esta vez no deseo hacerlo, el miedo al susurrar lo que creo que me pasa no me deja actuar, intentar algo sería indebido y atroz, no quiero hacer nada, no debo si quiera de pensar en esto. Las advertencias, el miedo y la culpa de sentir lo que creo que pasa me hacen dudar sobre lo que no debo hacer.
-No comprendo mamá, ¿Está mal sentir?
-No, no está mal pero lo es cuando sientes lo que no debes, creo que necesito ayuda.
-Yo puedo ayudarte.
-No me malentiendas Lupa pero me refiero a un tipo de ayuda más profesional, por ahora solo quiero dejar todo atrás, concentrarme en mi propio concurso que está próximo a venir y tal vez así pueda decir lo que sienta dejando atrás lo que puedo hacer, a mi manera confiaré en lo que creo que me sacará de la mejor manera posible de este embrollo en el que yo misma me metí.
-¿Exactamente qué quieres hacer mamá?
-Declamarle mi gratitud, hablarle de todo el desastre que me causa pensar en él por las noches y tal vez decirle que lo siento por tener estos sentimientos... Sólo así podré decir lo que siento sin el dolor del rechazo.
-Creo que te pones muchas cargas mamá, eres muy extremista ¿Crees que papá te diría algo malo?
-No lo sé, espero nunca averiguarlo.
Sin seguir hablando me retiré de aquel lugar que fue testigo callado de mi casi declaración, no podía ni debía de seguir pensando en estos tontos sentimientos, creer que puedo dejar de sentir es hasta egoísta para mí porque de verdad muy dentro de mi ser la ilusión de un lindo futuro quería mantenerse posible, mi yo interno no quería ver lo inverosímil que aquel sentimiento significaba en realidad o tal vez aún soy lo bastante tonta como para no imaginar los riesgos y problemas que pude llegar a causar esta locura.
Junto a mi familia por detrás de ellos me oculté de todo en caso de actuar de manera extraña o diferente con la disculpa que Linc había hecho para mí, me sentí emocionada, atónita por descubrir las bellas rimas que estaba casi segura había creado sólo para mí, quería creer que si, mentirme al oído para complacer mis desdeños de cariño a manera de tiernas caricias espirituales del corazón, quería olvidar mi pasado, no lo que dijo, sino el pasado de la vida misma que me prohíba sentir lo que comenzaba a nacer dentro de mí, ¡Lo sé! No debería de pensar esto, imaginar un tal vez para mí estaría prohibido e intentar avanzar podría darle más problemas de los que ya le había dado. No quiero, una vida normal es lo menos que pido después de tantos años de sufrimiento que me trajo el último chico que llamó mi atención, glorifico el bello sentimiento que es el cariño hacia alguien más que por alguna u otra razón había estado ignorando pues odiaba hasta cierto punto el ver a las parejas con una sonrisa de oreja a oreja caminando abrazadas. ¡Detestaba verlos! Sentía náuseas y ciertas veces llegué a provocarme el vómito pero ahora por alguna razón quería un abrazo, imaginé una cálida mano sujetando la mía por el día y unos oídos escuchándome leer por la noche, si, suena tonto y hasta algo nerd proveniente de algún cuento de hadas pero por primera vez veía el blanco... Más ameno a mí. El crujir de un micrófono y el detestable armónico de una guitarra electrica destruyeron mi fantasía color gris tralléndome al presente de forma abrupta proveniente de mi hermana mayor, Luna.
-¡Atención pueblo de Royal Woods! ¡Esperemos que no sea nuestro primer ni último adiós! Esta canción fue hecha con emociones intensas, amaría decir que yo fui la creadora de tan dolorosas palabras pero no, lastimosamente quien sufre tanto en silencio ha ido a sanar su dolido corazón, volverá pero será después... Y por eso, en honor del dolor de amar viene el de perder y con perder viene el deseo más anhelado en todo el mundo... Amnesia...
Nadie, no había nadie salvo yo y la música en todo el lugar, mi familia se desvaneció al igual que el mar de personas que atentas escuchaban al nuevo entretenimiento del lugar, el piano solo tuvo que orquestar un par de acordes para que mi mundo se cerrara entre aquella canción y yo.
-Con el corazón no se juega...
¡Mujer! ¿Por qué me hiciste este mal? (¡Tanto mal!)
¡Que tuve que olvidar!
Lo que se siente amar
Te vi, creo por casualidad
Hoy que te vuelvo a encontrar
No siento nada por ti
(¡Nada!)
¡Ha pasado tanto tiempo!
¡Y he esperado tanto tiempo!
¡He pensado tanto tiempo!
¡He perdido!, ¡He tenido!
¡Amnesia! ¡Amnesia!
(¡Mi corazón!)
¡Amnesia! ¡Amnesia!
(¡Mi corazón!)
Ya no recuerdo tus caricias
Ni tu cuerpo junto al mío
Ya no recuerdo a tus besos, ¡Mujer!
