Tones of Black (Sesshome)
Alguna vez han soñado con un exquisito, frío, déspota y cruel demonio, Lord de las Tierras del Oeste provocándote un orgasmo en un bosque posiblemente lleno de bestias peligrosas a punto de morderte y arrancarte todas tus extremidades? La verdad lo dudo, porque yo misma no me creía que era capaz de soñar con eso y menos con el cabrón polifacético de Sesshomaru, mi ex-cuñado.
-En qué piensas?-si, justo a mi lado estaba ese exquisito yokai sin la parte superior de su usual ropa blanca mostrándome sus increíbles bíceps mientras yo estaba más cachonda de lo usual, no me juzguen pero una dama tiene sus necesidades y él fue el que me enseñó el verdadero placer una noche cuando mi ex Inuyasha me decía Kikyo así que tenerlo aquí a mi lado acabando de despertar de uno de mis mejores sueños húmedos, obvio había tenido unos cuantos y el protagonista de todos ellos era Sesshomaru.
-Nada particular-digo mintiendo con una convicción que hasta me lo creo yo misma.
-Si fuera el idiota de mi hermano te creería pero a mi no me engañas, se te nota en la cara cuando mientes-rechisto enojada por no haber sido mejor en parecer desinteresada y el imbécil me regala una de esas sonrisas que manda a la mierda todo el auto control que una mujer tiene cuando está con él.
-No sonrías, hace latir mi corazón-de dónde diablos saqué esa frase? En mi vida había dicho algo tan cursi y tan directo sin una pizca de vergüenza, bueno si comparamos a la inocente chica de 15 años que llegó y la de 18 años de edad que perdió la virginidad con su cuñado tóxico, diría que fui demasiado rápido.
-Olvida lo que dije, no sé que me pasa últimamente-suspiro cansinamente y trato de borrar cualquier imagen de mi cerebro de lo que acabo de soñar.
Realmente necesitaba que amaneciera de una vez y salir de este bosque para no pensar en nada más acerca de ese hermoso demonio de cabellos platas. Me pongo de pie evitando verle a esos ojos ámbar gélidos sin embargo él extiende su mano hacía mi. Qué demonios estaba haciendo? Yo la tomo titubeante y sin ningún tipo de preparación él me coloca encima de su regazo sintiendo en mi espalda como su pecho sube y baja irregular, su respiración justo en mi oído erizando el vello de mi piel, su lengua lamiendo mi cuello dándole pequeños besos lentos y agonizantes, alguna que otra mordida. Esto si era adictivo, no era nada comparado con el sake, succionaba mi piel y yo prácticamente caía rendida ante sus deliciosos encantos, cerraba mis ojos dejándome llevar por las caricias y toques electrizantes de su piel con la mía. Creo que está será la mejor noche de mi vida.
-Aome Higurashi intentas seducirme?
En realidad no pero si obtengo esto cada vez que digo alguna frase cursi entonces diablos si! Además jamás pensé que escuchar de su boca mi nombre sería tan erótico y tan caliente aunque siendo honesta todo lo que tenga que ver con Sesshomaru-sama era caliente.
-Eh?
Tenía tantas cosas para decirle pero lo único que salió fue un agonizante murmullo prácticamente un ruego para él de que me poseyera y no me soltara nunca de entre sus garras.
Podía sentir como él sonreía divertido al ver su poder sobre mi, era un sádico, un sexy, apuesto y encantador sádico si me preguntan. Sus manos encima de mi vientre subiendo hasta mis redondos pechos sosteniendoles con fuerza haciéndome soltar un gemido sonoro que no pude contener, yo me sujete de esos largos cabellos plata atrayendo su boca sobre la mía.
-Hmm-dije al sentir sus labios rosas carnosos encajando en los míos como si nunca se deberían haber separado. Suaves, húmedos, deliciosos y sobre todo tan experimentados que no tardó ni un segundo en tomar el control, su lengua dentro de mi boca mientras mordía mi labio inferior con sus colmillos.
