Capítulo XVIII

Estaba demasiado distraído, conducía de regreso a casa. Había estado trabajando por seis horas sin despegarse de la computadora y ahora tenía que ir a prepararse para recibir a sus visitas. Cuando volvió en sí, se sorprendió al escuchar justamente aquella canción que le traía tantos recuerdos. — I can't take my eyes off of you... — sonaba en su radio, parecía que lo habían puesto adrede. Pero quién más que él sabría el valor significativo que tenía esa canción.

Sonrió nostálgico mientras seguía escuchándola atento, recordando a un chico extravagante y enamorado.

Recordó aquella sonrisa encantadora y el brillo de sus ojos violetas. Se reprendió mentalmente por pensar en él, pero no podía dejar de hacerlo, cuando más quería olvidarlo, empezaban a suceder cosas que lo regresaban a él. Era muy confuso.

También fue inevitable pensar en cómo terminaron ambos, separados, casados con otras personas y teniendo una familia. No se arrepentía de nada, ni de haberlo amado. Su hijos eran su adoración, no los cambiaría por nada. Así que, debería dejar de pensar en Uzui.

Recuerda el día en que se separó de su esposa, Nezuko era una chica muy bondadosa, de un corazón noble al igual que su hermano Tanjirou. La quiso sí, tuvieron una maravillosa familia, pero ella se dio cuenta de que a él le faltaba 'algo' y ese 'algo' ella no podría llenar. Así que decidió dejarlo ir, en buenos términos. No podía suplantar a Uzui Tengen, a pesar de que Zenitsu le dijera lo contrario, ella sabía la verdad. Lo había consolado cuando la relación de ambos chicos se había roto y el rubio supo que ella sería una esposa perfecta.

Nezuko lo quería mucho, pero no quería forzar a Zenitsu a que sintiera algo más que una bonita amistad. Sus hijos nunca se dieron cuenta de ello, sufrieron sí, pero la familia siguió igual que siempre para no inquietar tanto a los niños. Vivían en lugares distintos, con el tiempo pudieron sobrellevar la separación. Zenitsu se encontraba tranquilo al saber que ella lo comprendía, estaba agradecido al tenerla como una amiga especial. Le guardaba mucho cariño y aprecio, más por ser la madre de sus hijos, pero no lograba estar en paz con ella a causa de que su corazón seguía perteneciéndole a ese chico albino.

Su hija mayor, Touko, decidió quedarse a vivir con su madre en la casa, mientras que Yoshiteru se quedó con él en un departamento en Brooklyn. Se visitaban cada fin de semana y sus hijos se encontraban cada vez que querían. No había gran problema, pero luego de eso, Zenitsu empezó a tener de nuevo crisis de ansiedad. Quiso culpar a la ciudad, a su trabajo, pero recordó que siempre pasó por eso, las crisis nunca se fueron. Tal vez era a causa de la soledad, de volver a pensar demasiado. Pasaba mucho tiempo solo, no era tan allegado a sus amigos del trabajo, Yoshiteru era un excelente compañero, pero aún era un niño. Empezaba a extrañar Japón y a sus amigos, Tanjirou e Inosuke.

Una vez quedando solo, empezó a escribir bastante, sobre su infancia, su vida escolar y sobre su romance con Uzui. Quiso averiguar sobre él, pero no quería sentirse peor de lo que ya estaba. Era mejor dejarlo así, le costó mucho controlar su curiosidad, lo único que supo fue que se había casado con Makio y habían tenido un hijo, y hasta allí quiso informarse.

Ahora estaba de nuevo en Japón, cerca de su ex pareja y no podía evitar sentirse ansioso de vuelta. ¿Cómo es que seguía sin poder superarlo? Tenía que cortar con eso, él ya era un hombre maduro, con hijos. No iría a importunar a Uzui, no lo buscaría, quizás ya había hecho reiniciado su vida y tal vez ya ame a otra persona.

Apenas llegó a su casa, recibió a su primera visita. Se veía muy a menudo con Tanjirou, no vivían tan lejos, además, era su cuñado. Llegó con su sonrisa radiante que siempre portaba, ya acostumbrado a él, el rubio no se preocupó en si su casa parecía desorganizada o no.

— Sumihiko se ve muy cercano al hijo de Senjuro san... es extraño, ¿sabes? Es decir, ¿por qué se siente atraído por un Rengoku? — habló su amigo y cuñado. Zenitsu levantó una ceja y soltó unas risitas.

