El lugar al que pertenezco (II)

Tras una sesión de Skype con su padre y Eileen, Bree se quita la camiseta. Lleva un bralette rosa bebé que, a pesar de las rosas cosidas, no cubre nada. Harry tropieza con ella, poniéndolos en un combate que hace que caigan sobre el sofá. Bree le sujeta con facilidad, las manos sobre su cabeza y su cara cubriendo la de él. Él se inclina por un beso que ella esquiva. "Bree," gimotea cuando ella se roza contra él.

"Respira profundamente estrella del pop," Harry hace lo que le manda. "Ahora hazme la comida." Los ojos se Bree se vuelven dos franjas mientras sonríe, una sonrisa cursi en su cara porque sabe que lo hará.

No evita que él refunfuñe, el cambio de atmósfera se ha disipado tan rápido que hace que gruña.

Comen rollitos de primavera y gambas a la gabardina que encuentra en su congelador junto con pepinillos porque Bree dice que ha tenido antojo de ellos durante todo el día. Es una combinación un poco extraña pero ella es la cumpleañera. Lo que les recuerda que no tienen planes para por la noche.

"¿Qué quieres hacer esta noche?" Pregunta Harry, envolviendo sus brazos alrededor de ella desde atrás.

Bree se contonea contra él, sus manos encima de las de él. "Solo quiero pasar tiempo contigo."

"¿Si?" Harry tiene una idea. Es estúpida y un poco imprudente, pero lo quiere mucho. "Entonces deberíamos salir."

Bree gira la cabeza. Él solo puede ver la parte derecha de su confundida cara.

"¿Fuera, en plan fuera?"

"Si, fuera fuera. Quiero presumir de ti."

Bree eleva una ceja curiosa. ¿Tienes algún sitio en mente?"

Harry no tiene. "Podría conseguir que fuéramos a cualquier sitio."

"¿Qué? ¿Solo llamas y dices 'Hola, soy Harry Styles'?"

"Funcionaría." Bree se ría aunque sabe que es verdad y Harry está seguro de que la ha convencido. "Podría ir a casa a cambiarme, recogerte como en una cita real."

"Qué romántico."

"Lo sería. ¿Por fa?"

"Pídemelo adecuadamente estrella del pop."

Harry se apoya en una rodilla, agarrando sus manos en las de él. Sabe que es cliché y exagerado y todo lo que Bree ama en secreto. Ella sigue poniendo los ojos en blanco. "Bree Clark," empieza, pestañeando como el perrito enamorado que es. Cierra muchos tartos pestañeando. "¿Me harías el honor de permitirme sacarte a cenar en tu vigesimoquinto cumpleaños?"

"Bueno, no tengo otros planes ¿no?" Bree incorpora a Harry, poniendo los ojos en blanco, aunque se inclina para besarle rápidamente. "Gracias, me encantaría ir."

"Me encanta que te encante ir."

"Cursi, ven aquí." Harry va voluntariamente, besándola una y otra vez hasta que la apoya sobre la encimera.

"Tienes una reserva que hacer," le recuerda Bree cuando Harry tira del cuello de su camisa a un lado para poder chupar su hombro. "Harry;" le reprende cuando muerde. "Jesús, vete a casa."

"Tengo ropa aquí. Podemos ducharnos."

"No," las acciones de Bree contradicen sus palabras cuando sus piernas se envuelven a su alrededor. "Ve a casa, hazlo adecuadamente."

"No quiero adecuaciones," gimotea Harry. Siente que está volando. Bree es intoxicante, huele muy bien. No puede creerse que hace solo veinticuatro horas estaba nervioso por verla de nuevo.

Harry está medio duro y lo último que quiere es ser provocado y dejado otra vez. Sigue alterado del baño.

"Harry," Bree finalmente se aparta mirando a Harry expectante. "Haz una reserva en algún sitio, mándame un mensaje. Recógeme, dame vino y comida."

"¿Si?" Los labios de Harry se curvan en una sonrisa al pensarlo.

"Si estrella del pop, haremos piecitos y todo."

Harry da un paso hacia atrás, dando un profundo suspiro e ignorando el tirón en su estómago por quedarse en sus brazos. "Te quiero, feliz cumpleaños."

"Tonto," Bree salta de la encimera, dándole un codazo a Harry cuando va a la puerta.

