Capítulo XXIV
Había pasado una semana de aquel reencuentro inesperado. Zenitsu empezó a recibir mensajes de Buenos días por parte del albino, respondiendo con gusto a sus buenos deseos, pero nada más que eso. Estaba con un dolor de cabeza por haber pensado tanto, por un lado, estaba seguro de que quería intentar un romance con Shoichi, pero por otro lado, esperaba impaciente los mensajes de Uzui hasta el punto de tener crisis de ansiedad.
Yoshiteru estaba un poco decaído, ver a su papá manteniendo el contacto con el vecino sin cambiar de actitud era un poco deprimente. Creyó que con el encuentro con Uzui bastaría para que cambiara de opinión, pero al parecer seguía buscando algo en Shoichi.
Lo encontraba en su casa con más frecuencia, su papá salía con él por las noches. Él solo podía rezar para que no hayan hecho nada indebido aún. Shoichi era un agradable sujeto, intentaba de todas formas ganarse la confianza del hijo de Zenitsu.
Para el azabache, acceder a las propuestas del vecino era un martirio. — Teru chan, deberías aceptar la invitación de Shoichi san — habló el rubio, se veía un poco cansado y con ojeras.
Sí, el vecino le había invitado a ir a los juegos mecánicos. — No soy un niño, pa. ¿Qué haría yo en los juegos mecánicos? ¿Subirme al carrusel con él? — tanteó molesto. Zenitsu resopló, sonrió nervioso a Shoichi y esperó a que él dijera algo.
— Tengo entradas para el Sky Zone, deberíamos ir. Sé que te gustará, Yoshiteru san. ¡Es genial porque no son juegos mecánicos, estos son mucho mejores! ¡Son colchonetas, además de que hay una gran piscina de pelotas! — exclamó animado, intentando sonar convincente..
Aceptó, pero con una condición. — ¿Podemos invitar a mis primos? — tanteó sonriendo de lado. Shoichi sonrió abatido, Zenitsu resopló. Si bien, no quería causarle más dolores de cabeza a su papá, pero es que no soportaría salir con ellos como si fueran una familia. No, definitivamente no.
Agradeció y se alivió cuando sus primos aceptaron la invitación. Se reencontrarían allá, además, irían Inosuke y Tanjirou. Estaba un poco más tranquilo con eso, su papá y Shoichi en comparación a él, estaban más desanimados. Ese no era el plan que tenían.
— ¡Ahhh! ¡Es asombroso que volvamos a juntarnos! — Sumihiko llegó junto a ellos, de nuevo muy emocionado. — Es genial, ¡adoro el Sky Zone! — exclamó, ubicándose al lado de su primo. Estaban formando fila para anotarse y poder ingresar finalmente a la zona de juegos.
— Hmm, muchos niños... — murmuró Kanata mirando con desagrado a los niños que abundaban en la zona de infantes. Odiaba escuchar sus gritos, tenía tantas ganas de golpear a sus padres para que los calmaran.
— Nunca vine a un lugar así, se ve divertido — comentó Aoba, integrándose al grupo. Conversaron en una esquina mientras esperaban a sus padres.
— Oigan, papá no lo sabe, pero invité a Tojuro para que se una a nosotros. Sus padres solo le dieron permiso si dejaba que su tío lo acompañase — comentó Sumihiko, bajando la voz para contar ese 'secreto'. Yoshiteru lo miró impresionado, esto era demasiada casualidad. Lo emocionaba mucho más, estaba intrigado con lo que fue esa relación que tuvo su tío Tanjirou con Rengoku san.
— Entonces..., yo también debería mover mis fichas — murmuró el azabache, sonriendo malicioso mientras sacaba su celular y con asombrosa velocidad, escribió un mensaje.
Tenma ❣:
Estamos en el Sky Zone
¿Ustedes están ocupados?
Lo que sería una salida entre Zenitsu, Shoichi y Yoshiteru, se convirtió de nuevo en una salida grupal con muchos integrantes. El rubio estaba feliz de verse con sus amigos, pero no era lo que esperaba. — Me encanta hacer estas cosas sin planearlas. Es genial — comentó Tanjirou, emocionado, mirando a su alrededor.
— Me sorprendió recibir la invitación de la nada. ¿Nosotros no estábamos en los planes, verdad, Monitsu? — tanteó Inosuke, juzgando a su amigo con la mirada. El rubio arrugó la nariz.
— Claro que sí, es que también se nos ocurrió hoy nada más... — murmuró, bajando la mirada y sonriendo nervioso.
— Veo que ya estás saliendo con el vecino, ¿qué tal? ¿Es tan bueno como aparenta? — volvió a preguntar Inosuke, mirando a Shoichi.
— ¿Bueno en qué sentido? Estamos intentando salir... No es tan fácil. Por cierto ¡aún no les conté lo que me pasó la vez pasada! Dios, no creo que sea buen lugar para hacerlo, pero ocurrió algo tan asdfghjkl — habló con emoción, interesando a sus amigos.
— ¿Qué fue lo que pasó? — Tanjirou se apresuró en preguntar. Zenitsu iba a hablar, manteniendo la atención de sus amigos sobre él, pero fue interrumpido.
— ¡Mira, pa! ¡Es Tojuro san! ¡¿Puede unirse a nosotros?! — Sumihiko llegó corriendo junto a su papá para llamar su atención, lo estiró del brazo intentando convencerlo. Tanjirou bajó la mirada para verlo y soltó un largo suspiro, sintió el codo de Inosuke golpeando su otro brazo.
— Uff, esto se está poniendo más interesante — comentó el de hebras azuladas, mirando a los recién llegados. Zenitsu miró hacia la entrada y se sorprendió, quedando boquiabierto. Tanjirou levantó la mirada y se espantó.
