Love Strip (Parte 1)
Nota: Tn => Tu nombre
.............................................
Todo comienza a mediados de la primavera. Un joven alto de pelo rubio y con vello facial en la mandíbula llamado Marco paseaba por las calles de la ciudad. Hacía un calor agradable con un viento suave y fresco, donde volaban en el aire pétalos de cerezo que provenían del campo de una colina lejana. A Marco le gustaba esa sensación. Era un tiempo muy bueno para poder pasear un poco y con tranquilidad.
El joven llevaba puesto un jersey de rayas blancas y azul marino, vaqueros y una chaqueta marrón con la parte delantera abierta. Tenía el rostro serio y tranquilo. En un momento, con las manos en los bolsillos de su chaqueta, vislumbró una librería al otro lado de la acera. La fachada era como antigua, de madera y con un toldo rojo y letras doradas a lo Art Decó. A Marco le llamó la atención y, sin dudarlo, cruzó un paso de peatones para llegar hasta allí y echarle un vistazo.
Ya dentro de la librería, echó un vistazo a su alrededor. Saludó de forma educada al anciano dueño del local, con una respuesta de parte del mismo de la misma forma. Como suponía, el interior también se veía como antiguo, con pequeñas mesas y grandes estanterías de madera vieja repletas de libros y algunos ventanales reflejando la luz del día en lo que parecían ser alfombras persas. Aquel lugar era como transportarte en el tiempo, alejándote del mundo actual en el que vives, y eso a Marco le resultó muy agradable.
Deambuló por los pasillos de estanterías, buscando con la mirada algo que le interesara. Al cabo de un rato de tanto buscar, encontró una sección que le llamó la atención. Aquella sección, cerca de un ventanal, estaba llena de libros de historia de navegación, novelas de aventuras. El joven sonrió. Eran el tipo de historias que solía leer mucho cuando era niño, aunque ahora lo que le interesaba era alguna con un contenido más adulto.
Alzó la mirada y vio, a su derecha y en un estante alto, un libro color rojo carmesí que lo atrajo por el título del lomo. Lo cogió sin problemas y echó un vistazo a la parte inferior, leyendo la sinopsis. Volvió a sonreír. Era una novela de aventuras de piratas. Dio la vuelta al libro. ''El corsario negro'' decía la parte superior, de Emilio Salgari. ''Qué bien, justo lo que quería'', pensó el muchacho con una sonrisa satisfecha.
Tenía su vista fija en la cubierta del libro hasta que escuchó un ruido. Alzó la cabeza hacia los estantes superiores, curioso por saber de dónde venía ese ruido. En efecto, había un par de libros que se movían por una fuerza que la desconocía. De repente, aquel par de libros se salieron de su sitio y, junto con otro libro más, se cayeron del estante aterrizando en la cabeza del joven. Éste emitió unos gritos de dolor. Era evidente de que, como se cayeron desde una altura más alta, los libros habían golpeado su cabeza como si fueran piedras. El último libro en caerse y darle en su cabeza consiguió que se diera de bruces contra el suelo de espaldas.
Se incorporó despacio del suelo quedándose en el mismo, con los ojos cerrados y sobándose la cabeza. El golpe era bastante fuerte.
Marco: Auch... - gimió dolorido.
Aún con los ojos cerrados, escuchó unos pasos apresurados que se dirigían hacia él. Debe de ser quien había ocasionado este accidente.
Marco: ¡Oi! - frunció el ceño molesto -. ¡Haz el favor de tener más cuidado con...! - iba a seguir hablando pero, cuando abrió los ojos, se calló de repente.
Tn: ¡Oh Dios mío! ¿¡Se encuentra bien!? ¿Le he hecho daño?
Lo que vio lo dejó asombrado. Sentada de rodillas enfrente de él se encontraba una chica joven de cabello castaño. Tenía una piel muy bonita y unos ojos brillantes que lo miraban con preocupación. Iba vestida con un vestido veraniego corto de color blanco. Aquella visión lo dejó fulminado. Era la chica más bonita que había visto nunca.
Tn: Oiga... ¡disculpe! ¿Se encuentra bien? - habló más preocupada todavía y moviendo su mano enfrente de su cara que se encontraba perpleja, como si estuviera en trance. El joven rubio reaccionó y, sin darse cuenta, se puso colorado.
Marco: S-S-Sí. E-Estoy bien - respondió. ''¿Por qué narices tartamudeo?'', pensó fastidiado.
