Apariciones, juguemos a ser novios

-Eso fue...

-No tienes que decirme nada papá, lo ví ¿Crees que Lana mejore?

-Estamos poniendo todas nuestras esperanzas en ello... Hija... Yo...

-No, no te disculpes papá, tenías todas las razones para dudar de mí.

-Si pero aún así...

-No importa, lo importante es que la verdad salió a la luz. Ahora sabemos que sólo veo a mi hermano como una figura ideal a la cual aspiro... Eso y que debo dejar el espiritismo a un lado por un tiempo.

-¿No me vas a preguntar si te quitaremos el castigo?

-Ya le había dicho a mamá que yo no lo veía como un castigo, más bien era como una precaución.

-Lo único bueno de este día fue que al menos podremos ayudar a tu hermana a... A superar todo este asunto.

-Es por su bien papá, sólo piensa en eso.

-Pero es muy difícil Lucy.

-¿En qué exactamente?

-No sé cómo explicarlo. Lo entenderás cuando tengas hijos.

-Sólo si son de un vampiro- Lynn y Lucy rieron un poco por el chistoso comentario hipotético de Lucy, sin embargo cuando la bella princesa de las tinieblas volteó su rostro hacia la ventana declamó la verdad en un susurro enamorado -claro, de un vampiro... O de un lindo chico de cabellos blancos de quién siempre he estado enamorada, en esta y en todas mis vidas. Perdóname Lana pero mi egoísmo es lo primero, esto será lo mejor para nosotras, espero que con el tiempo entiendas por qué lo hice.

-Oye cariño- le llamó su padre mientras manejaba de regreso a su hogar -¿Qué dices si te compenso?

-¿Cómo?

-Vamos a dónde tú quieras, un día padre e hija solos tú y yo.

-¿Y qué hay de Lana? ¿No te sientes mal por mi hermana?

-Claro que me siento mal por ella, tu hermana me necesita pero mi elegante novelista estrella necesita saber cuánto siento haber dudado de ella.

-Pa, no digas eso- aunque fuera una amante de los sentimientos muertos el que su padre le alagara sus triunfos diciéndole incluso que era bonita le hicieron apenarse dándole un lindo rubor de vergüenza.

-Oh no, esto sólo te lo diré cuando estemos solos- y Lynn se detuvo justo frente a un restaurante de alitas, le dijo que él sabía perfectamente que ese era su platillo favorito y que al compartirlo le diría algo especial.

El hambre es muy dura pero más para el que la aguanta y Lucy vaya que tenía hambre ¿Quién se negaría a dar un paseo consentidor de la mano de su padre? Pues Lucy no, ella devoró platillo tras platillo hasta el momento en que su cinturón casi revienta de lo rellena que estaba.

-Ah... Papá... Ya no quiero.

-Ni yo cariño... Vaya... No creo que comamos alitas en un buen tiempo.

-Estoy tan de acuerdo que sólo la muerte podría traerme paz... Y un estómago más grande.

-Tan elocuente como siempre hija- y entonces a Lucy le llegó un amor que no muchos recuerdan pero que también es muy importante: el amor de padre. Un amor tan sabio que no pudo ser demostrado de otra manera más que con un simple abrazo.

-Hace mucho que no me abrazabas papá- le dijo Lucy dejándose abrazar por su padre.

-Eso era antes de darme cuenta que mi pequeñita está creciendo y que extrañaré los días cuando apenas y alcanzabas en mis brazos... Por eso quiero prometerte algo.

-¿Qué cosa?

-Que no importe lo vil, sádico, malvado o perverso que hagas, si necesitas a alguien que te ayude prometo escucharte y creerte. Pero tendrás que hablarme con la verdad.

-¿En serio papá?

-En serio Lucy, papá te promete que no importa lo que hagas, yo te amaré con todo mi corazón, serás mi princesa oscura para toda la eternidad- y por fin Lucy correspondió al abrazo.

-Yo también te quiero papá.

-Y yo te amo Lucy, te amo más de lo que podrías imaginar.

-Si quieres puedes dejarme aquí, regresaré caminando a casa.

-De ninguna manera Lucy, sé que eres mayor pero...

-Pero Lana los necesita así que anda, vé y cuida de mamá y de mi hermana, yo estaré bien- Lynn la miró con mucha ironía como si le dijera "te dije que me digas la verdad" -¡Bien!- le dijo Lucy torciendo los ojos -quiero ir... Por una nueva colección de mi "libro prohibido" pero sólo puedo hacerlo encubierta, primero tengo que ocultarme del mundo.

-Eso está mucho mejor, mi niña. Pero por favor hija te acabo de prometer algo. No tienes que aceptarlo justo ahora pero piénsalo, al menos hazlo por tu viejo.

-Si... Tienes razón papá, muchas gracias.

Lynn se fue de regreso al hospital psiquiátrico, si, al hospital psiquiátrico justo donde Lana y Rita lo esperaban... Un día lamentable para algunos... Pero memorable para otros. El sendero oculto de la vida, aún para la que está después de la muerte es impredecible, tanto como un sismo y poderoso como un ciclón tropical ¿A dónde nos llevará la vida que vivimos? ¿Cómo saber que nuestras acciones son acertadas? ¿Al menos podemos saber qué es real y qué no? No lo sé ¿Alguien lo sabe? Supongo que no, o al menos los vivos no... Y justo por eso es que el camino de la soledad, de la ira, el de la felicidad e incluso el del amor pueden traer catástrofes globales, y en otros casos, finales anteriores a comienzos memorables ¿Por qué no empezar por el final? ¿Nuestra vida es simplemente una tonta línea recta que seguimos de principio a fin? Por favor, déjame mostrar lo hilarante que puede ser la vida que gira en torno a nuestra pobre percepción de la realidad.

-¿Estás mejor?

-Cuando tú me abrazas (sniff) siempre estoy mejor.

-Si casi nunca te abrazo.

-Pero cuando lo haces siento que de verdad algo mejora dentro de mí, un algo que no sé explicar mata mis temores... Y revive mis pobres esperanzas.

-Eres un poeta que ha caído en la locura, ofreces vuestra mano deseando un beso en la mejilla porque ¡Oh mi señor! Yo no soy a quien debías de amar pero sí a quien elegisteis hacerlo.

-Wow... ¿Cómo... Cómo conoce tan maravillosos versos?

-¡Chat GPT! Jajajaja, literalmente ayer dijiste tantas cosas extrañas que busqué frases lindas en línea, creí que como hablabas tanto de esto te podría gustar. Entonces dime ¿Mi acento es claro como el hielo y juguetón como un gato?

-No... Vuestra belleza es cristalina y pura como el agua y ese tremendo corazón es tan poderoso como la más fiera de las bestias del sur. Tus cabellos oscuros brillan igual a la luna con la que la noche nos cobija siempre que el día muere... Alzándose contigo hasta la primera bella mañana en que me permita vuestra honorable belleza dirigirme una mirada... Una vez más.

-¡Ah! ¡Eres muy lindo! ¡¿Por qué jamás ví a este Lincoln?!

-Porque hoy soy un hombre nuevo, soy quien soy y con ello quisiere enamorarte de la misma forma en que tú sin darte cuenta lo hiciste.

-Oye... Linky... ¿Puedo llamarte así?

-Si es lo que siente su corazón puede llamarme como sea que le convenga- ¿Qué más podría ser? ¡Una cita! El vástago de Lontheith estaba en una cita con Stella. Sus reverencias y frases galantes rompieron con facilidad la dura armadura con la que Stella protegía a su corazón, y cuando él besó su mano con sus labios la pobrecilla se derritió bajo el tremendo Sol callendo sobre sus brazos.