Tiene la puerta abierta antes de que él llegue ahí. Si la relación de Harry con ella no estuviera reafirmada, pensaría que le está echando. Y aunque técnicamente lo está haciendo, está seguro de que volverá más tarde. "Ya te echo de menos," suelta él con un zapato puesto.

"Te quiero," susurra ella, dándole un pico de despedida.

Harry pone Party in the USA en repetición de camino a casa.

-

De Harry (15:48):

Te recojo a las 7? Xx

Para Harry (15:57):

Quieres venir un poco antes?

Para Harry (15:59):

;);) xxxxxxx <3

-

Harry se pone en situación.

Lleva una camisa con volantes y una americana, pantalones pitillo y sus botas negras. Van a ir a un sitio mucho más caro de lo que ella normalmente permitiría y no puede estar a gastar unos cuantos cientos de pavos en una botella de vino.

Nunca han salido y no puede esperar.

Por eso se quita los zapatos y cuelga la americana, escabulléndose en la casa, acariciando con poco entusiasmo a Milo antes de correr a la habitación de Bree.

No es silencioso mientras atraviesa corriendo el pasillo. Bree no grita cuando le ve pero lo hace cuando él envuelve sus brazos a su alrededor. Solo lleva sujetador y ropa interior. Su pelo recién recado y en un moño en la parte superior de su cabeza. Su cara brilla de crema hidratante y él no puede evitarlo.

"¡Bájame!" Chilla dando patadas. Él se ha arqueado hacia atrás, sus piernas arriba y manos agarrando sus brazos.

Besa su cuello cuando la baja al suelo de madera. Sabe a perfume.

"Hola."

"Hey estrella del pop. Vienes pronto."

"¡Me dijiste que viniera antes!"

Bree pone los ojos en blanco, caminando hacia la cama donde descansan tres conjuntos. Con cuidado, Harry se apoya en las almohadas, lo suficientemente lejos para que ella no le pueda acusar de arrugarlos.

"Estás guapa," sonríe.

Bree ignora su comentario para mirar los conjuntos más de cerca. Tiene las manos en sus caderas, alas cejas fruncidas con concentración y está muy buena. Es ridículamente atractiva y poderosa y Harry siente cosas solo con mirarla. Se había echo una mientras se daba una ducha, sin sentir una pizca de culpa por ello. Bree le había puesto nervioso durante todo el día y no fue ni de cerca tan satisfactorio como hubiera sido correrse con ella pero Harry terminó pensando en tenerla pronto.

"Bree," Harry lloriquea cuando ella no mira hacia arriba. "Nena."

"¿Qué?"

"Me aburro."

"Y yo estoy intentando elegir un conjunto."

Harry se sienta recto y mira las opciones. "Me gustan los vaqueros, podríamos ir a juego."

Bree mira a los vaqueros negros de cintura alta y la blusa negra. Es bastante transparente y Harry tiene una algo similar. Debería habérsela puerto, hubiera sido gracioso. Las otras opciones son un vestido, uno azul marino que abrazaría sus curvas e hiciera que su pecho pareciera increíble. La último es el menos favorito de Harry, una falda y una blusa de manga larga. Es demasiado profesional.

"¿Podría ir con el vestido?" Murmura Bree más para si misma que para alguien más.

"Pruébatelo entonces."

Con el ánimo de Harry, Bree lo hace, levanta la cabeza y le deja subirle la cremallera.

Está espectacular, por más cliché que suene Harry solo quiere quitárselo. Se lo dice.

"Nadie te está deteniendo."

Y eso es-

Bueno, Harry no había pensado en que aún estaban haciendo esto. Había pensado que ponerle los huevos morados en su cumpleaños no era solo para ponerle ansioso sino para prevenir el acto sexual en si mismo. La última vez que se habían peleado les llevó un tiempo volver al ritmo de su rutina sexual, pero ahora. Ahora, mierda, Harry lo desea y Bree se lo está dando.

Harry no es de los que miran los dientes al caballo regalado.

Sale de la cama fácilmente, desabrochando el vestido de Bree y ayudándola a salir de él antes de dejarlo en la cama. Lo último que necesita es que le regañe por arrugarlo.

"¿Qué quieres?" pregunta él, de rodillas delante de ella, apoyando su cabeza contra su suave muslo. Descansa su mejilla sobre la parte superior, tocando con la nariz el fino material de su ropa interior. Está suave bajo el encaje.

