Siéntate (Drabble)

Harry no pretendía acabar así. Es solo una maldita silla.

Excepto que-

Bree se le tiró encima al segundo de verle, envolviendo sus brazos con fuerza alrededor de su cuello y besándose en cualquier parte a la que llegara su boca: su oreja, su barbilla, su mejilla, su mandíbula.

"Joder," gime ella por una maldita silla.

Es ridículo. Harry está indefenso para hacer algo más que abrazarla de vuelta, riéndose sin aire. Era una silla jodidamente cara y, vale, la textura de terciopelo es muy agradable al pasar la mano contra ella pero está prácticamente montando su pierna, rozándose contra él mientras mueve sus manos hasta su culo.

"Las cosas que quiero hacerte en ella, Dios."

Lo que- oh.

"¿Sabes?" Empieza Bree sobre su mandíbula. "¿Te acuerdas cuando hablamos de atarte, provocarte durante horas mientras te ignoro? Quiero eso, Dios Harry, quiero eso."

Harry asiente, su pene tensándose en sus vaqueros.

Se suponía que solo era una maldita silla para su salón y ahora- vale, Dios, va a ser mucho más.

Habían hablado un poco sobre esa fantasía- no una conversación completa, pero lo suficientemente profunda como para confirmar que era algo que los dos querían en un futuro cercano teniendo en cuenta que Harry vuela a múltiples continentes en un corto periodo de tiempo. Tras los palazos, se sentaron al día siguiente para hablar de cómo creían que había ido, Bree siendo diligente en el cuidado posterior. Pasó por casi todos los aspectos, cómo se sintió cuando le dio de comer y qué significaban sus lloros y el hecho de que él no se acordaba haber tenido un orgasmo.

Harry había estado sonrojado y avergonzado todo el tiempo, hablando sobre como le puso la humillación y ser ignorado mientras Bree simplemente sonreía, acariciándole el pelo y diciéndole que eso también le puso a ella también.

"Haré una lista de todo," sugiere Bree, chupando su labio inferior. "¿Cuándo tienes un día libre?"

"Um," Harry debería chequear su calendario pero no está demasiado lleno. Tiene una reunión por Skype con Jeff en Los Angeles y en algún momento tiene que empezar a hacer las compras de Navidad, pero eso es una nimiedad comparado con Bree. Normalmente tiene los dos o tres días siguientes memorizados, pero tiene a una novia muy emocionada colgando de él y no puede pensar. "Jue-jueves, creo."

"¿En dos días? Joder, no se si puedo esperar."

Así es como Harry terminó follándola sobre el reposabrazos.

Así que, claramente esto es una inversión-

-

Harry no estaba demasiado seguro de cómo funcionaría esto, pero tenía claro que no se iba a quejar.

Se despertó con una mamada, tan cerca de correrse que arqueó su espalda y hundió sus talones en la cama mientras Bree le chupaba, lo mantenía bien húmedo y lamía el líquido preseminal de su pene.

Harry ni siquiera sabe qué hora es- no tuvo tiempo de mirar el reloj antes de que le dijeran que pusiera sus manos detrás de su cabeza y se quedara quieto. "Bree," gimotea, elevando sus pies en la cama porque no puede sujetar su cabeza. Está cerca, no esperaba esa atención tan pronto. Pensó que ella lo retrasaría, le provocaría todo día y luego jugaría con él toda la noche.

Ni siquiera pudo dormir con la distancia que había puedo ella entre los dos en la cama, diciéndole que mañana sería un gran día y que debería descansar.

"Cerca," lloriquea, apretando sus manos en puños y mordiendo su labio interior. Ella conoce su cuerpo tan bien que Harry no se queja, solo sigue respirando con fuerza mientras ella se la chupa y oh, no-no-no-no. "Por favor," gimotea cuando Bree le deja.

"Diciendo por favor no vas a conseguir nada," le dice Bree.

Harry se desmoraliza, separa sus piernas cuando Bree se sienta, pasando sus uñas por el interior de sus muslos. "Tengo que hacer algunos recados antes de que empecemos, ¿está bien, cariño?"

"Claro."

Bree resplandece, se incorpora para besarla en los labios. Ella lleva una de sus camisetas negras, el cuello suelto muestra su clavícula. "Se un buen chico ¿vale? Hazte algo para comer y dúchate. Estaré de vuelta en una hora o así."

"Vale," Sonríe Harry. Puede ducharse. Seguro que puede ducharse y hacer comida. Lo tiene controlado.

