No pares hasta que consigas lo suficiente (II)

Cuando Harry entra en la habitación de Bree, lo primero de lo que se da cuenta es de la cama vacía y la luz del baño. Hay una franja debajo de la puerta y tiene una ligera idea de lo que está haciendo... algo. Probablemente atando su pelo en una coleta o algo, Harry no tiene ni idea.

Pero él está denudo y la habitación es cálida y las lámparas de los lados están encendidas y hay música suave sonando de fondo. Algo que suena clásico pero el conocimiento de Harry de la música clásica es casi nula. No sabe qué hacer, no sabe si debería sentarse en la cama o sentarse en el suelo o sentarse en la silla o-

La puerta se abre y Bree sale. Harry desea haber tenido algo que apretar en sus manos porque ahora todo lo que quiere es extender sus brazos y tocarla.

Ella lleva uno de los sujetadores que él eligió en su excursión de lencería, tetas alzadas mostrándose y lleva uno de esos ligueros sobre unas braguitas negras conectando con un par de medias negras finas a la altura del muslo que llevan a un par de tacones.

Ella gira, lo suficientemente lento que él puede observarla sutilmente- aunque no está seguro de si hay algo sutil en ello. Es solo que ella está increíblemente sexy. Sus braguitas revelan que son un tanga y su culo parece respingón y perfecto y como si las manos de Harry pudieran ahuecarlo fácilmente. Cuando ella se acerca a él, es capaz de ver los intrincados adornos de las copas de su sujetador. Está inmaculada, su piel brilla un poco por algún tipo de loción y una sonrisa traviesa en sus labios como si supiera justo lo que él está pensando.

"¿Te gusta?" Pregunta, tocando los clips de la delantera de su liguero. Harry asiente, embelesado por la manera en la que ella sigue tocándose, dándole un adelanto de lo que él no puede tener. "Ya que lo compraste para mí, supongo que puedes tener una pequeña recompensa."

"¿Besos?" Harry pregunta dudoso, hundiendo conscientemente sus uñas en sus manos para evitar agarrarla.

"Iba a decir que podías tocarme," Dice Bree, pasando sus dedos bajo las copas de su sujetador. "Pero supongo que mejor puedes besarme."

Harry gimotea en su garganta, sintiéndose petulante. No sabe cuál es mejor; besarla o tocarla, pero quiere las dos. "Nada de eso." le regaña, "las manos detrás de tu espalda."

Harry hace un puchero pero hace lo que ella dice, agarrando sus muñecas con fuerza. Bree envuelve sus brazos alrededor su cuello, presionando su cuerpo contra el de él. Él observa su lengua pasar sobre sus labios en preparación, impaciente por probar sus labios brillantes.

Empieza como todos los besos, suaves labios y lenguas dudosas antes de volverse algo más caliente. El iHome de fondo sigue reproduciendo música suave y el spray corporal de Bree invade su nariz y todo es perfecto excepto porque él no puede tocarla.

Se siente ansioso. Quiere rendirse a sus instintos pero también quiere demostrar que ella se equivoca. Quiere probar que él tiene autocontrol y quiere probar que puede retenerse. Pero ha tenido un día largo y quiere rendirse y aceptar el castigo. Quiere una razón para tener los muslos golpeados y las muñecas sujetas y puede que tener su culo azotado.

Harry había estado pensado en eso en particular la semana pasada. Le gusta mucho cuando ella pellizca la carne de su nalga y que le azote el culo es el siguiente paso lógico. Se lo había contado unos días después de todo eso de llegar hasta el borde y el anillo para la polla... pero no está muy seguro de que ella se de cuenta realmente de lo mucho que lo desea.

Dios, Harry no se había dado cuenta lo mucho que lo deseaba hasta ahora. El pensamiento había estado gradualmente en su mente, excepto que ahora se había catapultado a su frente. Se imagina a Bree vestida así y diciéndole lo mal chico que ha sido, lo decepcionada que está con él. Él presiona sus labios con los de ella más fuerte, se retiene a acercarse más a ella mientras piensa sobre las diferentes maneras en las que ella podría castigarle si él solo- joder.

