O26 | MIJOO Y TAEHYUNG

CAPÍTULO VEINTISÉIS
1996 ; taehyung y mijoo

—Él me besó.

—¿Disculpa? —la pelirroja giró la cabeza hacía su amiga, ambas sentadas en una de las mesas de la cafetería.  La imitó, con los ojos bien abiertos llenos de sorpresa— ¿A quien te refieres?

Yubin soltó los palillos con una sonrisa traviesa.

—TaeHyung me dio un beso ayer. Me acompañó a casa y… lo hizo, ¡me sentí en las nubes! —exclamaba llena de emoción.

Las manos de MiJoo temblaron, no podía creerlo. ella no es mentirosa, jamás había llegado a ese extremo, pero no sabía si tragarse sus palabras, si hace tan solo dos días TaeHyung le estaba confesando quererla, ¿Cómo podría besarla a ella? ¿Qué clase de juego es ese? ¿Estaba engañandolas a ambas, entonces? Su corazón le dice que no, que debería desconfiar de su mejor amiga, aunque eso sería un claro grito de guerra, le estaría refregando en la cara que fue ella quien lo besó. Lo cual en consecuencia traería una pelea. ¿Yubin sería capaz de mentirle en la cara? Lo que restaba de día no paró de hablar de lo hermoso que fue su primer beso, alegó ya considerarse novia del castaño. Era una pesadilla, la peor de todas.

A la hora de ir a casa su cabeza le dolía, sobre pensar al respecto la estaba matando, ni siquiera se despidió de sus amigos cuando tomó sus cosas y huyó a la salida. Bajando las escaleras, una mano le acarició los mechones de cabello que danzaban en el aire. Frunció los labios aferrándose con fuerza a las tiras de su mochila, pues sabía de quién se trataba, porque es el único que tontea así, queriendo provocarla, queriendo verla nerviosa y tímida frente a su rostro.

—¿Vamos a comer tteokbokki? Invito yo. —le escucho decir, como si no pasara nada. La chica no se detuvo bajando los últimos escalones, hasta que sujetó su mochila y la hizo parar— ¿Y ahora? —gruñó— ¡Dime que pasa ahora!

Dudó en hablar, no obstante, necesitaba saber con urgencia si era verdad. Estaba a un día de admitir sus sentimientos, y todo se estaba arruinando por un beso que ella no podía prohibir.

—¿La acompañaste ayer a su casa? —preguntó dando la vuelta, TaeHyung golpeó su lengua contra el interior de la mejilla, parecía molesto.

—Sí. —asintió. La pelirroja mostró una susceptibilidad que no entendió, parecía afectada por una acción tan leve como esa— Mierda, de verdad no te entiendo nada, MiJoo. Dices que quieres que esté cerca de Yubin para no lastimarla pero ahora te molestas. ¡Nunca entiendo que pasa por tu cabeza, y lo odio!

¡Joder! MiJoo se muerde el labio para no armar una escena, porque entiende que no hay nadie con culpa más que ella. No son nada, y como si fuera poco fue quién le pidió… no, ¡Le rogó! que la deje tranquila porque su mejor amiga lo ama. Y ahora que hace lo que le pidió, se enoja.

Después de haberlo besado por segunda vez, había estado pensando en hablarle a Yubin sobre sus sentimientos, iba a confesarlo todo, hasta que sintió miedo de que aquello signifique el final de una hermosa amistad.

—¿La besaste? —preguntó con un tono débil.

Los labios del Kim se separaron con sorpresa, la observó fijo y suspiró, aflojando sus hombros tensos.

La mayor parte del tiempo se frustra cuando se trata de MiJoo, no la entiende, no entiende qué quiere ella con él. ¿Es un jugo de sube y baja? ¿Qué pretende? Se llena de furia con cada pensamiento.

—¿Y qué pasa si lo hice?

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