Pedazo de inocencia perdido (I)
Harry está luchando por respirar cuando ocurre.
Acaba de tener un orgasmo muy satisfactorio y ahora está bajando al pilón de Bree como pago.
Se siente un poco mareado, demasiado abrumado con la necesidad de que ella termine para sentir adecuadamente lo fuerte que se ha corrido. Sus oídos rujen mientras la lame, el sabor a látex y lubricante arrollando el sabor de ella. Pero está bien, él ya se ha corrido y esto es lo menos que puede hacer. No es que no le encante, porque lo hace, le encanta cómo ella se retuerce y tira de su pelo, le dice lo bien que se siente. Ni siquiera están jugando y él se siente loco.
Bree tira de su pelo, tres duros tirones en la base de su cuello, lo que él sabe que significa que ella quiere un beso.
No le da uno todavía, pasa sus labios por su cuerpo, sobre su ombligo y deteniéndose para dar golpecitos en su pezón con su lengua.
"Jesús, H," dice ella y Harry la mira. Ella le está mirando con papada y si él no estuviera tan contento, probablemente se reiría de ella. Así que solo sonríe, pasando sus labios a su clavícula para chupar una marca ahí.
"Mmmm," gime él cuando ella eleva sus caderas para rozarse contra su muslo. Su pene se sacude con interés, no puede evitarlo joder, está preciosa así y él no puede tener suficiente. Sigue intentando regular su respiración, pero cree que definitivamente iría por otra ronda.
Con una profunda inhalación hace otro chupetón en la base de su garganta. No va a verla en dos semanas, tiene que mantener esto. "Dame diez minutos, puedo hacerlo otra vez," murmura y-
"Dios, te quiero Harry," susurra, como si fuera un secreto que no quería revelar todavía.
Harry se aparta tan rápido que casi se marea. Puede sentir lo abiertos que están sus ojos, cómo su boca se parte un poco mientras la mira. Ella parece aterrorizada.
-
ANTES
Harry lleva en la fiesta una hora para cuando está borracho.
Lleva su nuevo jersey negro y un pañuelo suave de calaveras enrollado alrededor de la cabeza. Ha estado con Ed durante la mayoría de la noche, bebiendo daiquiris de fresa de los que se ríe Ed, pero él se lo está pasando bien.
"Tenemos que quedar antes de que te vayas," balbucea Ed en su oído. Tiene un brazo colgado alrededor de los hombros de Harry y otro golpeando su pecho.
"Si," asiente Harry, bebe el espumoso ponche rosa hasta que hace un horrible sonido al sorber.
Harry chupa más fuerte la pajita, haciendo un puchero cuando nada excepto gotas de bebida salen. "Voy a por otro." Harry no puede evitar asentir como un muñeco cabezón. Mueve la cabeza mientras camina hacia el bar, sonriendo a Liam cuando ve la manera en la que está aferrado a Sophia.
"Por favor, ¿me das un..." Harry mira fijamente al menú. No puede leer los pequeños ingredientes escritos bajo los nombres en negrita pero... el Sol de limón suena bien. Está a punto de abrir su boca cuando alguien avanza furtivamente a su lado, inclinándose en la barra para que el camarero tome tu pedido.
No puede oír lo que dicen, no sobre el ruido de la música retumbando en la habitación, así que solo mira a la parte de atrás de la cabeza de la mujer. Su pelo está semirecogido, rizado con demasiado cuidado como para ser natural. Él sigue la longitud de su pelo hacia el vestido azul que lleva bajo su chaqueta de cuero. Tiene botas negras con un pequeño tacón y él estima que serán cuatro, quizás seis centímetros de alto y luego- sus ojos vuelven a su culo.
Él solo- él solo lo mira. La tela azul parece estirada como si se expandiera con la amplitud de sus caderas. No es grande o escandalosamente redondo, aunque es bonito y sus caderas parecen de un tamaño excelente para cubrir con sus manos.
