28. ALMAS DE MIYAGI-DO (NUEVO)
➹ ੈ♡CAPÍTULO UNO➹ ੈ♡
↳❝¿Estás enamorado de Halcón?❞
LOS LARUSSO DECIDIERON organizar una pequeña cena para los Diaz, ahora que Miguel y Samantha eran oficialmente novios, así que Amanda y Daniel creyeron que sería bueno entrelazar vínculos entre ambas familias por el bien de los muchachos.
Y MIENTRAS DANIEL TERMINABA de preparar la deliciosa cena junto con Johnny, Sam y Valerie esperaban en la habitación de la chica LaRusso conversando de temas de sus intereses.
—Nunca pensé que Daniel y mi sensei lograran ponerse de acuerdo en los entrenamientos.—expresó.—Si tan solo hubieran dialogado varios meses atrás, nada de esto hubiera pasado.
—Si.—comprendió la chica LaRusso.—, espero nunca ser tan terca de adulta.
Ambas muchachas rieron fuertemente.
—Descuida. Ya lo somos ahora.
—Oye, Valerie.—llamó la atención completa de la castaña, que jugaba con sus brazaletes de estrellas.—Papá me contó lo que hablaron sobre Halcón.
¿A ella también le contó?
—Al parecer, se lo contó a todo el Valle. Daniel es como la típica vecina chismosa.
Sam decidió ignorar el sarcasmo de Valerie, y decir exactamente lo que pensaba del gran acto que la castaña hizo por el muchacho.
—Fue lindo lo que hiciste por él. Se nota que te importa mucho.
—Lo haría por cualquiera.—mintió descaradamente.—Después de salir de Cobra Kai, aprendí a no dejar que los errores del pasado nos sigan controlando.
LaRusso experimentaba lo mismo que Diaz. Ella también cometió muchos errores y cada día, trataba de corregirlos y ser mejor persona cada día, pero le costaba. Desconocía cómo Valerie lo podía hacer con tanta facilidad, incluso después de lo que sucedió con Axel Deveroux. Valerie dijo que no lo odiaba, que lo entendía. Ahora era demasiado empática, a pesar de que la persona involucrada no lo mereciera.
—¿Por qué no sientes odio por Axel? Trató de matarte dos veces. Es un psicópata.
—Él siente que le arrebaté a la persona que más quería, su hermana, Blair.—excusó con un grado de culpabilidad.—Y si soy sincera también sería una psicópata si lastiman a alguien que amo.
Sam sintió eso como una advertencia por parte de la castaña, cuando en realidad, no era así. Y por segunda vez en la conversación, trató de ignorar la voz de su cabeza que decía que tuviera cuidado con Valerie Diaz y viceversa.
Cambió de tema para silenciar la voz.
—¿Qué me dices de Issac?—Sam no se quedaría con la duda.—Se ve que es una gran chico y también he notado la manera en la que te mira.
Valerie recordó las palabras de Issac días atrás,—Es muy complicado, Sammy. Acabo de terminar mi relación con Eli, y aún sigo confundida.
La chica LaRusso encogió los hombros, sentándose en su cama frente a la castaña, que parecía estar muy pensativa en ese momento. Sam quería darle su punto de vista y sus consejos a su nueva amiga, o lo que sea que fueran.
Desde que Cobra Kai atacó su casa, Sam se había vuelto mucho más cercana con Valerie, tratando de enmendar sus errores del pasado, al igual que la otra castaña, aunque no era muy fácil olvidar lo que sucedió entre ellas.
—Lo mejor que puedes hacer es darle una oportunidad a Issac.
—La última vez que alguien aplicó esa lógica, Miguel terminó en paralítico y Robby en la correcional.—Valerie supo que lo había dicho en voz alta y no en su mente, como lo creía.—Sin ofender, claro. No quisiera que pasara lo mismo, otra vez.
Para su buena suerte, Samantha no lo tomó personal. Era cierto, su lógica no era para nada agradable, ni mucho menos digna de aconsejar, sobre todo a una persona tan segura como Valerie.
