31. EL VERDADERO RIVAL DE HALCÓN (NUEVO)
➹ ੈ♡CAPÍTULO TREINTA Y UNO➹ੈ♡
↳❝Soy team Halcón.❞
SAMANTHA LARUSSO ESTABA TOTALMENTE molesta y desconcertada con la postura que tomaron sus padres sobre ayudar a Tory para que pueda regresar a la escuela después de todo el daño psicológico y fisico que la rubia le causado a lo largo de los meses. Ahora, ni siquiera podría sentirse a salvo en su propia escuela, ni en su entorno. Mierda.
PARA LA SUERTE DE LA MOROCHA, existía una persona en el mundo que no creía que se comportara como una niña caprichosa solo por no desear tener cerca a su agresora, y esa era Valerie Diaz, su nueva y gran amiga, que por cierto, también odiaba a Tory por lastimarla gravemente en más de una ocasión. Y en esos momentos, se encontraba curando las heridas de Valerie, al mismo tiempo que escuchaba la anécdota de venganza que tuvo.
—Espera, espera.—la detuvo Sam, con una sonrisa de burla.—¿Le mordiste el brazo?—La castaña asintió, apenada.—¡Oh, dios! ¿Por qué siempre me pierdo lo interesante? Necesitaba verlo.
La risa que soltó Sam fue demasiado pegagosa Valerie también sonrió ampliamente. No había pensando en lo ridículo que era morder a su oponente para zafarse de su agarre, pero no tuvo opción. Era eso, o ser sometida por Tory Nichols, y no permitiría de nuevo.
—No sé por qué me siento un poco culpable.
Sam ladeó la cabeza, luego de colocar una bandita en el nudillo de la castaña.
—No deberías sentirte así, Val.—aconsejó.— Eres un ser humano, colapsaste por sus agresiones y reaccionaste. Eso no te vuelve una bravucona, ni mala persona.
—Supongo que tienes razón.
—Además, lo hiciste por defender a Halcón, una persona que amas, ¿no?
La morocha quería sacarle información sobre sus sentimientos por Halcón. Últimamente, los veía muy juntos y cariñosos, así que, para cualquier persona le era difícil pensar que ellos habían terminado o que no tenían ninguna relación amorosa.
—¿Puedes creer que lo llamé novio como dos veces? Es decir, no es mi novio, ni nada. Somos amigos.
—Y estás enamorada de él.
—Si, lo estoy.—confirmó, acompañado de aplausos y sonrisas de Sam.—Pero, siento que nuestra relación ha mejorado más siendo amigos y no quiero perder esa conexión confesándole lo que siento.
—Eso es ridículo, Valerie. La conexión no se perderá, crecerá. Esas son solo excusas baratas.
La castaña asintió, y se dejó caer sobre la suave cama de Samantha cubierta de una cobija rosada, un color que no le gustaba pero quedaba muy bien en Sam. Val Diaz parecía pensar claramente en las palabras de Sam LaRusso y se daba cuenta que, en efecto, estaba siendo una cobarde con respecto a sus sentimientos sobre Eli Moskowitz. Suspiró profundo recordando el maldito día en el que se enteró por Demetri Alexopoulos todas las malas cosas que Eli hizo a su espalda.
—Tengo miedo de salir lastimada de nuevo, amiga—Sam se acostó al lado de Valerie, mientras miraban el techo blanco.—Bueno, yo sé que Eli ya no es Halcón en su modo bravucón y que es mejor persona ahora, pero no quita el hecho que tenga miedo de salir herida.
—El que no arriesga, no gana.
—¿Qué significa eso?—quiso saber.
—Si tú lo amas de verdad y crees que tus sentimientos por él son reales, entonces debes perder ese miedo e ir por todo.
Valerie la miró de reojo.
—¿Desde cuándo te volviste la Doctora Corazón?—se burló de su amiga.
—Lo digo en serio, Valerie.—contestó riéndose. Ya no se tomaba tan personal los comentarios de Valerie.—Es lo mejor que puedes hacer. Soy team Halcón.
