Capitulo 10
La mañana siguiente, mientras Lizzy se dirigía a su estación de trabajo, una compañera de residencia, conocida por su actitud sarcástica, se acercó con una expresión desafiante.
"Oh, mira quién está aquí. No solo le robas el corazón a Chase y eres la hija del jefe, sino que también te encamas con el Dr. House para obtener beneficios y aprobar, ¿no es así?", dijo la compañera, con una sonrisa burlona.
Lizzy suspiró y decidió ignorarla. Sabía que todo el trabajo duro que había hecho valía la pena y que estaba allí por su propio mérito, no por ser la novia de House ni la hija de los Espósito Rinaldi. Sabía que era amable y dulce, y que no merecía los comentarios maliciosos. Sin embargo, cuando la compañera comenzó a burlarse de House, algo dentro de Lizzy cambió.
"Sí, porque todo el mundo sabe que el Dr. House solo aprueba a aquellos con los que se acuesta. ¿Cómo lo soportas con su adicción al Vicodin, su dificultad para caminar y esa ironía constante? Es un completo desastre", continuó la compañera, riéndose mientras hablaba.
Lizzy sintió una ola de ira crecer dentro de ella. House era la persona más importante y especial en su vida, y no podía permitir que alguien lo denigrara de esa manera. Sin pensarlo dos veces, se volvió hacia la compañera y le dio un golpe en la cara, defendiendo a House sin importarle las consecuencias.
"No te atrevas a meterte con mi familia ni con Gregory. Puedes decirme lo que quieras a mí, pero nunca, jamás, te metas con él", dijo Lizzy, su voz temblando de furia.
El golpe resonó en el pasillo y atrajo la atención de varios colegas. En cuestión de segundos, los murmullos y miradas se intensificaron.
La situación escaló rápidamente. En cuestión de minutos, ambos fueron llevados a la oficina de Recursos Humanos. La jefa de Recursos Humanos, una mujer de mediana edad con una expresión severa, las miró a ambas con desaprobación.
"¿Qué está pasando aquí?", preguntó con voz autoritaria.
La compañera, sosteniendo un pañuelo contra su nariz ensangrentada, fue la primera en hablar. "¡Ella me golpeó sin motivo alguno!"
Lizzy la miró con una mezcla de desprecio y determinación. "Eso no es cierto. Me insultó a mí y a alguien que es muy importante para mí. No podía quedarme callada."
La jefa de Recursos Humanos suspiró, claramente frustrada. "Esto es inaceptable. No toleramos la violencia en el lugar de trabajo, sin importar las circunstancias."
"Lo sé", respondió Lizzy con firmeza, "pero tampoco debería tolerarse el acoso y las calumnias. No puedo permitir que se insulte a las personas que amo sin hacer nada."
La jefa de Recursos Humanos asintió lentamente, considerando las palabras de Lizzy. "Entiendo tu punto de vista, pero aun así, hay mejores maneras de manejar estas situaciones. Ambas serán suspendidas por una semana, sin paga. Espero que esto les sirva de lección para manejar sus diferencias de manera más profesional."
Lizzy aceptó la decisión sin protestar, sabiendo que había hecho lo correcto al defender a House. Mientras salía de la oficina, sintió una mezcla de alivio y determinación. Sabía que tendría que enfrentarse a las consecuencias de sus acciones, pero también sabía que nunca dejaría de proteger a las personas que amaba.
Esa tarde, cuando Lizzy llegó a la oficina de House, él ya estaba al tanto de lo sucedido. Se levantó de su escritorio, su rostro mostrando una mezcla de preocupación y admiración.
"Escuché lo que pasó", dijo, acercándose a ella. "¿Estás bien?"
Lizzy asintió, sintiendo una oleada de emociones. "Sí, estoy bien. No podía quedarme callada cuando empezaron a insultarte. Te amo, Greg, y no voy a permitir que nadie te trate así."
House la miró con una expresión suave, algo raro en él. "Lizzy, no tienes que defenderme así. Pero agradezco lo que hiciste. Eres increíble."
