CAPÍTULO ONCE
1996 ; mijoo y taehyung

—Te lo digo, tienes mucha suerte de estar con YuBin. Esta chica al lado mío… ¿La has visto? Tiene esa expresión de fantasma solitario, y su cuerpo… —reía de sus propios pensamientos— parece que se quedó en la pubertad. Es tan fea y aburrida.

Honestamente, nunca se ha sentido acomplejada de su cuerpo o de quien es como persona, creció en un ambiente sano con padres que no son sobre indulgentes pero tampoco muestran indiferencia. A lo largo de su vida escuchó como la llamaban 'genio' 'superdotada' o apodos sobre su gran capacidad de estudio y concentración, muy a su pesar nunca fue sobre su 'belleza'. Supuso que no era su fuerte, tal como el de YuBin no son los estudios , ella tiene esa imagen dulce de chica con lentes y cabello corto, tiene una estatura baja y sus mejillas siempre están sonrojadas. Es tierna como una idol recién debutada, por eso los chicos se sienten atraídos a su inocencia.

Son diferentes. No pensó que escuchar lo poco agradable que es para el sexo masculino le haría doler tanto, con su corazón pinchando se acercó a la mesa. Ahora hervía de furia

—No creo que… —TaeHyung iba a hablar, si no fuera por la chica que se interpuso. MiJoo tomó la bebida en la mesa y la dejó caer sobre el pelinegro de labios carnosos, éste jadeo asqueado.

—¡Maldita…!

—Eres peor que un cerdo, mereces revolcarte en tu suciedad. —enojada tomó su bolso en la silla y salió de allí, recibiendo miradas que juzgan.

Ugh, se siente molesta y hay una amargura inexplicable dentro suyo que la hace querer llorar. ¿Cómo puede una persona herir tanto con un comentario? No quiere que nadie la observé, ahora la ropa que eligió ese día le resulta espantosa, todo de ella misma se siente horrible. Está avergonzada de siquiera existir en un mundo donde su imagen siempre será criticada. Es así como la primera lágrima cae.

Divaga sobre qué hacer a partir de ese minuto, se limpia la gota que resbaló sobre su mejilla pero más caen.

—MiJoo —escucha que la llaman, no se da la vuelta porque no quiere ser vista en ese estado vulnerable. El Kim se posiciona frente a ella, y toma su mano que quiere taparle los ojos—, oye…

—Déjame. —dice enojada— Soy demasiado fea para que me mires.

—Por un demonio, ¿de verdad crees en lo que dice ese patán? ¡No sabe nada!

—Tiene razón —su voz se quebró en el segundo que admitió aquello—, no soy linda en ningún aspecto. Ni siquiera me sé maquillar, mis uñas siempre están mordidas y mi cabello tiene una tintura mal hecha. ¡Está ropa es horrible! ¡Yo soy horrible!

—No sigas diciendo eso. —pidió. Tomando ambas manos le prohibió cubrirse de sus ojos— Eres muy hermosa, MiJoo. Eres inteligente, astuta, y sabes hablar sobre cualquier tema estúpidamente científico, incluso conoces sobre química y todo eso. Tienes… muchas cosas buenas, eres admirable.

Sonaba tan convencido, con sus ojos brillando y mirada predispuesta a todo. Las mejillas de la muchacha se sonrojaron, y su pecho volvió a latir más acelerado.

—¿Cómo sabes todo eso? Ni siquiera nos conocemos.

—Te conozco, eres Park MiJoo de la clase C. Todos saben que eres la número uno en la escuela en cuanto a calificaciones, obtuviste el primer puesto en una competición de química con tu proyecto de cromatografía y… siempre vas a mis prácticas.

Ella suspiró, secando sus lágrimas. Asintió, con una leve sonrisa que trataba de esconder. Él había fingido no conocerla antes.

—De acuerdo, chico bonito. Gracias, pero de todas formas me iré a casa, fue suficiente para mi hoy.

—Deja que te acompañe.

—... bien, vamos. —ni siquiera sabe porque aceptó a su pedido, o porque se lo pidió en un principio, lo único que sabe es que sus palabras le habían llegado directo al corazón, y que por primera vez un muchacho había sido aparentemente sincero con ella. Jamás le había pasado, no eran amigos, no eran nada… aún así, caminar a su lado y tomar el bus junto a él había sido una actividad entretenida.

Lo disfrutó.