El lugar al que pertenezco (I)

Harry está estirando la goma alrededor de su moño por segunda vez cuando ésta da un latigazo contra su índice.

"Joder," sisea indefenso, dejando que su pelo caiga para hurgar en su neceser por otra goma.

Tiene prisa, por el amor de Dios y solo quiere ir a ver a Bree. Desde que le llegó el mensaje pidiéndole ir a la cena, ha estado en una carrera de locos para ducharse y vestirse y tener el pelo correctamente.

No ayuda que su pelo no esté cooperando. Era una bola encrespada cuando lo secó y peinarlo no ayudó tampoco. Así que ahora iba a atárselo, espera estar presentable.

Pasa una exorbitada cantidad de tiempo eligiendo un conjunto que sea correcto. No sabe si es una noche tranquila o si se tiene que vestir más elegante, pero opta por una camisa estampada y sus vaqueros negros. Elegir una botella de vino tinto lleva más tiempo ya que se ha bebido los más caros pero consigue encontrar uno que parece lo suficientemente decente.

Sale de casa antes de recordar que tiene que llevar sus regalos con él.

El trayecto a casa de Bree es corto, aunque lleno de nerviosismo. No puede parar de juguetear con el radio, cambiando las emisoras adelante y atrás mientras los anuncios resuenan de los altavoces. Son demasiado vivaces y marchosas y no hacen absolutamente nada para tranquilizarle.

No siente que sea lo correcto entrar, así que golpea la puerta. Suena a que hay gente dentro, pero debe de ser la televisión o la música sonando. Música sería totalmente romántico.

Harry sonríe cuando oye a alguien tocando el cerrojo. Puede hacerlo: respiración profunda y todo eso.

Excepto que-

Excepto que, Daisy Lowe abre la puerta en lugar de Bree.

"Um," dice Harry un poco asombrado mientras Daisy le atrae en un abrazo. "Hola," dice dando golpecitos a su espalda, siendo consciente del vino presionado contra su pecho.

Sobre su hombro puede ver a Aimee en el regazo de Ian en un asiento y Nick y Gellz riéndose maniacamente en el sofá. "¿Solo trajiste una botella?" Frunce el ceño Daisy, tomándolo del codo antes de que pueda quitarse los zapatos. Cuelga su bolsa en el perchero antes de colocar la chaqueta encima.

"No-" empieza, solo para ser cortado por la imagen de Bree. Está haciendo puré, todavía consiguiendo balancear sus caderas con lo que sea que Grimmy haya puesto para que escuchen. Pixie está sentada en la encimera, balanceando sus pues cuando los ve.

"¡Harry!" Anuncia, bajando de un salto para chocar con él en un abrazo.

"Pix," murmura, sin quitar los ojos de Bree.

Ella se gira cuando Pixie se aparta para besa su mejilla. "Hola Harry," sonríe Bree. Harry la mira de manera crítica. No parece visiblemente enfadada y su sonrisa hasta llega a sus ojos. Le envuelve en un abrazo y besa sus labios y antes de que él tenga la oportunidad de elevar el brazo, está volviendo a la cocina.

Harry mira a Daisy un poco indefenso.

"¿Necesitas una copa?" Pregunta ella y entonces, antes de que él pueda responder dice, "Pix, ¡ven a ayudarme a abrir esta botella!"

Luego se van corriendo y entonces Harry se aclara la garganta. "Hey," dice dando un paso adelante hasta que puede ver sobre el hombro de Bree a lo que está haciendo.

Hay guisantes y zanahorias y una mezcla de almendras y salsa hirviendo a fuego lento en una sartén. Huele delicioso.

"No sabía que esto era algo grande."

Bree se encoje de hombros, sin girarse a mirar a Harry mientras tamiza. "Parece un brunch."

Harry asiente, dando un tentativo paso más cerca. "Escucha-"

"¿Puedo hacerlo más tarde?" Pide Bree, girándose finalmente para mirar a Harry. Tiene un poco de máscara corrida en su párpado.

Los ojos de Bree bajan de los suyos a sus labios y luego hacia arriba ora vez. Harry lame los suyos inconscientemente. Se inclina un centímetro más, luego otro, luego-

"¡Harry!" Grita Grimmy, rompiendo la conexión.

Bree salta como si se hubiera quemado mientras Harry se gira. "Hey Nicholas," dice poniendo los ojos en blanco.