"Cómeme, las manos detrás de la espalda."

No puede evitar el pequeño 'si' que gime. "Pero quítate la camisa," dice ella dando un paso atrás. "Y los pantalones, lo último que necesitamos es la ropa arrugada."

Harry asiente, levantándose con un poco de dificultad, se desnuda.

Vuelve a ponerse de rodillas y ayuda a Bree a quitarse la ropa interior, no está seguro de qué hacer con ella pero Bree la tira detrás de ella y luego da un paso hacia él. Harry se sienta sobre sus gemelos y luego atrae a Bree hacia él por los muslos.

"No toques," le reprende, "¿debería atarte o puedes comportarte?"

"Me comporto," asiente Harry sujetando sus muñecas detrás de su espalda.

"Buen chico," dice con sinceridad, apartándose el pelo de su cara antes de recogerlo en un puño. La otra mano de Bree sujeta su hombro y luego él se hunde.

Es descuidado con su ansia. No puede evitar darle un lametón, acercarse un poco más mientras intenta no tocarla. Desearía que sus manos estuviesen atadas. Es demasiado tentador tocarla e ir más profundo pero aún así, tiene que hundir sus uñas en sus muñecas para detenerse de acercarla.

Lo desea mucho, no va a joderla tocándola. Las piernas de Bree tiemblan, la suave piel de su muslo roza contra su hombro. Harry se aparta, lo justo para respirar y relamerse. Sabe tan bien que lame su muslo solo para saborearla más.

Bree suela una risa pero aprieta el agarre de su pelo, mueve su cabeza para mirarla. Tiene papada, pero también está malditamente guapa.

"Vamos," instruye Bree acercando sus caderas hacia él.

La lame arriba y abajo, usando su lengua más de lo necesario. El sonido de un gemido de agradecimiento resuena en la habitación y él no se da cuenta de que es suyo hasta que Bree tiembla. Tras eso, Harry no puede parar de gemir, murmurando contra ella. Mueve su lengua entre sus pliegues, escuchándola sisear y gemir su nombre. Es celestial.

Harry se está quedando sin aire pero no es, sino un artista. Intenta regular su respiración, apoyando su frente contra la suave piel.

Bree le da un golpecito en el hombro, sacándole de su estupor. "Pared." Harry mordisquea sus labios, sin entender. Ella da un paso hacia atrás, luego otro hasta que está apoyada contra la pared. Harry la sigue, gateando hasta que vuelve a lamerla. Da un gran lametón tras otro, cubriendo tanta área como puede hasta que llega a su clítoris.

"Jesús," gime Bree arqueando su espalda. Harry lo mordisquea unas cuantas veces, girando y girando hasta que sus uñas se hunden en su hombro y apoya una pierna sobre él.

Harry pierde el equilibrio, buscando la pared para no caer completamente. Hay un segundo de suspense en el que pueda que ella va a amonestarlo. Nunca llega. Sentir su cálido muslo contra su oreja, encerrarle le vuelve loco. Cierra sus labios alrededor del clítoris, chupando y girándolo en su lengua. Es muy persistente, tan determinado en hacer que se corra, hacerle sentir un inmensurable placer que aparta la sensación de su propio pene goteando de su mente.

La pierna de Bree le da más acceso y cuando él gruñe contra ella: "Estás siendo muy bueno para mi cariño, siempre eres un buen chico."

Harry asiente, lamiendo arriba y abajo, una y otra vez. "Que ansioso, debiste haber echado esto mucho de menos."

"Te echaba de menos a ti," enfatiza Harry, sintiendo la necesidad de aclararlo. Sus labios están pegajosos y suaves. Es celestial.

"Es mi cumpleaños, vamos," Bree hincha su tacón en la espalda de Harry. "Haz que termine."

Cuando Bree se corre, es con un suave gimoteo. Es silencioso y satisfactorio y parece una engreída cuando aparta a Harry un poco. "¿Estás bien?" Pregunta ella.

Harry asiente, atontado y feliz. Bree sabe tan increíble como recuerda. Se relame, moviéndolos exageradamente cuando ella le pone de pie. Le duelen un poco las rodillas, al igual que la espalda. Sigo duro e intenta que no parezca muy obvio que se muere por correrse.

