Love Strip (Parte 2)

Durante tres meses, Marco y Tn se hicieron muy buenos amigos. Hablaban de cualquier cosa, reían y se divertían por ahí los dos juntos, disfrutando de la compañía del uno del otro. Con el tiempo Tn le tomó muchísimo cariño y podía contar con él para cualquier cosa. Se había convertido en su mejor amigo.

Marco, por otra parte, pensaba lo mismo de ella... bueno, no del todo. No sólo la consideraba una amiga y de las mejores... también se había convertido en su gran amor. Cada día se enamoraba más y más de ella. Estar con ella, a su lado, le hacía sentir genial. Descubrió que Tn no solo era muy hermosa, también era divertida, alegre, amable y muy inteligente. Le encantaba su cabello castaño y sedoso, sus ojos hermosos y brillantes, su sonrisa... esa bonita y luminosa sonrisa que le volvía loco día tras día. Cuando, un día, ella terminó el libro que él le había recomendado en el día que se conocieron y le comentó que le había gustado mucho, no pudo estar más que contento. Se alegraba de tener a alguien con quien compartir sus gustos.

Al pasar los meses y dando el comienzo del verano, Marco se había enamorado mucho más de ella. De hecho, las veces que iban por el campus juntos y que algunos chicos, compañeros de clase de Tn, la saludaban y ella les devolvía el saludo con su sonrisa... él se ponía mal y no podía evitar sentir terribles celos. Incluso, sin que ella se diera cuenta, él los miraba con mala cara. Pero, después de todo, él tenía que disimular esos celos cuando Tn estaba presente. No quería que se diera cuenta (todavía) de que sentía algo por ella.
Muchas veces quiso confesarle sus sentimientos, pero le daba pavor hacerlo y se lo guardaba para sí mismo. Tenía miedo de perderla como amiga y como persona. La situación se volvía más difícil si su amistad era tan grande. Por un lado se alegraba mucho de estar con ella, pero por otro sentía una tremenda angustia al no poder decirle nada por miedo a las posibles consecuencias. No era el momento adecuado.

Pero eso no era todo. No solamente la quería... también la deseaba. La deseaba mucho, de hecho. Se volvía loco cada vez que contemplaba su perfecto rostro, con esa sonrisa y esos labios... carnosos y suaves a la vista, y su increíble cuerpo. Sus caderas, sus piernas, su cintura, su pecho... con esa piel tan bonita y aterciopelada, lo traían más que loco. Sin duda, era preciosa.

Se moría por tenerla entre sus brazos, atacar sus labios de forma apasionada, de devorar todo su cuerpo con besos y mordiscos y, sin soltarla, hacerla suya de una vez por todas... pero tenía que contenerse. Y para el joven de pelo rubio era muy frustrante. Y por culpa de esos deseos hasta tenía sueños húmedos por las noches. Aquellos sueños no le dejaban dormir, se despertaba entre sudores y jadeos.

La noche anterior, no pudo dormir bien que digamos. Tuvo otro de sus acalorados sueños, imaginándose a su querida Tn... sonrojada y desnuda bajo su cuerpo y él, en primera persona, la embestía sin parar. No paraba de escuchar su voz entre gemidos:

"Tn: ¡Aah! ¡¡Aah!! ¡¡Aah!! ¡¡Aaah!! ¡Marco-san!''

Al muchacho se le subían los calores a la cabeza, jadeaba y se revolvía todo el rato en la cama. Sin abrir sus ojos, continuó con su sueño. Esta vez se la imaginaba en otra posición y él, dejándose llevar, seguía con sus embestidas.

"Tn: ¡¡Aah!! ¡¡Aah!! ¡¡Aaah!! ¡¡Aaaah!! ¡¡Marco-san!!"

Inmediatamente, abrió sus ojos de golpe y se levantó, quedándose sentado en la cama. No paraba de jadear y sentía sudores por toda la cara y el cuerpo, vestido con pantalones y camiseta corta para dormir. El corazón le latía a toda velocidad. Inclinó su cabeza hacia delante y puso las manos en ella con gesto cansado.

Marco: Esto no es normal... No es nada normal - susurró para sí entre jadeos y en voz alta.

....................................

Al día siguiente, Marco quedó con Ace para tomar algo en un bar. Estaban sentados en una mesa cercana a la ventana frente a frente. El joven de cabello oscuro lucía como siempre, de buen humor y despreocupado, al contrario que el joven de pelo rubio, que tenía un aspecto desmejorado, cansado y con ojeras bajo los ojos.

Ace: Tío, tienes una pinta horrible - le soltó de sopetón al mirar su cara.

Marco: Tampoco te pases, chaval - dijo con voz algo sombría, signo propio del puro cansancio, mientras daba un sorbo a su bebida.

Ace: ¿Y qué? Sólo digo la verdad, no tienes buen aspecto - dijo tajante y bebió un poco del suyo -. ¿Puede saberse por qué? ¿Estuviste estudiando para los exámenes finales?

Lo preguntó mirándolo fijamente a los ojos, esperando una respuesta. Marco resopló cansado y simplemente contestó:

Marco: Sí... algo así.

Obviamente era mentira. No podía confesar sin más a su amigo de que las pasadas noches había tenido sueños eróticos con su mejor amiga. Era demasiado para él.

