Capítulo XVI
Pudo convencer a su papá, costó un poco, pero le dio permiso de pasar la noche en la casa de su nuevo 'amigo'. Zenitsu mentiría si dijera que no desconfiaba de ese chico, pero no quería quitarle la libertad a su hijo. Confiaba en Yoshiteru, eso bastaba, sabía que él no estaría con un chico indecente.
Los planes cambiaron, sus primos no vendrían, por lo que su papá solo estaría con sus tíos en un reencuentro. Yoshiteru quería visitar la casa de Tenma, le causaba curiosidad, quería saber más sobre él.
Se encontraron en el supermercado, el azabache rechazó el ofrecimiento de su papá, quien quería llevarlo hasta la casa de ese amigo suyo, por lo que tomó el bus. Tenma ya estaba dentro del supermercado, Yoshiteru lo encontró al instante en la zona de infantes, el albino estaba concentrado, mirando los juguetes. Sonrió de lado y lo abrazó por detrás. — ¿Te gusta esa barbie? ¿O te perdiste buscando un Ken? — bromeó separándose de él para verlo.
Tenma soltó unas risitas y lo volvió a abrazar. — Estaba buscando de qué caja te escapaste, muñeco —también bromeó, borrando la sonrisa de Yoshiteru, quien se ruborizó y negó con la cabeza. — Ya encontré a mi barbie morena —comentó sonriente, dejando besitos en su rostro.
— Ok, Ken, todos queremos ser barbie, así que me halaga tu comentario —habló dejando un beso en sus labios, provocando más emoción en el albino. —Ven, busquemos provisiones que ya quiero hacer una maratón en netflix —dijo mientras agarraba un canasto para juntar las cosas.
— Ah sí... el netflis... —murmuró Tenma desviando la mirada. Yoshiteru lo miró extrañado. — Sí, quiero papas fritas y muchos energizantes —
— ¿Para qué los energizantes? —tanteó curioso. El albino le restó importancia.
— Soy atleta, duh, estoy acostumbrado a tomarlos — señaló encogiéndose de hombros. El azabache entornó los ojos y se dispuso a buscar la comida.
Estaba intentando escoger qué tipo de papas fritas llevar, también quería algo dulce. Necesitaba de la opinión de Tenma, pero no supo en qué momento el albino lo abandonó. Frunció el ceño, se decidió por las papas que venían en bolsas y salió de ese pasillo para ir a buscarlo.
Recorrió por toda la zona de comida y refresco, pero no lo encontró. Entrecerró los ojos ¿se habrá ido? Se le borró ese pensamiento cuando finalmente lo vio en la zona de higiene y farmacia. Hizo una mueca, ¿qué demonios estaba haciendo allí? Se acercó a él y se ubicó a su lado para ver lo que el albino estaba viendo. — ¡Ajá, así te quería agarrar, puerco! ¿Qué diablos haces con esa cosa? — preguntó escandalizado.
Tenma se giró a verlo sobresaltado, tenía un pote de lubricante en su mano y estaba concentrado viendo los distintos paquetes de preservativos que tenía en el estante de enfrente. — Solo lo estaba viendo... —murmuró bajando la mirada, estaba apenado. Yoshiteru levantó una ceja.
— Eso me da entender que no veremos películas — señaló quitándole el pote de lubricante y colocándolo de nuevo en su lugar. Tenma entreabrió los labios, estaba como perrito reprochado.
— ¿Puedo llevar los preservativos? No puedes negarme eso, ¡deberías de apoyar el uso de protección! —exclamó señalando el estante lleno de esos paquetes. Yoshiteru rechinó los dientes y lo miró molesto.
— ¡Lo dices como si lo hicieras siempre! ¿Acaso... ? — El azabache se descolocó y lo miró ofendido. Tenma se sorprendió, soltó unas risitas y se apresuró en aclarar.
— Amor, solo es por si luego suceden cosas. No estoy con nadie ni tampoco lo hago desde que te conocí ¿sí? No lo haría, soy fiel —habló, intentando abrazarlo. Yoshiteru se sintió peor, ¿en verdad era un fuckboy? Chasqueó la lengua y se giró para salir de esa zona. — Heey, ¿a dónde vas? ¿Por qué estás molesto? —se apresuró en seguirlo.