—No hay problema.—ignoró la gran indirecta, no deseaba ningún desacuerdo.—Entonces, ¿tienes sentimientos por Halcón?
—Somos amigos, Samantha.
—¿Y?—inquirió LaRusso.—Eso no significa que no pueda gustarte o tal vez algo más.
La castaña negó con la cabeza. ¿Por qué parecía que todo el mundo estaba pendiente de su vida amorosa? La verdad era que ella aún no lograba resolver el enigma de sus sentimientos últimamente. ¿Eli seguía presente en su corazón?
—¿Sabes qué, Sam?—Valerie cambió de tema porque no quería parecer insegura de sus sentimientos delante de Sam.—Deberíamos bajar y ayudar en algo, o tal vez, buscar a mi hermano.
Sam asintió,—Dame un segundo, buscaré algo y te alcanzo.
Valerie salió de la hermosa habitación de Sam para dirigirse a la cocina, pero como continuaba pensando en Eli Moskowitz, no se dio cuenta de que, frente a ella, había un adolescente distraído en su aparato móvil, y que tampoco la notó, logrando que se chocaran.
—Oh.—se quejó reponiéndose del golpe en el torso para clavar su mirada en el menor de los LaRusso y examinarlo por completo.—Ohh. ¿Y tú quién eres, niño bonito?—se burló.
Anthony LaRusso se sonrojó levemente. Él siempre obtenía las mejores notas en la clase de español de la escuela, de ese modo, se le hizo demasiado fácil entender que la chica hermosa y sexi frente a él lo llamó bonito.
—¿No sabes quién soy?—cuestionó, incrédulo, pero manteniendo un tono tímido. Valerie negó con una sonrisa.—Estás en mi casa y eres amiga de mi hermana.
¿Hermana? Al escuchar aquella palabra brotando de los labios del muchacho, la castaña dejó su tono burlón en ese momento, y quiso golpearse a si misma contra una pared.
—Eres Anthony, ¿cierto?
El pelinegro asintió.
—Y tu eres la famosa Valerie.
Desde el momento en el que se chocó contra ella, Anthony la identificó claramente por las descripciones de su hermana a lo largo de los meses, y también porque, actualmente, era la única amiga que tenía debido a que Aisha se mudó lejos tras la pelea de la escuela.
—¿En qué sentido?—quiso saber.—¿En en el bueno o el malo?
—En el mejor. Sam solía hablar mal de ti todos los días.—soltó como si fuera lo más normal del mundo revelar los secretos de la familia. Valerie se cruzó de brazos, escuchando atentamente.—Estaba obsesionada contigo porque decía que eras la peor bravucona de Cobra Kai.
—Supongo que aún no conocía a Tory.
—No lo sé. Pero tú fuiste la primera persona que le dijo las cosas como verdaderamente son.—aclaró sonriendo, él era el coqueto.—Eres mi ídola.
En ese momento, Sam salió de su habitación con una sonrisa que se borró al instante que observó la manera en la que su hermano menor le sonreía a su amiga. ¿Acaso Anthony coqueteaba con Valerie?
—¿Qué está pasando aquí?
Anthony aprovecharía la situación para molestar a Sam, otra vez. Ese era su trabajo como hermano menor,—Nada que te incumba, Samantha.—le respondió con altanería, y antes de continuar su camino, le guiñó un ojo a Valerie.—Nos vemos, linda.
La castaña fue la que se sonrojó, esta vez. Maldito karma. No negaría que el hermano de Sam estaba buenísimo, pero era un niño pequeño. Además, ella no estaba interesada en nadie más románticamente, ya era suficiente con sus problemas con Eli Moskowitz.
—¿Te acaba de guiñar el ojo?
—Si, lo hizo.—confirmó Valerie, restándole importancia.—Pero, ¿por qué nunca me presentaste personalmente a tu hermano?
Sam hizo una mueca.
—Tiene quince años.
Valerie se giró y observó sorprendida a Sam por la insinuación,—¡¿Estás loca?! No me gusta, pervertida.
