A perfect Black (Sesshome)

*Puede haber referencias con la serie pero no todo sera igual*Kagome esta cambiada al igual que Sesshōmaru*

Si alguna vez imaginé mi vida feliz, siendo una doctora en uno de los más importantes hospitales de Tokio y que mis viajes en el tiempo terminaran, no lo recuerdo. Después de todo mi realidad ahora simplemente parece una fantasía, una vida normal y tranquila sin tener el riesgo de que me mate un yokai.

Estaba agotada, es lo que sucede después de dos días completos sin descanso, debido a una guardia y una cantidad enorme de pacientes en urgencia. Resulta que salvar vidas no es tan encantador como lo pintan. Me decido por un café de la máquina expendedora y me dirijo a ver uno de mis pacientes.

Al atravesar la sala me encuentro con dos figuras que reconozco al instante. Los detectives Miroku y Sango-las reencarnaciones de mis amigos en el pasado que por casualidad llevan el mismo nombre-ya sabía yo que el supuesto "accidente" donde se incendió un edificio entero ayer a las dos de la mañana no era casualidad. Odio al perpetrador, interrumpió mis horas de sueño. ¿No podía escoger otra maldita hora para prender fuego y mandar todo al diablo?

-Doctora Higurashi-el pobre de Miroku siempre está nervioso a mi alrededor. Después de todo soy la doctora más joven que ha ejercido y que tiene una gran reputación, cumplí 23 años la semana pasada.

Sin embargo todos pensaron que se debía a que estudié en el extranjero, en Estados Unidos precisamente.La madre de Sesshōmaru me ayudo en eso. En menos de 23 horas Kagome Higurashi había vuelto a la "vida"  después de tres años ausente, una joven inteligente de madre  japonesa y huérfana de padre .

-Nos gustaría hablar con su paciente. ¿Es posible?-preguntó Sango, ella siempre había sido dura. Ahora es cuando más lo demostraba.

-Si, de todos modos mi turno acaba de terminar-era cierto, en el reloj marca la hora. Si mi jefe piensa que me quedaré otra noche que se busque otra.

-¿Va a casa del profesor Tadaka?- cuando escucho esa pregunta, me doy cuenta de que no me gustara lo que dirá. 

-Dejame adivinar, los niños siguieron a Sesshōmaru  a la escena del crimen en el auto del profesor-digo enarcando una ceja, esto siempre sucede. No me sorprende en lo más mínimo.

-Si, ahora mismo Shippo debe estar resolviendo el caso.

Dejo salir un suspiro. Ese maldito amante de Holmes, maniático de los misterios. Ahora sé porque Rin-la reencarnación-lo dejó, si ese imbécil no se separa de los casos.

-No importa, todo tuyo-digo señalando al señor Kazuto que duerme profundamente por los analgésicos.
     
                ^_^

Estoy esperando en el estacionamiento, Tadaka me recogerá después de llevar a los chicos a casa. Después de media hora observando el reloj en mi muñeca, llega el escarabajo amarillo del profesor. Debo comprarle un nuevo auto, se lo regalaré en su cumpleaños.

-¿Qué haces tú aquí?-me sorprendo al ver a Sesshōmaru  sentado en el asiento del copiloto con cara de fastidio.

-¿Subirás al auto o no?-me dan ganas de darle un puñetazo en medio del rostro, pero me contengo. Un comentario sería más doloroso, después de todo su ego es lo que más sufre.

-Alguien está de mal humor, aunque bueno es algo normal desde que Rin lo cambió por un doctor apuesto y dulce-digo con una sonrisa mientras me siento en el asiento de atrás.

-Maldita-dice volteandose para verme, es tan fácil hacerlo enojar.

Mi sonrisa crece aún más. Me siento completamente revitalizada. 

-Ustedes dos detenganse. Kagome no molestes a Sesshōmaru-el profesor nunca me ha llamado por mi nombre cuando estamos solos. Dice que para él siempre seré Higurashi Kagome.