-Ah... Oye... Otra cosa... Sé lo que dije pero...- sus palabras no pudieron ser interrumpidas de mejor manera que con un beso robado justo en su mejilla.

-Oh mi dulce y precioso nectar del cerezo más grande y frondoso del mundo... Ese embriagante sabor que causas sobre mis labios ¡Oh, mi señorita! Si tus perfectas mejillas son el paraíso estoy seguro que de besar esos únicos labios podría hasta morir... ¿Me dejaría... Robarle otro?

-¿Robar? Tú no me robaste nada- Stella se dió un poco la vuelta mientras recogía su grueso cabello lacio dejando una sutil invitación a su amigo: -yo... Tengo mucho sueño, si, eso debe ser, estaré dormida por, no sé ¿Quince segundos? Alguien podría venir y repetir lo que hizo ¿Pero quién?

-¡Yo!- era imposible resistirse ante tal invitación, el éxtasis de besar la piel más hermosa de todas de la que alguna vez él fue el dueño ¡¿Cómo negarse?! Todo era perfecto, el día perfecto con la mujer perfecta... Nada podría ser...

-¿Mejor? ¿Te estás divirtiendo "Linky"?- un susurro inesperado del más allá buscaba una audiencia con el vástago.

-Oh, Stella- el pícaro de Lontheith se levantó de la silla donde disfrutaba de una dulce malteada junto a la mujer que él amaba -¿Me disculparías un segundo?

-¿A ti? Te disculpé de que me ignoraste por años, puedo esperarte un segundo, pero no más.

-Jamás te haría esperar de nuevo, mi vida y mi corazón así como mi alma e incluso mi pobre riqueza, todo eso y más te pertenece, desde mi pasado hasta el ansiado futuro- un lindo beso juvenil despidió a Lontheith de Stella -vuelvo en un suspiro- el muy tonto sabía que estaba en problemas, quería decirle al verdadero dueño de su cuerpo quién era ella y por qué era tan importante para él pero Lincoln no lo dejó pronunciar ninguna palabra:

-¡Oye, espera bobo! Lo último que quiero es que me vean como a un loco. Pon mi teléfono en tu oreja y habla conmigo.

-¿Hablas de tu...?

-Si, hablo de la cosa cuadrada que usaba para hablar con Lucy ¿Puedes hacerlo?

-Muy bien... Hecho... No ¡Qué estoy haciendo! ¿Está bien? ¿Cómo logró volver?

-No puedo decirte... No al menos hasta que estemos en el mismo plano Lontheith.

-No... Lincoln no me diga que...

-Oye... No me importa lo que hagas con Stella, sé cuánto significa ella para ti y lo acepto, pero debes entender que ella es mi amiga y la quiero y si al final de la semana ella sufre no habrá otro culpable más que tú así que yo en tu lugar pensaría en contarle la verdad.

-Ya lo había meditado cuando ella aceptó conocerme de nuevo... Y lo haré... Pero ese no es el caso Lincoln, lo sabe.

-Si, lo sé Lontheith... Y por eso quiero pedirte un favor... Un último favor antes de que nuestras vidas se separen de nuevo...

-No puedo creer que lo conseguí, tuve que quitárselo a escondidas a esa niña ¡Pero es mío! Aunque no lo quiero abrir hasta mostrarle a Lincoln mi nueva y secreta adquisición. Si... Mi andar es lento bajo este día en que mi malicia ha salido victoriosa ¿Pero es culpa mía? Sí, definitivamente lo es, nadie excepto yo es culpable de las atrocidades que he cometido, pero creo que el enfrentar lo que he provocado es lo menos que puedo hacer ¿No? Justo ahora que me enamoré me siento cobijada en un calor infinito que tiende al más allá, pero antes temía al aquí y al ahora que me atormentaban con mi propio pasado así que... Bueno... Supongo que no me queda de otra más que seguir adelante...

-Vaya... Si que eres dramática ¿Lo mereces? Más bien creo que nos lo merecemos, pero si no es lo que quieres supongo que puedo irme por dónde regresé y seguir molestando a Lontheith en su cita o puedo ir a ver a Luna para tirarle sus plumillas del estante.

-¡¿Lincoln?! ¡¿Dónde estás?! ¡Sé que eres tú, contesta! ¡Lincoln por favor, ¿Dónde estás?!

-Tranquila Lucy, estoy a tus espaldas...

-¡¿Pero por qué estás tan tranquilo?! ¡Estaba muerta del miedo por ti, grandísimo bobo!

-Tranquila Luce, no llores, aunque me gusten tus ojitos con lágrimas detesto verte llorar.

-¿Tú (sniff) piensas que tengo bonitos ojos?

-Los más hermosos que jamás haya visto. Cuando se cristalizan con tus lágrimas se forma una hermosa línea verde entre ellos y la blancura que los rodea, es como si tu alma brillara con ellos cuando más lo necesitas.

-Oye... Ese frío que siento...

-Son mis manos, lo lamento bonita, pero no resistía otro segundo más sin abrazarte.

-Eso... Yo... He... Este... Li... Am... Al...

-Es lindo verte sin palabras cuando tienes un mar de cosas por decir.

-¡Basta! ¡No sigas!

-¿Por qué no? Eres mi dulce Lucy, mi tierna y bella Lucy ¿Por qué no me dices dónde tienes frío? Yo corroboraré si lo que sientes es a mí o no...

-¿Esto es un castigo acaso? Porque mis manos están heladas.

-Ese fue mi beso de buenos días.

-Ahora mi cintura...

-Aunque trates de esconderte tienes el cuerpo más lindo que jamás haya visto. Cuando pasas frente a mí me controlo con todo mi ser para evitar no comerte a besos cada cinco segundos.

-¿Y qué hay de mi rostro?

-Adoro el suave durazno que llevas por piel, tersa y brillante... Justo como me gustan.

-Y yo... ¡Oye, no! ¡¿Qué demonios estamos haciendo?! En primer lugar ¿Por qué eres tú? ¡No, quiero decir! ¿Por qué no te puedo ver? ¿Sé que eres tú pero...?

-Exacto Lucy, soy yo... Pero no puedes verme, al menos no ahora que soy como un...

-Eres un alma a la deriva ¡Una aparición que dejó su cuerpo físico! ¡Pe... Pero es peligroso si tú no...!

-Exacto, y por eso necesito que hagas algo por mí, algo que podría...

-Lo haré con gusto.

-¿Tú, harás algo con gusto? ¡El mundo se va a acabar!

-¡Ay, te golpearé cuando te vea, molesto y guapo fantasma!

-Aguarda... ¿Tú crees que yo...? No, no creo, pero es que...

-Sabes Linc, ya me cansé de esto, este juego de no saber nada de lo que sentimos cuando tú me haces...

-¡Aguarda! ¡No lo digas! ¡Aún no estoy listo para escucharlo! No al menos hasta después de pedirte un favorcito.

-¡No, ya me cansé! ¡Justo ahora estamos solos! ¡Te vas a callar y me vas a escuchar!

-¡Lo haré! Pero Lucy, mi linda mariposa negra te pido que me escuches, tengo un plan que nos ayudará a ambos, si lo haces te prometo que te daré el mejor de tus días.

-¿Lo prometes?

-Tanto como que la muerte vendrá por nosotros en algún momento.

