nueve | al fin

nueve | al fin

La puerta de la habitación sonó con dos toques, la peli-azul se removió en la cama creyendo que se trataba de algún sueño, pero cuando estos aumentaron de volumen frunció el ceño y abrió los ojos, se quitó la sábana dejándola a un lado y se levantó.

Luego de algunas semanas durmiendo por fin en su propia habitación, todo parecía ir bien, claro, los sueños extraños sobre su pasado seguían ahí, cosa que le impedía dormir algunas noches, esta era una de ellas.

Dio algunos pasos hasta llegar a la puerta y la abrió sin más, Sanji estaba de pie ahí, aún traía su ropa usual y no el piyama como debería por las horas en las que se encontraban. Miró a Yuu con una mirada expresando disculpas y entró a la habitación.

–Perdón por venir tan tarde. –habló él.

– ¿Qué ocurre? –Sanji suspiró.

–Hablé con el viejo. –Yuu adoptó una expresión sorprendida.

– ¿A estas horas?

–Fue difícil despertarlo pero era necesario, necesitaba consejos. –sintiéndose humillado por haberle pedido consejos a un viejo, Sanji evitó su mirada.

– ¿Sobre...? –Sanji hizo una mueca y se sentó en el borde de la cama, Yuu se sentó a su lado mientras él comenzaba a platicar.

El día anterior.

– ¿Por qué lo estás ocultando? –preguntó Zeff cruzado de brazos.

–No lo estoy ocultando, me olvidé de dárselo aquella vez. –se excusó Sanji.

– ¿Y por qué no se lo das ahora? –Sanji iba a contestar pero se quedó callado. –Cada día que pasa estás más extraño, mocoso.

–Ese no es el punto. –gruñó.

– ¿Entonces?

–Quiero que me digas todo lo que sabes de ella. –Zeff no contestó. –Sé que la doctora y tú ocultan cosas sobre ella y necesito saberlas.

– ¿Con qué objetivo?

–Ayudarla. –su mirada se ensombreció. –Ella quiere saber de su pasado y quiero ayudarla, para eso necesito saber todo. –Zeff se quedó callado unos segundos, luego suspiró.

–No hay mucho que pueda servirte. –Sanji asintió y se enderezó en la silla donde estaba sentado. –El tatuaje que tiene en la muñeca podría ser un punto clave en todo esto, no sabemos qué pueda significar, dos líneas sin ningún patrón cruzando su muñeca no son de ayuda. Pero en general podrían explicarlo todo, las cicatrices y marcas en su cuerpo, la condición que tenía al llegar aquí, la relación que tiene con el barco que naufragó.

– ¿Crees que ese tatuaje y el collar tengan relación? –Zeff se encogió en hombros.

–Puede ser, aunque no le encuentro mucho sentido. –Sanji bajó la mirada a sus manos que se encontraban hechas puño y asintió.

– ¿Qué más?

–Ha dicho varias veces cosas entre sueños que podrían significar algo también, lo más importante son los nombres de tres personas.

– ¿Tres personas? –Zeff asintió.

–Hikari, Ryo y Kai. –Sanji asintió recordando que al menos una vez la escuchó decir esos nombres. –Eso es lo que tenemos hasta ahora.

–Bien, si descubro algo más te lo haré saber. –se levantó y caminó hacia la puerta.

–Espera, Sanji. –el rubio se sorprendió al escuchar que lo llamaba por su nombre. – ¿Por qué tanto interés en ella? –Sanji presionó los labios y negó.

–Ni yo lo sé.

– ¿Acaso no la odiabas? –el ceja-rizada giró su cabeza para alcanzar a ver a Zeff de reojo, sonrió de lado y respondió.

–Es imposible odiar a alguien tan encantadora como ella.

Esa noche.

–Entonces el niño levantó la cuchara y esta logró darme en la frente. –Sanji rió bajo. –No te rías, casi me saca un ojo.

–Sería genial verte con un parche en el ojo. –Yuu infló los cachetes y negó.

–Siempre me he preguntado eso, ¿cómo puedes andar por la vida solo utilizando un ojo? ¿No te molesta el cabello en la cara? –Sanji negó y miró al cielo.

–Para mí es normal. –se encogió en hombros.

Yuu cruzó las piernas y miró al cielo también, como era costumbre ambos se encontraban en el techo del Baratie observando las estrellas del cielo nocturno, contando cosas triviales que ocurrieron durante el día.

Sanji trataba de no pensar en lo que había hablado con Zeff hace unas horas, ya que eso lograba molestarle, ¿por qué? Pues porque el no tener respuestas lo estresaba.