Y así empieza su día, duchándose primero, limpiando su piel con su champú de fresa y gel de vainilla que ella compró. Se toma su tiempo limpiándose, quedándose bajo el agua tanto tiempo que sus dedos se arrugan. Se peina antes de secarse- sabe que a Bree le gusta cuando está suave. Después de eso, come una tostada de aguacate y huevo; no es capaz de comer mucho por la manera en la que su rodilla se mueve con ansia.

Ha pasado un ahora... luego otros quince minutos y ella sigue sin estar en casa. No se molesta en mandarle un mensaje porque podría estar en casa en cualquier minuto así que va a jugar con Milo. Lo ha acomodado en una de sus habitaciones de invitados, su habitación favorita de la casa. La primera noche que Bree lo trajo. 'Porque es conveniente, Harry'- habían colocado todo en el salón y en la cocina. Cuando se despertaron, el gato estaba acurrucado en la habitación de invitado del primer piso. Ahora come y duerme ahí, todos sus juguetes y rascadores están ahí también.

"Ey colega," dice, aupando al gatito en sus brazos. Es tan suave que esa cosita es el mimoso purrfecto, piensa Harry con una risita. Milo ronronea en sus brazos, enterrando su cabeza en la axila desnuda de Harry. "Hey pequeño, ¿por qué tarda tanto tu mami?" Rasca detrás de las orejas de Milo, le tienta con un cascabel de un lazo delante de él durante un rato y luego finalmente se tumba boca abajo y deja que Milo pasee a su alrededor.

Bree lo encuentra así, dormido con el gato durmiendo en la parte baja de su espalda. Él se despierta con ruiditos, sus dedos enredándose en las puntas de su pelo.

"Buenos días guapo," se ríe ella besando su mejilla.

"¿Qué hora es?"

"La una y media, sácatela."

"¿Qué?" Harry parpadea, gira sobre su espalda antes de sentir las uñitas de Milo hundirse en su espalda. Bree le aparta el animal, llevándole a la cama antes de mirar expectante a Harry.

Y vale, es un tío- es un tío joven, en forma y ágil; se puede levantar con bastante rapidez, pero se acaba de despertar y Bree le está mirando con indiferencia. Tras un momento de ligera confusión, pone los ojos en blanco, toma la mano de él en la silla y le levanta, irguiéndose en sus torpes pies.

"Tenemos que trabajar en eso, vamos."

-

Bree tiene una gran bolsa de regalo verde brillante apoyada en el sofá. Ha recolocado algunos de sus muebles para que la nueva silla mire directamente a la televisión.

"Tuve que ir a casa a por algunos juguetes pero quiero hablar contigo primero, ¿vale?"

Harry asiente, la duda ya se arremolina en su estómago.

Desea mucho esto. Ha estado pensando en esto los dos últimos días y si ella le dice que no está de humor puede que llore.

"Bueno, seguimos con las palabras de seguridad ¿vale? Te las preguntaré mucho porque va a ser una gran noche para nosotros ¿vale?"

"Mhmm," asiente Harry, buscando su mano, la que toma ella con una sonrisa.

"Y si algo está demasiado apretado, demasiado fuerte o no te gusta tienes que decírmelo ¿vale?"

"Por supuesto."

"Bien," Bree se inclina hacia delante, le besa en los labios. Se siente muy bien, ya se está poniendo duro, curva sus pies con emoción. "¿Quieres seda o cuerda?" pregunta ella, inclinándose a la bolsa y sacando una de cada. La cuerda no parece una estándar, es blanca desteñida y suave, no tiene los hilillos de cuerda que pueden clavarse en su piel. Por otra parte, la seda parece muy suave.

"Seda por favor."

"Bien, ya estás siendo muy bueno, usando tus modales como sabes que me gusta."

Harry asiente inclinándose hacia delante pero Bree le corta con una mano en su pecho.

"Nada de besos hasta que yo lo diga, ¿vale bebé?" Bree pasa un pulgar por uno de sus pezones, lo retuerce antes de pasar sus dedos por el área de vello de su pecho. "Esto va a ser muy divertido, te va a encantar, lo prometo."

"Ya me encanta."

"Eso ya lo veremos más tarde" se ríe ella, sacando de la bolsa un par de condones. Apoya un pequeño vibrador cilíndrico junto con el familiar anillo para el pene con el que juegan. "No puedo atarte a los reposabrazos de la silla así que vamos a atarte las manos detrás de tu espalda y una más alrededor de tu pecho, ¿vale? Para que estés cómodo."

