Adorar en la habitación (II)

Besarse en la ducha es genial, increíble, fantástico.

Lo que no es fantástico es el hecho de que Harry esta empalmado y reteniendo un orgasmo mientras Bree alterna su fascinación de sus pezones a su boca. "Jesús." Respira, envolviendo una mano a su alrededor solo para disipar algo de dolor. Está muy duro.

"No te atrevas a correrte," respira ella en su boca.

"No."

"Bien," un pulgar pasa sobre uno de sus pezones extra. "Me encanta lo sensible que eres, Dios mío."

"Mhmm," Harry asiente, aprieta su agarre en sus caderas hasta que ella es arrastrada contra él. Su polla se desliza contra su cadera, el agua lubricando el movimiento hasta que los dos no hacen nada más que rozarse el uno con el otro.

"No te corras," repite.

Él gruñe con frustración, dando un paso hacia atrás para retenerse.

Bree se ríe porque, por supuesto su dolor es su placer. "¿Quieres jugar esta noche?" Pregunta, apoyada contra la pared de azulejos y él asiente inmediatamente, no es un completo idiota. "Dilo."

"Si, si, quiero jugar," asiente, buscándola pero ella aparta sus manos.

"Bien. Puedes irte ahora. Creo que voy a hacerme dedos un poco." Se gira, perdiéndose la manera en la que los ojos de Harry se abren.

Él quiere hacerlo. Cuando juegan, rara vez le deja hacerle dedos- lo que es una pena porque sus dedos son muy largos y sabe que podría hacer un buen trabajo preparándola. Pero ella rara vez le deja hacerlo, prefiere preparase ella misma y luego seguir con el espectáculo. Pero un día, él va a hacerle dedos adecuadamente; hacer que se corra y se corra y se corra hasta que sus piernas tiemblen y no pueda decir nada más que elogios en su nombre.

"Dios Harry," su voz llena de molestia, "No puedes hacer nada sin órdenes," suelta. "Sécate, ponte un moño y túmbate en la cama."

"Um," Harry parpadea, quiere ayudar. Pero ella parece enfadada. Sus cejas están alzadas, como esperando a que él se vaya, pero él quiere quedarse. Sabe que no debería responder- sabe que ella hará más que un cuidadoso trabajo sola así que pregunta, "¿Boca arriba o boca abajo?"

"Boca arriba," dice con un asentimiento decisivo, "buena pregunta." Le recompensa con un beso antes de apartarse de él, señalando su despido.

-

Harry ni siquiera se siente avergonzado de lo duro que está.

Siente que ha pasado un milenio. Su autocontrol es increíble y definitivamente se merece correrse. Justo ahora joder.

Tiene las manos agarradas en el poste del medio de la cama, los bíceps estirados y aunque ella no le dijo que cerrara las manos siente que es lo más natural.

Su cabeza gira a la derecha cuando la puerta se abre. Ella tiene una toalla envuelta alrededor de su cuerpo y su pelo está en una larga trenza. "¿Te quedaste quieto para mi?"

Harry asiente, siguiendo su mirada a su pene. "Me encanta lo bueno que eres," dice ella, caminando alrededor de la cama para poder verle desde todos los ángulos. "No hay azotes esta noche ¿vale? Vas a ser bueno para mí."

"Bueno, si."

Bree asiente, aún sin mirarle a los ojos. Él quiere la conexión; la conexión que hace que él lo ansíe. Le encanta cuando siente su garganta dolorida después de jugar y ni siquiera puede reunir la energía para moverse. Le encanta cuando se siente tan exhausto que duerme unas buenas diez horas antes de comer un plato enorme de comida.

"Compré algo, pero necesito que lo pruebes rápidamente."

Harry asiente, la ve hurgar en su cajón lleno de juguetes hasta que agarra algo con la mano. "¿El anillo para el pene?" pregunta él, pero no lo han usado desde que ha vuelto y sería muy agradable ser llevado al borde sin alivio.

"Nop." Dice, con una sonrisa sabionda en sus labios. "Ahora dame tu mano."

Harry tiende su mano izquierda. Su hombro está tenso, pero su entusiasmo le puede.

"Vale eh, te compré unas pinzas para los pezones, ¿está bien?" Y Harry casi saliva por el pensamiento de tenerlos en él.