Mi corazón está vacío
¡Mujer! ¡Te tengo que confesar!
De lo que pude aclarar
¡Contigo no fui feliz!
¡No lo fui!
¡Ha pasado tanto tiempo!
¡Y he esperado tanto tiempo!
¡He pensado tanto tiempo!
¡He perdido!, ¡He tenido!
¡Amnesia! ¡Amnesia!
(¡Mi corazón!)
¡Amnesia! ¡Amnesia!
(¡Mi corazón!)
¡Dime! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?!
¡Dime! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?!
¡Dime! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?!
¡Mujer! ¡Me hiciste este mal!
¡Amnesia! ¡Amnesia!
(¡Mi corazón!)
¡Amnesia! ¡Amnesia!
(¡Mi corazón!)
Ya no recuerdo tus caricias
Ni tu cuerpo junto al mío
Ya no recuerdo a tus besos, ¡Mujer!
Mi corazón está vacío
Ya no hay recuerdos de mi vida
Ya no recuerdo ni quién soy
Ya no recuerdo a la maldita ¡Caray!
¡Mira cómo he acabado yo!
¡No!
E
l final de la canción llegó y con él, el suspiro de un alma desolada del dolor en busca de alguien que le diera cobijo fuera de las sombras hacia unas aún más oscuras y estrechas, aquel suspiro fue mío y aquella alma desdichada me pertenecía a mí y sólo a mí.
No, no podía negarme a mí misma, no a mis sentimientos pues algo dentro de mi oscuro y muerto corazón quería alzarse hacia la luz blanca que con una sonrisa desdeñaba gososa por hacerme ceder ante su persona y pudo pasar, juro que pudo pasar pero el evidente problema que recae sobre mí en torno a todo lo que soy con aquel que ha llamado mi atención, ¿Complejo? Probablemente, quizá la bella ventana que me mostró un perfil lindo y tierno terminó por engañarme a costa de mi propia cordura pero había un problema y era que él no estaba, sin darme cuenta lo quise buscar una y otra vez sin jamás alcanzarlo -¡No, él debe de encontrarse con quien ama!- me traté de engañar, no debía de pensar en él de esa manera; por supuesto que aún es muy temprano para hablar de querer porque siendo sincera aún desconozco aquel sentimiento al que le tengo tanta rabia pero sobretodo envidia, ¿Debería de pensar solo en mí? Creo que debería de ser lo más elocuente, ¿Sería egoísta? Por supuesto que sí, ¿Pero, quién dijo que el egoísmo fuese tan terrible? Según he escuchado en programas de televisión y visto en libros las personas se liberan al conocerse y aceptarse a sí mismas, entonces, ¿Qué Lucy era la que presenciaba tan opuesta disculpa?. Quizá todos los presentes pensaron que aquella era una declamación de dolor y desdicha pero dentro de mí entendí el mensaje que mi Linc trató de enviarme:
"Eres como el blanco y el negro; el bien y el mal viven dentro de ti. Una caja gris y rota ocultando un alma linda y paciente, espero que puedas perdonarme al conocer a la Lucy que vive en mis pensamientos"
Solo unos minutos le pido a la vida para que me deje ser un fantasma que estremezca sus sueños para después morir y ser olvidada con el anhelo de llevarme el primer beso directo a la tumba.
-¡Lucy!- (¡Slap!) Lynn me regresó al mundo real con un zape quebrando mi hermosa fantasía -tenemos que ir con Luna, solo harán oficial que su banda por fin tiene un trabajo estable.
-Oh, por supuesto Lynn.
-¿Estás bien? Luces triste.
-Siempre estoy triste.
-Mñe, no para mí, ¿Eres antipática? En efecto pero es extraño verte triste.
-Sólo déjame... Lynn ¿Crees que ser egoísta está mal?
-Depende.
-¿De qué?
-No seas egoísta conmigo y todo estará bien.
-No hablo de eso y lo sabes.
-¡Jajaja debiste ver tu cara! Hasta estás molesta... Wow... Estás molesta... Bien, como favor de no pisar mi lado de la habitación por un mes te contesto... Creo que no, cuidar tus cosas, poseer algo que sea solo tuyo y pensar en ti son pensamientos que no tienen nada de malo, ¿Quién no lo ha sido? En honor a Lori literalmente el egoísmo es la escencia de las familias numerosas como la nuestra.
-Y justo por eso casi siempre creamos problemas tratando de terminar una pelea que aún no empieza...
-Supongo que no lo había pensado.
-Justamente por el mismo egoísmo, sin ofender.
-Lo entiendo. Para alguien que sólo ve el lado oscuro de la vida todo lo que le rodea será malo y para alguien que siempre ve color de rosa será increíble, lo que te digo es que no solo conozcas el blanco y negro porque justo en el medio es donde están las respuestas.
-Nunca creí que fueras tan sabia.