Después de sonreír por las ocurrencias de Sam LaRusso, Valerie recordó que cuando llegó a la casa de los LaRusso había notado una fuerte tensión entre su amiga y sus padres. Era como si estuvieran discutiendo, pero la castaña descartó esa idea porque conocía que Sam siempre evitaba los conflictos, como una buena estudiante de Miyagi-Do.
—¿Sammy?—la atención de la morocha se centró en su amiga.—¿Está todo bien entre tus padres y tú? Tuve la tonta idea de que estaban discutiendo.
La risa llena de sorna se apoderó de Sam.
—No fue una idea tonta. Mis padres quieren que me convierta en la mejor amiga de Tory Nichols.—ironizó.
Valerie se incorporó, giró el tronco y deleitó con sorpresa mezclada de confusión a Sam, quién se sentó sobre los cojines para estar cómoda y contar la historia completa. Aún continuaba en shock por lo pedido por sus padres incomprensivos.
—¿Cómo has dicho?
—En la mañana, encontré a Tory hablando con mi mamá en la cocina.—relató.—Y cuando se fue, mamá dijo que dejaría que Tory volviera a la escuela, si lo permitía.
—¿Y lo harás?—quiso saber.
Sam negó con la cabeza, varias veces. La idea de que su bully volviera al lugar donde la lastimó cruelmente no le agradaba en absoluto.
—¡No!—contestó con obviedad.—¿Y sabes que es lo peor? Le vendió una historia triste a mis padres para que le creyeran.
—Detesto a Tory, pero es cierto que su historia familiar es complicada, Sam. Ella no está mintiendo en ese sentido.
La morocha encogió los hombros, antes de pasar la mano por su cabeza.
—Solo no quiero que me vuelva a lastimar. Odiaba tenerle miedo, y no quiero sentirme así nuevamente.
La castaña tomó su mano con cuidado. Ese era uno de los momentos donde tenía que demostrar que Sam significaba algo en su vida. Tal vez, en el pasado tuvieron grandes diferencias, pero aprendieron a convivir con ellos, y crearon una grandiosa y poderosa amistad, no era explosivo como el de Valerie y Tory, no.
Era una hermandad.
Ambas aportaban sus mejores vibras para tratar de apoyar a la otra, más no hacerla sentir peor o aumentar energías negativas. Cualquier persona que las viera, les tendría envidia porque una bella amistad no la puede tener cualquiera. Es especial. Valerie y Sam la hacían especial.
—No lo harás, Sammy.—La susodicha suspiró.—Yo no lo permitiré. No dejaré que te lastime nunca más. Lo prometo.
Samantha LaRusso quiso llorar. En los últimos meses, no sentía que nadie la apoyara con el tema de Tory. Ahora, ella trataba de regresarle la jugada, y la veían como una desgraciado, incluso Valerie lo hizo al inicio, pero después de conversar, entendió su posición.
—¿Cómo es que no éramos amigas antes?—rió recordando aquellas discusiones estúpidas. Valerie frunció la nariz.—Solo nos dedicamos a pelear estúpidamente.
—No éramos muy maduras en ese entonces. De tan solo recordarlo, me averguenza. Necesitamos borrarlo de nuestra mente.
Sam le dio toda la razón. ¿Y que mejor borrar malos recuerdos viendo películas y comiendo? Valerie jamás de cansaría de decir que Sam era una gran persona, y que sin duda, la complementaba.
LA CASTAÑA SUSPIRÓ AL ENTRAR AL NUEVO Y CURIOSO dojo de Colmillo de Águila después de recibir un mensaje de ayuda de su hermano con desesperación. Al parecer, Miguel le aconsejó a Johnny que era necesario reclutar a otra mujer más para tener más posibilidades de ganar la categoría femenina del torneo All Valley.
TRAS ENTERARSE POR DEMETRI, ACERCA de la nuevas reglas de este año, Valerie Diaz sintió como sus ganas de ganar el torneo se apoderaban de su ser. El año pasado, prácticamente renunció a su pase a la final por ser piadosa con Robby Keene, y esta vez, no lo haría de nuevo.
—¡Cuatro horas, hombres!—gritó la chica anunciando su llegada, aliviando a todos.—No estoy por cuatro horas y todo se va al diablo. ¿Cómo es que no son capaces de reclutar chicas para el dojo?
