Capitulo 10
Hoy volví a dormir en nuestra cama
Y todo sigue igual
El aire y nuestros gatos, nada cambiará
Difícil olvidarte estando aquí, oh, oh, oh
Te quiero ver
Aún te amo y, creo, que hasta más que ayer
La hiedra venenosa no te deja ver
Me siento mutilada y tan pequeña, ah, ah, ah
Ven y cuéntame la verdad
Ten piedad
Y dime por qué, no, no-no, oh
¿Cómo fue que me dejaste de amar?
Yo aún podía soportar
Tu tanta falta de querer
Hace un mes solía escucharte
Y ser tu cómplice
Pensé que ya no había nadie más que tú
Yo fui tu amiga y fui tu compañera, ah, ah, ah
Ahora dormiré
Muy profundamente para olvidar
Quisiera hasta la muerte, para no pensar
Me forro pa' quitarme esta amargura, ah, ah, ah
Ven y cuéntame la verdad
Ten piedad
Y dime por qué, no, no-no, oh
¿Cómo fue que me dejaste de amar?
Yo aún podía soportar
Tu tanta falta de querer
Ven y cuéntame la verdad
Ten piedad
Y dime por qué, no, no-no, oh
¿Cómo fue que me dejaste de amar?
Yo aún podía soportar
Tu tanta falta de querer
El jardín de la mansión, bañado por la luz dorada del atardecer, contrastaba fuertemente con el torbellino emocional que se desataba en su interior. Gala, abatida y profundamente afectada por la traición y el caos que había desatado, se encontraba en la fuente del jardín, sus lágrimas cayendo y mezclándose con el agua y las hojas secas. La traición de Gala no solo había dividido al equipo Tierra, sino que también había arruinado su relación con Lizzy, la persona que realmente amaba. La estrategia de seducir a Agustín para dividir al equipo Tierra y causar sufrimiento a Gomita había tenido un efecto devastador en su propia vida, dejándola sin la compañía y el cariño de Lizzy.
Gala había planeado meticulosamente su traición, convencida de que sería el golpe final para arruinar a Tierra. Sin embargo, el plan salió mal, y ahora se encontraba sola, llorando la pérdida de Lizzy, que le ofrecía solo saludos formales y evitaba el contacto cercano. La semana que Gala había pasado en la suite con Agustín había tenido un precio alto: había perdido el amor de su vida. Gala estaba consciente de que el plan había funcionado en su contra, creando una distancia insalvable con Lizzy, que ahora se refugiaba en el dolor y la soledad.
En un rincón del jardín, Agustín observaba la escena con una satisfacción calculada. Su plan había logrado su propósito: no solo había hecho que Gala cayera en la trampa que había diseñado, sino que también había logrado su objetivo de dividir al equipo Mar. Agustín estaba consciente de que su papel en la traición era un tanto ambiguo, pero estaba feliz con el resultado: la disensión y el sufrimiento eran su recompensa. Sin embargo, su verdadero objetivo era mantener a Gala fuera del juego y utilizar el caos creado para acercarse a Lizzy.
Adrián, el verdadero cerebro detrás de la estrategia, estaba en una posición aún más ventajosa. Mientras Gala lloraba por la pérdida de Lizzy, Adrián estaba concentrado en su propio plan. La victoria en el reality era importante, pero lo que realmente deseaba era obtener algo más personal: Lizzy misma. La idea de tener a Lizzy en su vida, no solo como una integrante de su equipo, sino como una pareja, era el verdadero premio que perseguía. Aunque Adrián estaba casado afuera, no tenía reparos en utilizar su posición para manipular a Lizzy y hacerla parte de su vida.
Adrián se regocijaba en la oportunidad que Gala le había brindado. "Oh, qué bueno que Gala cayó en tus encantos, Agustín," dijo Adrián con una sonrisa de triunfo mientras observaba la angustia de Gala. "La debilidad de tu querida Gala me da la oportunidad perfecta para moverme hacia mi objetivo. Lizzy está más cerca de lo que creemos. Oh, bonita Lizzy, la que nos espera. Ahora que Gala está fuera del camino, puedo enfocarme en mi querida Lizzy y hacer que se una a mi equipo. Es una oportunidad que no puedo dejar pasar."
Adrián no solo estaba interesado en ganar el reality, sino también en obtener a Lizzy para su vida personal. La debilidad de Gala y la angustia que había causado eran solo el principio. Adrián sentía que estaba en la cúspide de una victoria doble: ganar el reality y tener a Lizzy a su lado. La obsesión de Adrián con Lizzy era tan intensa como la de Agustín con Gala. Juntos, eran una combinación peligrosa, dispuestos a manipular y destruir para conseguir lo que querían.
El día en la casa estaba teñido de una mezcla de incertidumbre y tensión. Cada rincón parecía resonar con las voces de las traiciones y las disputas, mientras el equipo Mar intentaba encontrar su equilibrio tras la reciente división provocada por Gala y Agustín. Lizzy, que había sido una pieza clave en la dinámica del grupo, estaba lidiando con el dolor de la traición y la confusión.
Lizzy se encontraba en el jardín, rodeada por Arath y Mario, quienes habían llegado para ofrecerle su apoyo y expresar sus preocupaciones. Arath, con una expresión de seriedad, habló primero. "Lizzy, queremos asegurarnos de que entiendas los riesgos de tu cercanía con Adrián y Sian. Hemos visto cómo Adrián ha manipulado a Gala y ha causado problemas en el equipo. Queremos que estés consciente de esto para que puedas protegerte."
Mario, con un tono reconfortante, añadió: "Lo que nos preocupa es que Adrián ha mostrado una y otra vez que no tiene problemas en causar daño para conseguir lo que quiere. No queremos que te termines enredando en sus juegos. No podemos ignorar su historial y cómo ha afectado a otros."
En el interior de la casa, el ambiente se había vuelto palpable con la tensión acumulada. Cada rincón estaba cargado de las emociones más intensas, desde la tristeza hasta la frustración. Lizzy se encontraba en una encrucijada emocional, rodeada por su equipo que intentaba comprender y consolar la situación, mientras ella se defendía con una pasión y un encanto que reflejaban su profunda convicción.
Lizzy había tomado una postura firme respecto a sus relaciones con Sian y Adrián. Frente a las críticas y advertencias de su equipo, defendió su derecho a mantener sus amistades y a seguir queriendo a las personas que elegía. Con una intensidad que sólo ella podía transmitir, Lizzy preguntó: "¿Por qué debería dejar de querer a la gente o cortar mis amistades solo porque otros así lo desean? ¿Por qué tengo que renunciar a las personas que aprecio solo porque algunos piensan que no es lo adecuado?"
Con un brillo determinado en sus ojos, Lizzy continuó, "No entiendo por qué debo abandonar a mis amigos o dejar de valorar a quienes me importan solo para que otros se sientan cómodos. ¿Cómo es posible que se espere que me aparte de mis amistades por la misma razón que la persona que se decía mi pareja no sólo mantiene amistades sino que se besa con ellas sin considerar cómo me siento? ¿Cómo fue posible que Gala, quien decía amarme, haya podido simplemente dejar de quererme?"
Lizzy se dirigió a Arath y Mario con una mirada que buscaba comprensión. "Gala rompió nuestra relación y mi confianza al involucrarse con Agustín. Mientras yo estaba lidiando con todo esto, me sentí traicionada y abandonada. No es justo que se me exija que renuncie a mis amigos cuando Gala ha demostrado ser tan capaz de olvidar lo que significaba nuestra relación."
La canción que resonaba en la mente de Lizzy parecía capturar su dolor más profundo. En sus pensamientos, las letras de la canción reflejaban perfectamente su situación:
Con lágrimas en los ojos, Lizzy sentía que la letra de la canción expresaba su dolor y la lucha interna que estaba atravesando. La traición de Gala y el sentimiento de abandono estaban desbordando sus emociones. Cada palabra de la canción parecía resonar con su propio sufrimiento, y el peso de la traición la hacía sentir más pequeña y herida.