-Por supuesto que confío en ti mi lindo espectro. Por cierto ¿Cuándo fue que aprendiste de las lugubres palabras que tanto amo?

-Fue desde el día en que tus labios me hicieron sentir que volaba aún sin tocarlos ¡Pero vamos Lucy! Por favor, esto es muy importante, para ti y para mí.

No pasó mucho tiempo hasta que Lucy regresó a casa con el rostro más frío que el permafrost del norte. Sus mejillas muertas habían congelado el resto de su rostro, y sin siquiera mostrar el más mínimo interés pasó de largo a las mascotas que la esperaban con ansias en la puerta. En el sofá estaban Lola, Lynn y Lily tratando de consolar a Lisa quien todavía se veía consternada justo después de ver un verdadero contacto que estaba fuera de sus propias capacidades mentales.

-¡Lucy! ¡Tú, ¿Qué haces aquí?!- sabía perfectamente que Lynn no era grosera, más bien parecía que algo le preocupaba, algo de lo que no estaba muy cómoda al hablar, por ello entendió su grito y las razones quedaron de lado.

-Tranquila Lynn, acabo de volver del psicólogo- elegante, una respuesta fría que ahuyentaba hasta el más radiante de los saludos aunado a la elegancia de una frívola chica gótica. Sus simples palabras hicieron de Lynn un desastre quien ya de por sí solía olvidar lo que era la discreción. Lucy se limitó a responder lo que ya sabía de antemano y todo gracias al previo con el que su Lincoln le ayudó:

-Si tú estás aquí y nuestros padres y Lana no, eso quiere decir que...

-No, no sólo quiere decir ¡Es una verdad! Yo sólo veo a Lincoln como una "meta" y mi vudú fue hecho para tener control sobre esa meta. Me voy a disculpar con él cuando regrese, pero por ahora hay que solucionar esto- sin Lincoln con ellas alguien tenía que tomar el mando, alguien mucho más femenina, alguien más astuta y claro, mucho más inteligente -Lisa- su pequeña hermana la miró ocultandose debajo de un abrazo de Lily -¿Qué fue lo que pasó en mi ausencia?

-Nada de lo que debas saber... Pero creo que...

-Nada de eso, si alguien como tú "cree" en algo no sirve de nada- Lily y Lynn temían por lo que Lucy podría decirle, pensaban que estaría enojada por lo que le hizo pasar al lanzar esas terribles palabras en su contra, sin embargo Lucy les demostró que no se puede juzgar un libro por su portada: -tú eres la más inteligente de todas, tú aseguras e investigas de todo y de todos, si tú no nos puedes mantener a salvo ¿Quién lo hará? Nosotras confiamos en ti y ahora que nuestros padres no pueden estar con nosotros te necesitamos más que nunca ¿O qué? ¿Le temes tanto al progreso que no puedes con él? Creí que eras...

-¡Silencio!- exclamó Lisa una vez más -ya te entendí... Vaya... Supongo que tendría que agradecerte.

-Nada de eso, tú eres mi hermana, es natural que quiera ayudarte. Si nosotras no nos ayudamos ¿Quién más lo hará? Lamento decirlo pero mamá y papá no serán eternos, cuando ellos se vayan de este mundo sólo nos tendremos a nosotras mismas, si te odio ¿Quién cuidará mi espalda?

-Lo haré sólo si tú cubres la mía...- Lisa no lo había visto, claro, aún era pequeña como para entender los difíciles roles sociales con los que uno nace. Prestar empatía hacia los seres queridos no es malo, ni siquiera es pesado, a veces solo tenemos que escuchar con el corazón y pensar con nuestras acciones porque si no lo hacemos hoy ¿Entonces cuando? -oye Lucy... Acerca de Lincoln...

-Sh, no hace falta que te disculpes. Aunque haya veces que me saques de quicio nunca podría odiarte, eres mi hermana y aunque no lo parezca yo también me preocupo por ti. Sólo recuerda que si en el futuro quieres tratar algo conmigo soy toda oídos, no por nada tenemos dos orejas y una boca: tenemos que escuchar el doble de lo que hablamos.

-¿De dónde salió tanta sabiduría?

-De Albert, recientemente hablé con él y...

-¡Uhhhh!- las hermanas de Lucy sabían a dónde iba todo esto, el agregar las expresiones de alguien más a nuestro vocabulario sólo indica una cosa: amor.

-No sé cómo sentirme... Y es que yo... Después de lo que pasé con Rocky y este incidente también... No lo sé... Quiero sentir que pertenezco a algo... Y sé que al menos junto a él me siento segura.

-Aguarda Lucy- Lynn no lo podía creer, esto estaba pasando ¡Era claro! Su lindo rostro gris no podía ocultar más sus sentimientos: ella lo estaba gritando pero sólo necesitaba un pequeño empujón -¿No me digas que...?

-Si Lynn... Quiero pedirle a Albert que salga conmigo...

-¿Pero... Cómo amigos?

-Sólo si él quiere que así sea y si no... Bueno... Supongo que llevaré un bálsamo labial... ¿Creen que le guste el sabor a moras?

-¡Iiiiiii!- sus torres hermanas gozaban de la alegría que Lucy muy amablemente les compartió ¡Ya era oficial! A la vista de todos, la callada chica con piel gris de metal estaba enamorada.

-¡Oigan! Justo por eso quiero pedirles un favor- sus hermanas estaban mucho más al pendiente de lo que Lucy necesitaba ¿Un apoyo? Ellas harían todo lo posible y hasta lo imposible por ayudarle, porque a fin de cuentas ellas eran hermanas.

-¡Lo que necesites!- Lisa fue la primera en dar su asistencia en la operación: ¡Novio de Lucy!

-Gracias... Pero lo único que necesito es que hasta hoy en la noche nadie pase a mi cuarto. Necesito preguntarle a los espíritus la mejor manera de pedirle que salga conmigo. Ustedes pueden entrar pero sólo después de haber tocado y de que yo les diga que pasen, estaremos en videollamada desde el alba hasta el anochecer, quiero hacer todos los preparativos para cuando se lo pregunte en exactamente... Quince días.

-¿Y por qué esperar? ¡Ve y dile lo que sientes hermana! ¡Woho!

-Es que está en Miami con su familia, él se fue de vacaciones y por eso estaremos hablando por teléfono.

-Aw ¡Es muy lindo! Él te está poniendo por encima todo! ¡Eso es! Tienes un goal en una cancha abierta ¡Puedes hacerlo!

-¡Si! ¡Gracias Lynn!- y sus hermanas vieron algo que jamás imaginaron, la sonrisa de Lucy resplandecía aún más que la de Leni, esas hermosas perlas preciosas que llevaba por dientes salieron a relucir bajo la sonrisa más dulce del mundo, sin lugar a dudas ella tenía el puesto a la sonrisa más bella de todas las hermanas Loud, esa sí era una sonrisa de más de un millón de dólares. Su belleza fue tal que todas enmudecieron cuando Lucy les sonrió.

-Bueno- prosiguió Lucy -iré arriba, nos vemos en la cena.

-¡Bye!- le dijeron a su hermana aún sin comprender todo lo que acababa de suceder.

-¿Pueden creerlo?- les preguntó Lynn -Lucy con novio...

-¿Hay algo más que te moleste hermana?- para Lisa el reconocer emociones era más y más sencillo con ayuda de Luna, y ahora veía a Lynn con un rostro extraño.

-¿A mí? Nah... Es sólo que... Creí haber visto a Lincoln...