Quería más que nunca en el mundo algo, respuestas, todo referente a Yuu lo tenía pensando y dando vueltas al asunto. Quería descubrir todo sobre su pasado para –según él– ayudarla.

Pero ¿cuál era la realidad? Sanji quería saber todo sobre Yuu, para así alejarla de aquello.

– ¿Qué tanto piensas? –preguntó ella mirando a Sanji, el rubio se encogió en hombros.

–Nada importante. –ella no se rindió y le soportó la mirada un rato más, Sanji terminó por hablar. –Pensaba en ti.

– ¿E-Eh? –reaccionó de manera sorprendida, adoptó un ligero sonrojo a la vez que Sanji reía un poco.

–En realidad, es normal, tú abarcas gran parte de mis pensamientos últimamente. –volvió a hablar provocando que se pusiera nerviosa.

–N-No seas ridículo, ni que fuera para tanto. –negó, Sanji la despeinó.

– ¿Has vuelto a tener sueños sobre eso? –ella adoptó una expresión un poco más tensa y bajó la mirada.

–No paran. –negó de nuevo. –Es estresante, siempre llegan hasta el mismo punto, no puedo recordar nada de lo que pasó antes o después de eso. –Sanji asintió. –El llanto de ese niño me tiene atormentada. –abrazó sus rodillas.

–Si no quieres dormir sola puedes venir a dormir conmigo, mi cama no es tan pequeña y... –Yuu soltó un golpe en su hombro.

– ¡Claro que no! –Sanji carcajeó.

–Solo bromeo, yo jamás dormiría con una chica así porque sí. –Yuu se calmó y abrazó sus rodillas de nuevo.

–La noche anterior me contaste sobre Zeff-san, él era un pirata, ¿no? –Sanji asintió. – ¿Qué se sentirá ser pirata, Sanji-kun?

–No lo sé.

–Hablé con Zeff-san sobre eso. –Sanji la miró. – "Los piratas son las personas más libres del mundo, luchan a muerte por sus ideales, siempre siguiendo su propia ambición", fue lo que dijo. –cerró sus ojos con una gran sonrisa. –Sería increíble ser pirata.

– ¿Te gustan los piratas? –ella rió un poco.

–Ser libre y pelear por tus ambiciones, por supuesto que sí.

–Bueno, tú eres libre, puedes pelear por tus ambiciones sin necesidad de ser pirata. –ella lo miró durante un segundo e hizo una mueca. –Los piratas son buscados por la marina, y son temidos por todo el mundo, no creo que alguien tan débil como tú pueda llegar a serlo. –la mirada de decepción de Yuu lo expresó todo.

–Supongo que en parte tienes razón. –Sanji se quedó observándola un poco más para ver cómo reaccionaba. –Pero, ¿sabes qué? Por mis sueños haría cualquier cosa, así que débil o no, nadie me parará para cumplir mi sueño. –Sanji sonrió.

– ¿Y cuál es ese sueño?

–El Grand Line. –Sanji se sorprendió ante eso. –Una vez me hablaste sobre él, es el océano más grande y basto del mundo. Quiero ir al Grand Line, ya sea como pirata o no, pero lo visitaré alguna vez.

–Estás loca, ese lugar es peligroso, se conoce como el cementerio de piratas.

–Lo sé, pero no importa qué tan peligroso sea. –sonrió con orgullo. –Siento como si apenas estuviera conociendo el mundo, tal vez ya lo he visitado anteriormente, pero lo haré, recorreré todo el Grand Line y tendré el orgullo de decir que he sobrevivido a él. –Sanji se quedó mudo, razonó las cosas y luego se puso a reír cambiando la expresión emocionada de Yuu por una molesta.

–Enserio te has vuelto loca. –le revolvió el cabello, Yuu frunció el ceño.

– ¿De qué te ríes? –él negó.

–Pareces una niña pequeña. Esa es una gran ambición, un sueño loco, pero tranquila...los sueños locos son los mejores. –sonrió.

– ¿Tú tienes un sueño, Sanji-kun? –él adoptó una expresión más seria.

–Sí, lo tengo y es igual de loco que el tuyo. –a Yuu se le iluminó el rostro. –Hay un océano que se dice es el más variado y raro del mundo, su nombre es All Blue, dicen que hay todo tipo de especies y plantas ahí y que es donde los cuatro océanos y el Grand Line se unen en uno solo...mi sueño es encontrar el All Blue.

– ¿Enserio existe? –preguntó emocionada, Sanji se encogió en hombros.

–No lo sé, pero eso es lo divertido y loco de él, buscar algo que ni siquiera se sabe si es verdad. –negó con la cabeza. –El viejo tiene el mismo sueño que yo, pero no se lo digas, que me golpeará. –Yuu asintió e hizo una seña de cerrar la boca.

