23.
A pesar de que le había costado muchísimo conciliar el sueño, se había quedado dormido profundamente, aunque era ya de madrugada cuando lo logró.
Dormía muy plácidamente y como siempre lo más pegadito al calor de Wonho que él le permitió.
Pero su tranquilidad no duraba para siempre, pues en un momento dado, buscó a Wonho con sus manos, encontrándose únicamente con la frialdad de su ausencia mientras iba cayendo violentamente a la realidad que lo afrontaba fuera de sus sueños.
Abrió sus pesados ojos notando que apenas eran las 6 de la mañana según el reloj de su mesita de noche.
Se sentó en la cama frotándose los ojos porque le ardían muchísimo, aún así buscó sus gafas y miró alrededor buscando a Wonho con la mirada, quien no tardó en entrar a la habitación muy bien vestido de traje, como en un día común de trabajo.
Hyungwon lo miró extrañado.
- ¿A dónde vas?
Wonho se giró y lo miró para después volver a sus asuntos.
- Al trabajo.
- Pero no has descansado, apenas llegaste el sábado por la noche, no dormiste y anoche apenas pudiste pegar los ojos también, deberías darte un día de descanso, sé que ellos van a entend-
- No quiero descansos Hyungwon.
Wonho cerró su maletín y se dirigió hacia él.
Cuando Hyungwon lo tuvo lo suficientemente cerca, sintió su corazón hacerse pequeño porque pudo apreciarlo con más atención.
Estaba ojeroso, lucía cansado, desvelado, triste y muy decaído anímicamente.
Sus ojos estaban hinchados y rojos, unas severas bolsas se asomaban debajo de ellos y parecían estar húmedos como si hubiese llorado de nuevo.
Se sentó en la cama y Hyungwon le acarició la mejilla con temor de ser rechazado nuevamente, sin embargo Wonho sólo agachó la cabeza sintiéndo las lágrimas avecinarse.
- Quédate a descansar... por favor.
Él negó nuevamente y sorbió por la nariz mientras limpiaba rápidamente las lágrimas que habían salido sin permiso.
- He dicho que no, sin embargo tú si deberías descansar, creo que no tuviste una buena noche de sueño...
- ¿Y tú si?
Wonho suspiró.
- Lo que yo pase no importa, yo ya tendré tiempo, a mi me importas tú...
- Pero y-
Wonho se puso de pie y le tapó la boca cuidadosamente con la mano para finalmente dejarle un suave beso en la frente y dirigirse a la salida de la habitación.
- Ten un lindo día Hyungwonnie y por favor descansa...
Hyungwon lo vio muy triste, al borde de las lágrimas.
- T-te amo...
- Y yo a ti.
Fue lo último que dijo antes de salir de la habitación y de la casa.
Hyungwon salió de la cama intentando seguirlo, pero para cuando llegó abajo, Wonho ya había puesto el auto en marcha.
Algo le decía que no debía dejarlo ir allí, que él debía descansar y guardar el luto necesario de su bebé.
Pero no pudo detenerlo y él tampoco podía seguir descansando, así que decidió prepararse para ir a su práctica profesional.
Sin ánimos de nada y con muchas ganas de llorar.
...
Todo estaba muy jodido, lo supo desde la noticia del bebé y la reacción de Wonho.
Pero lo que más le jodía era ver a Otto nuevamente, pues aunque quisiera evitarlo, les había tocado hacer la práctica profesional juntos y a pesar de que faltaban pocos días para que terminara, era la primera vez que le repudiaba tanto la presencia de él.
No porque simplemente estuviera allí, era porque él actuaba como si nada hubiese pasado el fin de semana.
Hyungwon sabía que él ya sabía lo del bebé, de alguna manera siempre se enteraba de las cosas de su vida privada.
Así que le molestaba que ni siquiera se disculpara y que, en cambio, estuviera sentado a su lado hablando por teléfono muy feliz con su pareja, mientras él tenía su relación al borde de un precipicio, en parte, por su culpa.
Suspiró mirando el reloj con molestia, las horas se le habían hecho largas y los minutos que faltaban para salir, se le habían eternos.
Sólo quería irse a casa.
Para cuando el reloj marcó la hora de salida, se levantó rápidamente de su puesto y guardó sus cosas ante la atenta mirada de Otto.
- Hyungwon...
Él resopló.
- No me hables.