Si, a Harry le gusta como suena.

"Bien, bésame ahora porque no vas a hacerlo por un tiempo."

"Bree," a Harry no le gusta como suena eso.

"Puedes besarme ahora," dice señalándole, enfadada, "o puedes no besarme durante el resto de la noche. Esta es la última decisión que vas a tomar, Harry."

Se mueve hacia delante tan rápido que pierde el equilibrio, besando su nariz en lugar de sus labios. Se congela, cree que ha fastidiado todo el ambiente hasta que ella toma su cara con sus manos y le besa. Es suave, gentil. Abre su boca lentamente, lamiéndole antes de chupar su lengua. Se aparta con un ruido, Harry está indefenso para hacer otra cosa que no sea sonreír.

"Buen chico," sonríe. "Bájate los pantalones y gírate. Voy a atarte."

Lo dice más para ella misma y Harry se pone de pie, obediente, determinado, excitado- está listo.

-

En retrospectiva la verdad es que no estaba listo.

Del todo.

Ella le ha atado- de las piernas a los pies y sus brazos doblados tras su espalda, la cuerda de seda alrededor de su pecho arqueando su espalda. Es un quemazón tan delicioso que se contonea contra él, siente como sus hombros se están tensando con la restricción. Sus piernas están separadas pero lleva los pantalones puestos, sin estar completamente expuesto, pero casi. Bree sacó su pene, solo la cabeza sobresaliendo de la parte superior de sus calzoncillos para que pueda sentir el aire frío de la habitación.

"Muy bien cariño," dice risueña hasta que su cara se contrae. Harry sabe que es una farsa pero quiere seguirle el juego, quiere ser un buen chico. "Oh no, he olvidado que tengo trabajo," anuncia ella, su cara cambiando de tristeza fingida a indiferencia.

"Bree," gimotea él desesperado.

Ella sabía que diría algo porque sus labios se curvan en una sonrisa antes de recomponerse. "Vale Harry, supongo que no puedo dejarte aquí tan solo. Encenderé la tele. ¿Cómo suena eso?"

Bree se está moviendo demasiado rápido para que él responda, agarrando el mando a distancia y encendiendo la televisión.

Pero no es un programa. Es ¿un video casero?

Todo lo que puede ver es un estómago y unas braguitas de seda y hay un lunar en la cadera izquierda- vale, bien- si, definitivamente es Bree.

"Volveré pronto, disfruta cariño."

Y luego ella se va y la Bree de la cámara se echa hacia atrás, inclinándose para guiñar un ojo a la cámara, las tetas fuera por el ángulo en el que está doblada. Luego salta, girándose y saltando hacia la cama. Bota una vez, dos hasta que gira y separa inmediatamente sus piernas. Lleva el conjunto de lencería que él le compró en la primera parte del tour.

Le queda increíble- se había olvidado de que lo tenía, pero claramente ella no.

Esto debe ser antiguo, sobre cuando se lo dio porque Harry se da cuenta de que tiene la lámpara vieja al lado de su cama, no la dorada y bonita que tiene ahora. Jesús, tiene que poner en orden sus prioridades. Esto tiene pinta de ser ella masturbándose y él está mirando el mobiliario, por el amor de Dios.

Cuando ella empieza a gemir, no tiene que hacer esfuerzo para oírlo. Está pasando sus manos arriba y abajo por su cuerpo, tocando s pecho, su estómago, el interior de sus muslos. Se está provocando de la manera que suele hacer con Harry, con cuidado, evitando la entrepierna.

Está espectacular así- en versión grande en su televisión HD, más clara que el agua en su casa. Le sorprende que Bree haya grabado esto intencionalmente. Si era para mostrárselo a él o no es desconocido para él pero no importa, le está dejando verlo ahora.

En la pantalla, Bree se toca finalmente, la cámara está a algo de distancia pero sabe por su cara que tiene metido un dedo. Empieza a retorcerse, haciendo esos sonidos al respirar que la cámara capta. No sabe qué tipo de cámara es porque tiene una calidad demasiado alta para ser un móvil. ¿Quizás se ha comprado uno nuevo?

Jesús Harry, concéntrate.

Su novia está follándose literalmente con dos dedos justo delante de él y se está desviando por el equipo de grabación.