— Salió igual a su papá. Aw, ¿acaso le contagiaste tu amor por los Rengoku? Oh, ya sé, depositaste en él tu frustración por no quedarte con Kyojuro y de esa forma él podría pescar uno igual a él — respondió divertido, emocionado con su teoría. Tanjirou frunció el ceño y lo miró molesto.

— Eso no es cierto. Ya lo superé, o sea, hola, tengo una familia — contestó con obviedad. El rubio rodó los ojos. — Pero es extraño, ¿crees que le mudé mi interés por los Rengoku? —

— Eso fue lo que dije — respondió abatido, mientras acomodaba algunos documentos sobre su escritorio. — ¿Ya le contaste sobre tu oscuro pasado? — preguntó con una sonrisa burlona. Tanjirou se indignó y se ruborizó.

— ¿De qué oscuro pasado hablas? Imagínate lo que podría pasar si le contara que estuve saliendo con el tío de Senjuro por un buen tiempo — comentó alarmado. Zenitsu resopló.

— Tal vez se incomode, pero se interesaría. Sumihiko es igual a ti, seguro está obsesionado con ese chico idéntico a Kyojuro. ¿Sabes por qué Kyojuro no tuvo hijos? — tanteó curioso. Ahora que lo pensaba, era extraño que no haya tenido una familia.

— No está obsesionado con él y YO no estuve obsesionado con Kyojuro. Y lo otro, creo que aún no se siente preparado o quizás no haya encontrado a alguien digno. Kyojuro era muy reservado y para comprometerse con alguien, tendría que haber un gran amor de por medio — explicó inseguro.

— Eso suena lindo, ¿quiso comprometerse contigo? — preguntó intrigado. Tanjirou iba a responder, pero alguien golpeó la puerta.

Tanjirou se giró a ver mientras su amigo se dirigía a recibir a su otra visita.

— Hola, estupidas, ya llegué — saludó Inosuke una vez que Zenitsu abrió la puerta. El rubio se emocionó y no tardó en abrazarlo, provocando que el de hebras azuladas hiciera una mueca de desagrado, pero correspondió el abrazo. Había extrañado a su amigo. Era la primera vez en años que se volvían a encontrar, había pasado tanto tiempo.

Tanjirou se acercó a ellos y se unió al abrazo. — Aww, qué bonita es nuestra amistad — dijo, haciendo que se separen. Inosuke y Zenitsu lo miraron asqueado. Su amigo seguía siendo demasiado cursi.

— Wow, ustedes dos ahora se ven más perras que antes — comentó, intentando parecer asombrado al ver a Tanjirou, dejando su bolso sobre el sofá y quitándose los lentes negros. Zenitsu se escandalizó, Inosuke tampoco cambió en nada. — Me gustan sus nuevos estilos, así llaman más la atención de los chicos que de las chicas — añadió, escandalizándolo más.

— Hey, para tu información, muchas chicas se me insinúan. No es algo del cual quiera presumir, pero así es — respondió colocando sus manos sobre sus caderas, cerrando los ojos y asintiendo con la cabeza. Inosuke levantó una ceja y lo miró de pies a cabeza. Tanjirou no dijo nada, el rubio era el único soltero del grupo, pero se sentía halagado con el comentario de el de hebras azuladas — ¿Y tú? ¡Te cortaste el pelo! No me digas que fue por lo de la secundaria —

— ¿Qué? No, pff, adoraba tener el pelo largo, pero quise cambiar. Dicen que cuando una persona se corta el pelo es porque algo grande va a suceder — comentó con orgullo. Tanjirou sonrió confundido. — Me sorprende que los dos se hayan puesto de acuerdo para dejar que sus cabellos crecieran ¿Qué es esto? ¿Cambio de roles? —

— Bueno, en algo deberíamos cambiar — contestó Tanjirou entre risas. — Yo creo que nos vemos bien, crecimos, maduramos y ahora somos sexys — comentó con una sonrisa divertida, provocando que sus amigos rieran.

— Tienes razón, hay que ir a cazar unas cuantas pollitas — respondió Inosuke con burla. — Pero ustedes son las pollitas, eh. — comentó burlándose aún. Zenitsu y Tanjirou entrecerraron los ojos.

— ¿Debería sentirme halagado? — preguntó el rubio un poco confundido. — Son casados, si Aoi y Kanao se enteran de que 'vamos por pollitas' dejaremos de existir. Por cierto, ¿no que tu hijo iba a venir? — preguntó intrigado, yendo hacia la cocina para ir a traer bocaditos que ofrecer a la visita.