Otto se rió.
- Es lo que todos te han dicho en las últimas horas ¿No? Debes sentirte fatal... aunque bueno, siendo sinceros... creo que tu prometido se siente peor... de cualquier manera él no fue infiel.
Hyungwon le dirigió una mirada cargada de molestia y dolor.
- ¿Qué ganabas con eso?
El hombre lo miró un poco confuso.
- ¿Acaso crees que yo lo planeé? Dios... Que imaginación tienes... Ya estabas muy jodido desde antes de nuestra salida ¿Recuerdas? Tu me lo dijiste... Y mira Hyungwon, si las cosas no resultan con alguien, simplemente lo dejas y ya, pero tu haz forzado las cosas mil veces... te lo dije desde el inicio, él no te deja porque le das lastima.
- ¿Sabes que? Gracias por tus consejos, creo que deberías metertelos por el culo.
Hyungwon agarró sus cosas y salió de allí, deseando únicamente llegar a casa, subió a su auto y salió de allí a toda velocidad.
...
No sabía si sentirse alegre, triste o emocionado.
Wonho ya había llegado, su camioneta estaba allí.
Soltó un sonrisa triste y cuando estacionó sus auto en el garaje, se fue directamente a la sala.
Pero allí se encontró únicamente con sus padres así que saludó recibiendo como respuesta únicamente el saludo de su suegro, la mujer ni siquiera lo miró.
De alguna manera no le molestaba ser tratado así por ella, era como su madre al igual que Ruby y las entendía a ambas.
Preguntó por Wonho y el hombre le señaló la habitación así que sin dudar corrió hacia arriba, un poco temeroso y ansioso por darle a Wonho un plato de su comida favorita que él mismo se había encargado de comprar en el restaurante favorito de Wonho.
Sabía que de poco servía darle algo así en momentos como esos, pero intentaba por todas las vías, hacer algo por Wonho.
Era su prometido, el hombre que lo había amado, que había servido de escudo humano para salvarlo y que aún cuando todos lo estaban culpando y viendo mal, él le daba un beso, le pedía que descansara y le decía que lo amaba.
Le debía mucho a Wonho.
Ingresó a la habitación con cuidado al notar que él estaba acostado, pero no dormido.
Se sentó en la cama y Wonho se dio la vuelta para mirarlo.
- Hola...
Wonho se sentó en la cama limpiandose las lágrimas.
- Hola Hyungwonnie...
- Llegaste temprano hoy.
Wonho asintió suavemente dejando su mirada perdida en algún punto de la habitación.
- Si, mi jefe me pidió que descansara... le dije que estaba bien pero no me hizo caso, así que me vine y no he podido descansar, al contrario... estaba solo.
Hyungwon suspiró y le acarició el cabello.
- Pues ya llegué yo... he traído un poco de ramen ¿Te apetece?
Wonho sólo suspiró y Hyungwon sentía su corazón quebrarse, quería a su Wonho de nuevo y no a esa persona triste y ojerosa que estaba frente a él.
- Es... de tu restaurante favorito... ¿Puedes probar solo un poco?
Wonho seguía con la mirada perdida en algún punto de la habitación.
- ¿Wonho?
En ese momento Wonho lo miró y Hyungwon le acercó la comida.
- ¿Ñam ñam?
Wonho sonrió triste y agarró la comida.
- Gracias por traerme comida...
Hyungwon le sonrió sincero.
- Te amo Wonho.
Él suspiró.
- Y yo a ti... ¿Puedo comer el ramen aquí?
Hyungwon asintió.
- Claro donde tu quieras...
- ¿Puedo comer aquí, solo?
Hyungwon lo miró herido y sorprendido por sus palabras, sin embargo asintió y se levantó de la cama.
Wonho volvió a clavar su mirada en algún punto de la habitación, sin importar que tuviera la comida entre sus manos.
A Hyungwon le dolía el pecho.
Pero no por lo que le había dicho Wonho, sino por darse cuenta que todas esas horas atrás estaba quejándose, sintiéndose culpable y tratando de inculpar a alguien más, cuando en casa había algo muy importante a tratar.
Lo había entendido al fin.
Su peor enemigo no era su culpa,
ni Otto, ni nadie.
Su peor enemigo estaba consumiendo al amor de su vida desde adentro y no se había dado cuenta.
Su peor enemigo se llamaba: depresión.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top