Desde las 8 hasta tarde, pienso en ti (II)
Tan pronto como Harry atraviesa la puerta, Bree está encima de él.
Sus pensamientos son un lio de si si si y caliente caliente caliente. Sus brazos están sobre sus hombros, manos agarrando su pelo, uñas hundiéndose en su cabeza. Él tiene las manos llenas de piel y una boca húmeda en la suya y es el mejor recibimiento que ha tenido- nunca.
Ella está hablando rápido cuando se reúnen; jadeando y casi sin respiración preguntando 'cómo fue el vuelo' y 'te eché mucho de menos'. Él pierde la compostura cuando ella le empuja contra la puerta, su espalda golpeando con fuerza y sus labios atacando su cuello.
Él deja que su cabeza descanse contra la puerta, moviéndola a un lado para poder mirarla.
Es guapísima, no es que se haya olvidado, pero las selfies y las conversaciones por webcam menos que perfectas no le hicieron justicia.
No puede parar de pasar sus manos por su cuerpo. Todos los lugares a los que llega los aprieta y acaricia y cuida. Está totalmente vestido y Bree solo lleva el sujetador morado y las braguitas negras que él le compró.
Los dientes de ella mordisquean su nuez de Adán y hacen que eche las caderas hacia delante- un mes entero de mensajes y llamadas, citas por Skype en la oscuridad y Snapchats tontos no son nada comparado con tenerla en carne y hueso.
Harry no tiene ni idea de qué ha planeado. Se quedó despierto por horas anoche pensando en lo que ella dijo, si iba a hacer que esperara 24 horas completas antes de que se le permitiera correrse. Solo el pensamiento era suficiente para masturbarse en la cama de su hotel, pero era menos que satisfactorio sabiendo que podría tener la realidad en un día.
"Harry." Es la primera vez que ha dicho su nombre desde que está en casa. Envía un vuelco en su estómago que sabe que solo puede ser causado por ella. Sus caderas se echan hacia delante y ella gime, subiendo un muslo entre sus piernas y presionando hacia delante.
Sus dedos llegan al cierre de su sujetador- en algún lugar al fondo de su mente sabe que será regañado por su ansia, pero lo agarra de todos modos.
Eso es lo que parece que espabila a Bree. Da un paso hacia atrás y le mira de arriba a abajo.
Su pecho está agitado y está acalorada en el cuello. Su brillo de labios parece embadurnado en los bordes y su maquillaje recién aplicado. Pero sus ojos, sus ojos están observando su cuerpo como si fuera el único vaso de agua en medio de una sequía. La mirada esta ligada al hambre, lujuria. Envía un rayo caliente a través de él, un escalofrío que él doma para observar su espalda.
"Hay un regalo para ti cuando llegues a mi habitación," empieza Bree con la voz sorprendentemente regular cuando habla, "quédate en calzoncillos y luego siéntate encima de las manos para mí."
Harry traga. Él no, no- "No llevo calzoncillos."
Bree eleva solo una perfectamente esculpida ceja para lanzarle una mirada que le hace sudar al instante. Es el mejor tipo de nerviosismo, del tipo que hace que su pene palpite y su boca se seque. Se queda ahí, sin aliento con anticipación hasta que ella habla otra vez.
"¿No llevas calzoncillos?" Él asiente con la cabeza, siguiéndola con los ojos cuando camina hacia él. "¿Te sentaste en un avión durante diez horas y luego te hiciste fotos con un puñado de adolescentes sin ropa interior?"
"Um,"
"No es una pregunta difícil Harry."
"No, quiero decir si, si, no llevo calzoncillos."
Bree se gira en sus talones, dando pasos calculados mientras habla " ¿Y por qué?"
"Pensé," Harry está clavado donde está. "Pensé que lo haría más fácil para esta noche."
"Ah," dice Bree, todo sarcasmo humillante, "¿Así que estabas siendo avaricioso? ¿Es eso? ¿Querías sacarte la polla tan pronto como llegaras aquí?"
"No, yo-"
"¿No? ¿Entonces qué Harry?" Harry se queda en silencio, su pene engordando en sus pantalones solo por el tono de su voz. "No puedes esperar, ¿no? Intento ser paciente, intento ayudarte y luego haces esto. Crees que es todo para ti- que eres el único que importa ¿verdad?"
"¡No! No, yo-"
Bree eleva su mano, le corta afiladamente como una cuchilla. "Esto no es una pregunta a desarrollar Harry."
"Perdón," susurra bajando la cabeza con vergüenza.
