Cuarto

Mark corre a abrazar el cojín de su sala, ahí está Dejun tomando un café cuando alza sus perfectas y alineadas cejas mirando con curiosidad e interrogación a su mejor amigo.

— ¿Todo bien? — Toma un sorbo de su café que acompaña con galletas oreo de menta con chocolate. Mark finge sonreír para que no se arruine su momento. Pero dentro de si se pregunta, porque su mejor amigo toma esa aberración y parece disfrutarla. — ¿Mark?

— Es que hubieras visto, Dejun. Creo que estoy avanzando con Yuta. Me habló bonito, dijo que miraba bien, me invitó a un día importante en su vida y me cocinó Takoyaki.

— ¡Woow! — Dejun se emociona, Mark no puede estar más feliz. — Felicidades ¿Qué es Takoyaki?

— ¡No sé! Pero sabía a pulpo y creo que harina.

Dejun comparte su felicidad. — Ya, eso no importa ahora, lo que importa es que debes de verte como el biscocho más apetecible para él mañana.

Asiente. Es su objetivo.

Mark es un tipo visual, él si o sí, se preocupa por su apariencia y aunque suene tosco, también se fija en la apariencia de los demás.

Su sueño es ligero pero piensa y duerme con el rostro del japonés en su mente. Es increíble como se siente hacia Yuta, le gusta, simplemente le gusta. Ver el avance en su pequeñas interacciones le hace sentir a su pequeño corazón que Yuta está empezando a aceptarlo.

Mark realmente tiene una larga y gran ilusión de llevar eso a otro nível.

Al despertar Dejun ya está ahí con él, la "cita" no es hasta las once del día, tienen tiempo para arreglarse.

Mark ríe junto con su amigo.

— No tienes que verte tan bien, eso es mañana, pero tienes que lucir mejor que ayer. Iras a una exposición de arte, creo que va con tu estilo.

Lee sonríe cuando su mejor amigo pone un espejo frente a él. — Eres el mejor.

Mark termina sintiéndose un papucho de pies a cabeza y eso que es ropa de su armario. Unos jeans simples y una chaqueta café, no es la misma de ayer, está pega a un color más anaranjado sin llegar a ser asquerosamente llamativa. Dejun peina su cabello de manera simple y le prohíbe usar algún tipo de gorra. Argumentando un montón de cosas que no entendió.

— ¿Pasará por tí?

— En realidad no, le dije que llegaría por mi propia cuenta, él tiene que estar más temprano para ver cosas con su profesor. ¿Iras conmigo?

Tiene que sonreír para intentar lograr convencer a su amigo. No sé había percatado de lo nervioso que se pondría si iba solo y terminaba perdido. Dejun pareció pensarlo un poco pero terminó asintiendo.

— Hay que desayunar y de ahí me iré a cambiar. No olvides tomar un paraguas, parece que va a llover.

— Te amo.

Ayuda a Dejun a arreglarse , su amigo es demasiado atractivo, todo le queda bien, su porte es elegante que parece el una pieza de arte.

— ¿No es esto una trampa? Quizá todo es un juego y tú también quieras venderme con Nakamoto.
Mark ríe por lo bajo regresando a su amigo para darle una directa y sería mirada. — Ok, no es una trampa.

— Solo quería que me acompañaras. — Responde con una sonrisa.
Los dos caminan por el lugar conociendo cada parte de ahí por primera vez. Envía un mensaje a Yuta y este le responde con el piso exacto. — Aparte, quizá puedas encontrar a alguien por aquí.

Dejun niega con su cabeza mientras se cruza de ambos brazos. — No está en mi planes conocer a alguien, de hecho.

Su camino es tranquilo, ya están en el piso, puede escuchar voces juntas de varias personas, Dejun sigue negando. — Es decir, no hay personas que cumplan con mis expectativas hoy en día. Aparte...

— ¡Mark!

Mark deja atrás el ruido exterior y se concentra en la voz que lo llama a lo lejos, es el. Mark se sorprende un poco de verlo con ropas más formales, esos jeans de mezclilla con esa playera negra, lo hace ver sutil pero elegante. Mark siente las mariposas picarle las entrañas otra vez, quizá sean abejas, siente demasiado los aguijones picando por el interior de su estómago.