Ace: Bueno... yo, en fin, estoy molido porque también he estado estudiando duro, ¿sabes? Menudo palo - dijo echándose la cabeza hacia atrás, de puro agotamiento. Después añadió orgulloso -. Menos mal que tengo un hermano listo y espabilado que me ayuda.

Marco: Con hermano listo no te refieres a Luffy, ¿verdad? - le preguntó con una sonrisa de lado, divertido.

Ace: Jajaja no, qué va - respondió riéndose -. Más bien me refería a Sabo.

Marco: Haces bien en recurrir a él. Él es muy inteligente. Si pudiera te ayudaría yo, pero no tengo tanta paciencia como lo está teniendo él contigo - le soltó señalándole con el dedo y riéndose.

Ace: Venga ya, tampoco es que yo sea tan terrible - le respondió fastidiado, cosa que a Marco le hizo gracia -. A propósito, ¿qué tal con tu "amiga"? - le preguntó con una sonrisa irónica y marcando la palabra "amiga" haciendo comillas con los dedos.

A Marco le extrañó eso.

Marco: ¿Por qué dices eso de "amiga"? - le dijo haciendo el mismo gesto que él.

Ace: Ya sabes a qué me refiero - le respondió arqueando una ceja y sin quitar su sonrisa. Él ha estado pendiente de su situación -. ¿Y bien? ¿Se lo has dicho ya o no?

Marco se quedó callado un minuto hasta que le contestó:

Marco: No, aún no se lo he dicho.

Ace: ¿Y cuándo piensas decírselo?

Hubo un minuto de silencio, hasta que el rubio respondió triste:

Marco: Creo que... no se lo diré nunca.

Ace: Pero, ¿tú éstas loco o qué? - le reprochó, sorprendido por su respuesta.

Marco: Lo que oyes. Prefiero tenerla sólo como amiga a perderla para siempre, aunque me duela - le respondió tajante.

Ace: Tú di lo que quieras, pero escúchame - le habló con rostro serio -. Una chica tan mona como ella no estará soltera para toda la vida. Un día saldrá con otro hombre tarde o temprano y, créeme... tú sufrirás - terminó señalándole.

Marco, al escuchar eso, soltó aire por la nariz con gesto triste.

Ace: Hablando de eso... he oído que Tn tiene problemas con una asignatura y que debería aprobar un examen final de ese mismo tema. Y ha pensado en recurrir ayuda a un profesor particular.

Marco: ¿De qué profesor particular hablas? - le preguntó con curiosidad, ya que el retintín que emitió su amigo al hablar era algo sospechoso.

Ace: Pues que ese profesor particular va a ser precisamente Sabo - le contestó sin más.

Marco casi se atraganta con su bebida.

Marco: ¿¡Cómo!? ¿¡Él!? - se sobresaltó -. ¿Y por qué tiene que ser él?

Ace: Obvio. Ellos dos se conocen y él es amable, inteligente y... se había ofrecido él mismo a ayudarla. Y ella aceptó su ayuda, claro. Ya sabes qué significará eso, ¿no? - le dijo esto último arqueando una ceja.

Marco sabe perfectamente la respuesta. Por supuesto no tenía nada en contra de el pobre chico, de hecho le caía bien. El problema es que aquel atractivo joven de cabello rubio y con una quemadura en el ojo izquierdo era un imán para las mujeres. Y seguramente Tn no tardará en lanzarse a sus brazos. Aquello le empezó a preocupar.

Ace: Exacto. No diré esto porque sea mi hermano sino porque es la verdad, pero Sabo es un chico encantador. Y con una chica igual como lo es Tn, seguro que surgirá algo entre sus planes de estudio. Sabo tiene un gran éxito con las chicas... aunque él mismo no se dé cuenta - dijo esto último riéndose un poco.

Marco sólo pudo asentir. El muchacho de cabello oscuro tenía razón.

Marco: Bueno, tú tampoco te quedas atrás. Tú también las tienes loquitas, se te echan encima - le comentó sonriendo divertido.

Ace: Aarg sí, lo sé. Pero no me interesa ninguna. Son muy pesadas - contestó hastiado.

Su amigo se rió un poco por el comentario. Entonces una idea se le cruzó por su mente.

Marco: Ace... tienes que ayudarme en una cosa.

Ace: ¿El qué? - preguntó curioso. Marco le estaba mirando esta vez con mucha seriedad.

Marco: Necesito que me ayudes con lo de Tn... ¿Crees que podrás convencer a tu hermano para que yo le sustituya?

Ace abrió mucho los ojos. Se había quedado sorprendido.

Ace: ¿Cómo dices?

Marco: Por favor, Ace. Invéntate una excusa para que no vaya a su casa, la que sea. Es mi última oportunidad.

Ace: ¿Para qué? - preguntó confuso.

Marco: Para declararme - contestó con determinación -. Lo he decidido. Quiero intentarlo, me salga bien o mal.

Ace se sorprendió más todavía. Luego sonrió satisfecho.

Ace: Bien dicho, amigo... está bien. Voy a ayudarte en esto. Si la operación sale bien, te avisaré por móvil - finalizó sosteniendo su móvil en la mano.

Marco sonrió complacido.

Marco: Gracias, tío - le respondió con sinceridad, con una sonrisa de complicidad de parte del moreno con pecas.

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