Inupi; Capítulo 6.
La mañana siguiente se sintió de mejor ánimo. Lo único que persistía era una punzada ligera de dolor de cabeza, pero no era nada que no arreglara con café. Tal como había predicho antes de dormir, lo primero que hizo al despertar, después de haber hecho pis y cepillar sus dientes, por supuesto, fue encender su computador. Llámenlo adicto, pero no podía vivir sin la tecnología. Y también, porque quería hablar con Koko lo antes posible. Esperaba que estuviera disponible, aunque viendo la hora, el chico debía estar trabajando.
Mientras encendía su computador, fue a la cocina a tomar algo de café. Akane estaba sentada alrededor de la mesa, leyendo en su móvil, por las sonrisitas supuso que era con algún chico.
—Buenos días, ¿Cómo te fue en tu entrevista? —preguntó, tomando su taza favorita de la alacena para llenarla de café.
Akane levantó su mirada y le dedicó una sonrisa. Ella estaba feliz, entonces Inupi también lo estaba.
—Muy bien, en los próximos días me llamarán para firmar un contrato. Renuncié a mi trabajo, así que tengo algo de tiempo libre.
—Ya veo... ¿Tiempo libre para tu novio? —preguntó directamente, sentándose frente a la beta, quien por un momento pareció avergonzada. Inupi bebió de su café sin quitarle la mirada de encima.
—No tengo novio, pero hay un chico que me gusta. Era un compañero de trabajo — admitió Akane, suspirando mientras volvía su atención a la pantalla de su móvil.
—¿Le gustas también?
—Eso creo, está triste porque me cambiaré de empleo. —La sonrisa de su hermana cambió y ahora, parecía un poco afligida.
Inupi enarcó una ceja y pensó que tal vez Akane no quería cambiar de trabajo, ¿por qué lo hacía?
—También lo estás, ese empleo no era tan malo. A excepción de los feos horarios, te gustaba, ¿Pasó algo?
—En este pagarán más y podremos pasar más tiempo juntos. Eso es suficiente para mí. — Ella vaciló y nuevamente trató de sonreírle.
—No necesito que hagas estas cosas por mí. Puedo cuidarme solo. —Inupi se levantó exasperado, dejando su taza de café en la mesa.
—Claro, lo haces muy bien —respondió sarcástica—, te dejo solo un momento y no duermes, o nunca sales, ¿cómo puedo confiar en ti?
—No voy a discutir contigo, no hoy. —Le lanzó una mirada molesta a la beta y volvió a su habitación sin escuchar otra explicación. Cerró la puerta de un portazo, apoyándose en la fría madera. Odiaba que Akane siguiera viéndolo como un niño. Tomó un poco de aire y trató de relajarse, antes de volver a la computadora. Su cuerpo pesaba cada vez que Akane tomaba decisiones en base a él. Ella ya había renunciado a muchas cosas, una más y explotaría.
Después de lo que parecieron largos minutos, se acercó al computador, que por cierto, estaba listo, y picó en el juego. La pantalla de inicio no tardó en cargar. Tuvo que volver a escribir la cuenta de su hermana y adivinar la contraseña, afortunadamente usaba la misma siempre, por lo que no fue problemático.
Al entrar, vio muchas notificaciones tanto del juego como de los mensajes. Principalmente de Kokonoi.
#KokoMoney
¡Espera! ¿A qué hora vendrás mañana?
Hace un día.
Hola, no respondiste mi pregunta.
Hace 23 horas.
¿Akane? ¿Inui?
Hace 20 horas.
¿No vendrás hoy?
Hace 19 horas.
¿Ya te aburriste del juego?
Hace 15 horas.
Iré a robarte cosas en tu país.
Hace 10 horas.
Todo el mal humor de Inupi se esfumó con los mensajes de Koko. Era lindo que alguien se preocupara por él. Sus dedos se movieron por inercia al teclado, en los que sin pensar, tecleó una respuesta rápida.
#RedQueen
Buenos días.
Veo que me extrañaste.
No me he aburrido del juego, aquí estoy.
Visto.
El corazón de Inupi se aceleró al ver que Kokonoi estaba conectado y justo vio su mensaje. Era más de lo que hubiera esperado. No podía creer lo fácil que era para un desconocido ponerle color a sus días.
#KokoMoney
No te extrañé, no lances esas feas acusaciones.
Buenos días, ¿Dónde estuviste?
Hace un minuto.
#RedQueen.
Oh no, un alfa posesivo que quiere saber todo lo que hago, eres un bobo.
Y tenía cosas que hacer. Ya fue, estoy aquí y hay que jugar.
¿Cómo estás? ¿Qué hiciste en mi ausencia?
Visto.
#KokoMoney
No te creas muy importante, solo pregunto porque quedamos de jugar ayer. En todo caso, mi día fue aburrido como siempre, mucho trabajo por delante y cero distracciones. Trabajo mucho.
También aproveché tu ausencia para robarte, no hay devoluciones.
Hace un minuto.
#RedQueen
¿De qué trabajas?
No te quejes cuando entre a robarte también, bien tacaño que eres.
Visto.
#KokoMoney
Contador en una empresa de transporte. No es la gran cosa en realidad. ¿De qué trabajas tú?
Nadie me roba a mí, no los que desean conservar a sus personajes.
Hace un minuto.
Inupi no sabía como responderle a Kokonoi sobre su trabajo, probablemente debía contarle un poco de verdad. Sería más fácil explicar sus tiempos reales, no los de su hermana. Los trabajos de Akane no le dejaban demasiado tiempo libre para jugar y sería sospechoso si estuviera conectado en horario laboral.
#RedQueen
Soy una especie de asesora de ventas, algo aburrido si me lo preguntas.
No me amenaces, no me robes tampoco.
Visto.
#KokoMoney
¿Y no deberías estar trabajando ahora? Si yo fuese tu jefe ya te hubiese despedido por floja.
Uy, que delicada. Te robaré cuando quiera.
Hace un minuto.
#RedQueen
Lo mismo te digo, no soy la única que carga la culpa.
ERES ODIOSO.
Visto.
#KokoMoney
Touché.
Me voy a trabajar, el dinero no se hace solo. Jugamos en la noche. No te desaparezcas.
Así de odioso me quieres, cuídate.
Hace un minuto.
#RedQueen
¿En serio? Ah bueno, pensé que podríamos jugar un rato.
Nunca, wuakala.
Visto.
#KokoMoney
En la noche, en serio debo trabajar.
Sé que me extrañaste, pero espérame un rato.
Me quieres.
Hace un minuto.
#RedQueen
Eso no es verdad, eres un engreído. Adiós.
Visto.
Cerró los mensajes lo suficientemente avergonzado y sonrojado, Kokonoi era un atrevido. Se palmeó las mejillas, dejando de lado cualquier pensamiento que incluyera a su amigo. Jugó por un rato más, antes de que decidiera que era hora de ponerse a trabajar.
Lo siguiente que supo era que se hacía de noche y cuando se conectó, ya Koko lo estaba esperando. Jugar con él era cada vez más divertido y entrañable. Las conversaciones también se volvieron más largas y privadas. Y por supuesto, los días pasaban más rápido con la nueva compañía. Hasta Akane había notado el cambio de actitud, parecía aliviada al ver a su hermano más contento. Eran buenas noticias.
Por fin la vida de Inupi estaba yendo por buen camino.
Buenas noches.
Ya es dos de enero. Qué rápido se pasa el tiempo. Espero que estén bien y que la hayan pasado de maravilla.
Gracias por leerme.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top