Gala, por su parte, se encontraba en un estado de introspección y arrepentimiento. Había esperado que su relación con Agustín la ayudara a vengarse de los que la habían hecho daño, pero lo que realmente había logrado era romper aún más su propio corazón y el de Lizzy. Su tristeza era palpable, y el dolor por haber perdido a Lizzy estaba afectando profundamente su bienestar.
La casa estaba sumida en un caos emocional. Cada rincón parecía resonar con los ecos de las disputas y traiciones recientes, y la atmósfera se cargaba de una tensión que parecía casi palpable. Lizzy, con su espíritu indomable y su determinación, se mantenía firme en medio del torbellino, defendiendo con ardor su derecho a mantener amistades significativas. Sin embargo, lo que no sabía era que su postura estaba provocando una profunda reacción en las personas a su alrededor.
Sian se encontraba en un rincón apartado de la casa, donde el silencio parecía un refugio. A través de la ventana, observaba cómo Lizzy se defendía con pasión y claridad. Cada palabra que ella pronunciaba sobre la importancia de las amistades y el derecho a mantener relaciones, incluso frente a la adversidad, hacía que el corazón de Sian latiera con más intensidad. La forma en que Lizzy enfrentaba la situación no solo lo fascinaba, sino que lo hacía sentir una conexión más profunda con ella.
Sian había estado esperando este momento, el momento en que Lizzy se revelaría en toda su gloria. La sinceridad en sus palabras, la fuerza en su postura, todo eso le demostraba a Sian que ella era mucho más de lo que había imaginado. El hecho de que Lizzy lo hubiera defendido con tanto fervor lo hizo sentir que tenía una oportunidad real de estar a su lado. La sonrisa en su rostro no era solo una expresión de felicidad, sino una manifestación de su amor y admiración por Lizzy.
Por otro lado, Adrián estaba en una habitación diferente, observando la escena con una mezcla de satisfacción y astucia. Aunque su interés por Lizzy era auténtico, su método para acercarse a ella era cualquier cosa menos honorable. La forma en que Lizzy lo defendía y lo consideraba su amigo le proporcionaba un placer retorcido. Para Adrián, el hecho de que Lizzy lo defendiera y lo incluyera en su círculo de confianza era una victoria, pero una victoria que había logrado manipulando la situación a su favor.
Adrián se deleitaba en la idea de que Lizzy había caído en su juego. Su satisfacción no provenía únicamente de su manipulación exitosa, sino también de la manera en que había logrado infiltrarse en la vida de Lizzy. La distancia entre sus corazones se acortaba, y la forma en que Lizzy lo consideraba parte de su mundo le daba una ventaja que estaba dispuesto a aprovechar. Mientras se reclinaba en un sillón, Adrián murmuró para sí mismo, con una sonrisa triunfante: "A veces, las cosas no salen como uno las planea, pero cuando la oportunidad se presenta, no se debe dejar pasar. Lizzy está más cerca de lo que pensé. Ahora, solo necesito ser paciente y ver cómo se desarrolla esto."
En medio de todo esto, Wendy y Nicola, antiguos aliados de Agustín, se encontraban decepcionados y consternados por las acciones de su amigo. Habían seguido de cerca el desarrollo de los acontecimientos y, a pesar de su lealtad previa, no podían ignorar la traición que había tenido lugar. La conducta de Agustín y las intrigas que había desencadenado estaban en conflicto con sus propios principios y valores.
En un rincón del debate, Wendy y Nicola se unieron para ofrecer su apoyo a Lizzy. Aunque ella no podía verlos desde su posición actual, ellos estaban decididos a expresar su admiración y apoyo por ella. Su respeto por Lizzy, no solo por su capacidad para mantenerse firme, sino también por su carácter y su profesionalismo, era inquebrantable. Wendy, con una expresión de firmeza, le dijo a Nicola: "Lizzy está pasando por una tormenta emocional, pero la forma en que está manejando todo esto es impresionante. Merece nuestro apoyo, y debemos asegurarnos de que lo reciba. Aunque ella no pueda vernos ahora, nuestra lealtad está con ella."
Nicola asintió, compartiendo el sentimiento de Wendy. "Estoy completamente de acuerdo. Lizzy es una mujer increíble y su trabajo es ejemplar. No podemos quedarnos al margen mientras ella enfrenta esta situación. Nuestro apoyo debe ser firme y constante. Vamos a hacer todo lo que esté en nuestras manos para que ella sepa que la apreciamos y valoramos."
Mientras el debate continuaba, la lealtad de Wendy y Nicola hacia Lizzy se mantenía firme. A pesar de las complejidades y los conflictos en la casa, ellos estaban decididos a apoyar a Lizzy de manera incondicional. La admiración que sentían por ella, tanto por su profesionalismo como por su fortaleza personal, los impulsaba a estar a su lado.
Lizzy, ajena a los detalles de estas interacciones, continuaba enfrentando la situación con valentía. La presencia de sus amigos y el apoyo silencioso de personas como Wendy y Nicola le daban una fortaleza adicional para seguir adelante. Mientras Sian y Adrián seguían con sus respectivas obsesiones, Lizzy se mantenía firme en su convicción de defender lo que creía correcto.
La tensión en la casa no había hecho más que aumentar, y las alianzas y traiciones continuaban afectando a todos. Cada persona involucrada estaba luchando con sus propios sentimientos y objetivos, y el drama que se desarrollaba era un reflejo de las complejidades emocionales que cada uno estaba enfrentando. La lucha por el poder, el amor y la lealtad seguía siendo el centro de la narrativa, y el futuro prometía ser aún más impredecible a medida que las relaciones y las emociones continuaban evolucionando.
El cielo se había oscurecido, y las estrellas parpadeaban en el firmamento, ajenas a la tormenta emocional que se estaba desatando en la piscina. Lizzy, Sian y Adrian estaban inmersos en una conversación animada, riendo y compartiendo momentos de camaradería que Gala observaba desde un rincón sombrío. Cada risa, cada gesto de cariño entre ellos era como un aguijón en el corazón de Gala, que se debatía entre el dolor y la incredulidad.
Lizzy estaba abrazando a Sian, una acción que denotaba una profunda amistad y cariño. La forma en que Sian la rodeó con sus brazos y la miró con admiración era una tortura para Gala. Lizzy sonreía ampliamente, disfrutando del momento, mientras Sian le susurraba palabras de aliento y apoyo. "Sabes, Lizzy," decía Sian, su voz cargada de sinceridad, "siempre puedes contar conmigo para lo que necesites. Eres una persona increíble, y me alegra mucho estar aquí contigo."
Lizzy levantó la vista hacia Sian, sus ojos brillando con una mezcla de gratitud y afecto. "Gracias, Sian. Tus palabras significan mucho para mí. A veces solo necesitamos a alguien en quien confiar, y tú siempre has estado ahí."
La visión de Lizzy abrazada a Sian era como un recordatorio cruel de lo que Gala había perdido. Cada gesto de cariño, cada palabra de apoyo entre ellos parecía subrayar la distancia que se había interpuesto entre Gala y Lizzy. El dolor que Gala sentía era intenso, casi físico, como si estuviera siendo desgarrada por dentro.
Cuando Lizzy se movió hacia Adrian, el ambiente se volvió aún más cargado de emociones. Adrian estaba en medio de una broma, su risa era contagiosa y llena de satisfacción. Lizzy se inclinó hacia él, riendo con sinceridad, y le dio un ligero golpe en el brazo. "¡Eso es ridículo, Adrian!" exclamó con una risa alegre. "Nunca dejas de sorprenderme con tus ocurrencias."
Adrian, con una sonrisa amplia y satisfecha, respondió: "Oh, Lizzy, sabes que siempre puedo hacerte reír. Me alegra verte tan feliz."
