Cap 4. Libro

Akutagawa había pasado su mañana a investigar, el albino de nuevo no había llegado a clases y entre sus contactos, había averiguado que Atsushi si salió de su casa más no llego a la escuela, no iba a perder el tiempo, para el segundo periodo aprovecho el descanso, tomo sus cosas y salió de la escuela sin dar aviso. Debía descubrir que había pasado con él y por qué ¿era su culpa? O era culpa de quien lo amenazaba. Lo que fuese debía descubrirlo.

Llego hasta los departamentos, tomo el elevador y antes de tocar la puerta pensó en Dazai ¿Cómo había entrado la última vez? Una llave, si el albino no quería abrir podía haber una llave escondida. Comenzó a buscar y en la maseta la encontró, sonrió por su logro desbloqueado y abrió la puerta.

Primero se aseguró de que el abuelo de Atsushi no estuviera en casa, y entonces fue directo al cuarto del chico, su cama estaba tendida, recordando lo que dijo Dazai "Sería bueno que durmiera en ella" y si no se refería a nada malo, notó que el tigre no estaba, así que salió del cuarto, comenzó a buscar. Sus nervios subían pensando en que momento sería descubierto y arrestado por allanamiento de morada. Entre su búsqueda, noto una escalera de pared tapado por una planta larga, le dio curiosidad al analizar el espacio, parecía que había un segundo techo al terminar la pared por lo que movió la maseta y trepo por la escalera de pared, al subir, notó que en efecto, entre el techo había otro techo que le dejaba una vista de todo el lugar, allí lo encontró.

Atsushi dormía abrazado del tigre que estaba en su habitación, el azabache termino de trepar y se acercó al albino – Atsushi – le llamo pero el albino no respondió, acomodo su cabello y toco sus rostro y sonrió al saber que las mejillas de Atsushi era suaves como siempre imagino aunque solo era la derecha – Atsushi – le volvió a llamar y está vez lo movió, se sorprendió al mirarlo, el lado izquierdo del rostro de Atsushi estaba golpeado ¿Por qué? o más bien ¿Por qué? – ¡Atsushi! – le llamo moviéndolo más y el albino despertó desconcertado. Miro al azabache y en verdad está vez el albino no entendió nada.

- ¿qu-que haces? ¿Cómo? ¿Qué? ¿aah? - realmente estaba confundido

- ¿Quién te amenaza?

- E-eso... ¿co-como lo sabes?

- Me amenazaron por ti

- ¿eh? ¿po-por... - bajo la cabeza- lo siento – dijo el albino

- ¿Qué haces aquí arriba? – suspiro el azabache – no importa, hablemos ¿sí?

Ambos chicos habían bajado y el albino había buscado algo de tomar, Akutagawa buscaba algo para el rostro de Atsushi, termino vendando y curando su rostro antes de que el albino pudiera detenerlo

- Bien, cuéntame

- ¿no le dirás a nadie?

- No

- ¿seguro?

- Seguro

- ¿te molestarás?

- No

- Y

- Solo cuéntame carajo

- S-si – suspiro el albino – es un niño, se llama Francis Scott Fitgerald, íbamos a la misma escuela en América

- ¿américa?

- Si, mis padres trabajaban en las compañías Fitgerald

- ¿Cómo lo conociste?

- Fue casualidad, en la escuela, no sabía que era el hijo del jefe de mi papá, éramos buenos amigos y cuando nos topamos en una fiesta nuestros padres pensaron que sería bueno que fuéramos amigos

- ¿entonces?

- Mis padres murieron en un accidente... Los Fitgerald me ofrecieron quedarme con ellos, Francis no quería que me fuera, así que convenció a sus padres de que me dejarán quedarme

- Pero... yo quería venir con mi abuelo – suspiro Atsushi – mis padres siempre hablaban de Yokohama, lo mucho que la extrañaban y que extrañaban a mi abuelo, así que vine a Yokohama

- Francis me grito traidor y que lo pagaría caro... el año pasado tuvimos una discusión por chat y esté año ha mandado a personas a molestarme – dijo decaído y miro al azabache – creí... que tú eras una de ellas

- ¿Qué? ¿yo?