No son tan monos como pensaba que serían. Tienen esas gomas negras insensibles al final de ellas y no están totalmente cerradas. Está agradecido por eso porque por mucho que le encante que le aprieten los pezones- no está muy seguro de si le gustan apretados como tornillos.

Ella siempre sabe lo que él necesita.

"No son los más bonitos, son ajustables-" a lo que Harry frunce el ceño, "no me mires así, no estás listo para los que cierran."

"Eso no lo sabes-"

"Duelen Harry, especialmente si no estás acostumbrado-"

"Pero-"

"Esto no es discutible, ¿vale?" Su voz no es dura, así que Harry sabe que no está realmente enfadada. Y sabe que ella tiene su interés en mente. Pero se pregunta cómo lo sabe. No piensa activamente en su pasado, pero ahora lo hace. Se pregunta cómo sabe ella como se sienten. Se pregunta si alguna vez los ha llevado y cómo le gustan y quizá si ha querido llevarlos otra vez.

"Hey," dice ella, rompiendo sus pensamientos. "Color, por favor."

Harry mira las pinzas en su mano. "Verde," dice confiado, moviendo sus dedos en su mano.

"Vale, bien. Voy a poner esto aquí," extiende su pulgar e índice, "Dime como se siente."

Es sorprendentemente aguantable. No se siente doloroso o como si fuera a romperle la mano, así que asiente, mira con fascinación en los surcos de su piel alrededor de la goma. Se queda así un tiempo, Harry moviendo su mano un poco y sintiendo la presión ajustarse.

"¿Entonces te gustan?" Pregunta Bree, conociendo la respuesta.

Harry asiente, extiende la mano para alcanzarla una vez que se lo quita y la besa. Ella murmura pequeños recordatorios en su oído. "Duele más cuando te los quitan que cuando te los ponen." "Estoy muy emocionada, ya te ves muy bien." "Dios Harry, me vuelves loca."

Harry siente lo mismo exactamente. La excitación creciendo porque sabe lo que vendrá. Bueno- tiene una ligera idea de lo que vendrá. No hay nada que le guste más que jueguen con sus pezones y ahora que Bree está lamiendo alrededor de uno y tocando con el pulgar el otro- es tanto que sus caderas ya se están sacudiendo en la cama.

Pero ella no le regaña, no le dice que se quede quieto y sea un buen chico así que se imagina que está bien, se imagina que ella quiere que él se alborote para que su excitación llegue a la cima antes de ponerle las pinzas, dejar la cadena de plata colgando en su pecho. Está muy emocionado por eso.

"Por favor," suplica, su polla rozando contra su cadera y temblando. El movimiento es tan bueno que lo hace otra vez, murmura una súplica y pide ser arruinado.

"¿Si? Lo deseas mucho cariño."

"Por favor, Bree, lo necesito."

"Vale, vale." Dice Bree. Sus dientes pasan por encima de uno de sus pezones libres, no tan sensibles como los más grandes, pero él sigue sintiéndolo. "Tenía que haber cogido dos pares, ¿eh estrella del pop?"

Harry se lamenta, no demasiado seguro de a qué está accediendo, pero quiere cualquier cosa que ella le de.

Ella le masturba mientras lame y mordisquea su pecho, prestando más atención a su pecho y pezones que el que ha hecho en años. Su lengua pasa sobre un pezón, círculos sobre el otro. Es tan estimulante que Harry está teniendo problemas manteniendo sus balbuceos a raya.

"Hey Harry, presta atención ¿vale? Necesito tu color." Harry suelta verde tan rápido como puede. Quiere esto, ¿no lo entiende? Está intentando fruncir el ceño para llevarla al límite, intentando expresar lo de acuerdo que está en esta situación cuando siente el primer pinchazo. Sisea. Siente el placentero placer atravesarle. "Pregunté tu color, dime Harry, vamos."

Harry nunca la había oído preguntar. No había oído nada sobre el ruidoso fluir en sus orejas. "Verde, haz el otro." Bree le dirige una mirada, hace que él parpadeé como un loco hasta que sonríe tan dulce e inocentemente como puede reunir. "Por favor," suelta.

"No me mires así. Eres demasiado mono para lo que voy a hacerte," sonríe ella y oh, eso llama la atención de Harry.

"Qué," Harry lame sus labios, siente la pinza apretarse alrededor de su pezón, "Qué tienes planeado."

