Capítulo VIII
El lunes llegó demasiado pronto, Yoshiteru no veía la hora de salir de clases, sentía ansiedad y no podía pensar en otra cosa que no sea su 'reunión' con Tenma. Cuando la hora de la salida llegó, se encontró con Sumihiko, quien lo acompañó hasta la entrada de la academia. — Hmm, tu chico me está mirando extraño — comentó, sonriendo nervioso. Yoshiteru frunció el ceño y resopló, era cierto, Tenma estaba matando con la mirada a su primo.
— No es mi chico — respondió entornando los ojos. — Es un amigo —
— Por ahora..., ¿crees que sería gracioso si lo ponemos un poco celoso? — tanteó con una sonrisa divertida. El azabache lo miró abatido, ya le había dicho que no tenía nada con Tenma, pero su primo seguía insistiendo.
— No debería por qué estar celoso... — murmuró, colocando sus manos en los bolsillos de su pantalón. Sumihiko soltó unas risitas y se giró hacia el azabache, lo abrazó por un buen rato. Tenma los miró asombrado, chasqueó la lengua y se acercó a ellos con pasos pesados. Estaba rechinando los dientes cuando se colocó enfrente de ellos. Sonrió cínico y habló.
— ¡Hey! OH, no me habías presentado a este chico, ¿quién es? — preguntó intentando colocarse en medio de los dos. Yoshiteru lo miró con una mueca y Sumihiko soltó unas risitas, molestando al albino. El azabache entrecerró los ojos. — Ya vámonos, cariño, que el tiempo se nos va muy rápido — volvió a hablar, agarrando la mano de Yoshiteru y estirándolo lejos de ese 'enano'.
El azabache iba a responder, pero su primo se adelantó.
— ¡Hey! ¡Estaba hablando con él! ¿Tú quién eres? — preguntó el de cabellos burdeos, poniéndose serio. Yoshiteru levantó una ceja, entrecerró los ojos cuando Tenma se colocó detrás de él, abrazándolo y recargando el mentón en su hombro.
— La pregunta aquí es quién eres tú. Busca mi nombre en internet, niño — respondió sonriendo con cinismo. Sumihiko se sorprendió por lo descarado que resultó ser ese sujeto, volvió a soltar unas risitas.
— Sumihiko, no. Ya fue suficiente... Él es... — Yoshiteru no pudo continuar porque el de cabellos burdeos lo interrumpió.
— Es mi novio — contestó, descolocando al albino. El azabache resopló y se cruzó de brazos, iba a volver a hablar.
— ¡¿Novio?! ¿Pero qué dices, niño? ¡Él es MI novio! — reclamó Tenma, provocando que Yoshiteru se diera una palmada en el rostro. Sumihiko volvió a reír con ganas, molestando al albino. — ¡¿Qué sucede?! ¡¿Es esto cierto, Teru chan?! — se indignó al ver la expresión agotada del azabache. — ¡Está bien! ¡Terminamos! — exclamó.
— ¡Espera! ¿Dónde vas? — Yoshiteru lo agarró de la mano y lo frenó. Tenma lo miró molesto, desvió la mirada y se ruborizó, provocando que el azabache también se ruborizara. Sumihiko estaba tan entretenido con esa escena, grabando desde su celular. — Él es mi primo — confesó.
— ¡Mentiras! ¡¿Qué es?! ¡¿Un primo del norte?! — exclamó fastidiado, el azabache entornó los ojos.
— ¿En verdad haces todo este berrinche? — tanteó haciendo una mueca, el albino infló las mejillas. — Es mi primo, mira, él tiene novio — dijo, señalando a Sumihiko y llamando su atención.
— ¡Hey! ¡Él no es mi novio! — reclamó, sonrojándose al ver a Tojuro a su lado. — ¿Qué haces aquí? — preguntó dirigiéndose a él.