- El año pasado eras amable... esté año... bueno...

- ¿ya hablaste con tu abuelo?

- ¿eh? No, él tiene muchas ocupaciones...

- Habla con tu abuelo – dijo el azabache – en vez, de una vez ¿Quién es tu abuelo?

- ¿Qué? n-no podemos hacer eso, tu estas aquí con el uniforme

- ¿eso qué?

- ¿te saliste de clases?

- Si

- Mi abuelo es el director

- Oh...  ¡¿en serio?! ¿tu abuelo es Fukuzawa-sensei? - Akutagawa se quedó quieto Atsushi asintió con la cabeza. Eso sería un gran castigo pero suspiro y miro a Atsushi – con mayor motivo, vamos a la escuela – dijo el azabache

- Akutagawa pero tu...

- Cuenta conmigo

- ¿eh?

- Mis palabras son unas pero mis acciones son otras ¿Qué tan idiota eres para no verlo? No puedo evitar hablar mal pero siempre intento ayudarte ¿Qué no lo notas estúpido? – dijo el azabache tomando las manos del albino – pon atención, como en las matemáticas, ¿1 + 1?

- ¿eh? Akutagawa eso

- Que pongas atención maldita sea, es la única forma que puedo hacer esto

- ¿Ha-hacer qué? – pregunto el albino nervioso

- Espera, hay una mejor – dijo el azabache y tomo las manos del albino – ven – le llamo llevándolo a su cuarto

Akutagawa miraba los libros del albino mientras sacaba uno tras otro, los desordenaba y Atsushi estaba vez ya ni sabía qué hacer, puso atención en lo que hacía el azabache, ¿Qué era lo que quería decir o hacerle entender? Hasta que tomo uno - ¡Este! – grito contento el azabache

- ¿un libro de poemas? – pregunto el albino al ver al azabache tomar por fin uno de sus libros

- No sé mucho de libros – decía Akutagawa – pero se algunos géneros, solo reconocí este y gracias a dios coleccionas de todo – dijo ojeando el libro

- En-entiendo – dijo el albino sentándose. Akutagawa había tomado un lápiz

- Aquí – dijo Akutagawa encerrando uno de los poemas

- ¿Cuál? – pregunto asomándose pero el azabache puso su mano encima

- Hasta que termine lo veras

- Es-está bien

Akutagawa siguió haciendo aquella acción una y otra vez, Atsushi estaba algo mortificado, ¿realmente estaba dejando a un extraño rayar sus libros? Más aun, los había tirado y desacomodado todos, ¿realmente estaba bien dejarlo hacer? – Listo – dijo el azabache y suspiro – ahora entenderás y si no lo haces en serio tienes mierda por cerebro

- In-intentaré – dijo el albino y comenzó a leer los poemas

"si he herido tu orgullo, entonces toma el mío. No me sirve de nada, si no te tengo a ti." El señor de la guerra – Eliabeth Elliot

"Amo cada parte de ti, cada pensamiento y cada palabra. La compleja y fascinante mezcla de todas las cosas que eres. Te amo de mil maneras diferentes. Amo todas tus edades, como eres ahora y lo hermosa que serás en os años venideros. Te amo por ser la respuesta a todas las preguntas de mi corazón" Seducción al amanecer – Lisa Kleypas.

"Te amo Julie. Te amo en Colorado. Te amo aquí, donde estoy. Te amaré siempre. Desde cualquier parte. Siempre" Perfecta – Judith McNaught

"Te amo, no te merezco, nunca te he merecido, pero te amo. Te amo más que mi vida" En el lecho del deseo – Laura Lee Guhrke

"he luchado en vano, pero ya no quiero hacerlo. No quiero reprimir mis sentimientos. Debe permitirme confesarle lo ardientemente que la admiro y que la amo" Orgullo y Prejuicio – Jane Austen.

- Es-estos son poemas de confesiones de amor – dijo el albino y miro al azabache

- Lo son

- ¿Qué quieres decir?

- Entiendo. - suspiro -  Tienes mierda por cerebro – dijo el azabache

- Qui-quieres decir... yo... - se sonrojo ligeramente y miro al azabache - ¿te gusto?