Bree envuelve un brazo alrededor del cuello de Harry, las puntas rizadas se pegan a su nuca. Bree le da un beso de agradecimiento, el que Harry ansiosamente profundiza. Suelta un suspiro de dolor cuando Bree pasa una mano alrededor de su pezón, retorciendo uno de los extras que conoce de memoria.

Harry tiembla, inclinándose contra ella con una mano en su cadera, la otra en la pared para no aplastarla completamente. "Eres muy bueno para mí, ¿no, cariño?"

"Si."

"¿Eres un buen chico?"

Harry asiente, besando el pómulo de Bree y respirando en ella. Agradece que no se haya puesto maquillaje todavía, lo último que necesita es la boca llena de bronceador. "Dilo. Luego puedes correrte."

"Soy un buen chico," murmura, caliente y avergonzado. Está tan duro que ha mojado los bóxers.

Bree le agarra a través de la tela, apretando sus testículos hasta que gruñe. Mete su mano bajo los pantalones y entonces él se sincroniza con ella. Su frente cae contra sus clavículas, su lengua saliendo para lamer sobre su pecho.

Aunque el ángulo es raro, Harry se corre en minutos con un ruidoso suspiro y gimoteando su nombre. "Muy guapo, cariño, te quiero mucho."

"Te quiero, te quiero, te quiero," balbucea Harry, agarrándola mientras se deleita con el fulgor.

"¿Cuánto falta hasta que tengamos que irnos?" Pregunta ella, apartándose cuando él intenta darle un furtivo beso con lengua.

Harry se aparta, entrelazando sus dedos mientras camina hacia su teléfono. "Umm..."

Ella besa el hombro de Harry, mirando como él se desliza y comprueba sus mensajes. No hay ninguno que tenga que contestar de momento. "¿Treinta minutos?"

"Entonces quédate aquí, iré a prepararme."

Harry hace un puchero cuando ella se aparta, mirando solitariamente a la ropa que se tiene que poner. Todavía se siente mareado, como si su piel vibrara y todo lo que quiere es estar cerca de Bree. No puede llamar escena a lo que hicieron pero sigue teniendo la necesidad de estar a su alrededor hasta que se calme. Se pone los vaqueros y luego abre una ventana, ignorando el hecho de estar sin camisa.

Bree está inclinada contra el lavabo cuando él entra, poniéndose una línea de eyeliner en su párpado superior. Su boca está abierta y uno de sus ojos tiembla. "Eres un fisgón," murmura, dibujando una línea en el otro. "Pero me alegro de que estés aquí." Extiende su mano, una invitación. Harry nunca ha aceptado algo tan feliz.

-

A Harry le complace saber que el restaurante tiene un gran equipo de seguridad.

No sintió la necesidad de llamar a la seguridad y sentarse enfrente de Bree en la esquina del restaurante asegura su comodidad. Está seguro de que no se les va a acercar ninguno de los miembros de personal y los clientes son de un rango demográfico más adulto.

"Harry, todo el menú está en francés," chasquea la lengua.

Harry ve su preocupación por la selección. Es el tipo de restaurante que no tiene lista de precios y no ha sido por accidente. Es su cumpleaños, por el amor de Dios, Harry debería ser capaz de darle vino y comida sin escándalos. "Tiene una pequeña descripción debajo." Harry está mirando al plato de almejas.

"Sirven agua mineral, Harry, mineral."

Harry pone los ojos en blanco. El salario de Bree es más que decente. Es más que para pagar las facturas y Harry sabe que ella no está preocupada por su cuenta bancaria.

"Entonces pide agua del grifo." No puede evitar fruncir los labios. Había estado aquí con Nick hace años, cuando tenía dieciocho y no estaba acostumbrado a gastar doscientos pavos en comida. Es Le Gavroche por Dios, no fue precisamente fácil llamar y reservar con tan poca antelación. Suelen estar completos y hasta tienes que pagar una fianza antes de cenar.

"Hey," dice Bree, bajando su menú para poder inclinarse y apretar la mano de Harry. "Lo siento, aprecio esto mucho." Su dedo roza el anillo que le regaló antes de apartar la mano.

"Es agradable salir de casa ¿verdad?"

"No se. Me gusta tenerte en mi casa. Sin ningún sitio al que ir, atado." Dice la última parte más baja. Hay una vela en mitad de la mesa y la luz que cuelga del techo es tenue.

