Capítulo 5
Su vida había ido en picada desde aquel día. Después de la ceremonia lo habían llevado con la anciana y con algunos Omegas del pueblo junto con Astrid, ambos aprenderían las típicas cosas que un Omega debería de aprender desde saber a cazar y pescar para poder llevar la comida suficiente a su hogar, coser, cocinar, limpiar, pero por sobre todo le enseñaron los diferentes tipos de cortejos que podía tener un Alfa y también el saber cuándo un Alfa era el indicado para él.
Desde el inicio de las lecciones supo que Astrid se propondría en destacar en cada una, ya que sería la única cosa para poder demostrarle a Hiccup que era la Omega adecuada. Y eso lo sabía más que bien, en cada práctica se esmeraba y más aún cuando por azares del destino Hiccup iba a recogerle para llevarlo al hogar de ambos.
Otra cosa que tenía casi por asegurado era el hecho de que en realidad no lo veía como un posible rival en su amorío, eso de cierta manera lograba hacer que su Omega interior bajará las orejas decepcionado; si eso pensaba Astrid eso quería decir que… ¿Hiccup nunca lo tomaría en cuenta?
¿No era un buen Omega? ¿Acaso sus feromonas eran el problema? ¿Algún día lograría hacer que su Omega interior sacara a Hiccup como posible Alfa? Preguntas de ese tipo pasaban por su mente en las frías noches cuando se encontraba en su cama, no podía evitar sentirse triste, ya que era lo demasiado conciente para saber que Hiccup no dejaría a Astrid y menos por alguien como él.
No era nadie para arruinar la relación que empezaban a tener Hiccup y Astrid. Por ello decidió alejarse un poco más de él, dedicaba su tiempo a estar junto con los “defensores” de Berk más en específico con Brutacio, Brutilda, Patapez y por más que no le gustará con Patán.
La mayor parte de sus tardes eran para pasarla en una aventura junto con sus amigos, buscando nuevas tierras, nuevos dragones y aunque no lo quisieran tomándose con diferentes enemigos que más temprano que tarde derrotaron. Por las mañanas junto con Astrid se dirigían a tomar sus nuevas lecciones, para ser Omegas “perfectos”
A la edad de los dieciocho años la mayoría de los chicos de su generación estaban preparados mentalmente para ser los adultos que necesitaba Berk, ya no serían los mismos mocosos de quince años que se dejaban llevar por sus sentimientos… o cuando menos así pensaba _______________, aunque rápidamente negaba esa idea en su mente al notar como es que sus amigos de hacía tres años seguían siendo ellos mismos a pesar del tiempo.
Aunque todo su ritmo cambiará faltaba lo más importante, su celo, aquel momento de su vida en donde su propio instinto dominaría su cuerpo para atraer a algún Alfa. No podía evitar sentirse nervioso durante días antes y casi no siente las piernas el día en que ocurriría.
Aún lo recordaba, ese día no hacía el típico frío al que estaba acostumbrado desde que era un pequeño cachorro y se dirigió a la casa de la anciana. No sé sorprendió al notar la presencia de Astrid, quien por sus feromonas olor a mar se encontraba nerviosa. En aquel pequeño hogar, les bañaron y les perfumaron con algunas flores, dejaron sus cabellos lisos sin ningún tipo de trenzado y les colocaron la típica vestimenta que habían ocupado el día de su presentación una, su túnica blanca con los bordes dorados con la única excepción de que está se encontraba un poco más ajustada y que el cuello sería hombros caídos, que dejaba ver sus clavículas y el lugar donde iría la marca para poder demostrar que se encontraban sin ningún Alfa y por último les colocaron unas sandalias de color café.
Cuando acabaron se dirigieron hacía la sala de reuniones donde ya todos los Alfas solteros se encontraban con la única intención de que aquel día pudieran sentar cabeza. Fue una sorpresa para ____________ encontrarse con algunas mujeres Beta encontrando de diferente el color de la túnica que en su jerarquía era gris.