Gala observaba la escena con una mezcla de desesperación y celos. Cada risa de Lizzy, cada mirada compartida con Adrian, era un recordatorio brutal de la traición que había sentido. La felicidad de Lizzy con Adrian, así como su conexión con Sian, le estaba demostrando a Gala el precio de sus propias decisiones.
En su angustia, Gala se acercó lentamente a Karime, que estaba sentada cerca de la piscina, observando la escena con un aire de comprensión. Karime, percibiendo el dolor en los ojos de Gala, decidió ofrecerle unas palabras que resonarían con una mezcla de simpatía y verdad cruel.
"¿Irónico el karma, no bonita?" dijo Karime con un tono suave pero firme. "Tú decidiste estar con uno de Tierra, y el destino, porque Lizzy no sería capaz de dañarte... No uno, sino dos de Tierra pusieron su vida en tu camino."
Las palabras de Karime fueron como un golpe directo al corazón de Gala. El dolor de escuchar que Lizzy había sido bondadosa y nunca había deseado hacerle daño, a pesar de la traición que Gala había perpetrado, era una herida profunda. Gala había tratado de justificar sus decisiones, pero el karma había vuelto con una ferocidad que no podía ignorar.
Lizzy, con su pureza y bondad inalterables, había sido la persona que, a pesar de todo, había deseado lo mejor para Gala. La visión de Lizzy riendo con Adrian y abrazando a Sian era un recordatorio brutal de cómo el destino le había devuelto el dolor que ella misma había causado. La sinceridad de Lizzy, su capacidad de seguir adelante a pesar de todo, era un reflejo de lo que Gala había perdido.
Con lágrimas en los ojos, Gala murmuró para sí misma mientras observaba a Lizzy disfrutar de la compañía de Sian y Adrian: "¿Cómo fue que me dejaste de querer, mi amor? ¿Dime por qué? ¿Fue por mí? ¿Por lo que hice? ¿Te enamoraste de Sian? ¿Él da todo por ti, lo asumo, o del controlador de Adrian? ¡No puede ser! Me duele en el alma perderte."
El dolor en su pecho se intensificó al ver cómo Lizzy estaba rodeada por dos personas que, en su mente, representaban una especie de justicia poética. La ironía del destino no le pasaba desapercibida: Lizzy, la persona que ella había traicionado, estaba ahora rodeada por aquellos que, en su visión, representaban un tipo de venganza silenciosa.
Gala se alejó lentamente de la piscina, sus pasos pesados y llenos de resignación. El dolor en su corazón era palpable, un eco constante de la traición y el arrepentimiento. La noche parecía envolverla en un manto de oscuridad, una sombra que reflejaba el tormento interior que sentía. El karma había hecho su aparición, y Gala, con el corazón roto y el alma herida, se enfrentaba a la dura realidad de sus decisiones.
A medida que Gala se adentraba en la oscuridad de la noche, las imágenes de Lizzy riendo con Sian y Adrian seguían persiguiéndola. Cada sonrisa, cada gesto de afecto entre ellos, era una prueba de la distancia emocional que se había interpuesto entre ella y Lizzy. La visión de la felicidad de Lizzy con dos personas que Gala había dejado entrar en su vida era una herida abierta que no cesaba de sangrar.
La noche se cerraba sobre Gala, y con cada paso que daba, sentía cómo el peso del karma y el dolor de la pérdida la acompañaban, una carga insoportable que la seguía hasta el final de su camino.
La piscina de Tierra brillaba bajo el sol, y Lizzy, como siempre, era el centro de atención. Su energía vibrante y su carisma natural atrajeron a todos a su alrededor. Mientras se movía entre los miembros del equipo, su risa y su encanto eran innegables. Sian y Adrian, en particular, no podían apartar la vista de ella, cada uno en su propio rincón del universo.
Gomita, con una mezcla de frustración y entretenimiento, observaba cómo Lizzy interactuaba con los demás. "¿Ves eso, Ricardo?" le dijo a su compañero. "Adrian siempre ha pretendido ser el más astuto, el que podía controlar el juego, manipular los resultados y prever quién se iba y quién se quedaba. Pero míralo ahora. Está completamente embobado por Lizzy, la chica que él mismo despreciaba."
Ricardo, con una sonrisa divertida, asentía. "Es verdad. Adrian siempre ha sido el tipo calculador, el que no dejaba que nada lo desestabilizara. Pero Lizzy ha logrado lo imposible: ha hecho que se olvide de sus estrategias y se deje llevar por sus emociones. Es fascinante cómo alguien puede transformar a otra persona de esa manera."
Gomita continuó, su tono cargado de desdén. "Y no es solo eso. Adrian siempre se mantenía al margen, evitando a la gente de Mar y concentrándose solo en sus propios objetivos. Pero ahora es diferente. Cada vez que Lizzy está cerca, se comporta de manera completamente diferente. Durante la pasarela de Mercado Libre, por ejemplo, Adrian la miraba como si estuviera en trance, simplemente aplaudiendo y sonriendo sin parar. Y en los posicionamientos, siempre se plantaba frente a Mario, Briggitte, Arath y Gala, pero nunca frente a ella. Sian, por otro lado, ha jugado un juego mucho más limpio, y aunque también se ha acercado a Lizzy, su interés ha sido transparente."
Ricardo rió suavemente, reconociendo la verdad en las palabras de Gomita. "Sian ha sido más directo y honesto en su acercamiento a Lizzy, mientras que Adrian ha intentado ocultar sus verdaderos sentimientos detrás de una fachada calculadora."
En la habitación de los integrantes de Tierra, Agustín y Adrian estaban en medio de una conversación animada mientras se cambiaban después de una jornada intensa. Agustín estaba radiante, con una sonrisa satisfecha en su rostro. La atmósfera en el vestuario estaba cargada de una energía vibrante, y los dos hombres estaban inmersos en una conversación que reflejaba tanto su camaradería como sus estrategias personales.
"Te debo una, querido Agustín," dijo Adrian, con una sonrisa que denotaba tanto gratitud como astucia. "Gracias a que te ligaste a la mexicana, me has facilitado el camino para acercarme a Lizzy. Si no hubieras intervenido, podría haber sido mucho más complicado para mí disfrutar de su compañía sin los obstáculos que podrías haber encontrado."
Agustín, aún sonriendo y con una expresión de satisfacción, asintió. "Sabía que el camino sería complicado para ti, pero me alegra saber que te he facilitado las cosas. Lizzy es una persona maravillosa y ambos merecen disfrutar de su compañía."
Adrian se acomodó en su asiento, su mirada centrada en Agustín con una mezcla de admiración y cálculo. "Exactamente. Aunque si el destino hubiera decidido de otra manera y yo hubiera ganado esa semana en la que tú fuiste a la suite con Gala, habría llevado a Lizzy en lugar de a Gala. La verdad es que, a diferencia de Gala, Lizzy es una persona leal y fiel. No se dejaría llevar por alguien más, como lo hizo Gala conmigo. Ella es tan dulce y auténtica, algo que realmente valoro."
Agustín frunció el ceño con interés. "Entonces, ¿realmente crees que Lizzy habría sido una buena elección para ti?"
Adrian asintió, su expresión tornándose más reflexiva. "Sí, sin duda. Ella es diferente en muchos aspectos. Mientras que Gala era un desafío constante, Lizzy representa algo completamente distinto. Ella es leal y tiene una pureza que Gala, desafortunadamente, no tiene. En ese sentido, el destino nos jugó una moneda a favor. Tú ganaste la oportunidad de estar con Gala, y eso me dejó el camino libre para acercarme a Lizzy sin tener que lidiar con los obstáculos que podría haber enfrentado."
