Capítulo VI


Tenma esperaba a Yoshiteru todos los días en la entrada de la academia, compraban comida y volvían al mismo lugar de siempre. El albino estaba feliz, le gustaba la compañía del azabache, en tan poco tiempo le empezó a tomar aprecio y quería poder llegar a ser más que amigos.

Yoshiteru, por su parte, también disfrutaba de la cercanía de Tenma, no lo diría abiertamente, pero era así. Le fascinaba ese jardín, era un lugar muy bonito, y pasar las tardes allí junto a él se volvía costumbre.

Estaban caminando por el borde del lago, descubriendo cosas en el camino, como algunas piedritas de colores, vaquitas de san antonio y florecitas amarillas. Tenma trajo una cámara polaroid que su papá le había regalado para momentos especiales y empezó a tomar algunas fotografías. — Sabes, hace poco repetí una película que había visto de pequeño. Esta vez fue distinto porque empecé a comprender las cosas de otra forma. Había un personaje que era una mariquita, y pues, era hilarante, porque era macho y se burlaban de él, creyendo que era hembra — comentó el albino, mirando al escarabajo color rojo y negro que se posó en su mano.

Yoshiteru soltó unas risitas y asintió con la cabeza. — Lo conozco. Es mi personaje favorito — respondió acercándose a él, mirando también aquella mariquita. — Son de buena suerte — comentó, quitándole la cámara al albino para tomarle una fotografía. — Deja que capture este momento único, quizás no vuelvas a tener tanta suerte como ahora —

— Hey, al menos la suerte me escogió a mí — contestó con una sonrisa divertida. Yoshiteru se sobresaltó con el repentino vuelo del insecto, provocando que Tenma se burle de él. — JA. Pff, ¡una mariquita te asustó! Woosh, ahora eres maricón — el azabache le golpeó el vientre, satisfecho al escuchar los quejidos.

— Ven, sigamos con la historia — habló, regresando al sitio de siempre. Se sentó y esperó al albino. Tenma se acercó a él y se sentó a su lado, dejó las fotos a un costado para esperar a que aparezcan las imágenes.


— Irás a la fiesta del sábado conmigo — Uzui había abordado al rubio, quien estaba ordenando su mochila. Zenitsu frunció el ceño.

— No, no me gustan las fiestas — respondió, esquivándolo. El albino se apresuró y se colocó a su lado, agarrando su mano.

— Recuerdas que ya estamos ejecutando el plan — murmuró, negando con la cabeza en modo de reproche. El rubio entornó los ojos, aún se sentía apenado por la mancha en su rostro, seguía teniendo ese estúpido moretón, le había puesto crema y maquillaje para taparlo, pero le fue imposible. Tendría que aguantarlo por unos días más. — Seguro tus amigos también irán — quiso convencer.

— Solo iré por un rato y eso es todo — contestó resignado, al menos ya no se sentía el centro de atención, pero las chicas seguían mirándolos con desagrado. Uzui asintió con la cabeza, frenando frente al aula del rubio. Zenitsu levantó la mirada para verlo, esperando alguna indicación ya que Makio estaba cerca de ellos.

El albino se inclinó hasta llegar a su rostro, ladeó la cabeza y depositó unos cuantos besos en su mejilla derecha. El rubio cerró sus ojos con fuerza y se ruborizó. Abrió los ojos cuando Uzui se separó de él y pudo ver a la chica pasando de largo al lado de ellos. — Bien, creo que con eso estuvo bien — habló, colocando sus manos en los bolsillos de su pantalón.

— ¿Funcionó? — tanteó, Tengen bajó la mirada para verlo, ladeó la cabeza y asintió inseguro. Zenitsu hizo una mueca y se despidió de él para ingresar de una vez en el aula. Uzui lo siguió con la mirada hasta que el rubio tomó asiento, se marchó de ahí un poco cohibido.

Zenitsu tenía una piel delicada y bonita, también tenía un lindo aroma... Le llamaba la atención el color dorado de su cabello. Era un chico lindo, no entendía por qué nunca tuvo pareja. Frunció el ceño al estar consciente en lo que estaba pensando. Kyojuro lo miró curioso. — Estás muy callado, ¿sucede algo? — preguntó su amigo.

— No, nada... — respondió empezando a escribir en su cuaderno.


Al rubio le daba igual, no se esperaba que en vez de recibir golpes, recibiera 'cariños' por parte de Uzui. Sin dudas, los comentarios ácidos de las chicas le afectaban, además, él sabía que tenían razón. Lo suyo con Uzui solo era un juego, no hacía falta que le recordaran a cada tanto que no era lo suficiente para él. Lo sabía.

Y se volvió rutina, Uzui se acercaba al rubio, entrelazaba sus manos o lo abrazaba cada vez que veía a Makio cerca. Le frustraba de cierta manera no poder ir más allá, él, el encantador casanova no podía besar a su 'novio'. Nadie tomaría en serio esa relación, por eso, seguía intentando robar aunque sea un beso del rubio.

