Capítulo 12
Astrid Hofferson siempre había sido una guerrera, sus padres se lo habían mencionado desde siempre... La forma característica en que gritó desde que nació; con sus diminutos puños fuertemente cerrados al igual que sus ojos y la forma en que su pequeño pecho temblaba con cada grito, como si acabará de ganar algo por lo que había luchado durante tanto tiempo y de la misma manera en que un vikingo grita cada vez que termina una batalla. Sus padres no pudieron evitar celebrarlo, al ser hija de padres guerreros de Berk, esto no fue más que una buena predicción; sabiendo desde el primer instante que su pequeña niña, sería una gran guerrera en el futuro; lucharía contra todo y todos para obtener lo que quiere.
Desde que tuvo uso de razón siempre había sido testaruda, una luchadora desde que pudo sostenerse en sus dos pies; tratando de ser la mejor en todo lo que pudiera, no tardó mucho en hacerse notar en su pueblo. Cuanto más crecía más llamaba la atención con sus ojos azules y su pelo dorado junto a su personalidad hizo que tuviera demasiados pretendientes apenas comenzando su pubertad; sin embargo, eso no cambia en absoluto nada en ella.
Los chicos de su edad harían lo que fuera con tal de que les dirigiera una mirada, un sentimiento de desagrado crecía en su pecho con cada actitud "melosa" que adquirieron con ella, como si fuera débil... como si no supiera hacer lo que hacía. Siempre intentaron demostrar su fuerza, los nulos músculos que tenían en los brazos y su falsa valentía ante situaciones mediocres. Por lo general, ahuyentaba a todo aquel que intentara verse rudo o más fuerte que ella, con una mirada dura o por la forma en que podía llegar a tronarse los nudillos.
Nadie podía compararse con ella, nadie tenía la fuerza ni la valentía para hacer las cosas que ella hacía. Entonces a la edad de catorce años, juró que jamás se enamoraría. Nadie podía hacer que sintiera las cosas que las chicas de su edad experimentaban, entonces, no había razón para siquiera pensar en el amor; había cosas más importantes en las que pensar.
Fue entonces que los Dioses hicieron que Hiccup Haddock y _______ Abels estuvieran más cerca de su vida.
Recuerda la forma en que Hiccup la veía a la edad de quince años, sabía que Hiccup estaba enamorado de ella; podía verlo en la boba sonrisa que el castaño daba cuando la veía, o el tartamudeo incesante que salía de su boca cuando quería hablar con ella y por la forma en que se arriesgaba a hacer cosas estúpidas solo para llamar su atención. En ese entonces, la idea de que Hiccup Haddock estuviera enamorado de ella, le provocaba arcadas; prefería estar muerta a tener que soportar estar con Hiccup más del tiempo necesario.
______ Abels nunca fue de su importancia, era débil y al igual que Hiccup nada especial, lo suficientemente raros como para que nadie en Berk quisiera ser amigos de ellos. Los raros se tenían el uno al otro, y mientras no causarán problemas que la involucraran no valían la pena.
Fue entonces que, contra todo pronóstico, ambos chicos se presentaron al entrenamiento para combatir dragones. Las burlas y comentarios sarcásticos no se hicieron de esperar apenas ambos chicos se presentaron en el lugar, ella se mantuvo centrada en el lugar, no iba a malgastar tiempo en personas que no valían la pena; tenía que demostrar a todo el pueblo de lo que era capaz, y para eso tenía que tener sus objetivos muy claros.
Fue de la mejor estudiante dentro de su "clase", los demás podrían tener la fuerza para tomar un hacha pero no la destreza para actuar y durante algún tiempo pensó que sería así; hasta que un día todo cambió.
Una mañana tanto Haddock como Abels empezaron a ser buenos, actuaban más rápido que ella y lograban resultados impecables. Poco a poco sus demás compañeros empezaron a tomarle importancia a ambos, ya no hacían comentarios sarcásticos ni comentarios ofensivos; Bocón los felicitaba frente a todos y al igual que todo el pueblo estaban sorprendidos acerca de lo buenos que eran con los dragones y entonces una sensación desagradable creció en su pecho.
