7. (☇) COBRA KAI
➹ ੈ♡CAPÍTULO SIETE➹ ੈ♡
↳❝¿Y mis cinco dólares, sensei?❞
VALERIE ERA UNA chica muy inteligente, pero, a pesar de ello, las materias con números no eran lo suyo. Ella tenía buena memoria, pero como para recordar la fórmula de cada ecuación era un tormento para Valerie. Tomó asiento en el pupitre del medio, un poco apartada de la vista del profesor.
— ¿P-puedo sentarme aquí?— La castaña dejó de tratar de dibujar una estrella para mirar al chico que le estaba hablando.
La castaña sintió cómo se sonrojaba delante del chico que le gustaba, tuvo miedo de tartamudear, así que solo asintió con la cabeza. Eli se sentó al lado de Valerie y la miró por unos segundos.
—Eli, sobre lo que pasó en la biblioteca...
— Está bien, Val.— habló velozmente.— Lo h-hiciste porque Kyler te retó.
La castaña quiso gritarle que también lo hizo porque necesitaba besarlo, pero solamente logró sonreír.
— Miguel me contó que tu mamá les permitió tomar más lecciones de karate.
Val asintió, sin despegar la mirada de su cuaderno. Los mellizos estaba emocionados por volver al karate, además aprendieron una nueva regla; defensa ofensiva. Por ello, estuvieron practicando y entrenando todo el día, hasta que lograron derrotar a su sensei.
Eli quería hacer conversación a todo costa con Valerie.
—¿Qué se supone que haces?
Valerie levantó el cuaderno mostrándoselo a Eli, quién trató de no reír.
—¡No te rías, Moskowitz! Es vergonzoso tener diecisiete y no saber dibujar una estrella.— Eli no se detuvo.— Eres muy odioso.
Diaz también se rió al darse cuenta que su intento de estrella tenía forma de un huevo frito. Ambos chicos se esforzaban para no carcajearse y llamar la atención de sus compañeros de clase. Eli respiró profundo y miró el brazalete que llevaba Valerie en la muñeca izquierda.
— ¿Te gustan las estrellas?
— Me encantan. Son demasiado hermosas, que a veces, te preguntas si son reales. ¿Entiendes?— explicó.
Si, lo entiendo. Me pasa lo mismo cuando te miro.
En ese instante, la maestra de Álgebra ingresó al aula, provocando pánico en Diaz y Moskowitz debido a su atuendo. Ellos se miraron con los ojos abiertos después de mirar a su profesora, quién tenía la ropa de color rosa.
— ¡Oh, dios! Es Umbridge.— murmuró la castaña en voz baja, asegurándose de que solamente la pudiera oír Eli.— Menos mal, soy Slytherin.
— ¡Yo soy de Hufflepuff!
Ellos continuaron murmurando sin prestar atención a la clase, suscitando que la maestra se percatara de la falta de respeto de sus estudiantes.
— Señor Moskowitz y señorita Diaz, ¿algo que acotar a la clase?— Valerie y Eli alzaron sus cabezas, deseando desaparecer la faz de la tierra.
— Eh, prometemos no decir mentiras, maestra Brown.
Confudida, la maestra les mandó una advertencia:— Solamente, presten atención, esto vendrá en el examen de la próxima semana.
En el transcurso de la clase, Valerie y Eli continuaron susurrando y hablando de Harry Potter, en su mayoría, debatían sobre cuál era la mejor casa de Hogwarts, así que no prestaron nada de atención a la clase.
No era la primera vez que la castaña se distraía en clase, pero hacerlo junto a Eli Moskowitz fue más que satisfactorio. Todo lo relacionado a él, era magnífico. A pesar de estar segura sobre sus sentimientos hacia Moskowitz, pensaba en aquel beso de Robby.
Sin duda le había tomado de sorpresa, pero, además, besó a dos chicos el mismo día. Que escándalo.
Cuando la maestra Umbridge, ese sería el apodo puesto por ambos chicos, dio por concluida su clase, Valerie se despidió de Eli con un beso en la mejilla y salió disparada a su casillero para sacar su libro de Economía, topándose con Aisha.
— Hola, no sé si me recuerdas, soy...
— Valerie, sí te recuerdo perfectamente. No tuve la oportunidad de agradecer lo que hiciste. — Valerie negó con la cabeza, mientras guardaba y acomodaba su casillero.— Escuché que vaciaste ponche en Yasmine, eso es considerado suicidio social.