—Gracias a Dios.—se alivió Sam, colocando una mano en su pecho.—Anthony es un niño inmaduro y mi hermano.
—Si, bueno, tú sales con mi hermano.—bromeó, generando cierta incomodidad en Sam, quién no sabía por qué lo decía. Al examinar el rostro de Sam, decidió explicar su punto.—No me estoy quejando. Me gusta que estén juntos, son muy tiernos y también felices.
—Gracias.—agradeció, sonriendo más que nunca.—Aprecio mucho tu opinión.
—Y yo la tuya, aunque no lo parezca.
Ambas muchachas se rieron al unísono. No importaba cuántas diferencias pudiera existir entre ellas o que las voces de sus cabezas las mantenieran en alerta, Sam y Valerie luchaban para combatirlas y convertirse en grandes amigas. Odiaban que el pasado las continuara dominando de vez en cuando. Nadie dijo que sería fácil dejar ir una enemistad, pero tampoco era imposible.
Y para LaRusso y Diaz no existían cosas imposibles.
—¡Oigan, chicos! La cena.—llamó Amanda desde el comedor.
Rápidamente, las castañas bajaron las escaleras y escogieron sus respectivos asientos en los lugares disponibles. Valerie permitió que Sam se sentara al lado de Miguel porque prácticamente la cena era para ellos, por lo que decidió ocupar el lugar frente a Miguel, y al lado de Anthony LaRusso, quién no desviaba su mirada de ella.
—¿Se te perdió algo, niño?—le susurró en voz baja inclinándose hacia él.
—No me llames así.—repuso también en un susurro.—No soy un niño.
Ella rodó los ojos,—¿Acaso tienes una crisis de identidad?
—¿Y cómo van los negocios?—La voz de su madre la obligó a sentarse correctamente.
—Es la mejor época del concesionario en años.—reflexionó Daniel, sirviéndose un poco de ensalada.— Creo que estaré en piloto automático cuando Sam se haga cargo, ¿verdad, Sam?
Sam se avergonzó un poco por lo que decía su padre delante de la familia Diaz.
—¿Te encagarás del concesionario? ¡Genial!
—Si, tal vez, podrías darme algunas rebajas en autos.—rió Valerie.
Daniel cortó a los mellizos explicándoles que era una broma interna entre los LaRusso que se generó debido a que como Sam prácticamente creció en el concesionario, se creía la dueña del lugar, para continuar hablando de la universidad, un tema que incomodó un poco a todos los adolescentes.
—Miguel, Valerie, ¿cómo va la escuela?—Amanda parecía interesada.
—Ehm, bien.—contestó el latino un poco tímido.—Genial, de hecho.
—A mi también. Nos ayudamos a estudiar.
Carmen quiso intervenir, ya que sus hijos estaban un poco nerviosos,—Solo sacan A este semetre.
—Si, son unos frikis totales.—calificó el rubio.
Valerie sonrió rodando los ojos. Ya estaba acostumbrada a los comentarios de su sensei y debía admitir que le gustaba escucharlo.
—Con notas así, podrían estudiar donde quieran.—informó LaRusso a los mellizos.
—Nos gustaría ir a Stanford.—contó Valerie sacándole una sonrisa a su hermano porque ese había sido su sueño desde pequeños; ir a la universidad juntos.
Daniel se sorprendió por la gran elección de los jóvenes.
—Bien, esa es una universidad increíble.
—Si, es la número seis del país. El campus es hermoso.
—En realidad, también estaba pensando en Duke.—mencionó borrándole la bella sonrisa a su hermano. Ella nunca había hablado sobre eso con él.—Está en el ranking de buenas universidades del país.
—También estamos pensando en la Universidad de Santa Mónica. Ahorrar dinero, vivir en casa y luego ver a dónde vamos.
La corta felicidad de los muchachos se esfumó al ver que tenían tan pocas posibilidades de ir a la universidad de sus sueños por temas económicos. Daniel observó atentamente la reacción de los mellizos. Valerie clavó su mirada en su plato y Miguel parecía un poco distraído.