Se sobresalta un poco cuando Bree envuelve un puño alrededor de su pene. Le pajea lentamente mientras están de pie en la habitación y se besan. Ella sigue teniendo un brazo alrededor de sus hombros y el otro pasando sobre la punta de su capullo, esparciendo líquido preseminal por su longitud.

Ella sigue masturbándole, besando en todos lados mientras él intenta mantenerse quieto. No funciona- sabe que está temblando un poco, apretando las piernas en un intento por permanecer recto mientras ella baja, baja, baja; besando cada golondrina y su mariposa, besando los laureles de sus caderas y luego arrodillándose para morder la suave piel al lado de su polla.

La cabeza de Harry se echa hacia atrás, los hombros temblando un poco cuando ella aparta su pene y empieza a hundir la nariz en sus testículos. Solo, se siente muy bien la manera en la que ella lame y chupa y todo es húmedo y caliente contra él. Ella está silenciosamente apasionada, arañando la parte superior de sus muslos, pasando sus uñas alrededor de sus piernas mientras le chupa.

Ha tenido a chicas haciendo esto para él. Ha tenido mamadas intensas y mamadas suaves y mamadas demasiado entusiastas pero ninguna de ellas se han sentido así. Ninguna de ellas había tenido una presencia exigente. Ninguna de ellas había tenido la habilidad de reducirle a gimoteos y lloriqueos. Antes siempre podía moverse, siempre tenía la habilidad para controlar la rapidez y la profundidad, pero no tiene control sobre cómo le toma Bree- es abrumador.

Bree es implacable con él. Chupándolo lo más profundo que puede y luego ahuecando sus mejillas; moviendo su lengua de una manera que solo se hace con práctica. Harry tiene un halo de envidia de cada hombre con el que Bree ha estado en el pasado, pero tan rápido como el pensamiento entra en su mente, es como su fuera succionado fuera de él, la atención volviendo a su chica.

Ella se ve muy bien así. Sus párpados están temblando y sus manos siguen tocando en todos lados, apretando su cuelo, pellizcando la parte de atrás de sus muslos- es un poco sobreestimulante.

Bree es más una frustración que un alivio. Lo que empezó como un trato genial se ha vuelto pura tortura mientras Harry lucha por no mover sus caderas. Lo desea mucho. Puede sentir lo hinchada que está su polla, puede sentir la cabeza de su pene chocar con sus dientes y lengua mientras ella bombea la cabeza. Cada músculo de su cuerpo batalla por seguir como una piedra, para no rendirse y justo cuando cree que tiene todos sus pensamientos bajo control, sus caderas se echan hacia delante lo suficiente para que Bree se aparte, atragantándose un poco.

Harry está mortificado, ni siquiera puede recomponerse para mirarla. Mira a la alfombra beige, viéndola limpiar su boca con su mano lejos de su perímetro.

"Harry," empieza. Y él no puede evitarlo, Harry tiene que mirarla, no puede evitarlo con la manera en la que su voz corta el silencio. Está un poco áspera, pero sigue teniendo el halo de control, de poder.

Le está lanzando una mirada muy desaprobadora. Hace que su estómago se retuerza con vergüenza.

"No." Dice Harry incrédulo. Sale más que un poco desesperado cuando ella se eleva en sus pies.

"Harry, no puedo creer que acabes de hacer eso."

"Lo siento. Bree, yo-"

"No quiero oírlo Harry." Ella mueve su muñeca, echándolo a la cama lo que él hace rápidamente a pesar de la protesta de sus piernas. Están doloridas por el desuso, pero se niega a estirarlas, se merece que le duelan.

Ha sido muy, muy malo. Él no es malo, es bueno- es el mejor. Pero ahora tiene que demostrarlo.