Valerie cerró su casillero para poder mirar a Aisha con una sonrisa.
— Siempre he estado entre los nerds. Es mi zona de confort.
Robinson sonrió de igual manera. Algo en Valerie, la hacía sentirse bien consigo misma. Ese pensamiento fue interrumpido por unos chicos que pasaron al lado de Aisha llamándola cerdita.
— ¿En serio te atreves a insultar a alguien por su peso, cuando tu también eres igual, bastardo?
Aisha bajó la cabeza, apenada y avergonzada, por aquellos calificativos hacia su persona. Estaba harta de todo, que llegó a pensar en hacer caso a algunos mensajes anónimo pidiéndole la muerte.
— No te sientas mal, hubo un tiempo en el cuál me hicieron la vida imposible, pero gracias a Dios, contaba con mi hermano. Si quieres ponerle fin a todo esto, deberías entrar a Cobra Kai, confía en mí.
Tocó la campana y Valerie se marchó corriendo dejando a su amiga con la duda, no deseaba llegar tarde a esa clase, su maestro era todo un gruñón. Aisha sacó su teléfono de su bolsillo y buscó en internet "Cobra Kai"
LAS CLASES TERMINARON, dándole inicio a la nueva lección de karate. Su sensei los había puesto a practicar nuevos movimientos ofensivos, mientras que, según él, los motivaba.
— ¿Cuál es la segunda regla? — cuestionó Johnny, esquivando la patada de su alumno y el puñete de Valerie.
— Golpear fuerte.— contestaron al unísono con dificultad.
— Exacto. Y solo hay un razón para golpear a alguien. Causar dolor. Golpear fuerte significa darlo todo.
Mientras los mellizos sudaban y le ponían corazón y vida a cada golpe, Aisha Robinson entró al dojo, siguiendo el consejo de Valerie, ella estaba harta de todos mensajes anónimo y los comentarios de los estudiantes al verla pasar por su lado.
— ¿Qué diablos? No hay yoga hasta las cinco. Sin importar cuanto lo desees.
— Estoy aquí por el karate. Vi en su sitio web que luego de que Valerie me mencionara el lugar. Decía que habría clase hoy.
Valerie le sonrió a su amiga, se notaba que Aisha estaba nerviosa hablando con el sensei. A veces, puede ser muy intimidante, pero en el fondo, es como un peluche de osito. La castaña alzó los pulgares a Aisha, dándole apoyo.
Johnny exclamó contundetemente:— Te agradezco que vinieras, pero no hay chicas en Cobra Kai.
Miguel miró confundido a su sensei al igual que su hermana.
— Pero, Valerie está aquí.
— Ella es del equipo de limpieza. Ya dije que no hay chicas en Cobra Kai— espetó Johnny indigando a Valerie.
Val estaba indignada por el estúpido comentario de su sensei que se limitó a cruzar los brazos y fruncir el ceño. Aisha se mostraba confundida por lo que le respondía al rubio. Miguel resopló.
— Sensei, debo mostrarle algo.
Antes de irse, le plantó un corto beso en la mejilla de su hermana, tratando de aliviar su enojo e indignación. Johnny y Miguel hicieron una reverencia y entraron a la oficina para conversar acerca de la incorporación de Robinson.
— Quiero disculparme por la actitud de mi sensei. Sigue creyendo que vivimos en los 80's. Aunque, me alegra verte aquí.
Aisha sonrió timidamente: — Decidí que quería terminar con todas las burlas y aprender a defenderme.
— Eso es un hecho.
Enseguida, Johnny y Miguel salen la oficina después de aquella plática acerca del posible reclutamiento de Aisha. Valerie notó que su hermano tenía la cara que siempre pone cuando gana algo, ella se colocó a su lado, mientras que Johnny se plantó decidido frente a Aisha.
— Bien, quítate los zapatos y entra a la colchoneta.— El rubio permanecía neutro.— Después de considerarlo, decidí aceptar a chicas en mi dojo. Valerie, ya puedes dejar de formar parte del equipo de limpieza.
La castaña rodó los ojos y se limitó a responder :— Es usted muy amable, señor Lawrence.
El rubio asintió la cabeza ignorando que aquel comentario estaba cargado de ironía. Volvió su vista hacia Aisha para continuar informándole las nuevas reglas.