La conversación se tornó más introspectiva, con Adrian mirando al suelo mientras procesaba sus pensamientos. "Además, ahora que Lizzy está soltera, tengo una mejor oportunidad para acercarme a ella. Aunque, claro, Sian también está en la competencia. Eso sí me preocupa. Sian es un tipo decente, y aunque su interés en Lizzy es genuino, me pone celoso que él pueda ganarse el corazón de la chica de Mar."
Agustín se inclinó hacia adelante, ofreciendo un consejo sincero. "Es comprensible que te sientas así. La competencia puede ser dura, especialmente cuando se trata de alguien tan especial como Lizzy. Pero recuerda, la autenticidad y la honestidad suelen ser más valiosas que cualquier estrategia. Si realmente te importa Lizzy, lo mejor es ser transparente con tus intenciones."
Adrian sonrió, agradecido por el consejo. "Gracias, Agustín. Lo aprecio. Haré todo lo posible para mostrarle a Lizzy que lo que siento por ella es genuino. Mi objetivo es que ella vea lo mejor de mí, no solo el lado competitivo."
Mientras tanto, en otro rincón del vestuario, Gomita y Ricardo estaban en una conversación similar, observando el comportamiento de los participantes y la dinámica que se estaba desarrollando. Gomita, con una mezcla de asombro y frustración, comentó: "Es increíble cómo Adrian ha cambiado. Siempre se ha presentado como el tipo frío y calculador, el que sabía manipular el juego a su favor. Pero ahora, está completamente embobado por Lizzy. Su actitud ha cambiado por completo."
Ricardo, con una sonrisa de complicidad, respondió: "Sí, es algo que nadie esperaba. Adrian siempre ha tratado de mantener una fachada dura y distante, pero Lizzy tiene una forma de llegar a las personas y hacer que se comporten de manera diferente. Y aunque Sian también está interesado en ella, su enfoque ha sido mucho más directo y honesto."
Gomita rió, sus ojos brillando con un toque de picardía. "Adrian siempre ha pretendido que podía manipular el juego y calcular los movimientos de los demás. Pero la verdad es que Lizzy lo ha desarmado completamente. Y lo que es más sorprendente es que antes, ni siquiera le prestaba atención a ella. Durante la pasarela de Mercado Libre, solo le sonrió y aplaudió. Y en los posicionamientos, siempre se plantaba frente a Mario, Briggitte, Arath y Gala, pero nunca frente a Lizzy. Ahora, parece que está dispuesto a hacer cualquier cosa para llamar su atención."
Ricardo asintió, reconociendo la verdad en las palabras de Gomita. "Es cierto. Aunque Sian también está interesado en Lizzy, su acercamiento ha sido más transparente. Mientras que Adrian ha estado jugando un juego más sucio, tratando de ocultar sus verdaderos sentimientos. Lizzy ha logrado lo que pocos pueden: hacer que las personas se comporten de manera auténtica y sincera."
La piscina estaba tranquila esa tarde, con el sol reflejándose en el agua cristalina mientras los participantes disfrutaban de un merecido descanso. Sin embargo, la atmósfera estaba cargada de una tensión palpable, y la presencia de Lizzy sólo intensificaba la complejidad de las emociones que se estaban desarrollando entre los participantes.
Lizzy, ajena a la tormenta emocional que había desencadenado a su alrededor, estaba en medio de una conversación animada con Sian y Adrian. La luz del sol acariciaba su cabello dorado, que brillaba como un halo a su alrededor. Su risa era contagiosa, y su alegría irradiaba a cada persona en su cercanía. Sian la miraba con admiración, y Adrian, a pesar de sus esfuerzos por ocultar su interés, no podía evitar mostrar una atención excesiva hacia ella.
Mientras tanto, Gala observaba desde un rincón de la piscina, su corazón en pedazos mientras contemplaba a Lizzy interactuar con los otros participantes. Era evidente que la conexión entre Lizzy y los hombres a su alrededor estaba creciendo, y Gala sentía que la distancia entre ella y Lizzy se hacía cada vez más insuperable.
Gala trató de acercarse a Lizzy, con la esperanza de restablecer alguna conexión, pero cada intento parecía alejarla más. Lizzy, sin darse cuenta del dolor que estaba causando, continuaba disfrutando de la compañía de Sian y Adrian, sin prestarle mucha atención a Gala. La bondad de Lizzy, su capacidad de hacer que todos a su alrededor se sintieran especiales, parecía estar intensificando el sufrimiento de Gala.
"Hola, Lizzy," dijo Gala con una voz temblorosa mientras se acercaba. "¿Podemos hablar un momento?"
Lizzy sonrió amablemente, pero su respuesta fue cortésmente distante. "Claro, Gala. ¿Qué pasa?"
Gala intentó abrirse, pero Lizzy parecía estar distraída, su atención pronto regresando a la conversación con Sian y Adrian. Cada palabra que Lizzy pronunciaba, cada risa que compartía con ellos, era un recordatorio doloroso de lo que Gala había perdido.
Mientras Gala luchaba con sus emociones, Adrian y Sian estaban en una competencia silenciosa por la atención de Lizzy. Adrian, con su habilidad para manipular situaciones, intentaba seducir a Lizzy con encanto y halagos. Su acercamiento era sutil pero efectivo, y sus palabras estaban cargadas de interés genuino.
"Lizzy, tienes una forma única de ver el mundo," le dijo Adrian mientras la miraba con admiración. "Es fascinante. Me encantaría conocer más sobre lo que piensas y cómo ves las cosas."
Sian, por su parte, no se quedaba atrás. Su acercamiento era más directo pero igualmente encantador. "Lizzy, siempre me sorprendes. Me encantaría pasar más tiempo contigo y conocerte mejor. ¿Qué opinas de hacer algo juntos después de este evento?"
La competencia entre Adrian y Sian se estaba intensificando, y Lizzy, sin darse cuenta, se encontraba en el centro de una batalla emocional que estaba afectando a todos a su alrededor.
Mientras tanto, Agustín observaba desde una distancia prudente, su mirada fija en Gala. La expresión en su rostro era una mezcla de satisfacción y reflexión. Al ver a Gala luchar con el dolor de perder a Lizzy, Agustín no pudo evitar sentirse un poco culpable por la complicidad que había tenido en la situación.
"¿Todo bien, Gala?" preguntó Agustín, tratando de ofrecer un consuelo que en realidad sólo amplificaba su propia culpabilidad.
Gala lo miró con lágrimas en los ojos. "No, Agustín. No está bien. Me duele ver cómo Lizzy se aleja de mí, mientras tú y los otros se acercan a ella. Todo se siente tan injusto."
Agustín, sintiendo la gravedad de la situación, trató de consolarla. "Sé que es difícil, pero debes entender que Lizzy es una persona especial para todos nosotros. El destino ha jugado sus cartas, y ahora estamos todos tratando de encontrar nuestro lugar en esta complicada dinámica."
A medida que los días pasaban, la rivalidad entre Adrian y Sian se intensificaba, con cada uno tratando de seducir a Lizzy a su manera. Adrian usaba su encanto y sofisticación para acercarse a ella, mientras que Sian optaba por una estrategia más directa y sincera. Ambos estaban dispuestos a hacer lo que fuera necesario para ganar el afecto de Lizzy, sin darse cuenta de cómo su competencia estaba afectando a todos a su alrededor.
La situación era aún más dolorosa para Gala, que veía cómo la distancia entre ella y Lizzy se hacía más grande. El hecho de que Agustín y los demás hombres se acercaran a Lizzy sólo intensificaba su sufrimiento. Gala se sentía atrapada entre el dolor de ver a Lizzy con otros y la frustración de no poder reconectar con ella.
A medida que los corazones se entrelazaban en esta red de emociones y deseos, la realidad se volvía cada vez más compleja. Lizzy, sin saberlo, había cautivado a tres corazones diferentes: el de Gala, que había sido herido por su ausencia; el de Adrian, que luchaba por ocultar su interés bajo una capa de sofisticación; y el de Sian, que estaba dispuesto a mostrar su afecto de manera abierta y sincera.