"Voy en serio."

"Entonces si. Es agradable tener algo de normalidad. Ya me siento cortejada apropiadamente."

"Bien," Sonríe Harry. "Ahora elije un vino, viene el camarero."

Harry jura por su vida que no entiende por qué no salió con Bree antes. Su camarera es profesional, apenas pasmada por su encanto. Rellena su agua y vino, reemplaza el entrante con el plato principal y es muy cortés con su privacidad. Harry quiere quedarse aquí para siempre.

Tras la duda inicial de Bree, comió el menú con gran entusiasmo. "Me encanta salir contigo, se siente muy normal."

"Oh, normal," se burla Bree. "Soy Harry Styles, soy un lujo caliente. ¿Dónde están mis fans para besarme los pies?"

Harry da una patada a su tobillo, atrayéndolo hacia él cuando ella no se inmuta. "Eres muy mala conmigo."

"Nah, me quieres."

"Tú me quieres."

Bree pone los ojos en blanco, pinchando su espárrago. "Que Dios me ayude, lo hago."

"¿Estás teniendo un buen cumpleaños?" A pesar de la seguridad de Harry, sigue ansioso por la situación de su relación. Sabe que tienen una base sólida pero no es la primera vez que las cosas han dado un giro de 180 grados.

"El mejor. Me alegro de poder pasarlo contigo."

Harry ni siquiera mira alrededor antes de inclinarse sobre la mesa para un beso. Bree le da un pico y luego él se aparta, consciente de la vela y lo propenso para los accidentes que es.

Con Bree delante de él, sonriendo y hablando sobre trabajo y solo siendo feliz, es todo lo que Harry necesita. Los otros clientes hablan a su alrededor, un murmullo que es fácil bloquear. Es la primera vez que siente que puede hacer esto- como si pudieran salir en público y apreciar el tiempo que pasan juntos.

-

"¿Bien?" pregunta Harry, moviendo el borde de su tenedor contra una el jugo de la frambuesa de su plato. Gime cuando come el último trozo, la masa de hojaldre va de lujo con el praliné de chocolate.

"Más que eso, gracias. Esto está delicioso."

"Bueno, tú eres la que va a pagar," le provoca Harry, solo para gruñir cuando Bree le da una patada debajo de la mesa. "Salvaje."

"Es mi cumpleaños," le recuerda Bree, una sonrisa en su cara.

La camarera retira sutilmente sus platos, solo para volver y ofrecerles más vino. Harry no ha tomado más de lo que debería para conducir, pero está sintiendo los efectos del suave licor. Bree por otra parte asiente a otra copa y se ríe por la expresión divertida de Harry. "Mo me hagas llevarte al coche; no quedaría bien tener una foto tuya sobre mi hombro en los periódicos."

"Nah, te gustaría demasiado. Mi culo en tu cara," sonríe ella elevando una ceja, bebiendo.

Harry le da una patada suave. "Tú quieres mi culo en tu cara."

"Si," Bree se encoje de hombros, desvergonzada.

Es en ese momento cuando el dueño, no la camarera, aparece. "Señor Styles," saluda Michel Roux. Harry va a levantarse pero Michael niega con la cabeza, ofreciéndole su mano. "Y no creo que haya tenido el placer de haberte conocido antes."

Bree sonríe negando con la cabeza. "Bree Clark, muchas gracias por atendernos."

"El placer es mío." Se gira a Harry y luego de vuelta a Bree. Parece nervioso, ansioso. "Tenemos un... pequeño problema fuera."

"¿Está todo bien?"

"Eh, tu coche está aparcado en la acera de enfrente ¿no?" Con el asentimiento de Harry, Michel continua. "Hay gente fuera. No mucha, pero acabamos de enterarnos. Podemos llamar a la policía."

Harry puede sentir la ansiedad atravesar a Bree como una ola. "Estaremos bien. ¿Cuántas personas hay fuera?"

"No más de quince."

"Vale." Harry respira profundamente. Ha estado solo con más gente, pero nunca cuando le preocupaba la seguridad de alguien más. "¿Nos traes la cuenta? Me gustaría que nos fuéramos antes de que sea más grande."

"Oh, no te preocupes por eso."

"Insisto Michel. Has hecho mucho por nosotros esta noche."