—Santa Mónica también está bien junto a la playa. ¿Han visto su campus?
—No, la verdad no. Nosotros...
Las palabras de Miguel terminaron en el aire cuando, debido a su nerviosismo, casualmente derramó el vino de la copa del señor LaRusso sobre él.
—¡Señor LaRusso, lo siento mucho!
—No te preocupes por eso.—minimizó el problema. Valerie tragó saliva varias veces.—Es solo un poco de vino, ¿no?
En ese momento, Valerie y Miguel comprendieron que les esperaba una larga, incómoda y difícil noche.
ESPERANDO SU PRIMER ENTRENAMIENTO con Daniel LaRusso, los estudiantes de Colmillo de Águila calentaban sus músculos al mismo tiempo que escuchaban lo sucedido con Miguel y Valerie en la cena con los LaRusso.
LA DULCE CASTAÑA, a diferencia de sus compañeros, estaba sentada en el césped con las piernas cruzadas, observando con curiosidad el cielo.
—Amigo, derramaste un vaso de vino. ¿Y qué?—espetó Eli demostrándole que su problema no era tan grave.
Este chico es tan sabio.
—Tendrías que haber oído cómo hablaba el señor LaRusso sobre el futuro de Sam.—continuó Miguel, inseguro.—Ni siquiera puedo pagar un auto, menos la universidad. ¿Y si piensan que no soy bueno para ella?
Tras oír esa anotación, Val se levantó rápidamente para exponer su punto de vista, de nuevo. Ella no toleraría que su hermano mostrara algún signo de inseguridad, sobre todo cuando era un gran muchacho que quería verdaderamente a Sam.
—Entonces, tendrían graves problemas conmigo.
—Si lo piensan, hermano, ahí no es.—intervino Issac tratando de darle calma al latino, que continuaba siendo su amigo, pero no tanto como lo era Eli.—Si alguien no te sabe valorar, es mejor dejarlo ir.
Eli y Valerie entornaron los ojos mirando al muchacho al mismo tiempo. Nada más le faltaba mencionarlos en su gran y estúpida indirecta.
—Miguel no está saliendo con los padres LaRusso, sino con la hija.—le informó, irritada.—Sam si lo valora.
—Exacto, amigo. Eres el serpiente, eres un campeón del Valle. Muéstrale al sensei de lo que estás hecho. Sé que aplastarás lo que sea que nos lance hoy.
Valerie no pudo evitar sonreírle a Eli por todo el apoyo y la seguridad que le brindaba a su hermano en un tema tan complejo como las relaciones. Aún le daba un poco de risa recordar el día que lo llevó a cenar con su familia, el pobre Eli estaba asustado de no agraderle a la familia de su novia, pero no contaba con que su familia era demasiado buena y linda.
—Comparado con el sensei Lawrence, serán unas vacaciones.—agregó Mitch.
—¿Quién se va de vacaciones?—Daniel apareció en el dojo acomodándose la cinta de la cabeza para iniciar con el entrenamiento.
—Nadie. ¿Qué tiene para nosotros, sensei?
—Vengan.—señaló caminando hasta el estanque seguido de los estudiantes.—Sé que les han enseñado a golpear primero. ¿Qué hacen cuando su enemigo es más rápido?
Mitch observó con cuidado lo que había dentro del estanque,—¿Esos son Koi?
—Si, asi es.—continuó Daniel.—La lección de hoy es simple; atrapar a un pez.
El señor LaRusso también agregó que la persona que pueda atrapar el pez, tendría el honor de dirigir la clase toda la semana y elegir el sabor del Gatorade, lo que avivó las ganas de los estudiantes a ganar la prueba.
—¿Y las cañas?
—Están en mi garage. Las manos será todo lo que usarán y necesitarán.
Los mellizos Diaz intercambiaron miradas de sorpresa y miedo, antes de recibir la orden de Daniel para comenzar a atrapar algún pez escurridizo. Valerie subió las mangas de su sudadera favorita, y se arrodilló estirando su brazo buscando con la mirada algún pez cerca. Después de algunos segundo más, ella y Miguel observaron al mismo pez como su objetivo.