— Ya no quiero ver 'netflix' ni comer papitas contigo. ¿Sabes qué?, ¡me vale! —habló aún indignado, pasándole el canasto al albino. Tenma estaba confundido, ¿qué le pasaba?
— ¿Qué es lo que te vale? Hey, ¿por qué estás molesto? Yo sí quiero comer papitas contigo, no puedes cambiar de planes así como así — se defendió, agarrando ese canasto y depositando los preservativos y el lubricante, provocando más ira en el azabache. Yoshiteru hizo una rabieta y lo miró molesto.
— No, está bien, ¿por qué no invitaste a alguna chica para que hagan eso que tanto quieres hacer? Tienes admiradoras de sobra y no debería sorprenderme que hayas estado con unas cuantas — soltó bruscamente, sorprendiendo a Tenma, quien ahora sí se había ofendido también.
— ¡Si fuera de ese modo tendría una habitación repleta de preservativos! Deja de ser prejuicioso. Yo lo compro ahora porque lo necesitaré, ¿acaso no quieres tener cuidado al hacerlo? — fue más directo, tendría que serlo para que Yoshiteru comprendiera. El azabache se ruborizó y desvió la mirada. Recordó el porqué se enojó en un principio y se cruzó de brazos, desconcertando a Tenma. — Dime qué es lo que te sucede, cariño — dijo, acercándose a él para abrazarlo por detrás.
— Ya no... olvídalo y olvídame —murmuró frunciendo el ceño. Tenma negó con la cabeza y besó su cuello, provocando que dé un respingo. — Creí que habías terminado tu última relación hace mucho tiempo... No pensé que haya sido hace poco... — musitó bajando la mirada.
Conque era eso, el albino lo comprendió y reforzó su agarre, atrayéndolo más a él. — El pasado no importa ¿sí? Solo fueron relaciones simples, no se compara con lo que siento ahora... Tampoco te estoy forzando a hacerlo, solo es por si las dudas. Hay que estar preparados —explicó dejando besitos en su mejilla. Yoshiteru hizo una mueca y asintió, ya estaba más calmado.
Se dieron cuenta de que llamaron la atención de algunas personas, por lo que se separaron y continuaron con las compras. Tenma se salió con las suyas y terminó comprando sus prioridades, mientras que Yoshiteru estaba con los ojos entrecerrados pagando la comida. El cajero no dejaba de mirarlos, reconocía al atleta, lo admiraba. — Aquí está el cambio. Hey, Uzui san, que tengas buenas noches con tu chica — habló dirigiéndose al albino.
Yoshiteru chasqueó la lengua y salió lo más rápido de allí sin siquiera esperar a Tenma. Ese cajero idiota le arruinó el día. — ¿A qué chica se refería? — debería controlarse más o el albino creerá que está celoso.
— ¡No me dejes atrás! ¿No puedes esperarme? — se quejó alcanzando a su chico. Resopló y lo agarró de la mano. — No conozco al cajero... Bueno sí, pero él no sabe nada de mí. Tú eres 'la chica', ¿entiendes? —tanteó sonriendo para aligerar el ambiente. El azabache lo miró de reojo y soltó un largo suspiro.
— Demasiada confusión en un día... Olvídalo — murmuró adelantándose al albino. Gruñó cuando escuchó las risitas de Tenma.
— No es por allí — habló, refiriéndose al camino a su casa. Yoshiteru se giró a verlo, estaba abatido. Siguió al albino y se colocó a su lado, volvió a gruñir cuando sintió como lo agarraba de la mano. — No estés celoso, teru chan, yo solo pienso en ti —añadió acercando la mano del azabache a su rostro para depositar un beso sobre el dorso.
Yoshiteru aún lo miraba con recelo, provocando que Tenma sonriera nervioso. Caminaron unas calles más y llegaron a la casa del albino. Al parecer, luego de su independencia, Tengen mantuvo su nivel económico a pesar de ser maestro, su hijo también ganaba mucho, más al ser una figura pública deportiva al haber ganado varias competencias. Ingresaron y el azabache no perdió tiempo en observar la casa con más 'discreción'.
Tenma se dirigió a la mesa del comedor para dejar las bolsas allí y Yoshiteru aprovechó para ver las fotos que estaban sobre un estante moderno. Sonrió al ver a un niño pequeño con su uniforme de escuela, era tan adorable. Recorrió las demás fotografías y se sorprendió al ver una foto del papá junto a un Tenma de probablemente quince años. — Wow... ¿tu papá va al gimnasio? —tanteó aún sin dejar de ver la fotografía, era la única de Tengen que estaba allí.