— Aún no somos novios porque estamos bien chiquitos — habló su amigo, sonriendo divertido. Yoshiteru levantó una ceja y sonrió burlón, Tenma los miraba confundido.
— Chiquitos ya no son, Tojuro san — respondió el azabache sonriendo ladino. Sumihiko lo miró molesto.
— ¡Creí que se iban a besar! ¡Argh! ¡Tojuro, esto es tu culpa! — se quejó el de cabellos burdeos, juzgando a su amigo. Tenma frunció el ceño y miró a Yoshiteru.
— ¿En verdad es tu primo? ¡¿Por qué no me lo dijiste antes?! — reclamó, mirándolo molesto. El azabache entornó los ojos, abrió la boca para responder, pero nuevamente era interrumpido.
— JA. ¿Verdad que te engañé? No te quitaré a tu novio, Uzui san — habló Sumihiko, guardando su celular. Tenma lo miró serio y asintió con la cabeza, volvió a mirar al azabache, quien ya no quería hablar.
— Respétame, Yoshiteru — señaló, descolocando al chico.
— ¡¿Qué demonios, Tenma?! ¡No somos nada! — contestó ruborizándose de nuevo, se apenó y desvió la mirada. El albino se ofendió.
— ¿No somos nada? ¡¿Es así como defines nuestra relación?! ¡¿'Nada'?! — volvió a armar un berrinche, se molestó aún más cuando Yoshiteru lo ignoró. Lo agarró del rostro y acortó distancia para estampar sus labios contra los suyos, sorprendiendo a todos y al azabache.
Yoshiteru se tapó los labios una vez que se separaron, estaba con el rostro completamente rojo. Desvió la mirada a un costado, aún tratando de asimilar lo que ocurrió. Tenma estaba con una sonrisa triunfal, lo miró divertido y le agarró de la mano.
— Ok, primo de Teru chan, nosotros nos vamos — señaló al de cabellos burdeos, quien seguía boquiabierto y con el celular en manos. Se reprendió mentalmente por haber guardado su celular, pensó que ya no habría nada interesante, ese beso fue de improvisto y tuvo que quitar el de Tojuro para empezar a grabar. — Byeee — se despidió de ellos, estirando al azabache, quien seguía aturdido.
— ¿Y ese? — Kanata llegó colocándose al lado de su hermano, mirando extrañado cómo su primo era arrastrado por el atleta insolente. Sumihiko se emocionó y soltó un pequeño grito, asustando a su hermano y a Tojuro.
— Son tan lindos... — murmuró, mirando la grabación. — Que los shippee dice —
Caminaron en silencio, Yoshiteru miraba su mano junto a la del albino. Se mordió el labio inferior y resopló, ¿cómo actuaría ahora en adelante con ese chico? — Bien, sigamos — Tenma rompió el silencio, acomodándose en el césped. El azabache se desconcertó, no se había percatado de que ya habían llegado. Se sentó a su lado y abrió su mochila. El albino no parecía incómodo..., entonces no hacía falta hablar sobre lo que sucedió.
— Lectura de San Marcos, capítulo seis versículo diez — habló Yoshiteru, provocando que Tenma suelte unas risitas.
— Uuh, ¡estás profanando! — exclamó el albino sorprendido, Yoshiteru sonrió y le mostró la biblia. Sorprendiendo aún más a Tenma. — ¡¿Qué?! —
— Hoy te vengo a hablar de otra cosa — respondió divertido, el albino se horrorizó. — Ni te creas, ya te morías de ganas porque te hable de este libro — comentó, guardando el libro sagrado dentro de su mochila para sacar su carpeta y los escritos de su papá.
— ¿Por qué tienes una biblia? — preguntó intrigado. Yoshiteru ladeó la cabeza y le restó importancia.
— Nos la dieron para la clase de historia. Estudiaremos teología para el examen — contestó acostándose sobre el césped. El albino asintió con la cabeza, recostándose también.