"¿Te importa?" Una voz suena y los ojos de Harry vuelven inmediatamente a los suyos.
"Um," empieza él, pero la chica misteriosa pone los ojos en blanco agarrando su botella de cerveza y dando fuertes pisotadas antes de que él pueda siquiera murmurar una disculpa.
No fue capaz de retener mucho de ella con la manera en la que prácticamente vuela de su línea de visión. Recuerda ojos marrones volviéndose una franja y una boca con pintalabios rosa oscuro frunciéndose.
Desde entonces, pasa el resto de la noche loco por ella.
Bebe agua durante el resto de la noche, cuando baila con Sam, cuando traza los tatuajes de Tom y cuando es llevado a una esquina de gente con Ed. Se están riendo con una de las invitadas de Louise, una mujer mayor con el pelo trenzado cuando la ve.
La del bar. La que le regañó por mirarle el culo.
Tiene la abrumadora necesidad de acercarse a ella, presentarse y decirle que no es ningún tipo de fisgón pervertido. Así que da golpecitos en el hombro de Ed, le dice que no se vaya sin él mientras camina hacia ella con ansia, Ed silba ofensivamente de fondo.
Tiene un plan, ¿vale? Está decidido a no joder esto. La chica es preciosa y parece divertida e incluso si solo flirtean un poco, puede que incluso se enrollen un rato, consideraría que la noche es una victoria. Solo tiene que ser encantador, dejar fluir al Harry Styles que todos esperan que sea- el que puede ser si solo actúa de la manera correcta.
Harry mira su cara mientras sigue su camino a través de la habitación, viendo el momento exacto en el que ella le ve. Toda su cabeza se gira, llena de curiosidad antes de que se disipe con decepción. Bien, entonces ella le recuerda.
"Hola," suelta antes de que ella tenga opción a decir nada. Extiende la mano, su plan cortés ya está fallando. "Soy Harry," dice, una sonrisa de medio lado en su cara. Cuando ella no se la estrecha, se siente inseguro. Puede sentir lo sonrojado que está y sigue un poco borracho pero está guapo, eso lo sabe bien.
Hay una posibilidad de que pase un siglo antes de que ella estreche su mano. "Bree, un placer," dice aunque realmente no hace que parezca que es un placer.
Él no sabe realmente que decir a partir de ahí, pero ella estrecha su mano. Su agarre es firme. "Tu agarre es firme." Lo que- vale, de nuevo, no es lo más fluido que puede ser, pero le saca una risa.
"Encantador, gracias." Ahora que se ha reído, es como si toda la cara de Bree cambiara. Ya no hay una arruga entre sus cejas, en su vez están arqueadas. Sus ojos brillan, literalmente brillan mientras ella le mira y quizás esto funcione después de todo.
"Bueno," Harry se yergue un poco, intenta no concentrarse en el rubor de sus mejillas, "¿De qué conoces a Lou?"
"Soy diseñadora de interiores. Estaba enseñando a un becario mientras redecorábamos su salón y nos llevamos bien. La conozco desde hace un tiempo."
"Ah, guay," Harry asiente, genuinamente intrigado. "¿Entonces trabajas en Londres?"
"Si, me mudé aquí por la escuela y me quedé después de graduarme."
Harry hace las cuentas. Es mayor que él- lo que él sabía solo con mirarla, pero esto lo confirma. Siempre ha estado atraído por mujeres mayores, le encanta la confianza que tienen y con esto Bree no es diferente. Su amplia sonrisa es infecciosa.
"¿De qué conoces a Lou?" Pregunta, ladeando la cabeza.
Le desconcierta un segundo. Pestañeando, intenta pensar en qué decir.
"Me ha peinado unas cuantas veces," se decide porque es acertado, es verdad sólo que un poco tapado.
"¿En serio? ¿Y tu nombre es Harry?" Pregunta. Con su asentimiento, ella frunce el ceño. "No te ha mencionado. ¿De qué trabajas?"
