CAPÍTULO VEINTINUEVE
1996 ; taehyung y mijoo

El partido por el cual TaeHyung se ha estado preparando durante toda una temporada –llena de sudor, músculos acalambrados, lesiones, entre otros dramas que le hacían doler la cabeza– por fin llegó, y definiría si su equipo sería parte de las nacionales contra otras escuelas del país. Estaba muy emocionado, su estómago revoloteaba en los vestidores cuando su entrenador les pedía estar concentrados en la estrategia planificada en la pizarra, pese a que con todas sus fuerzas siendo capitán quería estar al cien en ello, no podía evitar pensar en ella, deseaba con fuerza que fuera a verlo. En sus entrenamientos, siempre estaba observando de a lo lejos, sin hablar o alentar, se mantenía fría en las gradas, y siempre quiso que bajara a saludarlo.

Necesitaba que MiJoo lo viera ganar, quería dedicarle cada gol. Antes de salir al campo, una mano en su hombro lo hizo ver a un costado, Hoseok lo saludó.

—¿Estás nervioso, capitán?

—Hum, no tanto. —ladeo la cabeza— ¿Por qué la pregunta de la nada?

—No lo sé, supuse que lo estarías si tu chica se encuentra en las gradas.

—Yubin no es mi chica —murmuró molesto, bajando a acomodar sus medias.

—No dije que fuera ella. —rió. Antes que pudiera preguntarle más sobre su extraña actitud, el entrenador los hizo correr al exterior directo al césped de la cancha externa de la escuela, donde unas gradas altas los rodean como un pequeño estadio.

En medio de su trote al centro, sus ojos viajaron por el público, y como si de un milagro se tratase, una cabellera anaranjada le aceleró el corazón, su sonrisa lo saludó con discreción, y TaeHyung pudo jurar que esa fue la sonrisa más hermosa que jamás haya visto provenir de alguien. Su mano se alzó para saludarla, ahora sentía mucha energía en su cuerpo, iba a ganar por ella, le demostraría de lo que es capaz. Sin embargo, se dio cuenta de quien estaba al lado de la muchacha, Yubin le devolvió el saludo ilusionada, con completa inocencia.

De inocente no tiene nada, está seguro.

( … )

—¿Lo viste? Me acaba de saludar. —chilló. Tras un saludo amistoso entre los capitanes de ambos equipos, y el feroz ruido del silbato, el partido inició con un acelerado grito de las tribunas. Por no recibir respuesta, Yubin giró la cabeza a su amiga— ¿Por qué no hablas?

—Cuando termine el partido, hay algo que debo decirte.

Las manos de la pelinegra temblaron, lo que temía estaba allí, iba a ocurrir. En el transcurso de los meses, pudo percatarse que su mejor amiga evolucionaba conjunto a una nueva emoción naciendo dentro suyo, MiJoo actuaba extraña cada vez que el nombre del Kim era dicho, al principio creyó que era su imaginación jugando una mala pasada, pero un día lo comprobó, aquello que quiso convencerse de ser falso, era obvio. Caminando por el pasillo, iba en busca de la pelirroja para ir juntas a la cafetería, pues tras tocar el timbre salió disparada a otra parte sin decir nada, creyendo que no era propio de ella, la siguió.

Entonces los vio, TaeHyung le hablaba como si fueran amigos cercanos… no, era más que simplemente un amigo, él tenía un acercamiento con su rostro y manos que era propio de un chico enamorado. Ella se alejaba temblando, estaba de espaldas, ¿qué expresión podía haber en su rostro? Yubin moría de la envidia, también quería que su cabello fuera olfateado por el castaño, sin que nadie los vea en un momento tan intimido. No pudiendo soportar sus celos, huyó.

Lo ocultó por miedo a que, si le preguntara, ella respondería un 'lo siento, lo amo.'