Zenitsu se sentía un poco mejor, Uzui resultó ser un buen chico, así que ya no le costaba tanto fingir ser su novio. Ignoró las miradas de las chicas, entornó los ojos, ¿aún no superaban? — ¡MONITSU! — el rubio se sobresaltó al escuchar el grito de su amigo. — ¿Qué tal tu noche con Uzui, eh? — tanteó burlón, levantando ambas cejas. Tanjirou llegó a su lado, también expectante a su respuesta.
— Demonios, los chismosos — respondió entornando los ojos. Acomodó sus libros y los miró con los ojos entrecerrados. — Solo nos conocimos un poco, no sé por qué tienen tanto interés en ello — contestó, siguiendo su camino.
— ¿Cómo es que te lo tomas con tanta calma? Maldita sea, Monitsu, eres la perra de la academia. ¡Sales con Uzui! — Inosuke estaba descolocado, el rubio aún no comprendía la gravedad de la situación. Zenitsu frunció el ceño y negó con la cabeza.
— Op, ¿y qué hicieron? ¿Solo eso? ¿Qué tal es Uzui? — Tanjirou se apresuró en colocarse a su lado para llenarle de preguntas.
— Soy yo quien debería preguntarles qué demonios fue lo que hicieron en la fiesta mientras yo no estaba. ¡Se los veía muy cercanos a los populares! — exclamó el rubio, mirando a sus amigos.
— Nada, creo que cantar y bailar Like a Virgin nos dio cierta fama. Gonpachiro se comió a Kyojuro mientras yo miraba la pared — comentó el de hebras azuladas ladeando la cabeza, recordando los sucesos.
— ¡Hey! ¡Eso no pasó! — reclamó el de cabellos burdeos con un ligero rubor en el rostro. — No pasó aún, ¿cómo es que te inventas toda una escena y para colmo te la crees? — preguntó confundido. Zenitsu los miró divertido, se frenaron cuando Uzui los abordó.
— Amor, te ves muy bien hoy — saludó, inclinándose al rubio para darle un beso en su mejilla. Zenitsu se ruborizó y desvió la mirada. Uzui lo miró y sonrió de lado, acarició los cabellos dorados, esperando a que el rubio lo mire.
Zenitsu levantó la mirada y asintió con la cabeza. — Gracias, supongo — respondió, sonriendo y bajando de nuevo la mirada. Tengen frunció el ceño al sentir cómo su corazón empezaba a palpitar con más fuerza, carraspeó y desvió la mirada.
— Te veo más tarde — habló, despidiéndose de él. El rubio lo miró, iba a responder, pero el albino ya estaba alejándose de allí. Se giró a ver a sus amigos y se asustó al ver sus expresiones.
— Hmm, ¿qué fue eso? 'Solo nos conocimos un poco' — Inosuke se burló, remedando la frase que dijo Zenitsu hace unos momentos. Lanzó unas risitas, contagiando a Tanjirou.
— ¿No has visto cómo te miró? ¡Hasta sonó una canción romántica de fondo! — exclamó el de cabellos burdeos, emocionado y hasta lagrimeando. — No puedo creerlo —
— Basta, no sé de qué hablan. — el rubio se hizo el desentendido, ingresando de una vez al aula. No podía evitar sonreír al recordarlo, Uzui era adorable, después de todo. Cambió de expresión, borrando su sonrisa, miró la nada y quedó pensativo.
Se sentía nervioso, ¿por qué? La hora del descanso había llegado, no quería salir del aula, pero Inosuke lo arrastró hasta la cafetería, además, tenía que cumplir con su trato. Makio estaba allí, con sus amigas y Uzui la estaba mirando discretamente. Zenitsu apretó los labios y bajó la mirada, ¿qué demonios estaba sucediendo? Tenía que dejar de pensar en él en este mismo instante. Resopló y comió sus galletitas, agarrando de a dos, alarmando a sus amigos.