"Fui muy buena contigo, Harry." Dice, pasando la uña de su índice en el hueco de su clavícula. "Te dije que te quedaras quieto y tú ni siquiera pudiste seguir una simple orden."

"Joder, lo siento-"

Bree aprieta el pezón de Harry, rápido como un rayo para que se calle. Pica un poco, pero Harry no reacciona, sabe que ahora tiene que callarse y tomar cualquier castigo que Bree considere adecuado.

Ella pasa su mano a través de su pelo, agarrando las puntas enredadas. La acción podría ser cariñosa si no fuera por la peligrosa mirada de sus ojos. Pasar su dedos sobre su ceja- un signo que indica que está a punto de pasar sus límites.

Harry está ansioso por ello. Quiere demostrar que puede tomar su castigo y ser bueno. Quiere mostrarle que puede ser un buen chico, que puede ser su amor y cariño.

"Ponte a cuatro patas para mí." Sus piernas se tambalean un poco cuando se pone en posición. Encima del edredón, las manos y rodillas de Harry están protegidas bajo unas cuantas capas de material afelpado.

Él se siente súper consciente de todo; de la respiración de Bree detrás de él, de la música flotando alrededor de la habitación, de su pene colgando pesado y rechazado, de su culo hacia atrás.

Bree empieza arañando sus omóplatos. Están tensos y apretados y él puede sentir que se derrite bajo su toque- el picor un delicioso placer por el que suplica. Puede sentir como se hunden, dejando pequeñas marcas que se volverán rápidamente medias lunas, rojas y enfadadas.

"No tienes autocontrol Harry, nada de eso," le reprende, "tenemos que trabajar en ello."

Él gruñe cuando sus uñas arañan hacia abajo hasta la parte superior de su trasero, pellizcando la carne cuando ha acabado. Su respiración es regular, un completo contraste a la manera en la que Harry sale rápidamente como olas que rompen contra una playa de arena blanca.

"Incluso ahora," dice pellizcándole fuerte, "cuando estás siendo castigado, echas tu culo hacia atrás por más. Vaya chico más avaricioso." Dice pegando la parte exterior de su culo; es más su cadera realmente pero eso no cambia que es todo lo que Harry quiere ahora.

No duele tanto como piensa. Es un picor, sin duda, pero no es doloroso. Es una prueba, Harry lo sabe, pero eso no detiene sus ojos de rodar hasta detrás de su cabeza y se apacigua. Se siente confuso, como si estuviera hecho de gelatina.

"Si, si, azótame, por favor." Dice Harry un poco histérico.

"Harry," dice Bree, un poco seca, como si no se pudiera creer que haya dicho eso.

Si es porque ella no esperaba que lo hiciese o porque no se puede creer que lo haya dicho en alto cuando se le dijo que no lo hiciera, Harry no está seguro.

La cosa es que no es suficiente. Ella está masajeando sus nalgas, haciendo que la sangre fluya y apretando la carne entre sus dedos perfectamente posicionados. Harry confía en que ella sabe lo que está haciendo, que cuidará de él.

"Por favor, lo necesito." Echa el culo hacia atrás, claramente metido en la idea ahora que lo ha probado.

En vez que azotarle como él quiere, Bree extiende la mano para agarrar su pene, dándole un buen tirón y Harry gime. Pasa su pulgar sobre su cabeza, algo que normalmente le excita- y lo hace, pero no de la manera que lo harían los azotes.

"Bree, por favor."

Bree le pega de repente, sacando el aire de sus pulmones. "Cállate Harry, Dios. No me importa lo que quieras, fuiste malo." Ella le azota una vez más en la nalga izquierda. Luego otra vez en la derecha antes de que él tenga la oportunidad de respirar otra vez. "Color." Dice, su voz es dura pero Harry sabe que ella no se preguntaría a no ser que le importara de verdad. Solo el hecho de que ella tenga la sensatez de preguntar envía un escalofrío por su espalda. Es muy agradable con él, no se lo merece.