Ambas jerarquías entraron, _______________ no pudo evitar bajar la cabeza mientras dejaba a su olfato acostumbrarse a las feromonas de todos los Alfas y Betas que se encontraban en aquel lugar y tampoco pudo evitar que su Omega interior se emocionara y pegará pequeños saltitos cuando logro diferenciar entre aquel mar de feromonas las de su amor platónico; bosque, era la palabra con que mejor podía definir las feromonas de aquel castaño que tanto amaba, sus miradas se cruzaron y no había nadie que pudiera interferir en ello.
En simples palabras ______________ podría decir que Hiccup se había convertido en un chico completamente perfecto y no podía evitar recordar las veces que pasaron ellos dos solos, mucho antes de que fueran reconocidos por si tribu y añoraba con todo su corazón regresar a aquel momento de su vida que de manera inconciente lo hacía completamente feliz.
— ¡Bienvenidos sean todos a este evento importante para todos ustedes! La temporada para conseguir pareja a llegado y hoy no puedo evitar sentirme feliz por poder presentarles a mis dos hijos, mis mayores orgullos de todo Berk.
La anciana tomó la mano del azabache para dirigirlo hasta la mesa en donde se encontraba Estoico quien a su lado izquierdo se encontraba Hiccup, él se colocó en el lado derecho.
— Ambos hoy buscarán a sus complementos, a sus almas gemelas para poder formar una familia. ¡Así que iniciemos con esto!
Las risas no tardaron en resonar, ____________ arrugó un poco su túnica tipo vestido, estaba nervioso por lo que vendría acontinuación.
Se dirigió al centro del lugar junto con las Betas y Astrid, los tambores y las arpas liras se escuchaban por todo el lugar, el baile iniciaban con un círculo formado por las Betas, Astrid y él. El baile inicio con un pequeño pero sutil movimiento de caderas, mientras que soltaban un poco sus feromonas.
Los movimientos eran delicados, lentos y de cierta manera sensuales, en menor medida ya que buscaba al Alfa con el cual pasar toda su vida no un Alfa para una sola noche.
Hiccup por otra parte no podía evitar mantener su mirada en el que había sido su amigo de toda su vida y menos en aquel momento, los movimientos que tenía eran tan cautivadores que por simples momentos se perdía en las feromonas que expulsaba, sabía cuáles eran, las conocía de memoria. Por su mente se cruzó la idea de la buena combinación que tenían ambas feromonas.
Su mirada divago por el cuerpo de su amigo, sus caderas eran algo anchas, su cintura no era pequeña, sus labios eran delgados, su mirada era tan decisiva que no pudo evitar pensar que era la mirada de cualquier jefe de Berk; sus ojos bajaron hacía la parte de los glúteos, sus mejillas se sonrojaron apenas se dió cuenta de ello a pesar de eso no aparto la mirada, “Tienes unos buenos atributos” fue lo que pensó. Su tarea fue interrumpida cuando sintió como una mano posaba sobre su hombro.
— Astrid será una buena Omega, Hiccup. No tienes de que preocuparte, es la mejor Omega que yo allá visto para ti.
Su padre no pudo evitar sonreír, pensaba que su hijo se encontraba mortificado sobre ello y quería aliviarlo. Era un día importante y estaba casi seguro que Astrid haría feliz a su hijo.
— ¿Tal vez hasta sea tu predestinada?
— Si… tal vez…
¿Su predestinada? No había forma de saber si aquello era verdad, la única forma era cuando la chica pasará su celo con él, sí llegaba a formarse el nudo sabrían ambos si eran predestinados.
Hiccup miró a Astrid, la chica le sonrió apenas cruzaron miradas y él correspondió aquel simple gesto, recorrió su mirada por la chica… no hubo ninguna tipo de reacción. Su Alfa interior se negaba a verla y aullaba por seguir viendo al Omega azabache.