Con cada lindo paso que Lucy daba por las escaleras un silencioso espectro viajaba con ella -eso es Lucy- le dijo su fantasma favorito con un dulce susurro al oído -te dije que funcionaría.

-Decirles la verdad... Fue difícil pero...

-Muy relajante... Pero espera... Si yo soy Albert... ¿Eso quiere decir que...?

-¡Menos palabrería y más acción, tonto!- Lucy pasó de ser quieta y callada a una extrovertida chica desesperada por su ritual. Cuando entró a su habitación cerró la puerta desde dentro, selló las cortinas con sus sábanas negras, encendió una vela de casi su mismo tamaño con un pabilo diminuto casi imperceptible y con su bola de cristal sonreía de oreja a oreja como nunca antes lo hubiera hecho.

-¡Si! ¡Woho! ¡¿Estás listo Linc?!

-No... Pero...

-¡Entonces aquí vamos!

¡Escuchen mi llamado de almas encadenadas!
Si este lazo es fuerte, que vuestras ataduras no se deshagan.
Os pido por mis almas
Y mis miles de corazones rotos
Que nuestro control de vida
Sea el que fue atado por nosotros

Anda, deja que camine entre mi forma hecha para mí
Y que un acompañante sea el que venga a mí
Si vuestra alma quisiere
Deje que de usted me aproveche.

¡Yo, os pido a lo inmaterial del mundo espiritual que mi alma sea la que pueda viajar de mi a Lucy y de Lucy a mí y que mi acompañante os pueda hacerlo hasta el día en que regresar a su cuerpo quisiere!

¡En nombre de mil almas heridas y de decenas de corazones quebrantados; yo, Lucy Marie Loud y él, Lincoln Albert Loud vaguemos en nosotros cuánto más lo queramos y necesitemos ¡Dejen andar al hierro de mi cuerpo y que anide en suyo consorte fue creado por el amor verdadero! ¡Anda, déjame y déjale viajar! ¡Déjanos viajar!

Y así, sin decir ni una sola palabra de más Lucy cayó dormida sobre su cama en un cuerpo sin vida más que la vivida, un cascarón sin alma, un huevo vacío... Y un corazón correspondido...

Y sólo bastó un simple y último suspiro de vida para que ambos murieran... Exacto, ambos, Lincoln y Lucy murieron por tan solo un instante, no mayor a un segundo, todo para despertar de un sueño en una habitación completamente a oscuras.

-Diablos... No, no, no, no ¡¿Estamos muertos?! ¡¿Tan siquiera Lucy está conmigo?! ¡No! ¡Esto no es...!

-Cállate Linc, te quiero pero a veces sueles sacarme de quicio... Yep, todo funcionó a la perfección.

-Pero yo... ¡No lo entiendo! ¡¿Dónde estamos?! ¡¿Qué fue lo que nos pasó?!

-Tranquilo, dijiste que confiabas en mí ¿O no?

-Y aún lo hago, igual que cuando nuestros nombres eran Lucylle y Lkapalle, o cuando tú eras una noble princesa y yo tu mero sirviente, tu capricho de un día que se volvió un suspiro de eternidad.

-Así que también lo viste...

-Si... Y si dices eso quiere decir que tú...

-Vi el día en que un tonto vecino de la antigua España me pedía pasear a su lado en el mercado donde lo mojaba todo el tiempo, así hasta que acepté y felizmente casi me caso con él... Con un tonto de cabellos cafés que me amó desde el primer momento en que miró... Y justo es por ello que necesito de tu ayuda en esta vida una vez más.

-Así será, tus deseos son mis órdenes, mi bella Lucy...- ella le tomó de la mano, se sentía suave y muy cálida, parecía como si un par de ositos se tomaran de las manos. Con mucha paciencia lo llevó hasta el extremo del lugar donde estaban ¿En dónde era exactamente? Era rugoso, parecía la pared de una cabaña de madera pero mucho más refinada que cualquiera en la que antes hubiesen estado

-Es aquí- le dijo Lucy -a la cuenta de tres corre tan rápido como puedas hasta el otro lado antes de llegar ambos lo golpeamos para salir ¿De acuerdo?

-De acuerdo... Por cierto Lucy...

-¿Qué pasa?

-A mí también me gusta una chica...- cuando ella escuchó tan lindas palabras rogaba al cielo y a la Tierra que fuera lo que ella estaba creyendo.

-Anda Linc, dilo, dilo y salgamos juntos no como hermanos, sólo seamos Lincoln y Lucy... Sin etiquetas, sin historia, sin pasado ni futuro, porque hoy te quiero dar el presente de mi ahora- y por primera vez en esta nueva vida sus deseos se volvieron realidad.

-Ella... Bien... ¡Dilo Lincoln!- él se golpeó varias veces antes de hablar, mas lo único que parecía hacer bien era tartamudear, se golpeó una y otra vez tratando de armarse de valor sólo que sus golpes no le dolían ¡Al contrario! Se sentían más y más suaves cuánto más se enojaba.

-¿Quién es Linc? ¿Acaso la conozco?

-Si... Ella se... Es... Ella... Se llama Marie... Y es la chica más linda, increíble e inalcanzable de todas... Llevo amándola más de lo que he vivido y si pudiera quisiera decirle...- Lincoln no alcanzó a terminar su triste declaración de amor, sólo se quedó ahí parado cuando Lucy salió corriendo hacia el frente lanzándose contra lo que parecía una pared, su sombra se veía diferente a la de siempre, era mucho más "¿Rellenita?" Que de costumbre, él pensó que tal vez lo estaría rechazando de una manera dulce y aterradora, pensó en salir corriendo hasta que el lugar donde estaban salió disparado hacia enfrente sólo un par de metros... O tal vez ¿Eran sólo centímetros?

-¡Ven, salgamos de aquí! ¡EL HECHIZO FUNCIONÓ!

-Aguarda ¿A qué te refieres con...?

-¡Ya cállate!- Lucy le tomó de la mano y juntos saltaron hacia el vacío directo a una luz destellante que de haberla visto con más atención los habría dejado ciegos.

Ambos salieron...

Y tomados de las manos se miraron frente a frente en distintos momentos, en todas direcciones en un solo momento.

-Oh- dijo Lincoln mirándose las manos -¿Cómo nos metiste en los muñecos?- efectivamente, Lucy logró transferir momentáneamente sus almas a las de sus propios amuletos, justo como Lefhara siempre quiso y como nunca nadie antes había hecho, ella había logrado reparar el afijo de su propia maldición. Con el talismán hecho una vez más solo quedaba una última acción por hacer:

-¡Pero aguarda! ¡¿TÚ VAS A ESTAR BIEN?! ¡NO ACEPTARÉ ESTO SI TÚ...! ¿Lucy?...- ella no parecía emitir ni un movimiento, puede que fuera de felpa pero eso no le debería impedir moverse, él lo hizo natural ¿No tendría que pasar lo mismo con Lucy? -oye... Si es sobre lo que dije...

-Dime Lincoln... ¿Es verdad lo que dijiste?

-¿De qué estás hablando?

-Todo lo que acabamos de decirnos... ¿Qué significa? ¿Qué soy para ti? ¿Quién quieres que sea ahora? ¿Cómo confío en ti cuando puedo perderte en cualquier momento?

-Lucy...- ¿Qué está pasando? Mis manos tiemblan cada vez que quiero declararle lo que siento ¿Por qué no puedo? ¡¿Qué demonios pasa conmigo?! ¡Esto es lo que querías Lincoln! Lograste escapar en un día con un poco de tu ingenio, no engañé a ese ser pero al menos no perdí... ¡Acabo de empatar en un juego de apuestas con un demonio y no puedo decirle a la chica que me gusta que...! Oh... Eso es...