"Aquí estoy, poniendo todo el esfuerzo una vez más. Te dejo venir, me visto para ti, te consigo un regalo, planeo toda nuestra noche- y tú solo lo arruinas porque no quieres esperar." Dios, Harry está muy atraído por ella. Es muy caliente. "Eso no es ser un chico muy bueno."
Harry lucha por tener la boca cerrada. Sus instintos le dicen que lo niegue. Que le diga que es un buen chico y que ha esperado mucho por ella, pero no puede porque ella le está mirando con mucha decepción.
"Te castigaría, pero ni siquiera mereces unos azotes. Los azotes son para buenos chicos que se portan mal, tú no eres ni siquiera eso." Bree chasquea la lengua, mirándole de arriba abajo. Toca ligeramente su centro, moviendo la cabeza. "¿Cómo vas a recompensármelo?"
Harry relame sus labios. Hay muchas cosas que quiere hacerle- pero esto es para ella. Fue egoísta asumiendo que Bree le desearía tan pronto como atravesara la puerta, pero su pene ha estado medio duro desde que embarcó en el avión y casi totalmente duro desde que ella le envió la primera foto.
Había pensado que cuando se reunieran así- verse cara a cara- sería algo extraño o torpe. Él está más que feliz al saber que pueden pasar directamente a esto.
"Cualquier cosa," ofrece rápidamente. Ha estado muy ansioso por comerla todo el día, toda la semana, todo el mes. Pero haría cualquier cosa por ella ahora. Espera que sea eso, no quiere nada más que hacerlo hasta que su mandíbula duela y no pueda respirar y su cara no sea más que un desastre goteante de ella.
"Hmmm, creo que quiero ponerme al día con algunas grabaciones para ser sincera."
Bree se gira en sus talones, caminando hacia su salón mientras Harry se tropieza consigo mismo para seguirla. No llega muy lejos porque tiene que parar para quitarse las botas. Los calcetines han bajado por sus tobillos pero no se detiene a estirarlos, solo sigue caminando.
Cuando llega al salón, para en seco. Bree está tumbada en el medio del sofá, un programa que no recuerda en la televisión. Juguetea con sus dedos mientras avanza hacia ella, inseguro de si está invitado a unirse a ella o no. Su amenaza de no permitirle correrse en su mente.
Ella no dice nada, solo separa las piernas y dice, 'arrodíllate'. Él choca contra la alfombra por su rapidez por acercarse a ella. La acción normalmente la tendría sonriendo, probablemente burlándose de su descoordinación, pero no esta vez.
Un pañuelo de seda emerge de sus manos. Es uno que se ha dejado aquí por accidente. Admite que hay más de unos cuantos esparcidos por su casa. Harry no tiene ni idea si estuvo siempre ahí o si ella lo había cogido después de que él llegara a casa y arruinara sus planes. De todos modos, su sangre palpita con anticipación.
"Mantén tus manos detrás de tu espalda," le dice. Y es jodidamente atractivo como se lo dice.
La gente le dice qué hacer todos los días. Le dicen dónde ir, qué cantar, cuándo dejar su hotel- pero lo que ella le dice es bien recibido. Es revitalizante saber que él le permite tener tanto poder sobre él; que tienen tanto poder juntos.
"Gírate Harry, no tengo toda la noche," dice Bree, su voz conteniendo más y más malicia con cada frase que dice.
"Perdón." Murmura y se revuelve para girarse, enganchando sus manos detrás de su espalda. Quiere que duela- lo quiere tenso y que deje marcas.
"Nueva regla, ¿vale? Solo habla cuando te pregunte algo." Puntualiza lo que está diciendo apretando la tela alrededor de sus muñecas. Desliza dos dedos en el hueco y tira, echando su torso hacia atrás. Sus abdominales se contraen cuando se mueve, su estómago lleno de deseo de continuar. Está lo suficientemente suelto para que pueda mover las muñecas, pero si intenta separarlas, no irán a ninguna parte.
"Vuelve a girarte."
Una vez que ella se vuelve a colocar en el sofá, extiende la mano y agarra su nuca. Él tiene la sensación de que sabe que viene después, es malditamente excitante tener su boca en ella que cuando se inclina hacia delante, no puede llegar- gimotea desde la garganta. "Mueve tu culo vago Harry, ven aquí." Le tira hacia delante, hace que él se eleve así que ya no está sentado sobre sus gemelos.
