Inupi; Capítulo 22.
Su postura recta y serena difería por completo con la inquietud en su interior. Inupi estaba sobre el sofá, sentado con las piernas cruzadas, mientras sus dedos tamborileaban ansiosos en su regazo. Su mirada estaba centrada en el aparato en su costado: su celular. Silencioso e inmóvil. Llevaba más de media hora en la misma posición y no conseguía relajar sus músculos tensos.
Estaba angustiado e irritado, tarareaba en voz baja, sin dejar de mover alguna extremidad. Parecía estar en un ritual sagrado en medio de su sala de estar para atraer fortuna, porque bueno, estaba esperando una llamada, o un mensaje, solo quería una señal de vida por parte de Hajime Kokonoi.
—Mirar a tu móvil como si tuvieras poderes mentales no hará que Koko te llame, lo sabes, ¿verdad? —preguntó Akane, haciendo su entrada triunfal.
Inupi despegó su vista del celular y miró a su hermana. Ella había estado de un lado a otro, arreglándose para salir con su novio beta todo el fin de semana. Primero había preguntado sobre su vestido, luego le siguió el maquillaje y ahora se estaba arreglando el cabello. Al omega en realidad no le importaba si su hermana iba y venía, pero lo estaba poniendo nervioso —más de lo que ya estaba—, y era insoportablemente frustrante.
—¿Quién dice que estoy esperando su llamada?
Akane rodó los ojos y bufó, dejando por un segundo lo que hacía para sentarse al lado de Inupi. Sus ojos se habían suavizado, pero no le quitaba lo hastiada que estaba por la actitud infantil del omega.
—¿Hace cuánto no lo ves? ¿Tres o cuatro días? —preguntó Akane sin esperar una respuesta antes de proseguir—, No le has confesado a Koko tu sucio secreto, tampoco has sido sincero con él respecto a tus sentimientos.
—No le diré la verdad— respondió Inupi, ahogado por el pesar—, yo lo besé en su propia cama, ¿sabes lo qué eso significa?
—¿Qué debes hacerte responsable y dejar de esconderte como un gatito asustado?
—¡No! Significa que Koko debe estar decepcionado de mí, le gustas tú, en la cita solo habló de ti. — Afligido, tomó su móvil y lo abrazó, sollozando por lo bajo. Estaba más sensible que de costumbre.
La beta chasqueó la lengua y acarició la espalda de su hermanito, estaba preocupada por él, pero no podía hacer nada más. Suficiente tenía con ser cómplice de su mentira.
—Tienes todo el fin de semana para decidir qué hacer, no te insistiré para que le digas la verdad, pero al menos dile que te gusta. —Akane se levantó para volver a lo suyo, sin embargo, antes de desaparecer, le sonrió con ternura—. Koko estuvo preguntando por ti todo este tiempo.
Se tumbó en el sofá, con las piernas estiradas y sus ojos aguados fijos en el techo. Últimamente se sentía muy intranquilo y nervioso, no había estado durmiendo bien y la temperatura de su habitación parecía subir varios grados cuando se acostaba. Desde el beso, su cuerpo extrañó el suave contacto de Koko y para colmo, su omega se removía inquieto cada que podía. Si no estuviese todo el tiempo en casa, se daría a sí mismo vacaciones.
Una hora después del último alboroto, Akane le avisó que estaba lista para irse. Le gritó varias advertencias y algunas cosas que no comprendió del todo, por estar tan metido en sus propios pensamientos pesimistas. No era la primera vez que se quedaba solo, pero si era la primera vez que lo haría con el corazón roto. Esperaba sobrevivir hasta el lunes siguiente.
El apartamento estuvo silencioso luego de que su hermana se ausentara. Inupi cerró sus ojos y secó el sudor de su frente, cuando la revelación de que no había nadie que lo vigilara lo animó. Era el momento perfecto para volver a las andanzas. Jugaría hasta que le dolieran los dedos y dormiría tarde.
Con una sonrisa maliciosa, se fue a su habitación y se sentó frente al escritorio. No pasó mucho antes de abrir el juego, lo primero que hizo fue revisar las notificaciones, luego su perfil y seguido las solicitudes de amistad. Al no ver nada interesante pensó en jugar directamente, sin embargo, le llevó un mensaje sorpresa. Su corazón casi se le sale del pecho cuando vio de quien se trataba.
Hajime Kokonoi.
Tembloroso, dio clic en el mensaje y se tragó las ganas de responder con efusividad. Inupi tenía el control de sí mismo.
#Kokomoney
¿Akane? ¿Eres tú?
Hace un minuto.
Sus dedos se quedaron congelados sobre el teclado. Su buen ánimo mermaba cada que Kokonoi mencionaba a su hermana.
#RedQueen
¿Quién más?
Haces preguntas tontas.
Visto.
Palmeó su rostro después de escribir tal estupidez. No era su intención sonar tan a la defensiva, pero sus nervios estaban revueltos con enojo. Una mala combinación en esos momentos.
#Kokomoney
Me dijiste que este fin de semana estarías fuera de casa.
Hace un minuto.
Inupi casi se cae de la silla por esa revelación. Mierda, no lo había previsto en lo absoluto. Mordisqueó su labio inferior, buscando una explicación lógica a su desliz; sopesó todas sus opciones. No podía seguir diciendo mentira tras mentira, ¿o sí?
#RedQueen
Oh, tienes razón, yo INUI AKANE dije eso. Tengo un computador portátil, puedo llevarlo a todos lados y jugar cuando quiera.
Visto.
#KokoMoney
Eso tiene lógica, INUI AKANE.
No importa en realidad, ayer fue bueno hablar contigo. He aclarado varias dudas con esa conversación.
Hace un minuto.
#RedQueen
¿Qué conversación?
visto.