Zenitsu, obviamente, se hacía el desentendido y evitaba a toda costa que el albino se salga con las suyas. Un beso era un acto de amor, no cualquier cosa. Eso pensaba él, pero para Uzui era algo simple.

— No sé si esto está funcionando — comentó el rubio, apartándose del abrazo del albino.

— Funciona, porque la mejor amiga de Makio me dijo que ella le sigue hablando sobre mí y que le cuesta verme contigo — contestó Uzui con orgullo, el rubio hizo una mueca abatida.

— Se tarda mucho, según mis cálculos, ella ya tendría que estar detrás de ti... Las mujeres celosas empiezan a reclamar en poco tiempo. No se tardan en mostrar su descontento — opinó Zenitsu, Inosuke le había hablado sobre las relaciones amorosas, no sabía cómo su amigo sabía sobre esas cosas, pero no era tan descabellado lo que decía. Tengen frunció el ceño y negó con la cabeza.

— Makio no es cualquier mujer celosa. Ella actúa con más calma... — respondió inseguro, quedó pensativo. Cuando él hacía algo que a ella le molestaba, no tardaba en ser regañado. ¿En verdad Makio estaba terminando definitivamente con él? Esperaba que solo fuese un berrinche suyo y que acabe pronto.

— Si tú lo dices... — Zenitsu se estiró y bostezó. Uzui bajó la mirada y lo señaló.

— Espero verte en la fiesta el sábado — dijo, girándose para emprender camino a su clase. El rubio le restó importancia e ingresó a su aula.

Pensaba que no estaba mal ayudarlo después de todo era él quien provocó todo eso. Recuerda lo meloso que era Uzui con su ex novia, luego de que las otras dos chicas se hayan ido, él se esforzó en enfocarse mucho en ella, en Makio. Estaban bien acaramelados, así que fue un golpe fuerte para el albino su ruptura repentina.

Luego de un análisis completo a Uzui Tengen, en el cual implicó mucha observación, pudo ver que el amor que él le tenía era uno muy bonito. A pesar de los toqueteos subidos de tono que se mandaban a veces, los ojos violetas hablaban por sí solos. Con solo verlos, podías estar seguro de cuánto admiraba a su chica, como si fuera una maravilla. Nunca le fue infiel, con tantas admiradoras detrás, jamás coqueteó con alguna. Era un chico digno, ahora estaba decaído y sus ojos seguían brillando por ella. Era triste verlo de esa manera tan apagada.

No le gustaba que lo forzara a hacer esas cosas, bien podía ayudarlo de otro modo, pero el albino era un cabeza dura, así que aceptó, ¿qué podía salir mal? Luego de las miradas inquisidoras de las chicas, las amenazas por parte de ellas y los insultos de lo chicos de siempre, ¿qué más podría pasar que lo llegara a afectar realmente? Todo eso era parte de su vida, suponía que no estaría mal ayudar a alguien con el corazón roto, eso lo haría sentir mejor.


Miraba cómo su amigo sacaba toda la ropa de su armario, depositándola sobre su cama. Sabía que Inosuke tenía buen sentido de la moda, era fanático de la música que pasaba en MTV, y se dejaba influenciar por sus artistas y sus estilos. Tanjirou también deseaba verse bien para la fiesta, iría su crush, tenía que estar presentable. A Zenitsu le daba igual.

— Bueno, aquí está toda mi colección dedicada únicamente para este tipo de ocasiones — habló el de hebras azuladas. — YO, me haré cargo de escoger sus atuendos ya que ustedes no saben nada de moda — dijo, empezando a rebuscar entre esa montaña de ropas. Tanjirou y Zenitsu se ofendieron, pero su amigo tenía algo de razón, a ellos no les importaban mucho esas cosas.

Zenitsu se sentía incómodo, miraba su reflejo en el espejo sin quitar su mueca de disgusto. — ¿Es en serio? ¿No creen que es un poco exagerado? — preguntó, mirando a sus amigos. Tanjirou ya estaba vestido, se veía bien, llevaba unos pantalones de mezclilla con una sudadera bordo y calzaba unos tenis rojo. Él, se veía más extravagante, según Inosuke, su estilo debería ser un poco más 'rockero'. El pantalón negro le quedaba ajustado, era de cintura alta y llevaba un cinturón con algo de tachas, la camiseta blanca la tenía puesta debajo del pantalón y usaría una chaqueta de cuero.

— Sip, pareces un rockstar — alabó su amigo con una sonrisa triunfal. Zenitsu lo miró preocupado.