Otra vez, busca inútilmente una respuesta. ¿De qué trabaja? Cómo puede decirlo en términos simples, enfrentarse a-
Harry sale de su apuro laboral con otra de las risitas de Bree. Él la mira, ve la sonrisa de diversión de su cara. Dios, lo ha sabido todo el tiempo. Y eso tiene sentido porque él es reconocible, es solo- ya se ha humillado.
Se mece en sus pies un poco, cubriendo su cara con sus manos. Es un idiota, realmente, realmente lo es. Ella solo se ríe más fuerte, agarrando sus muñecas con sus manos. Sus dedos casi envuelven sus muñecas mientras las aparta de su cara.
"Hey," dice cuando deja de reírse. Harry no tiene más elección que mirarla, sus muñecas queman donde ella las está tocando. "Es adorable que pensaras que podías salir de esta."
"¿Si?"
Educa sus rasgos cuando ella suelta sus muñecas.
"Si, creo que la gente conoce tu cara mejor que la de la Reina."
Harry solo se sonroja más, revirtiendo en el adolescente tímido que una vez fue antes de ser interesante. Pero ahora no es un adolescente, tiene veinte años desde hace ocho semanas, debería manejar las putas cosas ya.
Un silencio se asienta sobre ellos, uno con el que él no está del todo cómodo. Probablemente debería disculparse, decirle que su encuentro antes no es como es él- no es lo que quiere de ella aunque esa no es toda la verdad. Ella es cautivadora. con todo el mundo; él no se va a molestar en aclararse a sí mismo.
"Siento lo de antes," dice antes de perder el valor.
Bree entrecierra los ojos, le mira de arriba abajo antes de encogerse de hombros. "Podría estar peor."
Su gesto desvergonzado hace que a Harry se le escape una risa, cubriendo su boca inmediatamente. "¿Si? ¿Entonces no estás ofendida?"
"Bueno, normalmente castro a los hombres que se comen mi culo con los ojos pero," se encoge de hombros otra vez, sus ojos con diversión mientras Harry se ríe otra vez. Es un sonido horrible, prácticamente un grito antes de que lo acalla, sus mejillas ardiendo. Se alegra de que Niall no esté aquí, él nunca hubiera escuchado el final si hubiera oído este intercambio, "eres mono así que lo dejaré pasar," dice ella por segunda vez esa noche. Harry no quería ser mono, no había considerado eso un cumplido desde que tenía diecisiete años y con la cara de querubín.
Su teléfono vibra en su bolsillo. Son dos toques, significando que su seguridad le está diciendo que tiene quince minutos. "¿Si? ¿Me podrías dar tu número?" Se siente valiente, pero no lo suficientemente valiente para pedirle que se vaya a casa con él.
"Dices 'si' mucho," señala ella mirándole.
No es un si, pero no es un no directo.
"Perdón," la mirada de Harry cae al suelo. No sabe qué pasa con ella, quizás es su presencia o su aura pero parece muy confiada, muy segura de su misma y es muy atractivo.
Harry se enorgullece de elegir pasar tiempo con gente exitosa y positiva. Bree exuda confianza en sí misma con facilidad. Parece relajada mientras le provoca, sin ser estirada ni nerviosa. A Harry le encanta que no esté intentando impresionarle.
"Está bien," se ríe, apretando su mano mientras da un paso hacia él. "Supongo que puedes tener mi número."
Harry apenas puede retener el puño en el aire.
Desbloquea su teléfono, una foto de su madre y su hermana en el día de su boda como fondo.
"Solo intenta no darme serenatas a las 4 de la mañana." Sonríe mientras escribe.
"¿Qué hay de las 5?" Bromea él- bueno, intenta bromear porque ella no se ha reído como él había anticipado.
