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Al leer el último tweet de Beomgyu no pudo evitar reír ante la respuesta de su amigo.

Choi Beomgyu podía ser un Omega muy chismoso pero, el sabía que todo lo que se contaban entre ellos, quedaba entre los dos.

Una vez se sintió más calmado, salió del cubículo. Se lavo el rostro, acomodó su cabello y retocó el bálsamo labial que solía usar.

Solo faltaba una entrega más y podría ver a su gatito precioso. Tan solo pensar que estarían juntos durante todo el fin de semana y lo que resta del día, la tristeza parecía abandonar su ser.

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Los fuertes aplausos resonaron en toda la sala y el telón del teatro de la escuela descendió dando así por terminada la obra teatral del festival de artes de ese año.

Un alegre y despampanante Sunoo de dieciséis años se dirigía a los camerinos junto a los demás del elenco.

Habían padres, amigos y maestros felicitando a los participantes de aquella obra.

Sunoo se limitó a quitarse el maquillaje que tenía en su rostro, tratando de ignorar a toda costa a las demás personas.

Estaba acostumbrado a que todos los años nadie lo esperará detrás después de cada presentación. O bueno, nadie venía a excepción de su querido amigo Beom, pero en esa ocasión aquel castaño se encontraba en un viaje fuera de la ciudad.

Unos toquecitos en su hombro lo hicieron detener sus acciones, curioso giró sobre sus talones encontrándose con Jungwon, un chico un año menor que él.

-Felicidades por su actuación, Sunoo hyung. Me gusto mucho su interpretación.

Sunoo le dió un golpe amistoso suave algo avergonzado.

-Solo fuí un personaje secundario wonnie, no fue tan importante-comentó el en ese entonces pelinegro.

Jungwon se encogió de hombros y se mordió los labios con nerviosismo, ya no sabía que decir.

¡Oh cierto!

-Le traje tulipanes rosas hyung, un día me dijo que le gustaban.

Los ojos zorrunos de Sunoo se agrandaron en demasía, estaba realmente sorprendido. Una vez tuvo aquel ramo entre sus brazos, abrazó este con fascinación oliendo el increíble aroma que desprendían las hermosas flores.

-¡Me encantan, me encantan, me encantan!-no paraba de chillar Sunoo-Siempre quise que me regalaran unos.

La sonrisa que Sunoo tenía en el rostro no tenía comparación, él parecía iluminar el mundo. El mundo de Jungwon.

-Muchas gracias, wonnie..-dijo con un tono de voz inestable-Estan muy bonitos.

Sin darse cuenta unas lágrimas habían descendido de las rosáceas mejillas de Kim.

El Omega con aroma a chocolate solo acunó el lloroso rostro de Sunoo y lo acarició como si de una pieza de porcelana se tratase. Con sumo cuidado, con suavidad pero sobretodo, amor.

-Tu eres aún más bonito que los tulipanes.

Su mirada se desvió mostrando el hermoso rubor que las esponjosas mejillas de Sunoo adoptaron.

Jungwon sonrió embobado con tal imagen.

Desde aquel acontecimiento, Yang Jungwon se había planteado una meta. Hacer de Kim Sunoo, una persona desbordante de alegría. Prometiendo asimismo, cuidar, proteger y amar a aquel Omega como nadie más podría llegar a hacerlo.

Ahora, ¿Por qué sentía que no servía para ese puesto?

-Si tan solo fuera un alfa.. todo sería distinto.

Sus manos arreglaron el cuello la camisa de su uniforme, colocando los últimos accesorios faltantes.

Unos brazos rodearon su cintura, se hubiera descolocado si no fuera porque el suave contacto lo conocía perfectamente.

Miró a través del espejo, una cabellera rosa se asomaba y un pequeño rostro empapado de lágrimas se dejaba ver.

Tan lindo y tan ido..

Omega tonto, ¿Por qué no te das cuenta que a quién amo verdaderamente es a ti?

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Modifiqué el capítulo, porque no me gustó cómo había quedado anteriormente TT