Miguel le enseñó lo que estaba observando en su teléfono. Era un livestream de Piper Elswith, la ex de Moon Miller, quién estaba dirigiéndose a Cobra Kai acompañadas de otras chicas, mientras mostraba algunos productos promocionales del dojo de los cobra.
—Piper se unió a Cobra Kai.—explicó el latino, un poco sacado de onda.—Ella era la única chica que pudimos reclutar.
—Enorme pérdida de tiempo.—Johnny parecía irritado.—Hasta aprendí de feminismo.
La sonrisa incrédula se asomó por los labios de la castaña,—Es broma,¿cierto?—Miguel negó con la cabeza, y Val sonrió más.—Me hubiera gustado escuchar eso, pero eso no es lo importante. No debemos rendirnos tan fácil.
—Ya no interesa encontrar a otra chica.—respondió Johnny Lawrence.—Competiremos en la división femenina con Valerie, nuestra campeona, y la ganaremos.
No, zafo.
Por mucho que Valerie le gustara la confianza de su sensei en ella, estaba aterrorizada de ser la única persona representando su dojo y tener el gran peso de ganar. De todas maneras, trataría de dar lo mejor de si misma y triunfar por el bien del Valle, pero si habría otro opción, sería magnífico.
Intercambió una mirada de HNH,—un cógido entre Miguel y Valerie que significaba hermana necesita a hermano o viceversa, dependiendo de la situación.—, y el latino suspiró y soltó lo que pensaba.
—Nosotros no éramos campeones cuando lo conocimos. Nos convirtió en unos. Usted vio, en nosotros, algo que nadie mád vio.
—Y es momento de hacer lo mismo con otra persona. Ya sabe, ponerse creativo—concluyó Valerie.
En el fondo, Johnny sabía que los mellizos tenían razón, y necesitaba más opciones para ganar el torneo, no es que no creyera que Valerie no lo lograría, en realidad ella era la que tenía más opciones de ganar, pero no estaba de más, tener más opciones viables por si ocurre algo malo. El rubio soltó un fuerte suspiro, y luego, ordenó a todos sus estudiantes a ponerse creativos y buscar alguna solución a su problema.
—Miki, ¿podemos hablar un momento?
El latino asintió con la cabeza, alejándose de la multitud siguiendo a su melliza para tener su conversación.
—¿De qué quieres hablar?—consultó antes de sentir el impacto de un puñetazo con su pecho, sacándole un quejido de dolor.—¡Valerie, está loca! ¿Qué te sucede?
—No te hagas el tonto que no te sale bien, hermanito. Ya sé lo que Sam y tú le hicieron a Axel Deveroux. Salvaje
Miguel tragó saliva.
—¿Cómo sabes eso? Axel dijo que no se acercaría a ti y te dejaría en paz.
—Bueno, fui yo la que técnicamente se acercó a él. —confesó, y Miguel ya sabía a lo que se refería.—Fui a Cobra Kai a buscar venganza y le pateé el trasero a tu ex psicópata.
—¿A Tory?
—¿Tienes otra ex psicópata de la que no estoy enterada?
Miguel hizo una mueca de confusión. Continuaba con una expresión sorprendida por lo que su hermana le había confesado. No se esperaba que fuera ella quién fuera a buscar venganza porque, anoche, estaba totalmente en shock por lo sucedido.
—Estás loca, Valerie. Podía haberte lastimado. Los Cobra Kai son despiadados y lo sabes.
Valerie acarició la mejilla de su hermano.
—No tienes idea de lo mucho que estoy agradecido contigo y con Sammy por defenderme, pero desde ahora, yo lucharé mis batallas y demostraré que no tengo miedo. Soy más despiadada que cualquiera de Cobra Kai.
De alguna manera, al escuchar eso, Miguel sintió un fuerte escalofrío recorrer por su espalda, y no le gustó lo que dijo Valerie. ¿Más despiadada que los Cobra Kai? Ellos eran unos sádicos.
—Dime que no hiciste algo estúpido.
—Solo me defendí de sus ataques. ¿Está mal?
El latino negó con la cabeza. Entendía la posición de su melliza antes Tory. La rubia la lastimó en varias ocasiones y estaba claro que Valerie iba reaccionar pronto y regresaría el golpe aún más fuerte que el de Tory.