— Pero esto no es lo que está a la moda... — respondió volviendo a mirar su reflejo. — Tanjirou sí usa ropa de esta temporada —

— Te queda bien la ropa vintage, Monitsu. Mira, también es mi estilo — dijo, señalándose a sí mismo. Inosuke tenía un pantalón de mezclilla cintura alta, una camiseta blanca y unas mangas largas debajo de ella. El rubio suspiró. — Además, a Uzui le gustará — habló muy seguro.

— Estás bien, Zenitsu. Me gusta como te ves — Tanjirou se unió para tratar de brindarle seguridad al rubio. 

— ¡No quiero impresionar a Uzui! — señaló frunciendo el ceño. — Pero está bien, mejor vámonos antes de que me arrepienta... — murmuró separándose el flequillo a un costado. Sus amigos asintieron, era la primera vez que iban a una fiesta en la que todos estaban de acuerdo. Inosuke ya había ido a unas cuantas, pero sin la compañía de sus amigos, solo con Genya, otro compañero suyo. Bueno, era él el anfitrión ya que su hermano también era un chico popular.

Decidieron ir caminando, era de noche y fue una mala decisión. Algunas calles estaban muy oscuras, pero había gente. Podían sentir las miradas de los extraños, para su suerte, la casa de Genya no estaba tan lejos, solo a unas cuantas calles de la de Inosuke. Pudieron divisar a las personas aglomeradas en la entrada de la casa, cada uno con su grupo de amigos. Tanjirou y Zenitsu fruncieron el ceño, el olor a cigarro inundaba esa zona. La música sonaba en toda la calle y las latas de cerveza decoraban el suelo, para molestia de Inosuke. — ¡¿Por qué les cuesta tirar las cosas en la basura?! Dios mío esta gente — se quejó, entrando de una vez a la casa de su amigo.

Allí dentro era peor, había más gente y el espacio era limitado. Genya cuidaba que nadie rompiera nada mientras que su hermano aún no aparecía a la vista — ¡Hey, chicos! — saludó acercándose a ellos. Zenitsu arrugó la nariz al ver personas besándose como si estuvieran solos, ¡se toqueteaban y nadie decía nada! Ugh. Esquivó a unos cuantos chicos que lo miraban de pies a cabeza con unas sonrisas extrañas. Tanjirou sonrió y saludó animado a su otro amigo. Inosuke no tardó en agarrar unas cuantas bebidas.

— ¡Genya! Tu casa está bonita... no esperaba conocerla de este modo, pero se puede ver que es acogedora —el de cabello burdeos halagó porque no sabía qué decir. Genya sonrió y asintió con la cabeza.

— Bueno, sí, solo que esperaba que haya menos gente... Mi hermano invitó a casi toda la escuela — respondió volviendo a poner una expresión preocupada. Inosuke bebió de un vaso color rojo.

— ¿Por qué las caras largas? —preguntó, pasando un vaso a cada uno de sus amigos. — Beban, que gracias a Genya tenemos alcohol gratis — dijo, rodeando el hombro de Genya en un medio abrazo.

— No lo sé, ¿qué es esto? — tanteó el rubio, oliendo esa bebida. Hizo una mueca, tenía un olor fuerte. — No tiene droga, ¿cierto? — Inosuke soltó unas risitas.

— Monitsu, Monitsu, no preguntes, solo bebe. No seas tan virgen — contestó, probando de otro vaso. Tanjirou lo miró preocupado.

— Solo es alcohol, creo... — dijo tratando de tranquilizar a su amigo rubio. Zenitsu confíaba en él, ya que su amigo tenía un gran sentido del olfato. Probaron esa bebida y arrugaron la nariz. — ¡Demonios, esto sabe a jarabe! — se quejó Tanjirou. Genya sonrió de lado e Inosuke le pasó otro vaso.

— Prueba este — ofreció. El de hebras azuladas andaba probando de cada vaso, analizando y saboreando el nivel de alcohol de cada uno.

— ¿Cuál es la diferencia? — Tanjirou estaba confundido, esa bebida sabía igual de horrible que la otra. Inosuke sonrió divertido.

— Ay, solo es ron con refresco para los niños — respondió entornando los ojos. — No exageren —

Zenitsu bebió de su vaso sin ganas, quería marearse, al menos, así el tiempo pasaba más rápido. Divisó al grupo de populares y se extrañó al ver a Uzui hablando con Makio. Bueno, eso fue más rápido de lo que esperaba. ¿Ya se habrán reconciliados? Miró detenidamente al albino, tenía una sonrisa encantadora y sus ojos brillaban. Estaba feliz. Se mordió el labio inferior y bajó la mirada, ¿por qué sentía una presión en su pecho? Frunció el ceño y agarró otro vaso, bebió copiosamente hasta la última gota, se tapó los labios y se giró, dándole la espalda a ese grupo donde estaba Uzui y su novia. ¿Para qué demonios vino a esta fiesta? Ahora no tenía sentido.