-La vez que me rompí la pierna Leni y Lincoln fueron los que más me hicieron compañía, al principio me enfadaba porque eran débiles y bobos pero poco a poco me hicieron contarles muchos de mis secretos que hasta ahora creo que han guardado.
-Esos dos siempre son buenos.
-Y veo que no lo entiendes, ni Leni ni Lincoln son tan buenos, ¿Recuerdas los videos en que nos hizo ver como tontas?, Ó ¿Qué tal la vez en que Leni casi arruina la admisión de Lori para la universidad? Son agradables pero no son tan buenos como crees solo que a diferencia de muchas personas ellos aprenden más rápido de sus errores.
Al igual que respirar nació de mí agradecerle a Lynn, creí que me daría la razón por no molestarla pero era como había dicho, simplemente mi hermana no era una persona tan mala...
Luego de un muy incómodo y pequeño abrazo corrimos con Luna para felicitarle por su gran presentación, gritamos, nos emocionamos (aunque solo levanté una mano como apoyo yo era quien más integral en cuanto a mis emociones estaba gracias a la voz y talento de mi hermana), coreando el nombre de mi hermana la levantamos en el aire -¡Aguarden!- gritó desesperadamente pidiendo bajarla -¡Tengo que avisarle de esto a Lincoln! Después de todo él fue quien más ayudó- trató de llamarlo una y otra vez pero nunca contestó las llamadas de Luna, pensando que quizá Haiku y él estuvieran dándose el meloso amor que solamente ellos saben darse dejamos de atolondrar su teléfono con nuestras llamadas.
Un par de firmas, muchas en un contrato que duraría un aproximadamente un año y con el fin del mismo una renovación tendría que hacerse por supuesto junto a una muy interesante paga fueron lo suficiente para que al llegar a nuestro vehículo Luna llorara de la emoción. Sin ir a casa pasamos por unas hamburguesas (que Luna pagó por supuesto) e incluso por ropa nueva que papá muy alegremente nos regaló, midiendo una pulsera en mi muñeca mi pequeña me habló:
-Mamá, tengo que decirte algo...
-¿Qué sucede? ¿Acaso no me queda? Creo que me gusta.
-No mamá... Es que...
-¿Crees que deba de llevarle algo a Linc? Me agradó su disculpa pero desearía que afirmara lo sucedido frente a mí.
-Mamá...
-Creo que su canción me ha inspirado en revelar mis más densos sentimientos.
-¡Perdí a papá!- en ese momento no entendí a lo que se refería, mi día estaba a punto de ponerse aún más caótico.
-¿A qué te refieres?
-Esa chica... Era muy mala... Cuando papá bajó del avión corrió con todas sus fuerzas a buscar flores, chocolates, un peluche y un lápiz labial negro, bastante caro de hecho, corrió con sus maletas cargando, entró al campus sin problemas y justo frente a la biblioteca... Esa perra...
-¡Lupa, lenguaje!
-¡Es que mamá ella estaba besando a otro hombre! Y papá... Él la grabó durante un minuto, treinta y tres segundos y cuarenta milésimas... Me pidió que la durmiera recientemente, después besó su mejilla y se fue... No corrió de vuelta al aeropuerto como le pedí, me dijo que quería estar solo pero sus ondas cerebrales sólo querían buscar un puente... Le grité que no hiciera nada malo y después me tiró en un bote de basura... No puedo localizar a papá desde hace dos minutos.
-Lupa ni juegues así.
-¡Mamá igual que tú, yo no juego!
-¡MAMÁ!- gritando y corriendo fui con mi madre, la desesperación se apoderó de mí, reunimos a toda mi familia y Lupa les explicó todo lo que había pasado. Llegamos a casa quemando llanta como solía decir mi abuelo al pisar el acelerador a fondo mientras hacíamos un gran escándalo para entrara a la habitación de Lisa, una vez dentro ella metió números, programas y códigos a la computadora que no pude ni leer, buscando el nombre de Lincoln por doquier en un gran mapa del globo terráqueo llegamos a la ubicación de nuestro mismo hogar, tal parecía que el localizador que alguna vez Lisa le colocó se encontraba inservible, llamé a Haiku una y otra vez pero Lisa me explicó que aquel sedante la haría dormir por lo menos diez horas así que no contaba con ella para explicar la infame atrocidad que había cometido contra mi hermano -¡Su teléfono, Lisa localiza su teléfono!- gritó con tanta euforia Luan que nos hizo recordar lo más escencial que llevamos al salir, Lisa de inmediato localizó el celular que se encontraba en una plaza comercial, mamá lo llamó no una ni dos ¡Sino cientos de veces! Lo llamó hasta que se hartó. Después de veinte minutos mamá iba con todas las intenciones de tomar un vuelo hasta Los Ángeles para buscarlo pero Lupa dijo que con ayuda de Lisa podría monitorearlo en todo momento siempre y cuando no se diera cuenta que estaba ahí, con más lógica mi madre terminó por ceder al igual que mi padre.