Envió el mensaje sin pensar. Las palabras se escribieron por su cuenta, no porque estuviese distraído pensando en la cercanía de Akane y Kokonoi. Ahora sí, debía jugar bien su papel o lo descubrirían.
#KokoMoney
Tan graciosa como siempre, Akane.
Hablo de ESA conversación.
Hace un minuto.
#RedQueen
Lo siento, es que no estoy concentrada. Hay mucho ruido donde estoy.
Y no me respondas con sarcasmo.
Visto.
Kokonoi tardó varios minutos en responder. Inupi se preocupó porque tal vez se había puesto al descubierto con su estupidez. Era lo último que faltaba para completar su mala suerte, pero no mucho después recibió un mensaje que lo dejó con pequeñas cosquillas en su panza.
#KokoMoney
¿Inupi está bien?
Hoy parece que te hubieses comido un limón.
Hace un minuto.
#RedQueen
Mejor que nunca, ya sabes que es un omega independiente.
JAJAJAJA, no me sientan mis minivacaciones.
Visto.
#KoKoMoney.
Ya veo, entonces, ¿jugamos un rato?
quizá te sientas mejor si te desquitas con los monstruos que acechan en tu país.
Hace un minuto.
#RedQueen
¡Es una buena idea, invítame!
Visto.
A los segundos de enviar el mensaje le llegó la invitación de Kokonoi. Estaba más tranquilo de volver a la normalidad, jugaron mucho rato y derrotaron a los monstruos; Inupi subió varios niveles y avanzó como siempre. Koko iba un poco más adelante, pues había comprado la nueva colección de armas y armaduras, dejándole con una sensación de amargura por no poder sobrepasarlo, aunque fuese una vez quería hacerlo. El alfa era un engreído de lo peor.
#RedQueen
No lo haces nada mal, tu personaje se ve bien con esa nueva armadura, aunque... ¿era necesario comprar todo?
Visto.
#KokoMoney
Era muy necesario, soy el rey supremo.
Si lo haces bien desde ahora, te compraré cualquier cosa que quieras.
Hace un minuto.
#RedQueen
¿De verdad? ¡Quiero esa armadura dorada de triple protección!
Uh, entonces te volverás mi sugar daddy, ¿es eso?
Visto.
#KokoMoney
No tienes tanta suerte, Akane-san.
Hace un minuto.
#RedQueen
¿Por qué siento qué me disgusta qué me llames de esa forma?
Visto.
#KokoMoney
Porque lo hace, estás actuando muy raro hoy. Tienes amnesia.
Pensaría que estás impresionada por mis habilidades, pero ya sabes que soy el mejor.
Hace un minuto.
#RedQueen
Por supuesto que la humildad es tu fuerte.
Y no pasa nada, solo... estoy algo desconcentrada, ya te lo dije
Iré por un poco de agua. Hace mucho calor.
Visto.
#KokoMoney
No puede hacer calor en otoño,
ve al doctor.
Hace un minuto.
Inupi se rio al leer el último mensaje de Kokonoi, ¿en qué estaba pensando ese bobo?
Se levantó de su silla y enjugó el sudor de su frente con la manga de su sudadera. No pensaba demasiado en el clima, pero si lo enervaba. Fue a la cocina por un poco de agua y sobre la encimera encontró una bolsa con una nota pegada encima. Era la letra de su hermana.
Si Inupi no fuera un omega sano, seguramente se hubiese infartado por el contenido de la nota. Muchas emociones fuertes ese día. Tembló mientras hacía cuentas mentales y lentamente su cabeza se llenó de pánico.
¡Su maldito celo! ¿Cómo se le había olvidado?
En su defensa, la mayoría de las veces ni siquiera notaba que estaba en celo, es decir, ni siquiera le daban ganas de hacer nidos, ni llamaba por un alfa. Con tomar supresores era suficiente, solo que en esos momentos no se sentía muy natural. Estaba más caliente que de costumbre y de mal humor, sobre todo.
Akane le había dejado sus medicinas y juguetes, aunque ella sabía que no los necesitaba, siempre lo ponía en vergüenza. Bufó molesto, agarrando la bolsa para volver a la habitación. Se había refrescado con el agua, pero necesitaba darse un baño urgente.
¿Por qué Akane se había ido ese fin de semana cuando su celo estaba tan cerca? Nunca lo había dejado solo en esas fechas por miedo a que le pasara algo.
Algún día entendería a su hermana, era una meta a largo plazo.
Al estar frente a su escritorio, recordó que debía avisarle a Koko que se iría, aunque probablemente no lo haría por mucho tiempo, no estaba seguro de nada en esos momentos.
#RedQueen
Debo irme, tal vez vuelva, tal vez no.
Visto.
#KokoMoney
¿Problemas? ¿Es Seishu?
Hace un minuto.
#RedQueen
¿Eh?
No, no. Recuerda que no estoy en casa.
Seishu se puede cuidar solo.
Llámalo.
Pero no hoy.
Visto
#KokoMoney
¿Por qué no?
Akane, no me dejes con la duda.
Hace un minuto.
No respondió a esos últimos mensajes. Cerró el juego de golpe y apagó todo. Se apoyó unos cuantos segundos en el respaldo de la silla y suspiró. Estaba fastidiado y para colmo, seguía sudando como un cerdo. Tenía su sudadera empapada. Llevó una mano a su abdomen cuando sintió sus entrañas retorcerse.
Era peor de lo que imaginaba. Sus celos no eran así de fuertes. Se levantó, yendo al baño para calmar su calentura. Odiaba ser un omega.
¡Buenas noches!
Volví con una nueva actualización. Espero que les guste. Dudas y sugerencias, aquí estoy.
Y si ven errores no duden en decirme.
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