quince | familia

quince | familia

Yuu entró rápidamente a la cocina, dejó las bandejas vacías junto a las demás y se acercó a unas sillas que se encontraban casi al fondo para poder descansar, se sentó a un lado de un compañero y comenzó a hablar con él para distraerse.

– ¿Estás bien, Yuu-chan? –preguntó el camarero sentado a su lado.

–Por supuesto, solo... –pensó un segundo. –Casi tropiezo accidentalmente con alguien, me puse nerviosa pero ya estoy bien. –sonrió tranquilizándolo, él asintió.

–Ten más cuidado, entonces. –se levantó y fue por una bandeja para seguir sirviendo, Yuu suspiró quedándose sola.

– ¿Qué habrá sido eso? –susurró para sí misma mirando el suelo, sintió como alguien se sentó a su lado pero no volteó, ya que con simplemente mirar los zapatos supo de quien se trataba.

– ¿Qué pasó con los clientes? –preguntó Sanji recargándose en el respaldo de la silla.

–Nada especial, les serví comida y eso es todo. –Sanji no se quedó conforme con la respuesta.

– ¿Te dijeron algo raro? ¿Te molestaron? –Yuu se sintió extraña de que él preguntara algo así, su corazón comenzó a latir fuertemente sin ninguna razón en específico.

–No, al principio sí actuaron algo raro, pero resultó no ser nada. –Sanji se giró a mirarla. –La próxima vez que baje les preguntaré si todo sigue bien, parecían sentirse mal o algo así.

– ¿Qué sucedió? –Yuu se quedó pensando, Sanji acercó su mano a ella y acomodó su corto cabello tras su oreja para poder ver su perfil.

–No estoy segura, parecía como si hubieran visto a un fantasma, salieron a tomar aire y volvieron ya un poco más tranquilos, pero no me convencieron del todo. –se giró y lo miró. – ¿Qué creas que sea? –esta vez el rubio evitó su mirada mandándola al frente.

–Quien sabe. –ambos se quedaron en silencio, luego de eso, Sanji volvió a hablar. – ¿Me dejarías bajar a hablar con ellos?

– ¿Eh? –extrañada, Yuu se dio vuelta para mirarlo. – ¿Hay algún problema en que yo baje?

–No es nada, solamente...estoy algo agobiado de estar en la cocina, podrías tomarte un descanso mientras cubro tu lugar durante un rato. –Yuu lo meditó durante algunos segundos.

–Supongo que estaría bien. –sonrió, Sanji le acarició la mejilla y le correspondió a la sonrisa.

Tal como Sanji propuso, bajó al primer piso, lo primero que hizo fue localizar a los chicos, una vez que comprobó que eran ellos no les quitó la mirada de encima. Atendió a un par de clientes hasta que llegó la hora de acercarse a ellos.

– ¿Algo más, señores? –ambos chicos al escuchar la voz voltearon bruscamente.

–Eres el rubio de la otra vez. –el primero en hablar fue Kai.

– ¿Puedo retirar sus platos? –Sanji con esa misma expresión relajada levantó una bandeja con los platos sucios y vacíos de ambos chicos.

–Nos mentiste. –con un aspecto molesto Ryo habló, Sanji continuó en lo suyo. –Dijiste que en tu vida jamás la habías visto, ¿por qué la ocultaste? –preguntó de manera brusca levantándose.

–Ryo, comienzas a llamar la atención. –avisó Kai mirando a su alrededor.

– ¿Pedirán la cuenta ahora o desean ordenar algo más? –Ryo apretó los puños molesto.

– ¡Respóndeme, maldita sea! –se acercó a él amenazadoramente.

–Si no piensan pagar les pediré que se retiren ahora mismo, no creo que quieran obligarme a utilizar la fuerza con ustedes.

–Ryo, enserio, la gente nos está mirando, ¿qué pasó con eso de mantener un perfil bajo? –Kai lo tomó del brazo alejándolo un poco de Sanji.

–A la mierda eso. –se soltó del agarre de su amigo y tomó a Sanji de la ropa. –Quiero hablar con ella en este instante.

–Ella se encuentra ocupada. –Ryo se acercó aún más a Sanji apretando su agarre.

–Si ella no baja ahora subiré por ella. –amenazó, Kai lo llamó de nuevo pero fue ignorado, Sanji aún sin soltar la bandeja y manteniendo esa misma expresión despreocupada respondió.

–Antes de amenazarme sería razonable presentarte, ¿no lo crees? –Ryo soltó a Sanji bruscamente y le dio la espalda.

–Mi nombre no te importa, lo único que debes saber es que esa chica que tanto proteges es mi hermana, y he venido por ella. –Sanji mantuvo su mirada puesta en ambos, meditó las cosas un poco y suspiró al final.