En su vez, eleva una ceja, divertida pero sin darle la satisfacción de reírse. Sus mejillas parece que están ardiendo, se está sonrojando mucho. Ella le tiene balanceándose sobre sus pies, sin ceder ni haciendo un mundo de él como la mayoría de mujeres a las que él intenta conquistar. Pero esas son aspirantes a modelo o periodistas o gente que ya ha conocido- no una mujer casual que le llama la atención por mirar a su culo o se burla de él cuando cuenta un chiste malo.
Es refrescante.
A Harry le gusta tener que trabajar por ello.
"Bueno," empieza solo para ser cortado por Lou.
Ella se acerca ruidosamente, llamando a Bree y luego envolviendo sus brazos alrededor de los dos a la vez. Harry no sabe si debería pasar el brazo alrededor de Bree pero parece erróneo porque todavía no puede leer lo que ella piensa de él. Solo se deja ser abrazado y luego sonríe abiertamente a Lou.
"Entonces veo que os habéis conocido." Dice Louise, sus labios rosa palo estirándose en una gran sonrisa. "¿No es una monada?" Se ríe borrachilla, agarrando el mentón de Harry con sus manos y apretando sus mejillas.
Harry la mira porque, ¿qué le pasa a todo el mundo llamándole mono esta noche? Es masculino y fuerte y un tío.
"Hubo una vez;" empieza Louise y Harry mentalmente se prepara para lo peor. Ha aprendido de primera mano que nada calla a una Lou borracha con una historia que contar. "Emborrachamos tanto a Harry que vomitó en la casita de muñecas de Lux y luego se durmió en su cama. Había encendido las lucecitas de hadas y todo, se despertó desnudo acurrucado en su colcha rosa."
Harry se queja, sacando su cara de su agarre porque está pellizcando su mejillas y está avergonzado. "Tenía como 17", se apresura en aclarar. Bree está riéndose detrás de su mano y, genial, ahí va toda su recuperación.
"Nah, fue solo hace unos meses," corrige Louise para horror de Harry. Desea poder encogerse en el suelo, mezclarse con la mezcla pegajosa de bebidas caídas bajo sus botas.
"Woa," se ríe Bree, ni siquiera molestándose en esconder su diversión.
"No fue," Harry frunce el ceño. "No hago mucho eso. Puedo soportar el alcohol."
Louise se ríe en alto haciendo que Bree eleve una ceja. Él no puede creerse que esto esté pasando.
"Otra vez" empieza Louise y no, porque Harry conoce esta historia. Sabe que es la de aquella vez que bailó en la mesa del café y casi se abre la cabeza cuando se cayó.
"No," dice rápidamente, cubriendo su boca.
A la vez que Louise lame su palma, Ed coloca una mano en su hombro.
"¡Vámonos colega!" Dice, intentando llevarse a Harry sin ceremonias.
"Espera," suelta, contoneando su abrazo fuera de su agarre. "Fue agradable conocerte," se dirige a Bree, extendiendo su mano. Ella asiente, tomándola y agitándola firmemente antes de separarse.
Resumiendo, Harry está avergonzado de su encuentro, pero cree que consiguió recomponerse de alguna manera. Incluso cuando ella se estaba riendo de él, se sintió complacido de tener su atención. No se lo pregunta hasta que están a medio camino de la puerta y Ed agarra sus hombros, inclinándose para reírse, "¡Ni siquiera la abrazaste, cagón!"
-
Todo el día siguiente, el teléfono de Harry quema en su bolsillo. No sabe si debería mandarle un mensaje a Bree o llamarla, o algo. Ni siquiera sabe su apellido, no sabe nada aparte de que es jodidamente guapa e ingeniosa y a él le encanta lo magnética que era.
Dura hasta las 4 cuando abre un nuevo mensaje y empieza a teclear y re teclear saludos.
Quiere decir algo divertido, quiere llamar su atención en una manera que la haga sonreír.
Hay un karaoke bastante privado al que Grimmy le invitó esta noche pero quizás pueda invitar a Bree, hacer algo super casual. Lo más probable es que sus amigos se cachondeen pero sigue inseguro. Apenas se conocen entre ellos, presentar a sus amigos no parece la mejor idea.