— ¡Sumihiko san! ¡No me dejarían venir si no traía a mi tío conmigo! Es como mi niñero — habló Tojuro llegando junto a ellos. El menor de los Kamado asintió y sonrió emocionado. — Él es mi tío, Kyojuro — señaló, presentando a su acompañante.
Kyojuro se descolocó, sonrió en una mueca y levantó la mano a modo de saludo. ¿Qué demonios era esto? Zenitsu soltó unas risitas y se giró para ver a su amigo, Inosuke sonrió burlón. — Hey, ¿cómo están? Wow, esto es increíble... ¿Tanjirou? — habló, estaba nervioso sí.
Yoshiteru y sus primos miraban atentos esa escena. El azabache estaba con una gran sonrisa divertida en el rostro, Kanata estaba confundido. Aoba seguía mirando a su alrededor. — ¿Por qué estás tan feliz, Yoshi kun? — tanteó Sumihiko uniéndose de nuevo a su grupo junto con Tojuro.
Kanata levantó una ceja, poniendo incómodo al Rengoku. — ¿Qué onda con tu tío? — preguntó con seriedad.
— ¿Qué onda con tu papá? — respondió con otra pregunta, provocando que el kamado mayor entrecierre los ojos.
— Siento que será una noche muy divertida, Sumihiko — respondió el azabache, encendiendo su celular para leer el mensaje reciente que le llegó. — 'Nos vemos allí en breve' — sonrió satisfecho y miró al vecino, de cierta manera, sentía un poco de pena por él, arruinó su 'velada familiar', pero tenía que hacer lo correcto, y si lo correcto conllevaba que Tenma fuera su hermanastro, no importaba, tendría una relación con su hermanastro.
Shoichi estaba algo decepcionado, las cosas no podían empeorar. ¿Ahora se unían otras personas? Ni siquiera los conocía, pero al parecer eran amigos de Tanjirou. Miró al hijo de Zenitsu, se veía más tranquilo y amigable, eso estaba bien, solo que quería pasar tiempo con él, pero tenía que ceder ante sus caprichos, tal vez de ese modo pueda darle más confianza con el tiempo. No era para nada fácil, pero él estaba realmente interesado en el rubio. — Hey, ¿cuántos somos en realidad? Perdí la cuenta — aún faltaba avanzar un poco más en la fila para llegar a la caja, por lo que decidió llamar a Zenitsu.
— Hmm, a ver, no me esperaba que Kyojuro san y su hijo se unieran... así somos... — se puso a contar uno por uno. — ¿Diez? Sí, somos diez — respondió asintiendo con la cabeza. Cuántas más personas, más divertidas serían las cosas. Esa idea lo emocionaba. Shoichi asintió y volvió a concentrarse en la fila, ya faltaba poco para anotarlos de una vez.
Yoshiteru estaba impaciente, miraba la hora a cada instante e ignoraba la charla que estaban teniendo sus primos. — Yo creo que existen más cosas aún por descubrir. También creo que los aliens podrían ser seres animados, ¿por qué no? — el de cabellos burdeos comentó. Kanata entornó los ojos, perdería la cordura si seguía escuchando a esos niños gritando sumándole la tonta charla que mantenía su hermano menor con Rengoku.
— Pero eso sería imposible, Sumi chan. — señaló Tojuro confundido. — Nosotros tenemos visión tres de. A no ser que todo lo que creemos en verdad nunca fue cierto — comentó su punto de vista. Sumihiko lo miró interesado, colocó sus dedos sobre su mentón y quedó pensativo.
— Hmm, interesante... —
El azabache celebró con entusiasmo al ver a Tenma ingresando al lugar siendo seguido por su padre. — We are the champions, my friends... And we will keep on fighting till the end — sonó la canción en su cabeza, se apresuró en acercarse a su papá para informarle de la presencia de ambos albinos, llamando la atención de sus primos. Quiso hablarle, ser él quien le dé la noticia, pero Kyojuro se adelantó.
— ¡Tengen! ¡Qué casualidad! ¡¿Qué haces aquí?! Aw, hola, Tenma — exclamó Kyojuro entusiasmado al ver a su amigo y a su sobrinito allí.
Zenitsu levantó rápidamente la mirada al escuchar ese nombre. Tanjirou e Inosuke estaban sorprendidos, se giraron para ver a su amigo. — Sip, de esto hablo cuando digo que las cosas no pueden ponerse más picantes —murmuró el de hebras azuladas sonriendo burlón.
— Kyojuro, ¿qué haces aquí? No esperaba verte. Tenma insistió en venir a este lugar — habló Uzui aún sin percatarse de los demás presentes. Su hijo sonrió y se acercó con rapidez a su azabache.
— ¿Ya has visto quién está allí? — tanteó Kyojuro ladeando la cabeza para indicarle a Uzui dónde mirar. El albino frunció el ceño y miró en esa dirección, se encontró con la mirada sorprendida del rubio, quien al rato le regaló una sonrisa. — Esto es demasiada casualidad, ¿Sabes por qué? ¡También está Tanjirou! Tengen, estoy perdido — comentó viendo cómo su amigo no dejaba de mirar a Zenitsu. ¿Al menos escuchó lo que dijo?
— Voy a saludar... — murmuró, pasando de largo de Kyojuro para acercarse al rubio. Zenitsu se ruborizó y amplió su sonrisa cuando el albino llegó junto a él. — Hey, qué sorpresa verte de nuevo — saludó sonriendo enternecido.