Michel mira a Bree que está tan decidida a pagar como Harry. "Vale, le diré a Úrsula que os ayude en la entrada."

Tras otro apretón de manos, Harry agarra la mano de su novia. La mano de Bree está húmeda y Harry intenta tranquilizarla pasando su pulgar arriba y abajo. No cree que funcione.

"Está bien." Susurra Harry, asegurándose de que Bree se queda detrás de él mientras paga. No mira el total, pero elige darles una generosa propina. Está ansioso por atravesar la muchedumbre, todavía no ha mirado fuera a través de las puertas de cristal por miedo de que le hagan una foto, pero ya puede ver algunos flashes en su perímetro visual.

"Solo mantén la cabeza gacha, ¿vale? Agárrate a mi chaqueta y no digas nada, ni siquiera les mires. Cruzaremos la calle y te pondrás delante y luego tápate la cara, por favor."

Bree asiente, mordiendo su labio rojo. "Lo tenemos, solo respira." Aunque Harry le dice eso, necesita hacerlo él también. Está preocupado por Bree y la última cosa que necesita es que la gente les grite insultos.

Harry lo tiene claro en su mente, puede ver como caminan seguros hasta el coche y luego entran, salen conduciendo y dejan a salida atrás. Irán a casa, le darán de comer al gato y luego espera que vean una pelo y tengan un sexo brutal.

Camina hasta la puerta principal que Úrsula ha abierto para ellos y es un completo caos. No hay quince, sino quizás veinticinco personas esperando en la calle. Algunos son hombres adultos y otros chicas adolescentes. Los hombres tienen grandes cámaras, preguntando por la cena y por qué han salido mientras que las chicas solo gritan sus nombres.

Bree está agarrando su chaqueta como si su vida dependiera de ello y Harry tiene su otra mano agarrada con fuerza en la suya. No hay mucho tráfico, así que cruzar la calle es fácil. Eso también significa que es fácil para los paparazzi, quienes les siguen mientras Harry saca sus llaves del bolsillo.

Mueve a Bree hasta que está contra la puerta del pasajero, pero la manera en la que los paparazzi les acorralan hace casi imposible que él pueda abrirle la puerta. Es un desastre y Bree se está chocando por los movimientos del grupo a su alrededor y Harry está haciendo todo lo que puede para no agarrar su brazo demasiado fuerte mientras la mueve lejos de la puerta.

Cuando finalmente está dentro, él cierra las puertas una vez más, sin darle oportunidad a cualquiera de entrar. Debería haber llamado a Preston joder.

Harry entra al coche por más problemas que Bree. Alguien le da una patada en el gemelo y momentáneamente pierde el equilibrio. Las llaves caen al suelo cuando está dentro y tiene que buscar el metal antes de poder meterlas en la cerradura.

Los flashes saltan a su alrededor, todavía pueden oír los gritos a su alrededor, los chillidos de fans que sin duda le llamarán desagradable por no parar a hacerse fotos y hablar. Pisa el pedal con suavidad, avanzando lentamente pero no puede ver nada cuando mira detrás de su hombro para salir a la carretera.

Pulsa la bocina, despreocupado de si les sorprende.

"Salgamos de aquí," dice Bree frenética y apurada.

Harry no le había prestado mucha atención desde que entró en el coche, sin querer mostrarle a los paparazzi otra cosa más que estoicidad. Entonces mira a Bree con su cabeza bajada y sus manos alrededor de su cara. No podía ver la expresión que estaba poniendo pero sabe que está estresada. Esto es lo último que necesitaban tras recomponer su relación.

"Lo estoy intentando ¡te lo juro!" dice Harry, dándole gas demasiado rápido. Casi golpea un paparazzi que le está apuntando con la cámara.

"No, quiero decir de aquí. De Londres."

"¿Quieres ir al Norte?" pregunta Harry confundido, su mente un lío de seguridad, Bree y rutas de escape sin planear. No tiene ningún problema en visitar a sus padres, también podrían irse por su cuenta.

"América," dice firmemente Bree justo cuando Harry llega a la calle principal. Están a una manzana cuando los paparazzi paran de dispararles con la cámara. Cuando llegan al siguiente cruce, Bree entrelaza sus dedos, besando los nudillos de Harry.

"Enséñame Los Ángeles."

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