El pecho de Bree pesa con cada respiración hasta que dobla las rodillas y las separa. Sus dedos se retiran, su brazo extendiéndose hacia un lado en busca de algo. Harry toma una respiración profunda e intenta inclinarse hacia delante, la seda se clava en su pecho y le echa hacia atrás, sus puños se hunden en la parte baja de su espalda. Harry echa un vistazo a su regazo, su polla está roja, engordando mientras Bree se vuelve más ruidosa, intentando claramente montar un espectáculo mientras vuelve a hacerse dedos. Su otra mano está en su muslo, pellizcando y retorciendo la piel como si Harry estuviera ahí mismo, mordiendo la piel.

"Harry," la Bree de la pantalla gimotea y Harry cree que es su mente jugándole trucos hasta que lo susurra otra vez, esta vez más alto. Detiene sus movimientos, tomándose unos segundos para recomponerse y respirar y Harry hace lo mismo, copiando subconscientemente su ritmo al respirar.

El resto del video pasa con agonía- Bree agarra un vibrador que él nunca ha visto y se folla con él, arqueando su espalda y gritando su nombre. Puede oír la vibración dentro de ella, oír cómo su respiración se corta cuando cambia de postura para ponerse de lado, abriendo las piernas para que la cámara capte el mejor ángulo del juguete trabajándola.

"Joder," maldice Harry, intentando mover las caderas en vano. No puede incorporarse, solo puede mover las rodillas pero eso no hace nada. No libera las amarras ni permite ninguna liberación de su dolorida polla.

Harry la ha visto volverse loca muchas veces- quizás hasta cientos- y la mayoría de veces se mantiene tranquila, sonriendo o riendo mientras se corre, completamente feliz.

Pero esto...

Bree parece casi tan perdida en ello como suele estarlo Harry- es glorioso.

Mueve las caderas hacia delante, metiendo el vibrador en ella hasta que se corre con un grito. "¡Harry!"

Con toda sinceridad, Harry no pensó que estaría tan depravado como lo está.

Su pelo se está pegando a su frente y a su nuca y su pecho y abdominales están cubiertos de una capa de sudor. La parte de atrás de sus rodillas se sienten sudadas y sus muñecas duelen porque ha estado tirando de ellas sin darse cuenta.

"Bree," murmura, sintiendo dolor en su garganta, "¡Bree!" Llama con más urgencia porque tiene que verla, tiene que hacerlo.

No mira alrededor- sabe que probablemente no debería y definitivamente no quiere hacerlo. Solo tiene que verla.

"¿Si?" Pregunta Bree y es real y está presente y sus manos descansan en sus hombros antes de que él diga algo. "Oh," dice ella y Harry gira la cabeza para mirarla, "¿entonces te gustó?"

Harry tararea, asiente con la cabeza rápidamente e intenta acariciar su estómago con su nariz. "Estás todo sudado bebé, parece como si fueras al que están follando."

"Follando," Harry coincide. Está como loco y ella apenas le ha tocado.

"¿Puedo atarte el pelo?" Con el asentimiento de Harry, ella empieza a echarlo hacia atrás, peinando su pelo con sus dedos. Tira de él, con mucha más fuerza de la necesaria. Él inclina su cabeza hacia atrás solo para que ella diga firmemente, "quédate quieto."

"Estás precioso Harry. Estás muy duro para mí," admira, sus manos bajando por su torso, todo lo que puede llegar con el respaldo de la silla por el camino. "¿Te gustó el video?"

"Ngh," es la patética respuesta que él tiene para ella. Pero sus ojos están cerrados y su pene gotea y ella está usando su voz sedosa.

"Hazlo mejor," le anima.

"Si, si. Estuvo bien Bree."

"Cálmate cariño, respira hondo para mi."

"Bree," dice otra vez en lugar de respirar. Porque no puede, quiere verla- necesita verla primero.

"¿Te ayudaría si respiro contigo? Me encanta lo afectado que estás, menudo alago."

Se coloca en un ángulo de visión, arrodillándose entre sus piernas. No dice nada, solo sonríe y Harry sonríe de vuelta. Hasta que-

Lleva un corset y el corazón de Harry se hincha. Es precioso, ahueca sus tetas perfectamente y es transparente así que puede ver sus pezones y están duros y Bree va a ser, literalmente, su muerte. Va a morir en el pre-coito, ni siquiera en la agonía de la pasión como la mayoría de hombres con un pie en la tumba.

Sus atención vuelve a Bree cuando ella hunde sus uñas en su muslo. "Respira Harry, va a ser una noche larga."

