••¤('×[¤ 03 ¤]×')¤••
[𝐈𝐧𝐯𝐞𝐬𝐭𝐢𝐠𝐚𝐜𝐢ó𝐧 𝐂𝐫𝐢𝐦𝐢𝐧𝐚𝐥]
¸.·✩·.¸¸.·¯⍣✩ -⃝ -⃝ -⃝ °⃝ -⃝ -⃝ -⃝ ✩⍣¯·.¸¸.·✩·.¸
Te miraste una vez más en el espejo, observando cada detalle de tu atuendo con la misma meticulosidad con la que repasabas mentalmente cada una de tus tareas diarias. Tus dedos recorrieron la tela de tu ropa, alisándola y ajustándola por si acaso hubiera algún pliegue fuera de lugar.
No podías evitarlo. Así eras, una perfeccionista en lo que respectaba a tu apariencia, una persona que encontraba en la imagen una forma de control en medio del caos de la vida cotidiana. Tal vez comenzabas a volverte una filósofa sin argumentos válidos.
Suspiraste levemente antes de apartarte del espejo y dirigirte hacia tu bolso. Lo revisaste por tercera vez en rato, asegurándote de que todo lo necesario estuviera dentro: llaves, teléfono, documentos... cada objeto estaba en su lugar. Cerraste el bolso y, por un instante, una sonrisa de satisfacción apareció en tus labios.
Sin embargo, esa misma sonrisa se desvaneció rápidamente, dejando paso a una mueca de inconformidad.
Sacudiste la cabeza para despejarte y caminaste hacia la puerta, lista para salir. Tu auto estaba preparado, el motor rugía en un ronroneo estable, y la radio estaba lista para reproducir tu playlist favorita. Todo estaba en orden... excepto por un detalle. No podías irte sin despedirte.
Apretaste los labios y tomaste las llaves en tu mano, asegurándote de que no las dejarías dentro del bolso y terminarías encerrándote afuera, una consecuencia más de tu torpe desorientación y tu déficit de atención.
Con pasos rápidos, regresaste a la casa y te dirigiste al ático. Intentaste abrir la puerta, pero para tu sorpresa, estaba trabada. Frunciste el ceño y, con un nudo formándose en tu estómago, alzaste un poco la voz.
Estabas muy preocupada de que no hubiera bajado a desayunar como le dijiste. Ni siquiera se apareció en el resto de la mañana y un poco de la tarde después de lo que sucedió en el jardín.
Era oficial, de seguro lo habías ofendido de más y ahora le caes mal. ¿Ni una cosa podías hacer bien?
—¿Shadow? Ya me voy a trabajar. Necesitas... eh, ¿quieres que te traiga algo cuando regrese?
Esperaste dos minutos exactos, contando los segundos en tu cabeza. Pero el silencio fue la única respuesta que recibiste.
Mordiste tu labio inferior, sintiendo una punzada de tristeza en el pecho. Sabías que no iba a contestarte, y lo peor de todo era que no entendías completamente qué habías hecho mal. ¿Lo habías ofendido demasiado? Apenas llevaban dos días conviviendo y ya habías metido la pata de la peor manera posible.
Intentaste recomponer tu tono de voz, ocultando tu decepción.
—Bueno... emm, te veo luego. Te dejé el desayuno y la cena en el refri, por si quieres comer después. Llegaré en la noche.
Nada. Ni un sonido, ni un movimiento. Apretaste las llaves en tu mano, sintiendo la frustración burbujear dentro de ti. Apenas dos días y ya habías arruinado todo. ¡Bravo!
—Nos vemos más tarde —susurraste, esta vez sin esforzarte en ocultar la tristeza en tu voz.
No podías quedarte más tiempo. Ya ibas tarde, y tu jefe no se caracterizaba por su paciencia, más aún porque estaba Shadow en tu casa. Además, estar ahí, esperando una respuesta que nunca llegaría, solo te hacía sentir peor.
Suspiraste una última vez y saliste de casa, subiéndote al auto con tu playlist lista en la pantalla digital una vez se encendió. El motor rugió mientras acelerabas, dejando atrás la casa y a su silencioso ocupante.
El silencio se adueñó del lugar en cuanto desapareciste de la vista. Fue entonces cuando Shadow se permitió salir de entre las sábanas, apartando la almohada que había mantenido presionada contra sus orejas. Su corazón latía con fuerza contra su pecho, y se llevó una mano a él, tratando de calmar la sensación inquietante que lo invadía.
No podía ser real.
No podía creer que tu preocupación por él fuera genuina.
Algo tramabas. Podía presentirlo. Nadie era amable sin razón alguna. Nadie, especialmente un agente de GUN, podía simplemente ofrecerle un hogar sin una segunda intención. Y él lo sabia perfectamente, estabas obligada a esto. Su mente giraba con pensamientos contradictorios, enredándose en la paranoia y el escepticismo.
Y entonces, una idea cruzó como un relámpago. Tu habitación.
Ahí debías esconder lo que fuera que planeabas. Si realmente había algo en su contra, ahí lo encontraría.
Convencido por su propia lógica, se levantó y salió del ático con determinación, descendiendo las escaleras en completo silencio, a pesar de que era perfectamente consciente de que no había nadie más en casa que él.
Sabía exactamente dónde estaba tu habitación gracias a la vigilancia minuciosa que había realizado en la mañana. Y también sabía que debía ser un lugar importante para ti, pues habías cerrado la puerta cuando entraste, como si ocultaras algo.
Frente a la puerta, su mano se posó sobre el pomo, pero se quedó congelado. Titubeó.
Invadir la privacidad de alguien estaba mal. Maria se lo había enseñado junto al respeto hacia las mujeres. Pero... Maria nunca le dijo que no podía investigar a alguien que intenta matarlo, ¿verdad?
