CAPÍTULO DIECISIETE 
1996 ; mijoo y taehyung

Yubin no aguantaba la ansiedad en su pecho, destellaba felicidad en cada poro. Desde que MiJoo le dio la noticia de que TaeHyung aceptó ir a la cita, pasó los días que restaba frente al espejo decidiendo que ponerse, como arreglar su cabello y cómo maquillarse, lo suficiente para ser llamativo pero no vulgar. Cuando el día llegó, fue al punto donde acordaron encontrarse unos treinta minutos antes, así estando de pie viendo a cada segundo el reloj en su muñeca, sacudiendo su pie a toda prisa. Fue así, hasta que lo vio llegar con unos diez minutos de retraso. Corriendo hasta acercarse, a unos pasos bajó la velocidad hasta detenerse con una mueca en su rostro. Vió a los costados sin entender, ella sonrió antes de hablar con una suave voz: 

—Hola, TaeHyung-ssi. —saludó.

—Hmmh, hola. —la vio con una sonrisa fingida que no fue nada discreta— ¿Dónde está MiJoo? No pensé que fuera del tipo que se retrasa… 

( … ) 

Lunes en la escuela, la castaña cobrizo suspiraba en el camino al salón, había estado toda la mañana con una molesta sensación en su estómago, era de esa forma cada día de clases porque… de una forma u otra, lo veía. En las prácticas, en el pasillo, o en la cafetería él siempre pasaba a su lado golpeando su cabeza con una traviesa sonrisa en su rostro, trataba de llamar su atención. ¡Maldito Kim! ¿Por qué debe molestarla? ¿Por qué a ella?

Yendo a su pupitre, notó a su mejor amiga con la cabeza entre sus brazos, recordando de la cita que le organizó se acercó con una sonrisa forzada. Supuso que estaba exhausta por pensar el día siguiente todo lo que vivió al lado del joven que ama, es del tipo que imagina largas horas acostada en su cama situaciones donde él es protagonista. En ocasiones, dibuja a TaeHyung en horas de clase. MiJoo siempre bira sus ojos con molestia, aunque no hay nada que hacer al respecto. Es su primer amor. 

—Hola, pequeña enamoradiza, ¿cómo te fue el sábado? —sentándose a su lado, dejó la mochila atrás de la silla mientras esperaba una respuesta; al no obtenerla tocó su hombro— Hey… 

—¿Qué 'cómo' me fue? ¡¿Tú qué crees?! —se levantó impactando ambas manos en la mesa. Los pocos alumnos que llegaron se le quedaron viendo con sorpresa— Él… —su labio tembló con las ganas de llorar— TaeHyung-ssi preguntó por ti, ni siquiera se quedó cuando supo que no vendrías. ¡Quedé como una estúpida! 

—¿Por mi? ¿Por qué preguntaría por mi? 

—No lo sé. ¿Qué se traen ustedes dos, eh? —la apuntó con su ceja arqueada. 

—Nada —atajó rápido—, no hay nada entre nosotros, lo juro YuBin. 

—Tch. —volvió a sentarse de brazos cruzados— Entonces no entiendo porqué preguntaría por ti teniéndome a mí en frente suyo, ¡Me veía hermosa! Pasé dos días cuidando lo que comía para no estar hinchada, incluso esa tarde comí veinte chicles para no llegar a generar mal aliento. 

Un poco impactada por sus grandes sacrificios por tan sólo una simple cita, cree que fue ella quien hizo pensar a TaeHyung otra cosa, luego entra la furia. ¿Por qué tuvo que irse? ¿No fue eso muy cruel? 

—Tranquila, hablaré con él. 

—No lo hagas. —dijo molesta— Sí cada vez que lo haces, algo resulta mal para mí.