Además ese nombre me recuerda todo lo que he vivido, las pruebas que he superado para llegar hasta aquí.

En algún momento me dormí, lo cual es normal, el agotamiento me venció. Sin embargo todavía no entiendo como terminé en los brazos de Sesshomaru , sé que todavía no se ha dado cuenta de que estoy despierta porque habla con el profesor.

-¿Qué dijo Inuyasha sobre ese asunto?-preguntó Tadaka. Si no me han dicho sobre esa llamada significa problemas.

-No la ha encontrado pero es seguro decir que Ryo escapó.

Escuchar esas palabras provoca que un escalofrío recorra mi espalda. Bueno, era muy bonito para ser la verdad. Supongo que mi destino es ser cazada y morir. Es justo, fui yo que destruyo la perla. Mi muerte debe ser el cierre.

-Seguramente vendrá a por Kagome, la matará-al principio pensé que me lo estaba imaginando pero Sesshomaru está apretando mis cuerpo contra el suyo. El agarre es tan fuerte que provoca una punzada de dolor en mi piel.

-Nadie le hará daño a Kagome, me encargaré de ello.

Sé que solamente es una frase cliché que dicen las personas con complejo de héroe y de las causas perdidas pero oírlas de su boca provoca algo en mi. No soy una princesa que necesite ser rescatada, me atrevería a decir que soy todo lo contrario. Nunca he sentido como mi corazón late más rápido por un chico, ni que me sienta nerviosa por su cercanía pero Sesshoamru Taisho lo ha logrado. Al principio pensé que era producto de la adrenalina pero me equivoqué,  se debe a él.

-Me quedaré hoy en su casa profesor. Llevaré a Higurashi a su habitación-algunas veces sus hábitos vuelven, recordandome todos los acontecimientos en los últimos años.

Sesshomaru se relaja visiblemente al entrar a casa, no me sorprende que se quede hoy aquí. Seguramente es para vigilarme.

Tadaka se queda en la sala mientras Sesshōmaru me lleva a mi habitación, dejándome en el suave colchón aunque me sorprendo al ver que cierra la puerta y cruza sus brazos. Me atrapó.

-Sé que estás despierta. Te lo he dicho antes, finges fatal estar dormida-suspiró vencida y me siento de golpe en la cama. El maldito demonio tiene una sonrisa en la cara por haber descubierto mi mentira.

-Si, me lo has dicho-digo lanzandole una almohada y él la atrapa con un solo movimiento. Retiro lo dicho, lo único que me provoca este tipo es un cabreo monumental.

Decidida a seguir mi rutina normal y hacerle ver que me es indiferente, cosa que no es nada fácil, me comienzo a desvestir. Al ver como Sesshomaru aparta la mirada de mi cuerpo solamente en lencería me sorprendo.

-¿Qué sucede? Me has visto en ropa interior, incluso creo que desnuda- recuerdo esas veces cuando me bañaba en el río.

-¡Idiota! nunca te he visto desnuda-un hermoso sonrojó cubrió sus mejillas.

Acabo de descubrir algo muy interesante, parece que Sesshomaru Taisho no es inmune a mis encantos. Sherlock Holmes estaría orgulloso de mi, aunque en realidad es algo obvio. Sin ser consciente mi mirada recorre su cuerpo y noto como su miembro cobra vida. El detective al ver lo que yo veo se muestra receloso. Creo que me divertiré mucho.

-Soy un yokai en plena facultades físicas, con necesidades y con una chica en simple lencería de encaje transparente que no deja nada a la imaginación-dijo constatando un hecho, un simple hecho que expresado de esa forma parezca inocente pero lo que ocurra en esta habitación seguramente no lo es.

-Elemental mi querido Watson-digo haciendo referencia a sus libros favoritos, mientras retiro mis tacones de mis cansados pies.

Taisho parece que quiere escapar de la habitación pero él mismo la cerró, así que es una lástima está encerrado conmigo. El frío del suelo provoca un escalofrío en mi cuerpo cálido por el contacto con el suyo, así que me acerco a él lentamente.