Tn: ¿Seguro? ¿No le he ocasionado algún chichón o algo? - la muchacha se acercó más a él, dirigiendo sus manos hacia su cabeza en busca de algún desperfecto. Aquello le puso más nervioso.
Marco: No no, tranquila. Estoy bien, de verdad. No ha sido nada - se apresuró a decir rascándose la cabeza e intentando sonreír de forma despreocupada.
Al principio la joven no se creyó del todo su respuesta, pero después puso la mano en su pecho y soltó un suspiro de alivio.
Tn: Qué bien... me alegro - le sonrió.
Marco se sonrojó de nuevo. ''Qué sonrisa más bonita tiene'', pensó asombrado.
Ambos se levantaron del suelo, Marco recogiendo los libros tirados y la joven ayudándole un poco a poder sostenerse en pie. El joven de pelo rubio puso la vista en los libros que sostenía en la mano.
Marco: ¿Pero qué ha pasado? - preguntó y posó su mirada en la chica.
Tn: Amm bueno... e-estaba intentando coger estos libros y... como el estante era muy alto y no llegaba... estooo yo... - hablaba con voz nerviosa.
Marco la miró sorprendido. La chica era algo bajita así que no puede extrañarse de que no tenga la suficiente altura para llegar a los estantes más altos. Pero que haya ocasionado eso... Miró hacia atrás y se encontró con una pequeña escalera de mano.
Marco: Podrías haber usado eso, ¿no crees? - dijo volviendo a posar su mirada en ella y señalando aquel objeto. La chica lo vio y se puso roja de la vergüenza.
Tn: Aigh no lo sabía... Perdón perdón perdón. ¡Lo siento muchísimo! - se inclinó hacia él avergonzada mientras hablaba de forma apresurada. Marco tuvo que contenerse una risa. Aquello le resultó algo gracioso, y tierno por parte de ella.
Marco: Tranquila, tranquila. Ya te dije que estoy bien. Ha sido un accidente - movió su mano para calmarla y la sonrió.
La joven alzó un poco su cabeza y le miró. Luego recuperó la compostura y se quedó ahí mirándole.
Marco: ¿Querías un libro en particular? Yo te puedo ayudar, si quieres - se ofreció.
Tn: ¿De verdad? - le dijo sorprendida.
Marco: Claro. No es ninguna molestia - la respondió sonriendo.
La joven de cabello castaño le devolvió la sonrisa.
Tn: Es muy amable por su parte. Gracias.
Ambos se dirigieron al lado contrario de la estantería. Ella le señaló el libro que quería y Marco pudo cogerlo sin problemas. Le dio el libro de cubierta color azul a la chica y ésta le dio las gracias. Él no pudo evitar echar una mirada a la cubierta de su libro: ''Orgullo y prejuicio'' de Jane Austen.
Marco: ¿Te gustan las novelas de romance? - la preguntó con curiosidad.
Tn: Mmm sí. Me gustan mucho... aunque también leo otras cosas como las de misterio, ambientadas en épocas...
Marco: Ya veo - contestó impresionado -. ¿Vas a coger un libro más?
Tn: Sí. Estaba pensando en una de aventuras, para cambiar un poco... pero no sé cuál coger - respondió dubitativa.
Marco: ¿Quieres que te recomiende alguna? He leído muchas de esa categoría - la sugirió.
Tn: Sí - le miró sonriendo -. Claro, gracias.
Marco se sonrojó por aquella sonrisa y trató de mantener la compostura para no cometer una tontería antes de volver al otro lado de la estantería con ella siguiéndole. Cuando llegaron, se puso a buscar en los estantes y, satisfecho por su hazaña, encontró un libro de color arena y se lo dio a la chica. Ella echó un vistazo a la cubierta: ''El pirata'' de Walter Scott.
Tn: Humm... parece un libro interesante - dijo curiosa.
Marco: Es un libro muy bueno. Créeme, te gustará.
La muchacha de cabello castaño posó su mirada en el joven de pelo rubio y le sonrió agradecida.
Tn: Sí... de acuerdo, me quedaré con este. Gracias.
Marco: De nada - la contestó orgulloso.
Ambos se dirigieron a la caja para pagar sus libros escogidos. El anciano dueño los trató con amabilidad. Luego ambos se quedaron mirándose sin saber qué hacer después. Marco dio el primer paso.
Marco: Oye, tú... - iba a preguntarle algo, pero en ese momento sonó la campanita de la entrada de la librería y se asomó una chica joven de cabello pelirrojo.