El latino fue un poco más rápido que su hermana. Trató de detenerla sosteniendo su brazo, pero lo que sucedió fue que Miguel perdió el equilibrio y cayó al estanque llevándose a su hermana por delante.
—¡Eres un desgraciado, Miguel!
La castaña alzó agua y se lo lanzó en la cara a su hermano, mientras escuchaba las burlas de sus compañeros de dojo.
—¡Vaya! Al parecer, les falta experencia.—analizó LaRusso ocultando su sonrisa.
—¿Usted cree, sensei?—le respondió sarcásticamente.
Daniel sonrió abiertamente,—Bien, vamos a secarlos.
Era el primer día de su entrenamiento en Miyagi-Do y lo detestaba con todo su alma. Y ni siquiera se imaginaba cómo serían los próximos meses previos al torneo. Valerie caminó hasta la orilla del estanque, pero al hacer la vista, notó la mano de Issac frente a ella que le ofrecía para ayudarla a salir. A su lado, Eli bajó la cabeza maldiciendo internamente por no haber sido más rápido que Miller.
—¿Necesitas ayuda?—Le sonrió con sus dientes perfectos y su sonrisa de ángel.
Sin embargo, ahora Val era inmune a sus encantos. No mentiría al decir que consideraba guapo a Issac, pero tampoco estaba babeando por él y sus abdominales.
—Gracias.—aceptó la ayuda del muchacho.
Al subir, también ayudó a su mellizo porque no era tan mala como para dejarlo ahí en el agua mientras recibía las burlas de los demás. Miguel estaba completamente avergonzado por lo que sucedió frente al señor LaRusso.
—¿Estás bien?—A pesar de estar molesta con él, pasó un brazo por su hombro mientras se dirigían al dojo para secarse.—Te ves raro.
Miguel suspiró.
—Tenía la oportunidad de demostrarle al señor LaRusso que podría ser bueno para Sam y fracasé.
—Tontito, no tienes que demostrarle nada a nadie.—sostuvo, sonriéndole. Miguel la miró, incrédulo.—Eres muy especial y si el señor LaRusso no lo ve, entonces es un idiota. Además, Sammy sabe lo que vales y eso es lo que importa.
Miguel pareció pensar cada una de las palabras de su hermana, sin embargo, no volvió a decir nada en todo el proceso de secado. ¿Y si tenía razón? Él era no era perfectamente millonario, pero tampoco era mala persona y verdaderamente quería a Sam LaRusso, tal vez, la amaba. Después de varios minutos, Daniel dio por terminado el entrenamiento sin ningún ganador, y solamente declaró que, esperaba que en la siguiente clase, hubiera uno que lo lograse.
Ahora, los estudiantes de Colmillo de Águila, conversaban sobre lo duro que fue el entrenamiento.
—Estuve cerca de alcanzar uno.—contó Issac.—Casi lo toco, pero se me escapó.
—Conozco un restaurante chino con una pecera.—habló Eli, como si nada.—Podríamos practicar.—miró a los mellizos.—¿Vienen?
—No.—Valerie quiso hablar, pero Miguel le ganó.—Mamá nos recogerá.
Eli trató de hacer lo posible para no hacer una mueca. Deseaba pasar más tiempo con Valerie.
—De acuerdo. Manténgase secos.—se burló antes de darle un beso en la mejilla a la castaña de despedida, e irse con todos sin mirar atrás.
Valerie sintió cómo sus mejillas se ruborizaban y le ardían. Inconcientemente, tocó el lugar donde Eli había depositado el beso y sonrió levemente, sacándole una mueca a su hermano.
—¿Estás enamorada de Halcón?—Miguel no quiso quedarse con la duda, tras ver la escena cliché.—Creí que habías dicho que no.
—De Halcón, no.—respondió, pensativa.—Estaba enamorada de Eli Moskowitz, y siento que está volviendo a aparecer y tengo miedo.