Inosuke soltó un largo suspiro y se relajó en el sofá. Tanjirou se sentó a su lado. — Aoba, mi chico, se quedó con su mamá en un hotel. Quiere conocer la ciudad, está de 'vacaciones' — respondió haciendo comillas en la última palabra. — Solo que no sabe que sus vacaciones serán asistir a su querido padre —

— ¿Asistirte? Pobre chico, Inosuke. Necesita un respiro, seguro trabaja muy duro. No cualquiera tiene la capacidad de pensar y estar concentrado todo el día sin perder la cordura — respondió Tanjirou, tratando de convencer a su amigo.

— Ni que odiara estar conmigo. Yo también estoy cansado, verlos a los dos con sus tablas periódicas y fórmulas me cansa mucho, como si también pensara con ellos — contestó indignado, negó con la cabeza, sus amigos no comprenderán.

— Es muy cool que tu hijo sea un genio. El mío aún no termina la escuela, pero es un buen chico también, luego Touko está estudiando diseño y también le va bien. Y Sumihiko anda detrás de un Rengoku — comentó desde la cocina, sonriendo divertido. Inosuke entreabrió los labios y miró a Tanjirou.

— JA. Enamorarse de un Rengoku es ley en la familia Kamado. ¡Lo lleva en la sangre! — exclamó riéndose a carcajadas. — Demonios, Kentarou, ni tu descendencia se salva — se burló, contagiando a Zenitsu, quien volvía a reír. Tanjirou los miró molesto.

— Sería lindo que Aoba se encontrara con Sumihiko, Kanata y Yoshiteru, ¿qué dicen? — tanteó el de cabellos burdeos cambiando de tema. Zenitsu llegó junto a ellos con una bandeja. La depositó sobre la mesa y les invitó primeramente un vaso con agua.

— Tenemos que hacer un pequeño encuentro para que se conozcan. Quiero ver qué hacen y saber qué piensan sobre ellos. — comentó apoyando la idea de Tanjirou. Soltó unas risitas. — Me causa gracia porque son iguales a nosotros — dijo, riendo aún.

— Aoba es muy sensible, yo no era así. Le falta odio — comentó Inosuke, recordando a su hijo. — Pero concuerdo con ustedes. — señaló asintiendo con la cabeza. — Tienen que hacer una pijamada —

— Ugh, ¿les darás alguna lista o algo así de lo que tienen que hacer? Extraño las noches de pijamadas, ¿y si hacemos una? — preguntó el rubio, poniéndose nostálgico. Luego de su ruptura con Uzui, sus amigos lo invitaban todos los fines de semana a sus casas para pasar el rato. Tanjirou se apresuró en asentir.

— ¿Con agüita? ¡Ya somos adultos, tenemos que hacer una pijamada nivel Boss! — respondió Inosuke dejando su vaso de agua sobre la mesa para luego agarrar las llaves de su auto. El de hebras azuladas no había cambiado en nada a pesar de la paternidad. — Vayamos a hacer algunas compras — dijo a la vez que se volvía colocar sus lentes negros. Sus amigos lo miraron con una mueca.

Decidieron hacer lo que Inosuke les propuso, estaban emocionados por tener una noche sin la presión de su esposas. Se colocaron también unos lentes negros y se marcharon rumbo al supermercado en el auto de su amigo. Al rubio no le importó ir con ropa de casa, era su pijama. Tanjirou no tuvo tiempo de cambiarse luego de la oficina, por lo que aún tenía el uniforme puesto, mientras que Inosuke sí estaba bien vestido, casual y un poco excéntrico — Hmm, I'm tryna, I'm Tryna I'm Tryna — Zenitsu frunció el ceño al escuchar la canción que había empezado a sonar.

— I'm a bitch, I'm a boss. I'm a bitch and a boss and I'ma shine like gloss — estacionaron y bajaron del auto. Tanjirou y Zenitsu acomodaron sus largas cabelleras. El rubio infló un globo del chicle que estaba mascando mientras se ataba el cabello en una coleta. Y Tanjirou bajó sus lentes para observar mejor. Inosuke se adelantó e ingresó primero al supermercado, subiendo su lente negro y mandando sus flequillos hacia atrás.

Los cajeros miraban a los recién llegados con una expresión desconcertada, al igual que la gente que iba comprando. Tanjirou agarró un carrito y lo jaló para empezar con la búsqueda de comida. — ¡Bebidas primero! — Inosuke se apresuró, quitándole el carrito a su amigo y sujetándose fuertemente de él para deslizarse en los pasillos.

Zenitsu y Tanjirou se espantaron, decidieron caminar con más calma. Agarraron varias botellas y las depositaron en el carrito. — ¿Por qué tantas? Yo no tomo mucho — comentó el de cabellos burdeos mirando todas esas bebidas con mucho alcohol.