Aquella tarde la celebración, fiestas y felicidad se habían esfumado junto a la relación de mi hermano solo que al caer la noche ocurrió algo que me atormentó pues... Muy en el fondo... No estaba triste... Sin embargo... Yo... Me encontré feliz... Aquella noche no pude sentir tristeza o empatía por el dolor de mi hermano, una felicidad extraña nacía dentro de mi propio egoísmo al saber que la relación de Lincoln había terminado, emoción y anhelo quemaban mi interior; tristeza por aquí y por allá, así era mi vida desde que la recuerdo pero esa noche una de mis mejores amigas en toda la vida se alejó completamente de mí cuando más la necesité, no supe por qué o tal vez si pero aún quería negarme, la negación poco a poco se convertía en mi pan de todas las mañanas y por si fuera poco desde que comencé a tejer a la pequeña Lucy los sueños desdenantes y tortuosos desaparecieron, tanto aquel Lodius como Lefhara y los suyos dejaron de visitarme en las noches, aquellos peregrinos nocturnos abandonaron mis sueños dejándome espacio para pensar en lo que en realidad me estaba pasando. Durante la noche no pude dormir ni Lynn tampoco pero antes de intentar cerrar los ojos dí el primer paso:
-¿Lynn, estás ahí?
-Si... ¿Crees que Lincoln esté bien?
-Si, es bastante listo como para cuidarse solo, creo que pocas veces entendemos porque él es en quien confiamos tanto como en Lori.
-Tienes razón...
-¿Puedo decirte algo aparte? Que para nada tiene que ver con Lincoln.
-¿Qué sucede?
-Suspiro... Lynn...
-¿Qué?
-Necesito un novio.
-Lucy.
-¿Si?
-Ya duérmete, no es tiempo para eso.
-Supongo que tienes razón, muchas gracias.
Si dormí tres horas fue demasiado, me levanté a las cinco de la mañana sin hacer fila para el baño incluso sin haber nadie excepto yo pues las demás también buscaban a Lincoln por cuenta propia. Lori, Luan, Lynn y Lola fueron a interrogar amigos cercanos, profesores y personas que pudieran darles algún indicio, Luna, Leni y Lily seguían tratando de localizar a Haiku quien pareciera que se la había tragado la tierra... En honor a mi pequeña: ¡Esa perra no podía ni dar la cara! Estaba furiosa con quién creí era mi mejor amiga, inclusive Lisa y Lupa trataban de darle batería al celular de Lincoln pues ésta había muerto durante la madrugada perdiéndose enmedio de los transeúntes por una calle no tan linda mientras que mis padres habían ido a casa de los padres de Haiku para hallar a Lincoln por medio de ella y claro, yo era la única que no hacía nada así que corriendo me uní a la brigada de Lynn, creí que por medio de Lupa también tendríamos acceso a la información de Lisa así que las llamé y las alcancé de camino a casa de su amiga Stella quien fue de las últimas en llamar a Lincoln, ella dijo que sólo hablaron sobre cómo sacar de la mejor manera un osito de peluche de una garra mecánica y que maravillosamente funcionó al primer intento, después tuvimos que ir a casa de Clyde que también se unió a nosotras Lara buscar o descubrir más pistas, todo era un caos mientras que yo me maldecía una y otra vez por haber ayudado a su unión, Clyde y Lynn me consolaron tratando de hacerme ver que no podía saber lo que esa arpía le haría, nuestra búsqueda era inútil hasta que...
-¡AHÍ!- gritando fuerte y claro Luan señaló una persona con camiseta anaranjada y de cabello blanco sentada en una banca -¡ES LINCOLN!- al escuchar que era Lincoln corrimos directo a él, por supuesto que Lynn se nos adelantó en un parpadeo derribandolo desde la espalda cayendo sobre él mientras lo regañaba:
-¡ERES UN IDIOTA! ¡¿CÓMO PUDISTE DESAPARECER ASÍ?! ¡¿DÓNDE ESTÁ ESA PERRA?! ¡LE ROMPERÉ TODOS LOS HUESOS DEL CUERPO!
-¡AYÚDENME!- desde debajo de Lynn un grito agudo y fino pidió ayuda, de inmediato se levantó del suelo y lo que vimos... Fue tan extraño, incómodo e impresionante pues... ¡Era Lincoln vestido de mujer!
-¡Amigo! Qué bueno que estás bien y tranquilo, no le diré a nadie de esto- con amabilidad Clyde trató de llamar su atención.
-¡ALÉJATE!- fue la respuesta que obtuvimos tanto él como nosotras.
-¿Lincoln qué rayos te pasa?- al borde del llanto Lori pedía por la verdad.
-¡¿Quién rayos es Lincoln?!
-¿De verdad eres una chica?- por supuesto Luan no podía guardar silencio.
-¡SI! Y si no se van juro que llamaré a la policía ¡¿Qué es tan extraño que una chica beba un Flippy en paz?!
