16. (☇) BLONDIE

➹ ੈCAPÍTULO DIECISEIS➹ ੈ
↳¡¿Por qué mi hermana parece una muerta viviente?! ¿Qué diablos pasó?

(No me gustan los lectores fantasmas👻👻)

AISHA SOLTÓ UN FUERTEsuspiro cuando recibió un mensaje de su madre. A su lado, pasó la chica rubia que no tardó en bromear con la reacción de Aisha cuando vio el mensaje. Valerie se acercó y le entregó a Aisha una bolsa de papitas fritas que la había encargado, aunque ella se distrajo en su sesión de sexo con Halcón.

— Déjame adivinar. ¿Foto de un pene?

Valerie y Aisha rieron por la suposición de la rubia.

— Mi mamá quiere que vayamos al club de playa.

—Oh, cielos. Eso suena tan miserable.—comentó la rubia con sarcasmo.

Ella es genial.

— No, de seguro estará Sam, una antigua amiga y no estamos en buenos términos.

Valerie rodó los ojos.

— Nadie te puede culpar. Esa chica es súper mala onda.— la ojos avellana de la chica se posó en Valerie dándole una débil sonrisa. 

Aisha sonrió ante la acotación de su mejor amiga. Todo el mundo que conocía a Valerie sabía que Sam no era de su agrado por las cosas que hizo, sobre todo, por romper el corazón de Miguel.

— Soy Aisha, por cierto.— se presentó.

— Tory.

Tory observó a la castaña esperando conocer su nombre.

— Tú le diste un paliza a mi hermano. — la rubia se sintió intimidada por la voz rígida de Valerie, pero se sintió aliviada cuando la castaña sonrió.— ¡Bienvenida al grupo! Tanto Aisha y yo le hemos dado una gran paliza a Miguel. Me llamo Valerie, por cierto.

Tory rió levemente tras el entusiasmo de Valerie. Ella irradiaba luz y alegría, mientras que Tory era todo lo contrario. Se conocían desde tan poco minutos, pero Tory sintió que la conocía de siempre, además no podía negar que le agradaba mucho.

— Oye, bonito brazalete.

— Ah, ¿esto?— Tory observó su brazalete y sonrió.— No es solo de adorno. Un tipo aterrador en el centro comercial intentó atraparme una vez, pero logré bloquearlo y dejarle una regalo que nunca olvidará.

Necesito un brazalete igual.

Parece que ya sabes cómo patear traseros. ¿Para qué necesitas Cobra Kai?

— Tomé un par de lecciones de kickboxing, pero siempre quise romper tablas con los ojos vendados.

Valerie sonrió recordando la presentación en la que Aisha y ella rompieron tablas de madera con los ojos vendados. 

— El secreto es hacerle agujeros a la venda.— reveló Aisha.

Tory le regaló una sonrisa a ambas chicas y continuó su camino dispuesta a salir de la tienda, pero Robinson la detuvo para hacerle una propuesta. 

— Oye, ¿te gustaría ir a la playa con nosotras? Creo que Valerie y tú serían buenos refuerzos. 

— Podría soportar un día en la playa.— contestó aceptando la invitación de Aisha, sin saber que las cosas no saldrían tan bien. 

Después de un largo viaje, las chicas llegaron al club de playa con una gran sonrisa. Era la primera vez que Valerie y Tory pisaban un club de playa, normalmente sólo la gente con dinero tenía ese privilegio. Valerie observó a todos en el balcón y notó la presencia de los LaRusso y de Robby. Decidió ignorarlos para poder divertirse junto a sus amigas.

— Oye, esto no es la playa.— analizó Tory apoyándose en la baranda del balcón.— ¿Dónde están los vagos patines y los chicos que te hacen demostraciones de hip hop?

Aisha rió.

— No te preocupes, vendrán cuando repartan los entremeses.

— ¿En este lugar hay algún bar?—preguntó Tory sonriendo.

Aisha contó que sólo podían tomar algún trago las personas que tengan 21 años y lo pueden demostrar con su identificación. Para mala suerte de Tory, ella no había traído su identificación falsa, pero eso no sería un impedimiento para la rubia, quién le pidió a Valerie que la acompañara al bar por un momento, mientras que Aisha se quedó junto al banquete.

Tory entrelazó su brazo con el de Valerie, y ella no se apartó.

— ¿A dónde vamos, blondie?

— ¿Blondie? Me gusta ese apodo. Te llamaré Vee, si no te molesta.