Lizzy sonrió, sintiendo que todo valía la pena. "Te amo, Greg. Y siempre te defenderé, pase lo que pase."
House la abrazó con fuerza, susurrándole al oído. "Y yo siempre estaré aquí para ti. Juntos, podemos enfrentar cualquier cosa."
House sabía que la situación con Lizzy no podía quedarse así. Aunque ella había actuado impulsivamente, lo había hecho por amor y lealtad hacia él. Decidido a hacer algo al respecto, se dirigió a la oficina de Recursos Humanos sin que Lizzy lo supiera.
Al llegar, la jefa de Recursos Humanos lo recibió con una expresión de sorpresa. "Dr. House, ¿qué puedo hacer por usted?"
House, usualmente sarcástico, adoptó un tono serio. "Estoy aquí para hablar sobre Lizzy Espósito Rinaldi. Sé que ha sido suspendida por un altercado con una compañera, pero creo que hay más en esta historia que debe considerarse."
La jefa de Recursos Humanos asintió, invitándolo a sentarse. "Adelante, lo escucho."
House tomó una respiración profunda antes de comenzar. "Lizzy es una de las personas más dedicadas y empáticas que he conocido en mi vida. Trabaja incansablemente, no por ser la hija del jefe ni por ser mi pareja, sino por su propio esfuerzo y talento. Lo que hizo, aunque no fue apropiado, fue en defensa de alguien a quien ama."
La jefa de Recursos Humanos lo miró atentamente. "Entiendo su punto de vista, Dr. House, pero la violencia no puede ser tolerada en el lugar de trabajo."
House asintió, reconociendo el punto. "Lo sé. No estoy aquí para justificar la violencia, sino para poner en perspectiva por qué Lizzy reaccionó de esa manera. La compañera que provocó la situación hizo comentarios hirientes y personales no solo sobre mí, sino también sobre Lizzy. Ella no podía quedarse callada ante esos ataques."
La jefa de Recursos Humanos suspiró, comprendiendo mejor la situación. "Evaluaremos el caso nuevamente, Dr. House. Gracias por venir a hablar conmigo."
Después de hablar con Recursos Humanos, House decidió dar otro paso importante: hablar con los padres de Lizzy, Simon y Marianella. Aunque nunca había sido su mayor admirador, sabía que era crucial que ellos entendieran la situación.
Llegó a la casa de los Espósito Rinaldi esa misma tarde, siendo recibido por Simon con una mezcla de sorpresa y desconfianza.
"Dr. House, ¿qué lo trae por aquí?", preguntó Simon, con los brazos cruzados.
House no perdió tiempo. "Vengo a hablar sobre Lizzy. Sé que está preocupada por lo que ha sucedido en el hospital, y quiero que entiendan que ella actuó en defensa de su integridad y la mía."
Marianella, que había estado escuchando desde la cocina, se unió a la conversación. "¿De qué estás hablando, Gregory?"
House explicó todo, desde los comentarios hirientes de la compañera hasta la suspensión de Lizzy. "Ella es una persona increíblemente dedicada y amorosa. No permitió que insultaran a alguien a quien ama. Estoy aquí para asegurarles que haré todo lo posible para protegerla y apoyarla."
Simon y Marianella intercambiaron una mirada significativa. Finalmente, Simon habló. "Apreciamos que hayas venido a explicarnos todo esto, Gregory. Sabemos que Lizzy es fuerte y capaz, y valoramos que la defiendas. Confiaremos en tu juicio y esperamos que esto se resuelva de la mejor manera.
Finalmente, House decidió confrontar directamente a la compañera de residencia que había provocado la situación. La encontró en la sala de descanso, mirando su teléfono con indiferencia.
"Necesitamos hablar", dijo House con firmeza, captando su atención de inmediato.
Ella levantó la vista, claramente nerviosa. "¿Sobre qué?"
House se acercó, su expresión seria. "Puedes decir lo que quieras sobre mí. Admito que he cometido errores y tengo mis problemas. Pero nunca vuelvas a hablar mal de Lizzy. Ella es una persona magnífica, hermosa por dentro y por fuera. Nada de lo que digas cambiará quién es ella ni lo que provoca en la gente."