La idea de ser reemplazada por alguien como ellos dos, le hizo ser más paranoica, la rabia crecía en su pecho como espuma y su fuerza era menos controlable cuando veía a ambos chicos dirigiéndose al bosque. Fue entonces que les espero sentada en una roca con su hacha en mano; lo que no esperaba, era la atmósfera que se podía sentir entre los dos, un simple accidente y ambos chicos ya tenían sus labios rozándose; tomó con fuerza la piedra con la que afilaba su hacha y fue del modo en que sin decir una palabra ambos chicos le miraron, con los nervios en punta y las mejillas sonrojadas, intentando que no mirará lo que acababa de pasar.
Lo que sigue fue rápido y asombroso, lo que había conocido durante tanto tiempo no era lo correcto. Los dragones podían llegar a ser criaturas majestuosas, la adrenalina y felicidad de poder surcar los cielos hicieron que algo dentro de ella misma pudiera ser feliz; podía ser ella misma, sin el miedo constante de no ser suficiente para los demás.
Cuando bajo de Chimuelo esa misma tarde después de su primer viaje en dragón no pudo evitar robarle su primer beso a Hiccup mientras _________ les miraba. Ver la forma en que los ojos del azabache se cristalizaron, hizo que una sensación de superioridad creciera dentro de su pecho.
Al término de toda su aventura, le dio una vez más un beso a Hiccup; y fue entonces, que empezaron a salir formalmente frente a Berk.
Los años pasarón y así como a los demás se le dio su resultado dentro de la jerarquía que se tenía en la sociedad, "Omega", parecía que los Dioses se burlaban de ella. El ser Omega significaba muchas cosas dentro de Berk; un Omega era aquel que proporcionaba un buen nido, comidas exquisitas, seguridad y defensa para ellos como para sus cachorros; saber hacer las cosas más básicas para que cuando tuviera un Alfa éste no tuviera que preocuparse por nada.
Se propuso ser la mejor dentro de las lecciones que compartía con Abels, de esta manera Hiccup podría saber qué era la Omega adecuada. Sin embargo, mientras ella daba su máximo esfuerzo; ________ podía lograr los resultados de manera inmediata, no importaba cuánto esfuerzo pusiera... _________ Abels siempre sería mejor que ella en sus lecciones.
Era entonces cuando Hiccup llegaba por ella, que intentaba cualquier cosa para que el castaño mantuviera su vista sobre ella. Porque, temía que cuando Hiccup viera lo bueno que podía ser _______ le abandonara.
Porque por más que intentará ocultarlo, estaba celosa, celosa de lo cercanos que eran Hiccup y ________, la forma tácita en que ambos podían llegar a entenderse sin pronunciar ninguna palabra, la preocupación y cariño que podía ver en los ojos de cada uno cuando el otro estaba cerca y el cómo las feromonas de ambos parecían estar hechas para estar juntas. Por ello, intento que _______ no creyera que le veía como un rival amoroso, mientras ella no confirmará nada; el azabache nunca tendría que enterarse de este sentimiento cruel que causaba sobre ella.
Fue durante la presentación a la edad de dieciocho años que todo estalló sobre ella.
Mientras danzaba junto a _______, pudo notar la forma en que Hiccup miraba el azabache, el cariño y anhelo escritos en sus ojos y cuando sus miradas coincidieron, Hiccup desvió su mirada; su lobo interior automáticamente se sintió devastado, "¿Por qué Alfa no nos mira? ¿En qué fallamos?". Con sus manos hechas un puño vio la forma amorosa en que tanto Abels como Haddock se habían abrazado, la manera en que lo haría una pareja, antes de que el azabache logrará hacer que Hiccup fuera a su lado; le dio un pequeño beso en los labios, una forma de demostrar que era ella quien era la pareja de Hiccup.
Pasó lo inevitable, _______ entró en celo y como el héroe que era, Hiccup, fue a su rescate; aún ignorando el llamado que le hacía, el castaño tomó al azabache en brazos y juntos desaparecieron.
— No debes preocuparte de nada Astrid. Ve a casa, estoy seguro que Hiccup irá a verte después.
Fue lo que le dijo el Jefe Estoico, mientras le daba una sonrisa, orgulloso de haber defendido a _________. Solo pudo asentir a las palabras del Jefe de Berk y se dirigió a casa.
Preparó todo con la esperanza de que Hiccup se presentará en su casa pero los minutos pasaban y no había ningún rastro de Hiccup. Estaba dispuesta a darse por vencida, tal vez, por fin ambos se habían dado cuenta que eran predestinados y justo estaba por levantarse para apagar las luces, que escuchó el toque de su puerta incesante, el fuerte olor a bosque hizo que su Omega interior se emocionara contenta ante la idea de que a pesar de todo Hiccup las había escogido a ambas.