"Verde," contesta automáticamente, recibiendo un agarre de ella en el lugar que acababa de azotar.

"¿Si?" Pregunta pasando su pulgar sobre la piel roja. "¿Te gusta saber que estás siendo castigado? ¿Qué mereces esto por ser malo?"

Harry asiente, intentando anticipar cuándo y dónde va a golpearle a continuación. Dios, toda esta situación es un poco más que abrumadora. Sus manos se mueven de su culo a sus caderas, masajeando la suave piel entre sus dedos. Harry quiere gemir, quiere disfrutarlo pero no puede evitar la irritante voz en su cabeza diciéndole que no baje la guardia, que no se relaje mucho para que el azote le pille con la guardia baja.

Pero nunca llega. En su lugar, Bree es una provocación horrible. Sigue masturbándole lentamente, solo lo suficiente para llevarle un poco hasta el borde pero también lo hace mucho, mucho peor. Es malditamente doloroso estar tan duro y saber que no se le permite correrse.

Su respiración es el sonido más ruidoso. Es abrupto y entrecortado, toda su mitad superior vibrando por el esfuerzo de quedarse quieto. Puede sentir el latido de su corazón en sus oídos y el pulso de sus dedos donde están agarrando las sábanas. Está acalorado, incluso más acalorado en sus nalgas donde Bree sigue agarrando.

Él no pensaba que se pondría tan duro por eso, no creía que la sensación de ser azotado le haría esto. Solo puede imaginar cómo será una vez que su tolerancia aumente y pueda tomar 20 azotes mientras se queda completamente impávido- aunque duda que esto vaya a pasar.

Pero no es nada sino determinado, tiene una gran ética de trabajo, hasta Simon Cowell lo dice. Llegará ahí- no, ellos llegarán ahí, Bree y él; juntos.

El sonido de la piel golpeando la piel es lo que le saca de sus pensamientos, el rápido dolor es una sensación de bienvenida. Ella le azota en dos rápidas sucesiones después de esa en su nalga izquierda y él intenta mantener el gemido que quiere sacar. Sus dedos se envuelven alrededor de su pene otra vez, estirándole cuando ella se inclina hacia abajo y joder, besa la piel ardiente.

No se da cuenta de que ha estado gimoteando y suplicando por más hasta que ella le calla, pasando sus manos por toda su piel e intentando calmarle. Su culo duele tanto que siente que ha estado tumbado al sol durante diez horas sin crema protectora.

"Bree," Se retuerce en su lugar, sabiendo que está empujando su trasero hacia atrás, pero no puede evitarlo. Duele, pero le encanta. Su lengua húmeda se siente muy bien en su piel, aliviándola incluso aunque su lengua esté tan caliente como su piel.

"Shh, estás bien bebé, tomando sus azotes muy bien."

"Bien." Murmura, abriendo sus ojos. Ve unos cuantos puntos y los aleja parpadeando. Sus párpados han estado apretados tanto que la piel está dolorida.

"Mhmm, ¿sigue siendo verde?" Pregunta, besando la base de su espina dorsal.

Él asiente antes de darse cuenta de que ella prefiere las afirmaciones verbales. "Verde."

"Bien." Puede oír a Bree moviéndose un poco, seguramente estirándose pero Harry no cree que pueda lidiar con mirarla. Bree aprieta la piel sobre-trabajada con sus dedos. Él puede sentir el calor radiando de lo que debe ser su piel enrojecida. Quiere verlo, quiere la prueba fotográfica de que acaba de ser azotado y fue increíble.

"Unos cuantos más creo." Bree golpea sonoramente y luego lo sigue con un buen pellizco.

Bree detiene los azotes después de dos más. Harry colapsa en sus antebrazos, respirando profunda y pesadamente, temblando con todo su tren superior. También está agradecido de que se haya acabado, no se dio cuenta de que no estaba tomando suficiente aire hasta que Bree le elogia, hasta le agradece por dejarla marcarle.