"Hey Harold," parlotea, dando palmadas en la espalda con alegría. "¿Vas bien señorita Clark? ¿Necesitas que pruebe algo?"

"Estoy bien, Nick pero puede que necesite que saques el pollo."

Nick bordea a Harry cuando Bree da un paso atrás. Le está observando y él la está mirando de vuelta. Hay una cuestión ahí. "¿Qué más estás haciendo?" Harry intenta aparentar normalidad.

"El pollo está ahí, luego algo de maíz y guisantes, y algo de ensalada en la nevera. Gellz trajo un pudding enorme."

"Suena delicioso." Harry se pregunta cuándo tiempo ha estado todo el mundo aquí. Si fue espontáneo o si fue invitado en último minuto. Puede oír a Aimee y a Pixie hablar de algo en el salón.

Con Nick en la cocina, a Harry no le apetece holgazanear. Bree ya no le está mirando más y supone que lo mejor es no estar con ella demasiado en caso de que no quiera que esté ahí.

Se imaginaba que la próxima vez que se vieran estaría lleno de caricias dulces y disculpas. En su lugar, tiene a sus amigos medio borrachos mientras Bree saca conversaciones ociosas como si no hubiera nada fuera de lo común entre ellos. Dios, quiere estar en su órbita de nuevo.

"¿Estás bien?" Pregunta Daisy, envolviendo un brazo alrededor de su cintura. Le ofrece una copa de vino que toma con ansiedad.

"Si," asiente, dando un sorbito de vino.

"¿Estás seguro? Pareces algo-" mueve su mano y Harry mira a su copa de vino por hacer algo. "Oh, oh amor no sabías que todo el mundo iba a estar aquí ¿no?" Pregunta Daisy y Harry niega con la cabeza, puede sentir como le pican los ojos. "Ven al pasillo conmigo."

Harry deja que Daisy le guíe al pasillo hasta que están alejados de todos. "¿Necesitas llorar?" Harry niega la cabeza aunque Daisy pasa su pulgar bajo su ojo, cogiendo una lágrima perdida-

Harry inclina su cabeza, las mejillas queman de vergüenza. "Solo es que la extraño mucho mucho. Y pensé-"

"Lo se, lo se." Daisy acaricia su espalda para tranquilizarle. Su mano es cálida y se siente bien tener un trato de pena por una vez. "Ella también te extraña, ¿sabes? Esto es todo un plan maquinado, seguro."

"¿Tú crees?"

"Lo se. Su cumpleaños es mañana, ¿quizás te deje pasar la noche?" Daisy lo dice demasiado confiada; Harry mantiene la esperanza de que vuelvan a juntarse.

Harry ha tomado unas copas de vino, pero nada para emborracharle completamente. Va al baño cuando anuncian la cena, bajo el pretexto de lavarse las manos. La verdad es que está nervioso por el lugar donde se supone que se tiene que sentar.

Cuando vuelve, el único sitio libre es al lado de Bree, presidiendo la mesa. Ella le ofrece una sonrisa cuando él camina hacia ahí, la que devuelve gratamente. Se da la oportunidad de apretar su mano, un silencioso gracias y estoy muy contento de estar aquí y Nick pide un brindis y habla sobre agradecer el pollo y el vino y a Bree. Ríe como un loco.

La cena está deliciosa y Bree enrolla su pie alrededor del tobillo de Harry mientras él da un bocado al pollo. Se queda muy, muy quieto mientras mastica, asegurándose de que su pie no se mueva ni un centímetro. Mirando a su lado, ve que ella está sonriendo aunque está mirando su tenedor.

Harry no está seguro de qué hacer en su situación, pero se preocupará después. O por lo menos, intentará apagar su mente ya que su corazón está latiendo rápidamente y sus manos están sudorosas alrededor de sus cubiertos. Tira un tenedorazo de puré de patata cuando Bree pasa su pie por su gemelo.

No es nada demasiado sexual, pero le hace escupir y sonrojarse como un loco.

"¡Eh!" Dice Grimmy desde el otro lado de la mesa. "¡Nada de hacer piecitos bajo la mesa!"

"¡No lo estamos haciendo!" Niega Harry sonrosado. El pie de Bree no se mueve.

"Puedo verlo en tus ojos, Styles. Están iluminados y malvados."