"La paciencia es una virtud," canturrea.

"Bree-" es cortado por la segunda pinza apretándole. "Joder."

"¿Se siente bien?" pregunta, pasando una pierna sobre su torso. Se sienta ahí, la toalla todavía cubriendo su cuerpo pero la abertura en el medio se abre en la parte de abajo. Él puede sentirla sobre su estómago, la excitación rozándose contra su abdomen mientras mira el juguete.

Harry, por lo que se siente la primera vez en mucho tiempo, está sin palabras. Normalmente puede manejar pequeños balbuceos de frases incoherentes, pero ni siquiera puede manejar eso. Está congelado mirando al regalo que ella le ha conseguido- a ellos se corrige- y es tan abrumador que se queda sin respiración.

Tienen un par de horas conscientes hasta que tenga que irse otro mes y acaban de hacerse oficiales y todo está encajando en su lugar y él no está listo para irse aún. No debería pensar en esto pero no puede evitarlo. Todo en lo que puede pensar es que estarán separados por las siguientes semanas y no sabe que tipo de efecto tendrá en ella.

"Hey," acaricia su pecho, justo donde la cadena cuelga sobre unos pelos, "no pienses en mañana ¿vale?" Harry asiente, siente que está empañando el estado de ánimo y arruinarlo todo. "Solo quiero estar contigo esta noche."

Harry asiente, frunce sus labios por un beso que es agradecidamente revuelto. Las manos que la sujetan irradian calor a través de sus pectorales y él no quiere nada más que sentirlas trazar un camino por su cuerpo. Pero- pero tiene ese nuevo aparato puesto y no tiene ni idea de qué hacer con él porque seguro que ella no está esperando que él lo sepa.

Él inclina sus caderas, buscando desesperadamente algo de fricción. Para su consternación todo lo que consigue es el borde de la toalla y no es tan satisfactorio como estar en ella.

"Dios no tienes ni idea de lo arruinado que pareces." Bree se aparta, le evalúa una vez más antes de inclinarse a morder su labio inferior. Su boca se suelta, la lengua saliendo para besar su labio superior. Tiene una vaga idea de cómo se ve pero quiere verlo. Quiere que ella instale un espejo en el techo para que pueda mirar como se ven juntos.

"Haz una foto," dice antes de procesar el pensamiento.

"¿Qué?" Bree se aparta con eso, claramente sorprendida de que le haya pedido eso. Harry no esperaba decir eso- ni siquiera lo filtró antes de soltarlo pero ahora que piensa en ello, lo quiere. Confía en ella un montón.

"Haz una foto, por favor," se corrige.

"¿Vas en serio?" Ella pregunta a lo que él asiente.

"Por favor, puedes verla cuando me vaya. Confío en ti."

"¿Si?" Pregunta, provocándole ahora. Su sonrisa vuelve, azuzándole. "Dime por qué cariño."

"Porque," dice él, sabiendo que realmente no hay una razón, "Porque confío en ti. Porque se que te correrás con ella también. Porque por favor, yo-" su respiración le deja con un silbido cuando ella tira de la cadena. Palpita, su mitad superior se sacude y tiene espasmos por el shock.

"No te muevas," le instruye mientras sale de la cama.

Él hace lo que le dice, los ojos moviéndose para seguir sus pasos mientras ella agarra el teléfono de la encimera. Cuando se estira, la toalla se cae milagrosamente. Su cuerpo desnudo es perfecto, su culo una mezcla de moreno de las nuevas braguitas de bikini que ha comprado, una tira de piel pálido donde va la parte superior. Ella le dirige una mirada sobre su hombro y Harry ni siquiera se siente mal por estar obviamente con la boca abierta.

Ella mueve su culo bromeando, la risa haciendo eco en la habitación antes de volver a la cama.

Tienen una regla con los móviles- apagarlos cuando juegan en caso de que algo los distraiga. Pero hay una excepción a la regla porque Harry tiene el móvil del trabajo que queda en vibración por la posibilidad de que haya una emergencia crucial que necesite su atención.

Hubo una vez en la que él y Zayn habían apagado los móviles y dejado en la habitación del hotel cuando salieron a explorar Australia. No fue el movimiento más inteligente pero después de eso fue obligatorio que todos tuvieran sus móviles encendidos todo el tiempo.