— No me molesta en absoluto. 

Tory sonrió. Sin duda, la compañía de Valerie le alegraba el día. No la conocía mucho, pero sentía que la castaña la complementaba. Tal vez, era la primera vez que pensaba algo así de una amiga. No le dio mucha importancia porque no deseaba arruinar su plan con sus estúpidos pensamientos.
 
— Iremos al bar.— respondió con seguridad. 

— Aisha dijo que no podemos tomar ningún trago sin mostrar nuestra identificación.

— ¿Y quién dijo que vamos a tomar algo?— la confusión se apoderó de Valerie. Tory lo notó y comenzó a reír.— Iremos a tomar una botella de vodka prestada. Cuando terminemos de tomarlo, lo regresaremos.

Por fin, Valerie pudo comprender lo que Tory trataba de decir y no podía negar que su plan de robo, le resultaba genial. Valerie supo que Tory no era una chica "buena", y de alguna manera, le gustaba. Cuando llegaron hasta el bar, Tory le guiñó un ojo al guardia coqueteándole y el hombre las dejó pasar.

Idiota.

— Ya estamos aquí y no hay marcha atrás.— susurró Tory en la oreja de Valerie.— ¿Por qué no distraes al chico de la barra para poder agarrar la botella?

— ¿Estás segura, Tory?

— Por supuesto.

¿Qué se le podía ocurrir a Valerie para distraer al tipo de la barra? Claro, finjir que perdió su celular serviría mucho. Nadie sabría cómo lo perdió, pero igual la ayudarían a buscar el disque celular perdido. Eso era suficiente para darle a Tory el tiempo que necesitara para robar esa botella de vodka. El chico del bar no tardó en ayudar a la castaña porque según la política del lugar, si algún artefacto de valor se pierde en su turno de trabajo, él tendría que reponerlo.

No recordaba haber visto a Valerie entrar al bar, él tenía buena memoria.

Tory le dio una señal a Valerie con la cabeza que significaba que la botella de vodka estaba sana y salva dentro de su cartera. Dios perdóname por mentir fue lo que pensó. Aunque sabía que estaba mal, era muy emocionante. La rubia salió del bar con rapidez, pero Valerie se quedó a disculparse con el chico de la barra por darle un susto.

— Lo siento mucho. Acabo de recordar que lo dejé en el baño.

Valerie corrió hasta la salida del bar dónde la esperaba Tory con una gran sonrisa mostrando orgullo del gran método de distracción de la castaña.

— Eso fue... loco.— rió Valerie pasando su brazo por el hombro de Tory.

— Lo sé. Vayamos con Aisha.


— Y Robby se mudó a nuestra casa.

— ¿Tus padres lo permitieron?— Aisha sonaba sorprendida por la actitud de los LaRusso.

Sam no tardó en dispersar lo que pensaba Aisha con respecto a su relación con Robby:—No pasa nada, sólo somos amigos.

— Bueno, aún no le diré nada a Miguel.

La conversación fue interrumpida por la llegada de Tory y Valerie. Ambas aparecieron abrazadas y con la sonrisa más brillante en sus rostros. Valerie notó que Sam estaba junto a Aisha, pero decidió no hacer caso. Nadie arruinaría su maravillosa tarde.

— Mira que lo tengo.

La rubia se acercó a Aisha y le mostró sigilosamente la botella de vodka que la guardaba en su cartera para evitar que se den cuenta que la tenía.

— ¿De dónde la sacaste?— cuestionó Aisha.

— La tomé del bar con ayuda de Valerie.— Sam miró horrorizada a las chicas al igual que Aisha. Obviamente, Tory trató de desaparecer esa expresión del rostro de Aisha.— Oh, relájate. Los adultos se están embriagando, nadie notará si nos divertimos un poco.

Sam no perdió la oportunidad para creerse la niña buena.

— Devuélvelo o te meterás en problemas.

Tory miró a Sam con una sonrisa.

— ¿Y tú eres...

— Sam, ella es Tory, Tory ella es Sam.— presentó Aisha rápidamente. Las introducciones largas no eran lo suyo.

— Oh, la famosa Sam.— comentó Tory mirando a Valerie, recordando lo que había dicho de Sam en la tienda. Obviamente, Sam tuvo curiosidad sobre las cosas que hablaba Valerie de ella.— Vamos, nadie notará que falta una botella de vodka. Podría robar los cubiertos y nadie se daría cuenta.

