9.
Una sensación de felicidad envolvía el ambiente.
Era de esas típicas veces donde cualquier palabra o acción te dejaba un buen sabor de boca y no es para menos.
Todos casi saltaban de felicidad al saber que el anciano había sido dado de alta, bajo observación claramente.
Pero salir del hospital después de varios días, ya era un logro tremendo para ellos.
Ambos ancianos se mudaron temporalmente a la casa de la joven pareja, por decisión de ambos.
Pero todos se sentían bien en la compañía del otro, aunque para Hyungwon a veces resultara un poco estresante ver a muchas personas, incluyendo a Ruby, merodeando por la casa.
Al igual que ese día.
A pesar de que era un domingo, estaba compartiendo sofá con Wonho, su suegro y su padrastro.
Los 4 en silencio mirando hacia al frente, donde estaban ambas mujeres discutiendo.
- Pero Ruby... mira, si te fijas en este color, es más sutil y adecuado para una boda y más si es una ceremonia pequeña.
Ruby tomó el catálogo de sus manos y lo acercó a su cara entrecerrando los ojos.
- ¿Qué cojones es ese color? ¿Rosado? Ellos son hombres, no princesas.
Le entregó el catálogo en manos de la señora de nuevo.
- No es rosado, es salmón... y deja los estereotipos de lado, por Dios...
Ruby arqueó una ceja.
- ¿Salmón? ¿Quieres que mi bebé y tu hijo se casen en una boda plagada de un color que tiene nombre de pescado? No, no señora.
Los varones no sabían si reírse o llorar por lo absurda que era la discusión de ambas mujeres, que ya llevaba alrededor de 40 minutos en eso.
Wonho suspiró cansado y se puso de pie arrebatando el catálogo de las manos de su madre.
- A ver... creo que es suficiente por hoy... ¿Alguien tiene hambre?
Todos los varones levantaron la mano, aunque aún fuera muy temprano, preferían comer y no discutir por colores con un par de mujeres seguramente alteradas por las hormonas de la menopausia.
Se pusieron de pie y se dirigieron a la cocina dejando a ambas mujeres solas en la sala, estupefactas por la reacción infantil de sus familiares.
Al final ambas se vieron, suspiraron y sonrieron, cediendo a la acción infantil y los acompañaron a la cocina.
Sin perder mucho tiempo, la cocina comenzó a ocuparse en cada rincón, todos colaborando en una cena improvisada que comenzaba a oler delicioso.
Pero aunque la cocina fuera muy grande, tener a 6 personas trabajando en ella y una mascota merodeando por allí, no era muy cómodo.
Así que cuando terminó la ensalada de vegetales que estaba preparando, Hyungwon salió de la cocina y aprovechando la distracción de todos, se fue hacia el patio.
Su amado y enorme patio de lectura.
Se estiró perezosamente y se sentó en una de las sillas que habían cerca de la piscina, simplemente disfrutando de la poca luz natural que había en esos momentos y del silencio del calmado suburbio.
Pero a los pocos minutos escuchó la puerta trasera de la casa abrirse, así que volteó pensando que era Wonho quien había decidido acompañarlo.
Pero era su suegra.
Le sonrió.
- Lamento lo de Ruby... ella es un poco... tosca.
La anciana se rió y se sentó en la silla de al lado.
- Me di cuenta hace mucho tiempo, hijo... Pero creo que no tiene malos gustos, al fin y al cabo creo que me tocará ceder.
Hyungwon se recostó y soltó una risita.
- Dímelo a mi... es mi boda y todo lo están haciendo los demás.
Volvió a reírse y tomó la mano de Hyungwon.
- Perdonanos Hyungwon, es la emoción de saber que van a casarse, sólo queremos que todo salga perfecto.
Hyungwon asintió con una sonrisa y acarició su mano.
- De verdad que no me molesta... son sólo cosas materiales, lo único que voy a pedirles que no me cambien de los planes, es al novio, ese si me gusta mucho y allí no hay posibilidad de cambios.
La mujer soltó una ruidosa carcajada que contagió a Hyungwon en segundos.
- Claro que no vamos a cambiarlo hombre...
Hyungwon le sonrió de nuevo y notó que la mujer se le quedó viendo fijamente por varios silenciosos segundos, mostrando poco a poco esos rastros de melancolía que ya había visto una vez.
Se incorporó de la silla y se acercó a ella.
- ¿Pasó algo?
La mujer negó con los ojos húmedos y sollozó.
- Es que... eres un gran chico Hyungwon... y estoy muy contenta de ver que esto esté realizandose...
Se puso de pie y abrazó a la señora cariñosamente.
- No llores por favor, ya sabes que no es bueno que te alteres porque puedes alterar al viejo, necesito a mis suegros en la boda...
Se escuchó a si mismo con voz lastimera y la mujer asintió limpiandose la lágrima que le recorrió la mejilla izquierda.
- Tienes razón... es sólo que es tan... bonito.
Hyungwon tomó asiento nuevamente y acarició el hombro de la mujer intentando darle consuelo.
- El amor y la familia lo son ¿No es así?
La mujer asintió con una sonrisa melancólica.
- Lo son... demasiado diría yo, pero... No sabes lo difícil que es saber que todo está a punto de terminar.
Sintió dolor en su pecho al escuchar el tono de voz empleado por la mujer.
- Supongo que debe ser muy feo...
La mujer agachó la cabeza y asintió jugando con sus propias manos.
- Después de más de 30 años al lado de alguien, ya no recuerdas como era tu vida sin esa persona... te acostumbras a vivir con ella, a dormir con ella, a comer con ella, a sonreír con ella y también a llorar con ella...
La anciana levantó su mirada hacia él y no pudo más que hacer un intento de sonrisa.
- Debió ser duro...
La anciana suspiró.
- Sentía que estaban rompiéndome por la mitad... es por eso que Wonho y tú no deben desperdiciar su tiempo discutiendo más, ya lo hicieron demasiado... y va a llegar un día en el que simplemente todo va a acabarse y sólo los recuerdos habitarán sus memorias, de ustedes depende si quieren recordarse haciendo el amor o la guerra.
Sintió un horrible dolor en su pecho con tan solo imaginarse su vida sin Wonho.
- No más discusiones... Lo prometo...
La mujer le sonrió y se puso de pie.
- Es mejor que volvamos adentro a cenar, antes de que Ruby piense que estoy convenciendote de usar mis ideas.
Hyungwon se rió para finalmente dar un largo suspiro y volver adentro detrás de su suegra.
Ingresó por la puerta trasera sintiendo el delicioso aroma de la cena, observando como todos empezaban a reunirse en el comedor.
En ese momento fue detenido por unos fuertes brazos rodeando su cintura por la espalda y sintió un suave beso en la parte trasera de su cuello.
Entonces sonrió y giró enrollando sus brazos alrededor del cuello de Wonho.
- Estaba buscándote Hyungwonnie...
Hyungwon sonrió y lo besó con delicadeza.
- No se si tú me buscaste a mi o yo te busqué a ti, pero ahora que nos encontramos no pienso soltarte, nunca.
Wonho sonrió divertido entre el beso al captar la ambigüedad de las palabras de su prometido, pero eran precisamente detalles como esos, los que hacían que pensara que no había tomado una mala decisión.
Porque tener a su Hyungwonnie a su lado, siempre sería lo mejor que pudo haberle pasado.
Y aunque el "para siempre" no existiera, estaba dispuesto a soportar un "lo que la vida dure" pero con él.
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