Tiene que encorvar su espalda de forma un poco extraña pero vale la pena por la manera en la que ella le empuja directo a ella. Sus piernas están extendidas y su ropa interior la cubre un poco, pero es muy dulce en su lengua. Él la mira, ve que no le está mirando, sino a la televisión.
Entonces su mano sale de su pelo, descansando en el sofá. Él la quiere en él de cualquier manera que pueda tener y ahora ni siquiera está reconociendo su presencia. Él es bueno en esto, sabe que lo es- sabe que puede hacer que se corra dos veces solo con su boca- tres veces si puede usar los dedos. Sigue gimoteando en su garganta, intentando estar más y más cerca pero hay tela por en medio.
Hace que doble sus esfuerzos. Quiere tener algún tipo de reacción de ella aunque piensa que será difícil. Está claramente concentrada en lo que está viendo así que él flexiona y pone en punta su lengua, la folla con ella como si estuviera hambriento. Lo está de algún modo. Él solo ha tenido el recuerdo de lo que es tanto tiempo que tenerlo en la realidad le hace sentirse sediento.
Desea poder usar sus dedos, dárselo realmente y hacerla gritar. Quiere oírla mucho, todo lo que puede oír son sus propios gemidos desesperados, el sonido húmedo de él abriéndola con la lengua.
"Cállate Harry, Dios eres una distracción." Harry retiene el gruñido que quiere sacar. Es la primera vez que le ha hablado en no sabe cuanto tiempo. Quiere ser una distracción- quiere tener su atención de vuelta porque ha sido muy bueno. Ni siquiera se está rozando con el borde del asiento del sofá.
Cierra los ojos, intentando sentir cada rugosidad de ella. Tiene la lengua bastante profunda, manteniendo una buena variedad de movimientos. Solo quiere que ella haga algo. Que tire de su pelo o se sacuda contra él, se retuerza como él sabe que es capaz.
Es frustrantemente atractivo preguntarse en qué está pensando. Ni tiene ni una sola idea de qué más ha planeando para él. No sabe si esto es todo o si va a torturarle y provocarle después. Lo desea tanto que puede sentirse a si mismo gotear.
Su mandíbula está dolorida de cojones y sus bíceps llorarían si pudieran. Su espalda está encorvada y su cuello necesitará definitivamente un masaje más pronto que tarde, pero por ahora se concentra en que ella termine. No pensaría que esto le está afectando, excepto por el hecho de que puede sentir sus músculos flexionarse.
Harry se aparta un poco, mordisquea y chupa uno de sus pliegues, usando la lengua como si se estuvieran besando. Sin avisar, Bree agarra su pelo, acercándolo y elevando sus caderas. Se corre rápidamente después de eso, rozándose en su boca y no para mientras se acomoda de nuevo en el sofá.
Ella no dice otra cosa así que él continua, lamiéndola y chupándola hasta limpiarla, sintiendo su mandíbula volverse pegajosa mientras va a por todo lo que puede.
"Para." Instruye, tirándole del pelo. Quema, pero merece mucho la pena. La mira un milisegundo antes de que ella deshaga su restricción. No se atreve a flexionar sus muñecas, no quiere mostrarle que está aliviado de que estén libres. Ella ni siquiera le mira todavía; sus ojos se han movido de nuevo a la televisión. "Tráeme una botella de zumo de piña. Está en la segunda balsa de la puerta del frigorífico."
Cuando Harry no se mueve lo suficientemente rápido, sus ojos vuelven a él. "Ve, Harry. Eres un inútil."
Harry se levanta después de eso, su pene presionado contra la cremallera de sus pantalones incómodo. Cree que la vio mirándolo, pero quizás es un deseo. Cuando vuelve, Bree tiene una mano metida en su ropa interior y se está follando con dos de sus esbeltos dedos. Él casi tira el zumo si no es por el hecho de que Bree alarga sus dedos y él instantáneamente los deshace para ella.
Da un gran trago antes de colocarlo de nuevo en su mano. "Pensándolo bien, ¿puedes traerme agua?" Pregunta, haciendo finalmente contacto visual con él. Él asiente, prácticamente corriendo para conseguirle su siguiente petición.
Le trae de vuelta un vaso de agua con una pajita, sabiendo que prefiere beber por eso mejor. Su reacción mereció la pena, una pequeña sonrisa que le da antes de inclinarse hacia delante y tomar la pajita en su boca, los dedos todavía trabajando dentro de ella.
"Gracias Harry," suspira antes de apartar su mano. Se la ofrece, dos dedos brillantes justo delante de su boca. "Límpiame bebé, se que puedes."