"¡No lo están!" Hace un puchero ofendido. Lo están totalmente, lo siente.

Bree se inclina y aprieta su brazo. La risa sale a borbotones de ella como el champagne burbujeante que está bebiendo. "Lo están un poco, cariño."

"¡Cariño dice!" Se burla Grimmy a lo que todo el mundo alrededor de la mesa de ríe nerviosamente. La mitad de la gente aquí debe saber de su pedregosa relación, pero con Bree actuando normal e indiferente, Harry no está tan cómodo como estaba al principio de la cena. Especialmente no con la mirada de preocupación que Daisy le da a Bree cuando cree que Harry no está mirando. Parece una actuación.

"Tengo que um," dice Harry apartando la servilleta de su regazo, "hacer pis." Harry se levanta como un cohete, sin importarle apartar su silla mientras camina rápido al baño.

No puede hacer esto, no puede hacer esto, no puede hacer esto, joder.

Bree está bebiendo vino y cocinado y entreteniendo como si todo el mundo estuviera bien, aunque Harry siente que su cabeza y su corazón van a explotar. Lo último que quiere es arruinar su cena. No sabe cuánto tiempo puede estar sentado y pretender que su corazón no duele a cada latido.

Está sentado en el baño, dejando que la fría cerámica atraviese sus vaqueros y enfríe sus piernas. Piensa en irse a casa, fingir que está enfermo pero- es el cumpleaños de Bree y de alguna manera quiere quedarse para ver si Bree hablará con él.

Con la respiración temblorosa y las manos lavadas, Harry sale.

Los platos de todo el mundo están casi limpios, al igual que los del medio de la mesa. Harry no lo apena, ha perdido el apetito de todos modos.

Evita mirar a Bree e ignora la mirada de preocupación de Daisy. Harry lava los platos con la pareja feliz, golpeando la cadera de Ian hasta que él le tira la toalla dramáticamente y aclama estar rodeado de niños. Aimee le enseña el pajarito antes de lamer la barbilla de su novio. Es bastante extraño y totalmente ellos.

Gellz mete la cabeza mientras Ian está lloriqueando por las burbujas de la encimera.

"¿Habéis acabado chicos? Vamos a jugar a las películas con chupitos."

Harry pierde espectacularmente.

Su equipo es tan horrible que termina teniendo que tomar chupito tras chupito cuando su equipo pierde. No es su culpa ser horrible en eso. Lo único bueno que saca es que Bree aprieta su mano y da palmaditas en su rodillas cada vez que tiene que tomar un chupito. Ella misma está sonrojada y bastante borracha así que Harry intenta no pensar mucho en eso pero es la primera vez que está cerca de ella en siglos y está borracho y triste y se siente enfadado. Quiere, no, necesita hablar con ella antes de que termine la noche.

"¿Puedo quedarme?" Pregunta Harry cuando todo el mundo parece ocupado.

"Claro, estrella," sonríe Bree y hace que sienta un pequeño nudo.

Finalmente todo el mundo limpia. No es hasta después de otras copas de vino y Grimmy intentando la nueva aplicación de DJ que ha encontrado. Es verdaderamente horrendo oírle mezclar algunos de los 40 mejores hits juntos, pero ha pasado más de la media noche lo que significa que oficialmente es el cumpleaños de Bree. Van hacia la puerta y le dan abrazos y besos exagerados hasta que quedan solo ellos dos.

El silencio es inquietante.

Bree sigue oliendo al perfume barato de Marc Jacobs que le gusta. Se mantiene en el aire justo como hacía con sus sábanas, sus almohadas, cojines, cada grieta en su vida. Se ha filtrado en cada aspecto de su vida y no quiere que se disipe nunca.

"Hola," dice Bree, silenciosamente y solo para ellos.

"Hey, feliz cumpleaños," quiere ir a abrazarla, o quizás darle un beso. Pero se siente pequeño y revuelto mientras la observa.

"Voy a traer a Milo del cuarto de la lavadora, pero ¿puedes coger unos aguas y encontrarte conmigo en mi habitación?" Harry asiente y luego Bree se va.

Se alegra de que estén retrasándolo, sin entrar en la confrontación todavía. La verdad es que su corazón replica y está temblando un poco. Solo llena los vasos tres cuartos.