No duró mucho el entusiasmo de su Alfa interior porque gruño apenas se percató que no era el único que miraba a su Omega, que ya había sido reclamado sin el consentimiento de Hiccup. Sus colmillos crecieron dentro de su boca y las garras no tardaron, pero trato de contener la calma.
El baile paro y apenas paso los Alfas y Betas de aquel lugar se acercaron a la Beta que más les haya gustado, con Astrid un pequeño de Betas y tres Alfas a todos les dedico una mala mirada en lo que esperaba a que Hiccup se acercara hacía ella mientras con ________________ un grupo mediano de Alfas le había rodeado, prometíendole la luna y las estrellas expulsando sus feromonas con el único propósito de que su Omega interior se enamorará.
______________ pudo diferenciar entre el mediano grupo a Patán quien desde días antes le había jurado que sería su Omega, el azabache no pudo evitar soltar un pequeña risa que tapo cuando puso su mano en sus labios, al parecer él único que no se había rendido en cuestión de amor había sido aquel chico.
— ¡Alto ahí! Quien quiera la mano de _______________ tendrá que demostrar que es un buen Alfa. No permitiré que mi hijo se vaya con alguien que no es para él.
Y así nuevamente _______________ se dirigió a un lado de Estoico quien estaba más que dispuesto a ver a los Alfas a luchar por la mano de ________________, no quería que el Omega sufriera y por ello lo hacía.
Mientras que los Alfas se preparaban para la pelea improvisada, Hiccup quien seguía en su posición se acercó hasta el azabache quien se sobresalto al sentir la mano del castaño rodeando sus hombros.
— Oh, eres tú, Hiccup.
— Lo lamento, _______________. No quería asustarte.
— No te preocupes. ¿Pasa algo? ¿Por qué aún no has ido con Astrid? Te ha estado esperando desde que inició todo esto.
El Omega hablo con un tono dulce y calmado, no quería que el otro creyera que le estaba presionando o regañando.
— Sólo quería hablar contigo antes… Lo has hecho muy bien, _________________, de seguro tu próximo Alfa estará feliz de tenerte a su lado.
— Eso me gustaría creer…
______________ giró su rostro para seguir viendo la preparación de la batalla. Hiccup no dirigió su mirada a otro lado que no fuese aquel chico, “Besalo” su lobo le dijo y de manera inconsciente se acercó a él, _________________ giró notando la cercanía de Hiccup y sus mejillas se sonrojaron cuando noto la cercanía entre ambos tampoco evito que Hiccup se acercara, su Omega interior saltaba y aullaba de alegría.
Pero no esperaba que lo pensaba que sería un beso termino siendo un abrazo donde Hiccup colocó su nariz en el lugar donde iría su marca y olfateo sus feromonas olor frutillas. _______________ colocó la mano sobre los cabellos castaños del chico, repartiendo pequeñas caricias y cuando se separaron se miraron un poco más a los ojos.
— Ve con tu Omega, Hiccup. Te está esperando.
El chico asintió aún por más que estuviera en contra, ______________ había utilizado en su contra la Voz de los Omegas aquella que era todo un deleite para los Alfas que les hacía seguir las órdenes a pesar de que estuvieran en su contra y haciéndolos sentir más calmados y mejor que cuando los Alfas ocupaban la Voz de mando contra los Omegas.
Llegó con Astrid y le dio un pequeño beso en los labios.
— Te habías tardado, ¿Eh?
— Lo siento, Astrid. Me entretuve hablando con __________________.
— Lo importante es que ya estás aquí, Hiccup. Y que pronto seremos solamente uno.
— Si…
Dirigió su mirada nuevamente a ______________, notando como ahora un gran sonrojo se apoderaba de sus mejillas y como sus piernas flaqueaban, su Alfa interior quería correr y dirigirse hacia él porque sabía que eso no podía ser una buena señal.
Frente a sus ojos noto como el azabache caía de rodillas sobre el piso de madera, como de su boca salían pequeños jadeos y gemidos. Todos sus pretendientes gruñeron y mostraron sus cánidos.