— Si estás aquí, no puedes actuar como una chica.
— ¿A qué se refiere? ¿Cómo actuan las chicas?— cuestionó Aisha.
El sensei Lawrence comenzó a "describir" el comportamiento de una chica, llamándolas ruidosas, quejosas e irritantes. Miguel no paraba de rodar los ojos y Valerie apretó los labios controlando todos sus impulsos para no mandar al diablo al rubio.
Pobre, Aisha. Tendrá que soportar a este loco.
— Mi estudiante me dice que te molestan en la escuela.
— Si, sobre todo en línea. Me llegan mensajes y correos crueles, hacen que no quiera ir.
Valerie sintió tantas ganas de pegarle a todos esos idiotas.
— ¿Quién te envía estos mensajes?— quiso saber Johnny caminando de una lado a otro.
Aisha suspiró.
— La mayoría son anónimos. Se crean cuentas falsas, y me dicen cosas como que soy fea y debería suicidarme.
Miguel y Valerie se miraron entre ellos. No tenían que hablar para saber lo que pensaba el otro. Ambos chicos sentían furia mezclado con tristeza por todo lo que Aisha pasaba.
Ahora más que nunca, Valerie odiaba a Yasmine, Moon y Samantha. Ellas eran las culpables de todo.
— ¡Dios! Son un montón de idiotas, en mi época, si molestabas a alguien lo hacías de frente. Había honor, respeto. Ahora se esconden detrás de computadoras como un montón de cobardes.— Los mellizos asintieron. Valerie creía que era lo único sabio que había dicho su sensei en todo el día.— No les tendrás miedo, ¿o si?
Aisha negó un par de veces, contestando las preguntas del rubio.
— Bien, porque cuando termine, responderás esos mensajes, pero no será con tu teclado, será con tus puños.— enseñó sus puños a Aisha. Los tres chicos sonrieron.
El sensei hizo que Miguel se pusiera frente a Aisha para la prueba de entrada que le haría a la chica.
— Bien, veamos que tiene, señorita Robinson.— dijo el sensei mirando a sus dos estudiantes; Aisha y Miguel.— Mírenme, reverencia. Uno frente al otro, reverencia. Señor Diaz, muéstrale lo que aprendió.
Valerie miró confundida a Johnny, quién estaba a su lado. En seguido, dedujo que la razón por la que le había dicho que se quedara a su lado, era porque iba a hacer pelear a Miguel con Aisha.
— Espere, no creo que eso sea correcto, sensei.
— ¿Qué no es correcto?— preguntó Johnny sin atender la acotación de Miguel.
— Es una chica y sería mejor que Val hiciera esto en lugar de mí..
— Dijiste que las mujeres eran iguales.— sentenció el sensei. Valerie quiso reír por la cara de su hermano.— Demuéstrale que son iguales y dale con todo.
Aisha intervino aterrorizada.
— Esperen, quiero recordarles que hoy es mi primer día.
— A tus enemigos no les importa que día sea.— regañó Lawrence.— Buscan debilidad y para vencerlos debes conquistar tus miedos y saltar sobre el fuego, ¿estás lista, señorita Robinson?
— Eso creo.
Valerie se inclinó hacía la oreja del sensei y le susurró.
— Le apuesto cinco dólares a que ganará Aisha.
— Trato hecho.
El sensei ordenó la pelea y al comienzo, los dos muchachos se miraron y no hicieron nada, pero a la segunda orden, Miguel se puso en posición de combate.
— Lo siento.— pidió el latino.
Miguel pegó una fuerte patada en el estómago de Aisha, derribándola. Valerie hizo una mueca tras ver a su amiga en el suelo, quéjandose de dolor, mientras su hermano le pedía disculpa. Nadie se esperaba que Aisha se levantara en cuestión de segundos tomando la ofensiva.
— ¡Oh, diablos!— exclamó la castaña riendo viendo a su hermano ser derribado por su amiga.— Sensei, dígale a su machismo que se coma esa.
Johnny Lawrence sonrió ligeramente mientras veía Miguel gimiendo de dolor tras dicho golpe.
— La chica es una cobra natural. Asombroso.
—¿Y mis cinco dólares, sensei?
ELI MOSKOWITZ NO DEJÓ de pensar en aquel beso con Valerie. Si bien, estaba feliz de haber dado su primer beso, se ponía aún más, sabiendo que fue con ella. Cada vez, que Valerie se acercaba o lo miraba, sentía un millón de mariposas en su estómago.
