ocho | collar

ocho | collar

Semanas después.

–He tenido este tipo de pesadillas desde hace una semana, siempre terminan en el mismo punto, el sonido es ensordecedor, las imágenes no logro distinguirlas con claridad, es como si estuviera estratégicamente planeado para dejarme en suspenso.

– ¡Mamá! –se escuchaba la voz de un infante a lo lejos.

– ¡Yuu! –su cabeza comenzaba a retumbar de tanto ruido en el lugar. – ¡Apresúrate, haz algo!

–Y-Yo...

–Yuu-san. –la voz de la doctora la hizo volver a la realidad. – ¿Qué ocurre en esas pesadillas?

–Bueno, escucho la voz de un niño, luego muchas personas gritando, mi nombre se menciona junto a alientos para que me apresure, pero no sé para qué. –negó. –Todo termina justo cuando despierto, siempre en el mismo momento.

– ¿Cómo termina el sueño? –Yuu bajó la mirada.

–Con un ruido muy fuerte, parecido al de una explosión.

La doctora asintió mientras terminaba de escribir lo que ella relataba, Yuu había tenido pesadillas recurrentes durante la última semana, terminó por contarle todo a la doctora temiendo que pudiera afectarle.

Lo que es casi seguro es que esas pesadillas podrían estar relacionadas con el pasado de Yuu, su subconsciente comenzaba a revivir ciertos momentos que la marcaron, esto según la doctora.

–Bien, Yuu-san. –se quitó los lentes y los colocó sobre su cabeza. –No soy psicóloga o algo parecido pero de acuerdo a lo que me cuentas podría ser eso, pistas de tu pasado. A este paso pronto podrás revivir todo lo ocurrido, podrás volver a tu anterior vida. –sonrió.

–Etto... –se giró a mirar a Sanji, quien estaba sentado al otro extremo de la cama con los brazos cruzados y los ojos cerrados, simplemente escuchando todo.

Yuu y Sanji habían desarrollado una muy buena amistad, al ser de la edad congeniaban bien y eso todos lo notaban, él estaba enterado de los sueños de Yuu y de hecho fue él quien le aconsejó que se lo contara a la doctora.

Yuu sabía que a Sanji no le agradaba mucho la idea del pasado de Yuu, para él lo único que existía era el presente, no le importaba el pasado en lo absoluto.

– ¿Qué ocurre? –preguntó la doctora.

–N-No estoy muy segura de querer saber mi pasado. –admitió sigilosamente, Sanji abrió un ojo y la miró, claro, el único ojo cuyo el cabello no le cubría.

– ¿Y eso? ¿Por qué?

–Bueno... –suspiró. –Todas esas pesadillas no revelan nada bueno. –Sanji negó con la cabeza. –He estado pensando en esto durante las últimas semanas, ¿y si yo no era una buena persona? No quiero volver a lo que hacía antes si eso era algo malo, además, Sanji-kun...

–No asegures nada aún cuando no tienes las suficientes pistas. –aclaró Sanji. –La doctora lo dijo, esas pesadillas revelan cosas que te impactaron, lo que más te marcó, así que puede que lo que más te marcara fuera eso, un recuerdo malo. –Yuu miraba a Sanji sorprendida, sabía que Sanji tenía su lado sabio pero no muy comúnmente lo hacía notar. –Tal vez no eras una mala persona, solo tienes malos recuerdos.

–Sanji-san tiene razón, concéntrate en eso y trata de recordar aún más. –apoyó la doctora.

***

– ¿Por qué tu ceja es rizada? –preguntó ella con media sonrisa, Sanji se encogió en hombros.

–Siempre ha sido así.

– ¿Alguno de tus padres la tiene así también? –Sanji se quedó callado ante esa pregunta. –L-Lo siento, no quería entrometerme. –agitó las manos nerviosamente.

–No hay problema, solo no vuelvas a preguntar sobre mi familia. –ella asintió evitando su mirada.

El silencio reinó entre ambos, que por cierto se encontraban comiendo en su descanso, Yuu continuó comiendo sin mirar a Sanji ya que se sentía mal por hacerle tal pregunta, Sanji era bastante sensible con esos temas.

–Sabes. –habló Sanji algo incómodo, creyó haber sido algo grosero así que quería remediarlo. –Cuando era más joven leí un libro sobre las Akuma no mi.

– ¿Akuma no mi? –preguntó extrañada, Sanji se sorprendió de que ni siquiera sabía que eso existía.