— UY. ¡Esta es mi canción! — exclamó Inosuke repentinamente, asustándolos. Bebió de su vaso y levantó los brazos. — ¡WUU! — Zenitsu y Tanjirou soltaron unas risitas y negaron con la cabeza.

— She's into superstitions. Black cats and voodoo dolls. I feel a premonition, that girl's gonna make me fall — Inosuke los estiró hasta llegar al centro de la sala, donde se encontraba la gente bailando. Las luces estaban apagadas y había una esfera de discoteca. Genya y su hermano eran geniales.

— Ricky Martin está buenísimo — comentó el de hebras azuladas, entrando en ritmo de la canción. Zenitsu lo miró divertido, ladeó la cabeza extrañado. — ¿Me lo vas a negar? — tenían que gritar para comunicarse entre ellos ya que la música estaba muy alta.

— Bueno, está bien, creo... — respondió Tanjirou elevando la voz.Pensó en Ricky Martin, era atractivo sí, no sabía que Inosuke fantaseaba con él.

Bebieron para entrar en calor y así poder bailar sin avergonzarse de nada. — ¡She's livin la vida loca! — sonaba la canción, que ponía eufórico a Inosuke. Unos tragos más y ya estaban desenvueltos en la pista, sorprendiendo a algunos chicos. Ver al prefecto aburrido bailar no era algo que pasaba todos los días. — Her lips are devil red, and her skins the color moca ¡LIVIN' LA VIDA LOCA! —

Al menos con eso, el rubio se sentía mejor. Admitía que estaba disfrutando de la fiesta, sin Inosuke esto sería una basura. Bailaban y coreaban todas las canciones, ignorando las miradas de asombro de algunas personas, otras se unían a ellos y obviamente, se volvieron el centro de atención. — OP, ¡Karaoke! — exclamó un efusivo Tanjirou al ver que colocaban las canciones con letras en la TV. No tardaron en cambiar de escenario, ofreciéndose para cantar el primer tema. Inosuke actuó con toda violencia, forzando al chico que se encargaba de la TV a que colocara su canción preferida del momento.

Les dieron unos micrófonos y se pusieron en modo 'diva'. — I made it through the wilderness.
Somehow I made it through — el de hebras azuladas inició con la primera estrofa. Entre pequeños bailecitos, señaló a su amigo. — Didn't know how lost I was. Until I found you —

— I was beat, incomplete. I'd been had, I was sad and blue, but you made me feel — cantó el rubio, siguiendo a Inosuke, quien empezó a recorrer por toda la casa.

— Yeah, you made me feel. — siguió Inosuke.

— Shiny and neeew— Tanjirou se unió. Al parece su amigo quería armar un 'musical'. Las personas se hacían a un lado, dejándoles pasar por donde querían, estaban animándolos con aplausos y risas. Inosuke se paró en medio del salón y señaló a cualquiera.

— ¡Hoo, like a virgin! — cantaron al unísono. — Touched for the very first time — no les importaba ser el centro de atención, bailaban con el micrófono en manos sin apenarse — ¡LIKE A VIIIRGIN! When your heart beats. Next to mine —

Empezaron a recorrer de nuevo, sin perder el ritmo de la canción, cantando la letra a veces sin mencionar las palabras correctamente. Tanjirou se acercó a cantarle a un desconocido, Inosuke estaba enredando sus brazos en el cuerpo de Genya, bailando a su alrededor y Zenitsu se sentó en el regazo de un chico al que consideró atractivo. — ¡You're so fine, and you're mine, I'll be yours, 'til the end of time... — cantaron coquetos.

Uzui y sus amigos no se habían percatado de la presencia de ese trío hasta ese momento en que todos se aglomeraron alrededor de algo. El albino frunció el ceño y buscó con la mirada al rubio, guiándose por su voz. Chasqueó la lengua al verlo sentado sobre las piernas de ese desconocido ¡¿Estaba coqueteando con ese chico?! Lo recorrió con la mirada cuando el rubio se levantó, aún quedando frente a ese tipo, Zenitsu hizo unos movimientos sensuales, provocando que sus mejillas se sonrojen. ¿En verdad era Zenitsu?

Lo miró asombrado y fascinado, salió del trance y apretó los puños.

Estaba molesto. Se acercó rápidamente a él y lo agarró del brazo. Zenitsu se estaba divirtiendo, el chico que tenía enfrente era muy apuesto. Sonrió coqueto, recibiendo también una sonrisa de parte de él. Iba a acariciarle el rostro, pero sintió el fuerte agarre en su brazo y vio cómo ese chico lindo se alejaba de él. — ¡HEY! — se quejó, removiéndose y tratando de zafarse. Era él quien se estaba alejando de ese chico.

— ¡¿Por qué no me avisaste que ya habías llegado?! — reclamó el albino una vez que se alejaron lo suficiente de aquellas personas. Zenitsu se reincorporó y se arregló el flequillo. Tenía las mejillas sonrosadas, evidenciando que había estado bebiendo alcohol.