Acaba de terminar de borrar 'Hola soy Haryr' cuando salen unas elipses.
Los ojos de Harry se abren, su móvil casi se cae de entre sus dedos mientras mira a los tres puntos grises ondeando.
De Bree (16:07): Hola estrella del pop! Voy a salir con algunos amigos esta noche, me preguntaba si querías unirte.
Harry agarra el teléfono, literalmente solo mira al mensaje sabiendo que tiene el visor de mensajes y que ella debe de haber visto que él lo leyó tan pronto como ella lo envió. Joder, joder. Está intentando redimirse no parecer incluso más desesperado que antes.
Para Bree (16:08):
Holaaa! Me encantaría ir pero ya le prometí a unos colegas que saldría con ellos. Lo reprogramamos? Xx
Harry mira a su alrededor. Está nervioso.
Siente como si tuviera una docena de cámaras apuntando a cada pelo y poro de su cara. Le pone de los nervios esperar una contestación pero mira al mensaje de todos modos.
El reloj pasa al siguiente minuto y la notificación de Enviado se burla de él.
Aunque no tiene que esperar mucho hasta que los puntos aparecen.
De Bree (16:08): Está bien. Puedo pillar una indirecta.
Y honestamente, ¿qué cojones? Harry se da prisa en contestar pero ella ya está escribiendo algo.
De Bree (16:09): Estoy de broma! O espero que sepas que lo estoy. Mi calendario es un poco loco ahora pero deberíamos ser capaces de arreglar algo.
Para Bree (16:11):
Tengo ratos al azar durante el día en los que podemos salir. ¿Podríamos ir a comer?
De Bree (16:12): Para ser honesta no se si comer a plena luz del día es la idea más inteligente.
Dios, ni siquiera había pensado en eso. Ella ya está pensando un paso por delante de él, preocupada por la recepción que una cita- cita- podría tener.
De Bree (16:14): Pero siempre puedes venir y hacerme té ;)
Harry entendió que estaba bromeando, pero cuando aparece dos días más tarde con una bolsa llena de comida en su codo y un ramo de flores soso- ella se ilumina. Mira de las flores a su cara antes de sonreír y arrebatárselas de sus brazos.
Él se queda de pie en la entrada, balanceándose para quitarse los zapatos con una bolsa voluminosa en su brazo mientras ella se precipita a lo que él presume que es la cocina.
Cocina Shepherd's Pie porque ya ha cortado los ingredientes- no es un completo idiota y cuando esperan a que se cocine beben una copa de vino y hablan. Han estado mandándose mensajes casi sin parar- o todo lo sin parar que pueden debido al trabajo y otras obligaciones aburridas de las que Harry se arrepiente ahora.
Se siente feliz y relajado. No se ha sentado con alguien que nunca ha conocido y simplemente habló. Siente que han pasado siglos desde que ha hablado de actividades al azar en vez de trabajo con alguien nuevo. Bree solo hizo que roncaba una vez, en mitad de una gran charla sobre aquella vez que él visitó al perro nuevo de su amigo e hizo pis en su zapato antes de morder su dedo. Es una historia interesante, pero añadir los detalles sobre el color del juguete e inspeccionar la marca de la comida de perro fueron elementos algo innecesarios.
Bree está atenta todo el intercambio. Le cuenta sobre trabajo y el instituto de arte al que fue. Él aprende que tiene una hermana y una sobrina y un sobrino, sus padres en una parte diferente del país. Hablan sobre sus propias experiencias con los divorcios de sus padres pero no es una conversación triste. Bree es cercana y carismática. Sus expresiones faciales son automáticas.
Él sabe que ella se lo está pasando tan bien como él cuando les sirve otra copa de vino, elevando una pierna para cruzarla sobre la otra mientras se inclina hacia atrás. Está adorable recostada en una de las mesas del comedor negras. Lleva un cárdigan negro sobre una camiseta de tirantes de encaje. No es nada elegante o exagerado y los vaqueros negros que lleva están ligeramente desgastados.