–Son un mito, posiblemente hayas escuchado hablar de ellas anteriormente, se dice que tienen un pésimo sabor y que cualquier persona que las come adquiere un poder.

– ¿Enserio? –preguntó interesada dejando su comida a un lado, Sanji sonrió al ver cómo se le iluminaba la mirada.

–Sí, hay desde una fruta que te convierte en un hombre de goma, hasta una que te da la oportunidad de revivir. –Yuu abrió la boca sorprendida.

– ¿De verdad existe eso?

–Bueno, como ya te dije son un mito, pero estoy seguro de que existen. –Yuu asintió enérgicamente.

–Sería increíble adquirir uno de esos poderes. –habló con cara de soñadora.

–Sí, pero tienen una desventaja. –ella frunció el ceño. –Quien las come no puede volver a nadar.

– ¿Nunca más? –él negó. – ¿Y si caen al mar?

–Pues se mueren. –su expresión cambió a una sorprendida. –Son como martillos, no pueden nadar así que sus mayor enemigo es el agua.

–Que mal. –hizo una mueca.

–El viejo Zeff me contó eso una vez, dijo que en el Grand Line es donde más se encuentran estas frutas, y que encuentras todo tipo de cosas por allá.

– ¿Grand Line?

– ¿Enserio no sabes nada? –ella negó.

–Me suena un poco el nombre pero no puedo recordar qué es.

Durante los últimos diez minutos de descanso Sanji se la pasó contándole a Yuu todo lo que sabía referente al mundo en el mar, parte de la vida de Zeff que conocía por historias contadas, aunque no pudo ir más a fondo ya que la hora de trabajar volvió.

–Algún día... –habló Sanji levantando su bandeja y la de ella con todos los platos sucios. –...te contaré mi pasado, el por qué tengo la ceja rizada, cómo fue que llegué aquí, todo. –ella sonrió en grande. –Sólo si tú me cuentas lo que ha pasado contigo.

–Pero yo no...

–Sé que no lo recuerdas, pero cuando lo hagas... –dejó la frase incompleta, pero con eso bastó para que ella lo entendiera.

Ambos caminaron hasta la cocina donde Sanji se dedicó a lavar los platos que ambos utilizaron y ella tras ponerse su delantal bajó a seguir tomando órdenes de los clientes.

***

– ¿Por qué no, Sanji-kun? –el nombrado volvió a negar con la cabeza.

–Porque no.

–Esa no es una respuesta. –murmuró ella molesta. –Vamos, no creo que se vea tan mal. –Sanji volvió a negar.

–No me importa.

–Algunas veces eres muy amargado. –se abrazó a sus rodillas y volteó a mirar el cielo.

–Algunas veces eres muy infantil. –contraatacó.

– ¿Ah, sí? Algunas veces logras aburrirme con tu silencio.

–Si tú no hablas, ¿por qué debería hacerlo yo? –Yuu abrió la boca indignada, aunque era cierto, no podía quejarse del silencio de Sanji cuando ella era igual. – ¿Te has quedado sin argumentos? –sonrió de lado.

–Logras molestarme en serio. –evitó su mirada volviendo a ver el cielo nocturno.

–Pareces una niña. –rió él revolviéndole el cabello, ella rió también.

–Sanji-kun. –el rubio no contestó pero ella sabía que la escuchaba. – ¿Algún día me mostrarás tu rostro sin el flequillo? –preguntó esperanzada, Sanji suspiró y se tiró de espaldas al piso.

–Algún día. –ella sonrió orgullosa. –Pero si gustas esperar podrías ponerte cómoda hasta entonces.

–Muy gracioso. –se quejó ella, se recostó al lado de Sanji dejando sus manos sobre su estómago. –Sabes, lo que más me ha gustado de esta nueva vida fue conocerte.

– ¿Por qué lo dices? –preguntó él luego de unos segundos de silencio.

–Porque me enseñaste este lugar. –sonrió.

–Así que lo mejor no fue conocerme a mí, si no a este lugar. –bromeó, ella rió y asintió. –Es increíble que ha pasado ya más dos meses desde que estás aquí, las cosas cambiaron bastante desde entonces.

– ¿De qué manera? –frunció ligeramente el ceño.

–Bueno, eres más soportable que todos los idiotas de aquí. –ella se debatió mentalmente en si eso contaba como un cumplido.

– ¿Gracias?

–Por nada. –Sanji cerró los ojos con media sonrisa mientras colocaba sus manos debajo de su cabeza.