Cuando llega a la habitación de Bree, Milo está tumbado en su regazo. "Ya me he lavado los dientes," dice Bree acariciando la espalda de Milo. Lleva una camiseta grande con el logo de Coca-Cola. No puede ver si lleva pantalones porque está bajo los cobertores, pero definitivamente no lleva sujetador.

"Vale, iré, um, si," balbucea, colocando el vaso en la mesita de su lado y tendiéndole el otro.

Lo primero que nota Harry cuando camina al aseo de Bree es que hay una bañera jodidamente inmensa.

Osea, una bañera de nuevísima con patas y todo. Brillante y grande y podría albergar a dos personas; probablemente incluso tres. A pesar de las patas, los bordes tocan las paredes y hay una cortina doblada en la esquina que puedes correr para convertirlo en una ducha. Es de porcelana blanca y Harry espera, reza que puedan usarla pronto.

Se lava los dientes en tiempo record, quitándose y doblando su ropa antes de sacarla y colocarla en su cajón. Le calma ver que su ropa sigue ahí. Saca una camiseta gris para dormir, sintiendo que es correcto.

"Bueno," empieza Bree una vez que Harry está colocado en el cabecero de la cama.

Se siente dolorosamente inestable. La última vez que tuvieran una conversación sobre esto no sabía pensado que ella iba a sugerir un tiempo y ahora que están hablando sobre ello, espera que no le deje completamente.

"He sido horrible contigo."

"Si," se ríe Harry antes de cubrir inmediatamente su boca. No quería decir eso.

"No te preocupes, se que lo he sido. Quiero decir que no se por qué, pero lo hice." Suspira Bree tristemente. "Soy una mierda hablando de cosas de relaciones y parecía una relación completamente nueva una vez lo hicimos 'público' o como quieras llamarlo."

"Bree," suspira Harry, muriéndose por tocarla. Milo maúlla en el regazo de Bree. "¿Qué creías que pasaría?" Él muerde su labio inferior preocupado.

"No se. No quería pensar en ello."

Hay un doloroso silencio en el que nadie dice nada.

"Me encantaba nuestra privacidad y nuestra burbuja y sentir que nadie podía tocarnos. No quería pensar en todo lo demás. Y olvidé que eres famoso porque no te veo así." Sorbe Bree, mirando al gato en su regazo. "No estaba preparada para ello."

"Yo tampoco, nunca he hecho esto antes Bree."

Bree molesta su labio inferior. Parece pequeña bajo la iluminación de las dos lámparas de noche. "Lo se, pero se me olvidó. Tú solo, estás muy seguro de todo. Y estabas ocupado y no quería llamarte llorando."

Harry rasca el lugar entre su índice y pulgar con ansiedad. "Siempre puedes llamarme."

"Vale," sorbe Bree,. Milo maúlla.

"Bueno, ¿ahora qué?"

Bree mira abajo a Milo antes de levantarlo para colocarlo entre ellos. "Decide si quieres estar conmigo." Harry está apunto de saltar a decir que si cuando ella sigue, " porque te quiero tanto que duele y no lo he demostrado. Te traté como la mierda y lo siento mucho. Estoy muy avergonzada-" para de sorber. "Nunca quise hacerte daño, pero estaba intentando protegerme y fue cobarde y estuvo mal-" Borracha y emocional nunca a sido algo a lo que Harry se ha podido resistir.

"Bree," Harry se coloca de rodillas así que puede incorporarse a sobre la cama, la consciencia de un felino.

"Te quiero, lo siento," balbucea ella. Hay mocos saliendo de su nariz y lágrimas saliendo de sus ojos.

"Shh, shh, yo también te quiero. Te quiero mucho," le asegura. Acaricia su espalda y besa su cabeza donde está colocada contra su camiseta. "Es tu cumpleaños, no llores en tu cumpleaños."

Bree se ríe con hipo. "No te merezco."

Harry había imaginado que habría más charla y menos perdón, pero.... está cansado de llorar y discutir e ignorar y solo quiere estar con ella.

"Todo... no se va a arreglar solo, pero tienes que prometerme que hablarás conmigo."

"Te lo prometo Harry, de verdad."

"Cuando sientas algo: tristeza o enfado, tienes que contármelo."

"Lo haré."

Harry sonríe, apretando a Bree más fuerte. "¿Entonces me sonríes y me das un beso?" Bree esconde una sonrisa, limpiándose la nariz.

