27.

- ¡Wonho detente maldita sea! ¡No estas bien!

Sin embargo él hacía caso omiso a sus palabras y Hyungwon maldecía internamente aquel día cuando estuvo de acuerdo con la decisión de que Wonho se comprara un auto deportivo.

Wonho logró salir a la calle esquivando a Hyungwon quien se agarró la cabeza con frustración y salió corriendo hacia su garaje que aún estaba abierto.

Subió a su auto lo más rápido que pudo y puso el celular en altavoz porque aún seguía en la llamada con Ruby.

Odiaba tener muy poca experiencia al volante, sin embargo retrocedió lo más rápido que pudo y se puso en el camino rápidamente.

Miró a Wonho un par de cuadras delante de él, sin embargo aún no estaban cerca el uno del otro.

Lo siguió con la mirada temiendo por la velocidad que cada vez aumentaba.

- ¡Hyungwon! ¿Qué demonios pasa? ¿Me escuchas?

En ese momento Hyungwon recordó la llamada con Ruby.

- Ruby, no sé lo que planea... yo... yo...

Su labio temblaba, estaba asustado.

Su voz se quebraba sin apartar su vista de la calle, su pecho ardía sabiendo que tenía la culpa por no actuar como debió, al menos por su lado profesional.

Como futuro psicólogo, sabía que Wonho no estaba bien psicológicamente y aún así no le importó.

Debía haberse quedado en silencio.

- ¿Qué demonios pasa? ¡Estas asustandome!

Hyungwon suspiró frustrado.

- ¡Estamos conduciendo por la avenida!

Ruby estaba confundida al no estar al tanto de la situación.

- ¿Y eso que tiene de malo?

Hyungwon respiró con dificultad al ver el auto de Wonho ingresar a la vacía autopista y entonces comprendió sus intenciones.

- No...

- ¿No qué Hyungwon?

Wonho aceleró el auto dejando atrás a Hyungwon en segundos quien se vio a obligado a acelerar junto a él.

- Estamos en la autopista Ruby... tengo miedo.

- Hyungwon... De verdad no entiendo nada.

Hyungwon golpeó el volante con molestia al ver a Wonho alejarse más rápido de lo que quisiera.

- ¡Qué está en medio de una maldita crisis nerviosa en un puto auto deportivo que corre a 400 km/h en una autopista vacía!

- ¡Maldita sea Hyungwon! ¡Alcanzalo!

- ¡Es lo que intento maldita sea!

Hyungwon se vio obligado a usar el último cambio de velocidad, uno que jamás había usado y que jamás había pensado usar.

Respiraba irregular mientras miraba fugazmente a su tablero marcar los 160 km/h y subiendo.

Sus manos comenzaron a sudar y sus latidos parecía que iban a romper su caja torácica.

Lo único que agradecía al cielo es que por alguna razón, toda la autopista estaba vacía.

Eran sólo ellos dos lidiando con una situación personal a alta velocidad.

Cuando vio nuevamente su tablero, marcaba los 185 km/h y sintió miedo, así que decidió que ya no iba a acelerar a pesar de que su auto podía alcanzar una velocidad de 200 km/h.

Pero algo llamó su atención.

Un fuerte sonido resonó en todo el vacío lugar ya casi a las afueras de la ciudad y Hyungwon volvió a respirar con dificultad.

Eran los frenos del auto de Wonho, así que él también comenzó a frenar con fuerza intentando reducir la velocidad, pero ya que él llevaba menos velocidad le fue más fácil detenerse.

En cambio a Wonho no.

Hyungwon miraba delante suyo con el corazón casi saliendo de su pecho, rogando al cielo que el auto no se volteara pues se tambaleaba de un lado a otro en toda la autopista.

- ¡Hyungwon! ¡¿Qué demonios es eso?!

Hyungwon comenzó a llorar sin saber que decir.

- ¡¿Hyungwon?!

Mientras seguía reduciendo la velocidad, sus ojos se llenaban de lágrimas por la situación, estaba rompiéndose también.

Pero por suerte o destino, Wonho logró detenerse bien, a un lado de la autopista.

Hyungwon condujo lentamente, llorando casi a gritos, muy asustado y se estacionó justo detrás de él.

- ¡¿Hyungwon?! Dime que no tengo que llamar una ambulancia...

Hyungwon se apoyó en el volante del auto y lloró allí sintiendo sus piernas muy débiles.

Sollozó con fuerza y tomó el teléfono de Wonho.

- No Ruby, todo está bien, te llamo luego.

Cortó la llamada y lo tiró en el asiento del pasajero.

Abrió la puerta lentamente y salió caminando con dificultad por la reciente situación tensa.

Avanzó hasta el auto de Wonho y se lo encontró apoyado en el volante, llorando con más intensidad.

- ¿Por qué Wonho? ¿Por qué un intento de suicidio?

Wonho levantó su cabeza lentamente del volante y miró a Hyungwon, en ese momento Hyungwon notó que brotaba sangre de su nariz y lo miró preocupado.

- ¿Estas bien?

Wonho asintió.

- Fue al momento de frenar, no es nada.

Wonho volvió a poner su cabeza al volante y Hyungwon se agarró la cabeza con frustración caminando de un lado a otro con paso lento.

Aún intentaba procesar la reciente situación pero no podía, no podía creer lo que estuvo a punto de pasar.

En ese momento escuchó a Wonho abrir la puerta del auto, entonces se dirigió a su propio auto a conseguir pañuelos porque la  pequeña hemorragia de Wonho parecía no detenerse.

Wonho se apoyó en la parte delantera del auto aún con sus piernas débiles también y Hyungwon llegó allí tomando asiento a su lado.

El silencio los invadió en aquella solitaria autopista donde no había ningún ruido, eran sólo ellos dos, sus sollozos y sus respiraciones.

Ambos se quedaron con la mirada perdida en algún punto.

Wonho suspiró mientras se limpiaba la nariz con los pañuelos que Hyungwon le había facilitado.

- Estoy cansado Hyungwon.

Hyungwon suspiró asintió triste.

- Yo también... Pero no haría lo que tu hiciste.

Wonho lo miró.

- Ya lo hiciste una vez y me dejaste esposado a un barrote.

Hyungwon suspiró.

- Era para salvarte la vida...

- Sin permitirme salvar la tuya o resolver las cosas juntos... al menos tu si pudiste seguirme e impedirlo, en cambio yo tuve que soportar verte moribundo con un disparo en la pierna.

Hyungwon agachó la cabeza.

- ¿Por qué todo esto se ha vuelto tan tóxico? ¿No nos hemos amado lo suficiente o nos hemos amado demasiado?

Wonho miró hacia la calle y resopló.

- ¿De verdad nos hemos amado o sólo hemos luchado por estar juntos por capricho?

Hyungwon lo miró triste.

- No lo sé.

El silencio volvió a reinar entre ellos y cada segundo pasaba los encaminaba hacia un único camino.

No había otra solución.

No había otra salida.

No había otra opción.

Hyungwon se puso de pie con las lágrimas en los ojos mientras veía a Wonho.

Sus miradas se conectaron y ambos ya lo sabían, ambos habían pensado lo mismo pero necesitaban confirmarlo con palabras.

- Se acabó Wonho...

Wonho asintió lentamente mientras lo miraba triste.

- Se acabó, Hyungwon.

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