Mientras tanto, Gala se encontraba en una encrucijada emocional, luchando por aceptar la realidad y encontrar su propio camino en medio de la tormenta. La situación estaba lejos de resolverse, y el drama entre los personajes prometía continuar desarrollándose de manera impredecible y emotiva.
El destino había puesto a Lizzy en el centro de un triángulo emocional complicado, y todos los involucrados estaban a punto de enfrentar las consecuencias de sus acciones y decisiones en un juego de corazones y sentimientos.
La noche había caído sobre la piscina, que estaba iluminada por una suave luz dorada que se reflejaba en el agua. La atmósfera, que había sido animada y llena de risas durante el día, ahora estaba cargada de una mezcla de tensión y melancolía. Gomita, que había estado al borde de las lágrimas, se había apartado de la piscina, buscando un rincón tranquilo para procesar lo que había sucedido. El reciente beso entre Agustín y Gala en la suite había sido un golpe duro para ella. Aunque no habían tenido una relación formal, el gesto la había herido profundamente.
Lizzy, aunque no estaba en el mismo equipo que Gomita, siempre había mostrado una amabilidad inquebrantable hacia todos. Al notar la tristeza en el rostro de Gomita, se acercó con una sonrisa cálida y una actitud comprensiva.
"Hola, Gomita," dijo Lizzy, sentándose al lado de ella con una voz suave que estaba llena de preocupación genuina. "¿Te encuentras bien? Pareces un poco apagada."
Gomita levantó la vista, tratando de mantener la compostura, pero la tristeza en sus ojos era evidente. "Hola, Lizzy. No, no estoy bien. He visto algo que me ha dolido más de lo que esperaba."
Lizzy se sentó más cerca, poniendo una mano reconfortante en el hombro de Gomita. "¿Qué ha pasado? Si quieres hablar, estoy aquí para escucharte. A veces, compartir lo que sientes puede hacerte sentir un poco mejor."
Gomita respiró hondo, tratando de encontrar las palabras para expresar lo que sentía. "Es Agustín. Vi cómo besó a Gala en la suite. No éramos nada serio, pero me duele verlo. Me hizo sentir como si no significara nada para él."
Lizzy escuchó atentamente, sus ojos reflejando empatía. "Siento mucho que estés pasando por esto. A veces, las personas hacen cosas que no entendemos y que nos lastiman. Pero quiero que sepas que eres importante, y no mereces sentirte así."
Gomita dejó escapar un suspiro tembloroso. "Lo que más me duele es que pensé que había algo real entre nosotros, aunque no lo dijimos en voz alta. Ahora me siento como si hubiera sido una ilusión."
Lizzy le ofreció una sonrisa cálida y sincera. "La realidad de las situaciones a veces es dolorosa y difícil de aceptar. Pero también es importante recordar que tu valor no está determinado por la forma en que alguien te trata. Eres una persona maravillosa, y mereces alguien que te valore como tal."
Mientras Lizzy hablaba, comenzó a contarle a Gomita anécdotas divertidas sobre situaciones en las que ella misma había sido decepcionada por otros. Con cada historia, Gomita empezó a relajarse, y su tristeza comenzó a desvanecerse lentamente. La habilidad de Lizzy para hacer reír a la gente incluso en los momentos más difíciles era una de sus muchas cualidades adorables.
"Recuerdo una vez en que me hicieron una broma bastante pesada," relató Lizzy con una risa suave. "Me hizo sentir como una tonta, pero al final, resultó ser una de esas historias que puedo contar y reírme. A veces, reírse de uno mismo puede ser la mejor medicina."
Gomita esbozó una sonrisa genuina mientras escuchaba. "Gracias, Lizzy. No sé qué haría sin tus palabras. Realmente me has ayudado a sentirme un poco mejor."
Lizzy le dio una palmadita en el hombro. "Siempre estaré aquí para ti, Gomita. Si alguna vez necesitas hablar o simplemente quieres distraerte, no dudes en buscarme."
El cuarto de Tierra estaba en un animado estado de conversación cuando Lizzy, con su habitual elegancia, se despidió de Gomita. La interacción había sido reconfortante para ambas, pero Lizzy sabía que era momento de regresar a su propio espacio. Sin embargo, antes de hacerlo, hizo una parada en la puerta del cuarto de Tierra para saludar a Adrian y Sian, quienes estaban presentes en la sala, con una sonrisa cálida y un leve rubor en sus mejillas.
"Adrian," dijo Lizzy, dirigiéndose hacia él con una genuina amabilidad. "Fue un placer verte hoy. Espero que todo esté yendo bien contigo." Su tono era suave y sincero, y su sonrisa iluminó el ambiente, haciendo que Adrian se quedara inmóvil por un momento.
Adrian, atrapado en la magia del saludo de Lizzy, se quedó mirándola con una expresión de admiración y asombro en el rostro. Su sonrisa era amplia y estúpida, y no pudo evitar sentirse completamente embobado. Lizzy se giró entonces hacia Sian, quien estaba de pie cerca, y le dirigió un saludo similar. "Sian, me alegra verte. Espero que estés teniendo un buen día también."
Sian, al recibir la sonrisa y el saludo de Lizzy, se quedó igualmente sorprendido. Aunque intentaba mantener una actitud despreocupada, no pudo evitar sonrojarse ligeramente y quedar con la vista fija en Lizzy mientras ella se alejaba. La manera en que ella lo saludó hizo que el joven se sintiera como si el tiempo se hubiera detenido por un breve momento.
Gomita, observando la escena desde un rincón del cuarto, soltó una risita suave y no pudo evitar hacer un comentario. "Mírenlos, están completamente embobados. Nunca había visto a Adrian y a Sian tan afectados por una sola persona. Lizzy tiene una manera increíble de hacer que todos se sientan especiales."
Ricardo, que estaba sentado cerca de Agustín, también observó la interacción con interés. "Sí, es impresionante cómo Lizzy puede impactar a todos a su alrededor. Es como si tuviera una especie de aura mágica que hace que todos se sientan atraídos por ella."
Agustín, que había estado prestando atención, no pudo evitar sonreír al ver la reacción de sus compañeros. "Definitivamente, Lizzy tiene un efecto único en las personas. No es sorprendente que todos se sientan así de cautivados por ella. Incluso antes de que yo me ligara a Gala, ya notaba cómo Lizzy tenía a todos alrededor suyo en un estado de admiración."
El cuarto de Tierra estaba en plena animación mientras los chicos se cambiaban después de una larga jornada. La conversación giraba en torno a Lizzy, quien había sido una presencia constante en sus pensamientos. La puerta se había cerrado tras su partida, y los cuatro chicos que quedaban en el cuarto estaban ocupados en una conversación animada sobre la chica que había capturado su atención de formas distintas.
Adrian estaba recostado en una esquina del cuarto, una sonrisa estúpida y complacida en su rostro, aún claramente embobado por el saludo que le había dado Lizzy. Cada vez que pensaba en el breve intercambio que había tenido con ella, su sonrisa se ensanchaba y sus ojos brillaban con admiración. Cuando Lizzy lo había saludado, su rostro se había sonrojado levemente, y esa reacción no había pasado desapercibida para los demás.
Sian, quien había estado hablando con Ricardo y Agustín en la sala, también se había sonrojado al recibir el saludo de Lizzy. Aunque intentaba mantener una actitud tranquila y relajada, su emoción era evidente. "¿Viste eso?" dijo Sian a Ricardo, tratando de disimular su emoción. "Lizzy es increíble. No sé qué tiene, pero es imposible no sentirse fascinado por ella."
Ricardo, observando a Sian con una sonrisa divertida, no pudo evitar comentar. "Definitivamente estás embobado, Sian. Es imposible no notar cómo te quedaste allí parado como si hubieras visto un fantasma. Lizzy tiene esa habilidad especial de hacer que todos se sientan así."