"Estoy llena de mocos."

"Solo quiero un beso," murmura Harry antes de juntar sus bocas. Bree sabe un poco a pasta de dientes y algo amargo todavía. Su labio inferior un poco húmedo. Podría ser mocos o lágrimas, pero eso no detiene a Harry se sujetar su cuello y darle un beso de esquimal antes de separarse.

"Voy a lavarme la cara ¿vale?"

"¿Podemos darnos mimos de cumpleaños?" Pregunta Harry esperanzado.

Bree asiente con una risita, sale de la cama y –oh, definitivamente no llevaba pantalones.

Harry agarra a Milo y lo saca de la habitación, dejándolo en el pasillo. Escala de nuevo a la cama y cuando Bree ve que están solos, escanea la habitación escéptica. "¿Oops?"

Bree se inclina, le da un largo beso antes de meterse bajo las mantas. "Te quiero, lo siento mucho."

"Ahora está bien," la tranquiliza Harry, pasando una mano por su brazo hasta que agarra su mano. "Solo quiero estar cerca de ti."

Bree asiente, contoneándose hasta que coloca una pierna sobre su cintura. Se inclina y le besa y esta vez es más tranquilo, más suave. No hacen mucho más que besarse; una dulce pasada de sus lenguas y besos hasta que sus labios se sienten hinchados y doloridos.

Los ojos de Harry empiezan a cerrarse y cuando Bree se aparta para beber agua, hace lo mismo. Mete su mano bajo la camiseta de Bree y siente su piel suave. Ha extrañado su piel y desesperadamente quiere que estén lo más cerca posible, para poder sentir esa conexión. Lo sugiere.

"¿Solo mimos?" Pregunta Bree y Harry asiente en la oscuridad.

Bree observa a Harry quitarse su camiseta antes de pasar su mano por su pecho. Solo lleva bóxers, pero es agradable. Ella los mueve hasta que abraza a Harry por detrás, siendo la cuchara grande, metiendo su pelo detrás de su oreja para poder besar su mejilla. La sensación de su pecho a través de su camiseta, subiendo y bajando cuando respira le ayuda a tranquilizarse hasta dormirse.

"Feliz cumpleaños," murmura, acercándose contra su calor.

"Gracias. Por todo. Te quiero."

"Te quiero."

-

Harry despierta a Bree con una bandeja de desayuno. Hay tortitas de manzana y canela y un plátano en la esquina; un par de huevos rotos en una tostada y también un yogur de fresa. Hay una taza de té caliente que se mueve junto con una pila de bacon.

Canta un silencioso 'Feliz cumpleaños', asegurándose de que Milo está en la cama con ella antes de hacer una foto.

"Me siento mimada," se ríe Bree, partiendo un trozo de huevo y masticando. "Te quiero."

Harry sonríe, besando sus labios ante ella siga masticando.

"Dios, me encanta oírte decir eso."

"Siento no haberlo di-"

"No te preocupes," la tranquiliza Harry antes de que Bree pueda seguir. Se mueve alrededor de la cama hasta que puede estirarse a su lado, cortando un trozo de tostada del plato para masticar.

"Solo," traga Bree, "solo déjame decir una cosa, ¿vale?" Harry asiente, incorporándose en su codo. "Te dije a propósito que los otros no venían. Quería verte, pero necesitaba una excusa. Solo pensé, pensé- no podía encararte sin un pretexto."

Harry lo medita. Es entendible, pero sigue doliendo. Pensó que su relación estaba construida sobre la confianza y saber que ella no confiaba en que se vieran sin otra gente es bastante chocante. "Lo siento."

Bree se queda en silencio después de eso, moviendo sus huevos, evitando mirar a Harry.

"No-" Harry cierra la boca junto con sus ojos. "Nos vamos a comunicar mejor, ¿vale? Desde ahora, ¿si?"

"Si."

"Y los medios, no significan una mierda para mí. Lo que digan, aunque sea desagradable, no importa."

Bree levanta una deja, extendiendo algo de huevo. "¿Así que solo lo lees si te lamen el culo?"

"O halagan mi ropa."

"Oh Dios, ni siquiera quiero imaginarme el armario que tienes programado."

"Caroline me ha prometido mucho satén y brillo."

Bree se ríe, el huevo cayendo fuera de su boca y sobre la colcha. Harry lo recoge con cara de asco, haciendo un puchero. "Estoy segura de que estarás genial."