Miguel trataría de levantarle el ánimo a su hermana y hablar en favor de Eli porque sabía que él había cambiado, pero su teléfono comenzó a sonar. Al parecer, su madre no podría recogerlos porque el auto se descompusó a mitad del camino.
—¿Está todo bien?—Daniel se interesó.
—No. Nuestra ma' tiene problemas con su auto.
—¿Problemas? ¿Y puedo ayudar?
—No es para tanto.—Valerie lo miró, con una ceja alzada.—Llamará a una grua.
Daniel LaRusso no se quedaría de los brazos cruzados teniendo la oportunidad de ayudar.
—Sé lo que cobran eso chacales. Llamaré a mis chicos y lo traeremos.
—Eso suena bien.—exclamó la castaña.—¿cierto, Miki?
Miki no estaba tan de acuerdo con su melliza,—No es necesario.
Será gratis, ¿y no quiere?
—Miguel, me dedico a esto, déjame.
Después de tanta insistencia por parte de Daniel y Valerie, Miguel accedió que el señor LaRusso ayudara a su madre con el asunto del auto. Daniel los llevó hasta el garage de su concesionaria, donde les enseñó a reparar el auto, tal y cómo el señor Miyagi lo hizo con él.
EL SEÑOR LARUSSO JAMÁS ESPERÓ sentirse identificado y establecer una buena conexión con los mellizos. Las lecciones de vida de Daniel habían ayudado a Valerie y Miguel Diaz a completar la prueba del estanque con los peces koi, convirtiéndose en los líderes de la clase Miyagi-Do.
—Usted me agrada mucho, sobre todo ahora que me enseña a arreglar autos.
Daniel sonrió por el cumplido.
—Si. Nunca pensé llegar a saber tanto sobre mecánica.—siguió Miguel arreglando una bombilla.
—Lamento que renuncien a un sábado por trabajar en un auto.—se disculpó Daniel.
—¿Bromea, Daniel?—ironizó con una sonrisa. Miguel seguía sin entender cómo ella lo llamaba por su nombre.—Probablemente, estaría limpiando la casa todo el día como Cenicienta.
—Además, nuestra madre estará feliz. Podrá volver a salir.—Miguel pareció pensarlo bien y rió—No deberíamos haberlo arreglado.
Valerie también se rió. Ella siempre había sido muy sobreprotectora con su madre, sobre todo, desde la última vez que comenzó a salir con Graham, ese imbécil que terminó con ella de la peor manera; por una llamada de menos de un minuto. ¿Quién rayos se creía que era? ¿Joe Jonas?
—Oh, si, yo ya pasé por eso. Mi madre solía llamarlo almorzar con un amigo yo lo odiaba.
—Es entendible.—afirmó Val.
—Una vez la atrapé en una cita con el señor Harris, mi profesor de historia. Y eso fue... muy incómodo. Aunque me dio una A, eso es lado positivo.
Daniel examinó las bombillas de auto, y al notar que, todo andaba bien, decidió que era el momento de probarlo.
—Súbete.—le dijo a Valerie.—Pruébalo.
Ella intercambió miradas con su hermano, esperando que él estuviera de acuerdo con que Valerie lo probara. Cuando el latino asintió, ella no tardó ni un segundo en subir al auto.
—¿Lo enciendo?—Daniel dijo que sí.— ¿Y si explota?
—No va a explotar.
—De acuerdo.
Con mucho cuidado, Val encendió el auto y demostró que, sin duda, lo habían reparado completamente. Una sonrisa atravesó sus labios al igual que su hermano y su sensei.
—¡Dios, funciona!
—¡Eso es talento innato!—el hombre se subió al copiloto y se colocó el cinturón de seguridad.—Sube, Miguel. Hay que ir a una fiesta a recoger a Amanda y a Sam. Se me hace tarde, vamos.
Me está fallando la audición.