Apenas ha pasado una hora y ya lo está siendo. Sigue siendo de día por el amor de Dios. "¿Necesitas más tiempo? ¿Debería irme otra vez hasta que te calmes?" Su tono es más duro, más demandante y menos comprensivo.

Harry niega con la cabeza, el pánico le atraviesa.

"Se un buen chico y respira."

Lo hace, tan rápido que se atraganta. Mira a Bree con los ojos abiertos mientras tose y tiene dificultades, solo para ver que parece irritada, molesta. Oh no.

"Perdón," dice con los ojos húmedos.

Es ignorado.

Consigue calmarse, pero no mucho. Bree está trazando patrones en su piel, rozando el pelo de sus piernas mientras él se retuerce. Puede sentir sus pies sudando contra el suelo de madera, cuando los flexiona la seda se aprieta alrededor de sus tobillos. Le encanta estar atado, deberían hacer esto más a menudo.

"¿Qué dirías," empieza Bree, sus dedos serpenteando hacia su bulto, "si te dejo aquí mientras salgo?"

"No," protesta Harry.

"No había acabado, no me interrumpas." Harry se tensa. "Dime tu color."

"Verde," dice Harry sin dudar.

"¿Verde en serio? No me mientas. ¿Quieres amarillo?"

Harry niega con la cabeza. "No, verde. Muy verde, me gusta."

"Vale," Harry nota que no dijo 'bien' como normalmente hace cuando él le dice su color. "No me iré cariño, ¿vale? ¿Eso te hace sentir mejor?"

Harry asiente, muy contento con eso. "Bien. Ahora-" se sienta de nuevo, su pecho sobresale y los ojos de Harry caen hacia ellos. Le encanta la visión desde este ángulo, le encanta verla desde cualquier ángulo realmente.

Esbeltos dedos bajan sus pantalones, lo suficiente para que su polla salte libre. Duele, la manera en la que su pene se mece en el aire sin estar más restringida por la tela negra. Harry observa a Bree, cambiando su mirada a su cara. Parece calmada, segura mientras se mueve para inclinarse hacia él. Su visión de llena de su pecho, luego el cuello, luego su pelo largo mientras ellas guía su boca a su oreja.

"No tienes ni idea de lo guapo que estás cariño, lo mojada que me pones solo con mirarte." Harry gimotea, luchando por liberarse. Quiere tocar su cuerpo, el encaje que cubre su cuerpo parece increíble y quiere tocarlo. Quiere hacerla sentir bien, siempre quiere.

"¿Te gustó el video?" Pregunta, mordisqueando su oreja antes de pasar sus labios hacia su pecho, por sus pectorales. "¿Es tu silencio un no?"

"No," Chilla Harry.

"¿No?"

"Si, me encantó. Bree, por favor."

"Pero no me has dado las gracias," señala ella.

"Gracias, Gracias Bree. Bree, por favor."

"Shh," le calla Bree, curvándose para besar su torso. "Dime la norma que tenemos para tu anillo para el pene Harry."

"Ahora veinte minutos," se pavonea. A Harry le gusta pensar que eso es un logro. Veinte minutos en lugar de los quince con los que empezaron.

"Buen chico, ¿crees que puedes durar tanto? Si te lo pongo y te chupo."

"Bree,"

"Eso no es una respuesta."

"Por favor, por favor, tócame Bree." Jadea Harry cuando ella coloca una mano a su alrededor. Es un poco seco, pero después de que ella esparza su líquido preseminal, humedeciendo su pene para masturbarle, se derrite en la silla. Se siente tan bien tener algo de atención en esa área que casi te grita que pare. Solo para darse cuenta de que tiene el anillo y- se siente muy bien. Muy, muy bien. Está muy contento de que estén jugando.

"¿Bien?" Harry asiente, los ojos cerrados mientras él aprieta y le acaricia. "Dímelo cuando estés cerca, todas las veces, ¿vale?"

Bree tararea cuando le chupa, una sorpresa bienvenida por parte de Harry. Ya está muy excitado, sigue reproduciendo la imagen de Bree chillando su nombre mientras se folla. Era abrumador que ella le tocara y ahora su boca está sobre él, el anillo tenso alrededor de su base.

No toquetea sus testículos como normalmente pero está pasando sus manos por su cuerpo, apretando sus pezones y acariciando sus pectorales. Está encima de él y Harry está atrapado en una maldita silla- le encanta su vida.

Se siente muy bien, tener tanta atención hacia él. Es su chica favorita, hace cualquier cosa que puede para cuidarle. Quiere agradecérselo- no, quiere besarla.