-¡No! Lo sentimos pero te pareces a alguien que buscamos- traté de aclarar el malentendido pero aquella chica se molestó aún más.
-¡¿Qué acaso son bobas?! Dudo que haya alguien como yo en este mundo.
-Pues... Tenemos un hermano que ama el Flippy de cereza, le gusta el anaranjado y...
-Y déjenme adivinar, ¿También tiene el cabello blanco?
-Pues...- sorpresivamente las palabras de Luan lejos de tranquilizarla la asombraron.
-¿Estás jugando?
-¡No! Es verdad... Y de hecho... Es guapo...
-Haré como que te creo.
-¡Es verdad!
-Parece que lo buscan, si su "hermano" aparece búscame amiga, estaré esperando a ese "Lincoln"- claro que su invitación fue más burlona que una aceptación a conocerlo.
-¿Y tú tienes un nombre amiga?
-¡Dha, claro que tengo uno! Soy Li...
-¡LUAN NO TENEMOS TIEMPO PARA ESTO!- Lori tenía razón, no teníamos tiempo para indagar en la copia de Lincoln que debo de admitir que fácilmente podría pasar por nuestra hermana, nos disculpamos con aquella chica y nos alejamos derrotadas directo a casa.
-Vaya aventura... ¿No creen?- de nuevo Luan trataba de bajar los humos de la ineluctable derrota en la que nos estábamos ahogando.
-Si- respondió Lori -jamás creí encontrar a Lincoln...
-¿Sin su "ese"?- añadió Luan señalando su entrepierna.
-Iba a decir versión femenina pero creo que te permito este chiste, malo por cierto.
-Nunca es mal momento para una sonrisa pero en serio, ¿No creen que sería chistoso que Lincoln conociera a esa chica?
-No creo que sea momento de buscarle pareja a Lincoln- comentó Lynn -después de esto dudo que siquiera sonría.
-Justo por eso Lynn, ahora sabemos que su polo opuesto solo fue una manipuladora idiota, ¿No crees que alguien más parecida a él sea mejor? No hablo de juntarlos de inmediato pero si algún día se conocen "sin querer" podríamos devolverle las sonrisas.
-¡No!- sin pensar me negué rotundamente a la idea de buscar una nueva pareja para mi hermano, claro que todas me observaron tan extraño al escucharme gritar ya que no era nada típico de mí, tratando de librarme del penoso momento que me causé dije que la razón de no tratar de emparejarlo con alguien más sólo era porque debía de aprender a andar por sí mismo, que estar solo no le haría ningún daño y que al contrario mejoraría mucho su autoestima y confianza en sí mismo, lógicamente me dieron la razón excepto por Lupa que me recibió con una pequeña descarga en la muñeca -mentirosa- me dijo con su molesta rodilla burlona.
Las horas pasaron y el miedo de que le hubiera pasado algo iba en aumento, mamá era un manojo de nervios al igual que papá, mis hermanas menores lloraban por él al igual que yo mientras las mayores cuidaban la información que reunían aunque solo las hacía dar vueltas una y otra vez y fue entonces que la esperanza llegó a nosotros en forma de una llamada telefónica.
-Cariño justo ahora no puedo hablar- Sam llamó a Luna quien quería guardarse su dolor.
-¡Lo sé amor! Y por eso te tengo una buena noticia... Lincoln está aquí en mi casa.
-¡¿Qué dijiste?!
-Que él está en mi casa, no viene solo y se encuentra muy mal... Por favor no sean severas con él... No tengo idea de lo que le haya pasado pero no se ve bien, por favor Luna cuídalo.
-¡Gracias! ¡Por eso te amo!-
Al colgar el teléfono Luna dió el aviso de Sam quien gracias al cielo había dado con Lincoln, nuestras almas regresaron a nuestro cuerpo por el gran alivio, por supuesto que no nos dejaron acompañarlos para ir por él, Luan se quedó cuidando de nosotras con un mejor humor sólo que sin hacer chistes, su madurez en momentos cruciales crecía con el pasar de los años, creció tanto como persona que nos puso en orden:
-Escuchen hermanas, escuché un poco a Sam y no parecía estar tan convencida, por favor no le den problemas a nuestros padres ni mucho menos a Lincoln que suficiente tiene con que esa maldita jugara con él así que Lana y Lola por favor arreglen el piso de arriba, Lisa tú encárgate de cubrir ciertas maneras de aliviar algún mal físico, no sabemos qué le haya sucedido así que si salud está a tu cargo, Lucy, Lynn ustedes arreglen la planta baja y mientras yo iré a la cocina con Lily, yo la cuido y el resto en marcha.
No podría negarme a una orden en tiempos oscuros, tiempos que ni para mí son agradables y peor aún, sólo pensaba en la estúpida felicidad que poco a poco seguía creciendo muy dentro de mí.
Al cabo de una hora nuestros padres llegaron con Lincoln siendo cargado por Lori y mi padre, detrás de ellos Luna y Leni cargaban sus maletas las cuales estaban hechas un asco, de él un olor bastante fuerte y desagradable inundaba mi nariz al querer acercarme, reconocí el olor... Alcohol.