-Dime Sherlock, qué es lo que quiero en estos instantes-digo colgando mis brazos alrededor de su cuello mientras levantó mi rostro para ver esos ojos que me atraviesan.

-Necesito más evidencias para mi deducción Kagome-definitivamente está coqueteando conmigo, mi nombre en sus labios es todo un pecado. Bien, si quiere pruebas aquí las tiene.

Me pongo en puntillas para besarlo, acariciando su sedoso cabello plateado mientras profundizó el beso entre ambos. Esto se siente muy bien, demasiado bien si me atrevo a decir y parece que Sesshōmaru  opina lo mismo. En menos de un minuto Taisho me tiene arrinconada entre él y la pared abriéndose paso a mi boca con su lengua demandante. Definitivamente esto es muy delicioso, me agarro de su espalda para mantener el escaso equilibrio que me queda. Es tan malditamente bueno en esto que no puedo evitar una punzada de celos pero ahora mismo me importa un comino.

-¿Tienes suficientes evidencias ahora Holmes?-quería que fuera una pregunta pícara y sarcástica, pero la falta del aire acompañado por el deseo que siento simplemente fue un murmullo apagado.

-Deberías detenerme, tú y yo no somos buena combinación-exactamente, él es todo lo contrario a mi. Esa es la razón por la que Rin era su opción ideal, perfecta e idónea pero no fue suficiente. No soy inocente.

-Cierto pero creo que tu cuerpo opina lo contrario-digo mientras deslizo mi mano dentro de sus pantalones y acaricio su entrepierna. Ver como intenta mantener el control es algo lindo y divertido, me encantaría reír pero eso no es posible porque yo estoy igual que él en estos instantes.

-Higurashi-dijo con la intención de que sonará una advertencia pero fue un ruego, música para mis oídos.

-Taisho-digo dándole un pequeño mordisco en el cuello para después lamerlo.

En ese instante todo cambió, el detective maniático me levantó del suelo obligándome a rodearle con mis piernas mientras él con una mano se deshacía de mi sujetador. Al verme prácticamente desnuda ante él y Sesshōmaru  completamente vestido sentí que no era justo, así que me encargué de sus pantalones de un tirón. Nunca fui amante del sexo, despues de todo solo estuve con un chico en mi vida hace unos años.

Mis dedos entrelazados se hunden en su cabello, adoro su suavidad y su hermoso color plateado. Él no pierde ni un segundo para besarme de una forma dulce y pausada los labios, desviando mi atención de lo que está haciendo.

Sus manos deambulan por el contorno de mi cintura a mis caderas, hasta encontrar la única pieza de tela que se encontraba interpuesta entre nosotros. Deslizando mis bragas por mis muslos, cayendo en el suelo totalmente expuesta para él. Mi cuerpo se mueve por si solo, arqueando mi espalda para que Sesshōmaru me tome allí mismo, contra la pared y parece que le gusta la idea. Levantándome del suelo con una agilidad impresionante, debido a su naturaleza yokai, me abre las piernas y se coloca justo en el medio rozando con su miembro mi carne húmeda ansiosa por su contacto provocando que los dos dejemos salir un gemido. Sin ningún juego previo, cosa que agradezco enormemente, me penetra de una embestida haciendo que me sienta como la mujer más feliz en estos instantes.

-No te detengas-digo aferrándome a su cuello y espalda mientras él comienza a moverse dentro de mi.

Sé que Sesshōmaru Taisho no me pertenece, en exterior sigo siendo una simple humana.

No soy perfecta, nunca lo he sido pero en sus brazos me siento como algo precioso y de gran valor. Estoy jodida, me enamoré de la persona equivocada. Sesshomaru Taisho romperá mi corazón en mil pedazos, consiguiendo que mi alma se tiña de un perfecto color negro.

Espero que les allá gustado.
Besos

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