-Ser así de pequeños me parece irónico... Justo ahora no tenemos edad, ni siquiera labios para besar pero aún así... Quisiera... Sólo por una vez...

-Antes de que sigas... Dime Lucy... Aquella vez en el cine, eso no era un sueño ¿O no? Habló del día en que una extraña sensación de muerte me abrazó desde el corazón, y que por más extraño que parezca me hizo sentir más vivo de lo que jamás estuve antes... Dime Lucy, por favor sé sincera conmigo.

-Por primera vez en mi vida quisiera serle sincera a la única persona en la que confío... Si Lincoln, ese no fue un sueño... Aquella vez te confíe lo más preciado que una chica puede regalar: tú tienes mi primer beso grabado en tus labios... Pero sé que no fue real (sniff) yo te robé un beso a la oscuridad de la sala ¡Te forcé a hacerlo algo que tú aún no deseabas! ¡Fui una tonta que sucumbió a la lujuria! No... Más bien fui una torpe chica que cayó ante la gula del manjar de tus besos... Pero sé que no fue lo que querías, sé que te fuiste porque no soportaste que tu enferma hermana te besara... ¡Y lo lamento! ¡Lamento haber sido tan débil!

-¿De verdad eso es lo que crees?

-No lo creo... Ahora lo sé... Cómo siempre he sabido que Lefhara y Lodius fuimos nosotros en aquellos ayeres cuando tuvimos una familia y nuestro amor estaba predestinado para trascender el tiempo mismo... Aún recuerdo cuando me cantabas en el río bajo la hermosa noche estrellada... Recuerdo la vez en que Lisher nos atrapó besándonos bajo aquel lindo pino en invierno... Añoro recordar tus abrazos en la primavera cuando íbamos desde mi casa hasta el río sólo por agua para comer... Recuerdo el día en que me ayudaste a ocultar mi penoso secretillo de los ponys... O la vez que estuviste conmigo el día que me enfermé de influenza y tú bebiste de mi té para enfermarte y que hubiera alguien para atenderme... Y recuerdo más aún el día en que un lindo chico de cabello blanco me prestó su mano para sostener una mentira que yo misma cavé, el mismo chico al que decidí mostrarle el verdadero desnudo de mi propia alma, ese lindo chico al que le dediqué uno de los poemas más embriagados de amor que jamás haya hecho antes, ese lindo amor con el que tengo una hija que aprende de nosotros, aquel que me robó el corazón cuando más lastimado se encontraba por el amor. Agradezco a Haiku por haberse ido, agradezco todo lo malo que ha pasado para que la vida me de una miserable oportunidad de tomarte de la mano, verte a los ojos, decirte esto de frente, soñar que aceptas, que en el fondo de tu alma sabes la pregunta y que tú y sólo tú tienes mi respuesta... Siempre, en toda nuestra vida eres tú quien me ha robado las palabras de la boca ¡Y ya me cansé! ¡¿Y qué si volvemos a morir?! ¡Estoy dispuesta a morir si con ello te tengo por un segundo! Si he de entregar mi vida por un minuto de libertad a tu lado la entrego con gusto... Porque yo... En este cuerpo de peluche que tú mismo hiciste con tus manos... Yo...

-Yo te amo... Te amo desde el momento en que ví esos lindos ojos verdes que tanto adoro, te amo desde el día en que cruzaste la puerta de la casa y me miraste con ese bello terror que solo tú sabes darme. Te amo Lucy... Y no me importa si fuiste Lucylle, Lefhara o cualquiera otra de ellas, de quién yo estoy enamorado es de ti, de ti y de tus sesiones espiritistas, de tus fríos dedos helados con los que me abrazas en la noche, me encanta ese lindo rostro al que tanto quiero tomarle fotos y ponerlas como el más bello fondo de pantalla que mi celular haya tenido jamás, amo que aunque seas fría y estoica tienes la risa más linda y tierna de todas, femenina y elegante con un toque de vida y otro de muerte, sí, esa es la risa de la que quiero estar enamorado, la risa de la bella princesa de la oscuridad... Y si me lo permites... También... Uy ¿Cómo lo digo sin sonar raro?... ¡Mira, mi amor! ¡Mis manos están temblando!... Pero... Es que tú... Tienes un cuerpo de... ¡Wow!... Me dejas sin palabras cuando usas esas blusas con tirantes que te hacen ver tan hermosa ¡En serio! ¡Sé que sonará muy apresurado pero cuando te veo así también quisiera besar tu cuello todo el día hasta dormirme! ¡Santo cielo! ¡¿Qué es esto Lucy?! ¡Algo me quema por dentro! ¡Mi alma me duele con cada segundo que sigo guardando este secreto!

-¡¿Entonces qué, Lincoln?! ¡¿Qué significan todas esas caricias a escondidas en tu habitación?! ¿Qué me dices de los besitos que te doy en el rostro cuando me dices que me amas?! ¿No significan nada los roces de mis labios contra los tuyos? ¿No significan nada... Estos alocados y emocionantes sentimientos que siento por ti?...

-¡¿Y qué hay de ti?! ¡¿Qué hay de la noche que me invitaste al baile en el sueño?! ¡¿Qué hay de los besos que te he robado cuando duermes?!

-¡¿Qué?!

-¡Si! ¡Lamento hacerlo, lamento haberme aprovechado de ti pero...!

-¡Estaba despierta! ¡Sentí cada uno de ellos, no quería despertar! ¡Yo también te robaba besos cuando dormías! ¡Cuando tus ojos están cerrados y tu boca se mueve cuando respiras...! ¡Haces que me derrita hasta la cueva más oscura buscando ese delicioso sabor que tanto extraño desde la primera vez que los probé!

-¡¿Entonces, Lucy?!

-¡No lo sé! ¡Dime Lincoln! ¡Dímelo! ¡POR FAVOR MI AMOR DILO, DILO!

-¡¿ES QUE NO LO ENTIENDES?! ¡TÚ ME GUSTAS LUCY, ERES LA DAMA DE MIS PESADILLAS, LA OSCURIDAD DE MI NOCHE Y EL AMOR DE MI CORAZÓN! ¡LUCY!

-¡OH, YA CÁLLATE MI AMOR! ¡NO ME IMPORTA QUE SEAN DE PELUCHE! ¡DÉJAME PROBAR ESOS LABIOS!

Lucy saltó sobre su amado, no le importó que parecieran juguetes en medio de una vacía habitación a la luz de las velas, lo único que ella quería era besar en un mutuo amor al que le había robado el corazón con el más lento beso de todos: el primero de los enamorados, ese que toda pareja recuerda hasta el día en que su alma deja este mundo, ese primer beso intrínseco ante la razón pero comprensible de lo desconocido. Cuando su beso se detuvo lo único que quedó fueron sus ojos de botín mirándose perdidos en el mar de su propio corazón con Lucy soltando una risilla callada sobre su amor.

-¿Estás riendo, bonita?

-Es que... De nuevo me quitaste las palabras de la boca.

-Lo haré sólo cuando te haga falta un beso, aunque tú me lo robaste a mí.

-¿Y no te gustó?

-Lo amé... Y entonces... ¿Qué dices Linc? ¿Quieres salir conmigo?

-Eso no se vale... Yo quería preguntarte lo mismo...

-Entonces ¿Qué dices si sellamos nuestro secreto con un beso?