— Yuta. — Lee sonríe en grande cortando la distancia entre el japonés y él. No sabe que hacer, no sabe que más decir y no importa. No importa cuando al estar frente a él , Yuta lo toma por completo entre sus brazos.

Están cálido y se siente tan bien, solo se deja sorprender por unos segundos, casi nada, no cuando él también toma a Yuta entre sus brazos. Abrazar a Yuta es una nueva experiencia que sin duda quiere volver a sentir muchas veces más en su vida. Yuta transmite calidad, una frescura inexplicable que no tiene idea si es algún perfume, su espuma corporal o simple hecho de que es Yuta abrazando a Mark.

— Gracias por estar aquí, es un día muy importante para mí... — Asiente y por alguna razón ahora es el quien lo abraza, quiere darle esa seguridad, esa confianza. — ¿Xiaojun vino contigo?

— Sí, espero no te moleste, no quería llegar solo.

— No te preocupes.

— Yuta, prepárate para el primer tiempo.

Otro chico aparte llega junto con ellos, puede verlo recargarse del hombro de Yuta lo cual le provoca cierto desagrado en su mirada.

— Voy, mira él es Mark, Mark el es mi compañero Kun, se había ido a china pero recibió una beca y regresará a clases, está aquí siendo casi tan bueno como yo.

— Ya quisieras.
Contesta el tal Kun, Mark solo se queda callado, pero da una pequeña venía a modo de saludo. Quizá se vea raro haciendo eso en Estados Unidos sin ninguna característica asiática.

— Él es mi mejor amigo Dejun.

Sintió que miraba camara lenta la peor de sus decisiones, cuando Dejun y Kun conectaron miradas, fue como el click, quizá eso de almas gemelas perdidas por el tiempo, ni siquiera tuvo que explicar que ambos eran chinos los dos hicieron un típico saludo del país dando grandes sonrisas sin poder ver a otro lado que no sean sus rostros.

Jodidamente Mark conocía a su mejor amigo, sabía que ese ya había caído rendido aunque hace tan solo unos minutos decía lo contrario.

Ellos sonrieron, hablaron y no entendía una jodida que decían, solo los miraba sonreír con ese brillo único en sus ojos.

— ¿Les entiendes?

Yuta preguntó, no sabía que aún tenía las manos del nipón sobre sus hombros, volteó la cabeza estando peligrosamente cerca de su rostro pero tan solo negó con una sonrisa. — Ni un poco.

— Tengo que irme, creo que hay mini sandwiches y agua embotellada, me gustaría que me acompañes pero prefiero que me veas ser el mejor.

— Mucha suerte.

— Gracias Mark, Kun, vámonos.

El chino por fin deja a su amigo o viceversa, Mark ve a los dos irse y escucha a Dejun suspirar. — Creo que me enamoré.

Ni siquiera se le hace sorpresa escuchar a Dejun. No es que su amigo sea un tipo que salga con cualquiera o se enamore en todo momento.

Solo es el tipo que es su mejor amigo y lo conoce a la perfección.

— ¿Qué te dijo? Estuvieron hablando en chino.

Dejun muestra una gran sonrisa. — Solo hablos de dónde éramos, ya sabes, así, tuvimos cosas en común y me invitó a salir después. Oh claro, me dijo que lo apoyara. Dice que es mejor que Yuta. Aunque él no te presentó de ninguna manera, él miró su conexión.

Realmente Mark ya no podía estar más emocionado, se miraba asquerosamente ilusionado por cada pedazo de cosa que pasaba. Estaba ahí, para Yuta, porque el se lo pidió, le sudaban las manos sabiendo que el día de mañana estaría para él, solo para el solito.