–Vayan afuera, volveré en un momento. –se dio la vuelta y se encaminó a la cocina, Ryo y Kai con una cara completamente confundida se miraron el uno al otro.

–Será mejor hacerle caso. –opinó Kai, Ryo miró a todas partes y notó que la gente los miraba, bajó la mirada al suelo y caminó hacia la puerta.

No más de cinco minutos después Sanji salió a la terraza alrededor del restaurant, Ryo y Kai se encontraban ahí esperando, con sus manos dentro de sus bolsillos se acercó a ellos, mostrando una actitud relajada.

–Ahora sí, explíquense, ¿de dónde vienen? –Ryo y Kai lo miraron, el mayor frunció el ceño.

– ¿Dónde está ella? –preguntó Ryo a la defensiva, Sanji se recargó en la baranda del barco y sacó de su bolsillo una cajetilla de cigarros. –Escucha, no me vas a prohibir ver a mi hermana, tú no...

–Respondan, en la situación en la que se encuentran yo llevo una clara ventaja, no les conviene oponerse. –Ryo chasqueó la lengua molesto, notando que tenía razón; Sanji sacó un cigarrillo y lo encendió comenzando a fumar.

–Venimos de una isla un poco alejada de aquí...

– ¿Cómo se llama la isla? –preguntó Sanji de pronto interrumpiéndolo, Ryo apretó la quijada.

–Orenji. –Sanji asintió dejándole continuar. –Ella y yo somos originarios de ahí, este chico es amigo nuestro de toda la vida. –señaló a Kai. –Para ir al punto, llevamos buscando a Yuu desde hace un año, ahora que la hemos encontrado no la dejaremos escapar de nuevo.

–Ya veo. –Sanji sacó el humo del cigarro y le dio una calada. – ¿Tus padres? –Ryo frunció el ceño.

–No tenemos. –sintiéndose en un interrogatorio apretó los puños. –Murieron hace mucho.

– ¿Cómo son las condiciones en la Isla Orenji? –Ryo miró a Kai, este evitó mirarlo volteando hacia otro lado.

–No son excelentes, lo admito. –Sanji asintió.

–Yuu estaba exageradamente delgada cuando la encontramos, tenía heridas y aún tiene cicatrices profundas. –Ryo tragó y se recargó en la baranda del barco mirando al mar. – ¿Cuál era su situación exactamente?

–Bien, sí, nuestras condiciones son pésimas, nada comparado a la vida que ha de llevar en un lugar como este, pero...

– ¿Quieres llevarla de regreso a esa vida de mierda? –sintiéndose acorralado Ryo bajó la mirada impotente.

– ¡Eso no te incumbe a ti! –exclamó molesto.

–A-A lo que se refiere es...bueno, Yuu es muy importante para nosotros, llevamos tanto tiempo buscándola y ahora que la tenemos aquí, es difícil, ¿sabes? –Sanji miró a Kai a los ojos. – ¿Has perdido a alguien importante para ti? Queremos lo mejor para ella, pero...

–Lo mejor que ella puede tener no se encuentra en su isla natal, no sé mucho sobre ustedes pero sí lo suficiente. –Kai tragó en seco y dio un paso al frente.

–No entiendes lo serio que es esto. –Ryo tomó del hombro a Kai y lo hizo retroceder.

–No tenemos que explicarle nada más, tú no tienes el control sobre ella, así que exigimos verla para hablar con ella de frente. –Sanji miró fijamente a Ryo.

–Ella no los recuerda, no sabe que existen. –soltó fríamente. –No podrán convencerla tan fácil. –tiró el cigarrillo al mar aún cuando este se encontraba a la mitad. –Creí que lo habían notado ya, ella tiene una nueva vida ahora, ¿qué clase de personas serían ustedes si intentan arrebatarle todo lo que ha logrado?

– ¿Por qué insistes en hacernos ver como los malos? ¿Qué estamos haciendo mal? Sólo quiero a mi hermana de vuelta. –su voz se quebró en la última frase, Sanji evitó la mirada dolida del chico.

– ¿Qué están haciendo mal? Están siendo egoístas.

–Tú también lo eres. –la voz de Kai quedó retumbando en los oídos de Sanji, volvió a meter sus manos dentro de sus bolsillos ya que estas comenzaban a temblar. –Ella es lo suficientemente capaz de tomar una decisión, déjanos hablar con ella.

–Solo la estoy protegiendo del dolor que puede causarle su pasado. –más que para Ryo o Kai, Sanji trataba de convencerse a sí mismo de que lo que hacía era lo correcto.

–Por favor, sólo danos unos minutos. –volvió a pedir Kai. –Y prometemos que...si ella no quiere saber nada de nosotros, la dejaremos en paz. –Ryo iba a reclamar pero Kai le dio la espalda totalmente. –Ni tú, ni yo, nadie intervendrá en su decisión, dejemos que ella elija su futuro.