— ¿Por qué tan salvaje de repente? — preguntó Tanjirou, mirándolo preocupado. Zenitsu lo miró con una ceja levantada. Inosuke lo analizó.
— Tengo hambre — se excusó encogiéndose de hombros. Se giró para ver a Uzui, al parecer no se percataba de su presencia. Infló las mejillas y se levantó, tenía que acercarse a él, era parte del plan y su deber. Sus amigos lo miraron atentos, Zenitsu se aproximó al albino y lo abrazó por detrás, sobresaltándolo.
Tengen se sorprendió, no se esperaba a que el rubio tuviera iniciativa. Se giró a verlo y levantó una ceja al ver la expresión de molestia que tenía Zenitsu. Levantó la mano para acomodar el flequillo del rubio detrás de su oreja.
— No la mires mucho, hazte de rogar también — comentó el rubio, reprochando a Uzui con la mirada. El albino entreabrió los labios y respiró profundo.
— Lo siento, ¿soy muy obvio? — tanteó desviando la mirada. Zenitsu asintió con la cabeza. Tengen había tenido una crisis interna, empezaba a sentir cosas cuando tenía al rubio cerca, por eso quería volver a enfocarse en su chica, quizás solo haya sido algo del momento que pronto desaparecería. Zenitsu recostó su cabeza en su pecho, mirando a Makio, frunció el ceño y se ruborizó al sentir los latidos del corazón de Uzui.
Se separó de él y lo miró extrañado. El albino estaba mirando en cualquier otro lugar. Tragó saliva y habló. — Bueno, creo que con eso estuvo bien... — comentó, dándole unas palmaditas a su brazo. — Nos vemos — se despidió, llamando la atención de Uzui. Se frenó cuando el albino lo sujetó del brazo.
Zenitsu esperó paciente a que Tengen hablara, pero solo se estaban mirando en silencio. ¿Tenía algo que decir algo, no? Uzui lo soltó y asintió con la cabeza — Sí, nos vemos luego. Gracias — respondió tratando de sonreír. El rubio hizo una mueca y se marchó de ahí.
Eso fue raro e incómodo. Volvió junto a sus amigos, estaba cohibido, se sentó y comió de nuevo sus galletitas, ignorando las miradas asombradas de sus amigos. — Monitsu, algo está sucediendo — comentó Inosuke, volviendo a concentrarse en su comida, Tanjirou estaba ilusionado.
— Me gusta cómo se ven juntos — añadió el de cabellos burdeos. Zenitsu entornó los ojos y los señaló con su galletita.
— Somos novios falsos, es eso. No vean cosas que no existen — respondió, mirando sus galletitas con una expresión de enojo. Sus amigos se miraron cómplices y se encogieron de hombros.
Uzui chasqueó la lengua, ¿debería volver a rogarle a Makio? No..., no podía hacer eso de vuelta, ¿o sí? Miró a su chica y sonrió al verla reír con sus amigas. Se preguntó qué fue lo que realmente hizo para que ella decidiera terminar con él, ¡estuvieron dos años juntos! Estaba seguro de que ella no lo dejó de amar. Desvió la mirada para ver a Zenitsu, parecía molesto y se veía adorable matando a sus galletitas con la mirada.
Luego del descanso, se dirigieron a la biblioteca. Inosuke y Zenitsu estaban mirando cómo Tanjirou tenía una cita silenciosa con Kyojuro. Soltaron unas risitas al ver que se pasaban mensajes a través de papelitos, eran muy melosos.
— ¿En serio no llegaron a nada? — murmuró el rubio a Inosuke. El de hebras azuladas lo pensó.
— Desde mi punto de vista, llegaron a hacer más cosas, pero según él no pasó nada — respondió encogiéndose de hombros.
— Genial, ya nos abandonó... — comentó soltando un suspiro. Revisó sus libros y empezó a hacer la tarea. Inosuke sonrió divertido y le lanzó su lápiz, llamando su atención. — ¿Qué diablos te sucede? — se quejó mirándolo molesto.