- ¡VAYA! – grito Akutagawa y tosió levemente – quiero decir,... bueno, lo que dice allí

- Pero tu... has sido grosero todo este año

- Mira, he leído toda tu mierda de poesía y frases románticas de libros celebres pero... - miro a otro lado sonrojado – no puedo decirlo, las palabras no salen pero cuando se acerca alguien más me enojo mucho y termino desquitándome contigo...

- Habías... es-estado ¿celoso? – pregunto el albino y el azabache lo miro, su rostro era tan lindo que se sonrojo y le puso la cara en la mesa

- Deja de mirarme maldita mierda – se quejó el azabache

- Lo-lo siento... - dijo el albino y Akutagawa pudo notar como el chico se había sonrojado hasta las orejas

- Como sea, vamos con tu abuelo – dijo levantándose

- Es-espera – le llamo Atsushi – ayúdame a acomodar los libros – pidió

Ambos chicos habían comenzado a recoger los libros, estaban todos tirados y aunque Atsushi los ponía en orden a Akutagawa le valía y los colocaba como fuesen, incluso uno encima del otro. Atsushi sabia que no podía ir con su abuelo, solo le quedaba atrasar al azabache hasta que Dazai llegará, estaba sumergido en sus pensamientos que no notó que el azabache acomodaba mal los libros y mucho menos el peligro que causaba.

Entre una que otra el desastre de Akutagawa (nuevamente) apareció y cuando el libro iba a caer encima del albino Akutagawa simplemente se interpuso terminando ambos chicos encima de la cama - ¿estás bien? – pregunto el albino mirando al azabache en su pecho

- S-si – respondió el azabache – tienes libros algo pesados

- Algunos son gruesos – respondió alegre el albino

- Oye, no sonrías así – dijo el azabache quedando frente a los labios del albino

- N-no ¿pu-puedo? – pregunto sonrojado

- Aun... no has respondido

- M-mi re-respuesta... Ci-cierto, yo... aam – Atsushi se había puesto completamente nervioso, tenía al azabache encima de él, ambos en su cama y en verdad estaba más que sonrojado

- Parece que el pequeño está nervioso ¿no? – dijo burlón el azabache

- ¿Qu-que hay de ti idiota? – dijo el albino molesto por ello – so-solo me insultas y me tratas mal po-por qué crees que me gu-gu – miro al otro lado – n-no puedes ni decir que te gusto

- Y tú no puedes decirlo tampoco ¿no?

- Y-yo... - trago saliva – di-dijiste que lo demostrabas ¿no? – pregunto mirándolo a los ojos

- Supongo, no puedo evitar preocuparme por ti – dijo el azabache y el albino se sonrojo

- Fuiste sincero, es lo que importa – sonrió Atsushi

- Seré sincero de otras formas... - dijo acercándose

- ¿Fo-formas? – pregunto Atsushi y su respuesta llego con un beso

El beso fue largo y torpe para ambos chicos, pero el albino entendió todo lo que Akutagawa le había querido decir, se sintió nervioso al sentir la lengua del azabache entrar y todavía más cuando paso sus manos por su ropa, Atsushi sintió que iba a morir y no dudo en separarse ligeramente – es-espera e-esto es...

- Tranquilo – dijo el azabache – estudie de esto el año pasado

- ¿e-eh?

- ¿Qué? quería estar preparado para cualquier oportunidad

- O-oye es-espérate un segundo es-eso

Akutagawa volvió a callar al albino besándolo, realmente era muy ruidoso, Atsushi estaba más que nervioso, tanto que por las palabras del azabache no le había importado tomar su cabello y jalárselo para detenerlo, pero al azabache no le importo, al contrario, hizo lo mismo y lo beso con más fuerza, jalaban sus labios entre mordidas y juegos de lengua hasta que Atsushi comenzó a gemir por aquello cuando se separaron ligeramente, seguían sosteniendo sus cabellos y sus respiraciones estaban agitadas

- Oh may.... ¡CHUUUYAA! TE DIJE QUE EL PEQUEÑO NO PODÍA VERNOS HACER COSITAS! – grito Dazai. Ambos chicos en la cama miraron la puerta completamente paralizados, Dazai estaba allí con una cámara mientras Chuuya miraba al otro lado. Atsushi no evito gritar completamente avergonzado mientras pateaba a Akutagawa fuera de la cama

- ¡¿Y POR QUE ME HECHAS A MI MIERDA?! – grito Akutagawa desde el suelo

- Da-Dazai-san, Chuuya, es-esto – Atsushi se había vuelto rojo nuevamente y opto por tapar su cara con la sabana - uuugg...