"Bree," gime retorciéndose en la silla. Ha descubierto que puede retorcer la parte baja de su cuerpo. "Bree," más urgente.

Bree se aparta lanzándole a Madre de las Miradas. "¿Qué, Harry?" Pregunta irritada. Hay saliva en su barbilla y sus ojos están lanzando dagas.

Tiene ganas de chillar en su garganta cuando ella pellizca el interior de sus muslos, el moratón que dejó ahí hace dos noches está casi desvanecido. "Dios, nunca te callas. Debería amordazarte la próxima vez." Harry chirría por eso. Si, definitivamente debería.

Vuelve al trabajo, metiendo más y más de su polla en su boca hasta que su nariz toca los espesos vellos de ahí. Todo lo que él puede ver es su coronilla, el movimiento cuando se aparta para respirar solo para volvérsela a chupar. Él sigue siendo ruidoso, su respiración dificultosa mezclada con jadeos de su nombre.

"Cerca," gimotea, luchando por quedarse quieto, esperando por la dulce libración de su orgasmo. Excepto que no se corre, ella se aparta una última vez. Frota el dorsal de su mano contra su boca, los ojos aguados y las mejillas sonrosadas.

"No," llora.

Bree besa su mejilla, cambiando de dirección cuando él intenta colocar sus labios sobre los de ella. Estar sin besarse es un pensamiento constante.

"Un chico muy bueno para mi, ¿quieres otro espectáculo?" Harry asiente, sin saber muy bien qué significa eso, pero luego ella se aparta de su espacio y sus labios pierden el contacto. Sigue procesando las palabras, una neblina en el cerebro de Harry. Se siente aletargado, como si acabara de hacer tres conciertos y alguien le hubiera despertado de la siesta.

Pero sin embargo, procesa que Bree separa sus piernas e introduce el vibrador. "Me preparé mientras estabas viendo el video," confiesa. "Pensé en lo que hubieras echo si te lo hubiera enviado como planeé. Te tocarías ¿no? Tu polla siempre se humedece, me encanta."

Como en el video, Bree no pierde el tiempo en rodar sus caderas, trabajar su cuerpo como al juguete. Las manos de Harry se aprietan, sus pies se flexionan porque no puede moverse- está indefenso, salvo para mirar.

"Se que a ti también te encanta, cuando te toco, te provoco un poco. Pero voy a provocarte muchísimo." Sus ojos se cierran aunque Harry se siente muy conectado a ella. "Me deseas ¿no? Quieres que te monte pero no quepo en la silla- una mala planificación por tu parte," le regaña.

La silla es una sucia traidora, Harry piensa instantáneamente en comprar una más grande aunque se ha atado bastante a ella- atado- Harry se ríe.

Los ojos de Bree se abren de golpe. "¿Qué es tan divertido?" Pregunta, veneno en su tono.

"Um," Los ojos de Harry viran a su clítoris. "Es solo, yo," balbucea antes de negar con la cabeza.

"¿No quieres decírmelo?" Pregunta volviendo a su dulce voz de gatita. Quita el vibrador, sujetándolo delicadamente mientras sigue vibrando. "Supongo que tendré que sacártelo ¿eh?"

Harry está asombrado, no esperaba que ella volviera a provocarle, pero es exactamente lo que está haciendo. Pasa el costado del vibrador por la parte inferior de su polla y él salta. Es muy poderoso, nunca se imaginaría algo dentro de él. Pero se siente bien en su pene, pasando por su estómago y oh no, oh Dios.

Tan pronto como conecta con su pezón, siente lo mojado que está- mojado de ella.

"Bree," está temblando de lo quieto que está intentando estar, se siente desesperado para que ella lo elogie otra vez, no quiere que ella le mire así.

"No es divertido, ¿no?" pregunta y Harry niega con la cabeza. Está malditamente sensible y se siente como el mejor de los dolores, justo el otro lado del placer. "Me mojas mucho, no tienes ni idea de lo mojada que me pones solo con mirarte. Incluso cuando tengo que buscarte por el puto Google, te juro que me podría correr solo con mirarte los hoyuelos."

Nunca hubiera pensado que Bree hacía eso- nunca asumió que Bree le buscara, pero el pensamiento le pone. Ni siquiera quiere saber qué fotos han aparecido, la mayoría vergonzosas. Aunque claramente le pone pensar que en ello si la manera en la que su pene se sacude da alguna evidencia.