-¿De verdad?

-Ajá, si me besas ahora que yo también quiero besarte prometo usar mi blusa de tirantes cuando regreses.

-¿Cu... Cuál de todas?

-Sólo te diré que la blusa será lo único que llevaré ese día...

-¿Sa... Sabes que soy débil a...?

-Sh... Déjate engatuzar por mí, deja que te lleve a la oscuridad para que ilumines mis noches, sé el que desencadene el mar de sentimientos ocultos que enterré en mi corazón...

-Prometo amarte y respetarte...

-Hasta que la muerte nos separe...

-Para que en esta vida y en otra...

-Sea mi amor...

-El que vuelva a atraparte...

Uno...

Dos...

Tres...

Cuatro...

Y cinco...

Fueron cinco segundos, cinco segundos en los que sus almas se volvieron uno, cinco segundos en que el mundo dejó de girar sólo para que sus labios pudieran encontrarse una y otra vez y aunque no fuesen los reales tal vez una pequeña probada era más de lo que podrían imaginar.

-Oye... Mi amor...

-¿Si... Lu... Luce?

-Yo... Prometo darte uno de verdad cuando regresemos a nuestros cuerpos ¿Qué dices?

-Que si lo haces habré probado mi nueva droga favorita... Los labios de la gótica más linda de todos los tiempos... Eso es algo que quiero por el resto de mi vida.

-Yo... Yo... No lo sé- irremediablemente y ante toda la fantasía existe un umbral de dolor por el que todos pasamos: la cruel realidad, esa triste moribunda que siempre llega cuando menos la esperas y se va cuando ya no la extrañas. Lucy sabía que lo que hacían estaba mal en todos los sentidos. Su corazón le decía que no, temía por el ser amado ¿Qué pasaría si lo descubren? ¿Cómo reaccionarían ante el hecho del aberrante ser en el que ella lo estaba transformando? Esa relación prohibida para el mundo, detestada por el más allá... Y amada por cientos de almas que sin importar el final todavía deciden lanzarse al pozo esperando un final diferente.

-¿Cómo que no lo sabes? Lucy... Yo...

-¡No! ¿Qué se supone que haremos? ¡No puedo hacerle esto al chico que amo! Por favor (sniff) dime que terminará bien porque lo menos que quiero es hacerte daño, no a ti, no al mejor amigo que nació sólo para mí... Dime...

-Te amo.

-¡No! ¡Esto es en serio!- sus diminutos pasos de pies redondos querían salir corriendo y llorar, pero hasta ahora ese era el mayor problema con el que ambos habían tratado, siempre que hay problemas ellos huyen y afortunadamente Lucy se ha hartado de ello. No le importa que alguien pueda entrar y verlos, detesta la idea de darse la vuelta ahora que ha logrado declararle sus sentimientos, desea inconteniblemente darle un beso que le dure hasta el día en que muera... Todo lo que ella quiere es a ese alguien a quien amar.

-Te amo- le dijo de nuevo como si la vez anterior no hubiese sido suficiente.

-¡Pero Lincoln! ¡Yo necesito...!

-Lucy... Yo te amo- aunque sus manos fueran simples trapos, a pesar de que sus cabellos eran de terciopelo y por encima de tener mucho relleno en lugar de corazón podía sentir cada latir de su amada, cada suspiro de ensueño por el porvenir dudoso de su inalcanzable pasado... Todo por una simple razón: él la ama.

-Y...

-¿Y qué hay de ti? ¿Tú me amas? ¿Estás dispuesta a enfrentar lo que sea que venga por nosotros?

-¿Qué me dices tú? Hasta hace un día pensé que estarías muerto, no soporto la idea de un mundo en el que te vayas dejándome atrás ¿Qué hago si te pierdo?

-Nunca me perderás, gracias a ustedes pude volver, gracias a su amor por mí pude regresar a tu lado. Y como te prometí desde hace meses, hace años y hace centenarios: no importa lo que pase, no importa si muero, no importa si no me buscas más, estaré complacido de esperar por ti para volver a enamorarme de mi chica, porque mi amor, no hay regalo más maravilloso que el que me permitió enamorarme de ti más de una vez en más de una vida.

-Si de verdad sientes eso... Pruébalo.

-¿Qué?

-Tú... Haz algo para creerte, haz algo para...- esos lindos labios prohibidos que saben como el agua, deliciosa y sin sabor que es tan sabrosa, esos labios que fueron sellados con un beso robado, uno de los más dulces al sabor y más suaves al tacto. Los labios de Lucy se sellaron con el robo más bello de todos que sólo Lincoln pudo perpetrar en su contra.

-¿Ahora me crees? Tú eres el más difícil reto con el que me he topado. Lo fácil se va rápido, sin embargo, lo que más cuesta conseguir es aquello que más amas, y tú, pequeña Lucy, eres más difícil de alcanzar que cualquier otra chica... Y por eso quiero preguntarle ¿Sería tan generosa de obsequiarme un día más? Mi persona quisiere salir contigo en una cita, darte la canción más bonita del mundo, recitarte mis más bellos poemas aunque para una poetisa experta como tú sería un insulto; he pasado por las entradas del infierno y en lo único que pude pensar fue en mi chica, aquella con la sonrisa más bella de todas.

-¿En serio piensas eso?- al ser de peluche sus mejillas no podían hervir de vergüenza pero no hacía falta un rojizo en su rostro para que él viera que sus palabras acariciaban el órgano más sensible de la chica de sus sueños.

-No siempre, han habido veces en las que me hago el loco pensando que tal vez solo eran disparates míos, ahora sé que todos mis tropiezos en el amor fueron causados por mi insensatez de no ver el tesoro que siempre tuve frente a mis narices.

-¿Cuáles? ¿Estas?- Lucy medía un par de centímetros menos que el pequeño Linc así que tuvo que ponerse de puntitas para besarlo en la nariz de hilos que ella misma le había hecho.

-Justo esas Lucy- intentando serenar a la fría bestia que dudaba de lo moral que esto resultaba pensó en hacerle cosquillas pero Lucy ni se inmutó -¡Oye! ¿Qué pasó con mi duquesa cosquilluda?

-¡Na... Nada!

-¿Nada? Veo que alguien se está aguantando la risa.

-¡Mentira! ¡Eso es mentira!

-¿De verdad? Porque yo...- lentamente se paseó por su espalda y cuando menos se lo esperó sus brazos se cruzaron para cuidarla en un abrazo -yo sé cómo hacer reír a mi chica.

-¿Qui... Quién dijo que yo era tu... Tu chica?

-Nadie, nadie me dijo que tú podrías ser mía y si lo fueras me dolería. Tu alma tenebrosa es libre y silenciosa como la neblina, sólo tú tienes poder sobre ti. Lo único que yo pido es que me dejes caminar tomados de la mano, besándonos a escondidas pidiendo a la vida que nuestro secreto sea guardado un momento más. Tú eres tuya Lucy y jamás haría algo para quitarte eso, pero, si quiero que sepas que quiero ser tuyo. Justo como estoy ahora quisiera ser tu llaverito personal para que me traigas siempre contigo, viajar en tu hombro besando a escondidas tu mejilla para que cada vez que te molestes me des un golpecito en la cabeza regañándome con tu dulce voz ¡Ya te lo dije, Lucy! Yo te amo, te amo más y más con cada vida que pasa ¿Y qué si en la próxima yo soy a quien tú debas proteger? Entonces sería el chico más indefenso que necesitará de una fuerte guerrera. No importa si eres rubia, pequeña, de ojos cafés, gordita, delgada, alta, cachetona, seria, risueña, alegre, lúgubre o cualquier otra... Yo siempre me volveré a enamorar de ti y no importa cuánto lo niegues, mi amor, nunca nada será capaz de alejarme de ti, ni los espíritus, ni la vida o la muerte... Yo siempre volveré a ti.