Agustín, que había estado escuchando la conversación, se unió a la charla con un toque de picardía. "Oh, y no olvidemos a Adrian. ¡Míralo! Se está sonriendo como un tonto desde que Lizzy se fue. Parece que ni siquiera se ha dado cuenta de lo ridículo que se ve."
Adrian, sin embargo, estaba demasiado inmerso en sus pensamientos sobre Lizzy para notar las bromas de sus amigos. "Es que Lizzy tiene algo único," dijo con un tono que denotaba sinceridad. "No es solo su apariencia, sino la forma en que te hace sentir. Ella tiene una energía que es contagiosa."
Sian, todavía con una expresión de asombro, añadió. "No puedo describirlo bien. Es como si Lizzy tuviera una aura que te envuelve y te hace sentir que todo es posible. Aunque no he tenido la oportunidad de estar tan cerca de ella como quisiera, es evidente que ella tiene un impacto profundo en todos nosotros."
Ricardo, observando la interacción, se dirigió a Agustín con un tono de complicidad. "Mira, Agustín, parece que los dos chicos están completamente cautivados por Lizzy. Es como si ella tuviera un poder especial sobre ellos."
Agustín, con una sonrisa enigmática, asintió. "Sí, y es interesante cómo la situación ha jugado a favor de cada uno de nosotros. Aunque Lizzy tiene un efecto en todos, la forma en que ha manejado las cosas ha creado oportunidades y desafíos para cada uno de nosotros."
Gomita, que había estado escuchando la conversación desde la puerta, decidió intervenir. "Entonces, ¿qué le vieron a Lizzy? ¿Qué es lo que la hace tan especial? ¿Y qué pasó con ese beso de Agustín con Gala? ¿La han besado también? Quiero saber todos los detalles."
Adrian, con una mezcla de orgullo y frustración en su voz, respondió. "No, no hemos tenido la oportunidad de besar a Lizzy. La verdad es que, aunque la deseamos mucho, respetamos su espacio. Ella es diferente a cualquier otra persona. A diferencia de Gala, quien se dejó llevar por el juego, Lizzy es fiel y leal. Eso es algo que valoramos mucho."
Sian intervino con una expresión de incomodidad. "La situación es complicada. Aunque no hemos tenido la oportunidad de acercarnos tanto como nos gustaría, es evidente que Lizzy tiene algo especial. La forma en que ella interactúa con nosotros es diferente a como lo hace con los demás."
Ricardo, mirando a Sian con una sonrisa, dijo. "Parece que tanto Adrian como tú están completamente cautivados. Es como si Lizzy tuviera una habilidad mágica para hacer que todos a su alrededor se sientan así. Es difícil no notar cómo la admiración que sienten por ella está afectando su comportamiento."
Gomita, que estaba tratando de procesar la información, añadió. "Es impresionante cómo Lizzy ha logrado cautivar a todos de esta manera. A pesar de todo lo que ha pasado, sigue siendo una persona increíblemente especial. Me alegra ver que la gente como ella realmente brilla."
Mientras tanto, en el cuarto de Mar, Lizzy estaba disfrutando de un momento ligero con sus amigos, Arath, Mario, Karime y Brigitte. Las bromas y risas estaban en pleno apogeo, y Lizzy parecía relajada y feliz, aunque el corazón de Gala seguía dolido por la reciente interacción con Agustín. Arath, con su habitual sentido del humor, estaba haciendo reír a Lizzy para distraerla de la situación y asegurarse de que no se sintiera incómoda. Karime y Brigitte también estaban contribuyendo con bromas y chistes, haciendo que el ambiente fuera aún más ameno.
En el cuarto de Tierra, la conversación sobre Lizzy continuaba, con los chicos compartiendo sus pensamientos y sentimientos sobre ella. Mientras Agustín se unía a la charla, el ambiente estaba lleno de una mezcla de admiración y complicidad, mostrando cómo Lizzy había logrado hacer una impresión duradera en todos a su alrededor.
La influencia de Lizzy estaba clara: su presencia y personalidad habían dejado una marca indeleble en las vidas de aquellos que la conocían, creando una serie de emociones y reacciones que demostraban cuán especial era para cada uno de ellos.
La noche avanzaba y el cuarto de Mar estaba sumido en una tranquilidad especial. Lizzy, con una sonrisa amable después de haber consolar a Gomita, decidió dedicarse a su pasatiempo favorito: cantar. Se acomodó en un rincón del salón, lejos del bullicio de sus compañeros, y comenzó a cantar una melodía suave y envolvente que la había acompañado desde siempre. Su voz, clara y melodiosa, parecía llenar el espacio de una manera que cautivaba a quien la escuchara.
Al otro lado, en el cuarto de Tierra, Adrian y sus amigos estaban inmersos en una conversación sobre las últimas jugadas y estrategias. La conversación era animada y llena de risas, pero un cambio sutil en el ambiente atrajo la atención de todos. El canto de Lizzy comenzó a cruzar las paredes y alcanzar sus oídos a través del delgado aislamiento entre los cuartos, separados únicamente por los baños compartidos.
Adrian, que estaba en medio de una conversación animada con Sian, Ricardo y Agustín, de repente se quedó en silencio. Sus ojos se abrieron de par en par al escuchar la melodiosa voz de Lizzy. Se levantó lentamente, como si una fuerza invisible lo empujara hacia la puerta, y se dirigió hacia el marco para escuchar mejor. La sorpresa y el asombro en su rostro eran evidentes, especialmente al darse cuenta de lo cautivadora que era la voz de Lizzy.
Sian, que estaba conversando con Ricardo sobre estrategias de juego, también se detuvo al escuchar el canto. Sus ojos se agrandaron, y una sonrisa tímida apareció en su rostro. Al igual que Adrian, se acercó al marco de la puerta, intentando entender qué era lo que lo tenía tan fascinado.
Adrian, al pararse en el marco de la puerta, no pudo evitar sentirse sorprendido. Lizzy, siendo mucho más baja en comparación con él, parecía aún más pequeña en el marco de la puerta. Su presencia, aunque modesta, tenía un impacto poderoso. Adrian se quedó allí, boquiabierto, mientras la melodía fluía a través del cuarto. Su expresión era una mezcla de admiración y fascinación.
Sian, que estaba justo al lado de Adrian, compartió la misma sorpresa. Aunque no estaba tan embobado como Adrian, no pudo evitar sentir una mezcla de asombro y admiración por la forma en que Lizzy cantaba. La voz de Lizzy tenía una calidad que parecía transcender las paredes y llegar directamente al corazón.
Ricardo, observando la reacción de Adrian y Sian, no pudo evitar reírse. "Parece que nuestros amigos están completamente embobados," comentó con una sonrisa. "No puedo decir que me sorprenda, pero es divertido ver cómo todos se quedan tan cautivados por Lizzy."
Agustín, que había estado en silencio, se unió a la broma. "Definitivamente, Lizzy tiene una manera especial de atraer la atención. No puedo decir que me sorprende, pero es interesante ver cómo todos reaccionan ante ella."
Mientras tanto, en el cuarto de Mar, Lizzy terminó su canción y se preparaba para retirarse a su habitación. Justo cuando se estaba alejando, se encontró con Gala, que estaba siendo consolada por Mario y Karime, con Brigitte uniéndose a las bromas de Arath. Lizzy le ofreció una sonrisa amable a Gala, sin darse cuenta del dolor que su presencia podía causar, y continuó su camino hacia su habitación con una expresión ligera y alegre.
Gala, al ver la interacción entre Lizzy y Adrian, sintió un dolor punzante en el corazón. Recordaba los días en que Lizzy solía cantar solo para ella, compartiendo su talento y cariño en momentos privados. Gala había sido la única en recibir esos momentos especiales, en los que Lizzy la llamaba con apodos cariñosos como Eli, Beth, o incluso Mar, por su nombre real. La situación actual, en la que Lizzy estaba compartiendo esos momentos con otros, especialmente con Adrian, le resultaba dolorosa y dolorosa.