Harry se siente complacido consigo mismo y Bree y por toda la situación. Se siente feliz de haberlo superado, de progresar en los azotes juntos. Suspira con alegría y deleite, completamente feliz. Piensa en girarse y besarla, pero ella no ha parado de acariciar con un dedo las marcas que ha dejado en su nalga izquierda así que no dice nada para echar a perder el momento.

Ella se envuelve sobre su espalda, consciente de evitar poner demasiada presión contra su trasero, pero la sensación de ella contra él es bienvenida. Se entierra en su nuca, le besa ahí y susurra lo bueno que es, lo bien que lo ha tomado y lo orgullosa que está de él. Hace que su estómago palpite y sus labios se partan en una sonrisa de un millón de dólares.

"Me voy dos segundos y luego podrás tener tu recompensa, ¿vale? Fuiste muy bueno, tomando tu castigo muy bien bebé." Harry puede oírla moverse en la cama y asumiendo que no puede mirar, cierra los ojos. Cree que puede oír algo partirse y recortarse pero no piensa mucho en eso, solo relaja su espalda minuciosamente y escucha la música.

"Vale, ponte boca arriba Harry." Él hace lo que le dice, siguiendo sus órdenes y cuando la ve, sus ojos se abren y su mandíbula cae y hace cada cliché de libro.

"Um," empieza elocuentemente.

Mirándola en lencería otra vez, es como si Harry se hubiera olvidado de lo bien que se ve- lo bien que ella se ve. Es el mismo conjunto que antes excepto que las braguitas que estaba llevando han sido quitadas y el liguero la marca perfectamente.

Ella tiene una sonrisa condescendiente en sus labios, sabe exactamente lo que le provoca. "¿Te gusta?"

Harry mira hacia su pene y luego hacia ella. Ella resopla una risa antes de gatear sobre él. Es un poco torpe y totalmente sexy. Un recordatorio de que son ellos y que no están el cien por cien serios todo el tiempo que juegan. Se sienta a ahorcajadas en sus caderas, sentándose justo en su ombligo mientras él se agarra a la parte superior de sus muslos.

Está mojada donde se tocan y Harry cree que la manera en la que ella juega con su pelo es considerado e íntimo. Aunque estuvieran totalmente vestidos, Harry seguiría sintiendo el afecto que tiene por ella.

Ella tira de unos rizos, la misma expresión en su cara antes de que diga, "creo que voy a montarte ahora."

Entonces Bree sale de la cama, Harry gimotea en protesta cuando ella busca dentro del cajón una goma y un poco de lubricante. "Tu culo está muy rojo, va a doler mucho contra el edredón." Dice a la ligera y Harry no había pensando en eso. Va a ser genial.

Bree sigue hablando sola, deslizando dos dedos en ella y montándolos sobre sus muslos. Está hablando de que podría haberse echo dedos en el viaje en coche hacia aquí y que podría haber visto a la abuelita del coche de al lado mirándola extrañada y que podría haberlo echo otra vez en el baño después de ver cómo estaba con el conjunto y que podría haber metido tres dedos en ella mientras había estado besando su espalda.

Está diciendo muchas cosas hipotéticas de las que Harry no duda que sean verdad.

"Creo que ahora estoy lista para ti pero puede que debas ser el juez, ¿no?" Agarra sus manos con las suyas antes de que él tenga la oportunidad de procesar sus palabras. Manipulando antes de todo los dedos que quiere pero sin meterlos.

El cerebro de Harry se cortocircuita después de eso y lo siguiente que sabe es que ella se eleva con una mano en su pene y está hundiéndose más y más abajo.