— Hey, primero que nada, buenos días — respondió, levantando las manos pidiendo tregua.

— ¡Es de noche! — exclamó Uzui, cruzándose de brazos. Zenitsu entornó los ojos.

— Lo que sea, hey... hey — habló, dando unos empujoncitos al albino. — ¿No deberías de estar con tu novia? — tanteó frunciendo el ceño, mirando a su alrededor.

— Estamos separados, ¿es que ya lo olvidaste? — respondió negando con la cabeza. Resopló y también miró a su alrededor.

— ¿Separados? Creí que ya se reconciliaron. Te vi hablando muy lindo con ella, pff, por eso pensé que no sería buena idea que me acercara a ti — comentó, caminando de nuevo hacia la casa, tratando de ingresar al salón. Uzui le frenó y lo atrajo devuelta hacia él. 

— No volvió conmigo... yo solo me acerqué a saludarla... Creo que todavía no se decide — confesó, estirando al rubio, quien seguía intentando ingresar a la casa. Entornó los ojos, lo sujetó del brazo y lo llevó hacia otra dirección. Uzui encontró unos sillones con almohadones, estaban en el fondo del patio, allí no había casi nadie, solo algunas parejas que se escondían para toquetearse.

— ¿Mis amigos? — preguntó el rubio, siendo jalado por el albino para que se sentara a su lado.

— Están en la casa — respondió, relajándose en su asiento. Zenitsu alzó sus piernas en el sillón para abrazar sus rodillas.

— ¿Por qué estamos aquí? — preguntó dando un bostezo. — Estaba divirtiéndome allí dentro... ESPERA, ¡estaba teniendo la oportunidad de iniciar un romance con un chico apuesto! — exclamó indignado, Uzui se ofendió y se giró a verlo.

— ¡Hey! ¿Hablas en serio? ¡Se supone que eres mi novio falso! ¡Tenme un poco de respeto! — se quejó ofendido. El rubio resopló y lo miró molesto.

— ¡Somos novios falsos! Eso no puede prohibirme a que tenga una vida social y amorosa con otra persona — reclamó, señalándole. Uzui apretó los labios.

— Basta, Zenitsu. Ese chico no era tan lindo. Además, si te ven con él, pensarán que lo nuestro es un chiste — respondió mirando al frente. Zenitsu frunció el ceño, bufó y se resignó.

— ¿Y qué pasó? ¿Qué te dijo ella? — tanteó, rompiendo el silencio que se había instalado por unos minutos. Uzui soltó un largo suspiro.

— Nada, solo hablamos de cosas triviales... No dijo nada de si quería volver conmigo o algo por el estilo — respondió bajando la mirada. Zenitsu lo miró, hizo una mueca y volvió a mirar al frente. Se sentía mal por él, ¿en verdad era su culpa?

— Tenemos que pensar mejor en las cosas, idear más planes. Estoy seguro que ella volverá contigo, solo tienes que tener paciencia y no perder las esperanzas. — respondió, tratando de animarlo. — Sería estúpido si no lo hiciera. Sé que la amas, se te nota por la forma en que la miras, en cómo tienes una sonrisa especial para ella. Es lindo que sigan existiendo personas como tú. Personas que te dan la seguridad de que el amor que ofrecen es incondicional. Espero que ella se dé cuenta que vales mucho. — comentó el rubio, sin mirarlo aún.

Uzui lo miró sorprendido, su corazón se aceleró y se sintió más animado. Sonrió y extendió su mano para tocar las hebras doradas. — ¿Qué piensas de ella? — preguntó. Zenitsu lo miró.

— Pienso que es afortunada — respondió asintiendo con la cabeza. El albino lo miró enternecido.

— Parece que ella no lo piensa así... ¿Tú te sentirías afortunado si fueras ella? — tanteó, mirándolo expectante.

— Claro que sí . — contestó, ruborizándose. Escondió su rostro entre sus brazos al escuchar una risita del albino. — Eres agradable cuando te comportas normal, sin ser presumido y arrogante — confesó. Uzui frunció el ceño e hizo una mueca, ahora que lo pensaba, sí se comportaba como idiota a veces. No dijo nada, el rubio tenía razón.

— Eres un chico lindo, Zenitsu — halagó, sentándose más cerca a él. El rubio balbuceó algunas cosas sin sentido, provocando que el albino riera. — ¿Estás bien? — preguntó, Zenitsu salió de su escondite y arrugó la nariz.

— Creo que voy a vomitar... —

— Espera, cierto. ¡Estás ebrio! ¿Entonces no estabas consciente de lo que dijiste? — reclamó, ofendido de nuevo.

— Se me pasó cuando te vi. ¿Cómo se dice? ¿Me ensobrié? ¿Dembriegué? ¿Desembriegué? ¿Des... ? — soltó algunas palabras, tratando de buscar la correcta para definirse. Uzui lo miró divertido.