Harry no necesita más instrucciones, solo chupa sus dedos en su boca y los lame. Le encanta como sabe, le embriaga. Su olor, su sabor, la manera en la que lo hace tomarlo- Dios, se está poniendo incluso más cachondo.
No se ha dado cuenta de que ella ha apagado la televisión hasta que sale de él y todo lo que puede oír es la pulsación de sus oídos. "Bien," ofrece, levantándose y ofreciéndole una mano. Él la toma rápidamente, levantándose y siguiéndola a la habitación.
Ella le detiene cuando están fuera de su habitación cerrada, le sujeta contra la puerta para rozarse contra él. Él no puede procesar en su cabeza que esté realmente aquí. Después de semanas imaginándose verla otra vez, ya es un alivio solamente estar en su presencia.
"¿Quieres tus regalos ahora?"
Harry asiente, sonríe porque está preguntándole con una sonrisa. Ella le besa suavemente, un contraste a la fiera que es en el momento. "Puedes hablar durante el resto de la noche, ¿vale? Has sido muy bueno para mí."
"Gracias." Su voz es ronca del desuso.
"Por supuesto, entra y abre tus regalos ¿vale? Estaré en un momento." Ella desaparece de nuevo bajando las escaleras y Harry empuja la puerta para conseguir su regalo.
-
Harry tiene sus regalos enfrente de él cuando Bree vuelve. Tiene una botella de champagne y dos copas en su mano. Ella tiene una regla de que cuando juegan, no estarán intoxicados porque no es seguro y les puede poner a los dos en riesgo, así que el hecho de que haya traído champagne pone a Harry nervioso de repente- él no quiere parar, no está listo para que esto termine la noche todavía.
Ya hay un brillante vibrador azul en la cama junto con tres condones estriados y un nuevo bote de lubricante. Él lo había inspeccionado rápidamente pero era una marca que nunca había visto antes 'Placer de él & ella' escrito en la botella. Además de eso también hay un pañuelo de Alexander McQueen. Él sabe lo caros que son. Sabe que para él es calderilla y para ella es un poco más que eso. Se siente mal sabiendo que se ha gastado tanto en él, cuando ya le da tanto.
"Bree," dice, gesticulando al estampado de calaveras negro y morado.
"No quiero oírlo. Tú haces mucho por mi, esto solo es un regalito." Tiene una gran sonrisa en su cara cuando él lo agarra en su mano, apretando la tela de la manera más cuidadosa que sabe. "Así que di gracias."
"Gracias." Espeta negando con la cabeza, "Jesús, lo siento, gracias, es precioso." Se inclina para un beso, uno que ella le da rápidamente antes de acomodarse.
"¿Si? Lo vi online y pensé en ti." Peina hacia atrás sus rizos, mirando sus claros ojos verdes. "Estaba pensando en taparte los ojos con ella, pero llegaremos a eso luego."
"¿En serio?" Harry se espabila. Le encanta que le tapen los ojos- siempre significa que va a ser provocado durante un rato.
"Más tarde, tengo otros planes para esta noche."
Los pensamientos de Harry van instantáneamente a su pene.
Pero está equivocado- como lo está normalmente cuando intenta predecirla. En vez de eso, ella hace que él llene el vibrador de lubricante para que la folle con él mientras sigue totalmente vestido. Ella no le hace caso mientras le usa para correrse, instruyéndole para hacerlo más duro, aumentando las vibraciones hasta que ella está temblando y agarrando con fuerza su hombro. Harry pensaría que es injusto si fuera con cualquier otra mujer que no fuera ella. Sabe que no haría esto para nadie más, no daría tanto de la manera que hace con Bree.
Él no se estimula tanto como hace normalmente pero está bien. Sigue tan cachondo por ser ignorado que su pene no se deshincha por la falta de atención. Quiere apretarlo o por lo menos acunarlo para soltar algo de tensión pero la oportunidad nunca se da.
Más tarde, Bree le desnuda lentamente, tomándose su tiempo en besar y marcar su cuerpo, refamiliarizándose con el paisaje de sus fibrosos músculos. Ella se quita su ropa junto con la de él hasta que están los dos desnudos; luego beben el resto del champagne directamente de la boquilla, riendo y abrazándose hasta que se duermen.
-
Harry se despierta desorientado.
No recuerda quedarse dormido, pero tiene a Bree envuelta alrededor de su cuerpo y está sudando como un cerdo. Su pene sigue duro, algo que es probablemente perpetuo en este momento.