—Debes cuidarte de ellos, Valerie. No sabes cuando querrán buscar venganza.
La castaña alzó los hombros.
—Ya saben donde encontrarme. A esos estúpidos no les temo.
—¿Entonces a qué le temes?—quiso saber el pelinegro.
—A mamá cuando se molesta, por ejemplo, o los entrenamientos del sensei.
Miguel rodó los ojos, irritado, por su hermana. Él la amaba mucho, pero solía sacarlo de quicio, y eran reiteradas veces.
—Eres un caso perdido, Valerie Diaz.
—Tú también lo eres, Miguel Diaz.—señaló.—Oh, cierto. Deberías hablar con Sam. Siento que ella te necesita más que nunca con este maldito problema.
—¿A qué te refieres?
—Los padres de Sam quieren que ella deje que Tory vuelva a la escuela.
La sorpresa que se llevó Miguel fue enorme. ¿Qué pensaban los LaRusso? Él siempre estaría del lado de Sam, más ahora de saber que Tory se pasó meses aterrorizándola terriblemente. No podía creer que Daniel y Amanda permitieran que la agresora de su hija volveria a la escuela junto con ella.
—¡Mierda! Eso es ridículo. Llamaré a Sam para preguntarle si está bien.
—De acuerdo, galán.
Su mellizo abandonó el dojo para llamar a su novia sin ser molestado por los demás, además quería un poco de privacidad. Pocos minutos después, Issac Miller se acercó a paso firme hacia la castaña. Él sabía algunas cosas y necesitaba compartirlos con ella, como amigos que eran, o que Valerie decidió ser.
—¿Está todo en orden?—le preguntó al notar su expresión de preocupación.—No te ves bien, Miller.
Issac clavó sus angelicales ojos en ella.
—¿Por qué no me dijiste lo que pasó ayer con Cobra Kai?
Él sonaba dolido por la falta de confianza de la chica. Ella le tapó la boca con la mano, esperando que Johnny no haya oído nada y así evitarse más problemas con el dojo de las cobras.
—Baja la voz, ¿quieres?—le susurró.—Lo siento, ¿si? No quería contárselo a nadie, pero Miguel lo descubrió y no tuvo otra opción.
Issac asintió con la cabeza.
—Lamento mucho lo que le hicieron a Halcón, es decir, no me agrada mucho, pero no lo merecía.
—Lo sé.—le alegraba el intento de amabilidad de Issac con Halcón.—Gracias a Dios, ellos recibieron su merecido.
Eso se ganó la confusión del pelinegro. ¿A qué se refería con esas palabras?
—¿Halcón se vengó de ellos?
—Él no, pero yo sí.
—¿Estás de broma, Lexa? Tú no eres una persona vengativa.
Ella sonrió,—Puedo ser una mierda cuando me lastiman y a las personas que aprecio.
—Lo tendré en cuenta.—se burló.—pero, ¿estás bien? ¿Ya te borraste el tatuaje?
Valerie negó con la cabeza. Aún tenía su tatuaje escondido bajo una venda blanca para evitar que sea vista por los demás, sobre todo por Johnny y su madre. Por ello, se había inventado toda una historia sobre ello para no llamar la atención y preocupación en ellos. Solo esperaba que su madre no sea curiosa y no lo descubra porque ahí si estaría muerta.
—Debo borrármelo en una semana.—contó, nerviosa.—El tatuador de Eli me lo borrará y además, será gratis.
—¿Gratis?
—Rico se sentía culpable por lo que nos pasó.—expresó.—Y decidió no cobrarme lo del tatuaje. Él es amable y...
La plática fue interrumpida por un grito de Johnny. El rubio estaba gritándole a Mitch por tener una idea ridícula sobre cómo reclutar a una chica para el dojo. Al parecer, su propuesta no era lo suficientemente buena para el sensei.
—Esa es nuestra señal para trabajar.—rió el pelinegro.—No quiero que el sensei nos grite así.
—Buen punto.