"Lo estaré," insiste. Parte un trozo de tortita con molestia.

"No dije que no lo estarías."

Bree está sonriendo satisfecha consigo misma y aunque a Harry le gustaría seguir fingiendo ofensa, no puede evitar lo lleno de amor que se siente. Esta es la Bree que extrañaba, la Bree con la que quiere dormir y despertarse, la Bree a la que quiere mandar mensajes cuando está aburrido y la Bree que quiere que sea su novia.

"Come tu desayuno," dice tan demandante como ella. Le hace caso, gimiendo a una tortita cuando la prubea. "También te he comprado un regalo."

"Harry," suspira Bree. Ella le mira pero hace que su cara se arrugue cuando empieza a sonreír. Saca una pequeña bolsa de regalo y ella la agarra con una sonrisa. "Aunque tenemos que hablar de San Valentín, nada extraordinario."

"Pero eres mi primer San Valentín," Harry hace un puchero. "Además estaremos en Australia."

"Hay demasiadas celebraciones en un corto periodo de tiempo."

"Si no quieres darme algo, no tienes que hacerlo," Harry se encoge de hombros. Solo quiere mimarla.

"No," Bree niega con la cabeza, cogiendo una cucharada de yogur y ofreciéndoselo. "Quiero comprarte cosas, es solo que no se qué."

"Siempre puedes comprar más lencería sexy," sugiere Harry moviendo sus cejas. Puntualiza aunque la colcha cubra todo. Bree solo mueve la cabeza quitando el papel que lo cubre.

Saca primero una barra de labios, abriéndola y probándola en su mano. Harry grazna por eso, pero Bree irradia, murmurando que se lo pondrá mañana. Lo siguiente es un reloj, edición limitada de Burberry. "Mierda," se ríe Bree, sujetándolo como si costara una pequeña fortuna. El siguiente y último regalo es un CD. No tiene portada ni lista de canciones, pero lleva una carcasa.

"No, no lo escuches hasta que estés sola."

"¿Es algo guarro?" Se ríe Bree, abriéndolo.

"No," sonríe Harry, aceptando su beso agradecido.

Hablan sobre su siguiente viaje el siguiente par de minutos, comiendo y acariciando a Milo. No es hasta que se pulen la bandeja que Harry se levanta otra vez, colocándola en el suelo. Tiene una propuesta que cree que Bree puede acceder.

"¿Nos preparo un baño?" Harry no puede contener la emoción que tiene por la nueva bañera.

"La viste ¿eh?"

"Si,"

"Es bonita. La vi en un catálogo y mandé que la instalaran hace poco."

"¿Te has dado un baño ya?"

"Quería esperarte," admite Bree. Harry le lanza una sonrisa antes de ir a abrir el agua.

Harry husmea en el cajón del baño, encontrando una de las bombas que le compró por Navidad. Se lava los dientes mientras la bañera se llena y luego la mete en el agua cuando está por la mitad. Deja que haga burbujas y brille antes de girar un poco.

Bree llega al cuarto con una bata de seda a su alrededor. Su pelo está recogido en un moño y está descalza mientras camina sobre las baldosas. "Tiene buena pinta."

"Huele bien también, no puedo esperar." Roba una de las gomas del pelo verde neón de Bree para atar su pelo y luego se quita los bóxers sin vergüenza. "¿Me sujetas?" Pregunta, negándose a avergonzarse.

El agua muerde su piel cuando Harry entra, volviéndola roja mientras se sumerge pero también es jodidamente agradable. También es agradable tener los brazos de Bree a su alrededor, su pecho contra su espalda mientras acaricia su estómago y costados. Solo se quedan ahí, sin hablar mucho pero sin ignorarse.

Harry había puesto una lista de música acústica y calmada. Conoce la mayoría de las canciones y tararea suavemente. Los tarareos de Bree vibran contra su pecho.

El agua no se va a enfriar pronto, no hay prisa. Bueno, no hasta que Bree empieza a acariciar su estómago, hundiéndose y pellizcando el vello ligero que lleva a su pene. Él sisea, retorciéndose entre sus piernas abiertas. Ha pasado mucho tiempo desde que ha sentido estimulación por parte de ella.

Harry no había pensado en esto- no se había permitido pensar en esto en detalle por miedo a decepcionarse. Lo desea mucho, pero no va a pedirlo. Esto es al ritmo de Bree.