— Esas palabras no existen. ¡Las inventaste! — respondió buscando su mirada.

— Todas las palabras son inventadas, Uzu — contestó frunciendo el ceño, le dolía cabeza al pensar demasiado. Su cerebro explotaría.

— ¿Uzu? Ahora me inventas otro nombre... — habló, fingiendo indignación. Zenitsu rió y se disculpó.

— Lo siento, suena a como un nombre de osito de peluche, ¿verdad? — dijo, haciendo una mueca. Tengen rió con ganas, lo miró y negó con la cabeza. Zenitsu lo miró extrañado.

— Me siento un peluche... — comentó soltando un suspiro. El rubio sintió cómo su estómago se revolvía, hizo una mueca. No quería pasar mal frente a Uzui, pero leyó una vez que si no se echaba la comida cuando el estómago quería expulsarla, uno podría ahogarse y morir. Le dio la espalda al albino y vomitó en un costado, sobre el césped.

Uzui arrugó la nariz, ya se esperaba que el chico se intoxicara con el alcohol que ingirió. Le dio una palmaditas en la espalda y esperó a que echara todo. — Creo que vomité un órgano... — murmuró recargándose sobre el respaldo del sillón.

— Ven, vamos al baño — dijo el albino, levantándose y ayudando a Zenitsu a caminar. Ingresaron de nuevo a la casa y caminaron entre las personas, el rubio pudo ver a sus amigos jugando ese juego de las pelotas de tenis y los vasos, estaban en compañía de Kyojuro, Sanemi y Genya. Quiso ir hacia ellos, pero Uzui lo llevó en otra dirección. Metió a Zenitsu en el baño. — Lo mejor sería que te enfríes con agua — sugirió.

El rubio se lavó el rostro e hizo gárgaras para quitar ese horrible sabor del vómito de su boca. Uzui lo esperaba, Zenitsu estaba lánguido luego de haber vomitado, podría caerse y quedarse quizás dormido en el suelo. Lo miró a través del espejo y se giró a verlo. — ¿No tienes alguna pastilla o algo así? — preguntó.

— ¿Qué tipo de pastillas? ¿Contra la resaca? — tanteó el albino, rebuscando entre sus bolsillos.

— Pastillas del día siguiente. Creo que ese chico lindo dejó algo suyo en mi interior. Una luz brillante, vida nueva — respondió con ilusión, Uzui lo miró con los ojos entrecerrados.

— Por lo visto no es necesario, se te nota tan ilusionado por tener un hijo suyo. ¿Por qué no vas y te casas con él? — preguntó molesto. Zenitsu lo miró pensativo, ladeó la cabeza y le dio la razón.

— ¿Seguirá estando aquí? — eso molestó más al albino. — Me sonrió, creo que le gusto — comentó, ruborizándose al recordarlo. Tengen chasqueó la lengua.

— Está bien, vamos, te casarás con él y yo seré el sacerdote para maldecirlos — respondió, estirando al rubio. Zenitsu soltó unas risitas, llamando la atención del albino.

— No seas tan agresivo — contestó, saliendo del baño. Zenitsu esquivó a algunas personas e ingresó a la cocina. Genya debería tener alguna pastilla para el dolor de cabeza, necesitaba tomar una. Se frenó cuando encontró al chico a quien le bailó Like a Virgin, sí que era atractivo, tenía los ojos azules y el cabello negro medio largo.

Uzui perdió de vista a Zenitsu cuando se enfocó en su chica. Su ex novia estaba conversando animadamente con otro chico, ¿y ese quién era? Se mordió el labio inferior y apretó los puños. ¿En verdad ya no lo quería? ¿Por qué hacía eso frente a él? Volvió a sentir una presión en el pecho, una sensación amarga. Volvió a decaer. Decidió desviar su atención y buscar a Zenitsu, no quería seguir viendo esa escena de su chica.


— Hola — saludó el chico. Zenitsu se sorprendió al ver que le hablaba a él. Abrió la boca para responder, pero la volvió a cerrar, se ruborizó y lo miró sonriente.

— ¡Hola! Yo... lo siento por lo de hace rato — se disculpó haciendo unos ademanes torpes con las manos, el azabache soltó unas risitas.

— No te preocupes, en realidad me gustó. ¿Cómo te llamas? — preguntó acercándose a él. Zenitsu lo miró aún impresionado.

— Soy Zenitsu... — murmuró, sintiendo la presencia de alguien detrás suyo. El azabache no apartaba la vista del rubio.

— Zenitsu, ¿tienes pareja? — tanteó con una sonrisa ladina, ruborizando al rubio.

— No — se apresuró en responder, entrecerró los ojos cuando sintió unos brazos rodeando su cintura. Uzui había llegado, abrazándolo por detrás.