— ¿De nuevo? — Inosuke y Tanjirou se descolocaron. — Si es así, habrá sido el destino —comentó el de hebras azuladas elevando la voz para que pudieran captar su indirecta. Uzui desvió la mirada para ver a los amigos del rubio. — Hola, guapo —saludó Inosuke guiñándole un ojo.
Zenitsu soltó unas risitas y negó con la cabeza. — Oh, mírenlos, están tan cambiados... Crecieron mucho — habló Uzui dándoles unas palmaditas en la cabeza. Tanjirou miró la nada e Inosuke levantó una ceja.
— Me alegra verte de nuevo, Uzui — el rubio habló finalmente, ganándose toda la atención del albino de nuevo. — Aw, también trajiste a Tenma. Se lleva muy bien con Teru chan, eso es muy bonito — comentó, desviando la mirada para ver al hijo de Tengen uniéndose al grupo de primos.
— Aw. mi amor y sus amiguitos — saludó enternecido, dejando desconcertados a los primos de Yoshiteru.
— ¿Qué demonios traes puesto? En verdad eres muy llamativo — comentó el azabache, recorriéndole el cuerpo con la mirada. El albino sonrió presumido y se señaló.
— Gucci, querido — presumió restándole importancia. — No sabía que tío Kyojuro vendría. Se armó el desmadre — añadió con una expresión divertida. Sumihiko y Tojuro fruncieron el ceño. Kanata resopló, todo el mundo sabía algo que ellos no. ¿Qué tenía el tío de Tojuro con su papá? Debería preguntar directamente.
— Uzui san, ya no se ponga celoso, aquí todos somos primos — comentó el de cabellos burdeos, llamando la atención de Tenma.
— Eso debería preocuparme más, Sumihiko. ¡Oh! ¡También vino tu novio! —exclamó mirando animado a Tojuro. — Tu tío y tu papá fueron buenos amant... —
— ¡Shh! Tenma, ven, te mostraré algo — Yoshiteru se apresuró en interrumpirlo, se alejó de su grupo llevándose al albino consigo. — No les digas nada sobre eso, aún no lo saben — habló cuando por fin estuvieron más alejados. Tenma sonrió y se inclinó para besarlo.
— Aw, mi amor, estás tan bonito — susurró entre sus labios, sujetándolo de la cintura para acercarlo más a su cuerpo. El azabache se ruborizó y trató de mantener aunque sea una mínima distancia, colocando sus manos sobre su pecho. — ¿También vino tu vecino el desgraciado? Yo sé que papá se llevará toda la atención del tuyo, no te preocupes — comentó, dejando besitos en su rostro.
Sumihiko estaba en silencio, fotografiándolos a lo lejos ante la mirada apenada de Tojuro. Kanata estaba escandalizado y Aoba lo miraba sorprendido. — Vaya, ese Tenma sí que enciende a cualquiera — murmuró desviando la mirada.
— Seremos doce, Shoichi san — el rubio volvió a acercarse a su 'amigo' antes de que este los anotara. El vecino lo miró confundido. — Sí, llegaron dos más — añadió sonriente, bajó la mirada por unos segundos para luego volver a levantarla para ver a Uzui. Dejó a Shoichi con media palabra en la boca para acercarse de nuevo a sus amigos.
— ¿En verdad? Nunca te había visto, es decir, sé que Tojuro va con tu hijo a la academia, pero yo también suelo frecuentarla y nunca te vi — comentó Kyojuro, conversando con Tanjirou.
— Oh, bueno..., solo voy a dejarlo. No asisto mucho a las reuniones... ¿Y tú cómo estás? — tanteó sonriendo nervioso.
Inosuke estaba mirando a ambas ex parejas, analizándolas. En verdad era demasiado excitante que se hayan reencontrado luego de tantos años. Luego de que Uzui y Zenitsu rompieran y el albino se haya ido de la ciudad, quedó Kyojuro. Mantuvo una relación de un año con Tanjirou, pero por cosas de la vida, terminaron. Supuso que fue a causa del padre de los Rengoku, quien era un hombre muy conservador, quiso casar a su hijo, pero Kyojuro se salió con las suyas y casaron primeramente a Senjuro, su hermano menor.
Por otra parte, sabía cómo Uzui y Zenitsu se quebraron el corazón, ahora los dos estaban allí, hablando como si nada hubiese pasado. Había una ligera tensión, podía ver los ojos brillantes del rubio, intentando agradar al albino, mientras que Uzui se veía un poco nervioso y ansioso. Algo le decía que su amigo seguía queriéndolo un poco, a pesar de que esté dispuesto a tener una relación con Shoichi. Seguro no esperaba volver a ver a Uzui.
Tengen sonrió enternecido, miraba atento a Zenitsu, sintiendo los latidos de su corazón. El rubio estaba con las mejillas teñidas con un rosa pálido, se veía tan bien con ese nuevo estilo. — Es como si se hubieran conocido desde antes, me da curiosidad el porqué se llevan tan bien — comentó el albino refiriéndose a sus hijos.
— Si te contara... Es decir, no se si solo fue una mala jugada de mi mente o no, pero creo que en verdad ya se conocieron antes. Teru chan me comentó que consiguió un nuevo amigo llamado Tenma, ¿coincidencia? No lo creo — aclaró el rubio mirando interesado a su hijo.
— Sabes, mi chico me dijo lo mismo..., pero lo que me contó fue que lo suyo con ese nuevo amigo iba para algo más que una amistad — contestó confundiéndose más. Zenitsu entreabrió los labios y quedó pensativo.
— Ow, es extraño... — murmuró cuando algo hizo clic en su cabeza. Levantó la mirada para ver a Tengen y sonrió. — ¿Y tú? No creí que te gustara venir a estos lugares, bueno, no debería sorprenderme. Siempre fuiste muy aventurero —comentó dándole unas palmaditas en el brazo.