"Estoy esperando a que se encienda," anuncia Bree, cerrando su puño alrededor de su pene y estirándolo unas cuantas veces.

Es descuidada durante los preliminares. Si es porque a ella le gusta provocarle o porque se olvida, él nunca lo sabrá. Pero ahora tiene una mano a su alrededor y le está estirando en serio.

"Bree," se queja, porque sus manos están un poco secas y demasiado apretadas para que él esté cómodo.

"Vale cariño, cierra los ojos." Él no puede oír el disparo, pero tiene una ligera idea de las fotos que está sacando. Puede sentarla moviéndose alrededor de la cama, puede sentirla estabilizándose en su pecho, la cadena atrapada entre su mano y su piel y debe ser intencional la manera en la que su mano se mueve y las pinzas tiran.

"Dios," gimotea, los ojos cerrados cuando su mano baja y baja y baja, arañando el vello bajo su ombligo.

"Abre los ojos para mí."

Harry abre los ojos, ve que ella le está ofreciendo el teléfono y por un momento está confuso. Eso es hasta que ella lo toma en su boca. Él toquetea el móvil, bloqueándolo accidentalmente. Tiene que desbloquearlo, conseguir un buen ángulo e intentar no llorar. Cuando ve que está puesto el vídeo quiere llorar. Todo es tan bueno que no duda en presionar el botón de grabar.

Ella hace sonidos de absorción cuando se aparta de su polla- nada fuera de no normal, pero ella se ve como siempre- amándolo completamente. Abre los ojos medio segundo, le guiña un ojo a Harry a través de la cámara y él jura que si se muriera en este mismo instante, se moriría como un hombre muy, muy feliz.

Toca sus testículos con la nariz, mantiene su pene contra su estómago hasta que lame líneas en cada uno. Se ve muy bien en la pantalla. Harry no puede esperar a verlo de nuevo, los cascos en sus orejas mientras se sienta en su litera.

Él cierra la cámara, oye el pitido que hace cuando Bree se desliza fuera de su pene.

"¿Cómo estuvo eso?" Pregunta, la voz más ronca que antes y Harry asiente un poco frenético. La risa de Bree es cortante y brillante en el silencio de la habitación. "Voy a follarte muy bien."

Entonces todo se vuelve metódico.

Desenvolver el condón, el pequeño movimiento que hace cuando le toma. Está aturdido cuando llega hasta el fondo y luego ella se sale, hundiéndose, hundiéndose, hundiéndose, saliendo. no es justo. Harry gimotea, haciendo pucheros dramáticamente porque no le gusta la provocación.

Ella ve su pecho subir y bajar con cada movimiento, ve sus pezones ponerse durísimos mientras se balancea en su polla. Está soltando esos gemidos sin respiración, los ojos fijos en la cadena de plata brillando en su pecho. Él puede sentir sus pezones, protestando a las pinzas. Siente como si estuvieran más duros que nunca, rojos e hinchados donde la goma negra los aprieta.

Harry no cree que pueda conseguir nada mejor, una chica guapísima usándole para correrse mientras sus pezones siguen estimulados- y luego-

Bree se inclina hacia delante, su pecho contra sus abdominales mientras lame su pecho. Mira hacia arriba, los ojos marrones húmedos y dice, "Fóllame, vamos cariño." Si eso no es suficiente motivación para empezar a mover sus caderas, ella saca la lengua y agarra la cadenas, chupándola.

No aprieta más las pinzas pero cuando él pone las manos en la doblez de su cadera y da su primer empellón, ella se echa hacia delante, llevándole la cadenas con ella.

Ella está sonriendo intensamente mientras él sigue. Sus manos han encontrado un lugar en sus bíceps, hundiendo sus dedos mientras se sujeta.

Bree empieza a encontrarse con él en cada empellón. Empieza un poco torpe y con titubeos fuera de ritmo pero finalmente encuentran su ritmo. Bree está gimiendo contra su pecho, la lengua intentando lamer su sudor. Es demasiado pero él quiere correrse. Echa la cabeza hacia atrás, las terminaciones nerviosas a fuego por la estimulación.

"Bree, vamos, por favor."