"Por favor," gime, cerrando sus ojos cuando la boca de ella se junta con su otro pezón.

Ella lo mordisquea, lo muerde antes de hacer un chupetón en el centro de su pecho. Él se está retorciendo y suda incluso más de lo que hacía antes. Su pene nunca había estado tan duro y ni siquiera puede correrse- la presencia del anillo se hace presente constantemente. "Cerca, Bree, por favor," cree que esta vez ella le dejará correrse. Ella mantiene sus labios ahí, su mano bajando por su muslo hasta-

"Vuelvo ahora, ¿vale?" Dice y Harry niega con la cabeza, no puede pensar joder, estaba muy cerca. "Vuelvo ahora, te lo prometo. ¿Cuál es tu color?"

"Verde," dice Harry con un puchero.

El silencio es un gran contraste con los sonidos de su respiración.

De todos modos, se toma un momento para tranquilizarse, mira al anillo y la seda clavándose en su pecho. Si no estuviera tan tenso quizás no se sentiría tan aprisionado, pero le gusta. Mueve sus dedos, la molestia nace de sus hombros como un dolor placentero.

Cuando Bree vuelve le asusta. Toca su hombro y él se sobresalta, el orgasmo que estaba tan cerca se ha desvanecido. "Te traje un poco de agua," murmura, moviendo la pajita en su dirección.

El traga agradecido aunque no tan rápido como le gustaría. Estar hinchado sería lo peor ahora que está desnudo. "¿Cómo te sientes?" Pregunta ella.

"Bien," sonríe.

"Bien," ella asiente, "¿Quieres correrte?" Con su ansioso asentimiento ella se ríe, "no va a pasar."

Ella sigue detrás de él así que no pueda verla, pero aprecia su presencia. "Tengo un poco de hambre, puede que coja algo para comer."

Lo que no suena como lo peor del mundo, excepto por el hecho de que vuelve con un polo helado. Es Noviembre y ella está comiendo un polo helado; Harry no tenía ni idea de que tenía eso en la nevera. Pero aparta ese pensamiento porque ella empieza a chuparlo como si fuera una polla y Harry debería haber pensado en la connotación fálica antes de nada.

Quizás si no estuviera atado a la silla, dolorosamente duro con un anillo alrededor de su pene, se hubiera reído de ello, gimotear por lo mala que está siendo solo para tener un beso frío de vuelta. Afortunadamente no están en esa situación, están en esta y ella mantiene su mirada mientras da pequeños lametones inocentes en la punta.

"Está frío," comenta, sacándolo de sus labios. Están rojos. "¿Quieres sentirlo?" En su neblina, Harry confunde sentir con probar, asintiendo con la cabeza.

Se sobresalta cuando ella lame su polla, aunque esa es su intención. Entonces ella alterna, chupando el polo antes de chupar su pene. Es tan erótico que no puede mirar al otro lado, tan asombrado por las ideas que tiene su chica.

Bree pasa los últimos minutos chupando el polo helado, una mirada serena en su cara mientras sus mejillas de hunden y sus pestañas aletean. Harry nunca había estado celoso de un postre helado, pero algo desagradable se retuerce en su estómago.

"Bree," lloriquea por enésima vez.

"¿Qué quieres bebé?" pregunta, gateando de vuelta a él desde donde ha colocado al palo limpio en la mesa. "¿Quieres quitarte el anillo? ¿Crees que has tenido suficiente?"

Harry asiente, Dios si, lo quiere fuera. Quiere correrse tanto que podría llorar, está bastante seguro de que ella va a hacerle trabajar por ello como siempre hace, que le pondrá un condón y luego se tumbará boca arriba dejándole rozarse contra ella como un quinceañero cachondo hasta que dispare su semen.

"Mmm, no creo, creo que puedes durar un poco más," decide ella besando el interior de su muslo. Muerde la carne sin delicadeza.

"No, no puedo Bree, no puedo," balbucea negando con la cabeza. Está sudando como si estuviera en una sauna. Sus muslos están ardiendo y sus bíceps queman cuando se remueve.

"Puedes y lo harás Harry, aprende autocontrol por el amor de Dios."

Harry hace un puchero, no puede evitar tener un berrinche de decepción.

"¿Si te suelto te vas a comportar?" Pregunta, buscando las restricciones de sus tobillos.

Él asiente, siempre ansioso por esto.

Es extraño que le desate. Hace que se eche hacia delante para deshacer sus manos y luego hace que flexione y sacuda sus extremidades. Bree quita el anillo para el pene y le dice que no se corra en un tono que le hace sonrojarse.