— Op, iba porque se lo había recomendado... No era agradable verlo con una expresión amargada todos los días, así que pensé que lo ideal sería mandarlo otro lado — contestó encogiéndose de hombros. El azabache se descolocó y le dio un golpe en el brazo. — Ay, bueno, pensé que le haría bien. Es la única foto porque a él no le gustaba tomarse muchas —
— Bueno, pero sigue igual seguro. Se ve mucho más maduro y... ¿no tiene novia? — preguntó intrigado. Ese hombre era muy apuesto, tenía un físico envidiable y un bonito rostro. Tenma levantó una ceja, comprendiendo lo que quería decir.
— No, pero no está disponible para ti — respondió negando con la cabeza. Yoshiteru resopló y se masajeó las sienes. — Desde que mamá se fue nunca lo vi con otra persona... No sé si habrá salido con alguien, pero aquí nadie vino — contestó agarrándole de la mano, llamando la atención de su chico. — ¿Por qué estás tan interesado en él? —
— No es eso, Tenma. Solo preguntaba, confieso que tu padre es bastante atractivo, me parece extraño que no tenga a nadie... Perdona la pregunta, pero ¿hace cuánto que tu mamá se fue? — tanteó con cuidado al ver la fotografía de Makio, observando y conociendo finalmente a la mujer que comenzó con todo eso. El albino hizo una mueca y lo pensó, contó los dedos de sus dos manos.
— Diez años — respondió pensativo. Yoshiteru lo miró sorprendido, bajó la mirada y asintió. — Sí, son muchos años... En fin, ven, vamos a mi habitación — dijo, estirándolo para subir las escaleras.
Yoshiteru miró con detalle el dormitorio del albino. Allí estaban sus medallas, sus trofeos y unas cuantas banderas de los lugares que había visitado. — ¿Fuiste a América? — preguntó con asombro. Tenma asintió con una sonrisa. — Wow, estuvimos cerca por un momento — comentó.
— Oye, sí. ¡Qué casualidad! Además fui con papá. Era una competencia en Nueva York, gané la medalla de plata — contestó igual de sorprendido. Yoshiteru entreabrió los labios.
— En verdad estuvimos muy cerca... ¿Hace cuánto fue? — tanteó curioso.
— Dos años, nos quedamos una semana allí. — respondió pensativo. — Es muy linda ciudad, pero no creo que me acostumbraría —
— Bueno, pasé mucho tiempo allí así que me adapté rápido... — comentó haciendo una mueca. Se sentó en el borde de la cama y lo miró. — ¿Leemos primero y luego vemos las películas? — tanteó viendo cómo el albino estaba concentrado en su celular.
— Sí... no hay de otra... — murmuró más para sí mismo, estaba resignado. Quería tocar a su chico, pero se asustaría, estaba bien de igual forma. Tenerlo en su casa era un privilegio.
Yoshiteru entrecerró los ojos, no sabía cuáles eran las intenciones de Tenma ni qué tenía planeado hacer. De pronto se avergonzó por el berrinche que le hizo, bajó la mirada, deseaba escaparse de allí. Moría de verguenza. — Yo... Lo siento por lo de hace rato... Fue demasiado vergonzoso. No tengo nada que reclamarte, en verdad, lo siento — confesó sin mirarlo a los ojos.
Tenma sonrió y lo atrajo a él en un medio abrazo. — Me halaga que estés celoso, eso demuestra que me quieres y que eres posesivo —comentó con una expresión divertida.
— No quiero ser tóxico... —murmuró aún avergonzado. — Oh Dios... No debí hacer eso — musitó haciendo una mueca. Levantó la mirada para verlo y besó su mejilla, Tenma giró el rostro para besarlo en los labios. El albino aumentaba la intensidad de ese beso que ya sofocaba al azabache, quien tenía el rostro caliente, cada vez se inclinaba más hacia atrás hasta quedar completamente recostado sobre la cama. Tenma se ubicó encima de él y se separó de sus labios, dejando un hilo de saliva entre los dos, ladeó la cabeza para empezar a dejar otros besos más en el cuello del azabache, acalorándolo más.