— Wow, lo recuerdas — respondió sonriendo divertido. Acercó su mano a los flequillos del rubio para tocarlos. — Mis días de aventurero se acabaron hace tiempo. Es la primera vez que vuelvo a 'buscar' diversión — contestó recorriendo el rostro de Zenitsu con la mirada.
El rubio se ruborizó, tragó saliva. — No te creo, Uzui. ¿El tiempo no fue tan amable contigo? — tanteó, quería tocarlo también, pero se sentía avergonzado. Estiró su brazo, acercando su mano a la mano libre de Uzui que estaba descansando en su costado y rozó sus dedos con los suyos.
Debido a ese gesto, el corazón de Tengen empezó a latir con más rapidez, estaba más ansioso que nunca. La mano del rubio se alejó de la suya, quiso agarrarla, pero una tercera persona los interrumpió.
— Ya estamos anotados, Zenitsu... Por fin podemos ir a los juegos — habló Shoichi llegando junto a ellos. Borró su sonrisa al darse cuenta de la tensión que había en el ambiente creado por esos dos. Uzui apartó su mano de los flequillos del rubio y Zenitsu carraspeó.
— Oh, Shoichi, te presento. Él es Uzui Tengen, Uzui, Shoichi, Shoichi, Uzui — presentó, señalándolos. Bajó la mirada y frunció el entrecejo.
Tengen ladeó los labios, levantó el mentón y asintió con la cabeza. — Un placer conocerte, Uzui san — saludó Shoichi, estrechando su mano con la suya. El albino frunció el ceño, reconoció al chico, era aquel con quien el rubio estaba la vez pasada en el bar.
Sonrió cínico y saludó. — Siempre es un placer conocerme, ¿verdad, Zenitsu? — respondió, desconcertando al vecino y sobresaltando al rubio.
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Decidieron seguir a sus hijos, irían y participarían en lo que ellos quisieran. — ¡Pelotero! — exclamó Sumihiko, escapando de su papá y estirando a Tojuro para lanzarse de una vez a esa piscina repleta de pelotas de plástico.
— ¡Sumi chan! — Tanjirou se desesperó y lo siguió con pasos apresurados. Se asustó cuando no vio a su hijo en ningún lado. ¡Habían caído en la profundidad de esa piscina, sumergidos y ahogándose entre las pelotas! — ¡Kanata, ve a buscar a tu hermano! — exigió girándose para buscar a su otro hijo.
— ¡¿Por qué no vas tú, Kentarou?! — Inosuke llegó hasta él y sin perder el tiempo, lo empujó haciéndolo caer también entre las pelotitas. — JA. Esto es genial — comentó sonriendo divertido. — ¡Aoba, querido! — exclamó girándose a ver a su hijo.
— Pa, no creo que sea buena ide... — no pudo terminar de hablar porque también fue lanzado a la piscina, espantando a Zenitsu.
— Oh Dios mío, mató a su amigo y a su propio hijo — el rubio se giró en otra dirección con una expresión horrorizada. Tengen lo miró preocupado, frunció el ceño y recorrió con la mirada la zona, no veía a su hijo.
— ¿Dónde está Tenm-? —
— ¡¡Vivan los novios!! — su hijo llegó por detrás para empujarlos a ambos en el pelotero. Yoshiteru llegó corriendo, alcanzando a Tenma.
— ¡¿Qué demonios acabas de hacer?! ¡Así mi papá nunca te aceptará como su yerno! — reclamó el azabache mirando horrorizado cómo su papá y el de Tenma desaparecían entre las infinitas pelotas de plástico.
Shoichi se sentía excluido de ese grupo. Veía cómo los demás se divertían... ¿Acaso dijo novios? ¿Quién demonios era ese Uzui Tengen y por qué Zenitsu y su hijo le tenían tanta confianza?
— ¡Sumihiko! — Tanjirou finalmente pudo llegar a sacar medio cuerpo de allí, apartando las pelotas que se interponían en su campo de visión. Recuperó el aire que perdió y miró a su alrededor en búsqueda de su hijo — ¡Sumi chan! —
— Ay, papá, ya estoy bien. ¡Voy por mi segunda ronda! — exclamó volviendo a saltar, asustando a su padre.
— ¡Ya no hagas eso, es peligroso! — exclamó en modo de reproche, pero su hijo ya había desaparecido de nuevo entre las pelotas. Resopló, hubiese deseado que fuese agua en vez de pelotas, de esta manera no podía controlar lo que sucedía allí abajo. — ¿Cómo salgo de aquí? — preguntó, mirando a su alrededor.
— Yo te ayudo, Tanjirou san — habló Kyojuro, extendiendo su brazo para alcanzar al de cabellos burdeos. Inosuke estaba sentado con unos lentes negros puesto mientras bebía de su vaso térmico, disfrutando de esas escenas. Aoba parecía estar divirtiéndose, lo estaba saludando con insistencia.
— ¡No sé cómo salir de aquí! ¡Papá! — exclamaba el Hashibira menor extendiendo sus brazos hacia arriba para llamar la atención de su papá, necesitaba de su ayuda, pero este solo le saludaba.
— No te preocupes, Aoba san, solo vas nadando hasta llegar a las escaleras — Sumihiko llegó hasta él y señaló las escaleras, volvió a sumergirse entre las pelotas, dejándolo solo.
— Yo no sé nadar... — murmuró el de hebras azuladas.
— ¡Estas cosas no son tan suaves, maldición! ¡¿Quién demonios me lanzó?! — exclamó Zenitsu mientras apartaba las pelotas de su alrededor, lanzándolas al aire. Uzui entrecerró el ojo al sentir los golpecitos de las pelotas sobre él, miró al rubio y se acercó.