— ¿Tu esposa te regañará? — Inosuke preguntó burlón, Zenitsu soltó unas risitas y Tanjirou entrecerró los ojos.

— ¿La tuya no? — respondió con otra pregunta, sonriendo malicioso. Inosuke entornó los ojos. Decidieron recorrer con el carrito, Zenitsu miraba los snacks hasta que su amigo lo agarró del brazo y lo llevó en otra dirección.

— Nos hace falta tomar un poco, aquí y ahora — dijo Inosuke, caminando hacia una chica que sostenía una bandeja con bebidas para degustar. Tanjirou sonrió nervioso mientras que Zenitsu trataba de seguirle el paso.

Bebieron de todos los vasos que estaban en la bandeja, la chica no decía nada porque los tres eran chicos muy apuestos, por eso solo estaba mirándolos con un rubor en las mejillas y apoyándolos. — Wow, esto sabe bien, ¿no tienes más? — preguntó Zenitsu, depositando el vasito vacío sobre la bandeja. La chica soltó unas risitas y se giró a agarrar otra botella.

— Esta chica me agrada — comentó Inosuke, festejando al ver su vaso lleno de nuevo.— Es genial, estamos bebiendo alcohol gratis — murmuró a Tanjirou, quien seguía inseguro, pero tomaba con ellos.

Una vez que terminaron de tomar hasta la última gota de esa botella que ni siquiera sabían qué era, se despidieron de la chica abrazándola. Tal vez haya sido el efecto que ya estaban teniendo. Recorrieron los pasillos, entre risas, dándose empujoncitos hasta que llegaron a la zona de limpieza. — Oh, demonios, cómo odio esta marca y su estúpido comercial — comentó Tanjirou dirigiéndose hacia los jabones líquidos.

— Podrías hacer mejor publicidad que esa chica — Inosuke señaló a la chica acartonada que sostenía los jabones líquidos. El de cabellos burdeos ladeó la cabeza y lo miró interesado.

No tardaron en manipular el wifi del supermercado para controlar los televisores junto con los parlantes. Inosuke había puesto una canción para animar a su amigo. — Modelame así, dame ahora tu mejor pose pose pose — cantó aplaudiendo a Tanjirou, quien sostenía el paquete de jabones, posando tal cual promotora y sonriendo exagerado.

Zenitsu rió y se unió a su amigo, mientras Inosuke grababa para sus videos en instagram. — vivetelo así, pero ahora dame tu mejor pose pose pose — la canción sonaba en todo el supermercado, llamando la atención de las personas que estaban allí. No se acostumbraban a escuchar ese tipo de canciones. No tardaron en empezar a bailar con los detergentes en mano. — Ponte pa' la foto, me saqué la lotto. Ahora dame la pose más sensual que sepas, bebé... Modélame así, dame ahora tu mejor pose pose pose —

Bailaban al ritmo de la canción, pensando que estaban en una discoteca. Dejaron los detergentes y los jabones en su lugar y empezaron a recorrer de nuevo. Se encontraron con algunas personas y no tardaron en abordarlas, cantándoles la canción. El jefe de seguridad intentaba quitar aquella canción, pero Inosuke seguía manipulando el youtube.

— Joo, siempre quise uno de estos — comentó Zenitsu al ver un hula hoop. Lo agarró y lo probó. Inosuke se sorprendió y lo señaló.

— ¿Qué es eso? ¡Yo también quiero intentarlo! — exclamó agarrando también uno y poniéndoselo para empezar a mover sus caderas. — Hula hoop, hula hula hoop — Tanjirou soltó unas risitas y negó con la cabeza.

— ¿Qué clase de canciones escuchas? — el de hebras azuladas siempre cantaba cosas que ellos nunca escucharon en su vida, no era de su estilo, pero a Inosuke al parecer siempre le gustó la música latina. Se unió a ellos y empezaron a jugar con todas las cosas que había allí. Estaban en la zona de jugueterías, por lo que asustaban a los niños que se encontraban en el camino.

— ¡Hey dame eso! ¡Yo lo vi primero! — Inosuke empezó a forcejear con uno de los niños. Había visto una maravillosa máscara de Iron Man que era la última, se apresuró en agarrarla, pero un niño metió su mano allí, jalándola de él. Zenitsu y Tanjirou frenaron con sus hulas para ver a su amigo. — ¡Niño malo! ¡AAHAAAHHH! — gritó, espantando al pequeño niño que salió corriendo de allí. Sonrió triunfal y se colocó su máscara.