Mientras todos parecían estar pensando en métodos de reclutamiento, ella stalkeaba el Instagram de algunos miembros de Cobra Kai para estar informada, y al entrar al perfil de Axel Deveroux cayó en cuenta de dos cosas. La primera era que Axel y Tory estaban juntos. ¡Que sorpresa! Y una más importante y que la dejó impactada; en una semana, Blair saldría de la correcional.
No le asustaba para nada, es decir, estaba sorprendida de tener a la familia psicópata junta, pero no la intimidaba porque ella tenía el control de todo.
Joder, por fin, podía decir, con toda seguridad, que era la puta ama.
ROBBY KEENE HABÍA ENCONTRADO EN TORY a alguien en quién podía confiar. A él no le gustaba en absoluto, más que para una simple y bonita amistad, además la rubia estaba interesada en el idiota de Axel Deveroux. Cada vez que Keene estaba cerca de Deveroux, no dejaba de sentir repulsión por su manera tan atroz de manipular y comportarse con los demás, pero sobre todo, por su insana obsesión con Valerie Diaz.
ÉL NO ENTENDÍA CUÁLES ERAN sus verdaderos sentimientos por la hermana de su enemigo mortal. No iba a negar que Valerie siempre llamó su atención por la manera en la que actuaba. Era una chica fuerte, poderosa y segura de si misma.
No puedes enamorarte de ella. Valerie te destruirá al no corresponderte, le había dicho Tory una vez cuando lo espió observando las redes sociales de su ex mejor amiga en el dojo. Robby ya sufrió el rechazo de la chica cuando la besó por primera vez hace meses, y por eso, decidió alejarse de ella, sin embargo, nunca dejó de gustarle.
Esa la maldita razón por la que odió que Sam lo engañara con Miguel Diaz.
La chica LaRusso era conciente de los sentimientos prohibidos de Keene por Valerie, y ella le aseguró que Valerie jamás le correspondería, en cambio, ella si. Robby la quiso, y Sam lo traicionó.
—¡Amigo! ¿Estás bien?—la voz del vendedor latino de la tienda lo espantó. Robby frunció el ceño.—Asustas a los clientes.
El rubio le dio una ojeada a su alrededor.
—No hay nadie aquí.
—Exacto.—afirmó el hombre.—¿Vas a comprar algo o no?
Robby rodeó los ojos, irritado, por el comportamiento del señor. Ni siquiera podía pensar tranquilo sin que alguien lo estuviera molestando. Comenzó a buscar el dulce por el que había entrado a la tienda antes de pensar en Valerie. En ese momento, una persona entró a la tienda mientras hablaba con el vendedor en español.
Era una voz melodiosa y suave.
—Dime, por favor, que ya llegaron las nuevas papitas.
—Están al fondo, al lado de las galletas.
La chica soltó una risita de triunfo.
—Óscar, eres el mejor.
El rubio encontró la galleta que deseaba y que la traía muchos recuerdos de momentos felices de su niños. Cuando estaba dándose media vuelta para dirigirse al mostrador a pagar por el producto, se topó con la dueña de la hermosa voz y de sus pensamientos.
La latina respiró con pesadez, al estar frente al tipo que la lastimó y también al chico que amaba. Sin mencionar, que fue el causante de las dos semanas más horribles de su vida.
—No sabía que estabas aquí.
—Yo tampoco, sino no hubiera venido.—ella negó con la cabeza, caminando hasta a la salida, sin antes hablarle al vendedor.—Volveré mañana. Gracias.
Robby Keene dejó la galleta en su sitio, antes de correr detrás de la chica. No pensaba dejarla ir sin aclarar las cosas tal y como habían sucedido. Ella caminaba con rapidez, pero Keene logró tomarla del brazo y obligarla a voltearse. Al hacerlo, Valerie soltó un quejido por el dolor de su brazo, donde estaba el tatuaje.
—¿Qué mierda quieres, Keene? ¡Déjame en paz!
—No quería lastimarte, Valerie.—hizo referencia al dolor de su brazo.—Estoy siendo sincero.
Valerie alzó el mentón.
—Dices que no querías lastimarme, pero igual lo hiciste.
—No pensé que estarías ahí. Tú no eras parte del plan de Axel.
Esta vez, hablaban con respecto al tatuaje en el brazo de la chica. Robby no consiguió dormir esa noche pensando en la manera en la que fue un cobarde.