Valerie rió asintiendo con la cabeza. Para ser un lugar dónde va gente millonaria, había un pésima seguridad. ¿Cuántas personas así podrían entrar a robar sin ser vistos o atrapados?

— No deberías robar nada.— continuó Sam.

— ¿Qué eres? ¿Una monja?— le respondió Tory sin ningún problema.

— Samantha, no te metas en nuestros asuntos.— le espetó Valerie perdiendo la paciencia.

Que persona más irritante. La mirada de Sam se posó en los ojos marrones de Valerie, aún no olvidaba que ella arruinó su presentación en el Valley Fest. Ahora no estaba Robby para detenerla y evitar que le dijera sus verdades a Valerie, pero sí estaba Aisha. Se acababan de reconciliar y no quería echar a perder si amistad por no saber controlarse frente a la castaña.

Sam la maldecía por dentro. Le deseaba lo peor sin imaginar que su deseo se haría realidad en el momento, un momento dónde se daría cuenta que cometió un grave error.

Tory, Aisha y Valerie hicieron caso omiso a todo lo que decía Sam, pues, era mayor su deseo de beber vodka y pasar la mejor tarde de sus vidas. Los brazos de Tory pasaron por los hombros de Aisha y Valerie caminando juntas hasta un rincón del club para poder beber sin ser vista por los padres de Aisha.

— Esa chica es algo irritante.

Tory sacó la botella de su cartera y abriéndola con un poco de desesperación. Valerie asintió con la cabeza dándole toda la razón a Tory, mientras que Aisha le dio un sorbo a la botella después de que lo hiciera Tory.

— Quiero saber más de ustedes. Primero tú, Vee.

— Bueno, ¿por dónde empiezo?— Val recibió la botella.— Eh, soy ecuatoriana. Vivo con mi madre, mi abuela y mi mellizo, Miguel, el chico al cuál le diste una paliza. Y tengo novio.

— El chico del cabello puntiaguado, ¿no?

Valerie sonrió:— Sí, Halcón.

Después de preguntarle más sobre la vida de Valerie, tocó el turno de Aisha, quién empezó contando sobre su vida temprana. El tema de la conversión siguió hasta que Aisha mencionó la razón por la que se unió a Cobra Kai. Tory sintió compasión por Aisha, lo que contaba, era demasiado horrible. No se imaginaba cómo la habría pasado si estuviera en su lugar. Pero Aisha fue todo una guerrera y pudo levantarse y demostrarles a todos que jamás volvería a ser el blanco de las burlas y para ello, se encargó que alguien más lo sea, que mejor que su bully, Yasmine.

— Espera, ¿le hiciste calzón chino?

— Partí a esa sucia en dos.— comentó haciendo reír a Tory y Valerie.

Las risas de las chicas se detuvieron cuando Sam apareció detrás de ellas y las llamó.

— A mi mamá le falta su billetera.

— Que mal por ella.— respondió Tory riendo.

Valerie rió de igual manera. No sabía si le causaba risa lo que dijo Tory o era porque estaba algo mareada.

— Para ser un lugar dónde vienen personas ricas, tienen una pésima seguridad.

Sam ignoró olímpicamente a Valerie y sólo se concentró en Tory. Ella estaba segura que la culpable de que Amanda perdiera su billetera era la rubia. La había oído decir que robó la botella de vodka y que era capaz de robar más cosas del lugar.

— ¿No sabrás nada al respecto?

Aisha cuestionó la pregunta de Sam. A Tory le cambió la cara oír la insinuación de la chica. ¿Quién diablos se creía que era?

— Dame la billetera y no llamaré a seguridad.— siguió Sam manteniéndose firme a sus pensamientos.

— ¿Acaso es una broma?— Tory comenzó a enfadarse.

Valerie trató de intervenir en defensa de Tory, pero Aisha fue más rápida. Sin duda, Sam estaba cometiendo un grave error que le costaría muy caro. A pesar de las explicaciones de la chica, Sam continuó culpando a Tory sin tener ninguna prueba.

— No le robé a tu madre, perra. ¿Saben que? Salgamos de aquí.

Tory se dio la vuelta dispuesta a irse, pero Sam no lo permitió. Ella trató de detenerla cogiendo su cartera, pero la rubia reaccionó de inmediato y la empujó haciendo que Sam cayera sobre la mesa de comida. Todo el mundo, observó a LaRusso y murmuraban sobre lo que había pasado. Tory no aguantó estar ahí y se marchó rápidamente, Aisha fue detrás de ella, pero Valerie se quedó con Sam.