La compañera intentó responder, pero House la interrumpió. "Lizzy es amada por sus compañeros, pacientes y por mí. Es especial por su empatía, bondad, humor y personalidad. Tú, por otro lado, nunca estarás a su nivel. Y por eso te suspendieron a ti también. No solo por la agresión, sino porque has demostrado una falta total de respeto y profesionalismo."
La compañera quedó en silencio, claramente afectada por las palabras de House.
"Recuerda esto", continuó House, su voz más suave pero igualmente firme. "Las acciones tienen consecuencias. Si vuelves a meterte con Lizzy, tendrás que enfrentarte a más que una simple suspensión. Ella es mi familia, y no permitiré que nadie la dañe."
Cuando Lizzy se enteró de lo que House había hecho por ella, sintió una mezcla de sorpresa y gratitud. Se encontró con él en su oficina, su expresión mostrando un amor profundo y sincero.
"Gracias, Greg. No tenías que hacer todo eso por mí", dijo, sus ojos brillando con lágrimas.
House sonrió, tomándola de la mano. "Lo hice porque te amo, Lizzy. Haré lo que sea necesario para protegerte y apoyarte."
Lizzy lo abrazó con fuerza, sintiendo que, a pesar de los desafíos, su amor solo se había fortalecido. "Y yo siempre estaré aquí para ti, Greg. Juntos, podemos enfrentar cualquier cosa."
Con el tiempo, las cosas en el hospital comenzaron a mejorar. Lizzy y House continuaron trabajando arduamente, demostrando a todos que su amor era auténtico y que su dedicación profesional era innegable. A pesar de los obstáculos, su relación floreció, y encontraron en cada desafío una oportunidad para crecer más unidos.
Lizzy salió de la oficina de Recursos Humanos con una sonrisa irónica en los labios. Sabía que había actuado impulsivamente, pero no podía evitar sentirse satisfecha por defender a House. Mientras caminaba hacia la salida del hospital, su teléfono sonó. Era House.
"¿Dónde estás?", preguntó él, su tono sonando curioso.
Lizzy soltó una pequeña risa. "Oh, acabo de salir de Recursos Humanos. ¿Adivina qué? Tengo una semana suspendida."
House se quedó en silencio por un momento, procesando la noticia. "¿Una semana, eh? Bueno, eso significa que vas a tener que soportarme durante toda esa semana."
Lizzy rió más fuerte. "¿Soportarte? Yo pensaba que sería al revés."
House sonrió, aunque ella no podía verlo. "No sería ninguna molestia, Lizzy. Será un encanto tenerte aquí conmigo."
Lizzy llegó a la casa de House poco después. La recibió con los brazos abiertos, literal y metafóricamente. En esa semana, se entregaron a la rutina de una vida compartida, una experiencia nueva para ambos, especialmente para House, acostumbrado a su independencia y soledad.
Una tarde, decidieron cocinar juntos. Lizzy se puso un delantal y empezó a picar verduras mientras House la observaba con una sonrisa en los labios.
"¿Sabías que nunca he cocinado para nadie antes?", dijo House, acercándose a ella.
Lizzy levantó la vista, sorprendida. "¿En serio? Bueno, siempre hay una primera vez para todo."
House se unió a ella, tomando un cuchillo y comenzando a cortar cebollas. "¿Qué estamos haciendo hoy, chef?"
Lizzy le guiñó un ojo. "Hoy vamos a hacer una pasta italiana tradicional. Quiero que pruebes un poco de mi cultura."
Mientras cocinaban, compartieron historias y risas. House se asombró de la habilidad de Lizzy en la cocina, y Lizzy disfrutó enseñándole algunos trucos culinarios.
Las noches eran un espacio de intimidad y romance apasionado. En la penumbra de la habitación, se amaron sin control. House admiró cada parte de la piel de Lizzy, tratándola con una ternura y devoción que ella nunca había experimentado antes. Fue la primera vez que hicieron el amor en la casa de él, no simplemente compartiendo una cama, sino entregándose por completo el uno al otro.
"¿Sabes lo hermosa que eres?", murmuró House, su voz suave mientras acariciaba su rostro.