Gira, se acurruca en el calor de los brazos de Bree y besa su cuello. El reloj de la mesita está apartado sin darle la cara, pero no siente que tiene que mirar la hora así que solo la manipula hasta que ella tiene una pierna sobre su muslo y un brazo alrededor de sus hombros.
-
La siguiente vez que Harry se despierta es con un salto. Su teléfono está sonando y él va a por él pero- sus manos están atadas a los postes de la cama sobre su cabeza y la tirantez de sus hombros es todo lo que puede sentir. Está confuso solo un segundo y luego-
Oh.
Mira hacia abajo y-
Oh.
"Bueno, mira quién está despierto por fin." Dice Bree con falsa sorpresa desde su lugar al final de la cama.
Lleva un ligero babydoll rosa sin nada debajo y su pelo está en un moño en la parte superior de su cabeza. Él nunca lo había visto antes- pero no ha visto muchos conjuntos todavía. Le encanta el esfuerzo que pone cuando juegan. Le encanta como se viste con conjuntos de volantes y encaje para él.
Bree está guapísima, sus pezones sobresaliendo a la tela transparente de la parte superior. Él quiere tener la boca en ellos, quiere tenerlos mojados y tenerla arqueándose hacia él, urgiéndole que haga más.
Sus ojos vuelven a su cara y bueno... probablemente debería decir algo.
"Um."
"¿Tienes idea de qué hora es?" pregunta, pasando por delante de cualquier frase vergonzosa que Harry estaba a punto de tartamudear. "Las dos y media.... Estuviste dormido doce horas Harry."
"Doce-" pregunta atónito.
"Sip," dice lanzándole una mirada mordaz. "es eso justo?" Harry niega con la cabeza, la boca seca. "No, no lo es, ¿no? ¿Qué dije anoche? Eres egoísta." Dice extendiendo la mano para pellizcar su muslo y si, va a empezar. El pulso de Harry se acelera con el pensamiento.
"Así que estaba pensando," Bree para inspeccionar sus uñas, "mientras estaba sentada aquí sola, que necesitamos hacer algo para arreglarlo. Entiendo que tú no querías dormir tanto, pero sigue estando mal Harry." Entonces de levanta, rodea la cama esta que está de pie a su izquierda. "Si puedes adivinar cuantas fotos guarras me enviaste mientras estabas en Estados Unidos, tendrás una recompensa.
"Um," joder, Harry no tiene ni idea. Duda que pueda comprobar su teléfono.
"10, 9, 8," mientras Bree hace la cuenta atrás, Harry intenta adivinar cuantas le mandó. Hubo una la tercera noche, dos esa noche en Florida... algunas más en Texas y ¿quizás algunas en Chicago?"
"¿Once?"
"Catorce," Bree dice tan calmada como siempre- como si supiera que Harry no iba a ser capaz de decir la respuesta correcta. "Y ya que lo dijiste mal, usaremos ese número para tus azotes."
Harry asiente a pesar del hecho de que sabe que ella lo hará de todos modos. Ha estado hablando de recibir más azotes- más azotes intensos- desde que lo hicieron apropiadamente por un castigo un poco antes de que se fuera.
Ya está tan excitado por eso que puede sentir su pene ir de medio duro a casi lleno. Puede sentir el sudo empezando a surgir a través de sus poros, violenta excitación en su barriga mientras Bree solo le mira, planeando su siguiente movimiento.
"Entonces gírate, hay espacio en el pañuelo." Harry hace lo que ella dice, gira torpemente.
Ve la tela del pañuelo girarse cuando él lo hace. Agradece que no sea el nuevo, no querría estirarlo cuando tire de él.
"El culo arriba. Puedes apoyar la cara en la almohada pero quiero esto," aprieta su culo con ambas manos. "arriba todo el tiempo."
Con eso, las manos de Bree empiezan a agarrar. No empieza directamente- tiene una regla sobre hacer que la sangre fluya ahí o algo. Harry sabe que es para conseguir que la piel esté caliente y rosa antes de que le ataque. Ella se hunde en el músculo, se siente tan bien que él gime, cierra sus ojos y sube su culo más arriba en el aire.
"Quiero que me agradezcas después de cada uno. No te preocupes por estar callado, quiero oírte."
Sus uñas arañan la piel pálida de ahí. Él ha tomado el sol un poco en América, pero siempre mantiene un poco cubierto. Ha escapado demasiadas veces por los pelos de yates y piscinas involucrando cámaras de largo alcance para arriesgarse a tomar al sol desnudo- no es que se oponga a ello porque realmente disfruta tumbándose en la cubierta de su casa en Los Ángeles sin absolutamente nada- pero es un poco diferente a la piscina en un hotel.