— Amor, ¿ya encontraste la pastilla? — preguntó, ignorando al chico de enfrente. Zenitsu sonrió nervioso, quiso hablar con el chico de nuevo, pero se sobresaltó cuando sintió una mordida en su oreja. — Te estaba esperando en la habitación de arriba, ¿no vas a venir? — habló lo más sensual que pudo, ruborizando intensamente al rubio.

— Bien, Zenitsu. Un gusto conocerte... — habló el chico lindo, despidiéndose de él y esquivándolo para salir de la cocina. Zenitsu lo siguió con la mirada, entreabrió los labios, decepcionado por ese fracaso suyo. Se separó del albino y lo miró molesto.

— ¡Demonios, Tengen! ¿Qué es lo que quieres? — preguntó inflando las mejillas. Uzui se cruzó de brazos.

— Que me respetes — respondió, inflando también las mejillas. — Toma tu pastilla, por cierto — el rubio agarró esa tira de pastillas con brusquedad. Le dio la espalda al albino y abrió la heladera para buscar agua.

— Que sea la única vez que impides que por fin tenga pareja — señaló, mientras tomaba abundante agua al sentir que la pastilla no quería bajar por su garganta. Uzui entornó los ojos y le restó importancia. — ¿Tú no bebiste? ¿Por qué no vas y buscas a tu chica? — tanteó.

— Ya te dije que ya hablé con ella. No quiero parecer desesperado —

— Ya pareces desesperado —

— Por eso —

El rubio entornó los ojos, lo mejor sería volver a casa. Su novio falso detuvo su posible conquista al mundo cuando empezó a desenvolverse con los bailes. Lo miró y negó con la cabeza. Uzui estaba decaído de nuevo. — Tengo que volver a casa... — comentó, llamando su atención.

— ¿Quieres que te lleve? — preguntó, colocando sus manos en los bolsillos de su chaqueta. Zenitsu lo pensó.

— Tengo que hablar con mis amigos — caminó en busca de Tanjirou e Inosuke, seguían jugando ese tonto juego. Se acercó a ellos, sorprendiéndolos.

— ¡Monitsu! ¡Estás vivo! ¿Dónde demonios estabas? — Inosuke lo miró con sorpresa. Tanjirou palpó a su amigo, estaba completo, vivo y bien.

— Con Uzui — respondió señalando al albino. — Me quiere llevar a casa... ¿creen que deba...? —

— OBVI SÍ — Inosuke se apresuró en responder, interrumpiéndolo. Zenitsu lo miró con el ceño fruncido.

— No te preocupes por nosotros. Creo que Kyojuro me llevará, y tal vez también lleve a Inosuke — comentó Tanjirou.

— O tal vez me quede a dormir — habló el de hebras azuladas, confundiendo a sus amigos. — No importa, ¡ve con él! — exclamó, dando empujoncitos al rubio para que ya se marchara. Zenitsu asintió inseguro y se despidió de ellos.

Uzui lo miró atento, el rubio miró a un costado. — Supongo, solo si quieres hacerlo. No hace falta en realidad... No quiero molestarte — habló.

— Para nada. Ven, vamos — respondió, agarrando su mano. Zenitsu le siguió los pasos, se puso nervioso cuando pasaron frente al grupo donde estaba Makio y miró al suelo. La chica los estaba viendo, ¿era buena señal? Uzui solo quería salir de allí lo más pronto posible, era obvio que ese chico estaba coqueteando con su ex. Una escapadita no sonaba mal, necesitaba aire puro y calmar su mente.

— No creo que sea buena idea ir en esa cosa — el rubio se frenó, llamando la atención de Uzui.

— Esa cosa es mi bebé. No la ofendas — respondió subiendo a su motocicleta. — ¿Vas a venir o no? Te aseguro que si nos morimos, nos vamos a quedar bien muertos, no en estado vegetativo — habló, pasándole un casco. Zenitsu lo miró horrorizado.

— Si aún no te moriste ha de ser por algo... — comentó acercándose inseguro. Analizó la moto, rodeándola y viendo si todo estaba en buen estado. Uzui lo miró divertido. — Bien, si voy a morir, al menos moriré haciendo lo que me gusta —

— ¿Qué te gusta? — tanteó curioso.

— Morirme — respondió, agarrando el casco. — Lo más probable es que esta cosa me mate antes que un accidente. — dijo refiriéndose al casco. — Según mis cálculos, si vamos a una velocidad máxima de 80km/h, la decapitación será mi destino... — comentó, subiéndose detrás de él. Uzui frunció el ceño.

— Piensas demasiado. Solo se vive una vez — respondió, encendiendo la moto y empezando a conducir a una velocidad prudente para el alivio del rubio.

— No te dije dónde queda mi casa... ¿Me oyes? ¿Me escuchas?... — Zenitsu elevó la voz, no sabía si el albino lo escuchaba o no, podía sentir que su ropa se pegaba a su cuerpo debido a la velocidad.

