30. Epílogo.

Abrió sus ojos perezosamente, sentía mucha calor y notó que era porque el aire acondicionado estaba apagado.

Bufó un poco molesto, volvió a encenderlo y volvió a acurrucarse en la cama para seguir durmiendo, sin importar que los fuertes rayos de sol le indicaban que ya era mediodía.

Cerró los ojos nuevamente para intentar volver a dormir, pero sin importar el odioso dolor muscular que tenía, no pudo volver a retomar su amado sueño, sin Wonho simplemente no podía.

Resopló un poco molesto, se fue directo al cuarto de baño y se dio una ducha con sumo cuidado.

Salió perezosamente de la habitación, apenas en una bata, pues no tenía ánimos de nada, solo de golpear a Wonho con un bate de béisbol.

Con sus propias manos, estaba masajeando su cuello mientras bajaba las escaleras una a una, como si le pesara la vida.

Pero aunque estaba muy irritado porque aún tenía sueño, escuchó un susurro en la sala y se sorprendió, así que guardó silencio y detuvo sus pasos para no interrumpir nada.

Escuchó como Wonho soltaba una risita.

— ¿Lo haces a propósito? ¿Te burlas de mi? — frunció el ceño al escuchar un poco de la charla, así que decidió asomarse un poco para ver de que se trataba todo, entonces miró que Wonho cargaba a la bebé y la miraba sonriente — inténtalo una vez más... Es brumm brumm...

La bebé de apenas unos meses miró a su padre sorprendida y fascinada, como si fuera la mejor creación del universo, para finalmente soltar una risita inocente.

Brrrrrr — su pequeño labio inferior vibró provocando el sonido y también dejando que un poco de su saliva corriera por su comisura.

Wonho la miró sonriente mientras la arrullaba, caminando por toda la sala.

— ¿Algún día lo harás bien? Sigo pensando que lo haces por molestar... — con un dedo tocó la pequeña naricita de la bebé y ella volvió a reír mientras él le limpiaba la boca.

Ella estaba muy feliz, era como si estuviera en una constante explosión de felicidad por cualquier acción que Wonho hiciera con ella, a pesar de que casi sólo la veían por las noches y los fines de semana.

Hyungwon se quedó enternecido ante tal escena, porque estaba viendo al real padre que era Wonho.

Uno excelente, tal como lo había supuesto desde que le dijo que quería ser padre.

Terminó de bajar las escaleras hacia la sala, fingiendo que no había visto ni escuchado nada, para no hacer sentir incómodo a su esposo, pero guardándose esa imagen mental muy dentro de su corazón para el resto de su vida.

— ¿Estas solo? — se frotó los ojos y miraba a todos sitios, para hacerle creer a Wonho que recién bajaba de la habitación.

Wonho se giró sorprendiéndose un poco por su presencia, pero sonriendo al instante al notar el pequeño rastro de malhumor que aún se apoderaba de él.

— Buenas... Tardes dormilón — le mostró la lengua y Hyungwon rodó los ojos, pero se acercó a él para dejarle un suave beso en los labios — si, estoy solo... Mis padres se fueron a hacer las compras y Ruby dijo que no vendría hasta dentro de un rato, así que somos solo nosotros tres ahora...

Wonho sonrió sinceramente y Hyungwon le devolvió la sonrisa, sintiendo algo muy lindo en su pecho.

Eso eran, eran tres y aún no lo asimilaba.

— ¿Se ha portado bien? — le preguntó acercándose a dejarle un suave beso en el abdomen de la bebé.

— Muy bien... — Hyungwon comenzó a sonreír con los ojos cerrados cuando sintió las manitos de la bebé enredarse entre su cabello, pues tirar del cabello de sus padres era algo más que entretenido para ella — mejor de lo que tu te portaste anoche, chico malo...

Hyungwon levantó lentamente la cabeza dirigiendo su atención totalmente a Wonho y todo rastro de sonrisa se esfumó en segundos.

Entonces levantó su mano derecha y lo señaló mientras le lanzaba un mirada furiosa.

— ¡Te he dicho que no digas cosas así frente la bebé! — estaba susurrando, pero lo hizo de una manera tan estricta que parecía que le estaba gritando.

Wonho le sonrió divertido.

— Hyungwonnie... Tiene 3 meses — suspiró — ¿tú crees que puede entender una insinuación pervertida de un hecho que ya pasó, del que solo tu y yo fuimos participes?

Hyungwon lo miró un poco molesto, sabiendo que quizá era un poco ilógico su enfado, pero aún así quería ganar.

— Si, pero no debemos acostumbrarnos... — rodó los ojos con molestia, se separó un poco y se cruzó de brazos mientras miraba a Wonho fijamente — además... Te excediste anoche...

Wonho lo miró fijamente con una sonrisa, notando como la naricita de Hyungwon se arrugaba por el ilógico enfado.