Sus brazos se agitan sobre sus hombros, sus dedos agarrados alrededor de sus muñecas y agarrándole contra el colchón. Podría salirse de su agarre si quisiera realmente- es más alto, ancho, pesado y fuerte- pero no va de esto. Va de Harry dejando el control y confiando en que Bree le cuide. Y eso es exactamente lo que está haciendo, rozándose con él expertamente.

Harry se siente mareado con esto. Sus pechos están delante de su cara, balanceándose en su sujetador cada vez que se eleva y se sienta. Los detalle de encaje de la tela son incluso más pronunciados, un pequeño brillo en la tela y un pequeño lazo en el medio de los tirantes. Es un sujetador bonito, merece la pena la cantidad de dinero que Harry se ha gastado en la tienda.

Lo que era una vista incluso mejor que la de delante de él es la vista que tiene cuando eleva su cabeza un poco y ve su mitad inferior. El liguero negro sigue sujeto en su cintura, los clips elásticos tensos para mantener sus medias mientras sus muslos la ayudan a montarle.

Puede sentir el, una vez, suave edredón, quemando ahora contra su piel, arañando como un picor sin alivio. Cada vez que Bree mueve sus caderas hacia él, su trasero se roza contra las sábanas, un patético gimoteo sale de su garganta.

La cosa es que él está cerca, lo ha estado desde que estaban enrollándose en la cocina y parece que fue hace años.

"Oh Dios, oh Dios, joder Bree." Está muy cerca, siente que va a explotar por lo sensible que está su trasero y como ella ni siquiera está teniendo cuidado por como le empuja contra la cama.

Cambia su mirada a su cara. Está guapísima así, mejillas sonrosadas y frente sudorosa. Sus labios rojos e hinchados, claramente por morderlos y Harry quiere tener su boca en la suya, besarla tontamente mientras ella se monta hasta el orgasmo.

"Por favor," gruñe, medio-moviendo sus caderas pero no tiene nada que hacer, su pelo le está sujetando.

"¿Lo quieres? "Pregunta girando sus caderas y contrayéndose justo ahí.

"Bree," suplica. "No puedo, no puedo."

"Puedes y lo harás. Deja de lloriquear." Le amonesta.

Y joder, Harry deja de hablar pero los gimoteos desesperados que suelta, la manera en la que está sudado, la manera en la que sabe que se correría si se relaja, no es correcto. Sabe que tiene autocontrol, sabe que si se corre, ella estará incluso más defraudada de él- no puede hacerlo.

"Dios, lo quieres mucho Harry," dice Bree, apartando su mano de su muñeca para pasar los dedos a través de su pelo, "Haz que nos corramos, puedes hacerlo." Le instruye sentándose recta.

Harry los gira tan rápido como puede, ahora con permiso está decidido en un sentido totalmente diferente. Se desliza fuera de Bree pero agarra sus piernas a su alrededor, alineándose para que pueda usar sus muslos y mantenerse alejado de su ardiente culo.

Los dos miran abajo donde se están moviendo juntos, observando su polla desaparecer y aparecer, escuchando los sonidos que están haciendo juntos. No hay ritmo en sus movimientos, solo una prisa frenética por terminar. Sus piernas se deslizan cuando él empuja erráticamente, los tacones hincados en sus nalgas. Pica, pero merece la pena, lo merece por la manera en la que Bree empieza a gemir su nombre. Tiene sus ojos abiertos, una suave sonrisa en sus labios mientras le mira. Sus dedos se curvan en el pelo de su nuca, atrayéndole abajo para un beso húmedo.

Tiene que apartarse para tomar aire, concentrado en que los dos terminen, pero su cerebro está embarrado en una felicidad nublada y borrosa. "Estabas precioso tomando sus azotes amor, estoy muy orgullosa de ti." Elogia. Sus labios dan besos por toda su cara, los talones presionan intencionalmente en su culo. "Pon tu pulgar en mi clítoris, ¿si? Eres muy bueno para mí, muy bueno, siempre sabes lo que necesito, cariño."