-¿Cómo está?- verlo de esa manera tan deplorable me hicieron empatizar con su dolor incomprensible.
-Mal, él regresó ayer en la noche o eso indica su boleto de avión, venía a casa pero se cruzó con alguna tienda de conveniencia, no sé cómo pero pudo comprar cerveza y con esfuerzo deambuló por todo Royal Woods hasta que de camino para acá con un videojuego nuevo Ronnie Anne lo encontró... Después a duras penas logró llevarlo con Sam, ambas lo cuidaron mientras nos llamaban, odio decirlo Lucy pero de no ser por ella no lo habríamos encontrado- la explicación rápida y concisa de Luna fue todo lo que necesité para entender lo que pasó. Mis padres no estaban enojados o decepcionados (cosa que esperaría de cualquier otro), sino que más bien se encontraban tristes, tan tristes que mamá no aguantó más por lo que terminó en llanto sentada en la sala.
Lori y papá lo cuidaron dentro de su habitación por horas, ninguna de nosotras se podía acercar pero la curiosidad nos estaba matando, tratamos de mil formas, una y otra vez pero la autoridad de Lori era tal que después de un rato simplemente nos rendimos... Bueno, mis hermanas lo hicieron porque yo tenía un As bajo la manga. ¡La verdad!
-No Lucy, por enésima vez no puedes entrar.
-Lori de todas nosotras yo soy quien más debe de verlo.
-¿Por qué? Dame una buena razón o largo, créeme necesita dormir.
-Porque yo tengo la culpa, yo le presenté a Haiku y yo lo alenté a ir con ella...
-Lucy tú no tienes la culpa de nada, nuestras hermanas tampoco lo sabían y su relación era tan linda que nunca nos lo imaginamos... Yo también me siento culpable- sin darse cuenta Lori se sentó enfrente de la puerta del cuarto de Lincoln -yo también quería darle una pareja, creí que Ronnie era una buena elección y mis estúpidos sueños de algún día tener una boda doble me cegaron de lo realmente importante... La felicidad de mi hermanito y tal vez ella no sea tan mala pero tampoco es una santa- siguiendo sus pasos yo también me senté a su lado recargando mi cabeza en su hombro -gracias... Como decía yo también tengo la culpa, pareciera que cada vez que queremos darle amor a su corazón solo terminamos quebrando aún más sus sentimientos ¿No lo crees?
-Somos un par de bobas haciendo de casamenteras Lori, solo eso.
-Jaja tienes razón Lucy. Supongo que a veces olvido que tú eres la única en esta casa que realmente sabe escuchar.
-Mis pocas palabras son perfectas para resguardar los tormentos humanos.
-Toda esa capa de negra oscuridad oculta una chica linda y comprensible.
-¿Entonces... Puedo entrar Lori? Prometo que no le haré nada malo.
-Tienes cinco minutos... Sólo no hables muy fuerte que las resacas son terribles.
-Suspiro, no me digas que...
-Tu tiempo está corriendo.
Sin chistar entré a la habitación sólo para verlo tapado completamente con sus cobijas, contemplarlo era como ver un perezoso gigante solo que más triste. Acercándome con cuidado destapé su cara solo para verlo llorar, por supuesto a mí también me partió el corazón y como pude aguanté mis lágrimas detrás de mis ojos, con miedo toqué su cabeza, su cabello se sentía cenizo y duro, era como acariciar las barbas de una escoba vieja.
-Déjame en paz- fue la respuesta que obtuve de sus ebrios labios, claro que no le hice caso y me senté en la cama, seguí acariciando su cabeza tratando de decirle que todo estaba bien, que nadie en el mundo merecería tenerlo pero usar ese cliché para hacerlo sentir mejor solo lo atormentaría más de lo que ya había sufrido -te pedí que te fueras (sniff) ¿Por qué no haces caso?- tomé su mano recostando mi cara en ella, la besé y lo senté en el colchón, recosté su cabeza sobre mi pecho y sin pensar en las palabras fue mi corazón quien ignorando a la razón le habló:
-Recuerda... Que no importa qué pase... Te quiero...
-No...
-No hables, hoy no hay nadie más que yo y yo te quiero, llora, llorar no tiene nada de malo porque tus sentimientos son hermosos.
-Lucy... ¿Qué hice mal?
-Darle tus sentimientos a la persona equivocada... Tú no eres el problema.
-Yo la amaba...
-Lo sé, nunca había visto que hicieras cosas tan lindas, eres todo un Romeo... Pero quiero decirte algo... Estos últimos días siento que no te conozco, eres más dulce, divertido y juguetón, ¿Recuerdas las bromas a Jackie?
-Je, ¿Cómo olvidarlas?