— ¿Yo? — el sonriente Wonho continuó arrullando a la bebé, quitando la vista de su amado esposo, haciéndose el inocente — yo no recuerdo haber hecho nada... — silbó suavemente alguna canción de cuna y Hyungwon resopló.

Entonces sin decir nada, apartó un poco la bata que tenía puesta, dejando ver su blanquecino cuello y parte de su pecho, totalmente manchados de aquellas pequeñas marcas que conocían muy bien.

— ¿Ah no? — se señaló a sí mismo y Wonho lo miró fingidamente sorprendido, la bebé los miraba atentamente mientras jugaba con sus propias manitos.

— ¿Yo hice eso? — abrió su boca en una fingida expresión de sorpresa y luego pareció acordarse de algo, entonces cargó a la bebé con un solo brazo y con su mano libre, quitó tres de los botones de su camisa azul celeste.

Ante la atenta mirada de Hyungwon, dejó resbalar la fina tela para que cayera de su hombro y se encargó de que su delgado esposo viera lo que tenía que mostrarle.

Su hombro tenía la marca de una severa mordida y su espalda estaba llena de arañazos que fácilmente podrían confundirse con los de algún felino.

— ¿Estas tratando de decirme que me lo merezco? — Hyungwon se rió, sintiéndose un poco culpable y Wonho negó con la cabeza.

— Estoy tratando de decirte que dejes de reclamarme por algo que ambos disfrutamos tanto... — Hyungwon asintió, no podía negar esa realidad.

Entonces al mantener sus miradas conectadas, sus cuerpos sintieron la necesidad de acercarse para darse un beso, con mucho cuidado de no aplastar a la bebé.

— ¿Qué demonios hacen desnudandose frente a la bebé? — ellos sonrieron y se separaron al escuchar la voz de aquella persona irritante que tanto amaban — ¿no les ajustó la noche? Par de calientes.

Ruby llegó a donde ellos se encontraban y tomó a la bebé de las manos de Wonho.

Entonces ambos aprovecharon a devolver su ropa a la normalidad, aunque sabían que no estaban pensando lo que Ruby si pensó.

— Ven con mamá Ruby, mi pequeña... — la mujer arrulló a la bebé y le dejó varios besitos en el cabello — tus papis son unos cerdos, perdón por no llegar más rápido...

Hyungwon rodó los ojos.

— Oye, ganadora del premio a la abuela del año... Estamos escuchandote — Wonho se rió y ella le mostró la lengua, como la persona madura que era.

— No les prestes atención mi pequeña... Son unos cerdos y lo sabes... — Hyungwon bufó y Wonho lo abrazó por la espalda, dejandole un beso en el la mejilla — es hora de que nos vayamos de aquí...

Wonho frunció el ceño.

— ¿Disculpa? — Ruby comenzó a preparar un biberon para llevar, alguna ropita de la bebé y todo lo necesario para su estadía fuera de casa, al menos por un par de horas — ¿a donde crees que llevas a nuestra hija? ¿Se te olvida que es fin de semana y que queremos tenerla solo para nosotros?

La mujer hizo caso omiso a sus palabras y continuó en sus quehaceres.

En ese momento la mamá de Wonho apareció por la puerta.

— Ruby, date prisa... — miró a ambos jóvenes que seguían estupefactos de que tomarán decisiones sin consultarles — oh, hola hijo... Buenas tardes Hyungwon...

Él levantó su mano en forma de un saludo desanimado y Ruby comenzó a caminar con la bebé hacia afuera.

Pero entonces Wonho la detuvo.

— Ruby... ¿Qué creen que están haciendo? - le susurró molesto — ¿Por qué toman decisiones de ir... Sabrá Dios adonde sin consultarnos nada?

Ella le sonrió tranquilamente y se acercó a su oído.

— ¿Hace cuanto que no lo hacían de esa manera? — se separó de él y Wonho se sonrojó violentamente por las desvergonzadas palabras de la mujer — son muy lindos padres Wonho... Pero en tres meses, en medio del trabajo, de la casa, nosotros, la bebé y descansar... Se que apenas tienen tiempo para ustedes, así que... Pensé que querrían un fin de semana de descanso — le sonrió tranquilamente y él se quedó pensativo — no me llevaré a la bebé si no quieres que lo haga...

Wonho suspiró, estaba muy pensativo y ella de quedó expectante, buscando una respuesta en su mirada.

Entonces Wonho suspiró resignado.

— Bien... — agachó su cabeza, dándole a entender que no se opondría — pero por favor... Cuídala bien.

La mujer sonrió y asintió.

— Claro que la cuido bien imbécil, soy mejor que ustedes... — gritó para que Hyungwon entendiera que Wonho la había dejado escapar con la bebé, entonces se paró en la puerta y miró a Wonho — bien, nos vamos a comprar muchísimas cosas para esta preciosura, así que no nos esperen pronto... — le guiñó un ojo a Wonho — diviértanse...