Cuando ella aprieta sus nalgas, él suelta un gruñido. Se siente tan bien que ya está jadeando en la almohada, con el pecho pesado mientras espera.
Su impaciencia está empezando a controlar su comportamiento. Está luchando por no echarse hacia atrás. Sus rodillas están hundidas en el colchón y su mejilla sigue presionada en la almohada esponjosa. Su cuello es lo que duele más, estirado así que siente un pequeño tirón.
El primer golpe es diferente a cualquier otro. Le sorprende, hace que se ahogue en su saliva, es ruidoso, el eco claro en la habitación. gime directamente después de tragar, la sensación yendo directamente a su pene.
"Eso no fue un agradecimiento," es todo lo que Bree dice.
"¡Gracias!"
"No fue lo suficientemente rápido. Empezaremos de nuevo y no te olvides otra vez."
Harry asiente, su cabeza sacudiéndose en la almohada con la fuerza del golpe. "Gracias." Dice inmediatamente esta vez. Está muy feliz de recordarlo, muy contento de que fue capaz de – "agradecerle"- bien esta vez.
Ella sigue alternando entre azotarle y apretarle la cálida piel inmediatamente después hasta que llega al noveno o décimo. Solo quedan unos cuantos más, solo tiene que soportar los golpes unos cuantos minutos más cuando-
Bree le da justo en el lugar donde su nalga se encuentra con la parte superior de su muslo y grita en su lugar. Está muy conmocionado por el picor, por la manera en la que su pene se menea y se echa hacia delante, chocando con su estómago que solo- no puede decir nada. Gruñe y cree que lo hace, pero no puede estar seguro. Todo lo que sabe es que eso se sintió muy bien que es como si su mente se pusiera en blanco.
"Oh Harry, oh no." Harry sabe que está siendo condescendiente con él, prácticamente puede oír la sonrisa que tiene en sus labios. Él vuelve a la posición en la que estaba previamente, gime su nombre como una súplica, para no repetir el castigo excepto que hace oídos sordos. "Parece que empezamos de nuevo."
Harry gimotea de nuevo, estremeciéndose bajo sus cálidas manos. Se siente tenso y caliente, como si no pudiera endurecerse más.
"Catorce Harry, esas son las fotos comprometidas de ti que recibí." Está acariciando con sus manos sobre la piel ardiendo. Tanta sensación que él no sabe como va a soportar una docena más. "Esas son todas las fotos guarras que abrí y todas las veces que tuve que correrme sin tu ayuda. Imagina que si asistente las viera." Dios, Harry está muy duro. "¿Qué pasaría si decidiera enviárselas? ¿pasarlas por ahí? Millones de personas se hubieran llenado de crema."
Normalmente Harry odia esa palabra. Nunca ha encontrado nada atractivo en usarla, siempre niega con la cabeza con asco cuando uno de los chicos la dice en el bus. Excepto ahora- con su voz goteando como la miel, suave y continua, es tan caliente que le da un escalofrío.
"No quiero que hagas un solo sonido hasta que termine. No voy a contarlas así que será mejor que sepas cuando has recibido la última y agradecérmelo tan pronto como acabe. De otra manera empezaremos otra vez." Harry asiente, apretando sus ojos por el siguiente golpe. "Color," dice, todavía tan autoritativa como antes.
"Verde," responde seguro.
Puede hacerlo. Bree no le empujaría más de lo que cree que puede ir.
"Abre los ojos para mí." Él lo hace, encontrándose con los suyos tan pronto como se abren. "Bien." Dice antes de descansar en él.
Hay tres en una sucesión rápida, uno después del otro en cada nalga antes de que se quede quieta- en suspenso- y luego vuelta a ello. Uno en el lugar que casi le hace rendirse, otro al lado de su nalga izquierda y luego uno golpeándole en la parte superior de la nalga.
Ese es el sexto, piensa con alegría.
Hace un descanso, pasando su pulgar en sus nalgas ardientes antes de azotarle dos veces en el mismo sitio. Mientras tanto, Harry tiene los ojos cerrados, sus uñas hundiéndose en sus palmas y los dientes apretados con fuerza. Está decidido a pasar por esto. Sabe que los puntos que ve detrás de sus ojos necesitan aclararse antes de que esto acabe.