Bree se corre debajo de él, gimoteando y lloriqueando y apretando su pezón entre sus dedos. No es hasta que mira hacia él, parpadeando los remanentes de su orgasmo, que tira un poco de su pelo, todavía apretando su pezón. Él se corre tan fuerte que ni siquiera sabe lo que dice. Sabe que es algo sobre ella y si y joder, pero aparte es un lío.

Su cabeza está nublada y solo quiere acurrucarse durante el resto de su vida, no quiere dejar esta cama nunca más.

Se gira con ella y la aprieta. El codo de ella se hinca en sus costillas y finalmente deja caer sus piernas en el colchón, pero su cara es todo lo que le preocupa. Está totalmente ido, pero tiene suficiente sentido común para admirarla. Parece completamente feliz a pesar del ceño fruncido que está intentando poner. Él hunde su nariz en su cuello, consiguiendo una risita y un ligero golpe en su espalda. Están respirando sin sincronización, la música ha acabado hace no se cuánto tiempo. Harry está tomando aliento, su garganta irritada por los gruñidos y las súplicas.

Bree está acariciando su espalda otra vez, manteniéndolo calmado como hace siempre. Una vez que se siente mejor, un poco más él mismo, se hunde en ella más, besando y demandando más intimidad. "¿Te sientes mejor bebé?" Pregunta Bree, pasando sus dedos por su espalda.

"Si, um." Lame sus labios, incorporándose para mirarla bien a los ojos. "Lo necesitaba."

"Bien. Entonces," se incorpora después de besarle rápidamente, "los azotes-" Harry gimotea, hundiendo su cabeza en su cuello, sin querer hablar de eso pero sabiendo que es inevitable. "Hey, hey, no señor," se ríe. "¿Asumo que te gustó?"

"Si."

"¿Y asumo que si necesitas otro castigo, los azotes son una opción acertada?" Harry asiente, todavía tímido por el tema. Sabe que ella nunca ignoraría eso pero hablar de ello tan pronto después de que pasara hace que sus mejillas se vuelvan rosas. "Sabes que no te lo daré a no ser que hables sobre ello."

"No, ahora mimos. Hablamos después."

"Hablamos ahora," sugiere y él le aprieta el torso. "Realmente," Bree empuja sus hombros, "tengo que hacer pis y tú estás aplastando el aro del sujetador en mi diafragma."

"No me dejes," dice, estirando cada letra.

"Hey," dice sarcástica pero no tajante, "¿Recuerdas la charla que tuvimos sobre infecciones de orina? No son divertidas para nadie. Déjame mear."

Harry rueda lejos de ella. Nada mata el ambiente más que mencionar uretras infectadas. "¿Significa que tengo que hacer pis también?" Pregunta Harry cuando ella cierra la puerta pero no del todo. A Harry le gusta eso, que no tenga miedo de que la oiga hacer pis. "¡Puedo entrar y hacerte compañía!"

"¡Absolutamente no Harry! ¡Ni siquiera pienses en ello!" Harry se ríe solo cuando el retrete se descarga, el grifo se abre y el agua choca contra el lavabo.

"Mi culo está dolorido, ¿sabes?, por si acaso te preocupa mi bienestar por casualidad." Él está burlándose pero tampoco sabe lo que ella sigue haciendo ahí ahora que ha meado. Puede oír algunos armarios y reza que no se esté preparando para otra ronda. No es que él no quiera, pero su culo está en llamas ahora que lo ha dicho.

Bree sale pronto. Está agarrando una botella de aloe vera y tiene una sonrisa en sus labios como si supiera justo lo que él necesita. Sigue teniendo el conjunto de lencería puesto y sigue sexy de cojones.

Harry no se ha girado boca abajo tan rápido en su vida.

-

Harry sale de la cama pronto a la mañana siguiente. Tiene la intención de hacer el desayuno antes de que Bree vaya al trabajo pero está atrapado.