— Tu novio está aquí — señaló con la cabeza hacia a un costado. El rubio frunció el ceño y miró de reojo, todo el curso de Uzui estaba allí, el profesor parecía sorprendido de ver a Kyojuro ahí, lo descubrieron. Sonrió divertido al ver cómo lo regañaban, quisieron reír, pero eso llamaría la atención de todos y serían expulsados de la biblioteca.
Tanjirou regresó junto a ellos luego de que Kyojuro se haya integrado a su clase. — Eres mala influencia, Kentarou — habló Inosuke, soltando una risitas. El de cabellos burdeos entornó los ojos y se sentó.
— Me dijo que tenía hora libre — se defendió abriendo su cuaderno. Zenitsu e Inosuke asintieron incrédulos, aún portando una sonrisa divertida. Tenían tarea de historia, era una investigación, por eso estaban allí con los libros ilustrados.
Zenitsu volvió a mirar discretamente a Uzui, el albino estaba sentado al lado de Kyojuro y Sanemi, mirando a su alrededor, conectó mirada con el rubio y le sonrió en modo de saludo. Zenitsu le devolvió el saludo y desvió rápidamente la mirada, enfocándose de nuevo en sus libros. — ¿Y cuándo se van a casar? — tanteó el rubio, tratando de distraerse y no pensar en que Tengen estaba allí.
Tanjirou entrecerró los ojos. — Saben, leí por allí que cuando una persona desea una cosa así repentinamente, lo desea porque su yo de un universo paralelo ya posee esa cosa. ¿Me entienden? Todo el multiverso está conectado — habló Inosuke, estaba pensativo mirando la nada.
— Eso tiene sentido para mí — respondió Zenitsu, quedando pensativo también. — Es decir, si Tanjirou desea estar con Kyojuro, su 'yo' de otro universo ya está con él, ¿por eso lo desea? — preguntó intrigado.
— ¿Por qué hablan de eso como si yo no estuviera aquí? — reclamó reprochándolos con la mirada. — O sea que Uzui te pidió que seas su novio porque en otro universo sí lo es — añadió, señalándolo. Zenitsu entrecerró los ojos.
— Y en otro universo ya hicimos está tarea de historia y por eso la estamos haciendo ahora — comentó el de hebras azuladas, siguiendo con su lógica.
— No creo que sea un espejismo ¿o sí? — Zenitsu se mareó. — Mi cabeza va a explotar —
Uzui no podía concentrarse en sus tareas, estaba ansioso golpeando su lápiz en el borde de la mesa. Miraba de reojo al rubio, viendo cómo este sí parecía estar enfocado en su trabajo. Miró arriba y se relajó en su asiento, ¿en verdad estaba funcionando su plan? Frunció el ceño al pensar que lo único que estaba logrando con eso era desviarse de su foco central; volver con Makio.
Se percató que su chica estaba sentada frente a él, creyendo que la estaba viendo a ella cuando el rubio se encontraba también en su campo visual, a una distancia no tan lejos, pero en dirección de Makio. Eso lo puso más inquieto, había demasiado silencio que ya le molestaba escuchar su propia respiración. Todo era tan incómodo, miró a su amigo y le copió la tarea, volvió a levantar la vista para ver al rubio. Tenía que dejar de verlo...
— ¿No te das cuenta de que Uzui no puede estar ni cinco segundos sin mirarte? — preguntó Inosuke en susurro, llamando la atención del rubio. Zenitsu levantó una ceja.
— ¿Tú cómo sabes eso? ¿Lo estás controlando? — tanteó. Si era cierto, no quería mirarlo porque sino los dos se mirarían y sería nuevamente extraño. Tanjirou sí era curioso, por lo que no le importó girarse para comprobar.