Él cuenta tres más en su cabeza. Solo le quedan tres más- dos- uno más y es el más fuete que recibe.
"Gracias," respira, "gracias, Bree, gracias." Va a caerse hacia delante pero entonces hay dos manos agarrando sus caderas, asegurándose de que se queda donde está.
Bree se mueve a su alrededor, quita el pañuelo de sus manos y lleva sus muñecas a sus labios. Él observa desde donde está, inclinado y mirándole. No se había dado cuenta de lo mucho que dolía, cuándo ha estado tirando de su restricción hasta que ella le besa, calmando la piel roja.
"Oh cariño," dice entonces, soltando sus manos e inclinándose hacia delante. Sus pulgares pasan bajo sus ojos, recogiendo la humedad que él no había notado que eran lágrimas. "Aceptaste tus azotes muy bien. Hiciste más de lo que pensé que harías, eres muy bueno para mí."
"Bueno," Harry sonríe y Bree se inclina hacia delante, besa su pómulo izquierdo antes de apartarse.
"Que chico tan bueno," elogia, besando sus mejillas una y ora vez. "mi buen chico. Soy muy afortunada de tenerte todo para mí. Estoy muy contenta de que estés en casa, te eché mucho de menos." Harry sigue mareado, todavía siente el agua salada escapar de sus ojos. Está agradecido de que ella no lo resalte- no hace otra cosa que besarlas mientras susurra 'tan bueno' y 'no deseo a nadie más que a ti'.
"Démonos un baño, quiero ponerte las manos encima"
Harry asiente, dejando que Bree le manipule hasta que la sigue hasta el baño. Ella le deja en la puerta mientras revolotea por la habitación. hay unas cuantas velas apagadas y su ofensivamente grande bañera con patas ya está llena a la mitad con agua. Ella solo la llena con agua caliente, inclinándose sobre el baño y dándole una vista genial de su culo cuando se gira, ojos brillantes mientras el espejo se empaña.
"El agua no debería estar muy caliente en tu trasero," le informa. Ni siquiera había pensado en eso.
"Oh." Da unos cuantos pasos hacia delante.
"Quiero decir, escocerá un poco, pero se que te gusta el dolor." Y luego le guiña un puto ojo- está muerto por ella.
-
La estamina de Harry no es la mejor.
Tiene la cara roja y jadea en el cuello de Bree, chupando un moratón donde cualquiera podría verlo a no ser que lleve un jersey y es muy excitante saber que le ha dejado. Está peligrosamente cerca, con una de sus manos envuelta alrededor de su pene, estirándole bajo el agua.
Normalmente, Harry se siente satisfecho de todo el tiempo que puede durar. Normalmente puede hacer que su pareja termine y apartar el latido de su pene al fondo de su mente. Excepto que- no tiene nada que hacer esta vez. No tiene nada que hacer con sus manos aparte de agarrar el borde de la bañera a su lado y lo único que puede hacer con su boca es chupar y mordisquear y morder tanto de su cuello como puede. Sus empellones superficiales causan pequeñas olas en el agua, rodillas deslizándose ligeramente en el suelo de porcelana. Lo ignora para gemir, sintiendo el calor enrollándose en su estómago mientras su orgasmo se acerca más y más.
Está casi listo para dejarse ir- a punto de tener el orgasmo más satisfactorio cuando ella aparta su mano y empuja con sus dos manos mojadas sus hombros.
"No," gimotea, intentando hundirse otra vez.
"No- no, no he terminado contigo todavía," advierte ella, apartándolo hasta que se siente y la mira. "Ve a la cama por favor, no tardaré."
Harry sería un idiota si no lo hiciera.
-
"Te eché mucho de menos, Dios," confiesa Bree con los labios ahora sobre los suyos. Él tiene suficiente sentido común para besarla de vuelta, poniendo morritos y chupando y lamiendo un poco. Pensándolo mejor, no está seguro de qué está haciendo, pero ella no le está deteniendo.
Ya tiene los testículos presionando en ella profundamente, oyendo el sonido de piel chocando contra piel mientras ella le urge a ir más y más rápido.
Su mano llega a su pelo, apartando un poco los rizos. "Yo te eché más de menos," dice, con los ojos entrecerrados y sensibles y todavía no ha tenido un orgasmo.
"Muéstramelo," dice ella, jugueteando con sus pezones con sus pulgares y escaneándolos.
Él no tiene ni idea de a qué se refiere- había asumido que se lo estaba mostrando así que está un poco confuso con lo que ha dicho. Pero él empujo más fuerte, más rápido, toca su clítoris con el pulgar a velocidad constante.