— Y yo soy Iron Man — dijo, girándose hacia sus amigos. Zenitsu y Tanjirou hicieron una mueca y se encogieron de hombros.

Volvieron a recorrer, estaban riendo hasta que un chico se acercó al rubio. — Hey, hola. Mueves muy bien las caderas — habló, llamando la atención del trío. Inosuke lanzó una carcajada y le golpeó la espalda a Zenitsu.

El rubio se desconcertó, se ruborizó y negó con la cabeza. — Oh por Dios... — escuchó que Inosuke le susurraba 'pollita eh' y se ruborizó aún más. — No, no fui yo — respondió negando con la cabeza. Aquel chico era el repositor, al parecer los había visto haciendo estupideces.

— No puede ser, es el soltero y se reserva demasiado — murmuró Inosuke con una sonrisa burlona. Tanjirou le dio la razón. Zenitsu seguía siendo muy tímido, fue un buen esposo para su hermana, pero luego se separaron de la nada y eso lo confundió mucho.

El chico soltó unas risitas y lo miró de pies a cabeza, alarmando a Zenitsu. — ¿Estás disponible? — preguntó directo. El rubio se espantó, sonrió nervioso, se encogió de hombros. Esa fue su única respuesta, estaba mudo. — ¿Me das tu número? — pidió, para empeorar la crisis del rubio. Sus amigos lo miraban entretenidos.

— Es que él tiene un bombón asesino, es que es un bombón suculento, con ese bombón casamiento — comentó el de hebras azuladas, burlándose aún de su amigo. Tanjirou rió con ganas, mientras Zenitsu los miraba amenazante.

No quería ser grosero, por eso no tuvo de otra que registrar su número en el celular de aquel chico. Si bien, era un chico lindo, pero él no tenía intenciones de salir con nadie, ni de su zona de confort.

— Lo siento, pero está en sus días — comentó Inosuke al chico, alejándose de él. El repositor miró la nada. — JA. Te dije que llamas más la atención de los chicos que de las chicas, pollita — comentó ubicándose a su lado. Zenitsu entrecerró los ojos. — Esperen, este es mi momento. — los frenó, adelantándose para ser él quien pague las cosas. Compraron de todo, compraron los hulas, la máscara de Iron man y muchas bebidas. Inosuke se había puesto de nuevo sus lentes negros y empezó a pagar todo con su dinero, mostrando que tenía de sobra.


— Uff, ¿y ese quién es? — preguntó Inosuke, bajando sus lentes negros para observar mejor. Recién habían llegado de nuevo a la casa, por lo que apenas estacionaron fuera, se encontraron con un hombre en la casa de al lado. Zenitsu bajó las bolsas y cerró el maletero.

— Es mi vecino — respondió, levantando una mano para saludarlo. Tanjirou lo miró interesado. Era un hombre bastante apuesto y tenía una bonita casa.

— Vaya, tiene una bonita casa... — comentó el de cabellos burdeos, sonriendo en modo de saludo, aquel chico los estaba saludando también. Inosuke soltó unas risitas ante ese comentario.

— Tiene muchas cosas bonitas — añadió el de hebras azuladas. — Seguro Monitsu sabe qué más tiene de bonito — comentó, ingresando a la casa. Zenitsu frunció el ceño quedando desconcertado.

— ¿Qué? ¿Por qué yo sabría eso? Tiene pareja — respondió aún confundido. Inosuke rodó los ojos y se sentó en el sofá, mirando cómo el rubio se atascaba por todas partes debido a las bolsas que traía. — Ajá, sí, gracias por tu ayuda, Inosuke — habló con sarcasmo.

— De nada, cariño. Un placer — respondió con el mismo tono. Tanjirou cerró la puerta y se apresuró en ayudar a su amigo. — ¿Y bien? ¿Me mentirás diciendo que no tuviste una aventura con él? — ese comentario escandalizó a Zenitsu.

— ¡¿Qué?! ¿Por qué debería tener una aventura con él? ¡Demonios, Inosuke, solo piensas en eso! ¿Es que Aoi no te educa? — contestó sacando las cosas de las bolsas.

— Monitsu, eres un padre soltero, tienes derecho a tener ese tipo de cosas. Además, es un hombre apuesto y tú estás muy solito — respondió con obviedad. El rubio hizo una mueca de desagrado, aún sin entender el punto. — Pienso que deberías soltarte un poco más y buscar algún romance de una noche o dos, quién sabe... Te hará bien — sugirió.

— Gracias, pero no tengo ganas de salir con nadie. Ni me hace falta, estoy bien así, con Yoshiteru. — contestó llevando las comidas a la cocina.

