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LOVE REALLY HURTS WITHOUT YOU

chapter one; ACCIDENTS

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     Five estaba más que exhausto.

     Las líneas en su rostro mostraban el dolor de su mente, que todos los días sufría la tragedia en la que su vida se había convertido. Su rostro se veía demasiado delgado, junto con un tono pálido que parecía casi fantasmal, mientras la inocencia, la puridad, la luz que una vez había llenado sus verdes ojos, se había disperso hasta que no quedara rastro de ella y no había dejado nada que una aburrida, casi muerta mirada.

     Unos obscuros, violetas círculos estaban pintados en la seca piel por debajo de sus ojos, las horrorosas pesadillas manteniéndolo despierto en la noche habían dejado sus marcas. Su cuerpo se había prácticamente perdido en sí mismo, consumiendo y encorvándose en una esquina, retorciendo y adelgazando durante el día.

     Algunas veces se preguntaba que había hecho para merecer una vida tan cruel.

     El familiar sonido de la gruesa puerta de metal perforó el silencio que recaía sobre el aire como fragmentos de un vidrio roto, resultando en que el joven chico se estremeciera visiblemente y que su cabeza -que descansaba sobre la fría pared- mirara hacia arriba como reflejo.  Su corazón, que había sido cicatrizado durante los años, se aceleró en su pecho, casi como si amenazara salir de sus costillas, y puro pánico y miedo recorrían sus venas.

     A través de los años, él había aprendido exactamente lo que iba a pasar cuando escuchaba el sonido de la puerta siendo abierta. Él había aprendido a temer a un simple, inofensivo ruido y no importa todas las veces que lo haya oído, siempre seguía enviandole pánico y terror.

     El mismo par de guardias entraron por allí, con sus expresiones aburridas y un monótono "levantate" salió de los labios de uno de ellos. Five sabía que no debía pasarse de listo con ellos, porque sabía que ellos no dudarían en usar sus armas si debían hacerlo. Así que se revolvió sobre sus pies con las palmas de sus manos empujandose contra la helada pared, intentando no caerse al suelo de vuelta.

     Él no dijo nada, ni siquiera parpadeó cuando las manos enguantadas se pegaron contra su brazos. Él brusco agarre seguramente iba a dejar una marca mientras prácticamente lo arrastraban fuera de la habitación.

     Agazaparse en una esquina la mayoría de los días por años le ofrecieron mucho tiempo para pensar; tiempo para ir a través de sus pensamientos uno por uno, para ir más profundo en su propia mente y la idea de encontrar una forma de escapar había estado atascada por mucho tiempo.

     Al principio, ni siquiera se había atrevido a librarse del duro agarre de los guardias, temiendo que sólo le causara problemas (algo que luego descubriría que definitivamente lo haría). Cuando cumplió doce años, empujó todos los "¿qué pasaría si... ?" al fondo de su mente y finalmente trató de escapar de las abusadoras manos de los guardias, pero no llegó muy lejos antes de que sea empujado al suelo por mucho más pesados guardias.

     A través de los años, lo había intentado muchas más veces, solo agregando más hematómas y cicatrices a su creciente colección. Esta vez no fue diferente, él no se había inventado un plan maestro para engañarlos y luego escapar. Sólo estaba tratando lo que había hecho antes; salir de sus apretados dedos y luego tratar lo más que podía para teletransportarse fuera de allí. Fácil,  ¿verdad?

     Five respiró hondo, teniendo problemas para calmar los nervios que parecían querer sacar lo mejor de él. No se permitió a sí mismo dudar de la situación o pensárselo dos veces, el chico procedió  a alzar un pie y patear la rodilla cubierta de uno de los hombres, y enviándolo al suelo con facilidad.

     Luego de infinitos intentos de huir de ese infierno, Five se había hecho bastante habilidoso en pelear. O bueno... infringiendo dolor, al menos.

     El otro guardia, que obviamente había presenciado la escena, instantáneamente liberó el antebrazo de Five y envolvió sus manos en el arma que recaía en su cinturón. El menor no le concedió  mucho más tiempo antes de que lanzará su puño contra su rostro. A pesar de que no sirvió de mucho, a causa de su tamaño y escasa cantidad de fuerza, fue lo suficiente como para distraer al guardia por unos segundos y permitirle salir corriendo por el pasillo con paredes blancas.

     Unos segundos después, él ya no estaba allí, parecía como si nunca lo hubiera estado en primer lugar, y sólo dejando la memoria de sus gritos agonizantes y de sus desgarradores llantos.

     Finalmente, luego de años atrapado en el laboratorio, años de ser oculto para el mundo exterior, llegó a ver la luz del sol. Sus pies descalzos chocaron contra el áspero pavimento, en el instante se cayó sobre él, debido a que sus piernas se habían venciendo debajo de su peso. Aunque creyó que estaba bien, porque estaba lejos del Dr. Brenner y de sus acciones egoístas.

     Él era libre.

     Five suplicaba por aire, su pecho subía y bajaba con rapidez, su espalda presionaba en contra del suelo, que excavaba duramente su piel como mil agujas todas a la vez. Un pitido sonaba en sus oídos dolorosamente, su cráneo retumbaba y el fuerte sonido de sus latidos hacía eco en sus oídos, bloqueando todo a su alrededor.

     Él sentía como si no pudiera respirar de la forma correcta, como si su vía respiratoria estuviera estancada y sus pulmones estuvieran llenos, y encima de todo eso, el frío aire recorría su piel casi desnuda.