— ¡Hiccup, llévate a _____________ de aquí! ¡Ahora!
El grito de Estoico le hizo saber que su padre lucharía contra los Alfas si era necesario. Pidiéndole perdón a Astrid corrió hacia donde ________________ se encontraba y lo tomo en brazos al estilo nupcial.
— Hi-Hiccup, y-yo pu-puedo.
— No, te llevaré a casa y ahí estarás más seguro. No te preocupes por mí.
— Du-duele.
El castaño corrió ignorando el grito de Astrid, con el único propósito de mantener a ________________ a salvo.
No contaba con Chimuelo ya que lo más probable es que el Furia Nocturna se encontrará durmiendo y no despertaría hasta el día siguiente, tendría que correr hasta su hogar.
Su tarea había sido difícil, ya que no podía evitar sentir aquella típica corriente sobre su columna vertebral cada vez que escuchaba a _______________ gemir o jadear, y era aún más difícil al notar como el Omega expulsaba sus feromonas.
Cuando llego a casa colocó a _______________ en la cama de su habitación, el Omega apenas fue puesto ahí no pudo evitar gemir al sentir como su entrada había sido segregada con su lubricante natural y apretó un poco más la cobija debajo de él al sentir la increíble necesidad de calmar el dolor de su entrada.
— Ya pu-puedes i-irte, n-no qui-quiero, ahg, mo-molestar.
— Pero ________________…
— ¡Vete, Hiccup! N-no te ne-necesito. ¡Ah!
Hiccup perdió su mirada en el pequeño cuerpo de su amigo, estaba demasiado sensible y se encontraba gimiendo por la mínima fricción de sus piernas. No supo cómo o cuando pero su Alfa interior había controlado su cuerpo, tampoco supo cuando se encontraba besando a _______________.
Lo que más le sorprendió fue el hecho de que _______________, su mejor amigo le había correspondido en aquel beso.
— Alfa…
— Omega mío…
Ambos volvieron a besarse con más fuerza, sus manos se encontraba en las mejillas de ________________. Y cuando se separaron pudo notar ahora la mirada de temor que tenía _______________, al parecer al igual que él había sido controlado por su lobo interior.
— ¡Esto está mal! ¡Tú tienes a Astrid, ella no se merece esto! La amas y estás dejando que tus instintos te ganen, porfavor ya vete.
— No, no te voy a dejar en esta situación.
— Pues tendrás qué, Astrid te espera y ella de seguro es tu predestinada… porfavor, no hagas esto más difícil.
Las lágrimas surcaban las mejillas del chico de cabellos negros, aquellas palabras había salido como un intento desesperado de que el Alfa se fuera, no quería que por su culpa se fuera a la mierda todo el tiempo que había estado con Astrid y no creía que fuera justo que la Omega se mereciera eso.
Un último beso en la mejilla fue lo que sintió de Hiccup, desvío la mirada cuando eso paso y aún más cuando noto la mirada fija de Hiccup sobre él. Sus lágrimas salieron con rapidez cuando escucho la puerta ser cerrada.
Su Omega interior lloró junto a él, no quería saber lo que posiblemente fuera el resultado de esa noche, no quería que después de que su celo pasará notará la marca de Astrid ni del lazo que compartiría con Hiccup, pero su mente se encontraba en su contra y no paraba de imaginarse miles de situaciones diferentes.
Oh, como ardía el amor que le tenía a Hiccup era tanto que posiblemente moriría sin habérselo dicho.
Bueno espero que te guste este capítulo, si encuentras alguna falta de ortografía no dudes en decírmelo.
Lamento si el capítulo es algo corto y contiene más narración que diálogo.
No salgan de casa en esta cuarentena, cuídense mucho.
Y sin más que decir… ¡Hasta luego!
Atte: Naturintoka.
Publicado: 13/ Abril/ 2020
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