Acarició el cabello del albino y jadeó cuando sintió sus dientes clavándose su piel. Tenma bajó una mano para colarla lentamente debajo de la camiseta del azabache y de ese modo tener más contacto con él, su chico se sobresaltó y se estremeció al sentir los dedos fríos sobre su torso. Se separó del albino y negó con la cabeza.
— Continuemos la lectura... — murmuró con la mirada baja, ruborizado y apenado. No estaba preparado para ir más allá, aún no. Tenma asintió con la cabeza y se acomodó a su lado, acostándose boca arriba.
— Lo siento si te incomodé... no era mi intención hacerlo... —se disculpó haciendo una mueca. Yoshiteru se apresuró en negar con la cabeza, Tenma no era el problema.
— No, está bien... Me gustó — confesó directamente, avergonzándose al rato. El albino sonrió divertido y se giró para mirarlo. — Bien... Ahm... buscaré los escritos — murmuró mientras recogía su mochila que estaba a un lado de la cama.
Zenitsu miró a su alrededor y colocó las manos en sus caderas. — Sip, quiero comprar este terreno — reafirmó su idea de adquirir el observatorio. Era un lugar muy bello, aparte del bosque que aún no había descubierto. Miró con desagrado esa zona y sintió las manos de Tengen entrelazándose con la suya. — Hey, ¿qué haces? — preguntó descolocado al ver cómo lo llevaba hacia el bosque.
— Hoy será un día de expedición — dijo con seguridad, levantando el mentón y sonriendo divertido. Zenitsu lo miró horrorizado. — Descubriremos qué nos oculta este gran y frondoso bosque misterioso, ¿hadas? ¿Duendes? ¿Quizás animales parlanchines? — habló como si fuera un animador.
— Te diré qué descubriremos. Descubriremos mil maneras para morir. Encontraremos almas en pena, duendes malos, animales salvajes y a Slenderman — respondió con la misma emoción que Uzui, exagerando una sonrisa que luego se borró para mirarlo molesto.
— Eso suena bastante excitante también — señaló el albino sin borrar su sonrisa. — Vamos, Zenitsu, será divertido. ¡Es una experiencia que debemos de tener! Vivir al extremo es mi pasión — contestó sin soltarle de la mano, mientras iban adentrándose al bosque. Era de día para alivio del rubio.
— Arriesgar mi vida es mi pasión — comentó, arrastrando los pies. Soltó un largo suspiro y decidió dejar de poner resistencia. — Mira, te hago responsable de lo que pueda sucederme. Primero que nada, no quiero cajón, quiero ser polvo. Segundo, contrata a alguien para que vaya a mi funeral con un traje negro y un paraguas, que use lentes oscuros y lleve un perro, y que se mantenga alejado de las otras seis personas que estarán allí. De esa manera creerán que oculté un misterio que habrá que resolver —
— Me perdí en lo que decías desde el momento que dijiste que estabas emocionado por estar a solas conmigo en medio de un bosque — contestó sonriendo presumido. Zenitsu se ruborizó y le golpeó el brazo.
— Yo nunca dije eso, pero ahora que lo dices, empiezo a poner en duda tus intenciones — respondió alarmándose. Uzui rió con ganas y negó con la cabeza, Zenitsu lo miró molesto. — Eso me preocupa más — dijo refiriéndose a su risa.
— Cariño, no me hago responsable de lo que pueda suceder entre momentos. Las cosas espontáneas son mejores, sin previo aviso — contestó mirando a su alrededor. Bajó la mirada para verlo y rió más al ver su expresión molesta.
— Aquí hay muchas piedras, eso servirá — murmuró mirando el suelo. Uzui frunció el ceño.
— ¿Para qué las piedras? — preguntó extrañado. Zenitsu le sonrió.
— Las cosas espontáneas son mejores, sin previo aviso. Si te cuento, perderá el encanto en su momento — respondió ensanchando su sonrisa. Tengen lo miró desconcertado.
Se frenaron cuando ya habían pasado un buen rato caminando. Zenitsu se sentó sobre un roca y abrió la botellita de agua que por suerte trajo. Uzui miró a su alrededor, girando sobre su eje. — Hmm, es un bonito lugar, solo hay pájaros y ¿qué es ese ruido extraño? —
— Tu voz tal vez — respondió el rubio, volviendo a tapar su botella. Tengen entrecerró los ojos. — ¿Por qué no vas a averiguarlo, don aventura? — tanteó con burla.