–Nada saldrá de mi boca. –Sanji sonrió.

–Enserio pareces una niña pequeña escuchando las historias que le cuenta su abuelo.

–No soy una niña pequeña, tenemos la misma edad. –contradijo ella, Sanji levantó las cejas cuestionándola. –Agh...algunas veces eres muy molesto, Ryo...

Ambos guardaron silencio luego de eso, Yuu se cubrió la boca inmediatamente y pidió disculpas por confundirle, Sanji simplemente negó sin entender el por qué. Yuu le pidió que lo olvidara, excusándose diciendo que había sido un fallo de su cerebro y memoria.

Continuando al tiempo de la historia.

–Es un tema algo...complicado. –comenzó él.

– ¿Es algún problema? –él negó.

–No es referente al trabajo, ni nada de eso, es algo más...personal. –Yuu asintió frunciendo ligeramente el ceño. –Desde que vivo y trabajo aquí, el jefe ha sido mi tutor, se ha encargado de mí en vez de dejarme a mi suerte como mucha gente lo haría.

– ¿Qué ocurrió entre ustedes?

–Se supone que esto no se lo contaríamos a nadie ya que es algo muy, muy personal, pero a lo largo de estos meses he tomado la suficiente confianza contigo. –ella asintió. –Cuando era más joven estuve de aprendiz de cocinero en un barco, en ese entonces el viejo volvía del Grand Line y decidió atacar el barco donde yo me encontraba, las cosas resultaron mal por una tormenta y terminé cayendo al mar.

Sanji continuó contándole a Yuu todo el pasado que tenía relacionado con Zeff, esta ponía rostros y expresiones de sorpresa o de tristeza en cada oración. Sanji terminó de relatar dejando a Yuu con la boca abierta.

–Etto...nunca lo hubiera imaginado. –admitió. –Tú y Zeff-san sufrieron mucho, y-yo...no sé qué decir.

–No es necesario, pasó hace mucho tiempo. –puso ambas manos apoyadas en la cama descansando un poco.

–Aún así, supongo que por eso ambos son como son, fue algo que debió haber marcado a cualquiera, y más si eras un niño. –acarició con delicadeza el cabello largo de la nuca de Sanji, erizándole la piel. –Ahora tengo más de una razón para admirarlos aún más. –sonrió.

–Bueno...

–Muchas gracias por confiar en mí, Sanji-kun, pero ¿Por qué decidiste contarme justo ahora? –cuestionó extrañada.

–Justo a eso iba...el viejo no tuvo problema en que supieras todo esto, con una condición. –ella entrecerró los ojos.

– ¿Me pondrás una condición por esto, viejo? –preguntó Sanji extrañado. – ¿Qué es?

–Primero respóndeme una cosa. –Sanji se recargó en el respaldo de la silla esperando la pregunta de Zeff. –Nunca habías tenido una relación tan estrecha con ninguna chica, sino es que antes te hubieras relacionado con ellas de alguna manera fuera del trabajo, a la hora de servir.

–Al grano. –adelantó las cosas.

– ¿Sabes lo que es que te guste una persona? Tomándolo fuera de amistad y familiar.

– ¿Te refieres a algo como "atracción"? –Zeff asintió. –Claro que sé, es cuando dos personas sienten cosas la una por la otra, tampoco es como si viviera en una cueva.

–Lo sé, niño tonto, me refiero a las acciones que hacen esas personas.

–Bueno... –se quedó pensando un segundo. –Se tienen mucha confianza, pasan tiempo juntos, ríen, se divierten, pero también comparten cosas malas como secretos dolorosos o malos momentos...

– ¿Y todo eso ocurre porque sí?

–Por supuesto que no, siempre que están juntos sienten...como si probaran deliciosa comida luego de días sin comer. –Zeff sonrió.

–Me gusta como piensas, muchacho.

– ¿Eso es todo? –se enderezó en la silla.

–Parece que no lo captas, o tal vez no quieres aceptarlo. –negó. – ¿Acaso todo esto no te recuerda a algo...o alguien? –Sanji, extrañamente, evitó la mirada del viejo y se cruzó de brazos. –Eso me indica que sí.

–Cállate y dime cuál es la condición.

–Justo eso, mocoso. Haz lo que hasta ahora no has tenido el valor de hacer y demuéstrame cuánto confías en ella.

– ¿Cuál fue esa condición? –Sanji cerró los ojos durante un segundo con media sonrisa en su rostro.

–Es largo e innecesario de explicar, confórmate con esto.

Y sin más la tomó de la mejilla y se acercó a ella, plantando un beso sobre sus labios.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top