No esperaba entonces que el olor de ______ estuviera impregnado en el cuerpo de Hiccup, ni que esté último la tomara en brazos solo para saciar la necesidad animal que tenía. En ningún momento hizo contacto visual y a pesar de cuanto había anhelado un beso del castaño se contuvo, lo suficientemente contenta con solo tenerlo en ese instante; el ritmo, la respiración y las feromonas de Hiccup hicieron que pronto llegará al climax, el momento más decisivo estaba pasando, si Hiccup no formaba un nudo eso solo confirma lo inevitable.
La daga en su corazón fue clavada durante esa noche; no hubo ningún nudo que confirmará que eran una pareja predestinada, su Omega interior lloró por eso pero creyó que podía soportarlo; lo que no esperaba era que Hiccup llegara a su climax con el nombre de ______ Abels en la punta de su lengua.
Esa noche lloró hasta quedarse dormida, el dolor en su corazón era grande. Se sentía traicionada, traicionada por algo que ella misma sabía que podía pasar.
Fue una sorpresa que Hiccup no recordará nada la mañana siguiente; sin embargo, lo tomó como una ayuda por parte de los Dioses, había demasiadas parejas en Berk que no eran predestinadas; así que, podía ser feliz con Hiccup por el resto de su vida, mientras no indagará más en cuanto a su relación con ________.
Y todo había sido perfecto hasta ese día... Porque, todo por lo que había luchado se derrumbaba frente a ella.
Sabía que algo andaba mal desde el momento en que despertó, el coqueteo nada sutil de Eret era una de las cosas que más le había sorprendido en un inicio aunque no tardó en corresponder a las palabras del alfa; seguía vivo por que los Dioses así lo querían, tenía que aprovechar su segunda oportunidad y hacer todo de la manera correcta de ahora en adelante.
Y a pesar de que todo en un inicio fue risas y alegría por parte de su familia y amigos, su mirada recorrió todo el lugar percatandose entonces de Hiccup. El castaño se encontraba alejado del grupo que se había formado a su alrededor y por la forma en que sus hombros se tensaron y su boca se fruncía, podía decir que no se encontraba tan alegre como la mayoría. Astrid por otra parte se encontraba más cerca del castaño, una mirada preocupada invadía sus oceánicos ojos mientras mordía con nerviosismo su labio inferior.
Sin comprender el porqué detrás de las acciones de ambos, no pudo evitar sentirse culpable, su omega interno siendo empático ante Astrid. Con ayuda de Valka se levantó para poder volver a limpiar la zona de las quemaduras, la Beta de cabellos castaños pidió amablemente que abandonarán el espacio en que se encontraban, un poco de privacidad le vendría bien; uno por uno abandonaron el pequeño lugar, Eret le dio un último beso esta vez en la frente mientras le prometía que vendría a verlo y mientras veía al Alfa alejarse de él notó cómo esté pasaba a un lado de Hiccup el odio en su mirada siendo claro, la clara muestra de una confrontación inminente entre ambos Alfas era clara.
Hiccup no se inmuto ante las acciones de Eret su mirada seguía fija en él, fue entonces que solo quedaron ellos cuatro, Astrid se acercó rápidamente a Valka mientras se mostraba a sí misma como una voluntaria para la tarea; sin embargo, el ceño fruncido que estaba en su rostro le hizo pensar que en realidad no quería hacerlo.
— Tú también puedes irte Hiccup.
— Pero...
— No necesitamos un Alfa ahora, nada nos pasará, estamos bien. Ahora ve con los demás, Hiccup.
Le reprocho Valka a su propio hijo, una mirada dura provocó que el castaño acatará la orden de su madre sin decir nada más; pero no sin antes dirigirle una mirada larga.
La beta se volvía a él, con una sonrisa en su rostro demasiado orgullosa por haber hecho que su cachorro le hiciera caso. Tan pronto como estuvieron solamente los tres, fue cuando la limpieza de sus heridas comenzó, formaba puños con sus manos mientras sentía los paños de agua húmedos recorrer cada una de sus heridas; sin embargo, algo dentro de él notó el hecho de que Astrid ponía más fuerza de la necesaria.