- Ya, ya Atsushi-kun – sonrió Chuuya mientras ayudaba a Akutagawa levantarse – ¿no nos habías dicho el año pasado que te gustaba esté chico? – pregunto y pudieron ver como Atsushi dio un respingo en su propia cama

- ¡Chu-Chuuya! – le llamo y Dazai salto a la cama a abrazar a Atsushi

- Ooooooooooooh el pequeño Atsushi-kun confeso sus sentimientos ~ - cantaba Dazai

- ¿lo sabían? – pregunto Akutagawa mirando a los mayores

- Por supuesto, nosotros lo ayudamos a hablar contigo desde un principio – sonrió Chuuya – ah la juventud – se quejó Chuuya recogiendo los libros

- Atsushi-kun, oye oye – le llamaba mientras quitaba la sabana – vamos Atsushi-kun quiero darte un regalo

- ¡¿Qué?! – pregunto nervioso el albino, más que nervioso, Dazai había logrado quitarle la sabana dejándolo todo despeinado y más rojo que nunca

- Son condones, úsenlos

- ¡DAZAI-SAN! – grito apenado el albino para esconderse en la cama

- Ya, ya – dijo abrieron el cajón de Atsushi – ya los guarde

- Como sea – dijo Chuuya - ¿Qué haces aquí? – pregunto al azabache

- Vi-vine a verlo – dijo el azabache – me dejaron una nota

- ¿Francis sigue molestándote? – pregunto Dazai y Atsushi salió de su escondite asintiendo – ya veo... - suspiro Dazai

- Podríamos unirnos todo el club y golpearlo – dijo Chuuya

- No involucremos a más, incluso ahora Akutagawa lo sabe – dijo Dazai cruzándose de brazos

- ¿Por qué no solo vamos con el abuelo de Atsushi? – pregunto Akutagawa

- Es más complicado Akutagawa – dijo Dazai – Atsushi apenas tiene tres años con su abuelo, servicios familiares han intervenido por la diferencia de continente, en una buena pelea podrían alegar y quitarle Fukuzawa-sensei sus papeles como tutor

- Lo hemos intentado, no te creas pero Fukuzawa-sensei se preocupa mucho por Atsushi, si se entera de esto seguro pensará que estará mejor en América

- Yo quiero quedarme... - dijo Atsushi cabizbajo

- Ya Atsushi – sonrió Chuuya – lo resolveremos te lo prometí

- S-si

- Pero bueno – suspiro Dazai y estiro su mano – bienvenido al club, Akutagawa

- ¿e-eh? – lo miro confundido

Dazai, Chuuya y Atsushi sonreían aunque el albino estaba más sonrojado que otra cosa, Akutagawa tomo la mano de Dazai aun con su ceño fruncido y suspiro – hagamos que Francis deje de molestarlo

- Siii – grito Dazai – pero vámonos Chuuya para que sigan cogiendo

- ¡DA-DAZAI-SAN! – grito Atsushi avergonzado y Chuuya solo suspiro

- Eres un maldito bastardo... Eso nadie te lo cambia

- Nop

- No me molestaría – dijo Akutagawa mirando a otro lado

- ¡POR DIOS OTRO! – grito Chuuya

Los cuatro chicos continuaron riendo y molestando a Atsushi, claro está que también planeaban como arreglar todo lo referente al menor. ¿Cómo funcionaría ello? 




¡Hellooooo  my lady, hello my sweetees, hello, hello mylooooove!Lo siento, he estado muy feliz por que puedo escribir nuevamente con regularidad para ustedes, espero lo disfruten

¡Gracias por leer!

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