— Tienes razón, debería ir a averiguarlo — dijo, emprendiendo camino en dirección de donde provenía esos ruidos. Zenitsu se alarmó, solo estaba jugando, ¿en verdad iría?
— Tengen, no — se apresuró en hablar, pero el albino ya se estaba alejando. Entró en crisis al ver que lo estaba dejando solo. — ¡No puedes dejarme así como así! — se quejó para empezar a caminar con prisa hasta llegar a él.
El bosque parecía un laberinto, Uzui se adentraba sin miedo alguno, mientras que el rubio intentaba guardar la calma, estaba con su novio, no debería de temer. Hubo un completo silencio, donde ni las aves cantaban.
De un momento a otro, se escucharon las risas de Zenitsu, quien no paraba de reír, molestando aún más al albino. Se acercó a él para ayudarlo, pero no podía dejar de reír a carcajadas. Uzui entrecerró los ojos, escuchando las risas del rubio. — Llamarás la atención de los osos y tú solo sigues burlándote — se quejó. Zenitsu lo miró divertido.
Uzui estaba tan animado y caminaba frente a él con mucha seguridad, quiso hacerle una broma al rubio ya que este seguía inseguro, pero terminó tropezando y cayendo en su propia trampa, recibiendo las burlas de Zenitsu. — Ay, no puedo — comentó, secándose las lágrimas que brotaban a causa de la risa. Se sentó a su lado y lo miró de frente, riendo más al ver su expresión. — ¡No importa! AY. — se quejó al sentir contracciones en su vientre.
Tengen sonrió y negó con la cabeza, soltó un largo suspiro y lo miró fascinado, admirando la risa del rubio. Se acercó a su rostro, inclinando la cabeza para robarle un beso, sobresaltando a Zenitsu, quien seguía sonriendo divertido. — Ahora sé que eres una persona a la que le gusta burlarse de las desgracias ajenas... — murmuró, dejando besos en su mejilla.
El rubio estaba ruborizado, ya había dejado de reír. Cerró los ojos, sintiendo los besos de Uzui en su rostro, se mordió el labio al recordar de nuevo aquella caída y soltó unas risitas. Entreabrió los ojos para verlo y lo abrazó al ver su expresión molesta. — Solo me gusta burlarme de tus desgracias porque recibes tan rápido el karma — respondió, dejando un beso en la comisura de sus labios.
Tengen se levantó y extendió su mano para que Zenitsu la tomara. — Volvamos al refugio — dijo, agarrando la mano del rubio y acomodando su ropa con la otra mano libre. Zenitsu asintió y le siguió los pasos.
Miraron a su alrededor y se confundieron, ¿por dónde regresarían? Entrecerraron los ojos al escuchar el sonido de unos relámpagos y se quedaron estáticos cuando la lluvia empezó a caer sobre ellos. Sin previo aviso y en abundancia. — Genial... — murmuró Uzui haciendo una mueca.
— Demonios, ¿por qué llueve antes de que lleguemos? — reclamó el rubio, tratando de no ensuciar sus zapatos en la arena mojada. Habían llegado hasta la mitad del bosque, ahora estaban caminando bajo la incesante lluvia y sin siquiera aún divisar aquel observatorio.
Uzui miró a los costados, ya estaba completamente empapado. Chasqueó la lengua y siguió estirando a Zenitsu. — Creo que ya puedo verlo — comentó, el rubio le creyó porque su altura le ayudaba a ver ciertas cosas que él no lograría hacerlo. Apresuró el paso, pisando fuerte en los charcos, molestando a su chico.
— HEY, camina bien, por favor — pidió, manteniendo distancia de él. También estaba empapado, tenía la chaqueta de Tengen cubriéndole la cabeza, pero era horrible sentir el agua dentro de sus zapatos. Finalmente llegaron al observatorio, luego de estar casi veinte minutos intentando buscar el camino correcto. Uzui sacudió su cabello y se quitó la camiseta, alarmando al rubio.
— Hay que quitarnos al menos la camiseta mojada o podríamos resfriarnos — aclaró, viendo la expresión descolocada de Zenitsu. Agarró su mochila que por suerte había dejado allí dentro y buscó alguna otra prenda extra en ella. El rubio se quitó la chaqueta de Uzui y la colgó sobre un gancho que había en la pared.