-Oh... Lincoln... Yo...- con su mano redonda hizo callar a Lucy con un dulce toque sobre sus labios.

-No tienes que decirme nada, no desperdicies palabras en alguien como yo, deja que sea tu corazón el que te guíe.

-Seguir al corazón es fácil, lo realmente difícil es seguir a la mente.

-¿Y qué es lo que ella te dice?

-Me dice que quiere verte vestido de gótico para la luna de miel.

-Eso sí es ser directa... ¿Me estás pidiendo que me case contigo?

-¡No! ¡Espera, es decir...! ¡Sí! ¡No!

-Jajaja Lucy ¿Eso es un sí o un no?

-¡Es sí! ¡Pero es que aún no! ¡Ahhh! ¡Deja de jugar conmigo!

-Jamás jugaría con...

-¿Tu chica?

-No, con mi amorcito peshosho de corazón negro- Lucy infló sus lindas mejillas de terciopelo mientras fruncía el seño, golpeó a Lincoln varias veces en el brazo en señal de un tierno descontento.

-¡Basta! ¡Eres demasiado dulce! ¡Vas a hacer que me derrita de ternura!- y todavía seguía golpeándolo para enseñarle a no ser tan tierno.

-Creí que no te gustaría que fuera así- la sonrisa de Lincoln por ver a Lucy avergonzarse era espectacular. Aquella linda sonrisa de la chica más oscura de todas le dijo sólo una cosa: yo pertenezco aquí.

-¡No! ¡Me encanta! Pero...

-¿Pero qué, Lucy?

-Mi... Mi novio no puede hacer esto frente a mi familia...- tomó su propio rostro entre sus manos sonriendo al aire casi muriendo de felicidad -mi chico no puede decirme estas cosas al menos hasta que estemos solos.

-¿Acaso dijiste... Tu novio?- ¡Sí! ¡Al fin! Lucy lo había aceptado... Y ahora sólo quedaba hacerlo formal, por primera vez tenía que comportarse como hombre y pedirle lo que ambos anhelaban.

-No lo sé... ¿Acaso hay alguien aquí que quiera ser mi novio?

-Yo...- le respondió susrrando.

-No te escuché... Creo que si no escucho nada podría irme...

-¡Qué yo quiero!- Lincoln se limpió las manos redondas en el suelo, se aclaró la garganta y por primera vez se comportó como un hombre con la chica que le gustaba -Lucy...

-¿Si?- tiernamente ambos comenzaron acercándose el uno al otro hasta tomarse de las manos.

-Eres lo más bello de mi vida, no sabes cuánto significa que despiertes conmigo todas las mañanas, a veces sueño con que me dejas dormir toda la noche en tu regazo mientras disfruto de la suavidad de tu ser. No sabes cuánto deseo que tomes uno de tus enormes libros y me leas hasta quedarnos dormidos frente a la chimenea. Mi sueño es ver que algún día en el futuro podamos vivir tú, yo y Lupa felices en nuestro propio refugio, que yo sea el que encargue de la casa y que tú hagas las facturas, siempre has sido más lista que yo así que será pan comido para ti, todo mientras esperamos a que nuestra pequeña vuelva del colegio y nos cuente de su día para que al caer la noche me escuches quejarme del cansancio del día recostados en nuestra cama diciéndonos: buenas noches, sueña con bellas pesadillas como en las que nos enamoramos tantas veces, descansa.

-Ja (sniff) ¿Ahora Lupa también vendrá con nosotros?

-Tú eres su mamá, no su madre, tú, Lucy, eres la mamá de esa dulce y tierna pequeña, sé que Lisa podrá traerla a nosotros, ella será capaz de ser nuestra hija de verdad... Y yo seré feliz de llevar la vida más monótona de todas sin importarme si somos ricos o pobres... Porque en esta y en todas nuestras vidas lo más importante eres tú... Sólo espero que me perdones por todos los errores que cometí.

-Pero tú no me has hecho nada- los suspiros en silencio de cada uno decía más que mil palabras y él estaba genuinamente arrepentido, tanto que Lucy se sentó en el suelo -ven- le dijo sin ninguna expresión golpeando su regazo -escucharé todo lo que tengas que decir, no intentes esconderte de mí, eres el espejo en el que siempre me quiero ver así que no me temas y dime todo lo que te sucede- aquel triste chico se acercaba al más bello detalle que alguien le podría dar: un pequeño momento de su vida sólo para él.

-¿Segura que puedo...? Ya sabes...

-Cabeza abajo, ahora.

-No puedes ordenarme.

-Lincoln, me vas a hacer enojar si tengo que obligarte a decirme qué es lo que le aqueja a mi chico.

-No sé si me estás regañando o me estás coqueteando.

-¡Lincoln Loud, por un demonio ven y recuesta tu cabeza sobre mis piernas! Si no lo haces puedes olvidarte de hacerlo para siempre- eso era más que una simple amenaza, era fácil saber cuándo Lucy hablaba en serio y no hacerle caso era sentenciar su propio castigo y negarse el Edén. Con cierto temor y aún más emoción decidió ceder a la damisela de la oscuridad. Recostó su cabeza sobre el suave muslo mullido de su dulce amor, la vergüenza de cumplir tan atrevido sueño con ella no le permitían verla a los ojos.

-Li... Listo...

-¿Listo, qué?

-Listo... Lucy...

-No, así no.

-¿Cómo que así no?

-Dilo en serio, como lo que somos en realidad.

-Listo... Mi amor.

-Ves, no era tan difícil... Mi dulce terroncito de azúcar.

-¿De verdad te gusta que seamos tan cariñosos? Para mí es genial pero...

-Te dije que a veces necesito un escape de la oscuridad y tú eres más que eso. Eres mi terroncito porque tu cabello blanco me recuerda al azúcar con el que siempre endulzo el café de todas mis mañanas... Y lamentablemente sabes que sólo puedo llamarte así cuando estemos solos porque cuando no...

-Tú tienes que ser mi hermana y yo tu hermano, aunque eso no me impedirá tomarte de la mano a escondidas o buscar un besito travieso en la noche.

-No puedes hacerlo- y con su mano le acarició sus tiernos cabellos blancos hechos de hilo y estambre.

-¿De verdad no puedo?

-No porque no somos nada. Sólo tienes que hacer la pregunta Linc, después de decirme qué es lo que te aqueja claro.

-Supongo que tienes razón... Ay... Lo lamento Lucy, lamento todos los errores que he cometido, en todas nuestras vidas siempre eres tú quien me salva, eres como Supergirl pero mucho más hermosa, siempre me terminas salvando dónde quiera que esté y eso es algo que... Que jamás he hecho por ti... Y por eso yo...- sus estúpidos quejidos no eran más que disculpas atrasadas del ayer que su amada no aceptó.

-No Linc, tú no me has hecho nada más que gritarme un par de veces y eso aunque me duela estoy dispuesta a olvidarlo siempre y cuando prometas que siempre estarás dispuesto a escucharme, todos nuestros malentendidos son porque no nos escuchamos así que la próxima que nos enfademos dejemos pasar un par de horas, pensemos en lo que sucedió y decidamos qué hacer ¿Te parece mi amor?