Como si quisiera hacerlo sufrir por algo que él aún desconocía.
— Tenemos que encontrarlo, tenemos que hacer algo para detenerlo.
Fue lo primero que dijo una vez estuvo listo, las quemaduras de su piel igual de dolorosas como en un principio pero con la determinación haciendo estragos en su pecho. La idea de que alguien como Drago se saliera con la suya hacía que su Omega interior gruñera de disgusto.
— ¿Con qué?
Mencionó Brutacio, la molestia en su tono de voz demasiado evidente.
— Se llevó a los dragones.
Le siguió su hermana gemela, un tono de ironía en su voz; haciendo evidente que su plan no podría cumplirse sin la ayuda de dragones.
— No estás en las condiciones adecuadas para salir, tus heridas aún están sensibles, deberías quedarte en cama.
Su mirada se dirigió entonces a Hiccup, los ojos y la boca ligeramente abiertos, al igual que todos en el lugar estaban sorprendidos de las palabras del Alfa. Hiccup no le tomo importancia a las demás miradas sobre él, su ojos verdes le miraban únicamente a él; aquel gesto hizo que su Omega interior temblará, por lo general, Hiccup solo le miraría así cuando estaba a punto de dar órdenes no para demostrar su preocupación.
Ahora actuaba como un Alfa protector con su Omega, aquel escenario solo lo sacaría de sus sueños y que ahora pasará en realidad provocaba en él una sensación de disgusto; tal vez, antes pudo haberse derretido por las palabras del Alfa pero ahora que había renunciado a Hiccup estó parecía un chiste de mal gusto.
— Estoy en condiciones para pelear. No puedo estar quieto sin saber dónde está Chimuelo, cada minuto que paso es dejar a la deriva tanto a nuestros dragones como a Berk, no puedo permitir que alguien como Drago gané. Un jefe siempre debe de cuidar a los suyos.
— ¿Y qué propones? Drago se ha llevado a todos los dragones.
— No se los llevo a todos.
Sonrió con confianza, mientras trataba de transmitir su confianza a los demás; sabiendo muy por dentro que nada de lo que pasaría a continuación sería del agrado de la mayoría.
— ¡ No quiero morir!
Gritó Patapez mientras trataba de controlar a su pequeño dragón. El miedo estaba totalmente arraigado a su tono de voz.
— ¡Están fuera de control!
— ¡Ni me digas!
Completo Patapez al grito de Brutacio, el primero aún más asustado por su propia vida que ell último.
Se encontraba recorriendo sobre pequeños dragones la fortaleza de hielo junto a sus amigos, Valka había decidido quedarse un poco más tiempo; el tiempo suficiente como para ver a su esposo despertar y curar sus heridas una vez más, antes de partir con todos para salvar a Berk y a los demás dragones de las manos de Drago. _______ aceptó la petición de Valka, antes de que la Beta le diera un abrazo y una suave bendición por parte de los dioses.
— ¡¿Pero la Salvajibestia no debería de controlar a estos también?!
Le preguntó Astrid, el escepticismo dentro de su actitud estoica, dominando lo mejor que podía al pequeño dragón.
— ¡Son bebés, no harán caso a nadie!
Dijo con orgullo en su voz, la adrenalina corriendo por sus venas mientras sentía el frío aire golpear contra su rostro. Eret se encontraba a su lado, el Alfa apenas podía estar lo suficiente equilibrio para evitar caer del pequeño dragón en el que se encontraba, y una sonrisa escapó de sus labios al notar la mirada de Eret sobre él.
Ignorando entonces al Hiccup, quien al igual que Eret mantenía su mirada en él; maravillado con la forma de _______.
— ¡Muchos pensarían que éste es un plan desastroso!
Grito un Bocón muy asustado que aún no lograba dominar del todo a su dragón asignado.
— ¡Pues es una bendición que nunca haga caso!
Le respondió el de cabellos azabaches, con un tono de orgullo en su voz mientras que su mirada seguía determinada en la búsqueda de poder llevar a cabo su plan contra Drago.
— ¡¿Cúal es tu plan?!
Le preguntó nuevamente Bocón quien esquivaba a duras penas los ricos de hielo por el que su dragón le hacía pasar.
— ¡ Recuperar a Chimuelo y darle a Drago una...-!
