Capítulo 12
-¡Buenos días! Invité a Thomas a desayunar.
Abrí los ojos y vi a Alin con un delantal de pastelitos recargada en el marco de mi puerta.
-¿Qué? Murmuré
-Invité a Thomas a desayunar, solo ponte... presentable. Te espero abajo.
Alin me dedico una sonrisa y cerró la puerta.
Me dolía la cabeza y sentía la boca seca. Me paré lentamente y fui al baño a lavarme la cara, creo que ya entiendo la parte de ''más presentable'' pues tenía todo el rímel corrido (Por todas las lagrimas que derramé) y tenía la cara un poco pálida. No tenía intención de arreglarme solo para desayunar. Así que tomé mi cobija, me envolví en ella como si fuese E.T. y bajé las escaleras.
Alguien tocó la puerta al momento que Alin gritaba ''Un segundo''.
Como estaba cerca fui a abrir, vi a Thomas radiante como siempre, la luz del sol hacia que su cabello rubio brillara más de lo normal.
-¡Nina!
Thomas se agachó y me dio un beso rápido en los labios.
-¿Qué esta pasando aquí?
Alin estaba atrás de nosotros con una cuchara de madera y el cabello recogido en un chongo.
-Buenos días Alin.. ¿Cómo amaneciste?-- Dijo el rubio con su mano en mi cintura
-No, no, no me cambies de tema Thomas. ¿Qué esta pasando aquí? ¿Ustedes son algo? - La amplia sonrisa que tenía ya nadie se la podrá quitar.
-Estamos en eso. ¿Qué hay de desayunar?
Di el tema por cerrado mientras acomodaba mi cobija y tomaba a Thomas de la mano.
-Hay... hot cakes, siéntense... Nina, no puedo creer que bajes... así cuando hay visitar.
-Thomas siempre me ve en fachas.
-Y aún así se ve perfecta.
Miré a Thomas, sentí como mis mejillas se volvían rojas y él me sonreía tiernamente. A este paso yo podría...
-¿Me pasas la cajeta? - Alin me vio, tardé un poco en reaccionar hasta que tomé el frasco y se lo di a mi amiga.
Ellos comenzaron a platicar pero para ser honesta no podía pensar. Que Thomas viniera era un bonito detalle, pero un poco rápido para todo lo que ha pasado. Tomé un hotcake y busqué con la mirada la mermelada.
-¿No sacaron la mermelada?
-Creo que está en la alacena...
Me paré y tomé el banco que usaba para abrir la alacena, luego de buscarla un poco vi que estaba hasta el fondo.
-¿Ya la encontraste?
-Si, ¿Quién la puso hasta atrás?
-No sé... Oye les tengo una propuesta.
Tomé el frasco y bajé del banco para mirar a Alin quién estaba jugando con los pedazos de pan en su plato.
-¿Qué propuesta? - preguntó mi rubio amigo.
-Es que después del éxito de ayer... Quisiera que nos juntemos más.
-¿Juntarnos? ¿En que sentido?
-Pues a Luke le cayeron muy bien, Ya saben una cita doble estaría... Fabuloso.
Sin más tiré la mermelada que justo cayó frente a mis pies, haciendo un par de cortadas con los vidrios.
Mierda
-¡Nina! ¿Estás bien? - Thomas se paró de la mesa y corrió hacia mi.
-Si es que, se me acaba de resbalar.
-Y para colmo no traes zapatos.
Solamente le sonreí pues era lo único que mi cerebro podía hacer en ese momento.
-Ven, cuidado.
Me tomó de la cintura y de la mano para cargarme.
-Thomas, no es necesario que me cargues.
-Claro que lo es, mira tus pies, puedes tener vidrios y si caminas se te pueden encajar.
-Eso no es cierto.
-¡Nina! ¿Qué pasó? - preguntó Alin
-Solo se me cayó la mermelada.
-Deja lo recojo.
-No, Alin ahorita que Thomas me baje yo me encargo
-No, no, Thomas, ¿Puedes ponerle alcohol en las cortadas?
-¿Alcohol? Eso no es necesario. - Miré un poco alarmada a Thomas a quien, le parecía graciosa está situación. -Aparte, yo sola lo puedo hacer.
-Ni siquiera lo pienses. Desde que te conozco no me has dejado ayudarte en nada, es mi oportunidad de ser el héroe aquí. - alardeo con una sonrisa de superioridad.
-Alin... -mire a mi amiga para un poco de ayuda pero en cambio recibí una sonrisa traviesa
-Adiós - Alin se fue casi corriendo por el pasillo
-Sabes que esto no es necesario, puedo perfectamente caminar sola. - reclamé
-Lo sé.
-¿Entonces?
-Ya te dije, si quiero enamórate debo de ser un caballero contigo.
-No sé cómo le haces para siempre dejarme sin palabras.
Thomas me llevo hasta me habitación donde me sentó en la orilla de la cama y fue al baño por el botiquín.
-¿Thomas?
-¿Si?
-¿Por qué yo?
-¿Por qué tú?
-Si, ¿Por qué yo y no alguien más?
-Mira Nina... Me encantas, cuando te conocí supe que eras la chica perfecta, diferente a las demás, eres una chica humilde, que siempre antepone a los demás, no le tienes miedo a nada y eres una mujer independiente. Creo que eso es lo que más me encanta sobre ti... Esto te va a doler.
-¿De que....?
Antes de que terminara Thomas me puso un algodón mojado de alcohol
-¡Thomas!
Era un ardor inexplicable, las cortadas más pequeñas eran las que más dolían.
-Tranquila Nina, ya casi termino.
No grité más, ni le dije algo solo cerré mi boca y empecé a lagrimear.
Esto era una tortura.
-Terminé... ¿Nina?
Tenía los ojos llenos de lágrimas, pues era la única forma en la que podía mostrar mi dolor.
-¿Estás bien?
Asentí sin una palabra.
-Ven acá...
Thomas se acostó en mi cama y me hizo una seña para que me acercara a él. Lo dudé unos segundos pero después ya estaba abrazando su cintura y él pasaba una mano sobre mis hombros, nos quedamos así bastante tiempo hasta que Alin habré la puerta e interrumpe el momento.
-Oh, lo siento yo chicos, sólo venía a preguntar si Niña está bien... Pero veo que está mejor que bien.
Sonreí inconscientemente y oculte mi cara en el pecho de Thomas, quién al parecer sonreía por mi acción.
-Bien chicos... Hoy voy a salir, piensen en lo que les dije y luego me dicen...
Se escuchó la puerta cerrar volviendo a dejarnos a Thomas y a mi en completo.
silencio.
-No quiero ir... - le dije sinceramente a Tom
-Yo tampoco... Pero hay que encontrar una manera en la cual decirle y no se sienta mal.
-No te preocupes... Yo me encargo...
-Bien... Me gusta tu recámara.
-Jajaja no te acostumbres.
-¿Que? En menos de lo que piensas vas a pedirme que me quede a dormir contigo.
-Ni en tus sueños salvajes Tommy.
-¿Tommy?
-Eh.. yo..
-No, no, está bien, me gusta que me digas Tommy.
Simplemente sonreí y seguí abrazando a Tom.
No necesitábamos hablar para sentirnos cómodos, sólo bastaba la compañía del otro.
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