— Tal vez Inosuke tenga razón, Zenitsu... — Tanjirou se unió, llamando la atención del rubio. — Es decir, tienes que darle un poco de emoción a tu vida... Digo, el amor pasional también es importante para la salud del ser humano — se explicó, asintiendo con la cabeza, mientras veía las fotos de sus sobrinos y su hermana en la repisa.

Zenitsu resopló. — Sip, estás en la etapa de tu vida donde tienes que mostrar todo lo que tienes, que luego uno envejece y ya se le va el tiempo. La pasión, el romance, son cosas que son pasajeras. Dale un poco de acción a tu vida y llama a ese repositor o al vecino. Estás maduro y sexy, este es tu momento — habló de nuevo Inosuke. El rubio negó con la cabeza, sus amigos eran intratables.

— Tengo treinta y ocho años — respondió entornando los ojos. — Ese vecino ha de tener qué se yo, veintinueve o treinta. Ah, y tiene pareja, ya lo dije. Luego, el repositor, ha de tener apenas veinte — contestó haciendo una mueca. Inosuke soltó un largo suspiro y Tanjirou se giró para buscar las bebidas.

— Excusas. A esta edad uno ya tiene la experiencia suficiente, es mayor, super legal y muy sexy. ¿Cuántas veces tengo que utilizar la palabra 'sexy' para que comprendas lo que quiero decir? — preguntó Inosuke ya indignado. Zenitsu se ruborizó y se masajeó las sienes.

— No hablemos de eso. Agarren las bebidas y los snacks, y vamos a mi habitación — dijo, yéndose rápidamente hacia las escaleras. Sus amigos entornaron los ojos y lo siguieron, con botellas y bol en manos.

Ingresaron a la habitación, Zenitsu y Tanjirou se acomodaron en la cama, mirando cómo Inosuke espiaba al vecino desde la ventana. — Demonios, Monitsu. ¡No dijiste que su habitación daba a la tuya! ¡¿Y si te espía mientras te duermes?! ¡O peor aún! ¡¿Si te espía mientras te desvistes?! — exclamó con asombro, aún mirando al hombre que parecía estar a punto de darse una ducha.

— ¿De dónde sacas todas esas sucias ideas? Deja de espiarlo — habló Zenitsu negando con la cabeza. Abrió una botella y la bebió, sorprendiendo a Tanjirou.

— De hecho, es un poco excitante y mucha casualidad que su ventana esté frente a la tuya. ¿Ya lo viste desnudo? — tanteó el de cabellos burdeos, provocando que Zenitsu se atragante y empiece a toser. Inosuke señaló a Tanjirou y se acercó a ellos.

— Basta, no me gusta el vecino. Es un hombre apuesto sí, pero no estoy interesado. Y lo otro, nunca lo vi desnudo ¿ok? — respondió, volviendo a beber de la botella de licor. Inosuke sonrió ladino.

— Bueno, ahora podemos verlo semidesnudo — dijo, agarrando el brazo de su amigo rubio para levantarlo de la cama y llevarlo frente a la ventana. Zenitsu gruñó, pero se ruborizó al ver a su vecino en toallas. Inosuke lo miró con una sonrisita burlona.

— A VER — Tanjirou se entrometió entre ellos para también mirar. — Wow, mi lado gay está despertando de nuevo — comentó, mirando detenidamente los movimientos de aquel hombre.

— Tiene un cuerpo escultural... Brazos fuertes... — murmuró Zenitsu, mirando discretamente entre sus cortinas.

— Tiene lindos ojos — añadió Tanjirou, sonriendo divertido.

— Y algo muy grande allí abajo — comentó Inosuke, arrugando la nariz. No, definitivamente ese gusto no era el suyo, pero al parecer sí de su amigo, ahora comprendía por qué se divorció de la hermana de Tanjirou. — Deberías mostrarle algo también. Algo así como si no te dieras cuenta, sal con tu bata de baño y te la quitas casualmente frente a la ventana. — sugirió Inosuke, dándole ideas a su amigo.

Zenitsu negó con la cabeza y se giró para no ver más. Volvió a la cama y se sentó, esperando a sus amigos. — Nop, no haría eso. — respondió, comiendo algunos bocaditos que compraron del supermercado.

— Así como el videoclip de Shakira, 'La Tortura' Verás que Alejandro Sanz es su vecino y la espía desde la ventana — explicó Inosuke, sentándose a su lado. Zenitsu entrecerró los ojos y lo analizó. Tanjirou se colocó del otro lado, agarrando una botella para beber de ella.