— Tengo ojos en todas partes. Es una bendición, una maldición — respondió encogiéndose de hombros, jactándose de sus 'habilidades'. Tanjirou soltó unas risitas y volvió a mirar a sus amigos.
— Es cierto, Zenitsu. Creo que en verdad le agradas — comentó el de cabellos burdeos sonriendo divertido. El rubio entornó los ojos, ¿tendrá algo en la cara? ¿Su cabello estará despeinado? Se arregló el flequillo y se relamió el labio, provocando que sus amigos rieran divertidos.
— Hmm, qué galán. Monitsu quiere conquistarlo — se burló Inosuke, Zenitsu le dio un golpe en su brazo en modo de respuesta.
— ¿Es que uno ya no puede ni respirar porque eso ya significa 'coquetear'? — preguntó con aparente molestia, dejando su cuaderno a un lado para mirarlo frunciendo el ceño.
El albino se acomodó en su asiento y sonrió levemente, ¿será el rubio consciente de que era muy bonito? Se sintió un poco más ligero y se concentró en sus tareas, y en copiar de nuevo a Kyojuro.
Finalmente salieron de la biblioteca, dirigiéndose al aula para entregar las tareas. Sus amigos dijeron que lo esperarían en la entrada como siempre, ya que primero tenía que ir entregar algunos informes que le pidió la secreteria, quien ya estaba de regreso. Se incomodó cuando se cruzó con Makio, ella no parecía molesta, ¡incluso le saludó con una sonrisa! ¿Por qué? Se giró a ver cómo se alejaba, se preguntó si seguía amando a Tengen. Todo era tan confuso...
Dejó los informes sobre el escritorio y se encaminó hacia la entrada de la academia. Ya estaba libre, deseaba volver a casa lo más pronto posible para dormir. Tantos pensamientos lo mareaban, suponía que tenía unas prominentes ojeras, más aquella mancha morada que aún no desaparecía del todo.
Se acercó a ellos y los saludó, se sorprendió al ver a la hermana de su amigo allí, si bien, no tenían el mismo horario ya que ella iba en los cursos inferiores, así que era una agradable sorpresa verla allí. — ¡Zenitsu, hola! — saludó con una sonrisa animada. Al verla allí le hizo recordar que había tenido un crush en ella, desde pequeño, solo que ya no tenía tiempo para esas cosas. Desde que empezó a ser prefecto, ya no tenía tiempo ni para pensar en ser sociable.
— ¡Nezuko, qué agradable verte por aquí! Creí que ya nunca más nos veríamos... Tanjirou ya no invita a su casa — se quejó inflando las mejillas. La chica soltó unas risitas y asintió con la cabeza.
— Así es, pero supongo que andas muy ocupado. ¡¿Pero qué te pasó en la mejilla?! — preguntó alarmada al ver esa mancha morada, se acercó a él y tocó esa zona, ruborizando al rubio. Nezuko era una chica muy linda, al parecer, ignoraba los estúpidos rumores y era la única en tratarlo bien. — ¿Te duele? —
Zenitsu carraspeó y negó con la cabeza. Bajó la mirada con las mejillas levemente rosadas. — Ya no, solo fue un... incidente que tuve... — habló restándole importancia. La hermana de su amigo asintió con la cabeza. Se habían olvidado que Tanjirou e Inosuke estaban allí, mirándolos con ambas cejas levantadas al ser absolutamente ignorados. Carraspearon, tratando de llamar la atención, pero igual no sirvió.
No fue hasta que Uzui se acercó a ellos, luego de ver esa 'romántica' escena entre esa chica con SU novio falso. Se colocó al lado del rubio y lo agarró de la mano, desconcertando a Nezuko y sobresaltando a Zenitsu. — Cariño, ¿nos vamos? — preguntó, usando la vieja confiable del novio posesivo que se hace presente. La chica frunció el ceño para luego cambiar de expresión a una de asombro, lo comprendió, había olvidado el rumor de que Uzui Tengen estaba saliendo con Zenitsu.