"¿Crees que estás listo?" Pregunta ella, la cadena cayendo de su boca cuando se sienta. Harry asiente, más que listo para terminar. Ha estado esperando por años. Ha sido muy bueno- sabe que lo ha sido. "Va a doler mucho más al quitarlos."

"Lo se, lo se, pero por favor."

"¿Lo necesitas?" Pregunta, apartando sus manos de su cuerpo y sujetándolas por encima de su cabeza. Harry cierra los ojos y asiente, se rinde ante la sensación de ella contrayéndose a su alrededor. "¿Cuánto?"

"Mucho."

"¿Si? ¿Crees que te puedes correr dos veces?" Tira de la cadenas, asombrando a Harry. Él se traba por una respuesta; no puede imaginarse corriéndose dos veces, no lo ha hecho desde los diecisiete e incluso entonces tubo un periodo refractario en el que la chica se la chupó hasta que se empalmó otra vez. "Se bueno para mí Harry, ¿por favor?" Pone pucheros, "He sido muy buena contigo y apreciaría mucho si pudieras correrte dos veces."

Sus palabras alivian la presión, pero-

Lo quiere.

Puede hacerlo.

Así que asiente, su trasero roza contra la almohada mientras asiente lo suficientemente frenético para que ella sonría, sus dientes rectos revelándose tras sus labios hinchados.

"Entonces pídemelo otra vez," dice ella, apretándose contra la cabeza de su pene.

"Bree," dice, sin aliento y destrozado.

Él mira a sus pezones, duros y rosas y muy muy bonitos. Bree pasa su dedo por la cadena, se balancea en su pene antes de tirar de ella. Es amable- no calculado- pero muy apreciado.

"Bree, por favor, necesito correrme. Necesito mucho correrme, por favor."

"¿Si?" pregunta ella, montando su polla más fuerte, sus tetas balanceándose más fuerte. "Entonces vamos, no tenemos toda la noche ¿no?"

Harry niega con la cabeza, intentando desesperadamente mover las caderas, pero no puede ir a ninguna parte. "Dios, eres un cerdo," comenta Bree y – ella nunca le había dicho eso antes. Nunca le llamó nada que no fuera amor, cariño, bebé- nombres afectuosos que habían que su corazón se derritiera.

Pero sorprendentemente le gusta mucho, mucho.

"Lo deseas mucho ¿no? Dime cuánto lo quieres."

"Lo necesito, ¡lo necesito, por favor!"

"¿Si? Eres muy avaricioso bebé, solo los cerdos lo desean tanto."

"Tu cerdo, por favor," gimotea, retorciéndose en la cama con anticipación. Ella hace círculos con sus caderas, poniendo sus dedos en las pinzas cuando-

Harry se está corriendo fuerte. Se da cuenta de su pene pulsando físicamente mientras se libera en el condón. Ella le monta, besando cuidadosamente y chupando la columna entre sus pectorales.

Él quiere apartarla, pero está sin huesos- arraigado en el colchón mientras ella rota y se roza, manteniendo toda la atención en su pene incluso cuando se siente agotado. Realmente es doloroso. Harry quiere correrse otra vez, lo hace, honestamente- pero no está seguro si puede.

"Vamos Harry, puedes correrte otra vez, se que puedes." Bree le anima, su boca chupando una marca en su mandíbula. Probablemente, quizás, lo más seguro es que deje marca, pero Harry no puede pararla.

Cree que balbucea su nombre, aunque lo más seguro es que son maldiciones pero no está seguro. Todo en lo que puede pensar es en correrse otra vez, correrse otra vez, correrse otra vez.

Son minutos, demasiado para ser segundos, hasta que se corre otra vez, un sonido seco atravesando sus oídos- mejillas mojadas mientras sus ojos se aguan sin su permiso.

Cuando se recompone Bree está sobre él. Lo primero que hace es sonreír, bueno, intentando sonreír. Se siente mareado y acalorado. Está completamente desnudo al igual que ella y está presionada contra él, su brazo alrededor de sus hombros.

"Hola," dice, la aprensión nublando sus ojos.

"-la," es todo lo que puede sacar.

"Desapareciste, dio un poco de miedo," admite.

"Lo siento."

"No lo hagas, me alegro de que hayas vuelto a mí."

Harry sonríe, enterrándose en su axila. Ella no le aparta como él espera, solo aparta el pelo de sus ojos porque- él no se dio cuenta de que se le ha salido del moño. Probablemente este enrredadísimo.