—¡¿Cómo dijo, Daniel?! Yo no sé conducir un auto. Ni siquiera utilizar correctamente las manos y los pies al mismo tiempo.—dramatizó.—La persona más indicada para hacer esto es Miguel.—señaló a su hermano, quién la miró horrorizado.—¡Miki, es tu momento de demostrarle que eres digno de estar con Sam o las tonterías que quieres demostrar! —le gritó en español solamente para que su hermano entendiera.
Con las palabra de su melliza, Miguel entendió que necesitaba hacerlo, aunque a Daniel no le importara esas cosas. La castaña cambió de asiento con su hermano, dejándolo en el asiento del piloto, siguiendo las instrucciones de Daniel, quién le enseñaría a conducir tranquilamente. Por otro lado, Valerie se recostó en la parte de atrás, mientras le rezaba a Diosito que Miguel no chocara el auto.
Sacó su teléfono de su bolsillo, encontrándose con algunos mensajes no leídos.
ISSAC (5)
ELI❤ (2)
Estaba claro que el primer chat que abrió fue el de Eli, pues su relación con Issac no estaba del todo bien desde que mencionó que la amaba y no paraba de molestar a Eli en los entrenamientos.
ELI❤
Val, hola.
¿Cómo estás?
bien, ¿Y tu?
No tardó ni un segundo en responder.
ELI❤
igual <3 ¿te gustaría hacer
algo más tarde? Con los
chicos del dojo, claro.
Va
dime lo que tienes pensado.
Eli estaba escribiendo los planes, pero en eso, la batería de la castaña llegó a 0% y se le apagó completamente. Se incorporó rápidamente, deseando morirse por no haber cargado su teléfono en casa.
—No, no, no.—negaba repetidamente.—¡Maldición! ¿Hay algún cargador aquí?
Daniel se giró y le ofreció el suyo, con amabilidad,—Lo pondré a cargar. Préstame el teléfono, por favor.
—Señor, usted es mi salvador. Muchas gracias.
Durante la mitad del camino, Daniel instruía a Miguel sobre la importancia de respetar los semáforos y las señals de tránsito. El hombre solo quería que Sam estuviera a salvo si alguna vez Miguel conducía el auto.
—Yo también temblaba mucho al principio.—contó su experencia. Valerie apoyó sus hombros en la cabecera de los asientos delanteros.—A la mayoría de los chicos de mi edad, sus padres les enseñaban. Pero, para mí..., por suerte conocí al señor Miyagi. Me hizo ver que el no tener un padre no significaba que no hubiera alguien que pudiera desempeñar ese papel.
El rostro de Valerie se entristeció al escuchar la palabra padre. Aún era un tema complicado para ella, a pesar de tener a Johnny Lawrence en su vida.
—Lo triste es que si tenemos un padre.
—Pero, ¿lo han visto?
—No.—intervino Valerie.—Nunca lo conocimos. Mamá nos dijo que era un hombre peligroso y no logró que se detuviera, así que se fue estando embarazada. Y por eso, todos vivimos aquí.
Miguel observó por el espejo que su hermana trataba de hacer todo lo posible para no llorar.
—Y ahora vive en México. Claro que mamá no lo sabe. Siempre se enfada cuando preguntamos por él.
Daniel comprendió la historia de los mellizos. Cuando era adolescente, no comprendía que todo lo que hacía su madre era por su bien, pero con el conforme del tiempo, logró entenderla a la perfección. Y sabía que Carmen Diaz había hecho lo mismo por Valerie y Miguel. Lo restante del viaje, hablaron acerca de música de los 80's hasta llegar a la fiesta infantil en la que estaban las mujeres de la familia LaRusso. Era un lugar lindo y Valerie pensó que le hubiese gustado tener una fiesta de cumpleaños en ese colorido lugares lleno de brillos y personas disfrazadas de sirenas, debido a que Ariel era su princesa favorita.
Deseaba tanto pintarse el rostro como una niña de siete años.
—Ya vuelvo.—Miguel le dio un beso a su hermana en la frente.
El latino se acercó a hablar con su novia, quién estaba llena de brillos. Valerie se burló silenciosamente, mientras se acercaba para saber más de ese accidente.