— ¿A dónde? — preguntó el rubio entornando los ojos. Tengen entrecerró los ojos. Tanjirou e Inosuke seguían callados, mirando todo como si fuera una novela.
— Insisto, si tuviera un aparato móvil con cámara, hace tiempo que estaría ganando dinero haciendo un reality show... — comentó el de hebras azuladas a su amigo. Tanjirou le dio la razón.
— Al lugar de la vez pasada — respondió con obviedad. Zenitsu frunció el ceño y lo miró, aún sin comprender. Uzui sonrió y colocó ambas manos en las mejillas del rubio. — Al observatorio — aclaró.
— ¿Hoy? — preguntó descolocado. Tengen asintió con la cabeza. El rubio miró a sus amigos y a Nezuko, iba a explicarles, pero el albino volvió a tomarle de la mano para jalarlo, llevándolo hacia otra dirección. — ¡Hey, espera! — se quejó, a la vez que trataba de seguirle los pasos. Sus amigos soltaron algunas risitas mientras que Nezuko se despedía de él con una mano.
— No debiste hacer eso, ¡interrumpes mi vida social! — reclamó, zafándose del agarre. Uzui levantó una ceja y lo miró serio, confundiendo al rubio. — ¿Qué te sucede? —
— Nada — respondió, colocando sus manos dentro del bolsillo de su chaqueta. Zenitsu hizo una mueca y se cruzó de brazos, aún esperando una respuesta convincente. Uzui entornó los ojos y desvió la mirada. — No puedes andar coqueteando con otras personas, sabes que eres mi novio. Las cosas no funcionan así — reclamó inflando las mejillas.
— ¿En verdad crees que las cosas funcionarán de igual modo? — preguntó hastiado. El albino lo miró serio. — Digo, no sé si ella... — se calló cuando vio a Uzui bajando la mirada, este chico era demasiado sensible. Se acercó a él y lo abrazó. — No sé si debería disculparme, no lo creo, pero si te sirve de algo, todavía te ayudaré — respondió. Se sentía mal al verlo decaído, no sabía por qué, pero Tengen afectaba sus emociones.
El albino lo miró y sonrió de lado, le encantaba que Zenitsu lo consolara, el rubio le hacía sentir mejor de cierto modo. — Vamos — murmuró, separándolo para agarrar su mano.
— No tenemos por qué fingir aquí. Makio no está — contestó, siguiéndole el paso. Uzui se sorprendió, le dio la razón y le soltó la mano. — ¿Nos vamos caminando? ¿Para qué? ¿Pintarás? — tanteó.
— Ughh, no los comprendo — comentó Tenma echando la cabeza hacia atrás. Yoshiteru lo miró con las cejas levantadas, lo interrumpió. — ¿Ya se están enamorando? — preguntó intrigado.
— ¿Quieres que te haga spoilers? — preguntó ladeando la cabeza. El albino negó con la cabeza.
— Pero es obvio, ¿no? Bueno, ¡estúpido! ¡De todas formas terminarán enamorados! — lo señaló molesto. El azabache rió divertido, negó con la cabeza y guardó sus cosas. — Igual que nosotros — eso borró la sonrisa de Yoshiteru, quien se ruborizó.
— No creo que sea tiempo aún... — respondió sin mirarlo. Tenma resopló, se acercó a él y besó su mejilla izquierda para luego encariñarse entre el cabello azabache y el cuello. Yoshiteru se estremeció, se mordió el labio inferior y se quedó quieto.
— No hay que dejar que el tiempo pase, eso estoy aprendiendo — habló dejando más besos en su mejilla. El azabache cerró sus ojos y giró su rostro, sintió la cercanía del albino y juntó sus labios con los suyos. Fue algo corto, no tenía nada de experiencia en eso, pero Tenma parecía satisfecho. Sonrió enternecedio y acarició sus cabellos plateados.
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