— ¿Por qué siempre debes fastidiar todo?

— Muy graciosa. Simpática amiga te conseguiste.— le espetó, furiosa.—  Es idéntica a ti.

— Te mereces esto, Samantha. No debiste acusarla de algo así.

  MIGUEL Y HALCÓN SE ENCONTRABAN sentados en el sofá conversando sobre las "niñerías" de Demetri. Halcón pensaba que era una nenita y Miguel lo defendía a toda costa, pues él creía que Kreese no había actuado de buena manera frente al ojiverde. Cuando de repente, la puerta del departamento se abrió dejando ver a Valerie apoyada del hombro de Tory.

Inmediatamente, Miguel se levantó del sófa para ayudar a Valerie, ella se comenzó a reír como si estuviera desquiciada. Halcón se quedó estático al ver lo que pasaba.

— ¡¿Por qué diablos mi hermana parece una muerta viviente?!—miró a Tory, quién se acomodó su cartera y mantenía una expresión de de preocupación en el rostro.— ¿Qué pasó?

— Ella bebió dos botellas de vodka. Tratamos de detenerla, pero se puso intensa. Lo siento, debí haberla cuidado más.

Valerie se logró zafarse del agarre de Miguel para marcharse a su habitación, sin decir ni una sola palabra. Halcón trató de ir junto a ella para darle su ayuda, pero Miguel se lo impidió:— No te preocupes por Val, yo me haré cargo antes de que regrese mi madre.

— ¿Cómo es que no pudieron quitarle una simple botella de vodka?— Halcón se molestó con Tory.

La rubia no permitió que Halcón le hablara con ese tono. No fue su culpa que Valerie estuviera así, ella jamás haría algo para perjudicarla. Tory se acercó a Halcón con el mentón en alto dispuesto a encararlo. Halcón copió el mismo acto, pero Miguel se colocó en el medio y los detuvo para evitar una pelea en su casa.

— Valerie me importa mucho.

— Gracias por traerla, Tory. Significa mucho para mí.— contestó Miguel con una débil sonrisa hacia la rubia.

Halcón frunció el ceño. La manera en la que la rubia se preocupaba por Valerie, no era normal. A lo mejor, no pensaba bien y estaba alucinando. Tory le dio una mirada cargada de molestia a Halcón antes de irse pensando que era lo que Valerie veía en él. Minutos después, Halcón tuvo que marcharse de la casa de los Diaz dejando a Miguel a cargo de una Valerie ebria.

— Ay, Val, ¿por qué siempre haces este tipo de cosas?— se preguntó Miguel mientras sujetaba el cabello de su hermana.

La castaña esbozó una sonrisa.

— No lo sé, supongo que soy un desastre.

Miguel acarició el rostro de su melliza con delicadeza a la misma vez que ella cerraba sus ojos rindiéndose ante el sueño.

— Siempre estaré aquí para ti, Lexa.

Aquel apodo trajo dolorosos recuerdos en Valerie. Lexa, Lexie. ¿Por qué Miguel la llamó así? Él prometió no volverla a llamar así por los recuerdos que le traía aquel apodo.

¿Acaso era una señal de que pasarían cosas malas? Tal vez lo era o simplemente era Valerie, quién no olvidaba su pasado. Una nueva historia se escribía en la vida de todos desde que el sensei Lawrence tomó la decisión de nombrar a Kreese, nuevo sensei del dojo.

CHRIS OBSERVABA CON CAUTELA a Valerie, ella leía una revista que encontró dentro del lugar tétrico dónde se tatuaba Halcón. De la noche a la mañana, Halcón decidió cambiar su color de cabello a rojo y a Valerie no le disgustaba, en realidad, lo volvía más sexi. El moreno no quitaba la vista de Valerie, ocasionando que Mitch tuviera que darle un par de codazos. Ella era la novia de Halcón y no querían problemas con él.

— ¿Qué opinas de este tatuaje?—le preguntó Val a Chris, sabiendo que mantenía su mirada en ella.— ¿Te gusta?

— Es lindo. ¿Pero para qué necesitas hacerte un tatuaje? Eres linda tal y como eres.