"Joder," jadea ella, las uñas hundiéndose en las golondrinas. "No te corras todavía," Gime, la cabeza hacia atrás mientras él la folla.
Y es injusto. Está jodidamente duro, a penas puede respirar mientras la folla.
"Quiero chupártela," aclara y es como si todos los engranajes de su cabeza hubieran hecho click finalmente mientras él la mira.
"Dios, si, si, lo eché mucho de menos."
Bree se ríe por sus tonterías, le atrae para un beso que le quita el aliento una vez más. Se corre rápidamente después de eso, con sus ojos acerrados y su boca abierta en un jadeo. Está guapa, las más guapa y Harry se va a morir por la manera en la que ella se está estrechando. Es todo lo que ha extrañado y todo lo que ha querido y estar con ella así le hace sentir muy vivo.
Ella jadea abiertamente, temblando mientras le sonríe y entonces- él gira 180 grados. Está tumbado en su espalda con ella gateando por su cuerpo. Retira el condón, ignorando dónde car cuando lo tira. Entonces su boca está en él, trabajando profundamente y es tanta sobre-estimulación que sus muslos intentan cerrarse alrededor de su cabeza.
Ella no le deja, usa una de sus manos para mantener sus piernas quietas y la otra para tocar sus testículos. Rápidos dedos pasando alrededor de la unión, presionando en la cálida piel entre sus muslos e ingle. Él tiene los ojos cerrados, la boca mordiendo uno de sus tatuajes.
Solo ha estado despierto unas pocas horas, pero se siente cansado de nuevo. Está gimoteando en su brazo, palabras que no tendrían sentido incluso si no estuvieran amortiguadas por el músculo.
Solo está ahí tumbado- la energía que normalmente usaría está agotada. Harry no puede encontrarla para convocarla más, demasiado cansado de la provocación prolongada. Su culo duele y su mandíbula duele y su pene parece que ha estado duro siempre.
Apartando ambos brazos lejos de él, mira a Bree y encuentra que le está mirando directamente.
Es ese momento en el que ella decide apartarse, un hilo de saliva todavía conectándole a la cabeza de su polla y él confía este momento a su recuerdo- lo quiere a fuego en la parte trasera de sus párpados para que cada minuto del tour pueda pensar en esto. Cuando esté solo en su litera y extrañando a su chica, puede solo recordar esto.
"Vamos cariño, necesito que te corras, solo quiero que te corras en mi cara, se que puedes, has sido muy bueno para mí-" Bree sigue hilando palabras de aliento, acercándole más y más y luego ocurre.
Harry mira como su corrida sale a chorros de su cara mientras ella le deja sobresaltarse y jadear y ensuciarla. Está "Joder", no se da cuenta de que ha dicho eso, no siente nada realmente excepto un cosquilleo en sus pies y un dolor en el pecho.
Ella gatea encima de su cuerpo, le besa para callar las palabrotas que está gimoteando. Se puede saborear en sus labios, puede saborear la desagradable salinidad y luego ella se estira hacia una toallita húmeda y limpia su cara como si no fuera para tanto.
Él está temblando físicamente mientras ella le abraza de nuevo, acunándole como hace siempre y él está indefenso. Se apoya en ello, la siente pasar sus nudillos sobre cada bulto de su espalda. Está totalmente agotado- no soñaría con moverse por, al menos otra hora.
"¡Ah!" Bree chilla, energética de repente mientras le eleva un poco. "¡Compré helado de pistacho! ¡Vamos!"
Ella sale corriendo de la habitación, completamente desnuda y riéndose con una energía salvaje de la que él carece.
Harry mira alrededor, a la silla de ante color caramelo de la esquina, a la ventana con las abrumadoramente grandes cortinas, al vestidor y armario que contiene objeto tras objeto de su propia ropa, y luego mira a la mesita de noche, en el lado del que ella duerme más veces.
Hay una foto ahí, una que él no ha visto durante sus otras visitas. Es de ellos; una selfie ridícula que se habían sacado en la cocina. Harry lleva un sombrero de chef que se le cae de la cabeza, el pelo enredado a su alrededor. Tiene una sonrisa enorme en su cara, la lengua saliendo por la esquina y los ojos con arrugas de reír. Bree está justo a su derecha, medio-riéndose en una de sus ruidosas carcajadas.
Parecen completamente felices, completamente locos el uno por el otro aunque ni siquiera se están mirando- parecen una pareja.
X.
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