Harry está sonrojado del vino y la atención y realmente no lo haría de otro modo. Bree entiende su humor seco y pone los ojos en blanco cuando él le dice sus mejores juegos de palabras. Le encanta la manera en la que ella no tiene miedo de tocar su hombro o su mano. También es fácil hablar con ella, hace parecer que se han conocido toda la vida. Está tan enfrascado en lo que ella está diciendo que no escucha saltar el temporizador.
Ella come en un bol, insistiendo en colocar las patatas de la parte superior para dejarlas al fondo del plato antes de apilar la carne y la verdura encima.
"Comes raro," comenta en un momento, con puré de patata en su barbilla.
"No lo hago," Harry dice sin gracia porque le han dicho eso toda su vida.
En contestación, Bree coge una masa enorme de comida antes de girarla a su boca- los ojos bizcos y la lengua fuera de manera que él sabe que es casi un ejemplo igual. Harry apoya su tenedor, cruzando sus brazos con el ceño fruncido. Su estómago se agita por la manera en la que ella se inclina inmediatamente hacia él, una disculpa amortiguada por risitas reprimidas que ya salen de sus labios.
"Es encantador, lo prometo," se defiende cuando Harry carga patata en un tenedor y apunta. "Te juro por Dios que si me das te vas a arrepentir."
Harry solo empuja más hacia atrás, "¿Si? ¿Qué pasa si lo hago?" Reta sintiéndose cautivado.
"Tendré que castigarte." Su ceja se eleva.
Harry no puede evitarlo.
Lame sus labios involuntariamente, traga con dificultad antes de bajar el tenedor. No sabe cuándo ha cambiado la atmósfera.
"No me pruebes," ella es todo órdenes. Harry se come el bocado mirando amenazadoramente a su comida hasta que ella añade, "Buen chico."
Cuando Harry intenta besarla- besarla realmente, físicamente- ella se apoya en su pecho. Es confuso como poco. Él tiene un brazo alrededor de ella en la parte de atrás del sofá y ella se había inclinado cuando...
Nada.
Harry suspira, es bastante obvio que ha bebido un poco demasiado. Aunque no se siente borracho, solo agitado. En plan que estaría totalmente dispuesto a un morreo tranquilo justo ahora. Y Cristo sabe que suena como un estúpido.
"Hey," Bree se sienta recta, una arruga en su propia cara. "Has estado bebiendo." Señala.
"Tú también."
"Si, pero," tuerce los labios, la ligera sombra de frutas difuminada. Harry no piensa en ello, solo va a por ello y la besa. Golpea su barbilla, el error de cálculo junto con el imprevisto de ella apartándose confundiéndole.
"Harry," le reprime y es más duro, tiene un filo y Harry sabe que la ha jodido. No debería haber hecho eso.
Se va a levantar, apartando su brazo de su alrededor para levantarse, la humillación y la culpa pulsando en su sangre mucho más rápido. "Para." Grita Bree de repente, agarrando su mano y bajándolo de nuevo. "Dios, ahora quédate."
Hace lo que le dicen, doblando sus manos en su regazo tan pronto como ella la suelta. Se siente regañado, pero no es malo necesariamente. Le gusta la manera en la que su voz se ha endurecido. Ella le habla como ninguna mujer con la que ha interactuado ha hecho. Ni siquiera Lou o Caroline le hablan con ese halo de autoridad en el tour.
"Una vez que empecemos, no se si seré capaz de parar," admite ella, mirándole directamente y él está seguro como el infierno que no estaba esperando eso.
La honestidad directa es algo a lo que él no está acostumbrado. A él le gustan las chicas divertidas, seguro, pero normalmente son un poco tímidas- siempre a escondidas y buenas con los secretos. A veces es con amigas y a veces con amigas de amigos que juran mantener silencio pero- nunca nadie lo ha dicho abiertamente y hecho en serio.