Dudas. Confusión. Voces en su cabeza argumentando contra su propia moral.
"Eres un exagerado, ella no te ha dado motivos para desconfiar."
"No es posible que una simple humana quiera hacerse la bonita con un extraterrestre como yo."
"Ella sólo quiere que te sientas cómodo en su casa, ¿y tú le pagas con esto?"
"¡Hago bien! ¡Estoy viendo por mi seguridad!"
"Y al hacerlo, dejas rastro de inseguridad y traición a ella."
"¡Es agente de GUN!"
"Es una chica humana con corazón. ¡¿Acaso tú no tienes uno?!"
Apretó los dientes, sacudiendo la cabeza violentamente para callar sus pensamientos. Finalmente, con un gruñido apenas audible, giró el pomo y entró.
Dejó escapar una gran bocada de aire que tenia atorado en su pecho he intentó calmarse. Lo había hecho, ya no había vuelta atrás.
La habitación tenía un leve aroma a ti, una combinación de jabón, perfume y algo más sutil que no pudo identificar. No sabia a que olías exactamente ya que no sé detuvo a preguntárselo porque poco le importaba, pero si que podría identificarte por eso a kilómetros de distancia.
Sus ojos recorrieron rápidamente el espacio antes de ponerse a buscar. Primero bajo la cama. Luego en los muebles. El escritorio, la mesa de noche, el armario. Nada.
Comenzaba a frustrarse, y la sensación de culpa comenzó a ahogarlo. Hasta que vio la caja.
Escondida en lo más profundo del armario, oculta en la oscuridad. Sonrió levemente. Victoria. Se felicitó mentalmente antes de sacarla con cuidado y empezar a revisar su contenido.
Pero... mientras más hundía la mirada entre tus documentos, más bajaba las orejas por culpa y arrepentimiento de su manera de sospechar.
La mayoría de esos documentos no los entendía del todo, pero si los identificaba gracias a los que Maria le había enseñado acerca de su primaria y un poco de secundaria.
Eran boletas de calificaciones de tus distintos grados educativos, también documentos de la casa, carro, agua, luz y trámites de bancos.
Pudo encontrar un poco de los documentos en tu registro a GUN, pero haberlo leído no lo hizo sentirse bien. Aquellos documentos eran de registro para ser aprendiz de agente con el objetivo de servir para el bien común.
Toda su paranoia fue de adorno, porque estaba gravemente equivocado sobre ti. No había conspiraciones, ni órdenes secretas. Nada.
Su corazón se hundió.
Toda su desconfianza... eran infundadas.
Tu amabilidad no tenía doble filo.
No lo querías para enriquecerte, no lo querías para experimentar con él, y tampoco lo querías para buscar privilegios. Lo tratabas con dulzura y amabilidad porque tu corazón era de esa manera: amable y honesto.
Apenas 2 días casi exactos en tu casa y lo tratabas como lo que era: un ser con sentimientos. Tú lo tratabas con la misma gentileza con la que tratarías a cualquier otra persona.
Y él, en respuesta, había invadido tu privacidad, había desconfiado, te lo devolvió siendo lo que era: un peligroso criminal.
Alejó los papeles de sus manos y tomó distancia de la caja, escondiendo su cara, llena de culpa, ansiedad por haber hecho lo que hizo, y vergüenza, entre sus piernas.
De nuevo, había hecho algo erróneo.
"¿Qué está mal conmigo? ¿Por qué tengo que ser así? ¿Por qué no puedo hacer algo bien?"
Su mente gritaba en burla, una pequeña parte. Pero la otra recordaba a aquella niña rubia, y se imaginaba su cara de decepción por haber invadido la privacidad de una chica la cual en ningún momento lo trató mal o despectivamente.
Ni siquiera lo trataba como si fuera la peor escoria de la tierra, y eso lo hacía sentir horrendo.
Él se sentía cómo la peor escoria justo ahora.
Con sus orejas gachas, reflejando su estado emocional actual, guardó todo tal y como estaba, cerró la puerta de tu habitación y subió al ático otra vez.
Se encerró de nuevo y se acostó en su cama, sintiéndose mucho más deficiente de lo que ya se sentía anteriormente. Ahora no era desconfianza, era culpa de saber que tú eras mucho más para él que él para ti.
No podría devolverte lo que le habías dado desde el comienzo, porque él empezó a manchar eso.
Su estómago rugió, pero ignoró el sonido. No se merecía comer, no después de esto.
Cuando la noche llegó, se acurrucó en su cama, intentando encontrar consuelo en la oscuridad. Y cuando escuchó tu voz de bienvenida, alegre y despreocupada, deseó que no vinieras a verlo.
Porque sabía que, si lo hacías, solo se sentiría aún peor.
¸.·✩·.¸¸.·¯⍣✩ -⃝ -⃝ -⃝ °⃝ -⃝ -⃝ -⃝ ✩⍣¯·.¸¸.·✩·.¸
Fanart Time!
¡MIREN QUE BONITO FANART LE HIZO @BlackSkyAwaken A LA HISTORIA!
//cONVulsiOnA pOr tErnurA
Probablemente el dibujo donde la rayis abraza a Shadow (hablo de los 2) sea spoilers —dIGO
Si quieren hacer un dibujo también y me lo quieren enseñar, pueden publicarlo aquí en Wattpad y etiquetarme, ¡lo veré con mucho gusto y daré mención en la historia junto a felicitaciones por su arduo trabajo! ;) (Porque yo sé mejor que nadie lo difícil que es dibujar //crYYYYY)
PD: Si no quieres publicarlo por aquí, no hay pex, pon un mensaje en mi tablero de que hiciste un fanart y vemos cómo lo enviamos.
¡Nos vemos luego!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top