Era como música para mis oídos escuchar esos gruñidos en contra de mis labios, y como él tocaba mis pechos me hacía sentir como si estuviera en el mismo cielo. Separandonos por la maldita falta de aire mientras mi cuerpo es tan sensible a su tacto, gracias que estoy encima de él brindándome apoyo porque parezco gelatina, era increíble como unas simples caricias y un beso tenía tanto poder en mi. No quería estar ni un segundo más sin ver su bello rostro así que me volteó sentándome a horcajadas sobre Sesshomaru viendo esos cristalinos ojos ámbar posados en mi con una fuerza magnética increíble. Sin embargo al bajar la vista me encuentro con varias cicatrices en su dorso desnudo y mis manos comienzan a tocarlas, y veo una expresión de dolor, contrariada y llena de confusión en su rostro tenso.
Sin decir una palabra acaricio suavemente su mejilla y le doy un tierno beso en sus labios, había sufrido demasiado y yo no era quien para juzgarlo jamás. Él necesitaba a alguien que lo comprendiera y yo quería ser ese apoyo.
-Eres muy inocente pequeña humana.
Odiaba cuando me decía de esa manera sin embargo sabía que lo decía desde el corazón y por eso no dije nada sólo volví a besarlo, acariciarlo, tocarlo, tenerlo, lo quería demasiado. Ese beso dulce se transformó en algo más intenso, una necesidad urgente de tenernos, algo egoísta y desenfrenado, algo que en el pasado hubiera evitado pero ya no, ahora no, no podía y no quería huir. Sesshomaru agarró mis muslos con fuerza y rozando su entrepierna en mi entrada gemí en contra de sus labios. Estábamos aún con ropa pero eso no significaba que no podíamos imaginarnos lo que pasaría después y lo que sucedería a continuación parecía sobrepasar mis expectativas.
Deshaciéndome del nudo que mantenía la tela del kimono en su lugar lo tiré a un lado quedándome con mis senos desnudos a su vista, estaba disfrutando se le notaba ese brillo malicioso en esos ojos fríos que adoraba. Realmente quería más, metiendo mi mano bajo la parte inferior de su ropa encontré lo que buscaba, estaba erecto, listo para adentrarse en mi carne y eso hizo que un espasmo recorriera por mi cuerpo arqueando mis espalda al sentir sus labios succionando uno de mis pezones mientras yo subía y bajaba recorriendo todo su miembro. En serio por qué nunca me di cuenta antes de este hombre?
Sesshomaru me levantó sin ninguna alerta sacando mi mano de su entrepierna y apartando su boca de mi piel haciéndome sentir horrorosamente mal, me sentía desprotegida, vulnerable y eso no me gustaba, prácticamente estaba al borde del llanto sino fuera porque me di cuenta que era para sacar el resto de mi ropa desnudandome para él mientras quitaba todo lo que faltaba liberando mi juguete favorito, realmente me apetecía jugar con ese juguete ahora mismo.
-Veo que estás muy feliz-dijo al notar mi expresión de felicidad como una completa estúpida que no había notado.
-En serio no me apetece tener está conversación ahora-digo un pelín exasperada para que me hiciera suya.
Sesshomaru me agarró de los muslos levantándome del suelo quedando mi lugar húmedo justo donde quería y donde me apetecía que estuviera, su erección rozó de lleno en mi clítoris y prácticamente grité de placer.
-Eso está muy bien bebé-dijo antes de ponerme encima de toda la ropa tirada en el suelo para que no me ensuciara dejándome ver ese escultural cuerpo exquisito que era solito para mi.
Abriendo mis piernas de forma posesiva, besando mis labios de una manera dulce e inocente, era como una mezcla de caballero pervertido que toda mujer necesitaba, me empezó a penetrar, al principio solamente la punta del pene y después entrando de lleno en mi, esto si era el paraíso, el final del arco iris, el apocalipsis, como quieran llamarlo, era lo que siempre quise.
Grité, gemí, gruñí, tuve espasmos y un orgasmo tan delicioso como el mismo infierno, sus caricias eran tan poderosas que una y otra vez hacían flaquear mis piernas, quemaba mis labios, electrizaban mis pechos y me hacían sucumbir en una humedad tan impropia de mi que era increíble, aunque eso era posible si lo tenías a él, sólo a él. Ese hombre era el Lord de las Tierras del Oeste, Sesshomaru Taisho. Un demonio tan frío y cruel como cualquier humano podía ser con sentimientos que nadie parecía conocer. Si lo amo? Quién sabe porque cuando dices esas cinco letras todo se derrumba y yo no quiero perder.
Espero que les guste.
Besos y hasta que publique otro.
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