__________ dijo mientras que su tono de voz cambiaba a una llena de rencor en cuanto nombró al Alfa que le había provocado daño y que había osado en llevarse a su dragón.
— ¡Cuidado!
Grito Eret haciéndole ver al Omega del peligro de otra estructura de hielo, que pudo esquivar; sin embargo, Brutacio no.
Llegaron a Berk entre la neblina
de las nubes, el cielo gris siendo un mal presagio de lo mal que se encontraba su hogar; Drago se había llevado a todos los dragones de Berk y el odio en su cuerpo creció más.
— ¡ Distraigan al Alfa! ¡Todos intenten desviar su atención de Chimuelo!
Fue la orden que les dió el Omega a sus amigos, sin tiempo de poder ver a ninguno puesto que su mirada estaba en el Salvajibestia.
— ¡Eh, ¿Cómo?!
Pregunto Brutacio, incrédulo de poder hacer semejante tarea.
— ¡¿Olvidan quién monta a su lado?! ¡No hay dragón en la Tierra que no pueda dominar!
Fue lo que dijo Eret el orgullo en su tono de voz antes de que su dragón decidiera bajar drásticamente.
— Principiante.
Murmuró Hiccup que se encontraba cerca de él, fue entonces que le dio una mala mirada al de cabellos castaños. Hiccup se "disculpó" mientras le daba una pequeña sonrisa.
Sus amigos junto a Eret hicieron lo que les ordenó, tratando de cualquier manera llamar la atención del Salvajibestia mientras que con la ayuda de Hiccup se acercaban hasta Chimuelo, siendo la única razón por la que llevaba al castaño que conocía al igual que él a su dragón.
— Reconozco que es difícil deshacerse de ti.
Fue lo que dijo Drago Manodura una vez que estuvieron frente a frente, el sentimiento de desagrado corriendo por todas sus palabras mientras le miraba única y exclusivamente a él.
— Chimuelo... Hey, soy yo amigo. ¡Soy yo, soy yo! Regresa conmigo.
— ¡Jajaja! Este dragón, ¡Ya no te pertenece! Ahora le pertenece al Alfa. ¡Pero por favor! ¡Oh gran domador de dragones, intenta recuperarlo ! No habrá segundas oportunidades.
El sonido de las carcajadas exageradas y burlescas hacían que su lobo interior gruñera y la idea de simplemente lanzarse a pelear contra Drago era cada vez más convincente. Pero evito que todo lo de su alrededor le afectara, ahora mismo su única preocupación era su dragón.
— Esto no fue tu culpa, amigo. Ellos te obligaron a hacerlo.
_________ habló mientras extendía su mano en dirección a Chimuelo, tal y como hacía cinco años lo había hecho, cuando se conocieron por primera vez. Hiccup se encontraba atrás de él, sus sentidos Alfas concentrados en el bienestar del Omega frente a él.
— Tú jamás lo hubieras lastimado. Jamás, me lastimarías a mi.
Su falsa dureza rompiéndose conforme más se acercaba a su dragón.Chimuelo dio un suave gorjeo saliendo de la boca del dragón, mientras que permitia que el azabache colocara su mano en su cabeza.
— ¿Cómo estás haciendo eso?...
Pregunto en un susurro Drago, lo suficiente sorprendido como para olvidar las burlas que habían salido de su boca.
— Porque tú eres mi mejor amigo y mi familia, Chimuelo.
Chimuelo ladeo un poco más su cabeza, antes de que por fin pudiera salir del control del Salvajibestia. Sus ojos redondos y felices de ver a sus dos domadores.
— ¡Ese es mi dragón! ¡Así se hace! ¡Aquí estamos!
Gritó un feliz y emocionado Omega, orgulloso con cada grito de su dragón. Chimuelo correspondió el gesto, hasta que Drago volvió a hablar.
— ¡No!
Grito antes de golpear con su lanza a Chimuelo, el Alfa de cabellos azabaches intentó volver a golpear a Chimuelo antes de que esté detuviera el golpe con sus dientes y lanzará a Drago por los aires.
Un grito de júbilo salió de los labios de Hiccup, orgulloso al igual que ______ por el dragón que ambos tenían. Antes de que por la falta de un jinete, Chimuelo descendiera del cielo.
— ¡Allá voy, Chimuelo!
Grito _______ mientras se lanzaba para salvar a Chimuelo. Perdió de vista a Drago mientras se concentraba en salvar a su amigo.