Su culo está dolorido. Había sabido incluso después de que Bree hubiera puesto loción en él que lo sentiría un tiempo. Así que no debería ser una sorpresa cuando se mira en el espejo después de su pis para ver como está. Es un rojo sangre, diferente a cómo debía haber estado la noche anterior.

Es... fascinante como seis horas después puede sentir el calor de la noche anterior. Quiere volver a la cama y enseñárselo a Bree, pedirle unos cuantos más para que pueda volver a mirarlos de nuevo en el espejo. No debería ponerle tan duro como está pero- Harry está descubriendo que muchas cosas le ponen duro estos días.

Aprieta su nalga, siseando cuando el tamborileo de sus venas empieza de nuevo.

"¿Harry que diablos estás haciendo?"

Harry casi da un salto de medio metro. "Um," responde, sonrosándose tan pronto como Bree le sonríe.

Está adorable por la mañana. Tiene el eyeliner emborronado en el exterior de sus ojos y la mitad de su cara está marcada por los pliegues de su almohada. También tiene una camisa puesta, una grande que debe de haberse puesto después de salir de la cama.

"Eres un idiota," se ríe, envolviendo sus brazos alrededor de su torso. Bree se relaja en Harry, le deja agarrarla mientras ella traza figuras indeterminadas en la parte baja de su espalda.

Los pies de Harry están congelados y sus rodillas le duelen un poco. Las uñas de Bree arañan su piel con un poco más de presión de lo normal pero se siente bien. Él se siente bien.

Y más tarde, después de que Harry haya llamado a su mamá y tenido una corta conversación con Nick sobre comer pronto, tiene un poco de pánico por su relación con Bree. Le gusta mucho, confía en ella con información que no le ha contado a nadie en meses, quizás años. Se han quedado despiertos sin hacer nada salvo hablar y cogerse de la mano mientras él le confiesa sus mayores miedos. Ella no se había reído y no le aseguró que no olvidaría quién era después de que su carrera se desvaneciera. Solo había apretado su mano y no había echo ningún comentario. Era más tranquilizador que cuando se lo había dicho a Liam, borrachísimo en el bus; Liam había llorado, no le había consolado y había forzado a Harry a buscar en Google el periodo medio de las boybands.

Piensa en lo mucho que ella le ha contado a él. Sobre su familia y su educación y como sus padres se divorciaron a una edad temprana, su madre mudándose y empezando una familia. Se parecen en ese aspecto pero es extraño pensar en un tiempo en el que Bree hubiera sido vulnerable. Tan terrorífico como fue ver a Bree con los ojos vidriosos, admitiendo la presión que fue puesta en su relación con su hermana, ella se había acurrucado contra él, dejándole acariciar su pelo y besar su mejilla.

Probablemente deba hablar con ella sobre eso porque está navegando a ciegas en su relación sexual e incluso su conexión emocional es algo que él apenas ha tenido.

Está cortando queso cuando Bree le manda un mensaje. Su móvil vibra en la encimera y es muy tonto como Harry sonríe solo al ver su nombre en su teléfono. Se han visto hace menos de cinco horas, no hay manera en la que el día laboral de Bree haya acabado. Para sorpresa de Harry, no es una invitación para ir a su casa, es un enlace.

Tiene un momento de temor antes de clicar en él, cree que podría ser un video de ellos en la tienda de lencería o en el coche o algo que pueda ser incriminatorio y devastador.

No es nada de eso, es un video de un bebé.

Un bebé que deja de llorar cuando su música empieza a sonar. Copia el enlace y se lo manda a los chicos en su grupo con un emoticono de un bebé. Es totalmente adorable de ver y él lo hace cuatro veces antes de pensar una contestación para Bree.

Para Bree:
Awwwww quiero uno

De Bree:
¡Estás loco! ¿Cómo está tu culo? Hahaha llamameeee

Ha puesto el emoticono de la mano moviéndose y también la que da un beso.

Harry sonríe atontado a su teléfono, marcando su número.


X.

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