— Es un buen ejemplo. Pero hablando de eso, aún no sé por qué te divorciaste de mi hermana. ¿Ya no la quieres o qué? — preguntó Tanjirou, siendo directo y asustando a su 'cuñado'. Inosuke ladeó la cabeza y se interesó.

— Ah, Nezuko... ¿Estás molesto por eso? — tanteó confundido. Su amigo negó con la cabeza, pidiéndole que se explique. Soltó un suspiro y pensó. — Creo que la veo más como amiga que como esposa... Con eso quiero decir que hay cosas que tengo que darle o que ella busca de mí, pero simplemente no puedo hacerlo... Sé que ella estará mejor con otra persona — confesó, haciendo una mueca. Tanjirou frunció el ceño.

— ¿Nunca la quisiste tanto para convertirla realmente en tu esposa? — preguntó con cuidado. Zenitsu estaba preocupado, esperando que Tanjirou no lo mate.

— Claro que sí la quise y aún la quiero, pero es mi mejor amiga... Lo siento, pero no puedo obligarme a sentir algo o fingir... Eso estaría muy mal y por eso ella decidió que lo mejor sería que nos separemos. Sentí tanto alivio de que ella lo haya sugerido, así la dejo libre, sin ataduras. — respondió bebiendo de su botella.

— Wow... Eso es triste. ¿Acaso te volviste una persona sin sentimientos? Digo, ¿crees que ya no podrás despertar sentimientos fuertes hacia otra persona o sentirte atraído? — Tanjirou quería saber mucho más. Zenitsu miró arriba y quedó pensativo.

— Bueno, pasa que aún no encuentro a la persona indicada... Tengo a Yoshiteru en casa y no quisiera decepcionarlo o algo así — respondió encogiéndose de hombros.

— Pasa que eres tú quien debes buscar. Como el repositor o el vecino, son personas atractivas y obvio que querrán salir contigo — comentó Inosuke, decidiendo cuál botella beber. Zenitsu levantó las cejas, considerando esa idea. — ¿O hay algo más que te retiene? — tanteó, esperando escuchar la respuesta que tenía en mente. Tanjirou miró a su amigo, atento a él.

El rubio frunció el ceño y bajó la mirada. Negó con la cabeza y los miró. — No, creo que no. Total ya pasaron veinte años... — respondió comiendo los bocaditos. Inosuke y Tanjirou se sorprendieron, era una loca idea que rondaba en sus cabezas al ver a su amigo tan solo y sin ganas de salir con nadie, ¿entonces eso quería decir que... ?

— ¿Aún sigues pensando en él? — preguntó Tanjirou con preocupación, Zenitsu se alarmó y lo miró confundido.

— Vamos, Monitsu, sabes en quién estamos pensando. Mira, me sé toda su vida, ¿quieres que te la cuente? — tanteó Inosuke pasándole de su botella para invitarle.

Zenitsu se apresuró en negar. — No, no, no, no. Nop. No hace falta, está bien así. Demonios, pasaron tantos años ya es momento de dejar el pasado atrás. — contestó aceptando esa botella. Tanjirou hizo una mueca, ¿era por eso que se divorció de su hermana? Zenitsu aún no olvidaba, eso era triste.

— Está bien, entonces ahora baila para el vecino o llama al repositor — propuso Inosuke, mirándolo divertido. El rubio entornó los ojos, sus amigos tenían razón, hacía tiempo que no estaba con alguien aunque sea una noche.

— Hoy no — respondió, levantándose para cerrar bien las cortinas. Se frenó frente a la cama y los miró. — ¿No se suponía que esto era una fiesta? — preguntó sonriendo de lado.

Había ropas desperdigadas por el suelo y la cama. Las botellas vacías estaban a un costado y ya no había bocaditos. El armario del rubio estaba semivacío, lo que indicaba que estuvieron probándose ropas de Zenitsu. — Nop, este es el indicado para esta canción. — comentó Inosuke, quien tenía una tiara de princesa en la cabeza.

El rubio se miró en el espejo, girando y girando para verse por completo. Su amigo le estaba dando lecciones de cómo se visten los padres solteros. — Parezco una trabajadora sexual... — murmuró, viendo cómo se resaltaban sus nalgas con ese pantalón negro jodidamente ajustado. Tanjirou soltó unas risitas, su pijamada había subido de nivel.

— Ponte más maquillaje — habló el de hebras azuladas.

— ¡QUIERES CONVERTIRME EN MUJER! — señaló Zenitsu indignado. — No lo soy, ¿sí? — Inosuke entornó los ojos y levantó las cejas al ver cómo el rubio se colocaba máscara de pestañas.