-Siento que eres la voz de la razón en este plan sin pues ni cabeza, tendré que confiar en ti cuando las cosas se pongan feas. Si hay que planear déjamelo a mí pero necesito una chica de mano firme que me guíe y me diga si nuestro plan es correcto.

-Supongo que puedo ayudarte a encontrar a esa chica- ella le apartó la cabeza de su regazo tan solo para recostarse encima de él con su cabeza sobre su pecho.

-No Lucy, ya la encontré y ahora que lo hice jamás la dejaré ir. Gracias a ella abracé a mi tristeza cuando más lo necesité y le di paz a mi alegría para no hundir mi propio barco. Sólo soy un bobo que no tiene idea de lo que hace.

-Eres muy valiente, siempre te atreves a hacer de todo y eso es algo que me da terror ¿Qué haré si por eso puedo perderte?

-Yo no soy valiente, eso es para los guapos jajajaja. Yo sólo soy un tonto con mucha suerte y ahora que tú estás conmigo prometo usar mi estúpida suerte así como mis estúpidos planes y hasta mis estúpidas cualidades para mantenerte a salvo, prometo cuidar con mi propia vida a la tierna cosita de la que me enamoré... Esa de ojos hermosos y una sonrisa encantadora... Y por eso te prohíbo ser feliz.

-¿Cómo que me prohíbes?

-¡Si! Porque Lucy, esos ojos y esa sonrisa sólo quiero ser yo quien los vea, así como solo tú puedes ver mi alma y como solamente tú eres la dueña de mi vida y próximamente también de mi cuerpo, podrás hacer conmigo lo que te plazca, de aquí hasta el día en que mi eterno amor vuelva a nacer y me permitas enamorarme de ti una vez más... Así que si mi preciosa princesa de la oscuridad y señora de las tinieblas me lo permite hagamos esto de una vez- él se hincó frente a ella sosteniendo su mano entre las suyas.

-Wow... Ah... Aguarda Linc... Todavía no podemos casarnos... ¡¿Qué diría Lupa de su mamá?!

-Diría que te verías hermosa en un vestido de novia... Aunque lo lamento Lucy, por ahora no puedo pedirte que te cases conmigo. Sé que puedo amarte aún más de lo que ya te amo ahora, sé que puedo llegar a vivir en el limbo del hombre que soy y con el que tú sueñas. Así que lo único que puedo ofrecerte es al triste individuo que ves frente a ti, aquel que te ama como loco y piensa protegerte como un león... Uf... Vaya... No creí hacer esto otra vez así que sólo lo haré... Lucy Marie Loud... Tú...

-¿Si?

-Tú...

-¿Ajá?

-¿Tú....? ¡CUIDADO!- ni siquiera la naturaleza misma quería dejar que ellos estuvieran juntos. Justo en el momento en que Lincoln quería declararse a Lucy llegó el castigo de su propio egoísmo. Como Lola sorprendió a su gemela con el interrogatorio sorpresa por la mañana la linda amante de la mecánica olvidó cerrar el reptilario que creó bajo su cama. Los pobres animales tuvieron que salir en busca de comida pues su amiga los había acostumbrado a comer en horas muy específicas. Nadie las vigilaba y nadie sabía que andaban sueltas y ahora gracias a que Lana se encuentra en un hospital psiquiátrico para tratar su pequeño problema no hay nadie que pueda encontrarlas. Y fue una serpiente la cuál al sentir las vibraciones de pequeños seres moviéndose de un lado al otro en el suelo de la habitación contigua donde habita se le hizo fácil tratar de cazarlos. Desde las espaldas de Lucy se escabulló lista para completar el atroz y bello acto de la caza de un depredador a su presa. Afortunadamente el ataque fue visto por aquel que había jurado protegerla aún si su vida dependiera de ello. Sin pensar en consecuencia alguna arrojó a su triste amada lejos del ataque, salió disparada varios centímetros y frente a ella una horrible escena se presentaba ante sus ojos. Unos temibles colmillos incluso casi tan grandes como ella habían atravesado varias partes del cuerpo de su amiguito de peluche. El veneno escurría por su abdomen, varias partes de relleno cayeron al suelo casi en cámara lenta, ella estaba a salvo pero él había pagado el precio...

-¡LINCOLN!- sus pequeños gritos imperceptibles ante los demás fueron desgarradores para ella. Claro que la serpiente notó que eso no era comida así que después de un par de movimientos y de que en un descuido abriera la boca el pequeño Linc cayó casi desmembrado envuelto en veneno directo al suelo. Sin pensarlo su salvadora saltó hacia él con todas sus fuerzas y mientras la criatura se ahogaba con algodón ella aprovechó para tomar a su Linc de la camiseta de trapo y llevarlo loas rápido posible a uno de los cajones que tenía bajo la cama justo dónde guardaba todo su equipo espiritista.

-Creo que estamos a salvo- le dijo sin atreverse a mirarlo -¡Eres un estúpido! ¡ACASO QUIERES MATARME DE UN SUSTO?!- y cuando al fin lo vió quedó horrorizada por el terrible ataque del que él la había salvado -¡NO, NO, NO, NO, NO! ¡¡NO!! ¡LINCOLN! ¡POR FAVOR QUE NO SE MUERA! ¡TE LO DIJE, TONTO! ¡¿POR QUÉ NO HUISTE?!

-¿Y dejar que te atacara? Jamás, te lo dije Lucy... Te dije que te protegería a capa y espada- él estiró su brazo tratando de llamar la atención de la pequeña muñeca de trapo que lloraba por él -no llores mi tierno murciélago, no me gusta que llores por mí, además, no sé si sea porque somos de peluche pero no me duele. Siento las mordidas pero no me dolió.

-¿Hablas (sniff) hablas en serio?

-Si, de hecho es aterrador jajaja.

-¡No te rías, bobo!- ella se lanzó a llorar sobre lo poco que quedaba de su amado, sabía que si no hacía algo el hechizo podría romperse y ahora sí el alma de Lincoln estaría en problemas -¿De verdad no sientes nada?

-No, es decir, lo siento pero no me duele.

-La verdad es que... Tengo que reconstruir todo tu cuerpo, de lo contrario tu alma sería expulsada y volverías a ser una aparición.

-¿Y no me podría meter en otro peluche y ya?

-No, las condiciones de esto es que tiene que ser un objeto al cual... El que haga el ritual tiene que estar ligado sentimentalmente por un lazo realmente fuerte. No siento nada por mis demás peluches... Al único que amo es al pequeño Linc que me besa por las noches.

-Lucy...

-¡Y por eso tengo que coserte! A ver ¿Dónde está mi hilo?

-Lucy.

-¡Bingo! No ¡Diablos! Sólo me quedó uno de color vino y otro café, son los que nunca uso ¿Cuál te gusta más?

-Lucy.

-¡Qué tonta soy! Claro que el vino, combina con tus ojitos preciosos de botones.

-¿Quieres ser mi novia?

-¡Y también tengo que...! Ah... Oh... Este... Es... Coser... Yo... ¡A ti!

-Sólo responde, te amo Lucy, quiero tenerte a mi lado de aquí hasta que el día en que tú quieras así que lo volveré a preguntar: Lucy, olvídate de que soy tu hermano, olvida que esta es nuestra enésima vida, olvida cuánto daño nos hemos causado y olvida lo tonto que soy, olvida los tropiezos de nuestra razón y solo recuerda cuánto te ama mi corazón. Así que, Lucy ¿Quieres ser mi novia?...

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