Pasan minutos largos, horas dónde disfrutan de buenos tratos, Mark y Dejun observan por separado las obras. Puede verlo y darse cuenta que Yuta es realmente diferente, tan suelto, destaca demasiado su voz y su talento, hombres en trajes prestan atención a sus palabras. Le enorgullece escucharlo más de lo que debería, apenas llevan unos días conociéndose, apenas y sabe un poco sobre él, pero ahí está, sonriendo y aplaudiendo. Feliz de verlo que está logrando una fracción de su sueño.

— Ese chico... Se nota que lo hace porque le gusta y no por estar en busca de popularidad. Me agrada.

Escucha los balbuceos, las voces bajas que halagan a su chico, sip, se dará la confianza de llamarlo su chico.

— Seguro es de los que pintaban de pequeño.

— Míralos, un Chino y un Japonés, ambos compartiendo logros y siendo los mejores.

— Apuesto a que llegarán muy lejos.

Ojalá que sí.

Llegan a beber vino y toman los pequeños sandwiches que Yuta había dicho. El día es calmado, incluso llegan a compartir palabras con tipos que parecen ser de alta alcurnia.

— ¿Qué eres para el castaño? Si no es mucha molestia la pregunta, claro.

Mark toma un pequeño trago del vino, la pregunta la cala en todo su sistema. ¿A caso hay admiración en su mirada? ¿Es tan obvio? Tampoco quiere decir que está intentando tener algo con Yuta, que tal si el hombre es homofóbico. Puede que esté buscando la respuesta para rechazarlos. Cómo su padre que aceptó a Johnny pero no soportó que el también fuera homosexual y negó a ambos.

Así que se decide. No es mentira después de todo. — Somos amigos.

— Chico, él te mira de otra manera.

Mark se queda con esa información en su cabeza por horas, el evento a un tarda, ya es oscuro y nublado cuando es casi el final.

— Mark, ¿Puedes espérame aquí? Alguien se llevó unos de mis cuatros por accidente, iré por él.

Yuta ya comienza a caminar cuando sin dudarlo sigue su ritmo, Yuta ya está corriendo pero aún no llueve, quizá llueva en la noche, pero ahorita solo se concentra en ir tras Yuta, solo deja el paraguas en el suelo. Los relámpagos reinan la oscuridad de la cuidad.

— Era un tipo del staff, está vestido de playera negra y jeans.

— Busca por ese lado. Yo iré por aquí.

Los dos cortan sus caminos, puede ver a Yuta sonreír, le parece divertida la situación, Mark camina buscando al sujeto, ni siquiera le ha avisado a Dejun, pero ahora solo se concentra en eso.

Es oscuro y los relámpagos le creean una primeriza fobia.

— ¡La encontré!

— Creo que tenías razón. Dejun, jodidamente va a llover.

Alza la cabeza mirando las gotitas de lluvia caer, impactan su rostro con un poco de potencia.

— Está lloviendo, se va a arruinar.

— Tranquilo, está bien.

La voz es cada vez más cercana Mark desearía tener al paraguas para dejar de mojarse como un idiota cuando la oscuridad invade su visión. — Yuta, más te vale que seas tú, porque si es otra persona significa que van a asaltarme y voy a gritar mucho.

— Tranquilo.

Mark se siente asquerosamente aliviado cuando escucha la cálida voz del japonés, sin embargo ahora se siente incómodo, intenta quitar las manos de Yuta fuera de sus ojos pero este ejerce la fuerza suficiente para hacerle entender que no lo dejará libre tal fácilmente.

— Nos estamos mojando.

— No importa.

Mark se siente ansioso y nervioso, una cosa es que le guste Yuta y otra muy diferente es que te agrade no ver nada mientras te estás mojando y cae la lluvia entre tus ojos.

Mark está apunto de decir algo, de insinuar que no está cómodo en esa posición.

Entonces sin esperarlo, sin pensarlo tan siquiera por unos segundos, los cálidos y empapados labios del japonés están tocando los suyos. Dios mío.

¿Qué está pasando?

No puede articular una sola acción, su cabeza está desconfigurada, no tiene acción o mente para poder realmente darse cuenta de la situación en la que está.

Siente su mente volar a otra galaxia y su cuerpo quedarse congelado en ese mismo lugar.

Mark, es un idiota.

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