-Sólo a Luan se le hubieran ocurrido... Sería estúpido decir que no te preocupes pero el corazón también merece llorar... Y si la oscuridad te dejó tanto dolor...- entrelazando nuestras manos alcé su cara hacia mis ojos -deja que la misma oscuridad cuide de ti de ahora en adelante.
-¿Qué haces Lucy...?
-Sabes que cuando estoy contigo me olvido del tiempo... Igual que leer un buen libro dentro de una biblioteca o probando tus deliciosos cupcakes mirando televisión con nuestras hermanas... Eso es divertido... Y tranquilo estamos bien.
-No entiendo.
-¿Crees que no escuché tu disculpa? Con un lo siento hubiera sido suficiente pero no, solo a ti se te hubiera ocurrido engrandecer una disculpa, ¿Sabes que si eres grosero de nuevo te será más difícil una disculpa?
-Encontraré la forma...
-Sé que no eres bueno pero tampoco eres un chico malo.
-Rayos (sniff) creí que eso les gustaba a las chicas.
-Sólo a las idiotas que no tienen cerebro, las listas tenemos gustos más peculiares, los chicos lindos, tiernos, amables y locos que hacen volar nuestras emociones, chicos que nos abrazan en las noches y que escuchan sobre lo que nos emociona... Esos chicos son los que nos gustan... Y que nos hacen canciones... -mi último susurró fue imperceptible para su oído porque... No me pude mentir... Dentro de mí algo revoloteaba como un millar de murciélagos dentro de una enorme cueva, cada vez que lo abrazaba quería usarlo de almohada mientras leía hasta quedar dormida.
-¿Te quedas conmigo?- con lágrimas derramando desde sus ojos rogaba por cariño -no me dejes... No tú...
-¿Puedo leerte algo?
-¡Si!- dejó caer sus lágrimas afines al dolor que tanto quería guardarse, se aferró a mi vestido llorando sobre mi pecho, su cabeza quedó debajo de mi barbilla, yo también lloré al sentir su tristeza, nadie podría tener idea de cómo quería quitarle su dolor y dármelo a mí, él no merece sufrir, yo no quería permitirlo...
Fui corriendo por mi celular, en él busqué cualquier libro que pudiera llenar sus emociones, no encontré ninguno pero regresé a la habitación.
-¿Qué quieres escuchar?
-Uno de amor...
-¿Estás seguro?
-Si... Quiero aprender a amar...
Mi búsqueda no fue larga, al entrar en el internet encontré uno un poco largo pero suficiente para una noche...
-Lo encontré, iré por una silla...- él me detuvo sosteniendo mi muñeca.
-¿Puedes recostarte? No me quiero quedar solo.
-Pero... ¿Estás seguro?
-Quiero dormir tranquilo, ¿Cuidarías mis sueños?
-Haré lo posible.
Entré en las cobijas y de inmediato se pegó a mí, pude sentir el rubor en mis mejillas, mi voz tartamudeando y mis manos sudorosas, no podía hablar pero quería hacerlo.
-Empieza cuando quieras, me gusta tu voz.
-¿Mi... Mi voz?
-Si... Es difícil de escuchar pero dulce y penetrante... ¿Me dejas escucharla?
-Claro... Lincoln... Te quiero...
-Yo también... Gracias por ayudarme...
No quería hablar de más, tal vez siguiera ebrio o tal vez no, no quería arriesgarme así que comencé a leerle al chico que guardaba en mis sueños:
¡Ven aquí!- le gritó la mujer a la pequeña que corría por la casa de un lado al otro, era rápida y escurridiza para alguien de su tamaño, corría y corría con todas sus fuerzas hasta que se tropezó con sus pequeños pies descalzos...
No encuentro cuándo me quedé dormida entre sus brazos soñando con la historia que ambos disfrutamos en la noche, no puedo encontrar de lo que trataba pero sé que de cierta manera nos ayudó a descansar, palabra tras palabra sólo podía pensar en él sosteniéndome entre sus brazos añorando el cálido toque de una mujer, quizá fuera más chica que ella pero a pesar de ello quería cumplir sus expectativas. Cuando la mañana llegó desperté con un mensaje de un contacto desconocido, en él una fotografía encriptada venía dentro, la abrí con un toque y al verla sentí que mis globos oculares salían de sus cuencas ¡Éramos Lincoln y yo abrazados durmiendo! Quien quiera que hubiese tomado la foto entró y lo hizo pero nunca me dí cuenta, soy alguien de sueño pesado, causa de los ronquidos de Lynn, pero a pesar de que él por el contrario despertaba al más mínimo ruido el alcohol dentro de su cuerpo seguramente aunque Lori dijo que nos dejarían solos... Entonces... ¿Quién tomó la fotografía?
-¡Buenos días mamá!- desde el buró de al lado Lupa me dió un despertar.
-Hola Lupa.
-¿Entonces... Te gusta la foto?
-Así que fuiste tú, acepto que se ve linda.
-No la borres, es un buen recuerdo.
-Tendré que hacerlo para que nadie la vea.
