O30 MIJOO Y TAEHYUNG
CAPÍTULO TREINTA
1996 ; taehyung y mijoo
Pasados los primeros cuarenta minutos a punto de acabar el primer tiempo, el ambiente entre las dos jóvenes se sentía pesado, ninguna se dirigió la palabra, era un acuerdo no escrito donde sabían que ante la mínima palabra, se encendiera una chispa que desatará un incendio capaz de destruir todo a su paso. Fue así, hasta que sus corazones se aceleraron con emoción cuando el chico que había sido capaz de conquistarlas tenía la pelota atrapada entre sus habilidosos pies, corría con ella, aferrado a acercarse al arco. De pie, gritaron en aliento. A cada segundo más cerca de su meta, la tribuna entera se puso de pié saltando y vitoreando su nombre.
Cuando la pateó, todos tuvieron miedo que debido a la distancia fuera a errar, pero no fue así, logró hacerlo. Había metido el primer gol justo antes que el silbato sonará finalizando los cuarenta y cinco minutos de apertura.
Entre gritos, MiJoo lo vio siendo abrazado por sus compañeros, pues tenían miedo de no conseguir un gol, ellos eran demasiados buenos. TaeHyung se soltó de los brazos sudados, y corrió lo más cerca que pudo de la tribuna, viéndola fijo, la señaló para luego formar un corazón con sus dedos.
Ahora todos la miraban.
«¡Tonto! Oh, qué vergüenza» se lamentó.
El recuerdo de la persona al lado suyo no pasó por su mente hasta sentir su cuerpo chocar contra el suyo mientras salía despavorida, caminando entre los cuerpos trataba de bajar de las gradas por las escaleras a un costado.
—¡Yubin! —la llamó, siguiéndola de atrás. Una vez abajo, corrió hasta alcanzarla estando a unos metros del campo, lejos de todos— Lo siento, iba a decírtelo.
—¡¿Decirme qué?! —giró— ¡Pensé que eras mi amiga!
—¡Lo soy! —gritó, su expresión desesperada hizo llorar a la contraria— Tenía miedo de decírtelo porque eso implicaría distanciarnos, pero ahora estoy segura de mi misma, yo de verdad quiero a TaeHyung. Me gustaría conocerlo más, salir con él, poder tomarle la mano sin miedo a romper una amistad en el medio.
—Te daré una oportunidad, si de verdad quieres seguir siendo mi amiga olvídate de él, sal del camino. Solo de esa manera te perdonaré.
MiJoo, completamente aturdida, la miró sin creer lo que sus labios sueltan tan egoístas. Ella, actuando igual a una niña encaprichada, le pedía alejarse de la persona a quien ama para poder seguir con su absurda ilusión, aunque él nunca le haya prestado atención. Dio un paso atrás, y allí, su espalda chocó contra algo duro. Unas manos atraparon su cintura, la fragancia a colonia mezclada con sudor hizo que subiera la cabeza.
TaeHyung está allí.
—T-TaeHyung… —jadeo.
Yubin los observó, preguntándose si existe el síndrome de corazón roto, porque el suyo se encuentra tan despedazado, que podría dejar de respirar allí mismo.
—¡¿Por qué ella entre todas?! —estalló en lágrimas más espesas. Ese día se había esmerado en maquillarse, hacer brillar su cabello, oler bien, y todo lo que una mujer hace para ser notada por él hombre que ama, pero de una cruel manera, sus intentos nunca eran notados. En cambio, MiJoo su torpe amiga sabelotodo que nunca dijo nada bueno de él, era quien recibía sus abrazos— ¡Dime! ¿Qué me falta? ¡¿Qué puedo hacer para que me ames?!
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