—¿Eso importa?—espetó.—El daño está hecho, Robby. No era parte del plan, pero también me lastimaron, y ni tú, ni Tory hicieron nada.
—¿Halcón no te lo dijo?
—¿Decirme qué?—cuestionó, confusa.
Ese imbécil no aprende. Robby pasó la lengua por sus dientes con una sonrisa incrédula. Él había escuchado la pelea en el local estando encerrado en el baño lejos de Valerie.
—El moretón del pómulo derecho de Axel no lo hicieron Sam y Miguel, fui yo.—confesó.
—¿T-tú?—Robby asintió.— Él es tu amigo.
—Después de terminar de tatuarte, él quería hacerte otro en el pecho.—Valerie sintió escalofríos en todo el cuerpo.—Peleamos fuertemente y evité que lo hiciera. Era lo mínimo que podía hacer después de todo el daño que te causé.
La castaña se quedó boquiabierta, no sabía que decir o hacer. ¿Robby la defendió? Mierda, eso no podía ser posible. Él la odiaba, ¿no? Ella lo odiaba y mucho, ¿cierto? Robby se rió por la expresión de consternación de la chica.
—¿Por qué lo harías?
Él avanzó unos pasos más y quedar cerca a ella.
—Es lo mismo que me pregunto.—Valerie odiaba la cercanía de Robby, pero tampoco fue capaz de alejarse.—¿Qué me ha hecho Valerie Diaz para que tenga que pelearme con mi compañero de dojo por ella?
—Estás hablando estupideces, Robby, ni siquiera....
Sin embargo, Robby Keene interrumpió abruptamente sus palabras, uniendo sorprensivamente sus labios en un beso. La castaña se sorprendió demasiado, pero, curiosamente, no se demoró en reaccionar para corresponder y seguirle el ritmo de la misma manera.
Keene no dudó en tomarla de la cintura y apretarse más a su anatomía, desapareciendo cualquier tipo de distancia alguna, disfrutando de los carnosos y suaves labios de la melliza de su némesis.
¿Qué estoy haciendo?
Valerie Diaz guió sus manos a la nuca del rubio. Rápidamente, Robby introdujo su lengua en su boca recorriendo cada centímetro de Val. Asi estuvieron por unos segundos de calor más, hasta que ella reaccionó.
¡Mierda, mierda!
Ella se despegó de él, y no se tardó en estampar su mano en la mejilla del rubio por haberla besado.
—¡¿Por qué hiciste eso?!—Robby se sobó la parte afectada.
Sus mejillas estaban sonrojadas por toda la intensidad del beso con Keene. No, no, no. Esto no ha pasado. Valerie deseaba regresar en el tiempo y eliminar todo.
—¡Me besaste, Robby!
—Tú también a mi.—inquirió.—No te apartaste.
—Estoy enamorada de Eli, ¿si? No sé cómo mierda llegamos a esto.—explicó, con desesperación.—Yo lo amo.
—¿Y por qué respondiste el beso?
Valerie alzó los hombros.
—¡No lo sé!—le gritó.—Yo no sé nada.
Robby sostuvo su mano y la acarició con delicadeza.
—Puedo ser un mejor novio que él.
Valerie quería llorar de impotencia. Ella suspiró y quitó su mano del agarre de Robby, confundida.
—Adiós, Robby.
Por segunda vez, fue ella quién se marchó dejándolo confundido, pero esta vez, con muchas esperanzas. Ella le respondió el beso, ¿qué significaba? Valerie sentió mariposas cuando lo besó, y no le gustaba eso. La castaña amaba a Eli Moskowitz, estaba segura de eso. Entonces, ¿qué era Robby Keene para ella?
Después de todo, Robby siempre sería el rival de Halcón.
HOLAAAA! ¿cómo están?
📍OPINIONES DEL CAPÍTULO📍
omg, ¿qué opinan del beso de robby y val? yo siempre he dicho que soy shipper de su relación. ¿sam y val? mis pololas. más adelante, tendremos más escenas robby x val. ¿y que pasa con Eli? ¿Valerie sigue enamorada de él o de Robby?
¿team robby o team eli?
TEORÍAS Y SUGERENCIAS👉✨
las amo.
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