— Sí, así mismo, Zenitsu. Estas cosas no son tan suaves, deja de hacer eso. No solucionas nada de esa forma, mira que vuelven a su lugar — habló el albino frenando las manos del rubio. Zenitsu lo miró molesto.
— ¡Estuve apunto de morir! En verdad que aún no comprendo el propósito de los peloteros. ¡Duelen! — exclamó indignado, miró al albino y ladeó los labios. — ¿Tú me empujaste? Demonios, Uzui, nunca dejas de querer atentar contra mi vida — añadió ofendido.
Uzui soltó unas risitas, jugó con una pelotita y la lanzó al aire. — No fui yo, tampoco soy fanático de los peloteros. — respondió mirándolo divertido. Se alarmó cuando vio caer aquella pelotita sobre la cabeza rubia. — ¡Lo siento! ¡No quise hacer eso! — se apresuró en aclarar. Rió con más ganas al ver la expresión de Zenitsu.
— ¡Claro que lo hiciste a propósito! — exclamó volviendo a molestarse, agarró unas cuantas pelotas y las lanzó al albino.
— Hey, ay, ¡no hagas eso! — Uzui intentó esquivar las pelotas, pero aún no podía dejar de reír. Zenitsu se contagió y terminó riendo también.
— Aws, el amor... — murmuró Tenma, quien tenía sujetado al azabache de la cintura. Estaban dentro del pelotero, el albino aprovechaba para toquetear a su novio. Yoshiteru chasqueó la lengua y lo separó dándole un golpe con su codo.
— Ya, no es lugar para estas cosas, Tenma — reprendió a su novio. — Déjame capturar esta joya — dijo mientras sacaba su celular para fotografiar a su papá junto a Uzui san.
Tengen ayudó a Zenitsu para llegar a las escaleras, salieron finalmente del pelotero entre risas y se acercaron a sus amigos. El rubio se frenó cuando vio a Shoichi, se había olvidado de él. — Shoichi san, ¿no quieres lanzarte también? — tanteó acercándose a él. El azabache negó con la cabeza.
— No es lo mío, pero estoy emocionado por los otros juegos, Zenitsu — contestó sonriente, colocándose a su lado. Estaba un poco molesto sí, ese hombre albino se acercaba mucho a su rubio. De ser así, debería dejar en claro con quién estaba saliendo Zenitsu. Agarró la mano del rubio y entrelazó sus dedos con los suyos, sorprendiéndolo y provocando que Uzui suelte un suspiro.
Se sentaron a mirar a sus hijos, Uzui se sentó al lado de Kyojuro y Tanjirou, que a su vez estaba al lado de Kanata e Inosuke. Aoba había recibido la ayuda de Tanjirou, por suerte, y también la de Rengoku, ahora estaba sentado al lado de su papá, reflexionando sobre lo que le acababa de pasar.
Zenitsu bajó la mirada, miró su mano junto a la de Shoichi e infló las mejillas. Buscó de reojo a Uzui, quien estaba hablando animadamente con su amigo. Resopló y miró al frente. — ¿Estás bien, Zenitsu? — tanteó Shoichi al ver al rubio inquieto. Zenitsu asintió.
Yoshiteru resopló y se decepcionó al ver cómo Uzui san y su papá estaban alejados de nuevo — Hace poco se estaba llevando tan bien con tu papá. Creo que el vecino es el problema — comentó el azabache, saliendo del pelotero y siendo seguido por Tenma.
— Ya te dije, cariño, apartemos a ese vecino de una vez. Nadie se enterará de todos modos — respondió siguiéndole el paso mientras se arreglaba el chaleco Gucci que traía.
Se desviaron de camino, uno iría junto a Tengen y el otro junto a Zenitsu. Querían conocerse y así, quizás, crear un lazo.
— ¿Cómo estás, Uzui san? — tanteó el azabache, sentándose a su lado. Tengen se giró para verlo y sonrió. — ¿Se divierte? —
— Hola, Yoshiteru. Sí, me estoy divirtiendo, aún quedan muchos juegos que probar. — contestó ladeando la cabeza. — ¿Y tú? He visto que te llevas muy bien con Tenma... ¿No te está molestando, verdad? — preguntó mirándolo preocupado.
— Para nada, Uzui san. Su hijo es muy buen chico... Sí, ¿está usted soltero? — tanteó, siendo más directo de lo que esperaba, sorprendiendo al albino.
Por su parte, Tenma llegó junto a Zenitsu y aquel vecino. — ¿Cómo le va, Agatsuma san? Es un gusto volver a verlo, como siempre tan bonito — habló el albino sentándose en medio de ellos. Zenitsu se apartó un poco para darle espacio, lo miró y soltó unas risitas por el atrevimiento que tuvo.
— Aw, Tenma, el gusto es mío. Eres muy adorable, me recuerdas mucho a tu padre — respondió sonriente. Shoichi frunció el ceño, ¿acaso este chico no veía que él estaba acompañando al rubio? ¿Cómo es que era tan osado para meterse en medio?
— ¿Usted lo cree, Agatsuma san? ¿Cree que soy bonito y atractivo como mi papá? — tanteó emocionado. Zenitsu asintió con una sonrisa, ruborizándose al darse cuenta de lo que acabó de confirmar. — Eso me halaga mucho, también me halaga que tú pienses que mi padre es atractivo y bonito... — añadió sonriendo divertido.