Lizzy sonrió, sus ojos brillando con amor. "Y tú eres el hombre más increíble que he conocido."
Durante el día, Lizzy y House pasaron tiempo conociéndose mejor. House le contó sobre su pasado, sus miedos y sus sueños. Lizzy, a su vez, compartió historias de su infancia en Italia y sus aspiraciones futuras. Ambos se dieron cuenta de lo bien que encajaban, a pesar de sus diferencias.
Una de las cosas que Lizzy insistió en hacer fue ayudar a House con su adicción al vicodin. Aunque sabía que no sería fácil, estaba decidida a apoyarlo.
"Greg, quiero que sepas que estoy aquí para ti. No tienes que enfrentar esto solo", le dijo una tarde mientras se sentaban en el sofá.
House la miró, conmovido por su dedicación. "Sé que no va a ser fácil, pero aprecio que estés a mi lado. Gracias, Lizzy."
Lizzy también aprovechó la oportunidad para enseñarle a House algunas frases en su idioma natal, el italiano. House, siempre curioso y ávido de conocimiento, disfrutó de las lecciones.
"¿Cómo se dice 'te amo' en italiano?", preguntó House un día, con una sonrisa traviesa.
Lizzy sonrió y le respondió suavemente. "Si dice 'ti amo'."
House repitió las palabras, disfrutando de la sonoridad. "Ti amo, Lizzy."
Ella se inclinó y lo besó. "E io ti amo, Greg."
Cuando la semana de suspensión terminó, Lizzy estaba lista para regresar al hospital. Había pasado una semana increíble con House, fortaleciendo su relación y su amor mutuo.
En la mañana de su regreso, Lizzy se puso su bata de laboratorio y se preparó para salir. House la miró, sintiendo una mezcla de orgullo y amor.
"¿Lista para enfrentar al mundo de nuevo?", preguntó House, abrazándola.
Lizzy asintió, su sonrisa radiante. "Sí, y esta vez, no me importa lo que piensen los demás. Te tengo a ti, y eso es lo único que importa."
House la besó suavemente. "Vamos, es hora de que el hospital vuelva a su normalidad caótica contigo en él."
De vuelta en el hospital, los rumores sobre su relación no se habían apagado. Al contrario, parecían haber aumentado. Los compañeros y el personal los observaban con curiosidad y, en algunos casos, envidia.
Chase y James, aunque trataban de ocultarlo, no podían evitar sentir celos. Chase, especialmente, se sentía herido al ver a Lizzy con House. Aunque intentaba ser profesional, sus sentimientos no correspondidos lo hacían sufrir.
Un día, Chase no pudo contener más sus sentimientos y decidió hablar con Lizzy. La encontró en la sala de descanso, revisando unos informes.
"Lizzy, ¿puedo hablar contigo un momento?", dijo Chase, su voz tensa.
Lizzy levantó la vista, notando la seriedad en su expresión. "Claro, Robert. ¿Qué pasa?"
Chase tomó una respiración profunda. "Solo quería decirte que... bueno, siempre he sentido algo por ti. Verte con House ha sido difícil para mí."
Lizzy se quedó en silencio por un momento, tratando de procesar sus palabras. Finalmente, le sonrió con tristeza. "Robert, eres un amigo increíble y un médico excepcional. Pero mi corazón pertenece a Greg. Espero que puedas entenderlo."
Chase asintió, aunque la decepción era evidente en sus ojos. "Lo entiendo, Lizzy. Solo quería que lo supieras."
Los chismes continuaron, pero Lizzy y House no dejaron que eso afectara su relación. Caminaban juntos por los pasillos, ignorando las miradas curiosas y los susurros. Sabían que su amor era real y que podían superar cualquier cosa juntos.
Una tarde, mientras estaban en la cafetería, una enfermera los miró con admiración. "Realmente son una pareja inusual, pero se ven tan felices juntos."
Lizzy sonrió, tomando la mano de House. "Y lo somos. Muy felices."
House asintió, su mirada llena de amor. "No me importa lo que piensen los demás. Lo único que importa es que estamos juntos."
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