— Me pregunto qué es lo que no tienes en esa mochila... — comentó, acercándose a él. Uzui sacó una camiseta extra que siempre guardaba para los deportes, miró al rubio y le sacudió el cabello. — ¡Hey, no! Si haces eso, podría ponerse peor de lo que ya está — comentó, apartando su mano.
— Ponte esta camiseta, y tu cabello está bien, al menos no está tan mojado como el mío. — respondió, pasándole su camiseta extra. Zenitsu hizo una mueca y la agarró.
— Sería mejor que te la pongas tú, estás semi desnudo, eres un exhibicionista — objetó, pasándola de nuevo a su dueño. Tengen negó con la cabeza y lo ignoró para ir a sentarse, Zenitsu lo siguió con la mirada, ofendido al verse ignorado, vio cómo Uzui se relajó y recostó su espalda contra la pared. — Deberías cubrirte con tu mochila, al menos — sugirió, levantándose su camiseta mojada para quitársela y colocarse la otra seca.
Se acercó a Uzui y se sentó a su lado, acomodando sus flequillos. Lo miró de reojo, extrañándose al verlo tan silencioso. Tengen lo miró con una ceja levantada, provocando que Zenitsu vuelva al mirar al frente. — ¿Qué sucede? — preguntó divertido. El rubio frunció el ceño.
— ¿Te lastimaste? — tanteó, girándose a verlo. El albino le sonrió y asintió con la cabeza. — ¿En serio? ¿Dónde? ¿Por qué no me lo dijiste? — preguntó alarmado, ubicándose frente a él para buscar su herida.
— Me lastimé yo solo... Iba a decir una cursilería, pero no te gustaría. A cambio de eso, te digo que me lastimé aquí — dijo, señalando abajo. Zenitsu lo miró confundido.
— ¿Allí? ¿Y qué tan grande es la herida? — preguntó preocupado. Quiso acercar su mano a esa zona, pero se frenó, ruborizándose y desviando la mirada. Uzui soltó unas risitas, lo sujetó de la cintura y lo atrajo a él, para tenerlo más cerca. Zenitsu lo miró aún preocupado, Tengen levantó la mirada para verlo.
— Es enorme — respondió, alarmando más al rubio. Rió al ver su expresión y negó con la cabeza. Lo abrazó, conmoviendo a Zenitsu, quien le correspondió un poco confundido. — Hace frío... — comentó, pegando más el cuerpo del rubio al suyo. Zenitsu se acomodó haciéndose espacio entre las piernas de Uzui, tratando de cubrirlo un poco.
— Si es tan enorme, ¿no deberíamos ir a un centro médico? — tanteó aún preocupado. Uzui volvió a sonreír divertido. — ¿Por qué te causa gracia? ¿Tu herida te contó un chiste o qué? — preguntó ligeramente molesto.
— Cariño, no. Eres tan inocente — contestó, separándose de él para verlo. Zenitsu hizo una mueca, se ruborizó cuando sintió las manos de Tengen reforzando su agarre en su cintura y lo miró.
— No te comprendo... — murmuró bajando la mirada para ver el torso del albino. Se mordió el labio inferior, Uzui tenía un buen cuerpo. Sus mejillas se encendieron y sintió un calor en su vientre. Se acercó al albino, ladeó la cabeza y dejó un beso en su cuello, sorprendiendo a Uzui.
Llevó tímidamente sus manos al pecho de Tengen para tocarlo ante la atenta mirada del albino. Tragó saliva y acarició esa zona, Uzui estaba con el corazón desenfrenado, sujetó las manos del rubio contra su pecho y se inclinó para besar su cuello, Zenitsu le estaba dando camino libre para tocarlo. Coló sus dedos debajo de la camiseta del rubio y rozó su piel, para luego meter ambas manos de una vez para tocarlo con sus palmas, subiendo y bajando, aún mordisqueando su cuello.
Zenitsu jadeó y se ubicó mejor encima del albino, besó su mejilla y juntó sus labios con los suyos en un tímido beso, provocando una sonrisa en Uzui. Tengen correspondió gustoso, empezando a darle un ritmo sin dejar de acariciar la espalda de su chico, Zenitsu entreabrió los labios, permitiendo que Uzui introdujera su lengua para aumentar la intensidad del beso y sintiéndose más acalorado en el proceso.
