💌 ; seis !









୨♡୧

Sunoo soltó se mordió su labio inferior con frustración. Quizás no debió mencionar el destino al que iba, pero es que se suponía que ambos tenían confianza, no tenía nada de malo.

Guardando su teléfono se dedicó a entrar a la espaciosa sala de música, siendo recibido con halagos y múltiples saludos.

—¡Hola Sunoo! es bueno verte por aquí.—saludó el alfa que lo recibió.

—Oh, espero no molestar o haber interferido con su práctica, solo vine a-

—¿A ver a Taehyun?—expresó Yeonjun moviendo sus cejas con picardía.

Un ligero tono rosáceo coloreo las mejillas del omega pelirosa.

Lindo. Pensaron la mayoría de alfas al ver al pequeño omega sonreír apenado.

"Se sonrojó ante la mención de su alfa destinado, que tierno" podían pensar, pero no era más que vergüenza lo que sentía.

Que te involucren en rumores que no tenían nada que ver con la realidad era incómodo, incluso molesto. Y sus reacciones raras, no hacían más que alimentar ese afán de creer que estaban en lo correcto con sus equivocadas suposiciones.

Eso.. eso comenzaba a ser insoportable.

—No, hyung—negó con una sonrisa amable dejando las cajas en una mesa cercana— vengo a hacer unas entregas, son del club de cocina.

—¿Qué fue lo que hicieron las milagrosas manos de nuestro omega favorito?—interrumpió una voz que apenas llegaba acompañado de un pelirrojo ya conocido por todos. Era Taehyun.

El pelirrojo le dió un codazo con una mirada amenazante en su rostro.

—Nuestro suena a muchos—dijo el alfa de forma seca. Intimidante, pero el grupo de alfas solo rieron divertidos acostumbrados a su comportamiento.

—Ya, hombre. Sabes que solo bromeó.—respondió con nerviosismo el contrario.

Una vez el ambiente se calmó, Sunoo les repartió las cajas y recibió el dinero de los clientes que habían colaborado.

—¿Y para mí no hay macarons?—preguntó Taehyun acercándose al omega.

La atención de toda la sala volvió a ser de él y Sunoo sintiéndose pequeño solo se encogió con los nervios a flote.

—Verás.. esto es para recaudar fondos para un proyecto importante, no.. no son para regalar hyung.—contestó tímidamente.

Una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en el rostro del alfa. Cuando estuvo a menos de un metro de distancia, pudo sentir el distintivo aroma a pino y tierra mojada.

Su omega se puso alegre al oler el aroma del alfa pero, su parte humana solo quería correr, largarse a llorar y abalanzarse a los brazos de Jungwon. Quería decirle cuánto lo amaba y que no le soltará nunca.

—Mi lindo Omega..—susurró el alfa con su grave voz quitando delicadamente algunos cabellos de su frente.

—N-no, no soy tu omega.

Con algunas lágrimas acumulándose en sus ojos salió de la sala y corrió tan rápido como pudo hasta encerrarse en un cubículo del baño más cercano.

Él no merece esto, no..

¡Yo amo profundamente a Jungwon!-Trataba de hacerle entender a su Omega en un intento inútil.


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