–Ella... –Sanji se quedó callado al darse cuenta de que no tenía más qué decir.

–Así las cosas serán justas, ninguno de nosotros seremos los malos, actuemos con madurez, no hablamos de un juguete o de un tesoro, hablamos de una persona importante para mí, para ti y para su hermano también.

–Kai... –susurró Ryo sorprendido al verlo actuar de esa manera.

–Sabemos que quieres protegerla, pero somos los que menos daño queremos causarle. –Sanji se mordió el labio inferior evitando dar la cara a ambos chicos.

–Entiendo. –dándose completamente la vuelta Sanji les dio la espalda. –Pero antes de que hablen con ella quisiera saber algo primero.

– ¿Qué quieres saber? –Sanji pensó durante dos segundos.

–Solo un par de cosas, primero: ¿quién de ustedes le dio el collar? –Kai miró a Ryo, este con una sola mirada le dio a entender a Sanji la respuesta. –Segundo: ¿cuál es el significado que tiene?

–Eso no... –cuando Ryo iba a responderle de mala manera Kai lo detuvo, aspiró suficiente aire tratando de calmarse y habló. –Por siempre, Yuu. Significa que estaríamos juntos, que nos apoyaríamos, no nos dejaríamos atrás por nadie. –se dio la vuelta mirando al mar de nuevo. –Rompí esa promesa al dejarla caer al mar aquella vez.

–No fue tu culpa. –animó Kai, Ryo cerró sus ojos con impotencia.

–Si hubiera ido tras ella...

–Entonces habrías muerto. –duramente, Kai volvió a hablar. –Fue cosa de suerte que Yuu sobreviviera al incidente de hace un año, no podemos asegurar que tú lo hubieras logrado también.

– ¿Qué ocurrió en ese incidente? –preguntó Sanji haciéndose notar de nuevo, esta vez con una mirada de curiosidad.

–El barco en el que viajábamos explotó, Yuu cayó al mar pero no pudimos rescatarla, era ella o todos nosotros. –informó Kai.

–Sé lo que estás pensando, tú en nuestro lugar no la habrías abandonado. –Sanji no respondió ante eso. –Yo tampoco lo habría hecho, pero no sólo se trataba de mí, niños inocentes estaban a nuestro cuidado. –Kai se cruzó de brazos y negó con la cabeza.

–Tomamos la decisión correcta esa vez, no lo dudes. –Ryo le sonrió de cierta manera entristecido. –En fin, ¿cuándo podremos verla? –Sanji suspiró.

–Yo tendré que estar presente con ustedes. –tras esa condición se dio la vuelta. –Esperen a que el restaurant cierre, traeré a tu hermana para que puedan hablar con ella. –Kai miró a Ryo enarcando una ceja.

– ¿Por qué debemos esperar a que cierren?

–Ella trabaja. –se excusó, aunque no tenía mucho que ver con el tema ellos aceptaron.

–Confiaremos en que no harás nada que te favorezca. –Sanji asintió y entró de nuevo.

– ¿Crees que ella nos acepte? –Ryo se cruzó de brazos y se sentó en el suelo.

–Posiblemente, tenemos pruebas y todo, el problema será cómo reaccionará al saber lo que ocurre en el Reino. –Kai tragó saliva pesadamente y tomó asiento a un lado de Ryo.

–No sería lindo enterarse de todo tan repentinamente. –admitió. –Pero, Yuu es fuerte, aceptará la realidad, ¿no? –Ryo no respondió. – ¿Ryo?

–No pienses en esta chica como la Yuu que conocemos de toda la vida, nuestra Yuu no aceptaría trabajar en un lugar como este, sin embargo, a esta chica parece gustarle. Son opuestas en todos los sentidos.

–Bueno, eso es cierto. –bajó la mirada entristecido. –Pero, si aún queda algo de la verdadera Yuu en ella, será más sencillo, ya viste lo que ocurrió con el Haki, su esencia sigue en ella. –aún con esperanzas sonrió, Ryo volvió a quedarse callado. – ¿Qué ocurre?

–Aún pienso en lo que dijo el rubio. –el recuerdo vino a su mente.

¿Quieres llevarla de regreso a esa vida de mierda?

–N-No la estamos obligando. –con la voz apagada Kai intentó convencerlo. –Si ella prefiere dejar todo atrás y continuar su vida aquí la dejaremos, aceptaremos el castigo que Sell-sama nos ponga, lo haremos por ella. –Ryo sonrió de lado, le soltó un pequeño golpe en la cabeza a Kai.

–Algunas veces eres muy sabio, otras veces no sé si demasiado positivo o demasiado idiota. –rió sin ganas. –La verdad no me importa cuál sea su decisión al final, sé que se encuentra bien y con eso basta. –Kai miró al suelo.

–Yo sólo sé que...con solo abrazarla una vez más me sentiré feliz.

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