— Ow, pues sí... de hecho, tu padre fue el chico más popular y apuesto de la academia, pero todo un rompecorazones. Era un chico fiel y de buen corazón — señaló, quedando pensativo con una leve sonrisa en el rostro. — Era obvio que tendría un hijo igual de lindo que él, además de talentoso — comentó asintiendo con la cabeza. Tenma lo miró sorprendido y se ruborizó.
— Wow, papá tenía buena fama desde adolescente... Usted también es muy lindo, Agatsuma san, no me sorprende que su hijo sea igual de bonito como usted. Papá tuvo mucha suerte de tenerte como 'amigo' — comentó, llenando de halagos al rubio, quien estaba ruborizado por tantas palabras dulces.
Zenitsu volvió a mimar al hijo de Uzui llenándole de cariñitos. — Aw, eres un amor, Tenma san — dijo mientras acariciaba sus mejillas. El albino sonrió, aceptando con gusto ese gesto de su suegro.
Yoshiteru estaba hablando animadamente con Tengen, hasta que vio a su papá encariñando a su novio. Recordó lo que dijo Tenma sobre lo de la relación entre 'suegra y yerno' y se molestó. Miró a Tengen y puso su expresión más encantadora, desconcertándolo. — Te pareces mucho a tu padre, Yoshiteru — comentó Uzui acariciando los cabellos azabaches.
— Pero papá es rubio... ¿Soy igual de bonito como él? No lo sé, él es muy lindo — respondió bajando la mirada, exagerando su tristeza. Uzui lo miró sorprendido, ¿acaso era igual de inseguro como lo fue su chico hace tiempo?
— Eres igual de bonito que él, Yoshiteru. Tu papá era el chico más bonito en toda la academia, tú sacaste sus finos rasgos y sus lindos ojos dorados — respondió sonriendo enternecido. El azabache se ruborizó, Uzui san hablaba muy bien de su papá. Esas palabras dulzonas también eran para él, pero debería pensarlo como si ya fuera su padrastro o directamente, su papá. Levantó la mirada para verlo y sonrió agradecido.
Shoichi estaba indignado, ¿por qué Yoshiteru san dejaba que ese hombre sí lo tocara o le hablara? ¿Por qué se llevaba mejor con él? ¿Quién era? ¿Quiénes eran ellos? Miró de nuevo a Zenitsu, quien seguía mimando a ese joven. Los dos albinos estaban entorpeciendo su esfuerzo por ganarse el corazón de ambos Agatsuma. Decidió cortar con esas escenas empalagosas. — ¡Vamos a probar los otros juegos! — exclamó, llamando la atención de todos.
Salieron de la zona de los peloteros para ir a la zona de las grandes colchonetas. Shoichi no sabía qué hacer, tanto Zenitsu como Yoshiteru no se apartaban de esos dos albinos. Si iba junto a Yoshiteru, ese Uzui Tengen se iría junto a Zenitsu y viceversa. Esto no estaba saliendo de acuerdo a sus planes.
— ¿Usted y mi papá se conocen desde cuándo? — Kanata preguntó directamente mientras se ubicaba al lado del tío de Tojuro. Kyojuro se sobresaltó y se giró a verlo sorprendido, era el otro hijo de Tanjirou.
— ¿Ah? Kanata san..., éramos muy muy buenos amigos en la academia... — respondió sonriendo nervioso. El kamado lo analizó por completo, inquietando un poco a Rengoku ya que el chico era un poco inexpresivo.
— ¿'Muy muy buenos amigos'? Eso suena raro — comentó mirándolo serio. Kyojuro sonrió abatido, ese chico lo intimidaba, tenía unos ojos muy profundos. En comparación a Sumihiko, este parecía menos amistoso que él. — ¿Y qué hacían? — preguntó, refiriéndose a esa muy muy buena amistad que tuvo con su papá. Rengoku resopló.
— Cosas de amigos... — respondió mirando al frente, fingiendo que estaba concentrado en sus amigos. Kanata lo miró con recelo, se cruzó de brazos y decidió dejarlo en paz para caminar al lado de Aoba. Kyojuro pudo respirar con alivio, ¿a qué venían esas cuestiones?
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— ¿Por qué tiene un parche? — preguntó Inosuke pegándose a Zenitsu para buscar información, no podía creer que sabía de todo sobre Uzui, menos que le gustaba usar parches. El rubio lo miró, sintió a otra persona pegándose en su otro costado y giró a verlo también.
— Es un parche con mucho estilo — añadió Tanjirou, mirando expectante a su amigo.
— Perdió el ojo en un accidente... — respondió sorprendiendo a sus amigos.
— Hmm, tuerto y todo sigue siendo muy guapo — comentó Inosuke, girándose para ver al albino que venía detrás de ellos. Zenitsu le golpeó con el codo.
— No digas eso, por cierto, aún no me lo mostró, pero se puede ver que la cicatriz sobrepasa la tela. — comentó haciendo una mueca, le preocupaba Uzui.
— Aw, debió dolerle mucho... Qué mal por él, pero como dijo Inosuke, eso no le quita lo guapo. Es como Thor cuando perdió su ojo — Tanjirou hizo una comparación, sus amigos le dieron la razón. — ¿Cuándo lo volviste a ver, Zenitsu? — preguntó intrigado, su amigo no le había dicho nada.
— Fue hace una semana, nos encontramos en un supermercado... Me pidió mi número y solo eso... — murmuró encogiéndose de hombros, sorprendiendo de nuevo a sus amigos.
— Aw, quiere estar en contacto contigo. ¿Y tú cómo te sientes al respecto? — tanteó con cuidado, intuía que el rubio aún no lo había superado del todo.
— Se suponía que iba a iniciar una nueva relación, lo que cerraría con ese ciclo, pero apareció de nuevo... Y no lo sé... — contestó bajando la mirada.