NUNCA NADIE LE HABÍA hecho sentir así y dudaba que alguien lo hiciera. Estaba enamorado de Valerie y solamente de ella. La castaña le había demostrado que no necesita cambiar para ser querido.
— ¿Val?— Eli pudo identificar el aroma de rosas de la chica.
Valerie se dio vuelta y le sonrió.
— Eli, ¿qué tal?
— B-bien. Yo quería preguntarte algo.— la castaña se detuvo en seco, dispuesta a oír lo que quería decirle Eli.— ¿Recuerdas que m-me dijiste tal vez podrías salir juntos algún día?
A Valerie se le formaba una sonrisa tratando de predecir lo que le diría Eli. De todas maneras, guardaba lugar para el rechazo.
— Si, lo recuerdo. ¿Qué hay con eso?
Eli se sonrojó:— ¿El viernes? ¿Al cine? Si deseas, porque no estás obligada a decir que sí. Tampoco quiero que a-aceptes por lástima.
Valerie aceptó con una gran sonrisa. No podía creer que el chico que le gustaba la haya invitado a salir. En realidad, siempre creyó que la que daría ese gran paso, sería ella. Eli era conocido por su timidez.
¿Qué más da? ¡Me ha invitado a salir!
Ella aceptó salir conmigo.
Ambos chicos caminaban hacía la cafetería, donde se toparon con Miguel y Demetri, entrando en esta. El mellizo de la castaña se puso un poco celosa tras ver la gran sonrisa que tenía su hermana. Él amaba a Valerie, pero no deseaba que nadie la lastimara. No soportaría ver a su hermanita triste por un chico.
Demetri abrió la boca, sorprendido por aquella escena. ¿Acaso Valerie y Eli se gustaban? se preguntaba siempre que veía que estaban juntos.
— ¿Qué onda, niños?— saludó Valerie, feliz.
— De hecho, tenemos la misma edad, por lo que si nosotros somos niños, tú también lo eres.— comentó Demetri.
— Gracias por decirlo, Einstein.
Después de que les dieran su bandeja con el almuerzo, Valerie oyó el horrible sonido acompañado de murmuros de estudiantes. Ella frunció el ceño, ignorando lo que escuchó. Segur era otro chico que hacía el ridículo.
Samantha LaRusso, la chica odiosa, había ocasionado ese sonido que Valerie tanto odiaba. La ojiazul se veía molesta y seria mientras miraba a Kyler. Después de que él mintiera con respecto a que se la chupó en el cine, Sam decidió aclarar esos rumores.
— ¡Oigan, chicos! ¿Han visto esa valla con ese enorme pene?— gritó Kyler llamando la atención de todos, pero sobre todo de Miguel.— Sam sigue los pasos de su padre.
La castaña se dio cuenta que Kyler era el mayor idiota del mundo. Si Sam había hecho algo con él, no tenía derecho de contárselo a todo el mundo.
Valerie notó cómo los músculos de su hermano se tensaron y mantenía una expresión seria.
— Miguel, sea lo que sea que estés pensando, no lo hagas. Si es por esa chica, no cuentas con mi apoyo.
— ¡Oye, Kyler!— Miguel ignoró a su hermana. Tiró su bandeja en la mesa de Aisha y le hizo frente al chico de rasgos asiáticos. Valerie maldijo.— ¿Por qué no cierras la boca y dejas de ser tan imbécil?
Kyler sonrió.
— ¿Quieres otra paliza, Réa?
El chico empujó a Miguel causando que Valerie se diera un paso hacía adelante.
— Esta vez, estoy listo para tu karate patético.
— No es karate patético. Es Cobra Kai.
Miguel detuvo en seco el golpe de Kyler, seguido le metió un puñete en la cara. Kyler tiró a Miguel en la mesa y prosiguió a horcarlo.
— ¡Al diablo con LaRusso!— exclamó Valerie, tirando su bandeja al suelo adentrándose a la pelea para detener a Kyler.
En su intento por detener a Kyler, un pelirrojo se paró delante de ella. Recordando las lecciones del sensei, la castaña se dispuso a meterle una patada en el estómago, causando que aquel chico chocara contra la mesa.