-¿Por qué?, ¿Qué tendría de mal?
-En la sociedad no está bien visto que una chica de trece años duerma tan abrazada de su hermano mayor de quince.
-¿Por qué?
-Eso es algo que yo también me pregunto.
-Chicas... ¿Pueden dejar de gritar? Me retumba la cabeza- ¡Al fin Lincoln había despertado! Me emocioné tanto que me tiré de panza sobre sus piernas chocando mis rodillas con la pared.
-Buenos días, ¿Necesitas algo?
-Que no griten, me duele la cabeza, tengo seca la boca y el estómago me da vueltas.
-Se lo que se le llama como resaca papá, sucede cuando el cuerpo...
-¡Ya entendí! Ay... Creo que necesito a Lisa.
-¡Ya estoy aquí!- pateando la puerta Lisa entró a la habitación causando graves estragos en la cabeza de Linc.
-¡Lisa! ¡Cállate!
-Lamento importunarte hermano mayor pero tengo un pequeño suero que hice hace algún tiempo, esto te quitará los efectos al instante.
-¡Gracias!- al tratar de tomar el vaso con aquel líquido me hizo caer en el suelo, lo bebió y segundos después de reaccionar se disculpó conmigo.
Aquel día mis padres no dijeron nada acerca del asunto, Lincoln más que deprimido se veía pensativo, nosotras tratamos miles sino es que hasta millones de formas de distraerlo pero nada funcionaba, le pedí ayuda con mis poemas y me mandó al caño, le mostré un conjuro nuevo haciéndome envidiar su frialdad y no fue que me hizo caso hasta que le sugerí ir al arcade.
-Pero tú odias esas cosas.
-No las odio, simplemente no son de mi fascinación.
-¿Y por qué querrías ir?
-Para ayudarte.
-Es dulce Lucy pero no gracias, tengo mis propias formas de ayudarme.
-Claro, por eso sigues con la cabeza en las nubes- tomé su mano con firmeza jalando la misma detrás de mí -no aceptaré un no por respuesta Linc, que diga, Lincoln; sé cuánto te disgusta que te llame así.
-No... De hecho... Por favor Lucy, sólo llámame así.
-¿Estás seguro? ¿Qué cambió?
-Que hoy espero.
-¿Esperas?
-Es tiempo debajo del balcón...
-Si es una frase de algún anime no la comprendo.
-Nunca la entenderás.
-¿Okey?... Sólo déjame tomar mi billetera y nos vamos.
-Te esperaré justo aquí Lucy con algo para ti.
-No tardo- sin querer caminé con los brazos pegados al cuerpo directo al baño ¿Por qué al baño? Ni yo lo sé, cuando me dí cuenta ya estaba ahí, enjuagué mi cara y me limpié con una toalla dándome ánimos:
-De acuerdo Lucy, no puedes negarlo... Verlo destrozado me dañó también a mí, él fue el primer chico que invité al baile, él ha sido la cita más loca que he tenido, es con quién he llevado tantas vidas, es mi primer perfecto, lindo y maravilloso beso... Y aunque no hay nadie más que yo para ayudarlo... También es mi hermano... Puedo negar que me gusta, eso es sencillo pero no puedo negar que mi corazón danza al verlo... Hoy... Quiero acercarme al chico que me está empezando a gustar... Si mi cordura me atrapa antes de eso también será bienvenida... Porque hoy quiero demostrarme a mí misma si Lincoln... Me gusta... Y por mi bien espero que no...
En un santiamén mi mágico momento fue borrado por la llamada de la persona que más odié en ese momento.
-¡Lucy! ¡Qué bueno que contestas! Oye por favor necesito que me ayudes, el próximo mes serán vacaciones y créeme yo no lo engañé, no quería ¡El idiota del que siempre te hablo me robó un beso! Y justo cuando mi copito vino a verme... No merezco su perdón y jamás lo mereceré pero si tú pudieras hablarle del idiota ese te prometo que nunca volveré a dejarlo solo ¡Tú me conoces! ¡Sabes que nunca haría algo así! Eres mi amiga, ¡Amo a Lincoln! Lo amo como no tienes idea, tenía planeado que en su próximo cumpleaños hiciéramos el amor ¡Por favor esta es mi oportunidad para estar con el amor de mi vida! Por favor Lucy, ¡AYÚDAME!
Al igual que una puñalada por la espalda mis acciones hablaron antes que la razón, sabía que Haiku no mentía, semanas atrás me había contado acerca de aquel chico que la acosaba, era dulce al principio pero después llegó al punto de fastidiarla, era más probable que ella fuera forzada a besarlo y no por cuenta propia... Pero esta vez quería conocer los límites del egoísmo de Lucy Marie Loud.
-Te creo Haiku, no te preocupes, hablaré con él.
-¡Por favor Lucy! Necesito a mi copito.
Colgué la llamada, en medio del baño sin nadie a mi alrededor di mi declaración de guerra.
-Yo lo necesito más...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top