Uzui se inclinó hacia el frente, recostando al rubio en el suelo, ubicándose encima de él. Zenitsu lo miró atento, con los ojos oscuros, las mejillas encendidas y los labios hinchados y entreabiertos. Se quedó unos segundos admirando esa imagen que tenía debajo de él, adorando lo que veía para luego inclinarse y besarlo de nuevo.
Llevó sus manos a la espalda de Tengen, rodeándolo y atrayéndolo más a él, empezando a acariciar esa zona, haciendo líneas rosadas en su piel con sus uñas. Uzui levantó la camiseta del rubio y se la quitó, colocándola debajo de Zenitsu para que se recueste sobre ella y de esa forma, tener camino libre para besar su torso.
Tengen besó y marcó cada parte de su torso, disfrutando de la piel de su chico. Besó con delicadeza su vientre, calentando más a Zenitsu, quien lo miraba con los ojos oscuros. Volvió a subir para recibir los cariños del rubio que atrapó de nuevo sus labios mientras seguía explorando el cuerpo de Uzui con sus manos. — Me detendré cuando tú me lo digas... — habló el albino, desprendiendo el pantalón de Zenitsu.
El rubio asintió con la cabeza, viendo cómo el albino iba desprendiéndose también el suyo. Cerró los ojos y se dejó llevar por el momento. Era el momento correcto, decidió, entonces, entregarse a él.
No tenía idea de cómo se hacía, pero al parecer Uzui sí, bueno era de esperarse. Fue lo más delicado y cuidadoso posible, siempre atento a las peticiones del rubio. Zenitsu estaba seguro de que él lo quería, la manera en que lo tocó, en la que lo besó, en cómo lo trató, todas esas cosas lo enamoraron más y le dieron seguridad. No quería quejarse, era la primera vez que lo hacía así que suponía que las molestias eran normales. Miró al albino, quien estaba descansando encima suyo, besó su rostro y se acomodó bien debajo de él. — También te amo — respondió a esa muestra de amor que le dio al tratarlo de ese modo. Era la forma en que Tengen decía que lo amaba.
Uzui sonrió y se separó para mirarlo. — Estoy muy enamorado de ti... — murmuró recorriendo su rostro con la mirada. Zenitsu se ruborizó, lo abrazó con fuerza sin intenciones de querer soltarlo pronto.
Salieron del observatorio cuando escampó, miraron a su alrededor, el sol había vuelto a salir para su suerte. Estaba atardeciendo, querían quedarse un poco más para observar el ocaso, pero tenían que bajar para volver a casa antes de que oscurezca. Habían venido en la motocicleta de Tengen porque Zenitsu había jurado nunca más subir allí a pie, era sábado, por lo que el albino pasó a buscarlo.
El rubio se sujetó de su cintura y recostó su cabeza sobre la espalda de Uzui, no quiso utilizar el casco esta vez, quería sentir la brisa del viento, de esa manera también bajaría la temperatura de su rostro. Tengen estaba con una sonrisa animada, condujo a una velocidad prudente para no alterar a su novio y emprendieron rumbo a casa.
— Wow... No debí haberme enterado de eso... — comentó Tenma un poco descolocado y ruborizado. Yoshiteru miró la nada, ¿debió haber omitido esa parte? Nah.
— Es incómodo... ¿lo hicieron? Pero fue lindo... — habló para sí mismo, su cabeza estaba por explotar. Ellos también estaban a punto de hacer algo similar, luego, leer eso. ¿Qué demonios sucedía? ¿Por qué tanta conexión? Carraspeó y desvió la mirada, tapándose los labios.
— Era de esperarse, papá es muy intenso —y otra vez, siempre hablando de su papá cuando él era lo mismo. El azabache entrecerró los ojos. — ¿Y luego qué? — tanteó expectante, refiriéndose a la historia.
Yoshiteru hizo una mueca y miró la hoja. — Allí termina — murmuró inseguro, sorprendiendo al albino. — Es decir, hay un párrafo más, pero solo son los pensamientos de papá —
— Igual, ¿qué dice? —se apresuró en preguntar. El azabache se aclaró la garganta y soltó un largo suspiro.