— ¡Ya falta poco amigo!
Anunció una vez más el Omega a su dragón en un intento de consolar tanto a Chimuelo como a sí mismo. Y justo antes de que éste golpeara contra el agua del mar, pudo subirse correctamente sobre su dragón y de esta manera salvarlo.
No faltó mucho para que Hiccup se les uniera, al igual que _______ se había lanzado del dragón bebé cuando noto que tanto Chimuelo como ________ estaban en peligro.
Lo siguiente que paso fue la manera en que derrotaron a Drago Manodura, con la ayuda de la confianza que podía tenerle Chimuelo a sus jinetes como la sincronización que podían llegar a tener tanto Hiccup como __________.
Chimuelo retó al Alfa Salvajibestia, luego de haber protegido exitosamente a ________ de un ataque del escupe hielo contra él. Siendo entonces una orden por parte de un Drago que estaba acorralado por los dos mejores domadores de dragones de Berk; Chimuelo ganó contra el Salvajibestia quien se llevó consigo a Drago hacía las profundidades del mar.
Los gritos de todo Berk eran de puro júbilo, felices de que tanto Hiccup como ________ lograrán salvarlos de un peligro como lo era Drago Manodura mientras que cada dragón regresaba a su hogar. Fue justo en ese momento en que Valka y Estoico se presentaron en Berk, la sorpresa en los ojos de Valka era enorme; Estoico se rio suavemente ante aquella acción de su esposa, maravillado y enamorado de cada una de las facetas de ella.
— Nunca dejas de sorprendernos, Chimuelo.
Fue lo que dijo Hiccup antes de que ambos fueran derribados por un Chimuelo feliz que repartía lengüetazos a ambos
— La forma en que dominas dragones, es impresionante. Serias un buen atrapador.
La voz de Eret causó en él un pequeño brinco de sorpresa, sus mejillas se sonrojaron y sus feromonas se hicieron más dulces. El mal carácter regresó a Hiccup una vez estuvo cerca de _______. Valka se acercó hasta donde Hiccup y ______ se encontraban, tomó las manos del azabache y le dijo mientras le miraba a los ojos.
— Tus padres estarían muy orgullosos de ti.
— Gracias... Me alegro que estuvieran aquí.
— Y aquí nos quedaremos, _______.
_______ agradeció cuan maternal podía ser Valka justo lo necesitaba en aquel momento. Astrid se acercó a Hiccup y lo alejó de su lado, así como siempre lo había hecho; y, fue justo en ese instante en que Eret se acercó a su lado.
— Espero que a Eret hijo de Eret le guste Berk y decida quedarse aquí.
— No tienes de qué preocuparse, _______ Abels, me quedaré tanto tiempo como tú quieras.
— Tú, ven aquí.
Fue lo que dijo ________ antes de que tomará por el brazo a Eret y que de manera sorpresiva besará los labios de Eret.
El Alfa se sobresaltó ante aquel acto sorpresivo, pero no tardó en corresponder al gesto. Tomó de la cintura a ________ e hizo que el beso durará lo suficiente como para que todo el pueblo pudiera verlos, mientras que _______ se derretía en sus brazos.
________ nunca imaginó que un beso se pudiera sentir de esa manera. Los labios de Eret encajaban perfectamente con los de él y dentro de él, esperaba que pudiera besar a Eret el resto de su vida.
No notó la forma en que Hiccup les miraba, el dolor en su pecho creciendo cada vez más y convirtiéndose en una carga pesada dentro. Sin embargo, sabía que lo merecía; merecía este castigo de los dioses sobre él, le había hecho lo mismo a ________ tantas veces sin importarle realmente el cómo se sentía. Así que guardó sus lágrimas detrás de una falsa felicidad, era su momento de hacer feliz a _______ a pesar de que no fuera a su lado.
Bueno, espero que te haya gustado. Si encuentras alguna falta de ortografía, no dudes en decírmelo.
Intente hacer este capítulo lo más largo posible, espero que les haya gustado mucho. No había tenido tiempo de poder subirlo, esto de la universidad es mucho trabajo. Le dedico este capítulo a IceRabitt
Si tienes algún dibujo del libro que quieras compartir puedes contactarme, agradezco infinitamente los dibujos y creadores de dichas obras de arte.
!Hasta luego!
Atte: Naturintoka.
Publicado: 11/ Diciembre/2022
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