"Um," Harry traga. Ahora que ha pensado en eso lo desea. No estaba pensando en darlo todo. Pero no tiene quejas con hacer cualquier cosa con ella. Haría un montón de cosas con ella, lo sabe.
"No quiero que te arrepientas de nada-"
"No lo haré-"
"-pero podrías. Llama a un coche, ¿vale? Dile que venga en media hora."
Harry quiere protestar, quiete gimotear y quejarse y suplicar pasar más tiempo con ella hasta que saca su móvil. Ya son las diez y media, tiene un compromiso por Skype a las siete del que no podría estar menos emocionado.
"Una hora." Acepta, el móvil ya marcado.
"Media hora," corrige Bree, con una mirada para que él sepa que no puede desobedecer. Apaga la televisión una vez que él hable con su conductor, pidiéndole petulantemente que le busque en media hora. Ella pasa una mano por su brazo y cuando lo hace, un escalofrío le atraviesa cuando ella se inclina hacia delante para besar su clavícula.
Sigue al teléfono, repitiendo la dirección que ella ha susurrado en su piel.
Su respiración se profundiza en poco tiempo, el teléfono cayendo al suelo al segundo de colgar. Se echa hacia atrás, dejando a Bree gatear en su espacio y sentarse a ahorcajadas.
Nunca nadie había sido tan tocona con él, manejándole y dirigiéndole antes de siquiera besarse. Y dios, realmente no lo han hecho. Ella tiene colocadas ambas manos al lado de su cabeza mientras besa su cuello, roza con sus labios sobre su mandíbula, pasa el borde de su lengua sobre su labio inferior.
No puede soportarlo, no puede soportar estar tumbado tan quieto mientras ella le provoca así. Agarra sus caderas, elevándose para conectar sus labios. Agradece a quién esté arriba que ella le deja finalmente.
Bree separa sus labios solo para respirar, una sonrisa atravesándole como una planta rodadora, erradicada cuando ella le besa otra vez. Su cabeza está presionada en el sofá, el cuerpo laxo bajo el peso de ella. Ella no le está tocando más, pero él quiere hundir sus dedos en sus caderas y sentirla.
Y aún así, tiene la sensación de que si hace eso- intenta eso, ella no lo aprobará.
Así que toma y toma y toma lo que ella le da.
Cada respiración compartida, cada pequeña sonrisa, cada risita que ella le permite, se la guarda para él mismo, almacenándola para un día solitario.
La manera en la que lo besa, sin miedo a añadir lengua y dientes es tan abrumadoramente caliente que él no cae en el hecho de que se mantiene controladora y calculadora mientras su respiración se vuelve dificultosa, pequeños gimoteos se escapan cada vez que ella se aparta. Algo en Bree le hace muy reactivo, le tiene luchando por mantener sus caderas quietas y sus manos acariciando ligeramente su espalda.
No puede describir cómo se siente ser besado sin sentir la expectativa de hacer algo de vuelta pero es intoxicante. Harry se siente mareado con cada beso.
Para ser un primer beso, es bastante largo. No dura los treinta minutos para decepción de Harry. Bree se aparta con los labios rojos y una sonrisa cubierta de saliva solo para él. "Mediocre," se burla ella con un bufido.
"Hey," se queja Harry, abriendo y cerrando las manos para que ella vuelva. "Vuelve."
"Estoy bien, gracias," se encoje de hombros estirando su cárdigan. "Además, tenemos platos de lavar antes de que te vayas."
Harry lava concienzudamente, ganándose un beso por cada plato de limpia.
Cuando su teléfono suena, Bree le acompaña a la puerta, poniéndose de puntillas para tener ventaja en la altura y besarle. Una vez más, él se deja ser besado, deja a Bree apretar sus caderas con sus manos y sujetarle en el sitio. Su partida es retrasada, una sarta de 'otro más' tras 'vale, el último'.
Harry sonríe todo el camino a casa.
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