"¿Acabaste tú?" Pregunta, genuinamente preocupado.

Bree se ríe, besa la punta de su nariz. "Si. Pero me asusté cuando caíste en picado."

"Se sintió bien," dice Harry a pesar el latido de sus pezones. Estarán sensibles durante horas, él no tiene ni idea. Ella es consciente de que se tiene que alejar de ellos mientras pasa sus dedos por su clavícula.

Bree tararea; besa su mejilla y su pelo, esparciendo besos en todos lados hasta que él suelta risitas. "Pero tengo que hacer pis," dice y Harry hace un puchero, rueda en su estómago para poder agarrarse a su cintura. Su cara está algo aplastada en su cadera, pero es agradable. Huele a sudor y sexo. "¡Apártate!" Se ríe, desenvolviendo sus brazos de su alrededor.

Pero él demanda atención- necesita tenerla acurrucada en él durante unos buenos veinte minutos antes de que pueda pensar en funcionar fuera del dormitorio. Pero Harry no la escucha, se queda acoplado a su espalda mientras ella camina extrañamente al baño. Su pene roza su culo, la sensibilidad hace que jadeé.

Bree lo ignora.

Eso es- hasta que realmente se mete al baño.

"Vale, Jesús, bien," cede, "pero gírate, no quiero que veas esto."

Harry rueda los ojos, obligándose a girarse. Por supuesto puede oírlo, pero no va a decir nada. Ha oído mujeres hacer pis incontables veces- de su madre a su hermana a Lux cuando la estaban enseñando a ir al baño; ha oído a gente hacer pis detrás del escenario y esa vez en el festival de Leeds cuando la gente estaba haciendo pis de cualquier manera.

"¿Puedo girarme ahora?" Pregunta cuando ha acabado.

"No. Tengo que limpiarme Harry, ten algo de paciencia."

"No quiero tener paciencia. Quiero mimos."

"Tendrás mimos, lo prometo." El váter se descarga, luego abre el grifo, él puede oír el chapoteo del dispensador de jabón. Se gira cuando ella cierra el grifo, envolviendo ambos brazos alrededor de su hombros. "Entonces volvamos a la cama, aunque se que deberías tomar agua y un aperitivo."

"Más tarde," murmura Harry; aletargado.

Hay algo de risas, besos y sentimientos silenciados antes de que él se ponga a dormir en el círculos de sus brazos.

-

Harry sigue pensando en su rápida salida; una sarta de besos y nada más, ninguno quería una despedida emotiva por miedo a hacerlo peor.

No había detenido a Harry de hacer pucheros todo el camino hasta el aeropuerto, mandándole una fila de emoticonos con el beso y una berenjena. Y desde que se fue ha estado mandándole mensajes a cada oportunidad que tiene. Es agradable tener su relación abierta a su familia. Se sintió genial presumir de ella y mostrarles una foto de ella.

Él pasa por su Instagram privado, mostrándoles unas cuantas selfies y da una descripción con completo detalle de la historia detrás de la foto de una puesta de sol que colgó. Gemma rueda los ojos, hace sonidos de falsos vómitos que significan que Bree se ha ganado un pequeño paso de aprobación.

Anne es más difícil de complacer. Pregunta a su hijo pregunta tras pregunta, dónde fue al colegio, cómo se llaman sus padres, si es religiosa, dónde creció, a qué universidad va, cuál es comida favorita- pregunta tras pregunta que Harry respondió.

Ella para solo porque tiene que reservar la cena, pero Harry se estaba volviendo loco. Envió a Bree un pulgar arriba junto con '¡Le acabo de contar a mamá que tengo novia! Gemma cree que eres guapa' a lo que Bree respondió con una cara con un beso.

Es más difícil contárselo a sus compañeros de banda. Ya saben de una chica, pero no saben quién. Y cuando él se libra de sus peticiones en una noche alborotada en el autobús, se amontonan en una zona tranquila, cancelando sus planes de Skype.

Está mosqueado, pero no enfadado- nunca podría enfadarse con los cuatro chicos que le conocen mejor que él mismo.

No es hasta que Louis roba su teléfono, acosándole por la contraseña que él cede.