     Mientras tanto, tres chicos, que estaban más lejos con sus bicicletas, habían estado conversando y riendo animadamente mientras se dirigían a la casa de otro amigo. El de la izquierda con despeinado, rizado cabello y una sonrisa adorable había estado jactándose sobre su gato, Mews, había encontrado un ratón temprano en la mañana, mientras los otros dos, uno, con suave, negro cabello y pecas pintadas a través de su piel pálida, y el otro con piel oscura, ojos color chocolate y cabello negro azabache. Ambos observaban al chico con disgusto.

     El de piel oscura había exclamado un "Eso es asqueroso, Dustin, cállate", su cuello girandose para ver a su amigo, y sus ojos entrecerrados levemente. El de cabello rizado, Dustin, estaba tratando de defender a su gato con lo que parecía una expresión ofendida en sus facciones aniñadas.

     El pecoso en el medio había estado callado, y sin ninguna expresión en el rostro, solo una cosa estaba en su mente y ya se había rendido en tratar de prevenir la patética conversación.

     Él también había sido el único en notar la figura pálida que había aparecido en frente de ellos de la nada, y él había sido el que exclamó un "¡Cuidado!" lo más fuerte que pudo. Sus manos apretaron rápidamente los frenos de su bicicleta para evitar golpear al chico.

     Los otros dos, dando por terminada la conversación, por suerte habían sido los suficientemente rápidos para hacer lo mismo, horror cubriendo la expresión de sus rostros.

- ¡Mierda! - exclamó Dustin, con sus ojos azules abriéndose de par en par. Se bajó de su bicicleta tomando sus rizos con sus manos-. ¡Apareció de la nada!

     Los tres pares de ojos se quedaron estancados en el jadeante chico, ninguno sabiendo que debían hacer o como reaccionar. Mientras a Dustin le daba un ataque, Lucas murmuró un "¿Pero qué mierda?" bajo su aliento, miró al castaño pensando en que era un sueño. Pero Mike se empujó a sí mismo fuera de la bicicleta y se acercó al chico con sus cejas fruncidas y sus labios rosados levemente abiertos.

     Eso no podía ser posible, todos lo sabían, pero debido a los últimos años de sus vidas, también sabían que si lo era. Eleven había sido la prueba viviente de eso.

     - ¿Qué hacemos? ¿Qué mierda hacemos, Mike?- se aceleró Dustin, acercándose al chico con puro horror en sus ojos- ¿Quién es?

     Mike se agachó al lado del chico (que acabado desmayandose debido al cansancio y problemas para respirar). No sabía cómo sentirse. Si este chico era como Eleven, entonces tal vez la conocía,  si eso era verdad, Mike no pudo evitar sentir la necesidad de proteger al chico. A pesar de no saber quién era; probablemente él había pasado por lo mismo que ella, quizás estaba igual de dañado y cicatrizado que ella.

     Al mismo tiempo, se sintió confundido al saber que ya no había personas como ellos en el laboratorio. Demasiadas emociones estaban surgiendo dentro de él, no permitiéndole enfocarse en una solución.

     Él no respondió, ni siquiera había prestado atención a la pregunta. En cambio, respiró profundamente y estiró una mano para envolverla alrededor de la muñeca del chico desconocido, sus ojos buscaron por una cosa que podía confirmar de dónde era, y cuando el "005" entró en su visión, un abogado "Mierda" escapó de sus labios.

- ¿Es del laboratorio?- cuestionó Lucas- Pensaba que nadie estaba aún allí.

     Mike separó sus labios para responder, no tuvo tiempo de formular una sola palabra antes de que un jadeo alcanzara sus oídos y que una mano se envolviera en su huesuda muñeca. Su cabeza se giró rápidamente de vuelta al chico, ojos color chocolate se posaron en asustados ojos color oliva.

     Dándose cuenta de en donde estaba, y que no estaba sólo, Five inmediatamente soltó la muñeca del pecoso, y gateó hacia atrás con rapidez. Su alarmante mirada recorrió su alrededor, solo confundiendolo aún más. Miró a los chicos en frente de él.

     - ¿Dónde estoy?- preguntó con su voz áspera y rasposa debido a que hace demasiado tiempo que no la había usado para nada más que para gritar. Estaba atonizado de que en realidad había podido escapar esta vez, no había pensado que funcionaría. Nunca lo había hecho- ¿Qué año es?

     Mike, un poco sorprendido de que el chico pudiera realizar oraciones correctas, a cambio de Eleven. Dudo al decir:

     - Hawkins, Indiana, 14 de Octubre 1984.

     La mandíbula de Five cayó en el instante, la realización de lo que había pasado golpeó su rostro como un duro ladrillo.

     - Mierda- murmuró debajo de su aliento, sus ojos verdes recorriendo el lugar una vez más, sin creer lo que había ocurrido.

     - Eres del laboratorio- Mike tomó la palabra, su oración más como un hecho que como una pregunta. Sus amigos estaban demasiado en shock como para pronunciar una palabra. Sus ojos eran algo imposible de leer, como si aún no supiera como sentirse mientras inspeccionaban al castaño cuidadosamente-. Eres el número cinco.

     Como instinto, los sucios dedos de Five se envolvieron en su otra muñeca, la muñeca que tenía tinta pintando su piel. Claramente, ellos habían visto la marca cuando estaba inconsciente, pero se preguntó como sabían lo que significaba. Sus ojos parpadearon ante los otros dos por una milésima de segundo antes de que se fijaran en los de Pecas (ya que no sabía su nombre, se le ocurrió un apodo temporal).

     - ¿Cómo sabes del laboratorio?

     - Es una larga historia- dijo Lucas, saliendo de su estado de shock, dejando salir un pesado suspiro.

     Era como estar en 1983 otra vez.











( aphroditetears )

traducir lleva más tiempo de
lo que parece 🤧🤧

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