Él se apoya en ella cuando le mueve a la alfombra afelpada- se ríe mentalmente, no va a cometer el error de reírse en alto de nuevo. Cuando está finalmente boca arriba, Bree se sienta a ahorcajadas en él, haciendo un trabajo rápido en hundirse en él una vez está puedo el condón. "Dios, nunca voy a acostumbrarme a lo grande que eres," jadea, rozándose en su regazo.

Encontrando apoyo en su pecho, agarra los músculos doloridos para ayudarse. A Harry le encantan sus dedos hincándose en su pectorales, dejando medias lunas que se quedarán ahí unas cuantas horas con suerte.

"Dime cuando estés cerca" instruye, sus tetas botando en el sujetador. Él se toma el tiempo para admirar completamente su conjunto, cada uno de sus outfits cuidadosamente elegidos según su humor. No le gusta llevar blanco a no ser que esté morena y su favorito es rojo o negro. Le gusta el verde cuando se siente juguetona y morado cuando se siente implacable.

Ahora lleva morado.

"Bree," murmura, cerca, pero como cerca de orgasmo. Ha estado a punto durante siglos, en el borde como ella lo había llamado y aunque le encanta, solo quiere correrse. "Bree."

"Todavía no," sisea moviendo sus caderas adelante y atrás más rápido que antes.

"No puedo," gimotea más alto.

"Dije que no," puntualiza, elevándose para rozarse. Está indecente y sudado- la ducha que se tomó antes ya no sirve.

"Necesito, tengo que, Bree, Bree. Por favor, tengo que- por favor," llora, las lágrimas formándose en sus ojos y sabe que definitivamente tiene algunas en sus mejillas.

"No termines hasta que me corra, ¿te parece que estoy cerca?" Harry abre los ojos. Lo parece, pero no va a decirlo. Sus mejillas están sonrosadas y también su pecho. Sus ojos están un poco vidriosos y está jadeando mientras se mueve a un ritmo irregular.

Los brazos de Harry están muertos a cada costado, pesado y doloridos y él solo quiere tumbarse y recibirlo, correrse y luego que le mimen. Esa no es una opción realmente hasta que ella termine, así que con toda la energía que puede reunir, lame su pulgar y pone presión en su clítoris.

La mejor parte de que Bree le monte es que él no tiene que hacer nada, concentrarse en su clítoris es todo el trabajo que tiene que hacer. Se rompe como sabía que iba a hacer, tomando una gran bocanada de aire antes de colapsar encima de él , sus manos a cada lado de su cabeza.

"Dios, Dios, Dios, Harry joder. Joder eres muy bueno, un niño muy bueno," le elogia, besando la piel tras su oreja mientras le monta. "Siempre," suelta un suspiro, retorciéndose en sus brazos, "joder siempre eres muy bueno para mi, ¿no?"

Con el asentimiento de Harry, ella tiembla por su orgasmo, intentando mover sus caderas en vano, para seguir rozándose. Se contrae a su alrededor y requiere todo el autocontrol de Harry no correrse. Cierra sus ojos con fuerza, pone la mente en blanco pero el calor abrumador y la presión y-joder.

Con un jadeo, Bree le besa, la primera vez en toda la noche y Harry chupa su lengua. "Puedes correrte ahora, vamos cariño, te lo mereces, has estado muy bien, siempre muy bueno." Murmura.

Su beso es húmedo, descuidado pero nada importa mientras Harry llora, corriéndose en densos chorros en el condón. Es lo más fuerte que se ha corrido- Jesús, probablemente en la vida y hace que tiemble como una hoja después.

Lo ve todo borroso mientras Bree le quita el condón, colocándolo en algún lugar del suelo de madera antes de envolver con fuerza sus brazos a su alrededor. No deja de besar su cara, las lágrimas saladas que han corrido por sus mejillas. Tampoco deja de felicitarle, no comenta que debería hacer pis.

"Me haces muy feliz. Tengo mucha suerte de tenerte, eres muy bueno, siempre muy bueno. Te qui-" se corta, sin estar lista para decir lo que iba a hacer.

Harry lo pilla.

Podría regañarla por eso, o decirlo completo porque definitivamente lo siente, pero no quiere arruinar el momento. Con miedo de que si va y lo dice, ella puede atribuirlo al subidón post coital.

En su lugar, se gira en sus brazos y besa sus labios y susurra "Yo también."

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