Vomita palabras como sabría que haría, mostrándoles unas cuantas fotos de ella y soltando lo genial que es y que conoce a Louise. Niall hace un puchero por ser el único soltero pero todos sabemos que se está tirando a una chica de Dios-sabe-donde en Canadá.

Sus chicos están felices por él, está seguro.

-

Cuando Harry acepta la videollamada de Bree, lo último que espera es ver una bola de pelo gris. Parpadea; el brillo de la pantalla debe estar engañándole porque él parpadea de vuelta.

"¿Es un gato?" Pregunta tontamente.

En efecto, el gato se aparta de la pantalla para revelar la cara sonriente de Bree.

"¡Sorpresa! Este es Milo, vino con el nombre pero me gusta."

"Es bastante mono, ¿es un cachorro?"

"No, ya tiene siete años. Lo recogí del refugio esta mañana." Bree lo bambolea en sus brazos. El gato gira su cabeza, el desagrado evidente aunque no hace ningún movimiento para apartarse del agarre de Bree. Harry puede saber que es uno de esos gatos a los que les encanta el afecto, pero nunca lo piden- es perfecto para Bree.

"Le faltan unos dientes y está algo sordo," continúa, "Ha estado ahí casi un año, dijeron, porque no le gusta que lo toquen, pero míralo Harry, es perfecto."

"¿Quieres decir prrrr-fecto?" Bromea Harry e incluso para él es un juego de palabras horrible.

"Cállate, estoy intentando establecer lazos con mi nuevo hombre."

Harry se ríe, brillante y distendido. Siente que han pasado años desde que hicieron Skype (realmente han sido cuatro días). Verla ya le tranquiliza, el inminente día de viaje que tienen por delante no es algo que él espere.

"Veo que he sido reemplazado, entonces," hace un puchero.

Por primera vez en toda la noche, Bree finalmente se gira hacia Harry, dándole toda su atención. "Claro que no," le tranquiliza, "Milo ha sido castrado."

Harry farfulla, esa no era la reacción que esperaba conseguir. Mientras tanto, Bree se está descojonando al otro lado del mundo, la cabeza hacia atrás mientras abraza al gato y suelta una risa detrás de otra.

No me puedo creer que hayas dicho eso de verdad!"

"¡Es verdad! También tiene todas sus vacunas. Y le he dado su cena y se lo comió todo ¡y ya sabe dónde está su caja de arena! ¡Es un buen chico!"

Harry nunca, nunca, nunca pensó que se pondría celoso de un gato. Incluso en la más bizarra de las circunstancias Harry nunca sintió hostilidad hacia un felino. Excepto ahora, con Bree achuchando a Milo y mimándolo, acariciando su piel- frunce el ceño.

Bree debe de sentir que algo está mal, si no es por el silencio proveniente de su parte, debe ser los rayos de ira que Harry está lanzando a través de la pequeña webcam. "¿Qué?" Se ríe; viendo como los pucheros de Harry empeoran. "Oh Dios dio, no Harry, ni de coña estás celoso de un gato."

"No estoy celoso," niega, cruzando sus brazos en su pecho, hundiéndose más en su almohada.

"Es un gato. Y aunque ya le quiero mucho, tú sigues siendo mi favorito."

"¿Si?"

"Si Harry," Rueda los ojos pero Harry sabe que no está siendo dura. "Tú eres mi mejor chico."

Harry se ilumina en su interior. La frase le calienta, le reconforta, le recuerda porque le gusta ella tanto. Pero cuando Milo maúlla, interrumpe las sonrisas tontas que se están dando y Bree suelta una historia de cómo Milo solo puede comer comida mojada.

-

El tour está yendo genial y Harry se lo dice a Bree cada vez que hablan.

Le cuenta sobre los carteles que ha visto o la cosa divertida que ha hecho Liam, le cuenta sobre lo alto que escupió el agua y lo ruidoso que fue el público cuando cantaron un trozo de Fireproof. Ella escucha atentamente, le pide ver algunas fotos que los técnicos o la banda han hecho. Hay uno cuantos videos que ha conseguido de Lou y uno que encontró en Instagram, pero aparte de eso, le pregunta por Milo.

El entusiasmo de Bree por su mascota llega a límites insospechados. Cada día le manda un mensaje con algo que Milo hizo, fotos, videos, todo lo que hace el gato lo sabe Harry. Le hace sentir que está allí. Le hacer sentir que ese es su gato.