Ella vio que su hermano había logrado liberarse del agarre de Kyler, por lo que Valerie pudo volver a respirar, pero aún así, la pelea aún no terminaba.
Eran siete chicos los que se acercaban a los mellizos tratando de vencerlos, pero uno por uno, eran derrotados. Las ovaciones y el ánimo de los estudiantes hacían sentir a Valerie y Miguel como los reyes del mundo. Aisha y los demás habían sacado sus celular para grabar esa pelea sacada de película de acción.
Valerie había terminado con los demás chicos y dejó que Miguel partiera en mil pedazos a Kyler. El latino tomó la bandeja para usarla como escudo, terminando el show impactándolo en la cara de Kyler.
— Nunca más, me vuelvas a subestimar, pelirrojo.— le susuró al chico que estaba tirado en el piso, quéjandose de dolor por la madriza que le dio Valerie.
Todo el mundo celebraba la victoria de los mellizos. La castaña sonrió un poco avergonzada, miró a su hermano en busca de apoyo, pero este tenía su mirada puesta en Sam. Valerie rodó los ojos, mientras era testigo de esa escena que solo duró unos segundos, porque apareció la directora y se los llevó.
—¿A LOS SIETE?— los mellizos asintieron ante la pregunta de su sensei.— ¿Incluso a ese tonto?
— Miguel se encargó de él, fue asombroso. Hicimos todo lo que nos enseñó, sensei.
Johnny asintió orgulloso después de la gran hazaña de sus estudiantes. Cuando salieron de la escuela, los mellizos corrieron hasta el dojo para contarle a su sensei lo que hicieron en la cafetería.
— Tu mamá nos matará a los tres.— interpretó el sensei. Podía imaginarse todo lo que Carmen Diaz le diría.
Miguel sonrió y contestó: — Lo haría si lo supiera. Cuando llamaron contestó nuestra abuela. No la habíamos visto más orgullosa.
Eso era mentira. Su abuela se había sentido muy orgullosa cuando Valerie le tiró la tarta en la cara a Brianna Howland, pero no quería decirlo porque no deseaba que su hermano se sintiera mal.
— Nuestra abue no dirá nada.— comentó la castaña, sonriendo.
El rubio asintió mientras se levantaba de su asiento y se acercaba a Valerie y Miguel, serio.
— Déjame aclarar esto. ¿Tomaron las lecciones que les enseñé y la usaron para darles una paliza a esos idiotas?
Valerie asintió.
— Fue lo que le dije así que si, lo hicimos, sensei.
— Sigánme.
El rubio salió del dojo con los mellizos detrás de él. Se detuvieron frente a la cazuela del auto rojo de Johnny, él la abrió permitiendo que se logre ver dos gi, doblados perfectamente y en buena condición.
— Esta de aquí la usé para mi primer entrenamiento en 1982.— informó.— Quiero que lo tengas, Miguel.— se lo entregó al latino, quién miraba el gi con ensueño.— Y esta, lo usé en mi segundo año de entrenamiento en 1983. Es para ti, Valerie.
La castaña lo recibió con alegría.
— ¿Está seguro?— cuestionaron al unísono.
Johnny sonrió.
— Se lo ganaron.
Valerie y Miguel abrazaron fuertemente a su sensei. El rubio no tardó en devolverles ese abrazo de igual manera. El sentimiento paternal de Johnny se ponía en práctica cuando estaba con los mellizos. No podía imaginar que hubiera sido de él, sin Miguel y Valerie Diaz.
Lo que no sabían, era que en la esquina del dojo, Robby Keene veía dicha escena, furioso, pero sobre todo, sorprendido de ver a la chica que le gustaba abrazada de su padre. En ese momento, se dio cuenta que aquel hombre del que Valerie habló, fue su Johnny. Sin esperar más tiempo, Keene se marchó sin mirar a atrás y dispuesto a vengarse de su padre.
Valerie y Miguel solo celebraron su triunfo, sin saber que al día siguiente a la hora de su entrenamiento, habrían demasiados estudiantes fuera del dojo de Cobra Kai que fueron para aprender y hacer lo mismo que los mellizos hicieron.
Era el comienzo del nuevo Cobra Kai.
HOLAAAA!
¿Cómo están? Espero que muy muy bien.
¿que les pareció el capitulo? ¿cuál fue su escena favorita? ¿son team robby o eli?
teorías y sugerencias👉
LAS AMO, ALCORCU❤
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