Nami: Oye guapa, ¿has encontrado ya lo que buscabas? Te estamos esperando para ir a esa tienda de ropa que te conté el otro día. ¡Date prisa! - se dirigió a la muchacha de cabello castaño con pinta de tener mucha prisa.
Tn: Sí, lo he encontrado. Perdón, Nami, ahora mismo voy - la contestó de forma apresurada. Cogió sus libros y luego posó su mirada en Marco -. Muchas gracias por ayudarme y... siento mucho lo de antes. Espero no haberte hecho daño - le dijo rascándose la cabeza avergonzada.
Marco: Tranquila, no pasa nada - la sonrió. Entonces empezó a sentir algo raro en su interior, una sensación que decía que quería seguir estando con ella, que no se marchara todavía.
Tn: Mmm bueno... gracias por todo. Adiós.
Iba a marcharse de allí cuando una voz urgente surgió del interior de Marco.
Marco: ¡Espera!
Afortunadamente la chica se paró y volvió su rostro hacia él. El muchacho se puso nervioso de nuevo.
Marco: ¿Cuá... Cuál es tu nombre? - se atrevió a preguntar. Temía que no se lo dijera, que le mirara raro o que le contestara de mala forma. Pero, lejos de eso, la chica le sonrió.
Tn: Yo... me llamo Tn. Encantada - le tendió la mano a modo de presentación. Marco le devolvió la sonrisa.
Marco: Yo soy Marco. Encantado yo también - le tomó la mano sin dudarlo y la estrechó. ''Bonito nombre'', pensó. No paró de mirarla hasta el momento en que ella se soltó de su mano.
Tn: Pues bien. Encantada, Marco. Espero que nos volvamos a ver algún día. ¡Adiós! - se despidió de él con la mano y, con estas palabras, salió por la puerta y se marchó.
Marco se quedó plantado en su sitio mirando por la puerta por la que ella acababa de salir. Algo retumbó en su interior. El corazón le latía al compás y no se le borraba su cara de pasmado. ¿Qué era eso?
Marco: Creo... que me he enamorado - susurró para sí mismo.
..................................
Pasaron unos días desde aquel curioso encuentro en la librería, pero que al mismo Marco le sentó muy bien. Aquella chica de cabello castaño, Tn, le cayó bien, además de parecerle muy bonita. Se sonrojó un poco nada más acordarse de todos los detalles tan femeninos de aquella mujer. ''Esto nunca me había pasado... me siento raro'', pensó mientras paseaba por una calle. Pero, reconoció, a pesar de estar algo confundido con respecto a sus repentinas emociones, no podía evitar albergar en su interior una pequeña esperanza de poder volver a ver a aquella joven.
Sonrió nostálgico. Sí... tenía ganas de volver a verla.
Sin darse cuenta, alguien se chocó con él en el punto final de la acera, cerca de un semáforo.
?: ¡Ah! ¡Perdón!
Marco se dio la vuelta de inmediato, vio a la persona que se había chocado con él... y sonrió.
Marco: ¡Hola! - la saludó de forma alegre. Menuda sorpresa. Era la chica que conoció el otro día, Tn. Vio que llevaba puesto el vestido blanco del otro día, solo que esta vez con una chaqueta vaquera encima. Le quedaba muy bien.
Tn: ¡Oh! ¡Hola! - le saludó sorprendida pero con una sonrisa -. Tú eres Marco, ¿verdad?
Marco: Sí, soy yo - la respondió riéndose -. Volvemos a coincidir, por lo que parece.
Tn: Ah sí. Perdona por chocarme contigo así, es que suelo estar en las nubes jejeje - dijo rascándose la mejilla avergonzada.
''Caray, cuando se sonroja es muy mona'', pensó embelesado. Después se regañó a sí mismo: ''¿¡Quieres dejar de pensar así!? ¡Se va a dar cuenta!''.
Marco: ¿Ibas a alguna parte? - la preguntó.
Tn: Amm sí. Iba directa a mi casa.
Marco: Ah bien - respondió solamente. Entonces miró al otro lado y vio un sitio que, en un segundo, le dio una idea. Al principio dudó de ello pero luego pensó: ''Venga, hazlo. Ahora o nunca''. Posó de nuevo su mirada en la joven, que no se había movido de su sitio.
Marco: ¿Te... Te apetece tomar un café conmigo ahí? - la preguntó señalando un café al otro lado de la acera -. Si no te parece una molestia, claro.
Tn ladeó su cabeza en dirección a aquel café. En su rostro parecía que se lo estaba pensando. Ahí él empezó a ponerse nervioso. ¿Y se le decía que no podía, o sencillamente que no? Y otra cosa más... ¿desde cuándo se mostraba tan inseguro? Un rato después, la joven posó su mirada de nuevo en él.