Al llegar al marco de la puerta, Adrian se encontró con Lizzy justo en el momento en que ella estaba a punto de pasar por allí. Lizzy, al notar la presencia de Adrian, se asustó y se detuvo en seco. Su rostro se tiñó de un leve sonrojo, y con una voz nerviosa, le preguntó:
—¿Tú me escuchaste cantar?
Adrian, aún en el marco de la puerta, asintió lentamente. Su expresión estaba llena de asombro y admiración, y le respondió con sinceridad:
—Sí, te escuché. Tu voz es realmente bella. No puedo creer lo hermosa que suena. Por favor, sigue cantando.
Lizzy, sorprendida por la reacción de Adrian, se sintió aún más nerviosa. Sin embargo, sus ojos reflejaban una mezcla de gratitud y sorpresa al escuchar el cumplido. A pesar de su timidez, le sonrió ligeramente y, con una leve inclinación de cabeza, continuó su camino hacia su habitación, dejando que Adrian disfrutara del eco de su voz.
Mientras tanto, Gala observaba desde la distancia, con el corazón apesadumbrado. La forma en que Lizzy y Adrian interactuaban, el cariño que se mostraban, le provocaba una profunda sensación de celos y envidia. Gala había sido la destinataria de esas canciones y apodos especiales en el pasado, y ahora veía cómo Lizzy compartía esos momentos íntimos con otros. La herida era profunda porque Gala misma había buscado esa distancia, pero el dolor de ver a Lizzy formando conexiones especiales con otras personas era real y agudo.
reaccionan ante ella."
En el cuarto de Tierra, Gomita se unió al grupo, mirando a Sian y Adrian con curiosidad. "Así que, ¿qué le ven a Lizzy? ¿Qué tiene ella que la hace tan especial? ¿La besaron, o simplemente se quedó cantando para ustedes?"
Sian y Adrian se miraron entre sí, y luego volvieron su atención a Gomita. Sian, con una sonrisa tímida, respondió:
—Lizzy tiene algo que no se puede describir fácilmente. Es su voz, su presencia, su manera de ser. Hay algo en ella que te hace querer estar cerca de ella. Aunque no la besamos, no pudimos evitar sentirnos atraídos por ella.
Adrian, todavía con una sonrisa amplia, añadió:
—Sí, Lizzy tiene una habilidad especial para atraer a las personas. Su voz, su forma de moverse, todo en ella es cautivador. Aunque no la besamos, su presencia y su música tienen un impacto profundo en nosotros.
Ricardo, observando la interacción y sonriendo, se unió a la conversación:
—Parece que todos estamos de acuerdo en que Lizzy tiene una presencia única. Es imposible no sentirse atraído por ella. Al menos ahora entiendo por qué todos estamos tan cautivados.
Mientras la conversación continuaba en el cuarto de Tierra, Gala se tomó un momento para reflexionar. Aunque el dolor seguía presente, entendía que Lizzy tenía el derecho de compartir su talento y cariño con quien ella quisiera. En el cuarto de Mar, Lizzy se retiraba a su habitación, y la melodía de su voz seguía resonando en el aire, creando una atmósfera de admiración y conexión que perduraría más allá de esa noche.
La noche continuaba, y el eco de la voz de Lizzy seguía llenando el espacio, un recordatorio constante del impacto que Lizzy tenía en las personas. Su talento y su presencia transcendían las paredes y el tiempo, dejando una impresión duradera en todos los que estaban cerca. Cada nota y cada palabra de su canto eran un testimonio de la influencia única que Lizzy ejercía sobre aquellos que tenían el privilegio de escucharla.
La casa de los famosos estaba iluminada por las luces suaves que parpadeaban en el vestíbulo principal. Cada habitación tenía su propio carácter, diseñado para reflejar la esencia de los equipos a los que pertenecían. Lizzy, que había pasado la mayor parte del día lidiando con emociones y conflictos internos, decidió que necesitaba hablar con Gala para aclarar las cosas. Sin embargo, al llegar a la habitación de Mar, donde Gala estaba con Agustín, encontró una escena que le rompió el corazón.
La puerta de la habitación de Mar estaba entreabierta, y Lizzy se asomó con la esperanza de encontrar un momento tranquilo para conversar. En lugar de eso, vio a Gala y Agustín en una animada conversación, riendo y compartiendo una conexión que parecía tan profunda y natural que Lizzy no pudo evitar sentirse como una intrusa. Gala, con su risa contagiosa, y Agustín, con su actitud relajada, estaban inmersos en un momento que, en apariencia, estaba lleno de complicidad y entendimiento.
Lizzy sintió una oleada de tristeza al darse cuenta de que su lugar en la vida de Gala había cambiado. Se sintió como una sombra en la esquina de esa habitación, consciente de que no encajaba en ese espacio que alguna vez había sido suyo. La visión de Gala, con Agustín a su lado, le recordó dolorosamente que ya no era la dueña del corazón de Gala, y su lugar en esa habitación ya no le pertenecía.
Con una mezcla de dolor y resignación, Lizzy decidió no interrumpir el momento. Se giró lentamente para marcharse, pero no sin antes dejar escapar una pequeña lágrima que corrió por su mejilla. La canción que había estado cantando en su mente se hizo más fuerte y clara en su corazón:
"Vienes, me acaricias y te marchas con el Sol, Me duele solo ser tu diversión, no. Dices que me amas, que no hay nadie como yo, Que soy la dueña de tu corazón, Pero alguien más está en tu habitación."
Las palabras resonaban con una precisión dolorosa. Lizzy sabía que no podía compartir lo que no se le había dado completamente. La habitación, que una vez había sido un santuario de cercanía y afecto, ahora parecía una prisión que no le correspondía. Se alejó, sintiendo un vacío profundo y una tristeza que la envolvía mientras se dirigía a su propia habitación.
Mientras esto ocurría, Gala estaba en la habitación de Mar, observando desde la puerta. La escena ante ella se sentía como una daga en su corazón. La visión de Lizzy riendo con Sian, mientras él le arreglaba el cabello y le decía con ternura:
—Tu cabello rubio es más brillante que nunca, y tus ojos azules brillan con la profundidad del mar y el cielo.
Cada palabra de Sian, cada gesto de cariño y admiración, le dolía profundamente a Gala. Recordaba los tiempos en que Lizzy había recibido tales halagos de ella misma, y ahora, ver a Sian en el papel que ella solía ocupar le causaba un dolor desgarrador. La imagen de Lizzy disfrutando de la atención de Sian le hizo sentir como si estuviera siendo desplazada, como si su lugar en el corazón de Lizzy hubiera sido tomado por otros.
Más tarde, Gala observó otra escena que amplificó su dolor. Lizzy estaba en una conversación alegre con Adrian, haciendo que ambos rieran. En un momento de ligereza, Lizzy comentó:
—¿Sabías que en español y en francés, tu nombre, Adrian y Adrien, significa "hombre del mar"? Tal vez podrías ser parte del mar también, más allá de mi nombre.
Adrian, sorprendido por la conexión y el juego de palabras, se rió y respondió:
—¡Eso es genial! Nunca lo había pensado así. Me gusta la idea de sentirme tan conectado con el mar.
Lizzy rió junto con Adrian, disfrutando del intercambio. La escena era un reflejo de la conexión y el encanto que Lizzy estaba generando con todos a su alrededor. Para Gala, sin embargo, era un recordatorio doloroso de cuánto se había alejado de esa parte especial en la vida de Lizzy. Los momentos que una vez compartió con ella, llenos de risas y ternura, ahora se estaban dispersando en otras direcciones.
La letra de la canción que Lizzy estaba cantando resonaba en el corazón de Gala, sus palabras parecían hablar directamente de su experiencia:
"Vienes, me acaricias y te marchas con el Sol, Me duele solo ser tu diversión, no. Dices que me amas, que no hay nadie como yo, Que soy la dueña de tu corazón, Pero alguien más está en tu habitación."