Y finalmente cerró la puerta.

Hyungwon se quedó estupefacto y se acercó a Wonho quien aún no se había movido de su puesto.

— ¿Qué demonios pasa contigo? Es nuestro tiempo con la bebé y dejas que se la lleven... — suspiró irritado, entonces Wonho volteó lentamente.

— Hyungwon... — el aludido lo miró expectante, quizá un poco asombrado por su tono de voz tan... Extrañamente delicioso — ¿Estas molesto por las marcas que te hice o estas molesto porque no lo hacemos así más seguido?

Hyungwon abrió sus ojos grandemente ante la sorpresiva pregunta y titubeó sin poder dar una respuesta.

Las manos de Wonho viajaron a aquella cintura pequeña que tanto amaba y lo atrajo hacia su cuerpo con delicadeza.

Sus narices estaban chocando al igual que su aliento y fue entonces cuando Hyungwon supo que quizá si había una respuesta a esa pregunta.

Se abalanzó a atrapar la boca de Wonho en un beso de lo más lujurioso y no pasó mucho tiempo, cuando Wonho lo había levantado del suelo, haciendo que enrollara sus piernas al rededor de su marcado torso.

Caminó entre el candente beso, hacia el sofá más grande y depositó a Hyungwon en él, buscando desesperadamente arrancarle la única pieza de tela que traía encima, mientras las expertas manos de Hyungwon se encargaban de quitarle la linda camisa celeste, para tocar libremente a su antojo ese cuerpo escultural que amaba y que le pertenecía únicamente a él.

Wonho dirigió sus besos al pecho y abdomen de Hyungwon, quien sentía un poco de molestia por las existentes marcas, pero aún un poco más de placer porque ese pequeño dolor se volvía a repetir.

Enredó sus dedos en el sedoso cabello de Wonho y lo acarició, complacido por los húmedos besos que Wonho estaba repartiendo por su cuerpo.

— W-Wonho... Ah... — siseó agitado — ¿Cuál es... Ah... La mejor decisión que tomaste... — suspiró — en la vida...?

Wonho no podía separase de aquella suave piel.

— No me lo preguntes ahora... — volvió a besar el pecho de Hyungwon arracandole un par de gemidos.

— La mía... — sonrió y suspiró — es volver a amarte...

Wonho se detuvo estrepitosamente y levantó su cabeza frunciendo ceño.

— ¿Volver? ¿A que te refieres? — su expresión cambió a una de dolor, se sentía herido solo de pensar en que Hyungwon pudo haber dejado de amarlo en algún momento y él jamás había dejado de amar a Hyungwon — ¿Eso quiere decir que...

Hyungwon se levantó y atrapó su boca una vez más, pero se separó a los pocos segundos, para verlo directamente a los ojos.

— Eso quiere decir que... Cada día que me levanto, vuelvo a caer rendido ante tus encantos... — sonrió y le acaricio la mejilla — y vuelvo a amarte, incluso más y mejor que el día anterior...

Wonho sonrió y volvió a besarlo, para finalmente separarse dejando sus frentes unidas.

— Que cursi eres cuando quieres... — se rió esperando algún golpe de parte del menor, pero por suerte solo recibió una mirada asesina.

— Continúa con lo que estabas... — empujó la cabeza de Wonho hacia su pecho, con la única intención de cortar el contacto visual que tenían, pues estaba avergonzado.

Pero no, no mentía.

Era precisamente lo que sentía por Wonho.

Un amor que se renovaba y volvía con más fuerza a medida que los días pasaban, haciendo que se sintiera cada vez más seguro de que otra de las mejores decisiones que tomó en su vida, fue pelear por el corazón del hombre que le pertenecía.

Y ahora eran una hermosa familia de tres, o más bien de 7, pero eran felices, de verdad lo eran.

Se habían acabado los miedos irracionales, el orgullo, la falta de confianza y la falta de amor.

Eran dos piezas que se complementaban para formar un todo.

Viviendo su día a día y esperando que el final de su relación estuviera muy lejos, deseando que el para siempre fuera real.

Anhelando ser una historia sin final, de esas que dejan un legado en el corazón de las personas para siempre, siendo en todo su esplendor, un maravilloso ejemplo de amor.

🖤

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Y ahora si, doy por concluida oficialmente esta temporada.

Ah, todo ha sido tan caótico y tan bello.

Gracias por su mensajes, por los votos, por los comentarios, por el apoyo en general, lo agradezco mucho.

Estoy muy consiente de que la mayoría me ha conocido a lo largo de esta saga y me siento feliz de saber que es importante no solo para mi, si no también para uds.

Han convertido a Love Me Babe en la historia más leída de mi perfil, con casi 25k leídas y de verdad que se siente bien.

Las quiero🖤

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