— Ok — respondió encogiéndose de hombros. Sonrió burlón y abrió las cortinas de la ventana. — Es hora del baile improvisado — comentó, colocando su playlist. — Fama, dicen que tengo mala fama. Que me enamoro por la noche y se me pasa a la mañana — sonó la primera canción.

— Culpa, lo siento no tengo la culpa que no me den lo suficiente, yo soy exigente y los nenes se asustan — cantó Tanjirou, sorprendiendo a sus amigos.

No tardaron en moverse con las botellas en manos. Inosuke apagó la luz y dejó que la única iluminación sea proveniente de la ventana. — Lo primero es que sea soltero, con cerebro sería el dos. Que esté bueno va de tercero y de paso tenga buen humor — cantaron al unísono. — Así sí. Sí lo quiero para mí, mí. Cuando me lo encuentre yo no, no, no, no lo dejo ir de aquí —

De repente ya estaban bailando, sin importar el volumen de la canción ni que ya era de noche. Inosuke sonreía victorioso al ver que ese hombre apuesto, vecino de su amigo rubio, se había asomado a la ventana para ver por qué tanto escándalo. El de hebras azuladas empujó a Zenitsu para que se coloque frente a su ventana para que siga bailando allí. Sonó otra canción, esta vez más melacólica, poniendo sensible a Zenitsu.

El rubio seguía coreando, con su botella en mano y bailando. Se soltó el cabello y lo peinó, dejándose llevar por la música. — Eso es, la rubia coqueteando — murmuró, bebiendo de su botella. El hombre se extrañó, pero se recargó sobre el borde de su ventana para seguir mirando la fiesta que armó su vecino.

Zenitsu se acercó a la ventana, resbalando y sacando la mitad de su cuerpo al vacío, alarmando a sus amigos, Tanjirou actuó rápido y lo agarró de la camiseta, jalándolo hacia atrás. — ¡Oh cielos, Zenitsu! Eso estuvo cerca... — habló el de cabellos burdeos, soltando al rubio, quien se lanzó a la cama.

— Si no te hubieras ido sería tan feliiz... No hay nada más difícil que vivir sin ti... — balbuceaba la letra de la canción, estaba mareado y ni siquiera estaba consciente de lo que pudo haber pasado. Inosuke resopló, tal vez si el rubio se caía, el hombre de la ventana bajaría a asistirlo rápidamente y de esa forma iniciaría su romance. Sus planes fracasaron.

Pasaron unas cuantas horas y decidieron ver unas películas. Tanjirou y Zenitsu estaban lagrimeando, mientras que Inosuke miraba sin interés las escenas que pasaban. — Es la décima vez que repito esta película y es la décima vez que me hace llorar. — comentó el rubio, secando sus lágrimas. — Tiene unas canciones muy bonitas... — añadió, soltando más lágrimas.

— Hugh Jackman lo que está bueno — respondió Inosuke, levantando las cejas al ver al actor. Estaban viendo 'El Gran Showman', admitía que tenía buenas canciones, ¿pero hasta el punto de hacer llorar a sus amigos? A veces creía que él era el insensible.

— Me dan ganas de volver a enamorarme... Pero ya no quiero sufrir — confesó Zenitsu, al parecer seguía ebrio. Sus amigos lo miraron preocupados.

— No tienes por qué tener miedo, Zenitsu. La vida es muy corta para tener miedo. Hay que arriesgarse, eso le da emoción a la vida. — opinó Tanjirou, dándole unas palmaditas.

— Tampoco tienes que tener expectativas ni esperar nada de nadie — añadió Inosuke, encogiéndose de hombros. Zenitsu infló las mejillas y abrazó su almohada.


Yoshiteru llegó a su casa y miró confundido las cosas que estaban en la sala. ¿Por qué había un pescado enorme en medio de su mesa? ¿Esos eran hula hoops? ¿Cereales? Eso era lo único normal. Subió las escaleras con cuidado, todo estaba tan silencioso. La puerta de la habitación de su papá estaba entreabierta, por lo que pensó en curiosear un poco. Metió la cabeza y se espantó al ver el desorden que había. La ventana estaba totalmente abierta, había una montaña de botellas y ropas en el suelo. Maquillajes y dinero desperdigados sobre la cómoda y además, su papá estaba durmiendo con rastros de lágrimas en su rostro, y a su lado estaban sus tíos.

No sabría si pensar que tuvieron una buena noche o una triste. Decidió salir de allí, intentando no hacer ruido para dirigirse rápidamente a su habitación. La tarde noche con Tenma fue un poco extraña, necesitaba dormir un poco más.



Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top