—Lindo atuendo, Sammy. Te ves brillante.
En ese momento, Sam besó apasionadamente a Miguel, causando el asombro de Valerie, ya que ellos siempren eran muy dulces en ese aspecto. Un poco incómoda, apartó la vista y se encontró con la razón de la actitud de Sam.
Era Tory. La rubia,—con la peluca morada.—, salió rápidamente del lugar, furiosa, por lo que estaba presenciado.
—¿Todo bien, Val?—Sam quiso abrazar a la chica para presumir su amistad frente a Tory, pero ella la detuvo.— ¿Qué pasa?
—Tú dímelo, Sam.
La castaña se apartó y siguió a su antigua mejor amiga rubia, la misma que la lastimó terriblemente. Tal vez era tiempo de dejar ir el pasado, tal vez debía charlar con Tory y arreglar las cosas, porque después de todo, una amistad como la suya no era fácil de romper, ¿cierto?
—¡Oye, blondie!
Tory se dio media vuelta, sorprendida, de oír ese bello apodo que tanto extrañó.
—¿QUÉ ES LO QUE QUIERES, perra?— soltó con un tono lleno de odio y resentimiento, olvidando la nostalgia de ser llamada blondie otra vez—¿Tu amiguita te mandó a seguir con sus estúpidas bromitas?
—Yo no soy la mensajera de nadie, Tory. Creí que me conocías bien.
La rubia desligó una risa llena de sorna. Era la primera vez que Valerie escuchaba ese tipo de risa en Tory Nichols y le sorprendía.
—La Valerie Diaz que conocí jamás se habría vuelto amiga de Sam LaRusso.—Tory sentía cómo descargaba ese terrible nudo que se formó en su garganta.—Ella la odiaba con todas sus fuerzas que tan solo de imaginarse ser su amiga la habría hecho vomitar.
Valerie le daba la razón a la rubia. Incluso para ella, aún era confuso considerar a su amiga a Samantha. Pero también, demostró que no era la misma de antes, que tanto su manera de ver las cosas y de actuar habían cambiado después de dejar Cobra Kai, y sobre todo, luego de su accidente y el de su hermano.
—Aprendí a no dejar que los errores del pasado nos sigan dominando, blondie, y es por eso, que estoy aquí.
—No necesito tu compasión, Valerie, ni tampoco tu amistad.—mintió.—Ambas nos hemos hecho mucho daño.
Sin importarle el rostro fruncido de Tory Nichols, la muchacha caminó con un paso seguro hasta su ex mejor amiga y la abrazó. Valerie olvidó el hecho de que Tory se había acostado—, según las palabras de Tory,— con Halcón, el chico que amaba aunque no estaba lista para aceptarlo aún.
La rubia se sorprendió por la acción de Val, así que se quedó estática, sin responderle el abrazo.
—Puede que suene raro, pero una parte de mí, te extraña mucho. Y estoy dispuesta a olvidar todo lo que sucedió entre nosotras e intentar ser Vee de nuevo.
Lamentablemente, las cosas entre ellas empeorarían mucho más y esta vez, sería imposible perdonarse una a la otra. Sin darse cuenta, le estaban dando un cierre definitivo a su amistad, se despedían de Vee y Blondie.
HOLIS, REINAS
¿cómo andan? aquí les traigo un nuevo capítulo de loveless <3 espero que sea de su total agrado.
OPINIONES DEL CAPÍTULO
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♡
¿qué creen que pasará más adelante? ¿issac y valerie serán pareja? ¿les gustó cómo van las cosas entre Eli y Val? Sabemos que Valerie y Sam aún no confían plenamente una de la otra, ¿podrán arreglar sus problemas?
¿Y volverá el dúo explosivo de ✨blondie y vee✨?
ACTUALIZADO: decidí agregar la conversación de tory y valerie para que no se queden con la ganas <3 ¿qué pasará entre ellas?
♡
TEORÍAS Y SUGERENCIAS👉
las amo.
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