OO4 | JOE Y JUNGKOOK
CAPÍTULO CUATRO
2023 ; joe y jungkook
Labial rojo vino, su falda engomado negra y un top discreto del mismo color junto a un abrigo oversize eran suficientes para salir de casa. Su padre la observó con detenimiento, ladeando la cabeza sin estar seguro, con un rostro disconforme preguntó: '¿Irás así?' No lo culpen, era nuevo para él ver a su pequeña vestirse diferente a su típica ropa informal, de la nada, tenía una fiesta más grande que las demás. Con gente de su edad, alcohol y una larga noche. ¿En qué momento los mocosos pueden hacer fiestas antes de estudiar?
En su tiempo, si no pasabas la mayor parte del día en tutores tratando de sacar puros dieces en la escuela, entonces tú madre te abofeteaba o golpeaba con una regla las manos. Doloroso, pero efectivo.
Sin embargo no pasa ni de cerca golpear a su hija, no quiere sobreexigirle, ni tampoco dejarla hacer barbaridades. De vez en cuando no está mal divertirse con sus amigos.
—Adiós papá. —saludó en la puerta.
Es el cumpleaños de JungKook, suele festejarlo a lo grande, pero ese año era diferente. Tal vez porque son sus dieciocho años, de a poco entra a la madurez con un aspecto mucho más... fuerte, el cual enloquece a las mujeres, se ha estado ejercitando y arregla mejor su imagen personal, a lo que Joe no puede evitar mirarlo. Cuando eran pequeños ese día se festejaba en un salón de eventos para niños, con globos y magos falsos. Después, en la adolescencia comenzaron a ser realizados en el apartamento de su familia, un espacio reducido con adolescentes hormonales. Muchas veces terminaban encerrados en el cuarto de invitados por minutos mientras hacían cosas que ella no lograba pensar sin sonrojarse.
Un mensaje en su móvil hizo que lo tomara en el viaje del taxi, era Mina. 'No te dejaré entrar si tu falda está por debajo de las rodillas.' su amenaza hizo reír a Joe, la conoce bien, lo suficiente para saber que odia mostrar su cuerpo. Inseguridades que se generaron con el tiempo, vergüenza de mostrarse como una persona que no es en realidad, pero que quisiera ser. Desea ser más abierta al mundo, y menos temerosa de un resultado contrario al que quiere.
Si hubiera sido más confiada, entonces sería ella quien pase este cumpleaños con el Jeon.
La casa de Mina, donde es realizado, es grande. Será porque su familia tiene dinero desde hace siglos, una familia de cirujanos especializados en las ramas más complicadas de la medicina.
La enorme casa de dos pisos fue invadida por adolescentes hormonales en su primera fiesta de secundaria, puede que las innumerables películas de Estados Unidos hayan sido de influencia en la actualidad para que se animen a desobedecer de esa forma a sus padres, pues ninguno sabía demasiado sobre cómo iría la festividad. Los padres de Mina se fueron se vacaciones a Tokyo una semana, a lo que aprovechó sobornado a su niñera para tener el control de la casa.
Tocó el timbre de la puerta, se podía oír música desde adentro.
Un minuto después, la chica de ojos grandes abrió con una enorme sonrisa en su rostro. Usaba un hermoso vestido azul noche pegado al cuerpo, no era elegante ni vulgar, era perfecto para llamar la atención y verse bonita al mismo tiempo.
Mina vivió un par de años en América con su madre, fue por trabajo pero luego volvieron a Corea, aunque ella vivió toda su vida allí parecía rehusada a seguir sus costumbres, prefería un estilo más... libre.
—¡Joe! —sujetando su mano la hizo pasar entre risas felices, la casa estaba repleta de gente que ni siquiera conocía a simple vista. En su mayoría, parecían universitarios— Que bueno que llegaste, necesito tu ayuda.
—¿Con qué?
—Sé que no sueles tomar, así que quiero que cuides mis llaves. —le dio un juego de llaves, eran muchas— Son de las habitaciones, están aseguradas para que nadie entre a... ya sabes, así que tenlas contigo y no se las des a nadie. ¿Bien?
—Está bien.
—¡Entonces diviértete! Let's go party.
Mina se alejó entre la multitud, disfrutando la música y el choque de cuerpos. Y Joe se preguntó si aguantaria más de tres horas allí.
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