Tn: Sí... claro, me encantaría - respondió con una sonrisa.
Marco: Genial - contestó sonriendo de alegría y alivio. ''Qué suerte'', pensó.
Y menuda suerte. Mientras tomaban su café, ambos se pusieron a hablar, conociéndose el uno al otro, y acompañaban su charla con unas risas. Marco escuchaba atentamente a la bella joven, sin perder un solo detalle, y descubrió que Tn estudia en la misma universidad que él, solo que en un curso más bajo. Eso le puso contento. Durante al menos una hora, el ambiente se tornaba más agradable y los nervios del joven desaparecían poco a poco, llegando a charlar con ella con más naturalidad. Se sentía muy a gusto con ella.
................................
Dos días después del segundo encuentro, parecía que la suerte estaba de su parte. Marco caminaba en el campus de la universidad en dirección a sus clases en compañía de sus dos amigos, Ace y Thatch. Los tres se reían entre anécdotas y bromas. Entonces él miró hacia un lado, en dirección a los campos de césped que llenaban el campus, y se paró un momento. En un árbol, bajo su sombra, vislumbró a Tn sentada y leyendo un libro. Contempló durante un rato su rostro tranquilo, concentrada en su lectura. Tenía una bonita sonrisa serena y el viento primaveral mecía con suavidad algunos mechones de su cabello. Era una imagen que sin duda, pensó él, se quedaría mirando durante horas.
Entonces ella apartó la vista del libro y se fijó en él, como si se diera cuenta de que la estaba mirando. Sonrió y le saludó con la mano.
Tn: ¡Ohayo, Marco-san!
Marco se sorprendió sin moverse de su sitio, viendo cómo ella se levantaba del césped con sus cosas y se dirigía hacia él. Cuando se puso frente a él, éste la saludó y se dispusieron a charlar animadamente. A medida que hablaban, Marco no paraba de sonreír y ella de reírse con sus comentarios. Aunque él mismo no se había dado cuenta... de que sus dos colegas los miraban extrañados, presenciando aquella escena tan insólita por su amigo. En ese momento sonó una campana dando comienzo a las clases.
Tn: Vaya, lo siento. Tengo que irme a clase, sino la profesora me mata - se disculpó con él -. ¿Quieres que nos veamos después de clase?
Marco: Sí claro, por mí genial - la contestó sin más muy animado.
Tn: Estupendo - le sonrió y se despidió de él con la mano-. Bueno, ¡hasta luego, Marco-san!
Marco: ¡Hasta luego, Tn-yoi! - la despidió alzando un poco la voz ya que la joven castaña se alejaba corriendo.
Marco no pudo quitar su sonrisa de la cara. Ahora se sentía muy bien al volver a verla por tercera vez. Sin darse cuenta, sus dos amigos se habían acercado a él.
Thatch: Tío, ¿qué era eso? - empezó él.
Marco: ¿Eh? - contestó volviendo de su trance.
Ace: ¿Esa no es la chica de la que tanto no parabas de hablar? - dijo el joven de cabello oscuro y de pecas en las mejillas mirando en dirección por la que ella se había ido.
Marco: Sí... es ella - le respondió suspirando sin quitar la vista del camino por la que Tn se fue y mucho menos su sonrisa.
Los dos chicos se miraron el uno al otro pasmados. Entonces el chico de pelo oscuro volvió a mirar el camino y soltó un silbido.
Ace: Tío, está muy buena.
Thatch: Sí, es muy mona - coincidió con él.
Ace: Oye, ¿te importa que me la ligue? - le dijo con voz socarrona dándole un codazo a Marco.
De repente Marco puso mala cara y le lanzó una mirada asesina.
Marco: Tú hazlo y te mataré - le soltó enfadado.
Ace: ¡Jajaja, tranquilo hombre, tranquilo! - le contestó riéndose y poniendo las manos enfrente para tratar de calmarlo, un poco asustado por lo que acababa de presenciar -. Vale, está claro que estás loquito por ella.
Marco: Qué va, no es eso - dijo apartando la vista avergonzado.
Thatch: ¿Que no? Si cuando estabas hablando con ella ponías una cara de idiota que no veas - le soltó riéndose.
Marco no dijo nada y soltó un suspiro.
Marco: ¿Y eso qué más da? Además... - dijo bajando la vista y suspirando de nuevo con aire desesperanzado - ella y yo sólo somos amigos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top