El dolor de Gala se hizo más agudo al recordar cómo Lizzy solía cantarle y dedicarle palabras especiales. Ahora, esos momentos se compartían con otros, y Gala sentía que su lugar en el corazón de Lizzy se había desvanecido. La sensación de ser una sombra en la vida de Lizzy, de estar desplazada por otros, era casi insoportable.
Gala, sintiendo un vacío profundo, se dio cuenta de que la situación que vivía no era justa. La canción continuaba resonando en su mente, amplificando su desilusión:
"No soy la dueña de tu corazón, Yo soy quien sobra en esta habitación, no."
La verdad de esas palabras se instalaba en su pecho, un recordatorio constante de su pérdida. La realidad de que ya no era la dueña del corazón de Lizzy y que ahora sobraba en la habitación donde una vez fue la protagonista de su afecto y cariño, la dejaba con una sensación de desolación y tristeza.
La casa de los famosos continuaba su curso, con las emociones y relaciones entrelazadas en una compleja red de sentimientos. Cada momento parecía resaltar la intensidad de los sentimientos y el impacto de las decisiones y las interacciones en la vida de sus habitantes. La distancia emocional y los cambios en las relaciones estaban creando un tapiz cargado de dolor y reflexión, donde cada acción y cada palabra dejaban una huella profunda en los corazones de todos los involucrados.
Gala se encontraba en un rincón solitario de la casa, apoyada contra la pared con la mirada perdida en el suelo. Su corazón estaba hecho pedazos, y la visión de Lizzy riendo y disfrutando con Sian y Adrian la había dejado devastada. La canción que Lizzy había cantado resonaba en su mente como un eco doloroso, acentuando la sensación de pérdida y rechazo que sentía. Gala había sido reemplazada, y ahora la pregunta de si alguna vez había sido la dueña del corazón de Lizzy la atormentaba.
Arath y Karime estaban a su lado, tratando de ofrecer consuelo. Arath, con su paciencia inagotable, le ofreció un abrazo cálido mientras Karime la miraba con comprensión y empatía.
—Gala, no puedes dejar que esto te hunda —dijo Arath, su voz llena de preocupación y apoyo—. A veces las cosas no salen como esperamos, pero eso no define tu valor ni tu lugar en la vida de los demás.
—Sí, hay momentos difíciles, pero también hay oportunidades para sanar y reconstruir —añadió Karime—. No estás sola en esto, y estamos aquí para ayudarte a superar este dolor.
Gala asintió lentamente, tratando de absorber las palabras de consuelo mientras luchaba contra las lágrimas que amenazaban con caer. Sin embargo, su mente seguía siendo arrastrada hacia la visión dolorosa de Lizzy en compañía de otros.
En el mismo momento, Mario había ideado un plan para distraer a Gala y sacarla del entorno doloroso en el que se encontraba. Se acercó a ella con una sonrisa amistosa, tratando de redirigir su atención hacia algo más ligero y entretenido.
—Gala, creo que has visto lo que está sucediendo en la cocina, ¿verdad? —dijo Mario con entusiasmo—. Están organizando una competencia de cocina, y es bastante divertido. Deberías venir a verlo, te prometo que te hará reír.
Gala, aún abatida, miró a Mario con una mezcla de desconfianza y curiosidad. La idea de una competencia de cocina parecía una distracción bienvenida, aunque no podía negar que el dolor seguía presente en su corazón. Sin embargo, aceptó la invitación con un débil asentimiento, dispuesta a buscar cualquier forma de alivio.
En ese momento, Brigitte, que había estado observando la situación, decidió tomar cartas en el asunto. Sabía que Lizzy y Gala necesitaban hablar y reconciliarse, y estaba decidida a ayudar a que esto ocurriera. Con una sonrisa decidida, se acercó a Lizzy y Adrian, buscando una manera de separarlos sin levantar sospechas.
—Lizzy, ¿podrías ayudarme un momento? —preguntó Brigitte con un tono casual—. Necesito tu opinión sobre algo para un proyecto que estoy trabajando, y creo que tu perspectiva sería invaluable.
Lizzy, sorprendida por la repentina solicitud, miró a Adrian antes de volver su atención a Brigitte.
—Claro, Brigitte, ¿qué necesitas? —dijo Lizzy, dispuesta a ayudar.
Adrian, aunque un poco decepcionado por la interrupción, asintió con comprensión.
—No hay problema, Lizzy. Te espero aquí —dijo, intentando ocultar su desánimo.
Brigitte condujo a Lizzy hacia un rincón apartado de la casa, lejos de donde Adrian y Gala estaban. Una vez que estuvieron a solas, Brigitte comenzó a hablar con Lizzy con la intención de suavizar la conversación y, al mismo tiempo, de preparar el terreno para la reconciliación con Gala.
—Lizzy, no es que quiera interrumpir tu momento con Adrian —dijo Brigitte—, pero realmente necesito hablar contigo sobre algo que podría ser importante para ti. He notado que Gala está pasando por un momento difícil, y creo que sería bueno que pudieras hablar con ella.
Lizzy, con una expresión preocupada, escuchó atentamente mientras Brigitte le explicaba la situación. Aunque estaba concentrada en su conversación con Adrian, la preocupación por Gala y su bienestar era evidente en su rostro.
—Sí, entiendo —dijo Lizzy, asintiendo—. Me duele ver a Gala así. Haré lo que pueda para ayudar.
Mientras tanto, Brigitte regresó a donde Gala y sus amigos estaban reunidos. Mario, Arath y Karime estaban tratando de mantener el ambiente animado y distraído, pero la presencia de Brigitte trajo un nuevo enfoque a la situación.
—Gala, creo que es un buen momento para que hablemos sobre lo que está pasando —dijo Brigitte con suavidad—. Lizzy quiere verte y hablar contigo, es importante que resuelvan esto.
Gala, aunque aún sentía un nudo en el estómago, asintió con resignación. La idea de enfrentar a Lizzy era dolorosa, pero sabía que era necesario. Brigitte, Arath y Karime se aseguraron de que Gala se sintiera apoyada mientras se dirigía hacia el lugar donde Lizzy estaba esperando.
Cuando Gala y Lizzy se encontraron en un rincón tranquilo de la casa, el ambiente estaba cargado de tensión. Lizzy se acercó a Gala con una mezcla de nerviosismo y sinceridad en su mirada.
—Gala, lamento mucho cómo han salido las cosas —dijo Lizzy—. Sé que esto ha sido difícil para ti, y quiero que sepas que te aprecio mucho.
Gala, con los ojos llenos de lágrimas, miró a Lizzy con una mezcla de tristeza y esperanza.
—Lizzy, me duele ver cómo todo ha cambiado —dijo Gala con voz quebrada—. Sentí que te estaba perdiendo y que ya no tenía un lugar en tu vida.
Lizzy se acercó a Gala y la abrazó con ternura, reconociendo el dolor que había causado sin querer. A medida que hablaban y se sinceraban el uno al otro, las barreras emocionales comenzaron a desmoronarse.
—No quiero que sientas que sobra en mi vida —dijo Lizzy—. Lo que tuvimos es especial, y quiero encontrar una manera de resolver esto.
A lo lejos, Arath, Karime y Mario observaban con esperanza, aliviados de ver que Gala y Lizzy estaban comenzando a hablar y a resolver sus diferencias. Aunque el proceso de reconciliación era delicado y lleno de emociones, el primer paso hacia la curación había comenzado.
Brigitte, con una sonrisa satisfecha, se unió al grupo, reconociendo que su intervención había sido crucial para ayudar a que Gala y Lizzy se reencontraran. Mientras la conversación continuaba, la esperanza de sanar las heridas y reconstruir los lazos rotos parecía más cercana que nunca.
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