— 'Éramos dos simples jóvenes que querían amarse, estábamos seguros de que el tiempo era nuestro. Comprendí que el amor significaba algo más que agarrarse de las manos y que es lo único que nunca podría describir ni definir con palabras... Aunque estemos lejos, aunque otras personas lleguen a nuestras vidas, aunque el tiempo pase y todo cambie, el corazón siempre recordará. El mío te recordará, agradecido por la manera en que me amaste y reconocerá el tuyo cuando apenas te encuentre de nuevo. Te amé, te amo y te amaré. Siempre tuyo'— culminó al borde de las lágrimas de nuevo. Sabía que volvería a llorar, pero trataba de controlarse. No quería ser tan sensible a estas cosas.
Su papá en verdad lo amó, ¿tan buen chico fue Uzui Tengen? — Aw, cariño, tienes corazón de pollito — murmuró Tenma, atrayéndolo en un abrazo, aún estaba cohibido con la historia. No era tan sentimental como Yoshiteru, pero sí le afectó algo en el fondo de su corazón.Terminó muy pronto y lo comprendía, solo que... — ¿Por qué terminaron si se amaban tanto? ¿Por qué se desviaron de camino? —
El azabache respiró profundo, intentando aclarar su mente. — Lo averiguaremos, solo déjame pensar en un plan... — contestó reincorporándose. — ¿Comemos? — tanteó. Tenma sonrió de lado.
— Con gusto —respondió relamiéndose el labio, descolocando a Yoshiteru. Rió con ganas cuando recibió el golpe de una almohada en el rostro. — Vamos a la sala para 'ver' netflis — habló apartando las manos que intentaban golpearlo.
Se acomodaron en el sofá de la sala, frente a la TV. Tenma propuso hacer un karaoke antes de ver series y películas, por lo que se encontraban turnándose con cada canción, quería animar un poco el ambiente luego de ese 'final' de los escritos y también demostrar todo su encanto al azabache. — ¿Sabes? Me recuerdas a ese pajarito negro con azul que baila para buscar pareja... Es cómico porque baila muy simpático en modo de cortejo —comentó Yoshiteru, rompiendo la burbuja provocativa del albino.
Tenma entrecerró los ojos, ¿lo comparó con un pájaro bailarín?. Decidió ignorar su comentario y seguir cantando, con menos ganas, pero intentando ser sensual. — I'm bringin' sexy back, yeaah. Them other fuckers don't know how to act, yea. Boy, let me make up for all the things you lack... Because you're burning up, I got to get it fast. —cantó con una sonrisa ladina, haciendo movimientos sensuales y sin apartar la mirada de Yoshiteru, quien lo miraba atento. — Get your sexy on (go 'head, be gone with it...) — señaló a su chico mientras se ubicaba frente a él.
Yoshiteru estaba estático y con un intenso rubor en las mejillas, absorto dentro de ese ambiente caliente que creó el albino. Tenma sonrió victorioso, se mordió el labio inferior y levantó levemente su camiseta, escandalizando al azabache. — ¿Eres estríper? —preguntó sorprendido, rompiendo nuevamente con el encanto del momento.
— Para ti soy todo lo que quieras — susurró guiñándole un ojo. Yoshiteru se atragantó con las papitas que estaba comiendo para entretenerse con el show de Tenma. El albino soltó unas risitas y se acercó a su rostro para dejar un camino húmedo de su lengua sobre su mejilla, provocando un respingo en el azabache. ¿Desde cuándo se había vuelto más osado? ¡Eso le pasaba por venir a su casa! — Te toca — dijo, pasándole el micrófono.
El azabache se levantó de allí rápidamente para alejarse de Tenma. Con micrófono en manos, cantó la canción que colocó el albino. — If you're alone and you need a friend... Someone to make you forget your problems. Just come along baby, take my hand. I'll be you lover tonight. — cantó inseguro, mientras leía las letras. Su compañero lo apoyó mientras lo miraba con una gran sonrisa divertida en el rostro. — Boom boom boom boom, I want you in my room. Let's spend the night together, from now and until forever... — era una canción más suave que la había cantado Tenma, se preguntó a si esa diferencia tenía algún significado oculto.
De igual forma, la letra insinuaba muchas cosas. Agradeció el momento en que terminó la ronda de karaoke y que no haya sucedido nada más allá que simples miradas cómplices. Se acomodaron en el sofá para hacer una maratón de películas que no vieron del todo porque quedaron dormidos allí, en esa 'incómoda' posición. Yoshiteru se recostó encima del albino, y este aprovechó para mantenerlo allí.
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