— No confundas las cosas, Monitsu. Está bien si es que aún guardas algo por él. La relación de ustedes no acabó porque se dejaron de amar, si aún hay sentimientos de por medio, creo que deberías de pensar mejor en lo que quieres hacer — aconsejó el de hebras azuladas, soltando un largo suspiro. El rubio frunció el ceño y soltó un suspiro, no quería pensar en eso ahora.
Shoichi iba en la delantera, los frenó, llamando la atención de todos. — Bien, esto es la guerra. Jugaremos a los 'quemados', para los que no saben, les explico brevemente, tenemos estos cubos de espumas, no son tan ligeros, son más resistentes que los tubos. Bueno, la idea es que compitamos entre equipos, lanzaremos estos cubos al equipo rival hasta ir eliminando participantes. Serán descalificados los que sean golpeados o de igual manera, tocados por el cubo de espuma hasta que quede en un uno contra uno — explicó Shoichi, asintiendo con la cabeza e invitándolos a pasar a la zona que escogieron para ellos solos.
Se quitaron los zapatos, se arremangaron las camisas y se acomodaron el cabello. Escogieron sus equipos e iniciaron con el juego. Por un lado, estaban Shoichi, Zenitsu, Yoshiteru, Tanjirou, Aoba y Sumihiko. Y por el otro lado estaban Kyojuro, Tengen, Tenma, Inosuke, Tojuro y Kanata.
— Sin compasión ni culpas — dijo Inosuke empezando a lanzar con fuerza esos cubos de espuma. Se había puesto más salvaje, adoraba las competencias. Atacó al vecino porque parecía presa fácil, pero no logró darle con ninguno. Hizo una rabieta y lanzó a su otra presa fácil. — En este juego no existen padres e hijos — dijo, descalificando a Aoba tras darle con todos los cubos que pudo.
Zenitsu miró preocupado cómo un miembro de su equipo salía del campo de batalla. — ¡Eres tan desconsiderado, Inosuke! ¡Salvaje! — exclamó, lanzándole unos cuantos con todas la fuerzas que tenía, ya no importaba si iba por Inosuke o no, la idea era descalificar a uno de su equipo. Esquivó unos cuantos cubos que venían por él y celebró cuando el cubo golpeó a Tojuro. — Lo siento, Tojuro san, pero nos vemos en la siguiente ronda — se disculpó, sonriendo triunfal.
— ¡Tú, maldito vecino, eres muy hábil! — exclamó Inosuke, intentando eliminarlo. Shoichi sonrió autosuficiente y siguió atacando.
Tanjirou se quejó, su amigo era muy violento, esquivó las que pudo y lanzó sus armas para contraatacar, mandándola sin querer hacia su hijo. — ¡Kanata! ¡Ay, no! ¡Lo siento! — se disculpó, esa distracción le costó la vida, pues los rivales aprovecharon para lanzarles todos los cubos que tenían a disposición. El de cabellos burdeos infló las mejillas y salió del campo de batalla junto con su hijo. Ahora tenía las esperanzas puestas en Sumihiko, su niño era muy hábil, no por nada practicaba Parkour.
Siguieron lanzándose los cubos, Zenitsu se alarmó cuando vio que uno se acercaba directamente a él, por lo que estiró a Shoichi y lo usó como escudo, sacrificándolo a él — Lo siento, Shoichi san... No fue mi intención, bueno sí, pero si no logro proteger la tierra, te prometo que la vengaré — habló con seguridad, se reincorporó y se ató bien el cabello. Señaló a Tengen, amenazándolo, pues fue él quien le lanzó ese cubo. No logró darle a Tengen, pero sí a Kyojuro.
Yoshiteru estaba preocupado y asustado, los cubos no dejaban de venir hacia él. Los esquivaba como podía, eran demasiado rápidos que lo desesperaban. Ya no podía atacar, solo defenderse y no dejar que alguno lo toque. Eran tres contra tres, los albinos eran muy buenos, tenían buenos reflejos al igual que Inosuke... — ¡Maldita sea, eliminaré a tu hijo, Gonpachiro! — exclamó el de hebras azuladas, lanzó unos cuantos, golpeando al azabache. — Bueno, es lo mismo — comentó, encogiéndose de hombros.
— ¡Teru chan! ¡No! — Zenitsu miraba cómo su hijo salía del campo. Miró molesto a Inosuke y siguió lanzando más cubos. Sumihiko lograba esquivar fácilmente y atacar, solo que no tenía puntería. Necesitaban eliminar a uno para quedar emparejados.
Inosuke vio con horror los dos cubos que se aproximaban a él, no pudo esquivarlos, por lo que fue golpeado por ellos. — ¡Mataré a tu hijo, Kentarou! — exclamó Inosuke saliendo del campo. Se acercó a Tanjirou y siguió amenanzándolo. Sumihiko celebró y celebró aún más cuando el rubio por fin pudo golpear a Uzui.
— JA. ¡En tu cara! ¡Soy un vengador! — exclamó señalando a Tengen, burlándose de él. El albino negó con la cabeza.
— ¡Te aprovechas de que no puedo ver bien! — respondió, descolocando a Zenitsu, quien se sintió mal por eso.
— Ay noo, eso no es cierto, no seas tan sensible. — se defendió, cambiando rápidamente de expresión. — Solo acepta de una vez tu derrota — contestó sonriendo victorioso.
— No festejes antes de tiempo — señaló, saliendo finalmente del campo. El rubio lo siguió con la mirada y se giró bruscamente al escuchar un pequeño grito ahogado a su costado.
— ¡Sumihiko! ¡No! — exclamó viendo cómo el único miembro de su equipo que seguía en pie iba rebotando sobre la colchoneta. El de cabellos burdeos fue golpeado con tres cubos por parte de Tenma, dejándolo abatido.