Ella también le cuenta sobre el trabajo y lo frenético que es, cómo su jefe la irrita más y más a cada día que pasa. Le dice a Harry que Milo es genial porque puede estar solo durante horas y ella no tiene que sacarlo y dejarle hacer caca cada pocas horas.

Él va a dormir y se despierta con una sonrisa en su cara, con más energía para hacer un buen show. Al público parece que le gusta sus payasadas cada vez más ahora, dándole una gran superficie para saltar y bailar y actuar como un idiota sin sentirse demasiado inseguro.

Todo es realmente, realmente genial.

Eso es- hasta la tercera semana cuando están en Lousiana. Los otros chicos están en sus habitaciones- todas sus novias han venido de visita y Harry está finalmente sintiendo los efectos de estar solo.

El sexo por Skype ha sido genial como lo era previamente pero ahora Harry quiere sujetar su mano y poder llevarla a los shows. Se siente culpable porque sabe que no debería apenarse de que ella no puede estar ahí, pero no puede evitarlo.

"Así que ¿quieres que yo lo deje todo y atraviese el mundo volando para sentarme en el backstage y ver sus shows?" Está enfadada y tiene todo el derecho a estarlo.

Harry la había llamado impulsivamente para invitarla- ofrecerse a pagar su vuelo y todo, lo que verdaderamente no fue bien. No puedo callejear por el mundo contigo. Tengo un trabajo, ahora tengo un gato, ¡tengo compromisos! No puedes esperar a que deje mis responsabilidades porque así lo quieres."

Quema aunque él sabe que no lo dice así. Pica aunque él ha hecho que suene como una cara  llamada para un polvo asegurado. La cosa es que él solo la quiere ahí- con él, en vez de holgazanear en su piso como hace que suene. "¡Solo quiero pasar tiempo contigo! Es solo que, Eleanor está aquí y Perrie voló aquí antes de empezar a trabajar para su nuevo álbum y Sophia se fue ay-"

"Dios, ¿te estás escuchando?" Pregunta Bree con la voz clara como el día a través del teléfono. "Hablamos sobre esto el día después de hacer esta cosa oficial." La manera en la que dice 'cosa' le crispa los nervios. Ya es la una de la mañana, no quiere empezar una pelea pero ahora parece imposible recular. "Estábamos de acuerdo con la distancia, estábamos de acuerdo con la separación, estábamos de acuerdo en que merecería la pena cuando nos viéramos. Ese era nuestro acuerdo, que no pediríamos al otro algo que nos dañaría a los dos."

"No dañaría volar-"

"Estás siendo un gilipollas."

"No," niega, porque realmente no lo es. Está solo y cansado y confundido de por qué es tan inflexible en no verle. Él se lanzaría a la oportunidad de pasar dos días con ella, volaría un millón y una horas para abrazarla. Su trabajo no se lo permite, su estilo de vida no se lo permite. Pero el suyo podría, fácilmente. "Solo quiero pasar tiempo con mi novia. Me siento solo aquí."

"¿Acabas de soltarme eso? ¡Dios Harry! A veces yo también me siento sola, ¿sabes? A veces quiero ir al trabajo y presumir sobre las flores que mi novio me envió o presumir sobre el hecho de que es una persona jodidamente increíble ¡pero no puedo contárselo a nadie! ¿Y quieres saber por qué? ¡Porque nadie puede saberlo excepto mi puta familia!"

"Bueno ¿entonces qué?" Pregunta Harry. Él no eleva la voz como ella, mantiene su voz en un uniforme gruñido de dolor y malicia. "¿Quieres contarle a todo el mundo lo nuestro? ¿Vender nuestra historia a The Mirror o algo?"

Es un golpe bajo y tan pronto como lo dice, se arrepiente inmediatamente.

Su garganta ya se ha tensado y sus ojos pican como si él fuera el que acaba de ser insultado. Siente que ha sido golpeado por una tonelada de ladrillos y él ni siquiera fue el que recibió el golpe.

"Bree," dice, desesperado y ansioso. Sus dedos agarran el teléfono tan fuerte que siente que podría partirlo. Reza para que ella le de la oportunidad de explicarse. No le recibe nada, el único sonido con el que es bendecido es un sollozo cortado por los pitidos de la llamada finalizada.

X.

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