–Sanji-kun. –volvió a hablar ella, Sanji sin abrir los ojos le respondió. – ¿Cuál fue tu primera impresión de mí?

–Te odié.

–Qué directo. –rió.

–No lo admitía pero estaba celoso, en este lugar yo lo tenía todo y luego llegaste tú a robarme mis cosas.

–Lo tuyo no eran celos. –habló ella en voz baja, Sanji abrió los ojos con una expresión seria.

– ¿Cómo fue que...? –ella le interrumpió.

–Las cosas no te importaban en realidad, tú solo...desconfiabas de mí. –Sanji no respondió. –No te culpo, cualquiera lo haría luego de ver...

–No hay razones para desconfiar de ti. –ella se quedó callada. –Sí, lo admito, estaba totalmente en contra de que te quedaras aquí porque creí que nos darías problemas, tu apariencia me hizo pensar cosas que no eran, pero...nada de lo que creía es así.

–Sanji-kun...

–Eres una buena persona, no le harías daño a nadie, de eso estoy seguro ahora. –Yuu tragó en seco mientras trataba de borrar su enorme sonrisa de su rostro.

–Gracias. –Sanji no respondió esta vez.

–Ahora me toca preguntarte a ti. –habló él luego de un rato. – ¿Qué piensas sobre lo que dijo la doctora Mary esta mañana? Acerca de tus pesadillas y la posible relación que tienen con tu pasado.

–Realmente no estoy segura, trato de pensar como tú me dices, un mal recuerdo no significa un mal pasado, supongo que pasé por cosas difíciles, nada más. –Sanji asintió aunque sabía que no lo veía.

– ¿Estás interesada en descubrir más...o esperarás a recordarlo por ti misma?

–En realidad, no quiero recordarlo. –Sanji frunció el ceño. –No porque no quiera volver a mi antigua vida, simplemente...estoy feliz viviendo aquí. –sonrió.

– ¿Y si tienes padres? –la sonrisa de Yuu se borró al instante. – ¿Amigos, familia? ¿No crees que ellos pueden estar preocupados por ti ahora?

–Eso no...lo había pensado. –susurró desanimada.

–Lamento decirlo así, pero ha como van las cosas no puedes quedarte aquí por siempre, tienes una vida que seguir. –Yuu asintió sin quitar su expresión.

– ¿Quieres que me vaya? –Sanji guardó silencio durante un par de segundos.

–No, pero eso no depende de mí. –admitió.

– ¿De quién depende entonces?

–De quien esté a cargo de ti. Tus padres, tutores, quien sea que cuidara de ti.

– ¿Y si ellos están muertos? –Sanji se sorprendió ante esa pregunta, aún así la dejó continuar. –Cuando me salvaste provenía de un barco que supuestamente naufragó, este quedó destruido, ¿no es así?

–Sobreviviste...

– ¿Quién asegura que no fui la única? –esta vez, el rubio no pudo responderle. –Mis padres, mi familia, mis amigos, toda persona cercana a mí podrían estar muertos, y yo no puedo recordarlos. Tan solo espero recordar pronto para evitar todo este drama, y una vez que recuerde, arreglaré todos estos asuntos pendientes.

–La única forma en que puedes recordar algo es por medio de tus sueños, ¿me equivoco? –ella negó. –Entonces no depende tanto de ti sino de tu subconsciente.

–Tienes razón. –hizo una mueca sin despegar su mirada del cielo, tamborileó sus dedos sobre su estómago, aunque estos se detuvieron un momento después mientras la mente de Yuu recordaba algo importante. –Sanji-kun.

– ¿Qué ocurre? –cuestionó él girando su cabeza hacia ella.

–La última vez que caí enferma recordé algo entre sueños. –tomó aire. – ¿Cuando llegué aquí llevaba conmigo algo valioso? ¿Un collar con una frase? Para ser más específica. –Sanji dejó de respirar durante un momento, giró su vista hacia el cielo de nuevo. –Creo que si logro tener ese objeto en mis manos aunque sea por un segundo, tal vez pueda recordar algo, algo verdaderamente importante.

Sanji guardó silencio, un pequeño grillo hacía sonidos de fondo mientras Yuu hablaba, una vez que se calló esperando la respuesta de Sanji este volvió en sí.

– ¿Lo has visto, Sanji-kun? –Sanji cerró los ojos y relajó su expresión y músculos tensos.

–No.

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