Valerie sonrió en manera de agradecimiento por el halago de Chris, quién se arrepintió de haber dicho algo así. Mitch, sutilmente, golpeó su cabeza con la palma de la mano. Cuando quería responderle cordialmente al chico, escuchó que Halcón agradecía a su tatuador, Rico, al mismo tiempo en el que se levantaba de la camilla. La castaña se acercó para ver a su novio, sin esperar la sorpresa que le daría. La mirada de Valerie viajó hasta el pecho desnudo de Halcón dónde tenía un tatuaje peculiar.

Valerie.

Ella soltó una risa algo nerviosa mientras pasaba las yemas de sus dedos alrededor del tatuaje de su nombre.

— En otros países, tatuarte el nombre de tu pareja es como una propuesta de matrimonio.— fue lo único que se le ocurrió decir.— ¿Me estás pidiendo matrimonio?— se burló la castaña.

Halcón sonrió engreídamente.

— Tal vez lo hago.

Como una respuesta, Valerie tomó las mejillas a Halcón y le proporcionó un beso. ¿Qué importaba que todos estuvieran viendo? Él era su novio, era suyo y nadie podría impedirlo. Su amor era más fuerte que nada y a pesar de todo, no se destruiría. El corazón de ambos latía con fuerza y gran velocidad con cada beso, palabra y caricia. Era un sentimiento increíble, pero aterrador a la vez, bueno, para Halcón no lo era.

Nunca había amado a nadie con tanta intensidad con la que amaba a Valerie Diaz y sabía que nunca más amaría a nadie más. Puede que su pecho esté tatuado el nombre de Valerie, pero el verdadero tatuaje estaba en su corazón. ¿Cómo llegó a estar tan embodado con ella? No tenía idea, sin embargo, lo disfrutaba. Halcón pasó su brazo por los hombros de Valerie dispuestos a irse al entrenamiento del dojo, sin antes encargarle de mala manera a Mitch y Chris que cargaran sus cosas hasta su destino.

Cuando por fin, llegaron al dojo, los estudiantes se mostraron muy sorprendidos por el nuevo cambio de Halcón, quién no tardó en presumir su modificado tatuaje en la espalda y el que tenía el nombre de Valerie.

— Así que las cosas con tu novio van en serio.— Tory se acercó a Valerie con una gran sonrisa.— Si estás feliz, yo lo estoy, Vee.

Valerie sonrió.

— Gracias, blondie. Por cierto, Miguel me contó que me llevaste a casa cuando estaba ebria. Lamento haber sido una carga para ti.

Tory colocó su mano encima de la mano de Valerie:—No eres una carga. Eres mi nueva mejor amiga.

Antes de que Valerie pudiera contestar, la voz rígida de Johnny sonó en el dojo ordenando a sus estudiantes a sentarse alrededor de la colchoneta para presenciar la clase que daría con el sensei Kreese sobre arriesgarlo todo, algo que motivó a Miguel a recuperar el amor de Sam.

— ¿En qué estás pensando?— La latina murmuró esperando que Johnny no la oyera.

— ¿Cuál es tu canción romántica favorita?

Listen to your heart de Roxette.— Miguel repitió el nombre de la canción un par de veces.— ¿Por qué quieres saberlo, Miguel?

Miguel no respondió, pues, si Valerie supiera que continuaba en intentar regresar con Sam, sin duda, ella lo impediría y lo insultaría llámandolo "idiota" entre otros adjtivos calificativos que no quería escuchar. ¿Por qué Sam y Valerie no podían llevarse bien? Ese sería su deseo y esperaba que se le cumpliera algún día, lo cuál era demasiado complicado considerando la gran enemistad que ambas castañas tenían entre ellas.

Sam acusaba a Valerie como una gran causa de su separación con Miguel y Valerie la acusaba de ser la persona que jugó con el corazón de su mellizo.

Diferentes lados de la historia.

— Valerie, Tory.— Aisha las llamó con voz baja.— Hay algo que quiero decirles después del entrenamiento.


¡Hola hermosas!💕

¿Qué opinan del capítulo? ¿Les gustó?

El apodo de Valerie vendría por su segundo nombre que es "Alexandra". ¿Quién creen que le dio ese apodo?

Miguel cuidando a Valerie ebria me da un millón de vida⚘

¿Valerie querrá que Miguel sea novio de Tory o se opondrá por sus celos de hermana? ¿Qué pasará con Valerie y Halcón cuando él ataque a Demetri? ¿Ella lo apoyará por su odio a Sam o estará en desacuerdo?

TEORÍAS Y/O SUGERENCIAS👉


Tengo un fanfic de Outer Banks, por si se quieren pasar a leerlo.

Las amo

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