— Hey, no grites. — reclamó, negando con la cabeza. — ¿Qué quieres? — preguntó, aumentando la velocidad una vez que llegaron a la avenida.

— Creí que no me escuchabas ya que existe una posibilidad de que el oído solo capte las ondas sonoras del viento debido a la ve... — Uzui entornó los ojos, ¿qué le pasaba a este chico? No lo dejó continuar.

— ¿Sigues ebrio? ¿Aún no te desembriagaste? — tanteó. Zenitsu estaba espantado, mirando cómo todo iba tan rápido. Se alarmó y se aferró a la espalda de Uzui, abrazándolo demasiado fuerte. — Ayy, eres muy cariñoso — comentó divertido.

— ¡Me voy a morir! Dios, soy yo de nuevo... — empezó a murmurar cosas que Uzui no podía comprender. El rubio, entró en pánico. ¡Estaban en la avenida! ¡Circulando en medio de tantos vehículos y esquivándolos como si fueran simples juguetes!

— ¿Estás rezando? — preguntó divertido. — Reza también por mí — dijo, esquivando a otras motos.

— TENGEN. Por aquí no es mi casa... — murmuró preocupado. Zenitsu cerró los ojos al ver que pasaban demasiado cerca de los demás vehículos.

— No está mal desviarse de camino de vez en cuando — respondió, lanzó un quejido al sentir cómo el chico ya lo estaba asfixiando con ese abrazo. — ¿Por qué no te relajas un poco? — tanteó.

— Sí..., no suena mal. No sería lindo morir con una cara de espanto... — contestó respirando profundo. — When I find myself in times of troubles, Mother Mary comes to me... Speaking words of wisdom, let it be... — cantó en voz baja, tratando de tranquilizarse con esa canción.

— ¿Estás cantando o rezando? — preguntó soltando unas risitas. Zenitsu infló las mejillas.

— ¿A dónde vamos? ¿Por qué tan lejos? — contestó con otras preguntas. Uzui resopló.

— Solo pasaron quizás cinco minutos — respondió, empezando a desacelerar. Ya era hora, pensó el rubio, estaba confundido. Se alejaron un poco de la ciudad y se adentraron a una zona más ecológica. ¿Era momento de entrar en pánico otra vez?


— ¡Hey! ¡Quiero saber qué pasa luego! — se quejó Tenma al ver que Yoshiteru empezaba a guardar las hojas.

— Ya es tarde — respondió, señalando el ocaso. El albino infló las mejillas, no se había percatado de que estaba anocheciendo. ¿Tan rápido pasa el tiempo? — Continuemos mañana — si bien, mañana era sábado..., no tenía idea de si fuese posible encontrarse con Tenma, tendría que ver qué planes tenía su papá.

— Necesito saber qué viene luego... — contestó chasqueando la lengua. — Mañana tengo entrenamiento — se quejó haciendo un berrinche. El azabache lo miró divertido. — ¡Ven a mi entrenamiento! Podemos continuar apenas termine algunas sesiones — pidió, tomándolo de las manos.

— Ugh... ¿A qué hora? — preguntó, tratando de apartar sus manos. Tenma sonrió.

— Desde las diez de la mañana hasta que me canse — respondió, levantándose y agarrando sus cosas. Miró las fotografías que ya estaban listas y pasó algunas a Yoshiteru.

— Está bien..., veré si puedo ir — contestó, mirando las fotos que tomaron esa tarde. — Me gusta esta — comentó observando la que él fotografió, se sentía un poco avergonzado al decirlo directamente, además, era una foto de Tenma con la mariquita. El albino sonrió y se acercó a mirarla también.

— Me veo lindo, puedes quedartela para que te haga compañía durante las noches y yo me llevo estas donde estas tú — habló, mirando las que tenía en mano. Yoshiteru entrecerró los ojos y le respondió con un golpe 'involuntario' con su mochila. frunció el ceño y lo miró extrañado.

— ¿Cuántas fotografías mías tienes? — tanteó, mirando sus manos. — ¡Es acoso! — exclamó al ver más de cinco. Tenma soltó unas risitas y apartó su mano cuando el azabache quiso quitárselas.

— No te las voy a dar. Me gustan, eres muy lindo y merezco tener una foto tuya. Las necesito para el amarre... — murmuró. Yoshiteru lo miró espantado.

— ¡No es necesario un amarre! — respondió, ruborizándose al rato de darse cuenta de lo que dijo. Tenma lo miró divertido y se acercó a él, se inclinó hacia su rostro ante la atenta mirada del azabache. Yoshiteru ladeó la cabeza, sintiendo los labios del albino sobre su mejilla.

— Eres adorable — comentó, agarrándolo de la mano. — Ya es de noche, es hora de irnos — dijo, estirando de su mano para emprender camino a casa.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top