Ahora solo quedaban Tenma y Zenitsu en el round. El rubio se giró a verlo y sonrió de lado, mirándolo desafiante. El albino levantó el mentón, mostrándose presumido. Se sentía la tensión en el ambiente, todos estaban atentos a esos dos. Inosuke volvió a beber la misteriosa bebida que guardaba en su vaso térmico, invitó a Kyojuro sin apartar los ojos de Zenitsu y Tenma. Uzui se pasó una mano sobre el rostro, estaba nervioso. Shoichi apoyaba al rubio, también estaba impaciente. Yoshiteru y sus primos se agacharon para ver mejor.
— Serás muy bonito y todo, pero eso no evitará que te gane — habló Zenitsu agarrando dos cubos y poniéndose en posición.
— Lo que digas, suegra. Solo espero que esto no afecte nuestra estrecha relación y que de igual forma usted me dé la mano de su hijo — respondió, sorprendiendo al rubio. Yoshiteru se dio una palmada en el rostro, Sumihiko sonrió emocionado. Tanjirou se escandalizó e Inosuke asintió con la cabeza, orgulloso de ese chico, bebió de su vaso e invitó de nuevo, esta vez a su hijo, quien lo rechazó, entonces se lo ofreció a Uzui para tranquilizarlo.
Zenitsu estaba distraído, ¿qué fue lo que dijo el adorable Tenma? Lanzó sus dos cubos, fallando en el intento y recibió dos golpes en su cuerpo por parte de su rival. No pudo evitarlo, aún estaba confundido. Se sobó la zona lastimada y aceptó su derrota, fue más rápido de lo que esperaba. El albino levantó los brazos y celebró. — Lo siento, agatsuma san... Quiero a su hijo como premio — exigió extendiendo su mano, Yoshiteru se apresuró en lanzarle más cubos para callarlo.
— ¡Shhh! ¡Demonios, Tenma! — se quejó, empezando a forcejear con él. El rubio estaba desconcertado, ¿escuchó bien?
— ¡Zenitsu! ¿Estás bien? — Shoichi se apresuró en llegar junto a él.
— Sí, ya, no te preocupes — respondió, arreglándose el cabello, se lo soltó y lo peinó, llamando la atención de Uzui.
— Ahora entiendo a lo que referías en el bar. En verdad es muy bonito — habló Kyojuro ubicándose a su lado. Tengen estaba concentrado en Zenitsu, poniéndose ansioso. — Ya sé por qué estás así, quieres tocarlo — murmuró, provocando más nervios al albino.
Uzui se giró a verlo y frunció el ceño. — ¿Qué? — preguntó sintiéndose expuesto. Era su amigo, él más que nadie sabía de su estado emocional, no tenía por qué ocultarle nada — Bueno, sí... Pero no puedo hacerlo, ¿ves? Te dije que estaba hermoso. Está tan hermoso como el día en que se fue — murmuró, volviendo a mirar al rubio. Sonrió de lado. — Tú deberías hablar con Tanjirou — aconsejó, dejando a su amigo para acercarse a Zenitsu.
El rubio se sobresaltó al sentir que alguien metió su mano entre su cabello, se giró para verlo y se ruborizó. Tengen estaba muy cerca y con su cabello entre sus dedos. Shoichi levantó una ceja, ese tipo no respetaba nada ni su presencia. — Uzui, tu hijo es muy hábil. ¿Escuchaste lo que dijo? No sé si lo escuché bien o no — comentó confundido.
— Me gusta tu cabello — habló en voz baja, sorprendiendo a Zenitsu. Uzui sonrió levemente, acercando la mano al rostro para llevar las hebras doradas a sus labios ante la mirada asombrada del rubio. Zenitsu estaba embelesado, se quedó estático, viendo cómo el albino depositaba un beso sobre los hilos de su cabellera que descansaban entre sus dedos.
— Gracias... — respondió tímido, sonriendo y bajando la mirada. Tengen sonrió animado, inhaló el aroma de su cabello y lo soltó. Zenitsu volvió a levantar la mirada para verlo, sintió una presión en el pecho, ¿qué tenía que hacer ahora que Uzui Tengen estaba tan cerca de él? Levantó su mano para colocarla en el pecho del albino, sintiendo los latidos de su corazón. Se ruborizó y tragó saliva.
Yoshiteru quedó maravillado, volvió a quitar su celular, dejando que Tenma ganara la batalla y lo abrazara.
Tengen miraba atento al rubio sin borrar su sonrisa, no importaba si su corazón lo delataba, quería que Zenitsu supiera que estaba feliz de verlo. — Uzui, yo... —
Shoichi estaba impresionado, ¿qué estaba ocurriendo? Carraspeó, llamando la atención de los dos y rompiendo con el ambiente. Zenitsu apartó su mano y desvió la mirada, apenado al sentir sus mejillas calientes, Uzui soltó un suspiro, colocó sus manos dentro del bolsillo de su sudadera y miró a su alrededor — ¿Comemos algo? — tanteó Shoichi, ganándose la mirada molesta de Tenma y de los demás.
Yoshiteru se quedó mirando la nada, eso fue fascinante. ¡Aún existía conexión entre ellos! Era una muy buena noticia — ¿Tu papá coqueteó con el mío? — preguntó bajando la voz para que solo Tenma lo escuche.
— Obvio — respondió, dejando besitos en su mejilla mientras seguía abrazándolo por detrás. Todos sabían de la relación entre Tenma y Yoshiteru, menos sus padres y el vecino.
— Chicos, tengo una nueva otp — habló Sumihiko llegando junto a ellos.
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