Sus veloces dedos se deslizan arriba y abajo en su estómago. El agua se mueve alrededor de su piel.

"Bree," jadea, moviéndose más contra ella. Sus dedos se cierran alrededor de su pene, seguros y firmen y suaves. Hay mucha diferencia en la sensación dedos a los de él. Es como si su pene lo supiera también. Se sobresalta, palpitando de una manera que hace a Bree reír. "Te eché de menos."

Bree besa el hombro mojado de Harry, deja que sus labios rocen hasta que muerde su oreja. "Yo te eché más de menos."

Harry no cree que sea verdad, pero no lo comenta. La cantidad que ha extrañado a Bree es muy grande, el descanso en el que estaban era tan devastador que no reconoce que ella pudiera extrañarle así. Bree sigue provocándole, chupando su cuello mientras él se retuerce en el agua.

Está muy cerca. Su estamina es prácticamente inexistente cuando no le reta a aguantar un orgasmo así que sus caderas se retuercen en nada, desesperadas. Cuando los dedos de Bree rozan contra sus testículos, chilla, "No, no, no," dice seguido cuando Bree aparta la mano para trazarla sobre un pezón.

"No te vas a correr en nuestro baño," se ríe Bree. Consigue que suene como si él debiera saberlo.

"Por favor," lloriquea.

"No, no necesito tu corrida flotando." Harry pretende levantarse pero las manos de Bree son rápidas, tirando de él hacia su pecho y dejando que sus uñas pasen por la parte superior de sus muslos. "Déjame jugar contigo un poco."

Harry asiente indefenso. Lo desea, Dios lo desea mucho. No sabía si estarían raros, tentadores alrededor del otro, pero quiere la interminable persecución que se le ofrece. Piensa, por un segundo, que está siendo egoísta. Es el cumpleaños de Bree después de todo, un momento en el que él debería adorarla, pero por la manera en la que sus respiraciones se acortan, sus besos se vuelven erráticos, sabe que está disfrutando tanto como él.

"Déjame follarte," dice Harry; no, suplica.

"Nop," se ríe Bree, dándose un pico detrás de la oreja.

"Por favor. Por favor," está muy mareado, loco por cuanto quiere correrse. Quiere que ambos terminen. "Lo haré bien, haré que dure."

"No vamos a follar en el baño," sus dedos no han dejado de mover su pene.

"Cumpleaños."

Bree se ríe de él otra vez, con fuerza, haciendo eco en la habitación. "El tuyo todavía no."

Harry lloriquea otra vez, impaciente. Solo quiere verle la cara. Se siente borracho de tanto que lo desea. "Pero me encanta que te estés lavando para mí," dice Bree besando sus hombros hasta que puede chupar un moratón en su hombro izquierdo. "He pensado en ti lavándote para mi, dejándome lamerte."

Las cejas de Harry se fruncen, él no- oh, oh. "Bree, Jesús."

"Podría ser un buen regalo de cumpleaños, ¿sabes?" Provoca ella, sus dedos apretando su cadera. "He pensado mucho en ello. ¿Alguna vez alguien te ha hecho eso?"

Harry se siente acalorado y sudado en el baño. Sin mencionar que el espejo se ha empañado y su pelo se ha humedecido por el vapor. Aun así, si pene se sacude con renovado interés en la mano de Bree mientras que la otra araña su muslo interno.

"¿Hmm?"

"No," jadea Harry cuando las uñas de Bree se hunden en su piel.

"¿No? ¿No te ha comido nunca nadie? Pero si tienes un culito precioso."

"Bree," jadea Harry mientras Bree aparta sus manos de él. Él desea poder sentir lo mojada que está, hacer que se siente a ahorcajadas sobre él y montarle en la bañera, que el agua salpique y se salga, tener a Bree gritando de lo bueno que es.

"Lo quiero."

"Nah, quedémonos un rato."

Harry frunce el ceño, girando su cara y encontrándose con le de Bree para un beso. Pero ella no deja que dure mucho, solo posa sus manos en su estómago.

"Me voy a arrugar," comenta Bree cuando Harry entrelaza sus dedos.

"¿Ya? ¡Solo tienes veinticinco!"

Bree golpea el estómago de Harry, el agua salpicando su pecho. "Idiota."

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